Quincena-09
Materiales
Preparatorios de 7 Ensayos
ECONOMÍA
COLONIAL
I
El
año económico de 1925 nos ha recordado de nuevo que toda la economía de la
costa y, por ende, del Perú nacido de la conquista, reposa sobre dos bases que,
físicamente, no pueden parecerle a nadie asaz sólidas: el algodón y el azúcar.
Esta constatación carece sin duda de valor para los hombres prácticos.
Pero la visión de los hombres prácticos está siempre demasiado dominada
por las cosas de la superficie para ser verdaderamente profunda. Y, en algunas
cuestiones, la teoría cala más hondo que la experiencia.
La
teoría, además, interviene, mucho más de lo que se piensa, en conceptos
aparentemente empíricos y objetivos. El mundo, por ejemplo, cree en la solidez
de la economía británica no tanto por lo que le dicen las cifras de su comercio
sino porque sabe que la base de esta economía es el carbón. Y su confianza en
el resurgimiento de la economía alemana tiene seguramente análogos motivos. La
prueba está en que esa confianza sólo se ha quebrantado cuando se ha visto
amenazado o socavado uno de los cimientos de Alemania: el carbón y el hierro.
La
metáfora que es, evidentemente, una necesidad más bien que un gusto nos ha
habituado a representarnos una sociedad, un Estado, una economía, etc. como un
edificio. Esto explica la preocupación inevitable del cimiento.
En
el discurso del 1925 por otra parte, ha sido la naturaleza -no la teoría- la
que nos ha revelado la poca consistencia del azúcar y del algodón como bases de
una economía. Ha bastado que llueva extraordinariamente para que toda la vida
económica del país se resienta. Una serie de cosas, que mucha gente se había
acostumbrado ya a mirar como adquisiciones definitivas del progreso peruano,
han resultado dependientes del precio del azúcar y del algodón en los mercados
de New York y Londres.
II
El
Perú es, prevalentemente, un país agrícola. No obstante el crecimiento de la
producción minera, los productos agrícolas y animales siguen constituyendo la
mayor parte de nuestras exportaciones. Y, mientras casi toda la producción
minera está destinada a la exportación, una buena parte de la producción
agro-pecuaria es absorbida por el país mismo. Teniendo en cuenta este dato, el
valor de la producción minera queda muy por debajo del valor de la producción
agrícola. Pero el suelo no produce aún todo lo que la población necesita
para su subsistencia. *El capítulo más alto de nuestras importaciones es el de
“víveres y especies”: Lp. 3´620.235 en el año 1924. Esta cifra, dentro de una
importación total de dieciocho millones de libras, denuncia uno de los
problemas de nuestra economía. No es posible la supresión de todas nuestras
importaciones de “víveres y especies”; pero sí de sus más fuertes renglones. El
más grueso de todos es el de la importación de trigo y harina que en 1924
ascendió a más de doce millones de soles.
Un
interés urgente y claro de la economía peruana exige desde hace mucho tiempo
que el país produzca el trigo necesario para el pan de su población. Si este
objetivo hubiese sido ya alcanzado, el Perú no tendría que seguir pagando al
extranjero doce o más millones de soles al año por el pan de cada día.
¿Por
qué no se ha resuelto este problema de nuestra economía? No sólo porque el
Estado no se ha preocupado aún de hacer una política de subsistencias.
Tampoco el cultivo de la caña y el de algodón son los más adecuados al suelo y
al clima de la costa. Uno solo de los valles, uno solo de los llanos
interandinos -que algunos kilómetros de ferrocarril y de caminos abrirían al
tráfico- puede abastecer abundantemente de trigo, cebada, etc. a toda la
población del Perú.
El
obstáculo, la resistencia a una solución, se encuentra en la estructura misma
de la economía peruana. La economía del Perú es una economía colonial. Su
movimiento, su desarrollo, están subordinados a los intereses y a las
necesidades de los mercados de Londres y de New York. Estos mercados miran
en el Perú un depósito de materias primas y una plaza para sus manufacturas. La
agricultura peruana obtiene, por eso, créditos y transportes sólo para los
productos que puede ofrecer con ventaja en los grandes mercados. La finanza
extranjera se interesa un día por el caucho, otro día por el algodón, otro día
por el azúcar. El día en que Londres puede recibir un producto, a mejor precio
y en cantidad suficiente, de la India o del Egipto, abandona instantáneamente a
su propia suerte a sus proveedores del Perú. Nuestros latifundistas,
nuestros terratenientes, cualesquiera que sean las ilusiones que se hagan de su
independencia, no actúan en realidad sino como intermediarios o agentes del
capitalismo extranjero.
III
Esta
dependencia de la economía peruana se deja sentir en toda la vida de la
nación. Con un saldo favorable en su comercio exterior, con una
circulación monetaria sólidamente garantizada en oro, el Perú, a causa de esa
dependencia, no tiene, por ejemplo, la moneda que debía tener. A pesar del
superávit en el comercio exterior, a pesar de la emisión fiduciaria, la libra
peruana se cotiza con un 23 ó 24% de descuento. ¿Por qué? En esto, como en
todo, aparece el carácter colonial de nuestra economía. El saldo del comercio
exterior, a poco que se lo analice, resulta ficticio. Las naciones europeas
tienen “importaciones invisibles” que equilibran su balanza comercial: remesas
de los inmigrantes, beneficios de las inversiones en el extranjero, utilidades
de la industria del turismo, etc. En el Perú, como en todos los países de
economía colonial, existen, en cambio, “exportaciones invisibles” Las
utilidades de la minería, del comercio, del transporte, etc. no se quedan en el
Perú. Van, en su mayor parte, en forma de dividendos, intereses, etc. al
extranjero. Para recuperarlas, la economía peruana necesita pedirlas en
préstamo.
Y
así, en cada uno de los trances, en cada uno de los episodios de la experiencia
histórica que vamos cumpliendo, nos encontramos siempre de frente al mismo
problema: el problema de peruanizar, de nacionalizar, de emancipar nuestra
economía.
JCM,
08.01.25 COC Tomo 11 Peruanicemos al Perú, págs. 93-95
*A
partir de este párrafo, todo lo contenido en la II parte de este artículo está
reproducido en 7 Ensayos, “El Problema de la Tierra” (Nota de la COC de
JCM) (Énfasis agregados)
Si 7 Ensayos es la obra cumbre de JCM, toda su producción tiene que
ver, directa o indirectamente con ella, incluso su obra posterior. Para no
mencionar sino dos, Temas de Educación tiene que ver mayormente con
el análisis de la superestructura, (Años atrás, el análisis de la Educación fue
difundido promoviendo la necesidad de la Escuela de Estudio y
Trabajo que exponía el Maestro Germán Caro Ríos, discípulo del Amauta); Peruanicemos
al Perú tiene que ver mayormente con el análisis de la base.
(Una acotación: según la norma gramatical, “al” se refiere a “quién”, “él” se
refiere a “qué” Así, debería ser: “PERUANICEMOS EL PERÚ” Pero si
desde Balarezo Pinillos se usa “al”, sólo un acuerdo colectivo, orgánico y
oficial, podría hacer la corrección)
Bien, en este análisis de la base resalta su artículo Economía Colonial,
reproducido en gran parte en los propios 7 Ensayos. Y es que el análisis
de JCM parte de la realidad profunda (semifeudal, semicolonial), y no de la
realidad superficial (independencia, emancipación) Es, entonces, hasta ridículo
pretender basarse en JCM para defender el “crecimiento económico actual” del
país. Bien señala: “Pero el dato no es sino el dato. Yo no me fío demasiado del
dato. Lo empleo como material. Me esfuerzo por llegar a la interpretación”
(23.07.26) Un ejemplo es su análisis en Economía Colonial. Y una guía para
analizar cualquier Anuario Económico actual.
Hay tres artículos cercanos de JCM respecto a esta interpretación: El
Hecho Económico (14.08.25), Economía
Colonial (08.01.26), Entrevista (11.02.26) Al leerlos juntos se
constata cómo elaboraba JCM su proyecto de 7 Ensayos. El primero y el segundo
los reproduce en extenso en el análisis de la base. El tercero lo reitera en el
análisis de la superestructura.
Ya tempranamente había señalado que “Política de trabajo (…) es pues la que
aquí nos hace falta. Política de trabajo y también política de educación”,
porque “El pueblo paupérrimo y miserable ha vivido para alimentar un ejército”
(22.06.18) Después desenmascara a “los negros autores del atraso del país”
(03.08.19) Podía señalar, aunque aún no podía precisar el porqué de la miseria
y atraso del país.
Apenas publicado su artículo Economía Colonial, comienza el desarrollo del
primero de sus 7 Ensayos (ESQUEMA DE LA EVOLUCIÓN ECONÓMICA, cinco
partes) repitiendo el mismo título: I La Economía Colonial (15.01.26)
que concluye señalando: “Estas fueron las bases históricas de la nueva economía
peruana. De la economía colonial -colonial desde sus raíces- cuyo proceso no ha
terminado todavía. Examinemos ahora los lineamientos de una segunda etapa. La
etapa en que una economía feudal deviene poco a poco, economía burguesa. Pero
sin cesar de ser, en el cuadro del mundo, una economía colonial” Y así continúa
su análisis de la realidad profunda en II Las Bases Económicas de la
República.
En III El Período del Guano y del Salitre, advierte al lector: “Pero este
rápido esquema de interpretación no se propone ilustrar ni enfocar esos
fenómenos sino fijar o definir algunos rasgos económicos sustantivos de la
formación de nuestra economía para percibir mejor su carácter de economía
colonial. Consideremos sólo el hecho económico” Con el guano y el salitre se
formaron “los primeros elementos sólidos de capital comercial y bancario” Así,
“El guano y el salitre ocuparon un puesto desmesurado en la economía peruana.
Sus rendimientos se convirtieron en la principal renta fiscal. El país se
sintió rico. El Estado usó sin medida de su crédito. Vivió en el derroche,
hipotecando su porvenir a la finanza inglesa” Así surgió la clase capitalista
peruana, no capitalista industrial sino comercial y bancaria. No era, pues “una
burguesía orgánica” (p.22) Era y sigue siendo una burguesía que “tiene el
concepto de la renta antes que el de la producción”, que “no se preocupa de la
productividad de las tierras. Sólo se preocupa de su rentabilidad”, que
-reitera-, “no se preocupa de la productividad sino de la rentabilidad de la
tierra” (págs. 34, 94, 103 en la COC)
Con la afirmación de la nueva economía como economía prevalecientemente
costeña, se acentuaron “el dualismo y el conflicto que hasta ahora constituyen
nuestro mayor problema histórico” Aún más, se nos reveló “el peligro de una
prosperidad económica apoyada o cimentada casi exclusivamente sobre la posesión
de una riqueza natural, expuesta a la codicia y al asalto de un imperialismo extranjero”
Antes fueron los metales preciosos. Cuando la Colonia, galeones repletos de
ellos se los llevaron a la Metrópoli. Este fabuloso “crecimiento económico”
originó la expresión “¡Vale un Perú!” ¿Qué nos dejó? Miseria y atraso.
Luego fue el “crecimiento económico” con el guano y el salitre. ¿Qué nos dejó?
Miseria y atraso. Después fue el “crecimiento económico” con el caucho.
¿Qué nos dejó? Miseria y atraso. Después fueron el cobre, hierro,
petróleo. ¿Qué nos dejan hasta el presente? Miseria y atraso. Ahora es el
cuento del extractivismo. ¿Qué nos deja? Alguien “explica” muy suelto de
huesos: “Es que puede haber crecimiento económico sin desarrollo social.
