Después de varias
lecturas y de un aprendizaje tortuoso del libro intitulado: LAS EMPRESAS-PAÍS Y
LA GRAN TRANSFORMACIÓN, del Dr. Hugo Salinas, me permitiré hacer
algunas reflexiones que
me parecen necesarias
para la comprensión de nuestros
saberes y conocimientos y complementarlos en la gran tarea
de la reconstitucionalización de
nuestra estructura socio-económica y
política comunitaria, suplantada
por la “repartición
individual” que el sistema
capitalista ha impuesto,
generándonos “grandes
desigualdades socio-económicas producto
de una relación
de dominación”, colonial externa
e interna en
las hoy llamadas
sociedades en vías
de desarrollo.
Es sorprendente
y acertado emprender
la reflexión sobre
categorías de análisis
socio-económicos, que buscan superar las categorías de la economía
keynesiana clásica. El
Dr. Hugo Salinas
en su quehacer
científico, nos presenta en
su libro antes
mencionado, la necesidad
histórica y política
de emprender la “gran
transformación”; sesudamente explicada
en su primera parte, donde
los instrumentos que
viabilizan la comprensión
y el entendimiento de lo que
significa “Las Empresas-País”, consideradas como el “instrumento clave de la
gran transformación”.
Entendemos que
es una necesidad
imprescindible, desde todo
punto de vista, la
transformación del modelo
socio-económico y político
colonial republicano,
subsidiaria del capitalismo
salvaje, sin dejar
de lado el
aporte que nos brinda el sistema económico comunitario de reciprocidad
forjada en la sociedad tawantinsuyana. Modelo
económico ancestral que
desarrolló el bienestar
comunitario, hoy rescatado como el “Hallin Kausay o el Vivir Bien”.
Las empresas
comunitarias de producción y de servicios comunitarios, inspira en mi
entender, a las
“empresas-país”. En la
reflexión y constatación
que hace nuestro Amauta
Hugo Salinas de
la Ciencia Económica,
tiene sustento científico para
postular el nacimiento de un “modelo económico de bienestar general”, que a mi
entender, es de
carácter comunitario, por
cuanto, “el bienestar general” involucra a
todo el conjunto
de la sociedad.
El bienestar no se
concibe si en su seno
no refleja la
reciprocidad que da
equilibrio y armonía al ser
humano. El proceso de
desarrollo comunitario va
acompañado del desarrollo
de la capacidad creativa
del ser humano,
en la solución
de los obstáculos
que encuentra en su
caminar civilizatorio, así
encontramos sus herramientas
de trabajo que facilitaran, la producción de bienes materiales y espirituales
para su hallin kausay.
Es acertado cuando
nos refiere el “proceso artificial
de producción”, que beneficia a los detentadores de la “Repartición
Individual” y del “Valor de
Cambio” del sistema
capitalista mundial que
favorece la acumulación de
capital, robándole al
trabajador su equilibrio
y armonía familiar.
Coincidimos
plenamente en la afirmación de que la “Repartición Individual”, es causante
de todos los
males sociales coloniales,
como la pobreza
y el desempleo, que
genera al mismo
tiempo discriminación, exclusión, corrupción e
injusticia. La propuesta
de la “Remuneración
de base”, que busca
la repartición de
las utilidades sea
una solución a
los problemas de sobrevivencia del
ser humano, a
través de las
empresas-país. Es una propuesta
muy importante, para
entender la dimensión
comunitaria de la Empresa-País” y
haga realidad la
reciprocidad entendida como
la “Repartición Comunitaria”.
En el
tema referido a
“Las variables más
importantes del modelo
de desarrollo”, nos propone tres variables que se refieren al sistema
financiero, a la fuerza de trabajo y el acceso al crecimiento de una economía
inmaterial, que refleja el trabajo más eficiente del ser humano. La primera
variable nos advierte que el sistema financiero
del gobierno central es negativo,
como consecuencia a una política gubernamental centralizada de los ostentadores
del poder oligárquico centralista y, para superar esta acción colonial
republicano nos oferta el “sistema financiero descentralizado, sustentado en la
autonomía de las agencias
locales, un moderno
sistema financiero en la
toma de decisiones a un solo nivel”.
La segunda
variable nos hace
ver la necesidad
de la toma
de decisión a un
solo nivel, es decir, sin depender de las decisiones centralistas del gobierno
y sobre estas dos
propuestas observan las
condiciones óptimas del
ser humano. Sin embargo, esta propuesta será efectiva en una estructura
socio-económica y política
del Estado Plurinacional
confederado, puesto que el
Estado-Nación republicano por
su esencia histórica
y política es unitarista
y centralista, la experiencia de su política de colonialismo interno lo
demuestra a la saciedad colonizadora.
Dentro de
esta reflexión encontramos,
el reconocimiento del
ser humano como “La Riqueza de un
País”. Nuevamente, vuelvo a mi percepción del ser humano comunitario del
Tawantinsuyu, sin lugar a equivocarme, el RUNA ha sido y
es la riqueza
de todo el
proceso civilizatorio tawantinsuyano, de ahí
que es importante su reconstitución y su postulación para el bienestar de la
humanidad, pues no
olvidemos que el
ser humano es
creativo, en consecuencia, es constructor permanente de su civilización,
de conformidad a su lógica
de pensamiento ancestral
y contemporáneo. Aquí
encontramos otro aporte muy importante de Hugo, que debe ser bien tomado
en cuenta si queremos desterrar la
“explotación del hombre
por el hombre”
que ha universalizado el
capitalismo salvaje.
El trabajo
científico de nuestro
Amauta en las
Ciencias Económicas, es realmente
una respuesta histórica
y política para
la transformación de la
sociedad republicana, que ha institucionalizado la repartición individual. Nos
trae una nueva lógica de pensamiento económico de fuerte reflexión sobre la
economía comunitaria de
reciprocidad tawantinsuyana, que
dio bienestar a toda la
sociedad ancestral, donde
no hubo pobreza,
mendigos, usureros,
plusvalía, mucho menos
valor de cambio,
como otros cientistas
sociales elucubran para justificar
el carácter colonial
de las repúblicas
latino-sudamericanas.
La tercera
parte del libro
es la constatación
real de la
formulación
teórica-científica, para la
“Gran Transformación” del
modelo económico de la
“Repartición Individual”. Al
referirse a este
tópico nos dice:
“La gran transformación es
inevitable. La humanidad
está creando una
forma de trabajar: el
proceso de concepción.
Y su elemento
fundamental son los conocimientos y competencias, así como la
máquina lo fue para la economía industrial o la tierra cultivable para el
inicio de la agricultura”.
Ahora bien,
es un acierto
señalar que “los
conocimientos” son importantes para la transformación y el
bienestar de los seres humanos, constructores de sus procesos
civilizatorios. Aquí es
importante tomar en
cuenta, los conocimientos que
tuvieron nuestros antepasados para construir un sistema socio-económico, político,
cultural, jurídico y
espiritual de pleno
bienestar comunitario
(Repartición General), donde
los bienes materiales e inmateriales no
eran propiedad de
nadie, sino de
la sociedad comunitaria, cuya administración correspondía
al Consejo de
Amautas, desde su
unidad básica, el ayllu hasta la administración de la Confederación
Tawantinsuyana por el Consejo de Amautas, precedido por el INKA, dentro de los
que vino en llamar, las Jerarquías
de Responsabilidad Comunitaria.
Estos conocimientos aun no han
sido visibilizados como consecuencia del colonialismo mental en el que nos ha
envuelto el Estado-Nación republicano monocultural.
El modelo
de sociedad forjada
por los modos
de producción europeos,
han diseñado una estructura
socio-económica, política, cultural
y religiosa de violencia
teocrática (Feudalismo), liberal
y neoliberal (Capitalismo)
y la frustrada propuesta
socialista euro-céntrica. Modelos de sociedad que se han trasplantado a
nuestro territorio tawantinsuyano, aplastando
nuestro desarrollo comunitario
de reciprocidad, dentro
de los florecimientos culturales regionales de
pleno ejercicio de lo que identifica nuestro Amauta Hugo, la
Repartición General (Economía
Comunitaria) en oposición
de la Repartición Individual
capitalista.
La experiencia de
campo realizada en la provincia del Marañón, de Cajamarca (K´ahamarka) son la
clara muestra de cómo la colonización externa e interna en el
Perú-Tawantinsuyano es fiel
reflejo de la
condición de abandono
de parte del Estado-Nación, donde
no existe la
noción de desarrollo
integral como lo postulan los gobiernos republicanos liberales y
neoliberales de todo los tiempos coloniales.
El análisis que
hace de la
situación socio-económica de la
provincia del Marañón, es sorprendente, sobre todo, es tan deprimente constatar el
nivel de pobreza
de los habitantes
de esta parte
de nuestro territorio tawantinsuyano, pues,
los porcentajes que
nos presenta, son la
constatación de que
el colonialismo interno
republicano campea sobre
el lomo del caballo de Pizarro y la mal llamada modernización
neoliberal.
Los seres humanos de
esta provincia son el reflejo de todo el conjunto de los seres humanos
de la sierra
y la selva, abandonados a
la suerte de los
gamonancillos de la administración pública, sirvientes de los
empresarios neoliberales del centralismo limeño, que se arrogan la soberanía de
todo el país. Lamentablemente los
intelectuales y especialistas burócratas del Estado-Nación del
Perú-Oligárquico no han entendido que durante la gestión comunitaria del Inka y
sus Consejos de Amautas, desarrollaron la producción agropecuaria, garantizando
la alimentación del pueblo
tawantinsuyano, consecuentemente, el trabajo comunitario que se expresa hoy
como lo dice Hugo, la Repartición General, que a mi entender es el resultado
del sistema económico comunitario de reciprocidad.
El desarrollo
civilizatorio del Tawantinsuyu no está aun bien estudiado, de ahí que se
formulan conceptos que no expresan su realidad histórica y política, así por
ejemplo, dicen que la agricultura era
primitiva o que era de rasgos feudales. Algunos especialistas izquierdistas de
las ciencias sociales nos dicen que
cuando llegaron los
españoles, el Tawantinsuyu estaba en la etapa de transición del esclavismo
al feudalismo paternalista de economía comunista. Estas apreciaciones del intelectualoide colonizado mental han
desfigurado el tiempo y el
espacio civilizatorio del
Tawantinsuyu, de ahí
que nos encontramos como estamos.
Volviendo a las
lecciones que nos da nuestro Amauta Hugo, diremos que la observación científica
que hace del Centro Ceremonial Ancestral
del Chinchaysuyu, K´AHAMARKA (Cajamarca) es sorprendente en la medida que ve, la
llamada Región de
Cajamarca, como una pista
para materializar la “Gran Transformación”. Constata que de los
“127 distritos del departamento de Cajamarca, 104 se encuentran en situación de
pobreza, con un total de un millón de habitantes, la cifra departamental más
alta a nivel nacional”.
Entendemos
que esta realidad se refleja
en la totalidad de los departamentos, sibilinamente identificados como
regiones del Perú-criollo mestizo oligárquico.
¿Qué decir por ejemplo
de Puno y el Sur
Andino del Hanan Kollasuyu, que le dio la victoria electoral a Ollanta
Humala, porque no hace emprendimientos de desarrollo socio-económico en esta
región que le dio la presidencia?
Tanto el Chinchaysuyu
y el Kollasuyu
tawantinsuyano fueron los almacenes de la soberanía alimentaria
comunitaria, que hoy
los neoliberales en el
gobierno pretenden vendernos
como si fuera
una gran hazaña neoliberal. Tema
de otro trabajo a debatir.
Ahora bien,
Cajamarca y Puno
no se diferencian
en cuanto a
su pobreza y abandono de parte del centralismo limeño,
sin embargo, es de vital
importancia para reemprender
la reconstitución del
Estado Plurinacional
Confederado de Pueblos
y Naciones del
Perú-Tawantinsuyano del siglo XXI, sobre la base de la Gran Transformación que nos
formula nuestro Amauta Hugo
Salinas, complementando su
teoría científica de
la economía con la
lógica de pensamiento
ideológico y político
cósmico tawantinsuyano (Tesis Ideológica y
Política en preparación
mía), que abre camino hacia
el Hallin Kausay de la
Repartición General.
El libro
intitulado: “Las Empresas-País
y la Gran
Transformación” debe constituirse
en la impulsora de una nueva mirada comunitaria del problema
socio-económico de los pueblos y naciones ancestrales del
Perú-Tawantinsuyano, para no caer en los
modelos humanistaristas del capitalismo neoliberal, como las
microempresas, las empresas familiares, que definen la
economía informal del
que se benefician
los propietarios de la
Redistribución Individual, consecuentemente los burócratas del gobierno.
Finalmente, es
necesario poner el ojo clínico
sobre las instituciones
del Estado-Nación, que “educan
profesionales”, para la
conservación del
colonialismo interno, consolidando el colonialismo mental que
impide ver con ojos propios la transformación que espera nuestros pueblos y
naciones del Perú-Tawantinsuyano. Una de las instituciones básicas para la
transformación debe ser los Centros de Formación Integral del ser Humano en su
proceso de profesionalización, para el desarrollo integral de la sociedad
comunitaria del siglo XXI.
La Gran
Transformación también pasa por transformar de las universidades, colegios y
escuelas, puesto que,
el ser humano desde su
niñez requiere potenciar sus
saberes y conocimientos en función a su identidad pluricultural, su pertenencia
territorial y su personalidad etnohistórica, que se cimienta en su herencia
ancestral y que le brinda conocimientos, educación e identidad
plurinacional ancestral y contemporáneo. Tres dimensiones que fortalecerán la
GRAN TRANSFORMACION que aspira la sociedad de todas las sangres del tercer
milenio. ¡¡KAY WAUK´ENCHISPAK K´ELK´AMWAN,
HALLIN KAUSAUTA PUTURICHISUN K´ALANCHISPAK!!-¡¡Con los
escritos de nuestro
hermano, haremos crecer el VIVIR BIEN PARA TODOS!!.
Hurin Kollasuyu-La
Paz-Bolivia, 1 de Enero del 2013.
Dr. Aureliano TURPO
CHOQUEHUANCA.
Socio-Etnólogo/Antropólogo
Kechua.
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