LA PARTE DURA DEL BALANCE
La
lección más amarga de la revocatoria es que Fuerza Social nunca fue una fuerza y menos social, pero imaginó que
una victoria que le cayó en las manos era una demostración que su propuesta de
ser los nuevos de la izquierda había llegado a los electores. Esto le hizo
olvidar el desastre del 2006 cuando rasparon el 0.5% y persistir en el concepto
de que representaban una nueva tecnocracia capaz de asegurar un buen gobierno.
Nada
de esto fue cierto y la factura que se le ha pasado al partido de las chalinas
verdes es alta, no sólo por los regidores revocados sino por el injusto trato
al que fueron sometidos en el proceso que culminó el 17 de marzo. Para las
elecciones municipales de 2010, el partido de Villarán pareció revalorar su
posición de distancia respecto al resto de la izquierda e hizo una confluencia
amplia, la que sin embargo entró en crisis cuando la lidereza se desembarazó de
su aliado Patria Roja en el camino a las presidenciales.
Desde
ahí la posición de Fuerza Social ha sido ambigua respecto a si caminar o no al
lado de la izquierda, o si asumir la condición de acompañante del centroderecha
democrático. La izquierda fuera de Fuerza Social ha sido generosa en su apoyo
sin condiciones a la alcaldesa, en el trabajo de bases, en las organizaciones
sociales, en la obtención de recursos, pero eso se ha hecho muy poco visible en
los mítines de cierre y victoria en los que los agradecidos eran los de otros
partidos, algunos de los cuales se limitaron a decir que eran del No y después
no hicieron nada.
La
idea tecnocrática, a su vez, tiene la misma raíz que la que domina al Perú
desde los años 90: sólo que una cosa es quedarse con el staff neoliberal que ya
estaba metido en el Estado, como hizo Ollanta, que insistir en su propio equipo
como intentó Susana, lo que en medio de los ataques le hizo imagen de amiguismo
que dañó su gestión. La derecha por supuesto dice que el problema era que no se
quedó con los anteriores gerentes, cuando lo que faltaba era liderazgo es decir
conductores directos con vínculos sociales, y no meros profesionales detrás de
sus escritorios.
Finalmente,
si es cierto como dice Sinecio López, que lo que manda es la política, la
pregunta inmediata es qué política le va a seguir a un resultado como el del
último domingo. ¿Se lanzará la alcaldesa a recuperar los conos no sólo con
obras sino con movilización social?, ¿o irá a un reparto de gerencias con el
PPC o independientes para administrar las grandes inversiones? La respuesta
está por verse.
23.03.13
SIGUIENDO EL BALANCE DE LA REVOCATORIA
Sobre 42 distritos que componen la ciudad de Lima,
23 votaron por No y 19 por Sí. La fuerza del Sí se concentra en 9 distritos de
conos que alguna época fueron de la izquierda y en tres de Lima antigua (La
Victoria, Rímac y El Agustino). Además siete distritos de los balnearios del
sur y norte, muchos de ellos de escasa votación. El No triunfa en 6 distritos
de conos y en 16 de la Lima tradicional, donde se encuentran el Cercado y
la mayor parte de los habitantes de los estratos A-B y parcialmente de C.
Adicionalmente gana en dos balnearios del sur.
En 18 de los distritos del Sí se constata una
votación cerrada por esta opción, ya que se “revocan” tanto a la alcaldesa,
como a los regidores de todas las tendencias, incluidos los del PPC y al hijo
de Castañeda Lossio. Sólo en Santa María del Mar, distrito con poco más de 500
votantes, se aprecia un resultado en el que el Sí gana en alcaldía y regidores
de Fuerza Social y el No en el resto de la cédula. El No es uniforme en
12 distritos, de manera que no se “revoca” a nadie, ni al hijo del mudo. En
estos distritos están los tradicionales bastiones del PPC, que no votaron por
Susana en el 2010, como Miraflores, San Isidro, La Molina, Surco, San Borja,
Magdalena, San Miguel, Pueblo Libre, Lince, Barranco, Chaclacayo y Surquillo.
En otros casos se repite el escenario con la
diferencia de que se revoca al mudito, es decir hay una selectividad en ese
punto básico: Cercado, Chorrillos, Breña, Los Olivos, Lurigancho (Chosica).
Finalmente hay casos especiales como San Juan de Miraflores donde gana el No a
Susana y el Sí para todos los demás y Punta Hermosa que es el único lugar donde
los “revocados” se reducen a los de Fuerza Social. Reflexionando sobre todos
estos datos aproximativos se puede anotar que hubo una fuerte disciplina de
voto por todo Sí y también por todo No. Ese es el aspecto principal de la
votación. Salvo San Juan de Miraflores, no se ve correcciones sustanciales en
las propuestas en juego por parte de los electores.
Entonces, ¿cómo explicar que 19 regidores de Fuerza
Social terminen en la cuerda floja, junto al ya revocado Castañeda Pardo y el
otro de Solidaridad Nacional que posiblemente también salga? La pregunta
plantea un misterio pero tal vez ingrese una suma de factores: (a)
intencionalidad política (en cada distrito histórico del PPC hay una pequeña
fracción de votos de Sí para los regidores de Susana superior a la de los
partidarios de Lourdes); (b) votos en blanco (son mucho mayores a partir del
casillero 21 de la cédula, lo que se ve más en los distritos de Sí que en los
de No); votos de No que sólo fueron para Villarán, dejando el resto de la
cédula en blanco.