Esperemos. Aún no es tiempo de este desarrollo” ¡¡¡Oh!!! Con similares palabras,
¿no es lo que circuló en un reciente “debate” virtual acerca del actual
“crecimiento económico”?
En IV Carácter de Nuestra Economía Actual, reitera que “La economía
peruana, mediante el reconocimiento práctico de su condición de economía
colonial, consiguió alguna ayuda para su convalecencia” Y es que “en el plano
económico se percibe siempre con más claridad que en el político el sentido y
el contorno de la política, de sus hombres, de sus hechos” Se establece la
industria moderna y se forma el proletariado industrial. Cumple su función el
capital financiero, con bancos nacionales “enfeudados a los intereses del
capital extranjero y de la gran propiedad agraria” Con la política de
empréstitos, EUA “se cuida de que sean invertidos con beneficio para la
industria y el comercio norteamericanos”
Y en V Economía Agraria y Latifundismo Feudal, JCM constata que “El Perú
mantiene, no obstante el incremento de la minería, su carácter de país
agrícola” porque “El cultivo de la tierra ocupa a la gran mayoría de la
población nacional” Y es que no hay país “minero” O se es país industrial o se
es país agrícola. País “minero” (antes, país “guanero”) es el papel celofán de
regalo con que se esconde la explotación colonial: “La minería, el comercio, los
transportes, se encuentran en manos del capital extranjero”
Todo esto fue escrito en 1928, pero ¿acaso no expresa la realidad actual?
7
Ensayos fue la base teórica para la acción política. Por eso
el Programa del Partido Socialista del Perú, en diferentes puntos reitera
este análisis: “3.- El agudizamiento de las contradicciones de la economía
capitalista. El capitalismo se desarrolla en un pueblo semifeudal como el
nuestro; en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y del
imperialismo, la ideología liberal, correspondiente a la etapa de la libre
concurrencia, ha cesado de ser válida. El imperialismo no consiente a ninguno
de estos pueblos semicoloniales, que explota como mercados de su capital y sus
mercancías y como depósito de materias primas, un programa económico de
nacionalización e industrialismo; los obliga a la especialización, a la
monocultura (petróleo, cobre, azúcar, algodón, en el Perú); 5.- El destino
colonial del país reanuda su proceso” (¡7 de Octubre de 1928!) ¿Se puede
considerar no vigente este Programa?
Entonces, el “crecimiento económico” tiene varias relaciones:
-¿quién
invierte en la minería extractiva (sin valor agregado), el capital
transnacional (bancocracia) o el capital marginal (rentismo)?
-¿se
puede separar, en lo nacional, crecimiento económico de desarrollo social?
-¿por
qué la minería transnacional tiene todo el respaldo oficial en el país?
-¿por
qué la minería tradicional, artesanal es prohibida y combatida como “ilegal”?
-¿quién
percibe mayormente las ganancias en el extractivismo actual, el capital
transnacional (98% de plusvalía) o el rentismo marginal estatal (2% de
“regalías”)?
-¿se
puede salir así de la miseria y atraso del país con estas “regalías”?
-¿dónde
hay mayor población laboral: en el campo, en las minas, en servicios?
-¿se
desarrolla en el campo la agricultura alimentaria o la agricultura de
exportación?
-¿cuál
es la relación entre ganancia transnacional y deuda pública?
-¿por
qué la banca nacional es independiente del Estado y no de la banca
transnacional?
Pero difundir artículos de JCM “olvidando” Economía Colonial, para
“debatir” hasta el cansancio el “crecimiento económico”, es apenas un burdo
subterfugio para eludir el debate acerca de la preparación de la
organización. ¡Ni chicha ni limonada!
Y la esencia es que, para su uso y consumo toda economía
colonial genera consciente, subconsciente, inconscientemente su
propia mentalidad colonial.
Ragarro
26.08.13
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