Por Wellington Calasans/JPS
05.JUL.24 | PostaPorteña 2415
La
idea de que la "cultura woke" es un arma occidental para allanar el
camino al caos económico derivado del neoliberalismo es un enfoque que ha ganado
terreno en los círculos más atentos a los movimientos geopolíticos. Este
argumento, aunque complejo, es realista por varias razones
Wellington
Calasans Jornal Pur0 Sangue junio 19, 2024 jornalpurosangue.net/
En primer lugar, la
"cultura woke" es un arma que apunta a un objetivo vago e
inconsistente. El objetivo es tan amplio que trata de abarcar una variedad de
movimientos, ideales y prácticas sociales, desde la falsa búsqueda de algo en
torno a la justicia social y la igualdad hasta la defensa de las identidades y
derechos LGBTQIA+, una mezcla de trastorno psicológico y caso desesperado de
enfermedad psiquiátrica.
Generalizar esta diversidad
bajo el nombre de "libertad occidental" es reduccionista e ignora la
complejidad de los movimientos sociales y sus motivaciones, priorizando la
imposición de subdivisiones minoritarias como un estándar a seguir por todos.
En segundo lugar, los indicios
obvios de que la "cultura woke" está siendo instrumentalizada para
promover el caos económico. El neoliberalismo, como sistema económico, tiene
sus propios defectos intrínsecos, que engendran crisis y desigualdades.
Por eso, relacionar la
crisis del neoliberalismo con un "arma woke" es una luz que pone de
relieve esta pseudocultura como una dispersión, explícitamente inflada
para desviar la atención de las causas reales e impedir el análisis crítico del
sistema.
En tercer lugar, la
"cultura woke" es utilizada a menudo por el propio neoliberalismo
para alentar ataques contra grupos minoritarios y movimientos sociales. Al
utilizar la "cultura woke" como estratagema para desestabilizar el
orden social, los neoliberales buscan deslegitimar la lucha por la justicia
social y los derechos, estigmatizando a quienes realmente se movilizan por la
igualdad de todos, mientras que la "cultura woke" potencia las
subdivisiones, impidiendo la unidad social.
En lugar de buscar la
victimización de las minorías, es crucial analizar el neoliberalismo como
responsable de las causas de la crisis económica mundial. La
concentración del ingreso, la financiarización de la economía, la desregulación
de los mercados y la explotación de mano de obra barata son solo algunos de los
factores que contribuyen a la crisis del neoliberalismo.
La búsqueda de soluciones
a esta crisis requiere de un análisis crítico del sistema económico y de una
postura de diálogo y respeto a los movimientos sociales legítimos que buscan
construir una sociedad más justa y sostenible, lejos de los enfermos mentales
que se adhieren a la 'cultura woke' como forma de escapar de sus propios
fantasmas.
EN LA
PRENSA ALTERNATIVA DE EE.UU.
Hace poco vi un video de
algunos de mis comentaristas de cine favoritos lamentando la desaparición de la
industria del cine.
Trataron de explicar las
razones por las que muchas películas taquilleras estaban perdiendo dinero,
citando el auge de los servicios de streaming y el comportamiento de algunos
clientes en los cines.
Descartaron la idea de la
guerra cultural como parte del problema, actuando como si fuera solo una
distracción.
Sin embargo, la
guerra cultural juega un papel importante en la sociedad actual, y
aquellos que ignoran su importancia se están perdiendo la oportunidad de
entender lo que está sucediendo en los Estados Unidos y partes de Europa.
Algunas personas optan por
retirarse de los asuntos políticos y sociales, prefiriendo evitar el conflicto.
Sin embargo, la civilización está experimentando cambios rápidos e intencionales,
y todos se verán afectados, independientemente de si creen en la guerra
cultural o no.
El mundo del cine es una
ventana a los conflictos culturales y puede reflejar las influencias
ideológicas detrás de las producciones. Las grandes empresas han estado
involucradas en guerras desde 2016, tratando de imponer la ideología de extrema
izquierda como dominante.
Compañías como Disney se
han enfrentado a fracasos al tratar de promover ideologías políticas en sus
producciones, como en el caso de Star Wars.
Algunas empresas están
adoptando un enfoque contraproducente al alienar a los consumidores que no
están de acuerdo con sus mensajes políticos, culpar al público por no gustarle
los productos y tratar de imponer una agenda política.
Las empresas han tratado a
los consumidores como sirvientes que deben aceptar los productos y los mensajes
políticos sin cuestionarlos. Esto sugiere que las empresas ya no se preocupan
por complacer a los consumidores, sino que esperan que acepten cualquier
mensaje político que se les imponga.
Existen diferentes teorías
para explicar este comportamiento, incluida la posibilidad de un colapso
económico inminente que llevaría a los gobiernos a intervenir y rescatar a las
empresas, dejando a los líderes corporativos menos preocupados por las
ganancias inmediatas.
La Economía
Colaborativa, promovida por el Foro Económico Mundial, sugiere un escenario
en el que el gobierno proporciona todo y las personas pierden la libertad de
elección. Este modelo podría conducir a una mentalidad esclavista, en la que
las personas se ven obligadas a aceptar lo que se les da sin cuestionarlas.
La
guerra cultural es una batalla entre los que quieren abrazar el sistema
distópico propuesto y los que se resisten y luchan contra él. Los escépticos que permanecen ignorantes de la guerra cultural pueden
encontrarse sin libertad de elección en el futuro si no se involucran
activamente.
NOTA
DE ESTE OBSERVADOR DISTANTE
La idea de que la
"cultura woke" es un arma occidental para preparar el caos económico
arroja luz sobre un debate más serio sobre el uso de personas mentalmente
frágiles como escudo para ocultar la dañina agenda neoliberal.
Esta "cultura"
sirve para desviar la atención de las verdaderas causas de la crisis del
neoliberalismo, estigmatizar a los movimientos sociales y alimentar el ataque a
los grupos minoritarios que pretende defender.
Es crucial mantener una mirada
crítica sobre estas rarezas y buscar soluciones reales a los problemas
socioeconómicos que engendra el neoliberalismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario