En Suecia, los políticos saben que son servidores públicos. En el Perú reclaman privilegios, sueldos de potentados y comisiones por servicios prestados a "honorables" empresarios. Vea usted amigo, el tremendo contraste entre el modo de vida respetable de los funcionarios públicos en Suecia y los parlamentarios peruanos. En el Perú, puede usted buscar un sólo ejemplo que se aproxime al modo de vida de los parlamentarios suecos, que no se hacen los suecos, y no lo encontrará.
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