lunes, 20 de junio de 2011

¿ LA GUERRA ES LA ÚNICA SOLUCIÓN ? SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS CON LA GRAN CRISIS DE 1930


Como en los años 30, ¿la única solución es la guerra?

Norberto Emmerich
Rebelión


Frente a la crisis del 30, que comenzó en los Estados Unidos y se exportó al resto del mundo, los países reaccionaron de distintas maneras. En Gran Bretaña supieron recurrir al pragmatismo político al romper el esquema bipartidista y tomar en cuenta al laborismo para un gobierno de unidad nacional. En este nuevo gobierno los estratos sociales del viejo poder económico se manifiestan en expresiones superestructurales diferenciadas. El Partido Conservador representa a los grupos sociales renuentes a las innovaciones, cerradamente proteccionistas, vinculados con la Iglesia; los liberales representan una estructura social más innovadora, partidaria del libre cambio y de los gobiernos municipales autónomos; los laboristas expresan a los nuevos sectores sociales, apoyados en el proletariado urbano, los trade union.

Para el pragmatismo inglés un gobierno de este tipo podría sobrellevar la crisis con mayor sensación de consolidación del orden que un gobierno monopartidario. Los conservadores aseguran la colaboración de la burguesía financiera, los liberales vinculan a la estructura metropolitana con la Commonwealth y los laboristas flexibilizan la relación con los sindicatos. La aplicación de distintas estrategias con el mismo fin de equilibrar áreas que necesariamente van a desequilibrarse es lo que dará sentido al gobierno de unidad nacional.

En la primera coyuntura el jefe de gobierno es un laborista, Mc Donald, jefe del partido. Es una señal del stablishment a favor de una mejor relación con los sindicatos. Mc Donald flexibiliza la política oficial con los sindicatos y reduce al mínimo las huelgas y la oposición de los sectores de ingresos fijos, buscando que la depresión no altere el orden institucional. Este esquema necesita un saldo de balanza comercial y saldo de balanza de pagos lo más estable posible en el contexto de las consecuencias inmediatas a la crisis. Para que los resultados de balanza comercial y de pagos no afecten decisivamente al saldo metropolitano está la Commonwealth, que en 1932 firma el pacto de Ottawa, en el peor momento de la crisis, con un bajo nivel del PBI y alto nivel de precios internos. Superado ese mal momento mediante la aplicación de estos recursos políticos y económicos, surge en 1935 el gobierno conservador, cuando ya no hacen falta los laboristas. Asume el gobierno conservador de Baldwin quien elabora una política de ajuste liberal, no ortodoxa, con gasto público aplicado a defensa, fuertemente multiplicador.

Inglaterra dice defenderse de la burocracia nacionalista de Japón, que avanza sobre el sudeste asiático buscando mercados externos.

La invasión de Manchuria en 1932 expulsa a los japoneses de la Sociedad de las Naciones pero es una respuesta a la crisis por su carencia de insumos, que lo obliga permanentemente a innovar o a comerciar en la corta distancia con China.

El problema del Manchukúo es el primer acto de una serie ocupaciones japonesas del sudeste asiático: Malasia, Singapur, Indochina francesa, Birmania, todo antes de diciembre de 1942, todo sobre colonias británicas. El doble discurso de la elite británica gobernante habla de pacificación pero busca generar un efecto multiplicador en el área de defensa. Si manejar eficientemente ese esquema erradica el desempleo, la guerra es la política anticíclica por excelencia para salir de la crisis mundial.

Frente al pragmatismo inglés el caso de Francia es muy diferente ya que los franceses carecen del despliegue inglés. Si los ingleses logran cumplir tres tareas al mismo tiempo con un gobierno de unidad nacional, los franceses tendrán que hacerlo en tres gobiernos diferentes. Los nacionalistas de Laval son estatistas, el Frente Popular de Blum es izquierdista y Daladier es conservador. Con Laval hay congelamiento salarial y el gasto público se dirige al pago de la deuda pública local y externa, ya que Francia se endeudó penosamente en la primera guerra mundial. La política del Frente Popular plantea un esquema de distribución del ingreso, pero sin pacto social la reducción de la jornada laboral y el aumento de salarios no son acompañados de un crecimiento de la productividad. La inflación provoca el ascenso de los conservadores de Daladier quienes aplican políticas de ajuste anti-inflacionario que se traducen en recorte del gasto y devaluación del franco para mejorar las exportaciones.

