martes, 3 de enero de 2012

CASO CHAVÍN DE HUÁNTAR: UN DESPLIEGUE DE MALDAD INSOLENTE


Ya lo dijimos antes y no nos cansaremos de repetirlo, don Miguel Grau Seminario pasó a la inmortalidad en base al respeto que se ganó como marino durante el conflicto con Chile en el siglo XIX. Bolivia desde entonces lo ha adoptado como su héroe nacional. La grandeza de Grau se expresa en el reconocimiento del valor enemigo y el respeto por el caído, cosa que no sucedió durante la afamadísima Operación Chavín de Huantar .
Para esta acción militar se desplegó 140 de los mejores efectivos de la aviación, la marina y el ejército cuya misión era rescatar a los rehenes de residencia del embajador japonés en Lima y reducir a catorce (exactamente 14) subversivos armados que respondían a los nombres o seudónimos de Néstor, Rolly, Eduardo, Vioslaba, Melisa, Tom, Leo, Luca, David, Ardelin, Tito, Leivi, Víctor y Huáscar. Este terrible grupo terrorista estaba integrado por varias niñas, algunas menores de edad, reclutadas por el MRTA en la selva.

Todo hace suponer que el Comando Chavín de Huantar, "reforzado" con el Escuadrón Júpiter, en una operación de inteligencia "no igualada en el mundo", en cuestión de minutos desbarataron las pretensiones de los delincuentes terroristas, los mismos que se encontraban jugando fulbito. Sin armas se infiere. El "fulbito" se juega 6 X 6 y una "pichanguita" no menos de 4 X 4. Si 8 terroristas jugaban pelota, 6 miraban o vigilaban. ¿Quiénes jugaban? ¿quiénes miraban? y, sobre todo, ¿quiénes dispararon contra los comandos y el magistrado supremo Carlos Giusti Acuña? si estuvo en la rapidez el éxito de la operación ¿tuvieron tiempo para disparar los delincuentes terroristas?

En dudoso "durante o después" del operativo, fueron ejecutados extrajudicialmente, violando las leyes de guerra, por lo menos tres (3) guerrilleros que se habían rendido. Herma Luz Meléndez Cueva (según Rocío Silva Santisteban) era una de ellos, tenía 17 años, lloraba todos los días porque quería salir de ahí. Otra muchacha, aún adolescente, con su rifle AKM balanceándose en el hombro y el barril tocando el suelo, la misma que se acercó a Luis Giampietri para preguntarle cuánto se demoraba un autobús para ir de Lima a Cuba. Cuando encontraron sus cadáveres (junto al de Eduardo Cruz Sánchez: “Tito” y Víctor Salomón Peceres Pedraza) tenían 23 balazos entre el cuerpo y la cabeza.

¿Quien cometió este crimen (o debemos decir este valeroso acto)? Existe la versión de Edmundo Cruz, citado por Umberto Jara de que el autor (o autores) habría sido el Escuadrón Júpiterjefaturado, entonces, por Jesús Zamudio Aliaga (a) “ZAJ” y Roberto Huamán Azcurra. Si nada de esto es cierto ¿Por qué tanta agitación y rasgar de vestiduras? ¿Por qué fueron cerradas todas las puertas en el fuero militar? si lo único que iba a ponerse en claro y bien puesto sería el arrojo y valentía de nuestros heroicos comandos. ¿Por qué los mastines mediáticos de la derecha, tan engreída durante el mandato de Fujimori han saltado a la yugular de los que quieren que el caso se esclarezca?

En (o de) la "Operación" también participó el máximo jerarca de la iglesia católica en el Perú, representante de la Santa Sede en la Comisión de Garantes, quien se encargó de llevar (y traer) avemarías, estampitas y una guitarra con micrófonos y órdenes de los jefes del comando a los militares que se encontraban dentro de la residencia como rehenes: Juan Luis Cipriani. Cipriani pese a su cercanía con Fujimori le nombraron "mediador" aunque días antes había manifestado al diario "El País" que los guerrilleros eran una mezcla de "traidores, asesinos y cobardes, que escondidos en el terror dieron muerte a miles de peruanos"

Es lógico que la justicia militar peruana sancionara la impunidad de este crimen de guerra. No podía hacer otra cosa porque estaba al servicio del convicto Alberto Fujimori y de Vladimiro Montesinos, los verdaderos autores de estas y otras ejecuciones extrajudiciales como La Cantuta y Barrios Altos. Lo sorprendente es que Ollanta Humala, sin importarle que fuera acusado por los mastines mediáticos de la derecha de ser el sanguinario "Capitán Carlos", autor de crímenes de guerra en la base militar de Madre Mía, ha respaldado "a sus comandos" garantizando que el Gobierno los defenderá ante el reclamo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que sean llevados a juicio por "unas supuestas ejecuciones extrajudiciales"
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