martes, 18 de enero de 2022

EL PARTIDO DE MARIÁTEGUI XV: CONCEPTOS BÁSICOS PARA ENTENDER EL PARTIDO DE MASAS E IDEAS



POR QUÉ POLÍTICA

Nuestro país entra en un nuevo proceso elec­toral. Por eso, es menester precisar conceptos que se agitan en las campañas. Entre ellos están te­mas como política, partido, frente. El término más usado y menos comprendido es Política. Comen­cemos por él.

I.    POLÍTICA

Enciclopedias, diccionarios, manuales, definen la política como “conjunto de las actividades con que se gobierna un Estado", como “arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados" Es decir, política es “el arte de gobernar" Sin embar­go, esta definición que circula profusamente no trata la esencia de la cuestión, se queda en la su­perficie del fenómeno.

Ya en 1816 el socialista de la utopía, conde de Saint Simón (1760-1825) declaraba que la políti­ca había de ser la ciencia del desarrollo de la pro­ducción. base de la sociedad y única solución al problema social.

En 1878 Engels rescata este legado y anota que "Saint Simón declara que la política es la ciencia de la producción y predice ya la total absorción de la política por la economía” y que "proclama ya cla­ramente la transformación del gobierno político sobre los hombres en la administración sobre las cosas y la dirección de los procesos de producción, es decir, expresa la idea de la abolición del Estado, que tanto estrépito viene levantando últimamente” Y que se sigue levantando hasta el presente. De ahí se infiere que política es expresión concentrada de la economía. Ningún gobierno queda al margen del proceso económico del país, sea para avanzar sea para frenar su desarrollo.

En nuestro país, bien se sabe desde 1928 con JCM y sus 7 Ensayos que "El capitalista, o me­jor el propietario criollo, tiene el concepto de la renta antes que el de la producción” Esto es aho­ra más evidente que nunca. El concepto de la ren­ta prima en la desagrarización, desindustrializa­ción, informalización del país. Lo poco que se lo­gró tras siglo y medio de independencia ha des­aparecido en los últimos treinta años de dominio neoliberal. La corrupción, despilfarro, burocratis­mo son la superficie del carácter rentista, parasi­tario del capitalismo marginal, simple apéndice del capitalismo transnacional. No hay privatiza­ción (transnacionalización) que no deje al privatizador de turno su 10% de ganancia rentista (coi­ma) Por eso las privatizaciones, impuestas por el FMI-BM, son ejecutadas por el testaferro de turno a precios de subasta, a precios de remate. Y con la exigencia de este binomio de oro de que lo poco que queda en el país por cada transacción "limpia y transparente” no puede ser invertido en pro­gramas de desarrollo: se volatiliza en “programas de asistencia social" muy gratos al carácter ren­tista del capitalismo marginal.

De ahí que hay dos tipos de política. La vieja política ha llevado al país a la bancarrota. Sus re­presentantes sólo persiguen la leva hereditaria o la sustitución de los viejos ricos ya en decadencia por los nuevos ricos en ascenso. Este es el gran novelón que ofrece a diario la política criolla en periódicos, pasquines, revistas, radio, televisión. Estos políticos, ningún programa o plan de desa­rrollo ofrecen al elector. Sólo la "lucha contra la corrupción hasta sus últimas consecuencias". Se sustituye la contrastación de programas por la agitación con imágenes de figurines y figurones.

La nueva política, parte de la raíz del proble­ma del país. (La clase dominante apenas aspira a ser apéndice del dominio transnacional, y lleva al país a ser un estado más “de la Unión", de EUA.) Por eso, a la vez que rechaza el ALCA-TLC, la nue­va política, política creadora, propone un progra­ma o plan de desarrollo que sustituya la exporta­ción de materias primas por la exportación de productos elaborados con valor agregado, sean agrícolas o industriales. Propugna la moderniza­ción del agro como proceso industrial y el desarro­llo de la industria pesada, base del crecimiento económico. Y la integración sudamericana. Es de­cir, propugna el crecimiento económico, desarro­llo social, progreso humano del pueblo peruano.

Así, hay dos políticas, "política" como concep­to de la renta (política criolla), política como con­cepto de la producción (política creadora) Política para "distribuir" lo producido. Política para libe­rar las fuerzas productivas, dirigir la produc­ción y sobre esta base distribuir lo producido.

 

II.     PARTIDO

 

El partido político surge con la revolución li­beral, primeramente como "logias" como cuando la independencia de América. Es el embrión del nuevo Estado. Y como todo embrión, al surgir el nuevo Estado desaparece (o debe desaparecer) ante la nueva forma superior de organización de clase. Pero como esta nueva forma superior de organización se expresa en república de democra­cia representativa, los partidos del sistema pasan a expresar facciones de clase. Son partidos tradi­cionales el Partido Republicano y el Partido De­mócrata (en EUA), el Partido Conservador y el Partido Liberal (o nombres equivalentes en otros países). Cuando uno está en el gobierno, otro está en la oposición. Este binomio de oro es el mejor sostén de la democracia representativa.

Estos partidos se organizan en "comités", es decir de arriba abajo, y actúan como "bancadas" en el Parlamento o como "ministerios" en el Eje­cutivo. (Con la crisis de la democracia representativa surgió temporalmente el Partido Fascista, organizado como “milicias" para combatir a los tra­bajadores en proceso de crecimiento organizativo)

El siglo pasado vio surgir un tercer partido, el Partido Laborista, que necesariamente tiene que propugnar una política de reforma social cuando está en la oposición. Si llega al gobierno, sea en el Parlamento o en la Presidencia tiene que adecuar­se a la política de la clase dominante. Y es que ob­jetivamente no hay "tercera vía" dentro del siste­ma. Toda "tercera vía" obedece necesariamente a una segunda (conservadora o liberal). Es clásica la evo­lución (o involución) del Partido Laborista inglés. El tipo de Partido Laborista (socialista liberal, socia­lista democrático, de los trabajadores) se organiza en secciones (sindical, campesina, femenina, juve­nil, otras). Con la caducidad del “Estado de bienes­tar" caducó también este tercer partido como tal.

El Partido Proletario es un partido de nuevo tipo. Es una "facción orgánica y doctrinariamente homogénea”, tiene "relaciones estrictamente dis­ciplinadas”. No propugna la reforma del Estado de la clase dominante sino su sustitución por un Estado de nuevo tipo según su programa máximo (prospectivo), la instauración-gobierno-extinción del Poder. Como embrión de un nuevo Estado, cuya base es la comuna o municipio de nuevo tipo, se organiza también de abajo arriba, en células se­gún los criterios de producción o residencia.

Este Partido Proletario tiene su propia planeación, planeación funcional que une en un todo orgánico los conceptos de Partido (selecto, com­pacto, eficaz) - Frente (masivo, variado, combati­vo) - Programa Reivindicativo (mínimo) - Progra­ma Prospectivo (máximo), y de acuerdo a las nor­mas de eficiencia (respecto a los recursos), fun­cionalidad (respecto a las variaciones de la situa­ción) y eficacia (respecto a las demandas).

Este Partido Proletario no surge de "un conci­liábulo académico” sino de la "criba de la vanguar­dia” que expresa la elevación del interés de clase al nivel de la conciencia de clase, pues hay obre­ros que no son proletarios y hay proletarios que no son obreros. Necesariamente realiza cuatro ti­pos de trabajo: legal (si hay legalidad propicia), abierto (en las luchas de masas), clandestino (en su trabajo propio), secreto (reservado incluso ante la militancia general)

La experiencia histórica enseña que el Partido Proletario no propone ni elige candidatos. El trabajo electoral, según la teoría del "termómetro del sufragio" se reserva ahora para el Frente Unido, que enarbola el programa mínimo (reivindicativo).

Así, hay dos tipos de partidos políticos: los que actúan para reformar el sistema y los que actúan para cambiar el sistema. Y si el que domina en nuestro país es un sistema caduco inepto y co­rrupto, ¿qué reforma podrá apuntalarlo?

Ahora el Socialismo Peruano, el movimiento proletario peruano tiene la tarea de precisar cómo entender el gran partido de masas y de ideas de toda nuestra historia republicana. Poco a poco, el debate se está centrando en este punto cardinal.

 

III.     FRENTE

 

En 1917 triunfó el Partido Proletario bolchevi­que y devino partido oficial con su propia legali­dad. (Antes había funcionado como partido ilegal durante la autocracia zarista). Cuando los parti­dos proletarios de otros países (que actuaban den­tro de la legalidad burguesa) siguieron los méto­dos organizativos del partido oficial, de inmedia­to surgieron las dificultades y en poco tiempo que­daron marginados y hasta aislados de las masas. Esto viene ocurriendo hasta el presente.

Ante tal crisis se impuso la Nueva Política Económica NEP para el primer Estado socialista, y la táctica de Frente Unido para los partidos pro­letarios. El Partido Proletario asumía el programa máximo y el Frente Unido asumía el programa mínimo. Este programa concluye cuando se ins­taura el nuevo Estado, cuando se sustituye la re­pública de democracia representativa (de arriba abajo) por la república de democracia participativa (de abajo arriba).

Desde su regreso al país (18.03.23) JCM de­claró ser “partidario antes que nada del frente único proletario". Pero el Partido Socialista del Perú PSP fue constituido (07.10.28) sobre la base de la "célula secreta de los 7”. Es que programa reivindicativo y programa prospectivo van juntos. Se­parado, uno conduce al reformismo, otro condu­ce al sectarismo. Y el cómo unir ambos programas en las acciones concretas es la gran "contradicción dialéctica", como puntualizaba Rosa Luxemburgo. Esto viene ocurriendo hasta el presente.

El Frente Unido une a todas las capas unibles. Su programa es reivindicativo. En un país desagrarizado, desindustrializado, informalizado, la primera reivindicación objetiva necesariamente es la del trabajo emancipado. El ser humano llegó a ser tal por el trabajo. Sin trabajo, es menos que un animal. Por eso es la primera reivindicación general pues compromete a todo el pueblo traba­jador. que sufre ominoso desempleo en un país donde todo está por hacer.

La segunda reivindicación es la de la vida dig­na, tanto material como espiritual. Sin salud ni educación, el ser humano es menos que un ani­mal. Por eso es la segunda reivindicación general pues compromete a todo el pueblo trabajador que carece de lo más elemental para su vida digna.

La tercera reivindicación es la del cambio so­cial. La bancarrota del país es responsabilidad ineludible de la clase dominante, caduca inepta y corrupta como su sistema mismo. Debe ser susti­tuida mediante el cambio social. Por eso es la ter­cera reivindicación general pues compromete no sólo al pueblo trabajador sino al país entero. Y aquí radica la ligazón entre ambos programas. Separados, para nada sirven.

El Frente Unido participa en elecciones de aba­jo arriba, y por eso prioriza la elección municipal, que es trabajo de hormiga, de 25 horas al día, día a día. Desde los años 80 hay elecciones municipa­les, pero se las sigue menospreciando porque se confunde distrito con municipio, y porque no se parte del análisis concreto de la realidad concreta sino del discurso teorético dogmatizado. Traba­jar por el municipio es trabajar por el Estado de nuevo tipo. Tomar el Parlamento como centro es seguir la rutina oficial.

Participar sólo en elecciones parlamentarias o presidenciales, de hecho, es caer en el juego elec­toral oficial, que urge dar el voto al promesero de turno porque "no hay tiempo para debates”. Por eso, aquí es donde se pone a prueba la teoría de la participación electoral: el día que el termómetro del sufragio universal marque para los trabajado­res el punto de ebullición, ellos sabrán, lo mismo que el sistema dominante, qué es lo que hay que hacer. Hasta ahora la clase dominante sabe muy bien qué es lo que hay que hacer. Pero el pueblo trabajador, ¿lo sabe?

Se comprende bien, entonces, que hay dos tipos de Frente: Frente (Alianza, Movimiento, Partido o como se le quiera llamar) con plan de reformas vo­luminoso para apuntalar el sistema, y Frente (o como se le quiera llamar, pues es nombre genérico) con programa reivindicativo que señala directamente las necesidades inmediatas del pueblo trabajador. El primer Frente es cortoplacista, dura lo que dura el proceso electoral. El segundo Frente acumula la experiencia del pueblo trabajador, aprende de los errores, se fortalece con los aciertos. Es trabajo sistemático a largo plazo, hasta que el termómetro del sufragio marque el punto de ebullición.

 

IV.       Corolario

 

Política, Partido, Frente son pues, tres con­ceptos íntimamente ligados entre sí. Lo que mal comienza mal acaba, dice el pueblo trabajador. Si se parte de un concepto erróneo, limitado, super­ficial, la actividad se estanca y no se llega a buen puerto, a la meta deseada. Si se propugna el Cam­bio Social, ante todo y sobre todo hay que tener un concepto claro y definido de lo que es activi­dad política, de lo que es política.

JCM, contrastó estos dos conceptos y señaló que "La política es hoy la única grande actividad creadora. Es la realización de un inmenso ideal humano. La política se ennoblece, se dignifica, se eleva cuando es revolucionaria” (23.05.25). Asu­mió la política como ciencia de la producción, la rechazó como actividad parasitaria y rentista, politiquería que conoció desde temprano como cro­nista parlamentario y por eso declaró que "Desde 1918 nauseado de política criolla, me orienté re­sueltamente hacia el socialismo". (10.01.27)

Rescatar el Socialismo Peruano ha sido la base para reivindicar la Política Peruana, socia­lismo y política del proletariado peruano. Duran­te ocho décadas fuimos de tumbo en tumbo. Pero el ejemplar trabajo generacional ha logrado res­catar y sistematizar la Creación Heroica. Así se ha podido reiniciar la preparación de la organi­zación.

Ocho décadas, jamás lo olvide el lector y me­nos el activista actual.

 

 Ramón García R.

Fuente: García Rodríguez, Ramón. Socialismo Peruano Hoy, Minilibro publicado en agosto 2010, Lima – Perú.

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