En Alemania el gobierno surgido de las elecciones de 1933 fue un gobierno de primera minoría que no contaba con apoyos claros y cuyo programa tenía tres consignas centrales. La primera era no pagar la deuda externa, la segunda era garantizar el pleno empleo y la tercera proteger los intereses alemanes en el exterior. El Lebensrawn, la teoría del espacio vital, es una política de saneamiento del déficit fiscal, de apropiación de recursos básicos que Alemania no tiene.

Italia invade Etiopía como una maniobra de distracción de Mussolini para evitar la profundización de contradicciones internas en Italia, que padece un fuerte déficit fiscal. Italia es expulsada de la Sociedad de las Naciones por la invasión y se queda sin recursos. Para romper su aislamiento se acerca a Alemania y firma el pacto Anticomintern contra el Frente Popular que gobierna en España y Francia. Luego viene Guernica, la gran guerra ya había comenzado.

La crisis de 2008 y sus características en cada país

En Gran Bretaña, conservadores y liberales acordaron la formación de un gobierno de coalición tras los resultados electorales del 6 de mayo de 2010 que no dio la mayoría absoluta a ninguno de los tres partidos. En esta coalición donde faltan los laboristas, los programas de gobierno de ambos partidos difieren en todos los puntos, sólo están de acuerdo en un recorte del gasto público, previendo realizar un ajuste económico con cierto consenso. La coalición también insistió en que Gran Bretaña permaneciera fuera de la eurozona, con la intención de alejarse de las turbulencias que azotan a la Unión Monetaria Europea. El ajuste terminó siendo más duro de lo que los líderes políticos habían previsto inicialmente pero se justificaba por el objetivo de evitar que las calificadoras de riesgo bajaran la calificación como en Grecia o España.

Alemania está en una posición imperialista que no tenía en los años ‘30 y propone al resto de los países europeos “armonizar las políticas fiscales, laborales y sociales para mejorar la competitividad”. También ha propuesto desvincular los salarios de la inflación. Así nivela continentalmente las políticas de ingreso de los trabajadores, sean planes sociales, legislación laboral, salarios, presión tributaria o negociaciones colectivas, creando una masa laboral continental a precio único.

Los dirigentes políticos alemanes declararon que el EFSF (Fondo de Estabilidad Financiera Europea) tenía fondos suficientes para enfrentar cualquier crisis, que gracias a las garantías de los gobiernos europeos podría disponer de 440 mil millones de euros, frente a los 225 mil millones con que contaba hasta entonces. De esta forma presionaban a sus socios europeos sobre la conveniencia de un ajuste fiscal y la aceptación de nuevas reglas que limitasen los salarios y el gasto público en los países de la eurozona. Si Alemania debe asumir un mayor riesgo y aportar nuevos fondos para sostener a la periferia y al euro para que Europa sobreviva, el resto de los países tendrán que reconfigurar sus políticas económicas de acuerdo al parámetro alemán. Los políticos alemanes se justifican diciendo que Alemania no cometió los excesos de la periferia y que al contrario que el resto de Europa está viviendo una fuerte recuperación económica. Solo a cambio de estas contrapartidas de ajuste en la periferia podrá Angela Merkel convencer a su electorado de que Alemania deberá aumentar las subvenciones al resto de los países europeos para mantener a flote el euro. La burguesía alemana se asegura que si su país va a financiar la zona euro, Europa se configurará de acuerdo a la imagen diseñada por ellos.

El Pacto por la Competitividad no es un documento declarativo vacío de contenido. A los países que suscriban el pacto se les piden compromisos concretos y deberán adoptar seis medidas de nivelación:

1. Reformar sus constituciones para limitar el endeudamiento público por ley. Alemania ya lo ha hecho.

2. Ajustar sus sistemas de pensiones a la evolución demográfica. En concreto, que todos los países retrasen la edad jubilatoria a los 67 años.

3. Abolir todas las cláusulas automáticas de actualización salarial vinculada a la inflación. Estas cláusulas todavía existen en España, Bélgica, Austria y Portugal.

4. Armonizar los criterios de aplicación del impuesto a las sociedades. Recientemente Irlanda rechazó aumentarlos.

5. Reconocer los títulos profesionales nacionales a nivel europeo

6. Crear mecanismos de gestión de posibles crisis bancarias a nivel nacional

Uno de los elementos que permiten comprender la situación alemana dentro de Europa es la diferente estructura del capitalismo alemán y del capitalismo anglosajón. Las políticas anglosajonas impulsan la desregulación, la deslocalización y una redistribución asimétrica de la riqueza nacional. Así favorecen el crecimiento del sector financiero y la contracción de los sectores manufactureros. En contraste, las políticas germánicas sostienen un sector productivo amplio, eficaz y muy especializado. Las políticas neo-corporativistas y mercantilistas alemanas se deducen de estos factores estructurales, cuyo punto central es la repetición del mecanismo de keynesianismo bélico de “mendigar al vecino”, plasmada en contratos comerciales depredadores de su “espacio vital” utilizados por el nazismo triunfante y replicado ahora sobre el nuevo “lebensraum”, la Unión Europea.

Es un imperialismo débil, anclado en la pertenencia al euro. La prolongación de la crisis europea podría, como sucedió en el cono sur de América Latina, cambiar la situación en forma dramática.

En Grecia, el gobierno está preparando el anuncio de otro ajuste de € 6.4 mil millones (9.3 mil millones de dólares) en medidas de austeridad y venta de activos, después de que la calificadora Moody’s redujo el ranking del país en tres puntos. El gobierno griego respondió a la baja de calificación sosteniendo que avanzará con las medidas de austeridad exigidas por la Unión Europea y el FMI a pesar de la oposición interior.

El plan implica que el gobierno griego venderá su participación del 40% en la Thessaloniki Water Supply and Sewerage Company, una participación del 21% en el aeropuerto internacional de Atenas y la totalidad de su 34% de participación en Postbank Helénica, según informó el periódico griego Kathimerini.

El FMI y los bancos europeos están exigiendo el control del proceso de ventas para saber quién comprará los activos del Estado griego y a qué precio. Insisten en que a cambio de nuevos préstamos la economía griega debe abrirse al saqueo directo de la élite financiera. Estas políticas de austeridad se han encontrado con la oposición masiva de la población griega. Miles de trabajadores han ocupado el centro de Atenas y otras ciudades todas las noches para protestar contra las medidas. Los trabajadores de la Organización Helénica de Telecomunicaciones (OTE), la compañía griega de telecomunicaciones que es en parte de propiedad estatal, se declararon en huelga al igual que los trabajadores del ferrocarril eléctrico Kifissia-Pireo (ISAP). ADEDY, el principal sindicato griego del sector público, con 280.000 miembros y el GSEE, un sindicato del sector privado con 450.000 miembros, entraron en huelga general.

Las protestas se desarrollan cada vez más fuera del control de las estructuras sindicales oficiales. Tras una sucesión de protestas sin fuerza y diversas manifestaciones organizadas por los sindicatos que atrajeron a un número cada vez menor de participantes, ha comenzado una nueva oleada de protestas. El domingo 5 de junio más de 70.000 personas se abarrotaron en la Plaza Syntagma de Atenas para protestar frente al edificio del Parlamento. La manifestación fue la culminación de una serie de 12 reuniones realizadas todas las noches y en gran parte inspiradas por el movimiento de ciudadanos indignados en España e Italia. Un banner destacado en la protesta del domingo decía: "los banqueros, ladrones, estafadores". Miles más se manifestaron en otras ciudades griegas.

Estados Unidos, como potencia mundial, enfrenta dos problemas: uno interior y otro exterior. En el interior, los Estados de la Unión están impulsando políticas de ajuste neoliberal ortodoxo y el propio presidente Barack Obama dio a conocer detalles de su plan para recortar drásticamente las regulaciones económicas, centralmente los pagos compensatorios de accidentes de trabajo, en el intento de eliminar todas las restricciones a la actividad de las grandes empresas.

El esquema desregulatorio de la Casa Blanca forma parte del giro hacia la derecha de la administración demócrata iniciado a raíz del resultado electoral del año 2010 y su antikeynesiano manejo de la crisis económica, totalmente inverso a la lección que Roosevelt aprendió de Huey Long en la Lousiana de fines de los ‘20.

Los gobernadores estatales, al contrario de la política de ataque directo a los trabajadores que manifiesta el gobierno federal, se dirigen primariamente contra el sistema educativo.
En Texas el acuerdo bicameral del 16 de mayo impone drásticos recortes a la educación, la salud y otros servicios sociales.
En Nueva York la Unión de Maestros del Estado ha dicho que habrá 13.500 empleados despedidos. La Alianza para la Calidad de la Educación reportó que el 88% de los 700 distritos está despidiendo a personal escolar, como consejeros, bibliotecarios y ayudantes y profesores.
Nevada lidera los indicadores estadounidenses de desempleo, bancarrotas y ejecuciones hipotecarias y tiene un déficit presupuestario que asciende al 54% del presupuesto total del Estado, el porcentaje más alto de la nación. El gobernador republicano Brian Sandoval planea reducir la educación K-12 (inicial, primaria y secundaria) en $ 270 por estudiante y también la educación superior por un monto total de $ 162 millones.

En Michigan, según el plan del gobernador Rick Snyder, el presupuesto de educación reduciría el gasto por alumno de las escuelas K-12 por un monto total de $ 470 cada uno, una sumatoria de $ 300 en cortes estatales y $ 170 en fondos federales. Esto equivale a un descenso del 8 al 10% de la financiación para la mayoría de los distritos en el Estado. La Cámara de Representantes de Michigan propone hacer recortes aún mayores, reduciendo la financiación total federal y estatal hasta en $ 501 por estudiante.

En Illinois, los demócratas que controlan ambas Cámaras de la Asamblea General, están de acuerdo en que el déficit del Estado se ejecutará principalmente a través de recortes al sistema de salud, a la educación, sobre la indemnización de los trabajadores y en la ayuda a los municipios. La Cámara también intenta reducir los pagos a los hospitales de Medicaid por un monto de $ 463 millones, lo que tendrá un efecto devastador en muchos hospitales. También se prevé la reducción de los honorarios pagados a los proveedores médicos para el tratamiento compensatorio de las lesiones de los trabajadores.

En Florida los legisladores votaron el viernes 13 de mayo un tope a los pagos a Medicaid, proveedores del sistema de salud. La legislación va a modificar profundamente la calidad y disponibilidad de la atención médica de 2,9 millones de beneficiarios estatales de Medicaid.
En Pennsylvania, a raíz de la brutal propuesta de presupuesto 2011-2012 del gobernador Tom Corbett, que elimina $ 1.2 mil millones de dinero de la educación pública, el distrito escolar de Filadelfia debe enfrentar ahora un déficit de 629 millones de dólares.
En California, el gobernador demócrata Jerry Brown dió a conocer el 16 de mayo su proyecto de presupuesto donde se esfuerza por cerrar el déficit mediante medidas fiscales regresivas contra la clase obrera por un monto de $ 9.1 mil millones.

El gobernador amenazó con poner en práctica miles de millones más en recortes a la educación K-12 y a otros servicios sociales si sus propuestas fiscales no son aprobadas. Similares medidas se están promoviendo y aplicando en otros Estados.

En el plano externo, las fuerzas armadas de Estados Unidos están llevando a cabo ataques simultáneos con aviones no tripulados, bombardeos, asesinatos selectivos con fuerzas especiales y combates en tierra en cinco países distintos: Irak, Afganistán, Pakistán, Libia y Yemen. Al mismo tiempo está presionando hacia una salida armada a Siria y China. El Congreso estadounidense está considerando un nuevo modelo de declaración de guerra que autoriza el empleo de las fuerzas armadas de Estados Unidos en un conflicto sin fin, sin límites y sin un claro enemigo. Se trata de un instrumento legal, que actualiza la declaración del 18 de septiembre de 2001, para expandir los límites geográficos, políticos y temporales del conflicto, transformándolo en una guerra global permanente. El nuevo texto, redactado por el republicano Howard McKeon, dice que “los Estados Unidos están empeñados en una guerra contra las naciones, las organizaciones y los individuos que forman parte o apoyan a Al-Qaeda, a los talibanes o a las fuerzas aliadas que participan en hostilidades contra los Estados Unidos, contra los miembros de la Coalición o a favor de las citadas naciones, organizaciones o personas”. La nueva declaración de guerra también autoriza la detención de los enemigos sin límites de tiempo: “El presidente tiene la autoridad para detener a los combatientes hasta el final de las hostilidades”. El texto propuesto no menciona un daño específico, como el ataque del 11 de septiembre, o una amenaza específica. Se sostiene que Estados Unidos está en guerra dondequiera que haya sospechosos de terrorismo, independientemente de si existe un peligro real.
Cuando defendió la guerra contra Libia, Obama publicitó una doctrina que prescinde hasta del pretexto de una amenaza potencial para justificar la guerra. En lugar de ello afirma que Estados Unidos tiene el derecho de hacer la guerra siempre que considere que sus "intereses y valores" están en juego, incluso si los objetivos a ser atacados no suponen ninguna amenaza perceptible para su seguridad. Entre estos valores inviolables Obama ha incluido el "mantener el flujo del comercio", el flujo de beneficios destinado a las arcas de las compañías petroleras de Estados Unidos y a otras corporaciones.

En Yemen, Estados Unidos ha recurrido nuevamente al fantasma de Al Qaeda para bombardear el país con aviones no tripulados y de combate. Por otro lado está prácticamente confirmado que el gobierno de Iraq solicitará a Estados Unidos que sus tropas permanezcan en el país más allá del plazo límite del 31 de diciembre de 2011.

En Pakistán el Pentágono apuesta a una jugada sumamente peligrosa denominada Operación Atardecer que marca el traslado del teatro de la “guerra contra el terror” de Afganistán a la inestable Pakistán, que afronta un vacío de poder con serias divisiones dentro del ISI –el servicio de inteligencia–, entre el ISI y una parte del ejército y entre el ejército y el gobierno.

En Siria está tratando de explotar el levantamiento popular contra el régimen del presidente Bashar al-Assad con el objetivo de romper la alianza de Damasco con Irán o avanzar hacia un cambio de régimen. Esta situación ha obligado al cambio de política exterior de Turquía, convertido ahora en socio del jaqueado gobierno vecino.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), de Naciones Unidas, también se ha volcado contra Siria. Su consejo elevó un informe al Consejo de Seguridad sobre un supuesto intento sirio de construir un reactor nuclear secreto en su desierto oriental. El informe sostiene que es "muy probable" que se esté construyendo un reactor nuclear en el lugar, en parte destinado a la fabricación de bombas de plutonio. La resolución abre la vía a sanciones o medidas punitivas de la ONU.
Respecto a China el economista estadounidense Nouriel Roubini, quien predijo acertadamente la crisis mundial del 2007-2008, advirtió ahora sobre una próxima crisis. Después de la aplicación de los programas de estímulo de 2008 la participación de la inversión fija como porcentaje del PBI se incrementó del 42% al 47% en 2009 y a casi el 50% en 2010.

"El problema, por supuesto, es que ningún país puede ser suficientemente productivo como para reinvertir el 50% del PBI en nuevo capital social, sin enfrentar eventualmente un exceso de capacidad y un enorme problema de préstamos morosos. China está lleno de exceso de inversión en capital físico, infraestructura y propiedad", escribió Roubini.
Predijo que el desplome ocurra probablemente en 2013 seguido por un período prolongado de crecimiento lento, similar a las consecuencias de la crisis financiera asiática de 1997-1998. Ya hay indicios de que la economía china se está desacelerando, un proceso que ha sacudido a los comentaristas económicos y recorrido los mercados a nivel mundial en las últimas semanas.

Al mismo tiempo, la agencia calificadora internacional de crédito Standard & Poor's advirtió sobre las posibles consecuencias de las medidas anti-inflacionarias del gobierno chino, especialmente las de amarrar la oferta de crédito. Su informe señaló que "la inflación y una posible desaceleración económica derivada del refuerzo de las medidas podría dar lugar a un aumento en las pérdidas de crédito en los próximos dos o tres años. La rentabilidad de los bancos chinos podría caer en lo que resta del 2011 y producir una nueva caída en los próximos dos años".

Después de la crisis financiera mundial del 2008, que rápidamente destruyó unos 20 millones de empleos en China, principalmente en las industrias de exportación, el régimen chino abrió las compuertas del crédito del banco estatal para estimular la economía. El préstamo de 17.5 billones de yuanes (2.7 billones de dólares) en 2009 y 2010 fue igual a una cuarta parte del PIB de China durante ese período. El resultado ha sido una sobrecapacidad en la industria, el alza de precios de los inmuebles y una montaña de deudas.

La Unión Europea se enfrenta a una guerra en Libia que marca un punto de inflexión en la política mundial. La decisión de bombardear el país fue tomada después del estallido de la revolución en Túnez y Egipto y pocos días después del inicio de la rebelión contra Muammar Gaddafi. A diferencia de las guerras en Afganistán e Irak, la iniciativa para el ataque fue llevada adelante por las antiguas potencias coloniales europeas, a quienes luego se unió Estados Unidos.
Lo que está en cuestión son las reservas estatales de petróleo y las reservas de gas en el desierto, el acceso a las materias primas y a los mercados de África, alrededor de los cuales ruge una batalla entre las viejas potencias imperialistas y la potencia en ascenso, China. Y al mismo tiempo se trata de la supresión de la revolución en el norte de África y Oriente Medio.
También la guerra de Libia es determinada por motivos políticos internos y sirve para desviar la atención de los conflictos sociales y crear las condiciones necesarias para una violenta represión. Sarkozy y Berlusconi tratan de imponer medidas de austeridad muy impopulares para la clase obrera.

La disputa entre Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos por un lado y Alemania por el otro se hizo evidente con el estallido de la guerra en Libia. Absteniéndose en la votación del Consejo de Seguridad por primera vez Alemania hizo un frente común con Rusia, China, India y Brasil en contra de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, sus aliados tradicionales. No ha tomado parte en la guerra, mientras que Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos votaron a favor de la resolución y pasaron a dominar el conflicto.

El eje franco-alemán ha sido la columna vertebral de la Comunidad Europea y la Unión Europea desde el Tratado de Roma de 1957. Este eje está mostrando claras líneas de ruptura. Aunque Estados Unidos ha mantenido la unidad política y militar con Europa durante décadas ahora ha desechado esa trayectoria al participar en una guerra con la oposición oficial de Berlín.
La abstención del ministro Westerwelle es la consecuencia lógica de la política exterior y de las diferencias económicas entre Alemania y Francia, cuyos intereses son contradictorios. En la última década la importancia de la región para la política exterior alemana ha crecido de manera constante por tres razones: la seguridad energética, la migración y la lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada. Libia es el cuarto más importante proveedor de petróleo de Alemania, Argelia es el octavo.

Alemania no es el único país interesado en el Norte de África, donde participa un número cada vez mayor de actores internacionales: Estados Unidos, Rusia, España, Italia, Gran Bretaña, y también cada vez más China, India y América Latina. Buscan cooperación energética y de seguridad, que incluye la venta de armas, la participación en la infraestructura de transportes y contratos en la construcción.

Francia explota los eventos en Libia con el fin de recuperar la ofensiva ya que las revoluciones en Túnez y Egipto fueron un duro golpe para las relaciones estrechas que mantenía con esos gobernantes depuestos. Mientras tanto Alemania cree que tiene una buena oportunidad de hacer negocios con los sucesores de esos gobernantes.

Por su parte Rusia y China, dos de las actuales potencias BRICS desafiantes del statu quo, han logrado una importante victoria estratégica en Kazajstan, donde la Royal Dutch/Shell cerró sus oficinas el 30 de mayo después de retirarse del proyecto de desarrollo petrolero del campo de Kashagan.

Kashagan es uno de los mayores campos de petróleo descubiertos en los últimos 30 años y es también uno de los campos técnicamente más difíciles. Se encuentra en la región norte del Mar Caspio, un ambiente hostil con vientos de más de 70 millas por hora y donde vuelan pedazos de hielo del tamaño de cantos rodados. Sin embargo el atractivo de 30 mil millones de barriles de reservas atrajo a muchas empresas occidentales y a otros al proyecto.

Estaba previsto que el campo de Kashagan entrara en producción antes de 2007, pero los miembros del consorcio subestimaron las dificultades de desarrollo del campo. Los costos se dispararon y el plazo para la entrada en producción se retrasó hasta el año 2014. Sin embargo alrededor de 2007 el gobierno kazajo empezó a seguir los dictados geopolíticos rusos y se enfocó en las empresas extranjeras de energía, elevando los impuestos y exigiendo el pago de honorarios por violaciones de contrato mientras incrementaba la intervención del gobierno en distintos proyectos energéticos.

El primer ministro kazajo, Karim Masimov, advirtió a los miembros del consorcio de Kashagan que si no mantenían los costos bajo control y cumplían con los plazos del proyecto, el proyecto sería congelado. Shell decidió dar por finalizado el contrato.

Dos de las empresas que conforman el consorcio de Kashagan son BP y ExxonMobil. BP fue miembro fundador del proyecto pero se alejó previendo los problemas actuales. ExxonMobil ha dejado claro que no quiere asumir el liderazgo y la responsabilidad.

La mayor parte del petróleo de Kazajstán va a Rusia, mientras que la nueva producción estaba destinada a enviar casi tanto petróleo a Rusia como a China, que se ha enfocado en Kazajstán como una nueva fuente de energía. Kazajstán es una fuente muy atractiva ya que las exportaciones a China seguirían una ruta terrestre a través de un estado fronterizo, a diferencia del trayecto actual por mar. Una vez que todos los tramos del oleoducto Kazajstán-China estén construidos en 2013, la línea abastecerá aproximadamente el 20% de las importaciones de petróleo de China.

Las movilizaciones crecen

Mientras Estados Unidos ajusta a sus trabajadores y pretende ajustar al mundo, la Unión Europea se divide y las potencias en ascenso disputan recursos a empresas imperialistas. En al polo social inverso, las manifestaciones del viernes 27 de mayo pasado en Egipto fueron las más grandes desde que el movimiento revolucionario de los trabajadores y los jóvenes obligaron a renunciar al viejo dictador Hosni Mubarak el 11 de febrero. Cientos de miles de personas se reunieron en la capital El Cairo y en otras ciudades para denunciar la política del gobierno militar establecido después de la caída de Mubarak.

Entre las consignas planteadas por los manifestantes estaba la convocatoria a una "segunda revolución". Esta frase expresa una comprensión crítica de la situación, que la caída de meses Mubarak tres meses y medio atrás no ha resuelto las aspiraciones democráticas sociales básicas de aquellas protestas.

En China miles de trabajadores inmigrantes de Guangzhou, distrito de Zengcheng, han participado de tres días de protestas y enfrentamientos con la policía desde el viernes pasado. Al igual que lo sucedido a Mohammed Bouazizi en Túnez, los disturbios fueron provocados cuando miembros de la seguridad urbana empujaron y tiraron al piso a Lianmei Wang, una vendedora callejera embarazada de 20 años de edad, al tratar de destruir su puesto.

Unos días antes 200 trabajadores migrantes de la ciudad cantonesa de Chaozhou se manifestaron fuera de un edificio del gobierno municipal. La manifestación se convirtió en un motín de miles de trabajadores, en el que cuatro vehículos fueron destruidos. La policía arrestó a nueve personas.

En otro enfrentamiento 2.000 manifestantes tomaron por asalto el edificio del gobierno en la ciudad de Lichuan, provincia de Hubei, por la muerte del ex legislador local Ran Jianxin, que había estado investigando la corrupción del gobierno en las transacciones lucrativas. Ran estaba siendo interrogado por la policía y murió el 4 de junio, aniversario de la masacre de Tiananmen.
En mayo miles de estudiantes y pastores de Mongolia Interior organizaron manifestaciones durante varios días por la muerte de un pastor y un residente local que fueron asesinados mientras protestaban contra las operaciones de la minería del carbón. En abril miles de conductores de camiones en Shanghai entraron en huelga contra el aumento de las tarifas y los precios de los combustibles.

El malestar tiene sus raíces en el incremento de las contradicciones de la economía china. El índice de precios al consumidor publicado el martes mostró que la inflación trepó en los últimos 34 meses a un máximo de 5.5% anual. Los precios de los alimentos se elevaron al 11,7%, afectando gravemente a los hogares de la clase trabajadora.

Al mismo tiempo los esfuerzos del régimen chino para contrarrestar la inflación han llevado a una crisis crediticia que golpea a las pequeñas y medianas empresas que emplean a decenas de millones de trabajadores. Desde octubre los bancos centrales han elevado las tasas de interés cuatro veces y el aumento de los índices de reservas en ocho ocasiones para frenar los préstamos.

Hay indicios de que una nueva ola de huelgas puede haber comenzado. Más de 400 trabajadores de la fábrica sur-coreana de neumáticos Kumho, en la ciudad de Changchun, realizaron un paro del 8 al 12 de junio. Se quejaron de que el 80% de los trabajadores reciben un salario básico de sólo 870 a 950 yuanes (u$s 134 - u$s 147) por mes, con pocos beneficios.

Al mismo tiempo continúan creciendo las tensiones en el Mar Meridional de China, donde China, Vietnam y Filipinas se enfrentan entre sí por los derechos territoriales sobre las aguas en disputa. Estados Unidos afirmó su interés en la región y alienta abiertamente las posturas cada vez más provocativas que están adoptando Filipinas y Vietnam, quien anunció que realizaría ejercicios con munición naval en el Mar de China Meridional, dando un nuevo paso en la escalada de confrontación.

Filipinas, Vietnam y Japón, aliados de Estados Unidos, están siendo alentados por Washington para desempeñar un papel más firme en la contención de China. Al tratar de usar su fuerza militar actual para mantener su predominio marítimo, Estados Unidos está elevando deliberadamente las tensiones con China.

Reflexión final

Hay similitudes en el comportamiento de los actores entre la crisis del 30 y la crisis actual:

1. La crisis comienza en Estados Unidos
2. Inglaterra forma un gobierno de coalición
3. Italia inicia una guerra colonial en el norte de Africa
4. Alemania apela a la política de keynesianismo bélico
5. Hay disputas interimperialistas en el sudeste asiático
6. Todos los países aplican políticas de ajuste fiscal interno
7. Todos los países ejecutan políticas exteriores de apropiación de recursos básicos
8. Se ha formado una coalición antihegemónica: los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica).

Pero también hay importantes diferencias que deben remarcarse:

1. Estados Unidos no aplica políticas de new deal en su economía interna.
2. La guerra no está determinada por el efecto multiplicador sobre la economía, sino por los intereses y conveniencias del aparato militar-industrial.
3. El gobierno de coalición inglés carece de espacio vital (Commonwealth) y de relación con los sindicatos.
4. América del sur en su conjunto forma parte del proyecto antihegemónico.
5. Las potencias contestatarias del statu quo obtienen acceso a los mercados de materias primas sin recurrir a la guerra (China en Africa, Rusia en América Latina).
6. La crisis social y las movilizaciones populares conquistan grandes triunfos democráticos (Túnez, Egipto) o desafían la gestión burguesa de la crisis (España, Italia) o reaccionan frente a las políticas de ajuste (Estados Unidos, Grecia) o impiden la apropiación de recursos (Perú).
7. Los gobiernos de la coalición antihegemónica son democráticos o presentan presiones sociales para serlo (China).
8. Se ven giros hacia una gestión autoritaria en las democracias liberales (Estados Unidos, Europa) mientras en la periferia sucede todo lo contrario.

El escenario mundial presenta una dinámica de muchas guerras e intervenciones de la coalición inestable Europa-Estados Unidos. La crisis económica está más cerca de producir un rebote hacia un segundo capítulo que de detenerse. Las protestas sociales seguirán creciendo incluso y sobre todo dentro de Estados Unidos y Europa, que no tienen capacidad de exportarla exitosamente.

La fotografía de hoy muestra tanto indicadores de un cambio revolucionario del régimen mundial como de una reafirmación de la dominación imperialista. A falta de una gestión económica para salir de la crisis, Estados Unidos y Europa ensayan una novedosa gestión militar para solventar una salida contrarrevolucionaria a los procesos inconclusos de movilización social, como Libia, Siria y Yemen. Pero fracasan cuando quieren hacerlo en España con represión policial o en Egipto con una dictadura militar. Como siempre, la historia se sigue escribiendo y definiendo en las calles.

* Norberto Emmerich es miembro del- Centro Argentino de Estudios Internacionales - CAEI
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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