SEGUNDO
ROUND
RÉPLICA…
"Eusebio Leyva" eusebioleyva@yahoo.es,
martes,
febrero 19, 2013, 12:39 pm
La lucha correcta por el Socialismo
implica, entre otras cosas, conjugar de manera óptima la razón con el
sentimiento, la inteligencia con la emoción, la verdad científica con el mito,
el cerebro con el corazón.
Esto es lo que dice José Carlos Mariátegui cuando escribió la fórmula
"poner la sangre en las ideas"
Lo determinante, por supuesto, son las
ideas, lo condicionante es lo emocional.
La conjunción de lo racional con lo
anímico no se agota en la lucha por el Socialismo.
Resulta justa, necesaria y útil en todas las esferas y actividades
trascendentales de nuestra vida.
Si un activista del Socialismo actúa solo
guiado por la emoción, el sentimiento, la mística, y deja de lado la evaluación
científica y racional de los factores determinantes y condicionantes de un
problema tiene una altísima probabilidad de desbarrancarse estrepitosamente..
Esto, percibo, es lo que ocurre con Manuel
Velásquez Rangel.
Velásquez pareciera creer que sus deseos
pueden reemplazar al análisis concreto de la realidad concreta. Que sus
emociones pueden desplazar al método marxista.
Velásquez parece creer que el sentimiento,
la emoción, el mito y el corazón pueden establecer corolarios para la acción
política concreta.
A partir de esto es que muy suelto de
huesos y de pluma afirma cosas como esta refiriéndose a la Alcaldesa:
"su ideología liberal le impide
dar el salto cualitativo de un gobierno municipal tipo Comuna"
En otras palabras Velásquez está
postulando que en el actual período (desde Enero 2011, cuando asumió Villarán
el cargo, hasta Febrero del 2013, cuando Velásquez escribe lo que escribió) era perfectamente
posible dar "un salto cualitativo" y pasar a un gobierno
municipal tipo La Comuna.
¿Cuál fue el impedimento, según Velásquez,
para realizar tan hermoso cuan fantástico sueño?
La ideología de una persona.
La ideología de un individuo.
"El Pensamiento Villarán"
Este, según Velásquez, impidió dar ese
salto cualitativo, esa verdadera revolución que hubiese generado (démosle
nuevamente la palabra al compañero Velásquez) logros, situaciones y cosas como
estas:
"En la Comuna existe la
revocatoria, y esta es inmediata: todo funcionario público que no cumpla con su
deber de servir al municipio y a sus ciudadanos, puede y debe ser revocado en
una asamblea o consulta popular."
"En la Comuna, los sueldos de
los funcionarios, empezando por el de alcalde deben ser similares al sueldo
mínimo vital de cualquier trabajador de la industria o del campo. Ser funcionario
público no debe tener otro estímulo que el de servir al pueblo de todo
corazón."
"En la Comuna no hay
delincuencia ni delincuentes, puesto que el pueblo en armas es el que juzga y
ejecuta la sentencia en audiencia pública y de forma tan severa que los
ciudadanos lo piensan muy bien antes de dedicarse a esta actividad
lucrativa."
"En la Comuna todos
trabajan; poniendo en práctica el lema socialista: el que no trabaja no
come."
Esto es lo que cabría esperar, según
Velásquez Rangel, si en el Palacio de Taulichusco no estuviese una persona de "ideología
liberal" como Susana Villarán sino alguien con "ideología
socialista" esto es, en palabras también de Velásquez, un "alcalde
socialista proletario."
Tendríamos pues, siguiendo su curioso
guión, en febrero del 2013 "al pueblo de Lima en armas",
esto es a los obreros armados (supongo que con armas de fuego) patrullando la
ciudad, incursionando en las zonas picantes de la urbe ( La Huerta Perdida,
Cárcamo, etc.) a la caza de delincuentes para juzgarlos y luego ejecutar las
respectivas sentencias draconianas emitida por una inexplicada "audiencia
pública" realizada al costadito nomás del Palacio de Gobierno.
Tendríamos también, según las proyecciones
de Don Manuel, a Susana Villarán, junto a sus regidores ( y supongo yo que a su
particular fuerza armada comunal al costado) decidiendo quien come y
quien no come, quien desayuna y quien no desayuna, quien almuerza
y quien no almuerza, para que se cumpla el lema socialista:"quien no
trabaja no come." (No sé en qué parte de la doctrina socialista ha sacado
este lema que lo tengo registrado más bien como algo relativo a Manco Cápac que
a Carlos Marx)
No precisa Velásquez, eso sí, si esta
potestad de la Municipalidad relativa a la alimentación del vecindario, sería
aplicable sólo en el distrito de El Cercado o comprendería
toda Lima Metropolitana, ni nos explica quién y cómo se encargaría de
fiscalizar el cumplimiento (el que la gente trabaje) de esa medida.
Bueno, resulta ocioso analizar todas y
cada una de sus ocurrencias, que en un lamentable desliz verbal califiqué
exageradamente de "imbecilidades" por lo que le ofrezco disculpas.
Ahora bien, yo no sé si Velásquez en sus
curiosos razonamientos piense que es posible establecer por aquí y por allá en
los municipios a los que se acceda vía las elecciones organizadas por la
ONPE y el JNE, dentro del marco jurídico del estado burgués, todo esto, y
que a nuestro modesto entender corresponde a una situación donde el poder ha
sido tomado a escala nacional por la clase obrera y sobre los escombros del
viejo estado se construye uno nuevo. Si piensa así... bueno, hay poco que
decir.
Lo real y concreto es que Velásquez no se
ha puesto a meditar, a pensar, a razonar en la diferencia que existe entre los
conceptos encerrados en los verbos "querer" y
"poder" y su correlato en la esfera política revolucionaria.
En la actividad política revolucionaria
existe un concepto sumamente elemental de entender y a la vez importantísimo
para dar respuestas correctas a problemas políticos concretos: la
correlación de fuerzas.
Este concepto permite distinguir entre lo
que se quiere y lo que se puede, en una coyuntura específica.
Por esto, lanzar discursos, hacer
llamamientos, disparar críticas a diestra y siniestra obviando cosa tan
elemental como el balance de fuerzas entre las fuerzas del cambio y las fuerzas
de la reacción, conduce a decir y proponer sartas de disparates como las
proferidas por Velásquez Rangel en su comentario fechado el 03 de febrero.
Amén de estudiar, analizar y evaluar la
correlación de fuerzas existente, y antes de lanzar a la ligera conceptos que
colisionan con el sentido común, Velásquez debería preguntarse lo siguiente:
El gobierno municipal de Fuerza Social y
aliados en la lucha de clases que se desarrolla frente a nosotros ¿forma
parte del Pueblo, de los amigos del pueblo o forma parte de la Reacción?
La revocatoria planteada y promovida por
un sector de las clases dominantes de producirse ¿favorece los
intereses del pueblo y de sus expresiones políticas, en la lucha de
clases actual y futura o no los favorece?
Si contesta a la primera pregunta
afirmativamente y a la segunda negativamente, entonces tiene que ponerse con
premura a actuar del modo más decidido y enérgico, y no andar en una posición
tercerista, a media agua, donde sus argumentos alimentan y se confunden con los
de los enemigos del pueblo.
Eusebio Leyva.
RECONTRA
REPLICA…
LA COMUNA DE LIMA O EL AYLLU DE MARIÁTEGUI
Aprovecho un momento de descanso para
intentar responder la última entrega del Sr. Eusebio Leyva que va adjunta. En
primer lugar me sorprendió el tono conciliador de su carta que incluye
disculpas por calificar de imbecilidades mis ideas. Sin embargo, demostrando
que las prontas disculpas puede que no estén del todo maduras, vuelve a
calificar mis opiniones de "...sarta de disparates..." que es una
forma eufemística de decir lo mismo. Por lo tanto, las disculpas no son
aceptadas y tampoco son pedidas.
