Escribe: Milciades Ruiz
Mientras
la prensa oligopólica nos pone el escenario de su conveniencia agitando los
escándalos que nos distraen de lo principal, démosle una miradita a la
situación económica que, puede ser preocupante porque las señales no son
buenas.
Se espera que la economía mundial
crezca un 3,2% en 2024. Es decir, menos que en 2023 y, todavía inferior al
promedio histórico del 3,8% de crecimiento anual observado entre 2000 y 2019.
Esto afectará la economía nacional, porque al no crecer la economía global, nos
arrastrará en su descenso.
No obstante, en el Marco
Macroeconómico Multianual 2025-2028, el Ministerio de Economía señala que el
Perú crecerá 3,2% en 2024, como si la desaceleración económica mundial nos
exonerará de sus implicancias. Como sabemos la economía peruana se redujo
0,55%, en el 2023.
Optimistamente, el proyecto de ley de
Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2025 consigna un presupuesto
inicial de apertura de S/252 mil millones, 4.6 % más que el 2024. El
Presupuesto Público de este año asciende a S/240.806 millones; en 2023, fue de
S/214.790 millones; y en 2022, fue de S/197.002 millones.
Pero resulta que, la recaudación
tributaria en 2023 cerró con una caída de -12,3%. En lo que va del 2024, ya hay
un retroceso de -2,5% entre enero y julio frente a similar periodo del año
anterior, hasta acumular S/89.157 millones, según información de SUNAT.
Entonces, si lo presupuestado y gastado es mayor que los ingresos percibidos,
ocasiona un déficit fiscal, que nos conduce al endeudamiento, como ha ocurrido
en Argentina que hoy padece una grave crisis.
El asunto es que, si las necesidades nacionales de alimentación, educación, empleo, servicios básicos, infraestructura multisectorial, salud, etc., no son atendidas, en concordancia con el crecimiento de la población, ocurre una caída masiva del nivel de vida que, afecta en mayor proporción a los más débiles, hasta una situación de emergencia y degradación moral (Corrupción, criminalidad, etc.).
Esto que sucede a nivel nacional,
ocurre a nivel global afectando en mayor medida a los países menos protegidos,
porque las relaciones económicas internacionales, construidas por los países
dominantes durante siglos, han creado dependencias estructurales. Somos mercado
cautivo del trigo importado para toda la industria panadera, fideos, galletas,
y diversas harinas. Dependemos de otros países para nuestra alimentación,
manufactura, etc.
La pugna por el control del mercado
internacional, ha generado trampas, fusiones y absorciones empresariales, hasta
constituir corporaciones empresariales monopólicas y oligopólicas de gran poder
de dominio que, manejan los precios en cada rubro del mercado, por encima de la
soberanía de los países.
Este mes, un informe elaborado por
Oxfam Intermon, señala que los países están perdiendo libertad frente al poder
económico concentrado por la oligarquía global. Detalla que unas 3,000 familias
que habitan en Europa y EE.UU., concentran ya el 13% del PBI mundial, desde que
ostentaban el 3% en 1987 y concluye que esta concentración proviene del
neoliberalismo que prioriza el crecimiento privado sobre lo estatal y social.
Puntualiza que, en el mercado mundial
de semillas solo dos empresas controlan el 40 % de este. Tres gigantes
tecnológicos concentran el 75 % de los ingresos por publicidad y el 10 % de las
mayores empresas estadounidenses tienen el 95 % de las ganancias corporativas
que son generadas después del pago de impuestos.
Estas corporaciones que manejan
fondos más grandes que nuestro presupuesto público, está en los países dominantes,
que acumulan capitales a costa de sustraerlos de los países dominados. Hay un
orden establecido favorable al occidente cristiano que, hoy está en peligro de
descalabro, porque el oriente le viene arrebatando mercado. En nuestro país,
China es ya el segundo “socio comercial” internacional.
Es que, los países con mayor capital
acumulado, utilizan dos vías de intercambio desigual para extraer riqueza de
todos los continentes. La extracción de riquezas naturales como materia prima
para sus industrias y, la comercialización, vendiendo productos elaborados a
los países, capturados como sus mercados, incluso a los que proporcionaron la
materia prima, a precios bajos y exoneraciones tributarias.
Una tercera vía de acumulación es, es
hacer crecer su economía interna asegurando la rentabilidad facilitada por las
dos vías internacionales mencionadas. Esta estructura de tres vías, constituye
la base del poderío económico de los países más opulentos. De ellas, depende el
alto nivel de vida de sus habitantes a costa del bajo nivel de vida en los
países dominados.
Estas tres vías, condicionan nuestras
vidas y aspiraciones, generando dependencia y subordinación en la que los
países pobres quedan sometidos a los países ricos. Este es el orden establecido
que estos, no quieren perder. Nuestro continente ha estado siempre como mercado
cautivo de EE UU desde el inicio de nuestra república bajo el slogan “América
para los americanos”. La extracción y acumulación constante lleva ya dos siglos
y seguimos ofreciéndonos al amo yanqui.
La situación descrita someramente,
bien podría motivar el debate sobre qué hacer, para la liberación de nuestro
país, prisionero de la dependencia alimentaria, medicinal, militar,
tecnológica, etc. Nuestras aspiraciones personales, familiares, de clase social
y de desarrollo nacional están condicionadas por nuestra condición de país
sometido por la dependencia económica. Esta, crea simultáneamente dependencia
política. La posición del gobierno nacional contra Cuba y Venezuela es por
nuestra subordinación rastrera.
El gobierno de Velasco Alvarado,
tenía clara esta situación y por eso su proyecto de nueva sociedad apuntaba a
liberar el país de la dependencia, mediante políticas y programas de
autosuficiencia nacional. Promovió industria propia, regulación del mercado de
importaciones, nacionalización de empresas extranjeras, creación del agro
asociativo con precios rentables, diversificación de abastecimiento militar, no
alineamiento político, etc.
El proyecto de Velasco se frustró por
intervención de la dominación estadounidense y, volvió a imperar la estructura
de ataduras económicas de nuestra dependencia. Asuntos como los mencionados
podrían ser trabajados en el resurgimiento de nuestras filas, dando mayor
fuerza ideológica a nuestros proyectos políticos.
La acumulación de capitales propios,
priorizando los capitales comunitarios y estatales podría ser la base de
nuestro desarrollo sostenible y equitativo. El problema es que mientras estemos
sometidos al poder extranjero, no lo podremos hacer. ¿Cómo lograrlo? Dejo en
vuestras opiniones el debate correspondiente.
Septiembre 25/ 2024
Mayor información en https://wordpress.com/view/republicaequitativa.wordpress.com
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