lunes, 21 de enero de 2013

AURELIANO TURPO Y LAS EMPRESAS-PAÍS



 Después de varias lecturas y de un aprendizaje tortuoso del libro intitulado: LAS EMPRESAS-PAÍS Y LA GRAN TRANSFORMACIÓN, del Dr. Hugo Salinas, me permitiré  hacer  algunas  reflexiones  que  me  parecen  necesarias  para  la comprensión de nuestros saberes y conocimientos y complementarlos en la gran   tarea   de   la   reconstitucionalización   de   nuestra   estructura   socio-económica  y  política  comunitaria,  suplantada  por  la  “repartición  individual” que    el    sistema    capitalista    ha    impuesto,    generándonos    “grandes desigualdades  socio-económicas  producto  de  una  relación  de  dominación”, colonial  externa  e  interna  en  las  hoy  llamadas  sociedades  en  vías  de desarrollo.

Es  sorprendente  y  acertado  emprender  la  reflexión  sobre  categorías  de análisis socio-económicos, que buscan superar las categorías de la economía keynesiana  clásica.  El  Dr.  Hugo  Salinas  en  su  quehacer  científico,  nos presenta  en  su  libro  antes  mencionado,  la  necesidad  histórica  y  política  de emprender  la  “gran  transformación”;  sesudamente  explicada  en  su  primera parte,   donde   los   instrumentos   que   viabilizan   la   comprensión   y   el entendimiento de lo que significa “Las Empresas-País”, consideradas como el “instrumento clave de la gran transformación”.

Entendemos  que  es  una  necesidad  imprescindible,  desde  todo  punto  de vista,  la  transformación  del  modelo  socio-económico  y  político  colonial republicano,  subsidiaria  del  capitalismo  salvaje,  sin  dejar  de  lado  el  aporte que nos brinda el sistema económico comunitario de reciprocidad forjada en la  sociedad  tawantinsuyana.  Modelo  económico  ancestral  que  desarrolló  el bienestar comunitario, hoy rescatado como el “Hallin Kausay o el Vivir Bien”.

Las empresas comunitarias de producción y de servicios comunitarios, inspira en  mi  entender,  a  las  “empresas-país”.  En  la  reflexión  y  constatación  que hace  nuestro  Amauta  Hugo  Salinas  de  la  Ciencia  Económica,  tiene  sustento científico para postular el nacimiento de un “modelo económico de bienestar general”,  que  a  mi  entender,  es  de  carácter  comunitario,  por  cuanto,  “el bienestar  general” involucra  a  todo  el  conjunto  de  la  sociedad.  El  bienestar no  se  concibe  si  en  su  seno  no  refleja  la  reciprocidad  que  da  equilibrio  y armonía al ser humano. El  proceso  de  desarrollo  comunitario  va  acompañado  del  desarrollo  de  la capacidad  creativa  del  ser  humano,  en  la  solución  de  los  obstáculos  que encuentra  en  su  caminar  civilizatorio,  así  encontramos  sus  herramientas  de trabajo que facilitaran, la producción de bienes materiales y espirituales para su  hallin  kausay.  Es  acertado  cuando  nos  refiere  el  “proceso  artificial  de producción”, que beneficia a los detentadores de la “Repartición Individual” y del  “Valor  de  Cambio”  del  sistema  capitalista  mundial  que  favorece  la acumulación  de  capital,  robándole  al  trabajador  su  equilibrio  y  armonía familiar.

Coincidimos plenamente en la afirmación de que la “Repartición Individual”, es  causante  de  todos  los  males  sociales  coloniales,  como  la  pobreza  y  el desempleo,   que   genera   al   mismo    tiempo    discriminación,   exclusión, corrupción  e  injusticia.    La  propuesta  de  la  “Remuneración  de  base”,  que busca  la  repartición  de  las  utilidades  sea  una  solución  a  los  problemas  de sobrevivencia   del  ser   humano,   a   través   de  las   empresas-país.   Es   una propuesta  muy  importante,  para  entender  la  dimensión  comunitaria  de  la Empresa-País”    y   haga    realidad   la   reciprocidad   entendida   como   la “Repartición Comunitaria”.

En  el  tema  referido  a  “Las  variables  más  importantes  del  modelo  de desarrollo”, nos propone tres variables que se refieren al sistema financiero, a la fuerza de trabajo y el acceso al crecimiento de una economía inmaterial, que refleja el trabajo más eficiente del ser humano. La primera variable nos advierte que el sistema financiero  del  gobierno central es negativo, como consecuencia a una política gubernamental centralizada de los ostentadores del poder oligárquico centralista y, para superar esta acción colonial republicano nos oferta el “sistema financiero descentralizado, sustentado en la autonomía de  las  agencias  locales,  un  moderno  sistema  financiero  en  la toma de decisiones a un solo nivel”.

La  segunda  variable  nos  hace  ver  la  necesidad  de  la  toma  de  decisión  a  un solo nivel, es decir, sin depender de las decisiones centralistas del gobierno y sobre   estas   dos   propuestas   observan  las   condiciones   óptimas   del   ser humano. Sin embargo, esta propuesta será efectiva en una estructura socio-económica  y  política  del  Estado  Plurinacional  confederado,  puesto  que  el Estado-Nación  republicano  por  su  esencia  histórica  y  política es  unitarista  y centralista, la experiencia de su política de colonialismo interno lo demuestra a la saciedad colonizadora.

Dentro  de  esta  reflexión  encontramos,  el  reconocimiento  del  ser  humano como “La Riqueza de un País”. Nuevamente, vuelvo a mi percepción del ser humano comunitario del Tawantinsuyu, sin lugar a equivocarme, el RUNA ha sido  y  es  la  riqueza  de  todo  el  proceso  civilizatorio  tawantinsuyano,  de  ahí que es importante su reconstitución y su postulación para el bienestar de la humanidad,   pues   no   olvidemos   que   el   ser   humano   es   creativo,   en consecuencia,  es constructor permanente de su civilización, de conformidad a  su  lógica  de  pensamiento  ancestral  y  contemporáneo.  Aquí  encontramos otro aporte muy importante de Hugo, que debe ser bien tomado en cuenta si queremos  desterrar  la  “explotación  del  hombre  por  el  hombre”  que  ha universalizado el capitalismo salvaje.

El  trabajo  científico  de  nuestro  Amauta  en  las  Ciencias  Económicas,  es realmente  una  respuesta  histórica  y  política  para  la  transformación  de  la sociedad republicana, que ha institucionalizado la repartición individual. Nos trae una nueva lógica de pensamiento económico de fuerte reflexión sobre la economía  comunitaria  de  reciprocidad  tawantinsuyana,  que  dio  bienestar a toda  la  sociedad  ancestral,  donde  no  hubo  pobreza,  mendigos,  usureros, plusvalía,  mucho  menos  valor  de  cambio,  como  otros  cientistas  sociales elucubran   para   justificar   el   carácter   colonial   de   las   repúblicas   latino-sudamericanas.

La  tercera  parte  del  libro  es  la  constatación  real  de  la  formulación  teórica-científica,  para  la  “Gran  Transformación”  del  modelo  económico  de  la “Repartición   Individual”.   Al   referirse  a   este   tópico   nos   dice:   “La   gran transformación  es  inevitable.  La  humanidad  está  creando  una  forma  de trabajar:  el  proceso  de  concepción.  Y  su  elemento  fundamental  son  los conocimientos y competencias, así como la máquina lo fue para la economía industrial o la tierra cultivable para el inicio de la agricultura”.

Ahora  bien,  es  un  acierto  señalar  que  “los  conocimientos”  son  importantes para la transformación y el bienestar de los seres humanos, constructores de sus   procesos   civilizatorios.   Aquí   es   importante   tomar   en   cuenta,   los conocimientos que tuvieron nuestros antepasados para construir un sistema socio-económico,  político,  cultural,  jurídico  y  espiritual  de  pleno  bienestar comunitario    (Repartición    General),    donde    los    bienes    materiales    e inmateriales  no  eran  propiedad  de  nadie,  sino  de  la  sociedad  comunitaria, cuya  administración  correspondía  al  Consejo  de  Amautas,  desde  su  unidad básica, el ayllu hasta la administración de la Confederación Tawantinsuyana por el Consejo de Amautas, precedido por el INKA, dentro de los que vino en llamar,  las  Jerarquías  de  Responsabilidad  Comunitaria.  Estos  conocimientos aun no han sido visibilizados como consecuencia del colonialismo mental en el que nos ha envuelto el Estado-Nación republicano monocultural. 

El  modelo  de  sociedad  forjada  por  los  modos  de  producción  europeos,  han diseñado  una  estructura  socio-económica,  política,  cultural  y  religiosa  de violencia  teocrática  (Feudalismo),  liberal  y  neoliberal  (Capitalismo)  y  la frustrada propuesta socialista euro-céntrica. Modelos de sociedad que se han trasplantado   a   nuestro      territorio   tawantinsuyano,   aplastando   nuestro  desarrollo   comunitario   de   reciprocidad,   dentro   de   los   florecimientos culturales regionales de pleno ejercicio de lo que identifica nuestro Amauta Hugo,  la  Repartición  General  (Economía  Comunitaria)    en  oposición  de  la Repartición Individual capitalista.

La experiencia de campo realizada en la provincia del Marañón, de Cajamarca (K´ahamarka) son la clara muestra de cómo la colonización externa e interna en  el  Perú-Tawantinsuyano  es  fiel  reflejo  de  la  condición  de  abandono  de parte  del  Estado-Nación,  donde  no  existe  la  noción  de  desarrollo  integral como lo postulan los gobiernos republicanos liberales y neoliberales de todo los  tiempos  coloniales.  El  análisis  que  hace  de  la  situación  socio-económica de la provincia del Marañón, es sorprendente, sobre todo, es tan deprimente constatar  el  nivel  de  pobreza  de  los  habitantes  de  esta  parte  de  nuestro territorio  tawantinsuyano,  pues,  los  porcentajes  que  nos  presenta,  son  la constatación  de  que  el  colonialismo  interno  republicano  campea  sobre  el lomo del caballo de Pizarro y la mal llamada modernización neoliberal.

Los seres humanos de esta provincia son el reflejo de todo el conjunto de los seres  humanos  de  la  sierra  y la  selva, abandonados  a  la  suerte  de  los gamonancillos  de  la administración pública, sirvientes de los empresarios neoliberales del centralismo limeño, que se arrogan la soberanía de todo el país. Lamentablemente los   intelectuales y especialistas burócratas del Estado-Nación del Perú-Oligárquico no han entendido que durante la gestión comunitaria del Inka y sus Consejos de Amautas, desarrollaron la producción agropecuaria, garantizando la alimentación del   pueblo tawantinsuyano, consecuentemente, el trabajo comunitario que se expresa hoy como lo dice Hugo, la Repartición General, que a mi entender es el resultado del sistema económico comunitario de reciprocidad.

El desarrollo civilizatorio del Tawantinsuyu no está aun bien estudiado, de ahí que se formulan conceptos que no expresan su realidad histórica y política, así por ejemplo,    dicen que la agricultura era primitiva o que era de rasgos feudales. Algunos especialistas izquierdistas de las ciencias sociales nos dicen que  cuando  llegaron  los  españoles, el Tawantinsuyu estaba en la etapa de transición del esclavismo al feudalismo paternalista de economía comunista. Estas apreciaciones del  intelectualoide colonizado mental han desfigurado el tiempo  y  el  espacio  civilizatorio  del  Tawantinsuyu,  de  ahí  que  nos encontramos como estamos.

Volviendo a las lecciones que nos da nuestro Amauta Hugo, diremos que la observación científica que hace del Centro Ceremonial  Ancestral del Chinchaysuyu, K´AHAMARKA (Cajamarca) es sorprendente en la medida que ve,  la  llamada  Región  de  Cajamarca, como  una  pista  para  materializar  la “Gran Transformación”. Constata que de los “127 distritos del departamento de Cajamarca, 104 se encuentran en situación de pobreza, con un total de un millón de habitantes, la cifra departamental más alta a nivel nacional”.

 Entendemos  que  esta realidad se refleja en  la totalidad  de los departamentos,  sibilinamente identificados como regiones  del  Perú-criollo mestizo  oligárquico.  ¿Qué  decir  por ejemplo  de  Puno y el  Sur  Andino del Hanan Kollasuyu, que le dio la victoria electoral a Ollanta Humala, porque no hace emprendimientos de desarrollo socio-económico en esta región que le dio  la  presidencia?  Tanto  el  Chinchaysuyu  y  el  Kollasuyu  tawantinsuyano fueron  los  almacenes de la soberanía  alimentaria  comunitaria,  que  hoy  los neoliberales  en  el  gobierno  pretenden  vendernos  como  si  fuera  una  gran hazaña neoliberal. Tema de otro trabajo a debatir.

Ahora  bien,  Cajamarca  y  Puno  no  se  diferencian  en  cuanto  a  su  pobreza  y abandono de parte del centralismo limeño, sin  embargo, es de vital importancia  para  reemprender  la  reconstitución  del  Estado  Plurinacional Confederado  de  Pueblos  y  Naciones del Perú-Tawantinsuyano del siglo XXI, sobre la base de la Gran  Transformación que  nos  formula  nuestro  Amauta Hugo  Salinas,  complementando  su  teoría  científica  de  la  economía  con  la lógica  de  pensamiento  ideológico  y  político  cósmico  tawantinsuyano  (Tesis Ideológica  y  Política  en  preparación  mía),  que  abre  camino  hacia  el  Hallin Kausay de la Repartición General.

El  libro  intitulado:  “Las  Empresas-País  y  la  Gran  Transformación”  debe constituirse en la impulsora de una nueva mirada comunitaria del problema socio-económico    de    los pueblos y naciones ancestrales del Perú-Tawantinsuyano, para no caer en los   modelos humanistaristas del capitalismo neoliberal, como las microempresas, las empresas familiares, que definen  la  economía  informal  del  que  se  benefician  los  propietarios  de  la Redistribución Individual, consecuentemente los burócratas del gobierno. 

Finalmente,  es  necesario  poner  el  ojo  clínico  sobre  las  instituciones  del Estado-Nación, que “educan   profesionales”, para la  conservación   del colonialismo  interno,  consolidando el colonialismo mental que impide ver con ojos propios la transformación que espera nuestros pueblos y naciones del   Perú-Tawantinsuyano.   Una de las instituciones básicas para la transformación debe ser los Centros de Formación Integral del ser Humano en su proceso de profesionalización, para el desarrollo integral de la sociedad comunitaria del siglo XXI. 

La Gran Transformación también pasa por transformar de las universidades, colegios  y  escuelas,  puesto  que,  el  ser humano  desde su  niñez  requiere potenciar sus saberes y conocimientos en función a su identidad pluricultural, su pertenencia territorial y su personalidad etnohistórica, que se cimienta en su  herencia  ancestral  y  que  le  brinda conocimientos, educación e identidad plurinacional ancestral y contemporáneo. Tres dimensiones que fortalecerán la GRAN TRANSFORMACION que aspira la sociedad de todas las sangres del  tercer  milenio.  ¡¡KAY  WAUK´ENCHISPAK  K´ELK´AMWAN,  HALLIN  KAUSAUTA PUTURICHISUN  K´ALANCHISPAK!!-¡¡Con    los  escritos  de  nuestro  hermano, haremos crecer el VIVIR BIEN PARA TODOS!!.

Hurin Kollasuyu-La Paz-Bolivia, 1 de Enero del 2013.

Dr. Aureliano TURPO CHOQUEHUANCA.
Socio-Etnólogo/Antropólogo Kechua.

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