Comienza esta nueva intervención el Sr
Leyva dándonos una perorata acerca de si, para el activista socialista, es más
importante la razón o la emoción. Y concluye, por supuesto, como buen burgués
que: " La conjunción de lo racional con lo anímico no se agota en la lucha
por el socialismo. Resulta justa, necesaria y útil en todas las esferas y
actividades trascendentales de nuestra vida...". Nada menos.
Claro, el Sr. Leyva ignora o pretende
ignorar que para José Carlos Mariátegui La Chira la cosa era al revés cuando
escribe que la fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia, sino en su
pasión, en su fe. Y no sólo eso, sino que la emoción revolucionaria es una
emoción religiosa.
Quiere decir esto que los
revolucionarios no piensan o no deben pensar? Esto es muy reaccionario, pues se
alimenta de la creencia de que existe un sector de la sociedad -la mayoría- que
no piensa, que son bestias de carga y nada más, a las que hay que arrear. No
Sr. Leyva! Todo ser humano piensa por el sólo hecho de serlo. Hasta el más
ignorante y embrutecido de los hombres es racional. Pero allí no está su
fuerza, como no la está en los pedantes académicos o en los pesados eruditos.
El ser humano es un animal metafísico y ahí reside su fuerza y su grandeza.
El Sr. Leyva, como buen burgués, escribe
que: "...Lo determinante, por supuesto, son las ideas, lo condicionante es
lo emocional..." O sea, lo primero, lo más importante, lo principal son
las ideas (o sea, la idea) y lo secundario, lo condicionante, lo accesorio, lo
relativo es lo emocional (la sangre, los nervios, la parte más primitiva del
cerebro, o sea lo material, la materia sin la cual no puede haber ni una sola
idea). Vaya, vaya. Sin querer hemos llegado a los debates -superados- de fines
del XIX y comienzos del XX.
Después de esta esclarecedora
presentación, el Sr. Leyva entra a debatir el asunto de fondo de todo este
debate: el tema de la Comuna. Escribe que: "...Velásquez está postulando
que en el actual período... era perfectamente posible dar una salto cualitativo
y pasar a un gobierno municipal tipo La Comuna". No Sr: Leyva, yo no he
dicho eso en ningún lado, lo que yo he reclamado a la actual administración
encabezada por la alcaldesa Susana Villarán es no convocar al pueblo de Lima,
al proletariado limeño a Cabildo Abierto. Y esto es otra cosa, pues los
Cabildos Abiertos están en nuestra tradición, sobre todo en la lucha por la
Independencia de España en la cual desempeñaron un gran papel. En vez de eso ha
preferido convocar al Sr. Favre y todo su equipo de publicistas que lo mismo
pueden hacer, con una marca de gaseosas, que con un político burgués o
pequeñoburgués así sea socialista.
La Comuna de Lima la hará el pueblo de
Lima, el proletariado limeño, y será en su debido momento, pero si me pregunta
si creo que es posible hacerla hoy mismo, mi respuesta es que sí, como lo fue
para Mariátegui en su tiempo. Desde 1917 estamos en la época del socialismo, y
aunque el capitalismo sigue vivito y coleando, no es menos cierto que está en
su fase terminal. No sabemos cuánto durará esta fase, y ni falta que nos hace,
pero sí estamos seguros que no morirá de muerte natural.
Me pregunta el Sr. Leyva, un poco
puerilmente, si creo que es posible establecer la Comuna independientemente en
los distritos en que gane el socialismo proletario bajo las reglas del Estado
burgués. Le respondo: no estamos hablando de evolución sino de
revolución.
Le recuerdo al Sr Leyva que el internet
sirve también como buscador de información, y si quería saber de dónde provenía
la frase "el que no trabaja que no come" sólo tenía que ponerlo en
google y al toque se enteraba. Un poquito flojito el señor!
Finalmente, a sus dos preguntas finales,
mi respuesta es otra pregunta: son los aliados de Fuerza Social en este proceso
de Consulta Popular, el PPC, AP, PP, la CONFIEP, parte del pueblo peruano o más
bien forman parte de la Reacción?
No es más por el momento.
Lima, 23 de febrero del 2013.
Manuel Velásquez Rangel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario