Dr. Hugo SALINAS
El desarrollo del proceso de trabajo de
concepción, que nos conduce a una economía inmaterial, nos está facilitando el
logro de nuevas aventuras humanas, incluso en el conocimiento del propio ser
humano. Tejerá igualmente un mecanismo que consolidará una distribución más o
menos igualitaria del poder adquisitivo de las personas. Sobre la base de estos
soportes, se hará posible una utilización equilibrada del total de nuestro tiempo
disponible entre familia, trabajo y sociedad. (El total de tiempo
disponible de una persona, en un día, es igual a las 24 horas del día menos las
8 horas aproximadas dedicadas al sueño, descanso reparador).
La utilización equilibrada del total de nuestro
tiempo disponible es una tarea impensable dentro del mundo que vivimos, falto
de recursos económicos a pesar de que existen en abundancia; tiempo disponible
solamente dedicado al trabajo, sin espacio para desarrollar el mundo familiar,
menos aún el tejido social.
La naturaleza de los elementos del
proceso de trabajo de concepción, y la eliminación de las grandes desigualdades
económicas, facilitarán que el ser humano piense en él mismo, en su familia y
el mundo que le envuelve. Son temas que el ser humano ha comenzado a abordarlos
porque comienzan a crearse las herramientas que lo hacen posible. De igual
modo, la sociedad ha comenzado a tomar posición al respecto. Estamos hablando
de los cimientos de la gran Transformación.
Los cimientos de la gran Transformación
Los dos elementos de la actividad
económica del Futuro Inmediato serán la Repartición Igualitaria y el proceso de
trabajo de concepción. La instalación de la Repartición Igualitaria es
inevitable. Pero esta vez será un acto consciente de la sociedad. Y dada su
naturaleza, la decisión de su instalación no corresponde a las personas en
particular. Es la sociedad que, en cierto momento y dadas ciertas
circunstancias, decidirá porque la Repartición Igualitaria sea uno de los dos
elementos de la actividad económica.
En un futuro cercano, será la
Repartición Igualitaria quien animará una actividad económica a dos sectores.
Uno de los sectores estará conformado por todas las empresas actualmente
existentes, las mismas que se están rigiendo por la Repartición Individualista.
El nuevo sector a crearse estará conformado por empresas a Repartición
Igualitaria. Son las empresas-país. Este nuevo sector está destinado a ser el
predominante y su Repartición Igualitaria, la hegemónica. El futuro cercano
estará animado, entonces, por una economía de mercado a dos sectores, en donde
la Repartición Igualitaria será el tipo de repartición predominante.
En estas condiciones, vía las
empresas-país, se tendrán instalados los mecanismos que tenderán a eliminar las
grandes desigualdades socio-económicas al interior del país. Para comenzar, las
empresas-país pondrán en marcha un Nuevo Contrato de Trabajo que tiende a
eliminar el desempleo, y a incrementar rápidamente el salario mínimo de sus
trabajadores hasta alcanzar el estándar internacional de los salarios mínimos.
Sobre estas bases, las empresas-país se abocarán, a través de “mil caños de
financiamiento”, al suministro de los Bienes de Necesidad Básica tales como
vivienda, salud, educación, transporte, etc. El moderno sistema financiero
facilitará la creación y desarrollo de las empresas-país.
Con estos mecanismos, que las
empresas-país pondrán en ejecución, se podrá fácilmente eliminar el desempleo.
Pero, una preocupación se instala. ¿Se podrá igualmente eliminar la
pobreza?
Visto la tendencia al pleno empleo y al
incremento acelerado del salario mínimo, la pobreza sufrirá una real reducción.