22.03.13
UN BALANCE DE LOS PRIMEROS
RESULTADOS
Los mismos que aseguraban que los electores
peruanos eran electarados y que no tenían remedio porque eran capaces de elegir
a un mono como presidente, están ahora intentando hacer una explicación sobre
el supuesto éxito de los revocadores en quitarle a la alcaldesa su bancada de
regidores y demostrar así que Lima no es izquierdista. Todo el mundo sabe, por
supuesto, que el plan que se puso en marcha no era ese, sino recapturar el
control del Concejo Metropolitano revocando a la alcaldesa y a todos sus regidores,
para forzar una nueva elección y que ese proyecto se hundió.
De ahí que hay la otra explicación que es la del
“abrazo del oso” (o la osa), que asegura que Lourdes afirmó su apoyo a Susana y
por lo bajo ordenó un No recortado que implicaba tumbar a los regidores de
Fuerza Social y aislar a la alcaldesa para tenerla a su merced. A primera vista
uno puede concluir que ha operado un ingrediente político-ideológico para
escoger dentro de 40 a 19 de la confluencia que apoyaba a Villarán y a dos de
Solidaridad de Castañeda. El error es creer que este ha sido el gran voto
limeño, cuando lo que ha funcionado es el típico mecanismo que también opera en
el voto preferencial, en el que una amplia mayoría define la tendencia
principal y una estrecha minoría pone los nombres.
El estudio de los datos que ofrece la ONPE que
todavía tiene por contabilizar 45% de las actas donde están en juego más de 2
millones de votos, indica que el gran tema que estaba en el debate era la
permanencia de la alcaldesa, por eso es que ella recibe los mayores votos de Sí
y de No, siendo que por ejemplo la diferencia entre los No de Susana y los de
Zegarra y Glave, de su mismo partido, es de 135 mil y 145 mil respectivamente,
pero también los supera en cantidad de Sí en 33 mil y 37 mil votos. Esta es la
tendencia además en el resto de regidores casi revocados de Fuerza Social. La
conclusión es que hubo poco más de 150 mil electores que decidieron ponerse en
blanco y más o menos 80 mil en nulo, respecto a este sector político, favoreciendo
que unos 30 mil votantes promedio los lancen a la calle.
Para el PPC, sospechoso de manipular la contienda a
su favor, hay que decir que tomando también a dos casos representativos (Secada
y Valenzuela), lo que se haya es que quedan a mayor distancia del No de Susana
que los regidores de Fuerza Social. En un caso es 195 mil y en el otro 199 mil.
Lo que los salva es que tienen menos Sí que los oficialistas y una barbaridad
de blancos 342 mil para Secada y 345 mil para Valenzuela. Es difícil pensar que
esto haya sido planeado minuciosamente. Volveremos mañana sobre el
asunto.
21.03.13
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SÍ HUBO PERDEDORES
EL 17-M
Los
revocadores desarrollaron durante casi dos años un sistema de desprestigio y
mentira contra la alcaldesa de Lima que les permitió aglutinar una gran
cantidad de descontentos. Pero al mismo tiempo generaron una respuesta en
muchos sectores que sentían que había abuso y manipulación, lo que a la larga
terminó volteándoles el partido. Este es más o menos el resumen apretado de lo
que pasó el 17 de marzo. Los aciertos y errores de la campaña de cada cual
tienen que ver no con marketing, sino con la comprensión de este proceso.
El
resultado ajustado y contradictorio, refleja un comportamiento electoral que no
fue anticipado por nadie. De un lado, el Sí que apuntaba a la cabeza de la
gestión municipal fracasó en su propósito y levantó anticuerpos contra sus
líderes, más fuertes que los que ellos trataron de inocular en contra de la
alcaldesa. Castañeda sale así casi liquidado como factor político en el país y
Marco Tulio parece que va a perder mucha chamba como revocador al no haber
detectado el cambio de tendencia de último momento que fue justamente el tiempo
en que hizo sus peores torpezas. El APRA finalmente falló en el intento de
reactivarse con la revocatoria como factor de arrastre.
De
otro lado el No, que pareció haber encontrado la varita mágica en la oferta de
un gobierno municipal de ancha base, compartido entre Fuerza Social, el PPC y
otros sectores, que se dice fue el valor agregado para el triunfo de la
alcaldesa, se encontró de pronto que había sido objeto de un voto complejo a
través del cual una fracción significativa del electorado decidió salvar a la
doña, pero al mismo tiempo cortar la cabeza de sus regidores. De esta forma la
“ancha base”, se quedó sin partido eje que responda directamente a la
alcaldesa, o si se quiere la han dejado sola entre posibles futuros aliados y
numerosos adversarios.
Esta
configuración nadie la esperaba y menos calculó sus implicancias. A Susana
ahora le están diciendo que mantenga la ficción de que sigue siendo el mismo
gobierno, pero en realidad no va a tener mayor poder para dirigir lo que le
queda en el Municipio. El mensaje es más duro aún porque le quita el ímpetu
ganador de las primeras horas, que era la energía de la que podía valerse para
cubrir los siguientes meses. Por eso la fórmula “Ganó Lima, no perdió nadie”,
resulta bastante vacía, ya que obviamente hay tremendos perdedores como
Castañeda, el APRA y hasta cierto grado el fujimorismo, pero también la
izquierda moderada y la más radical que se jugaron por Susana.
Razón
había cuando se dijo que la revocatoria era la caja de Pandora, de la que
saldrían las plagas más indeseables. Esperemos que de una victoria con tantos
claroscuros venga algo bueno. Vale siempre tener esperanzas.
19.03.13
www.rwiener.blogspot.com
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