(14 de octubre de 2011)
Por: Miguel Aragón
Próximo a iniciarse un nuevo Seminario sobre el Socialismo Peruano, consideramos que debemos comenzar por tener claridad acerca de la época histórica en la cual se encuentra actualmente la humanidad. Para entender el proceso del movimiento socialista peruano resulta imprescindible comprender en que condiciones históricas surgió y en que condiciones históricas se ha desarrollado hasta la actualidad.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Como parte de las actividades que se realizaban en uno de los foros unitarios y participativos, con fecha 07 y 10 de junio de 2005 divulgamos dos comentarios titulados Defensa de la Experiencia Socialista. En ellos comprobamos y señalamos que uno de los principales aportes de la valiosa experiencia socialista era haber dado inicio a una nueva época histórica en el desarrollo de la humanidad, a la época del socialismo.
En esos comentarios señalamos que era un error considerar que “vivimos en la época del imperialismo”, y que lo correcto era reconocer que a partir del triunfo de las revoluciones rusa (1917), alemana (1918) y húngara (1919) se había iniciado una nueva época histórica en el desarrollo de la humanidad.
LA POSICION DE STALIN RESPECTO A LA NUEVA EPOCA HISTÓRICA
A mediados del año 2007 el comentarista Eduardo Ibarra comenzó a divulgar de manera amplia una ordenada relación de comentarios acerca del desarrollo de la teoría del proletariado mundial, y acerca de la lucha de tendencias en el desarrollo del movimiento socialista peruano. En los primeros documentos destacaron los comentarios de Dos Ideas centrales, los cuales nos llamaron la atención. Según nuestro punto de vista, uno era acertado, y el otro estaba equivocado. A comienzos del 2008 teníamos la intención de presentarle nuestras observaciones críticas, pero el ambiente para el intercambio de ideas se enturbió de un momento a otro por la seguidilla de acusaciones e insultos que proliferaron en esos meses.
¿Quién ganó con esos insultos e interrupción del intercambio y debate? Indudablemente que el gran ganador fue la clase dominante. De manera similar, si ahora “caemos en el juego” de los que se están dedicando a insultar para provocarnos y enturbiar el desarrollo del Seminario, el ganador será el mismo, y el provocador también es el mismo. Pero esto ya es anécdota, volvamos al tema que concita nuestra atención.
1.- Eduardo Ibarra, en los documentos que divulgó el año 2007, desde el comienzo resaltó uno de los fundamentos de la concepción materialista de la historia al reivindicar que “el ser social determina la conciencia social”. A partir de ese acertado concepto Ibarra elaboró sus conclusiones sobre el desarrollo de la teoría del proletariado. Hasta ahí estábamos de acuerdo con él, pero solamente hasta ahí. Según él, en los últimos siglos la humanidad había atravesado por dos épocas: la época preimperialista y la época imperialista, y a cada una de esas dos épocas correspondían dos épocas en el desarrollo de la teoría del proletariado, el marxismo para la primera época, y el marxismo-leninismo para la segunda época.
2.- El segundo concepto que Ibarra desarrolló fue que al comenzar el siglo XX la humanidad había ingresado a una nueva época histórica, a “la época del imperialismo”. Sin presentar mayor fundamentación de análisis económico ni político que sustentara su tesis, Ibarra se reducía a citar una supuesta afirmación de José Stalin. Ese era todo el sustento que le servía de apoyo para sostener sus conclusiones sobre la denominación de la teoría.
A fines del año 2009 en uno de los tantos conversatorios en los cuales hemos participado a nivel de barrios y municipios de Lima, se nos presentó la oportunidad de exponer en San Juan de Lurigancho acerca de la situación mundial. Nosotros iniciamos nuestra exposición fijando nuestra posición sobre la época histórica, y se suscitó un debate con algunos de los asistentes, los cuales defendían la errónea tesis de que “vivimos en la época del imperialismo”. Cuando les dijimos que Stalin no había hecho tal afirmación, ellos insistieron en su errónea conclusión. Como ninguno de los asistentes teníamos a la mano el folleto de José Stalin Los Fundamentos del Leninismo (abril de 1924), el debate de esa fecha quedó trunco. Lo que ahora pasamos a exponer, de manera muy breve, es continuación de ese anterior debate de ideas, lo cual es otra demostración que el presente Seminario no es “un punto de partida”, sino continuación de trabajos anteriores.
Después del evento del año 2009 hemos revisado más de 20 veces el mencionado folleto de Stalin, y en ninguna parte hemos encontrado que afirmara que “vivimos en la época del imperialismo”. Incluso hemos cotejado dos ediciones, una soviética y otra de procedencia china.
Lo que más se acerca a esa expresión, y se presta al uso incorrecto de las palabras de Stalin, es el siguiente párrafo, que trascribimos in extenso:
“El leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria. O más exactamente: el leninismo es la teoría y la táctica de la revolución proletaria en general, la teoría y la táctica de la dictadura del proletariado en particular. Marx y Engels actuaron en el período prerrevolucionario (nos referimos a la revolución proletaria), cuando aún no había un imperialismo desarrollado, en un período de preparación de los proletarios para la revolución, en el período que la revolución en que la revolución proletaria no era aún directa y prácticamente inevitable. En cambio, Lenin, discípulo de Marx y de Engels, actuó en el período en que se despliega la revolución proletaria, cuando la revolución proletaria ha triunfado ya en un país, ha destruido la democracia burguesa y ha inaugurado la era de la democracia proletaria, la era de los Soviets.”(pag. 03)
Si revisamos con atención todo el párrafo, y no solamente la primera línea, podemos comprobar que Stalin por un lado escribió “época del imperialismo y la revolución proletaria” al comenzar el párrafo; y por otro lado escribió “ha inaugurado la era de la democracia proletaria, la era de los Soviets” en el último párrafo.
Toda persona sensata puede distinguir y sabe muy bien que “el imperialismo” y “la democracia proletaria” son dos realidades diferentes y contrarias, no se pueden confundir la una con la otra, y mucho menos se puede pretender reducir “la democracia proletaria” como si fuera sinónimo de “imperialismo”. Que se considere que “el imperialismo es la antesala del socialismo” lo cual nos parece correcto, no quiere decir que “el imperialismo y el socialismo sean lo mismo”.
Si este primer párrafo del folleto de Stalin se puede prestar a la manipulación, tergiversación y al uso incorrecto de quienes niegan que actualmente vivimos en la época del socialismo, los remitimos a otras dos expresiones del mismo autor en el mismo folleto:
En la pag. 46 Stalin afirmó: “(…) Por eso, en la dictadura del proletariado, en el paso del capitalismo al comunismo, no hay que ver un período efímero, que revista la forma de una serie de actos y decretos “revolucionarios”, sino toda una época histórica, cuajada de guerras civiles y de choques exteriores, de una labor tenaz de organización y de edificación económica, de ofensiva y retiradas, de victorias y derrotas. Esta época histórica no solo es necesaria para sentar las premisas económicas u culturales del triunfo completo del socialismo, sino también para dar al proletariado la posibilidad, primero, de educarse y templarse, constituyendo una fuerza capaz de gobernar el país, y, segundo, de reeducarse y transformar a las capas pequeñoburguesas con vistas a asegurar la organización de la producción socialista.”
Y en la pag. 55 con mayor claridad Stalin precisó la definición de la nueva época:
“Lenin tiene razón cuando dice que, con la aparición del Poder Soviético, “la época del parlamentarismo democrático-burgués ha terminado y se abre un nuevo capítulo de la historia universal: la época de la dictadura proletaria”.”
Esperamos que ahora no se preste a la manipulación la lectura del mencionado folleto. Queda claro que para Stalin (y también para Lenin) el nuevo capítulo de la historia universal, la nueva época histórica era la época de la dictadura del proletariado, la época del socialismo.
Ahora, no se trata simplemente de intentar resolver el debate apelando a “lo que dijo tal o cual maestro del proletariado”. Si realmente queremos avanzar, tenemos que superar y erradicar de nuestro medio ese viejo estilo de “debate”. Para nosotros lo importante es captar la esencia de los procesos económicos, sociales y políticos, y describirlos tal como se desarrollan frente a nosotros. Recordemos y reivindiquemos las enseñanzas de Marx y Engeles en el Manifiesto de 1848:
“Las tesis teóricas de los comunistas no se basan en modo alguno en ideas y principios inventados o descubiertos por tal o cual reformador del mundo.
No son sino la expresión de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos. La abolición de las relaciones de propiedad existentes desde antes no es una característica peculiar y exclusiva del comunismo” (Ver Marx-Engels, Manifiesto Comunista, capitulo II)
El mal llamado “imperialismo” no es otra cosa que el capitalismo que en determinadas condiciones históricas (al comenzar el siglo XX) ha adquirido las siguientes características: capitalismo monopolista, capitalismo parasitario o rentista y capitalismo agonizante. Este capitalismo monopolista no ha dejado de ser capitalismo, ni se han convertido en algo diferente al capitalismo, es decir sigue siendo capitalismo, pero en una fase diferente, en una fase superior. Por eso consideramos que el llamado “imperialismo” solamente es una fase del capitalismo, y no es una nueva época histórica en el desarrollo de la humanidad.
Por el contrario, el paso del capitalismo al inicio de la construcción del socialismo si fue un cambio de época histórica. El socialismo que se comenzó a construir a partir de 1917, hace escasamente 90 años, significó el inicio de un nuevo orden social, el inicio de una nueva sociedad, fue un cambio mucho más trascendente que el simple paso del capitalismo de una fase a otra fase también capitalista.
MARIATEGUI SOBRE EL COMIENZO DE LA REVOLUCION SOCIAL
José Carlos Mariátegui demostró mucho realismo y a la vez gran optimismo en el desarrollo de las fuerzas nuevas, al analizar la nueva situación mundial que se había creado a partir del triunfo de la Revolución Rusa de 1917.
En su primer conversatorio en la UPGP afirmó: “con la Revolución Rusa ha comenzado la revolución social”, y más adelante anotó “presenciamos la disgregación, la agonía de una sociedad caduca, senil, decrepita; y al mismo tiempo, presenciamos la gestación, la formación, la elaboración lenta e inquieta de la sociedad nueva”
Fundamentando la necesidad del proletariado peruano de conocer la crisis mundial, recomendó lo siguiente “En esta gran crisis contemporánea, el proletariado no es un actor. Se va a resolver en ella la suerte del proletariado mundial. De ella va a surgir, según todas las probabilidades y según todas las previsiones, la civilización proletaria, la civilización socialista, destinada a suceder a la declinante, a la decadente, a la moribunda civilización capitalista, individualista y burguesa.” (Ver: JCM, libro Historia de la Crisis Mundial, primer conversatorio La crisis mundial y el proletariado peruano).
¿QUE OCURRIO CON ÉPOCA DE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO?
1.- Defensiva Estratégica del Socialismo.-
Desde los inicios de la nueva época histórica, la burguesía mundial movilizó todas sus fuerzas para aplastar a la naciente sociedad socialista. Se iniciaba así la larga etapa de Defensiva Estratégica del Socialismo. La necesidad de defenderse ante la agresión de las fuerzas reaccionarias captó o absorbió gran parte de las energías de la nueva sociedad. Al comienzo las fuerzas reaccionarias lograron interrumpir temporalmente la revolución alemana (1918) y la revolución húngara (1919), pero no obstante que movilizó a los ejércitos de varios países, la burguesía mundial fue derrotada por el naciente socialismo que se estaba comenzando a construir en Rusia. Después de tres años de lucha intensa, el proletariado soviético en el año 1920 logró derrotar y expulsar a los ejércitos agresores.
Pero ese triunfo no fue la victoria final contra la burguesía mundial. Veinte años después el pueblo soviético afrontó una prueba mucho más difícil, la invasión del ejército nazi-fascita alemán. En 1945, después de haber soportado heroicamente la invasión de la parte occidental de su territorio, la contraofensiva del pueblo soviético logró derrotar al poderoso ejército alemán. Con esa Gran Victoria la revolución proletaria recibió un enérgico impulso en varios países de Europa Oriental y de Asia.
Paralelamente a la agresión directa contra la URSS, la burguesía mundial movilizó al poderoso ejército imperial japonés para detener el avance de la revolución en China y en otros países de del sureste de Asia, y con el objetivo de cercar a la Unión Soviética. En 1945 las fuerzas revolucionarias chinas derrotaron y expulsaron al poderoso ejército japonés. Algo similar ocurrió en Corea, Viet Nam, y otros países del sudeste asiático.
Pero esa tampoco fue la victoria definitiva contra la agresión del capitalismo mundial. Las fuerzas militares francesas y norteamericanas ingresaron para ocupar los territorios que venía abandonando el derrotado ejército japonés. En 1949 triunfó la revolución del pueblo chino contra la clase dominante china que tenía el apoyo directo del capitalismo norteamericano. A los pocos años los pueblos de Corea del Norte y Vietnam del Norte también derrotaron y expulsaron a los ejércitos norteamericano y francés. Pero todavía no culminaba la defensiva estratégica del socialismo, la lucha por sobrevivir era una lucha dura y prolongada.
En 1959 triunfó la revolución cubana en el continente americano, en 1962 el pueblo cubano derroto la agresión de la burguesía norteamericana en Bahía de Cochinos, y el año 1975 las fuerzas de ocupación norteamericanas instaladas en Vietnam del Sur también fueron derrotadas, derrota de la cual hasta ahora no se logran recuperar.
2.- Equilibrio Estratégico del Socialismo.-
Con el triunfo de la revolución de Salvación Nacional en Viet Nam del Sur en el año 1975 concluyó la etapa de defensiva estratégica, y se dio inicio a la Etapa de Equilibrio Estratégico entre el Socialismo y el Capitalismo. Todo hace prever que esta etapa será mucho más dura y prolongada que la anterior etapa.
En los países socialista, derrotada y expulsada la agresión externa, se colocaban en primer plano los problemas internos de la continuación de la construcción del socialismo. Desde 1950 el problema ya no era como construir el socialismo en un solo país, sino como construir el socialismo en varios países. El proletariado de cada uno de los países en los cuales se había iniciado la construcción del socialismo, ahora tenía que descubrir la forma nacional de su propio socialismo, toda creación heroica es creación de una clase, es creación de un pueblo. Esa fue la causa principal de las disputas que se dieron en las filas del movimiento comunista internacional en la década de 1960, disputas que se cubrieron con el velo de los mal llamados “debates ideológicos”, cuando en el fondo era la búsqueda y la afirmación de su propio camino en la construcción del socialismo. Porque debemos entender que “el socialismo no puede ser calco y copia, sino creación heroica del proletariado de cada país”, partiendo de sus propias particularidades.
En esta nueva etapa del proceso surgieron, o mejor dicho afloraron a primer plano dos problemas congénitos que se había venido arrastrando desde el comienzo mismo de la nueva época histórica.
El primero era cómo entender y como aplicar la dictadura del proletariado. En la mayoría de países socialistas se había caído en una desviación al asumir la forma de .estados burocrático-militares, con el Partido Comunista y el Ejército Rojo como pilares fundamentales del nuevo estado. Por el contrario, desde los mismos inicios de la nueva época, muchos destacados socialistas del mundo, entre ellos José Carlos Mariátegui, reivindicaron la concepción marxista del Estado Comuna, del estado sin burocracia (básicamente sin partido),. y sin ejército profesional.
Mariátegui en su Conversatorio 14 en la UPGP, del 19 de octubre de 1923, al disertar sobre Exposición y Crítica de las Instituciones del Régimen Ruso afirmó “La dictadura del proletariado, por ende, no es una dictadura de partido sino una dictadura de clase, una dictadura de la clase trabajadora” (Ver, JCM, libro Historia de la Crisis Mundial).
Afirmación que era una contundente crítica a las desviación germinal como se estaba construyendo el socialismo en la Unión Soviética desde los tiempos de Lenin y Stalin, desviación que más adelante se volvió extrema en la URSS y en los otros países socialistas. Estos pasaron de ser países de Estados Socialistas, a países de Socialismo de Estado, pero sin dejar de ser socialistas.
El segundo gran problema que había que resolver en los países socialistas en la nueva etapa de Equilibrio Estratégico era como construir el socialismo en países atrasados, en los cuales el crecimiento capitalista había sido muy incipiente, y el proletariado como clase social era un sector muy reducido de la población. Cuestión fundamental consecuencia del insuficiente crecimiento capitalista que habían heredado, y que puso en debate la función de la ley del valor, la función del mercado, los diferentes tipos de propiedad, y otras cuestiones más, propias de la etapa inicial del naciente socialismo.
José Carlos Mariátegui demostrando el profundo conocimiento que tenía de las leyes de la construcción del socialismo y la gran visión de las perspectivas futuras, partiendo del análisis de la experiencia rusa y pensando en la construcción futura del socialismo peruano afirmó lo siguiente “ “…la función del socialismo en el gobierno de la nación, según la hora y el compás histórico a que tenga que ajustarse, será en gran parte la de realizar el capitalismo,- vale decir las posibilidades históricamente vitales todavía del capitalismo-, en el sentido que convenga a los intereses del progreso social” (Ver. José Carlos Mariátegui, Prólogo a Tempestad en los Andes, Junio de 1927)
Si captamos lo esencial de esa tésis marxista de José Carlos Mariátegui, podremos entender a cabalidad la necesidad de la NEP en la URSS, y la necesidad de las políticas económicas de reforma y apertura que se vienen aplicando en China, Viet Nam y Cuba como continuación de la construcción del socialismo, como parte de realizar el capitalismo sin dejar de ser países socialistas.
Los socialistas peruanos siguiendo el ejemplo de Mariátegui, tenemos la obligación de aprender de las grandes experiencias de inicios de la construcción del socialismo en otros países de Europa (Rusia), Asia (China) y América (Cuba).
A MANERA DE BREVE CONCLUSION.-
El movimiento socialista peruano desde sus inicios (año 1918) ha surgido y se ha desarrollado en la época histórica del socialismo.
El socialismo no ha fracasado en el mundo, simplemente ha tenido reveses temporales.
La actual etapa de Equilibrio Estratégico, que forma parte de la actual época del socialismo, será una etapa muy dura y prolongada, de posiblemente más de 100 años de duración. En esta etapa, a su vez, se alternarán varios periodos tácticos de flujos y reflujos, de repliegues tácticos y ofensivas tácticas.
El desencadenamiento de la actual Crisis Económica Mundial y la vertiginosa irrupción de luchas de masas de grandes movimientos sociales en varios países de Africa del Norte, Medio Oriente, Europa Occidental, América del Sur e incluso en América del Norte, puede ser el síntoma de un gran viraje táctico en la lucha por el cambio social.
Actualmente los pueblos del Perú, América y el mundo entero estamos atravesando un viraje táctico, pasando de un periodo de repliegue táctico a un periodo de ofensiva táctica dentro de la gran etapa de Equilibrio Estratégico.
En la mayoría de países del mundo, la tarea del presente sigue siendo el fortalecimiento del frente unido de los pueblos, para luchar de manera conjunta contra el enemigo común. Las grandes movilizaciones de masas que se están desarrollando en le mundo son movilizaciones de masas agrupadas en organizaciones frente unitarias.
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