Pero subsistirán todavía sectores económicos con formas de trabajar antiguos de
miles de años, como el de los campesinos y el de los hermanos al interior de la
Amazonía. Además de que, las empresas que actualmente animan la economía de
mercado de las grandes ciudades del Tercer y Cuarto Mundo, como es el caso del
Perú, realizan tareas menores de la gran industria, se orientan a sectores productivos
de alta competitividad a nivel mundial, y son dependientes de quienes realizan
el producto final. Es decir, como consecuencia de una división internacional
del trabajo sesgada en contra de los países del Tercer y Cuarto Mundo, su
actividad industrial es dependiente, de escaso valor agregado, de salarios
bajos y, en una buena proporción, ligado al presupuesto público.
La respuesta es, entonces: no. La
pobreza instalada en los países del Tercer y Cuarto mundo no solamente está
ligada al desempleo y a las grandes desigualdades socio-económicas al interior
del país. Está ligada al contexto mundial. Vivimos en una economía-mundo y la
pobreza del país se compara con el nivel alcanzado por los “países
desarrollados”. Resultado de ese análisis comparativo, la pobreza subsistirá a
pesar de haberse eliminado las grandes desigualdades económicas al interior del
país, a pesar de haberse eliminado el desempleo.
¿Cómo, entonces, lograr el objetivo de
eliminar la pobreza con relación al contexto internacional? Es aquí que toma
toda su importancia el proceso de trabajo de concepción. Es a través de su
instalación y desarrollo que podremos “nivelarnos” con el progreso alcanzado
por los “países desarrollados”. De esta forma podremos eliminar nuestro atraso
con relación a los “países desarrollados”. Y con ello, no solamente habremos
eliminado las grandes desigualdades al interior del país, sino que también
gozaremos del mismo cuadro de vida que los “países desarrollados”.
Una nueva forma de trabajar se está
imponiendo a nivel mundial
Gracias a la decisión del pueblo, en un
futuro cercano, se pondrá en marcha la gran Transformación. La actividad
económica que animará estará marcada por la instalación de la Repartición
Igualitaria, a través de las empresas-país. Este tipo de repartición será uno
de los dos elementos de la actividad económica de un futuro cercano.
El segundo elemento de la actividad
económica será el proceso de trabajo de concepción, algo que la Humanidad lo
esta cocinando. ¿En qué momento se convertirá en la forma de trabajar
predominante, substituyendo al proceso artificial de producción? No es simple a
prever, pero es inevitable según el análisis que resulta a la luz de la Teoría
sobre los procesos de trabajo. Sin embargo, es necesario señalar que, dentro de
la evolución de los procesos de trabajo a nivel mundial, en el caso de los
países del Tercer y Cuarto Mundo, como sucede con el Perú, están una vez más
perdiendo el compás de la Historia.
Los “países desarrollados”, desde el año
1971 ya cuentan con una bolsa de valores que concentra las empresas de alta
tecnología. La bolsa de valores NASDAQ representa la economía inmaterial, con
bienes esencialmente inmateriales, salidos del proceso de trabajo de
concepción. En corto tiempo está superando en importancia a la bolsa de valores
DOW JONES que representa la economía industrial con bienes salidos del proceso
artificial de producción.
De tal forma que, desde hace un buen
número de años, los “países desarrollados” están invadiendo el mundo con
productos salidos de la economía inmaterial. Son productos que concentran mayor
valor agregado. Las empresas imponen sus precios de venta al ubicarse en el
mercado mundial en posición de monopolio, puesto que dominan la tecnología de
producción u elaboración. Y, por consiguiente, sus índices de rentabilidad son
elevados.
Entonces, si queremos no solamente
eliminar las grandes desigualdades socio-económicas a nivel de país sino a
nivel mundial, debemos superar nuestro retraso. Debemos ponernos a tono con la
evolución de los procesos de trabajo que la Humanidad viene modelando. Esto nos
exige, en primera instancia, conocer la naturaleza y los alcances de la nueva
forma de trabajar en proceso de instalación. Es a partir de ello que podremos
definir nuestras tareas inmediatas con bastante claridad.
Los elementos de la nueva forma de
trabajar son inmateriales
Todos los elementos del proceso de
trabajo de concepción (ptc) son inmateriales. Esto determina que su producto
final sea igualmente inmaterial. El ptc es una forma de trabajar que se sirve
de conocimientos para ser aplicados sobre conocimientos, y cuyos resultados son
conocimientos. Toda la línea de elaboración es inmaterial. Ya no se habla de
“producción” sino de elaboración, así como sus trabajadores ya no
son “obreros” sino conceptores.
Así como la mayoría de los trabajadores
son obreros en una actividad económica en donde el proceso artificial de
producción es predominante; de igual modo, la mayoría de los trabajadores serán
conceptores en una actividad económica en donde el proceso de trabajo de
concepción será predominante. Los conceptores son trabajadores con un alto nivel
de especialización, de una formación en ciencia, tecnología y arte desde muy
temprana edad; ocupados en la innovación, invención, creación, y
descubrimiento. Como resultado, cada uno de los bienes elaborados son una
innovación, una invención, una creación, o un descubrimiento. Es decir, el bien
económico resultado del proceso de trabajo de concepción es único; no requiere
de un duplicado o de una producción en masa, como sucede con los bienes
producto del proceso artificial de producción.
Para lograr este objetivo, los
conceptores se sirven de los conocimientos adquiridos por la Humanidad, lo
ponen en contraste con sus conocimientos y competencias, a fin de encontrar
respuesta a sus preguntas sobre un determinado problema. Es una búsqueda
permanente de respuesta ya no solo a problemas materiales sino también, y sobre
todo, fisiológicos, psicológicos, espirituales, de relaciones sociales, de
comportamiento. Es decir, el proceso de trabajo de concepción va más allá de lo
material en la búsqueda del confort tanto individual como social.
Nos encontramos ad portas del
predominio de una actividad económica esencialmente inmaterial, con respuestas
jamás pensadas hasta hace poco. La nanotecnología no solo ha desarrollado
grandemente la medicina sino también la conquista espacial. La comunicación en
tiempo real ha revolucionado los medios de comunicación y las redes sociales.
El transporte material está prácticamente llegando a su fin. Incluso las
guerras tienen objetivos designados con mucha precisión a partir del otro lado
del mundo. El planeta Tierra está resultando muy pequeño por la facilidad de
las interacciones humanas y, el ser humano mismo está ingresando a descubrir y
curar sus males internos con mucha mayor facilidad.
Esto es lo que actualmente podemos
observar y presentir. Pero, ¿hasta dónde se desarrollará el proceso de trabajo
de concepción? Difícil a prever. Solamente tenemos ejemplos. Es el caso
precisamente del proceso de trabajo que está en trance de ser superado: el
proceso artificial de producción. Comienza con creaciones inimaginables a su
época como la alfarería, producto por producto, hechos a la mano. De igual
modo, se inicia la textilería, con herramientas como el telar hecho de madera y
ajustado a un árbol. La siderurgia se inicia con experiencias caceras, en
crisoles que no soportaban elevadas temperaturas. En esa época era imposible
prever que la revolución industrial transformaría todos los procedimientos,
herramientas, y se instalaría la máquina. Era igualmente imposible prever la revolución
verde, menos aún la conquista espacial. Algo impensable en sus orígenes. ¿Cuál
será la forma definitiva del proceso de trabajo de concepción? No muy fácil a
predecir.
Una vez más sufrimos un retraso con la
nueva forma de trabajar
Lo que es evidente es que el proceso de
trabajo de concepción ya ha ocupado grandes espacios dentro de nuestra
actividad económica a nivel mundial. Incluso la mayoría de edad se va acortando
con mucha celeridad. Nuestros líderes mundiales, en diferentes campos, son cada
vez más jóvenes. La sociedad y la economía, en los “países desarrollados”,
están sufriendo grandes mutaciones, mientras que en los países del Sur seguimos
con formas de trabajar de cientos y miles de años de retraso.
Es necesario tomar conciencia del Futuro
Inmediato que golpea nuestras puertas con suma insistencia, y realizar las
acciones necesarias para recuperar el retraso y, ¿por qué no? ponernos a la
cabeza de los “países desarrollados”. No es ficción. He demostrado que, en
términos de procesos de trabajo, un retraso de miles de años se puede recuperar
fácilmente si existe la voluntad política de hacerlo y se implementa los medios
para lograrlo. Como un ejemplo muy reciente tenemos al Proyecto Apollo. El
pueblo americano decidió recuperar, en diez años, el retraso científico y
tecnológico que venía teniendo con relación a la Unión soviética. Y se propuso
hacerlo. Puso en tensión todas sus fuerzas, materiales, financieras y
espirituales, y en nueve años fue el primer país en poner los pies sobre la
Luna. Algo increíble e inimaginable cuando se tomó la decisión. Son proyectos y
decisiones de sociedad.
Una fundamental herramienta para
recuperar el retraso: los conocimientos
Nuestro proyecto de sociedad tendrá como
una de las misiones esenciales el eliminar las grandes desigualdades
socio-económicas. Aquí la segunda: eliminar el atraso. Y para ello contamos con
una fundamental herramienta: los conocimientos.
Así como la tierra cultivable fue el
elemento esencial para el desarrollo de la agricultura primitiva, y la máquina
para la revolución industrial, los conocimientos es el elemento esencial del
mundo inmaterial que nos está invadiendo con bastante celeridad. ¿Cómo generar
conocimientos en las diferentes especialidades de la ciencia, la técnica y el
arte para, primero, recuperar el retraso poniéndonos al nivel de los “países
desarrollados” y, segundo, ir lo más lejos posible?
Esta nueva herramienta, los
conocimientos, se encuentra incrustada en el trabajador mismo. De ahí que ya no
es ni un obrero ni un campesino. Es un conceptor. Esta es la naturaleza
particular del trabajador del proceso de trabajo de concepción. Y su naturaleza
misma nos está indicando qué hacer para que los trabajadores del Futuro
Inmediato tengan los conocimientos, competencias y habilidades necesarias para
ser eficaces en sus nuevos centros de trabajo.
Los centros de trabajo serán Centros de
Investigación y Desarrollo (I&D). Es decir, la mayoría de los trabajadores
del Futuro Inmediato serán de científicos y artistas de alto nivel. ¿Cómo
lograr esa nueva generación de trabajadores?
La formación de estos nuevos
trabajadores va más allá de saber leer, escribir, y realizar operaciones
aritméticas, que era exigente para el obrero. Para el obrero, una educación escolar
era suficiente. La preparación del científico y del artista requiere mucho más
que una formación escolar. Se requiere de una formación transversal centro de
estudios /centro de trabajo y, sobre todo, una preparación incluso antes del
nacimiento del nuevo trabajador. Y con mayor razón durante el proceso evolutivo
de la niñez y la juventud.
La Formación-Educación rebasa las aulas
escolares. El conceptor requiere despertar todas sus sensibilidades para ser
capaz de realizar descubrimientos, creaciones, invenciones e innovaciones. Para
ello, no solamente es necesario aumentar las horas de estudio por día, por
semana, por año; es necesario estudiar en los centros más importantes del
mundo, manejar las “herramientas” más innovantes en el campo de los conocimientos;
y conocer la problemática del país con estadías largas en los lugares más
problemáticos.
Todo esto nos indica que esta nueva
forma de trabajar ingresa a resolver áreas nunca antes imaginadas. Con los
procesos de trabajo precedentes, todos materiales en su resultado y en sus
elementos, limita su campo de acción al mundo material. La nueva forma de
trabajar ya no tiene esa barrera y puede, con toda solvencia y facilidad,
ingresar al dominio inmaterial tanto del ser humano como de su sociedad. Con
esta nueva forma de trabajar podrán ser resueltos enigmas imposibles de abordar
con los medios materiales.
Pero en la vida de un ser humano no todo
es trabajo.
El proceso de trabajo de concepción
invade la vida de la persona y de la sociedad
Esta nueva forma de trabajar nos está
facilitando ingresar a resolver problemas en tres campos claramente definidos:
la familia, el trabajo y la sociedad. Con las formas de trabajar precedentes
hemos alcanzado resolver inconvenientes relativos al cuadro de vida material,
personal y ambiental. Con el proceso de trabajo de concepción estaríamos
ingresando a resolver los problemas íntimos tanto de la persona como de la
sociedad. Es decir, estaríamos abordando la Integralidad del
ser humano dentro de su medio ambiente, la sociedad. Y con ello, esta nueva
forma de trabajar, estaría devolviendo al ser humano un Equilibrio en
el manejo de su vida integral.
Un equilibrio quebrado por la
Repartición Individualista. Este tipo de repartición hace del ser humano un
esclavo del trabajo, tanto como asalariado o como un egoísta amasador de
fortuna. Tanto el trabajo de gleba como el entusiasmo desmesurado por un enriquecimiento
lo separa de su familia y de su sociedad. Los puentes entre el trabajo, la
familia y la sociedad son quebrados. Y lo son desde hace diez mil años. Tiempo
suficiente para moldear comportamientos aberrantes,
Y es precisamente esta nueva forma de
trabajar que nos está ofreciendo “herramientas y máquinas” de nuevo tipo que
nos permitirán reconstruir esos puentes quebrados, esas relaciones humanas
rotas. Y a partir de ello, lanzar a las personas y su sociedad hacia conquistas
nuevas en su desarrollo personal, espiritual, y de sociedad.
Pero, al mismo tiempo, no hay que
olvidar que el proceso de trabajo de concepción nos conduce inevitablemente a
la Repartición Igualitaria del resultado neto de la actividad económica. Y es
simple efectuar dicha previsión: todos sus elementos sin inmateriales. Pero lo
más importante es que su elemento esencial, los conocimientos y competencias,
que se encuentran al interior del trabajador, es inmaterial. Imposible de ser
apropiado por una tercera persona para establecer una relación de dominación,
como fue en el caso de la tierra cultivable y de la máquina.
Es decir, el reto de nuestros tiempos
modernos es desarrollar una economía basada sobre los conocimientos
y dentro del cuadro de un bienestar general, en donde todos y cada uno tendrá
un poder adquisitivo más o menos igual.
Estos dos eventos, la Repartición
Igualitaria y el proceso de trabajo de concepción, se encuentran para facilitar
el desarrollo equilibrado de la persona en todos sus ámbitos. Es decir, estos
dos eventos nos están permitiendo realizar un empleo equilibrado del
total de nuestro tiempo disponible entre la familia, el trabajo y la sociedad.
Empleo equilibrado del tiempo disponible
entre familia, trabajo y sociedad
Para superar el retraso con relación a
la nueva forma de trabajar, y realizarlo en condiciones de bienestar general,
será de mucha ayuda que las empresas-país comiencen a florecer por doquier.
Esto permitirá que todo el valor agregado por un pueblo, vuelva, en partes más
o menos iguales, a todos los habitantes de ese mismo pueblo, sin ninguna
distinción de religión, etnia, color de piel, o cualquier otro argumento. Es
una condición que permitirá contar con un alto poder adquisitivo, facilitando
de esta manera un empleo equilibrado del total de nuestro tiempo disponible
entre la familia, el trabajo y la sociedad.
El desarrollo del proceso de trabajo de
concepción requiere y facilita la existencia de seres humanos libres, autónomos,
y con plena iniciativa. Para que estas características del ser humano sean
reales de adquirirlas, es necesario contar con un poder adquisitivo en
condiciones más o menos iguales entre todos los habitantes de un país.
El tiempo total de existencia de cada
ser humano es de 24 horas por día. De este tiempo total de existencia diaria,
teóricamente, un poco más, un poco menos, 8 horas están destinadas al sueño
reparador. De donde resulta que, el ser humano tiene un tiempo total disponible
de 16 horas por día. ¿Cómo lo utiliza el ser humano? ¿Tiene un real control
sobre su uso?
Desde hace diez mil años hasta la fecha,
los esclavos, siervos, pongos, peones, y asalariados, han destinado la
totalidad del tiempo disponible casi exclusivamente al trabajo para supervivir.
Es este modelo de sociedad y economía para la mayoría de la población que debe
terminar. El esquema de sumisión solamente al trabajo de supervivencia debe ser
modificado no solamente al interior de cada día, sino al interior del total de
existencia del ser humano.
Independientemente del tiempo sagrado
destinado al sueño reparador, del total del tiempo de actividad (16 horas por
día), el trabajador tiene que abrir, además del tiempo para el trabajo, un
tiempo para la familia y otro tiempo destinado a la sociedad. Con un alto poder
adquisitivo, y en más o menos igual condición que el resto de personas, es
posible llevar a cabo este uso equilibrado del tiempo disponible. Se trata de
reformular la existencia de la bestia de carga hacia la existencia de una vida
en equilibrio del ser humano. Y este reequilibrio tiene que tomar en
consideración la familia, el trabajo y la sociedad. Tres estamentos importantes
en la vida equilibrada de un ser humano.
El balance entre cada uno de estos
tiempos de actividad no es lo mismo al interior de un día que al interior del
total de existencia del ser humano. Ese balance tiene que hacerse en función de
las habilidades y satisfacciones de la persona, y de los requerimientos de la
familia, el trabajo y la sociedad. Pueden existir grandes tiempos dedicados
solamente a la familia y la sociedad o solamente a la familia y el trabajo pero
que, en el total de la existencia del ser humano se equilibren los tres
estamentos (familia, trabajo y sociedad). Y es la autonomía y madurez de cada
ser humano que jugará un papel importante en el uso de un tiempo total
disponible equilibrado. No obstante, la sociedad estará siempre presente para
recordárselo a cada instante.
Este reequilibrio del total de tiempo
disponible de una persona deberá llevarnos a variar nuestra percepción sobre el
otro. Porque nuestra vida de asalariado nos lleva rápidamente a denigrar la
persona que “no hace nada”. Visto que nuestra vida es solamente de
trabajo para supervivir, nos “fastidia” que otra persona emplee su tiempo para
“no hacer nada”. Es la percepción de un asalariado que reflexiona a partir de
su condición de asalariado. Pongamos un ejemplo. Es el caso del profesor que
aparentemente “no hace nada” cuando da vueltas reflexionando. En realidad, es
uno de sus mejores tiempos: el desarrollo mental de sus labores del día
siguiente. Lo que sucede es que para el asalariado no existe ni existió tiempo
para la reflexión, menos para la familia y la sociedad.
¿Qué es un tiempo disponible dedicado a la
sociedad?
Tiempo de actividad destinado a la
sociedad
Pasamos por las calles, vemos papeles y
basura por todos lados pero, seguimos caminando rápido porque tenemos prisa
para llegar al trabajo o al centro de estudios. Nos molesta que las calles
estén sucias, con huecos, con carros en todos los sentidos, con una bulla
infernal, pero no hacemos otra cosa que mortificarnos. Con este comportamiento
no comprendemos que somos parte de una sociedad, y que existe un ida y vuelta
entre nuestro bienestar individual y nuestro bienestar en sociedad. Si no
dedicamos un minuto de nuestro tiempo disponible a comprender y resolver estos
problemas, ¿cómo queremos que nuestras calles estén limpias, bien ordenadas?
¿Cómo queremos tener un mejor cuadro de vida si no dedicamos una fracción del
total de nuestro tiempo disponible a diseñarlo, costearlo y contribuir a su
ejecución?
Por ejemplo, en las sociedades de
autoconsumo, en donde el dinero no tenía una función predomínate como ahora,
existía de una manera natural un real equilibrio entre el
trabajo individual y el trabajo colectivo. Un tiempo dedicado al cultivo de su
chacra, de su casa, y otro dedicado a los grandes trabajos. Sino, ¿cómo se
explicaría la construcción de las pirámides de Egipto o las fortalezas Incas
sin la participación colectiva, organizada y consciente, de miles y miles de
personas al mismo tiempo? Esas obras no las puede realizar una sola persona.
Ya no vivimos en sociedades de
autoconsumo. Actualmente todo pasa por los intercambios en precios expresados
en unidades monetarias. Entonces, es importante comprender que una fracción de
nuestro tiempo o de nuestros ingresos debemos destinarlo a los trabajos que
requieren la participación de más de una sola persona. Hay algunos que
requieren la participación, física o monetaria, de todos los habitantes de la
comunidad; otros solamente de una fracción de ella.
Nuestra Democracia representativa y
participativa nos ha acostumbrado a “elegir” un representante para que resuelva
los problemas en nuestro lugar; es decir, hemos “descargado” sobre el
“representante” (presidente, congresista, alcalde…) todos los problemas de
sociedad. Para ello le permitimos que nos impongan una cierta tasa o impuesto
con el que se cubrirá los costos de las obras y servicios necesarios a la
colectividad. En buena cuenta nos hemos descargado de nuestra responsabilidad.
Pero, ¿cuánto de dinero le hemos transferido para que realice estas obras y
servicios? Aún más, ¿cuánto le podemos transferir de dinero si la mayoría de
nosotros no tenemos ni siquiera lo suficiente para supervivir? Y si tuviéramos
lo suficiente, ¿es la mejor forma de resolver los problemas de sociedad?
Con ello estamos observando que es
urgente ir más allá de nuestro comportamiento individualista, de trabajo “sólo
para mí”, si queremos disfrutar de un mejor cuadro de vida. Es necesario que
nuestros ingresos personales sean suficientes como para poder participar en el
costo de cada una de las obras y servicios que quisiéremos que existan. Es
necesario proponer nuevas obras o actividades que mejoren nuestro cuadro de
vida. Es necesario participar en las organizaciones que promueven cada una de
estas actividades. Es necesario liderar alguna de estas actividades. Es
necesario cubrir el costo de las mismas.
Es decir, es necesario entregar una
parte del total de nuestro tiempo de actividad (en términos físicos y/o
monetarios) al tratamiento de los problemas de sociedad. Esto es lo que
permitirá un reequilibrio entre nuestro tiempo dedicado al trabajo y nuestro
tiempo dedicado a la sociedad. Lo mismo sucede con la abertura de tiempo
disponible que debemos dedicar a la familia, elemento importante de nuestro
desarrollo personal y social. Y aquí, una vez más, es necesario formar y
reducar el comportamiento de las personas.
Estas tres áreas de la Educación deben
merecer el máximo de esfuerzo financiero. Las empresas-país deben desarrollarse
en estas tres áreas para lograr un desarrollo Equilibrado de las personas.
Tomando como prioridad a la Educación en sus tres áreas, el Perú puede
rápidamente colocarse entre los grandes y su población gozar de un bienestar
general. Sobre los cimientos de una economía de mercado a dos sectores en donde
la Repartición Igualitaria sea la hegemónica, la Educación es fundamental para
pulir la piedra del nuevo comportamiento de la persona dentro de la vida en
familia, en el trabajo y en la sociedad.
Ferreñafe, el pueblo de las dos Fe, 29
de octubre del 2012
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