Nota Breve
Existe la necesidad de
legislar porque existen conflictos entre diversas instancias de una sociedad.
Por ejemplo, si el sector pesquero necesita resolver algunos conflictos (de
intereses) entre sus partes, las partes interesadas pueden (y es práctica habitual)
contratar los servicios de especialistas (“técnicos”) para que elaboren los
proyectos de ley a la medida de sus “necesidades”. Así procede la gran y
mediana empresa en el Perú y el planeta. Los trabajadores organizados hacen lo
propio, siempre y cuando tengan los
recursos económicos para contratar un equipo de especialistas, pero sus
proyectos final o simplemente son arrojados al tacho de basura.
Entonces, ¿para qué
elegir un grupo o grupete de “especialistas” en legislar? ¿Para qué sostener la
farsa de un poder legislativo que sólo significa una carga para los bolsillos
de todos los peruanos?
Hoy más que nunca es
necesario adecentar y sincerar la política en el Perú ancho y ajeno. Y la
tecnología (Internet – Televisión) es una herramienta que, bien utilizada,
puede facilitar la necesidad de legislar y aprobar leyes en toda comunidad
humana.
Tacna, 13 julio 2013
Edgar Bolaños Marín
Dr. Hugo SALINAS
Con el
tipo de elecciones que tenemos, tanto para la presidencia de la República como
para los congresistas, ¿existe realmente independencia de poderes? ¿Puede
existir una independencia entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo con el tipo de
elecciones que existe actualmente? La respuesta que nos brinda la realidad de
todos los días, es un NO rotundo.
En este
artículo no tomo en consideración al “poder judicial” porque, simplemente, sus
autoridades máximas no son elegidos ni por el pueblo ni por sus pares. Ellos
son nominados a dedo por el Poder Ejecutivo. Es decir, no contamos con un Poder
Judicial. Tanto es así que, existiendo pruebas evidentes de corrupción en las
más altas esferas de los dos poderes mencionados, ninguno ha sido realmente
inquietado por el “poder judicial”. Son las organizaciones internacionales que
presionan a los “poderes del Estado” para que cumplan con sus obligaciones.
Y si
hablamos del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo, lo cierto es que, es el
Presidente de la República quien tiene bajo su mando al “poder legislativo”. ¿Y
en base a qué aseveramos tal cosa si tanto el presidente de la República como
los legisladores son elegidos por el pueblo? Porque la matriz del vicio se encuentra en la forma de elegir tanto al
Presidente de la República como a nuestros congresistas.
Sucede
que, por completa ignorancia de la naturaleza diferente de estos dos poderes, o
por simple conveniencia, se ha tomado por costumbre, escrita en las normas del
Jurado Nacional de Elecciones, establecer que tanto el Presidente de la
República como los congresistas sean propuestos a elección por los partidos
políticos.
El
Presidente de la República tiene objetivos políticos a cumplir y, por
consiguiente, es normal que sean los partidos políticos quienes propongan
candidatos a la presidencia de la república. Y sea el pueblo quien decida.
Pero, los congresistas no tienen por finalidad la política sino la legislación.
Su mismo nombre lo indica: Poder Legislativo. Es un cuerpo técnico y no
político. Y, por lo tanto, no deben ser propuestos a elección por los partidos
políticos.
Entonces,
cometemos grave error al permitir que sean los partidos políticos que propongan
y manejen ambos poderes. Porque, a raíz de esta mala práctica, vemos
corrientemente que los legisladores
siempre están al servicio de los partidos políticos. O más exactamente, el
“poder legislativo” está al servicio del Presidente de la República.
Una
evidencia más de la existencia de un solo poder: Las bancadas de legisladores
se ordenan ellos mismos no en función de legislar sino en función de sus
partidos políticos. En estas condiciones, ¿cómo podemos hablar de independencia
de poderes del Estado? En realidad, existe un solo poder, el del Ejecutivo.
Si
estimamos que debe existir independencia entre el Poder Ejecutivo y el Poder
Legislativo, debemos romper el cordón umbilical entre estos “dos poderes”. Y la
mejor forma de hacerlo es reflexionando sobre la naturaleza del Poder
Legislativo y sus verdaderas bases de donde deberían salir elegidos los congresistas.
El cuerpo
legislativo es técnico. Y técnico en legislar. Por lo tanto, los legisladores
deben ser propuestos a elección por las organizaciones e instituciones que
tienen que ver con la normatividad del Estado. Y son estas organizaciones e
instituciones quienes deberían elegir a los congresistas.
La
elección del Presidente de la República y la de los congresistas puede ser
simultánea pero, en ningún caso con el mismo tipo de elección. Al Presidente de
la República lo elige el pueblo y a los miembros del Poder Legislativo, sus
pares; las organizaciones e instituciones que tienen que ver con la
normatividad del Estado.
Pero para
personas como yo, que no creemos más en la Democracia Representativa y
Participativa, fuente del vicio y de la corrupción, que creemos en una
Democracia Directa tanto en el voto como en el juzgamiento y la acusación, no
hay lugar para congresistas; es decir, para los “representantes del pueblo”.
Ya no
existe ningún argumento válido para justificar la existencia de “representantes”;
más aún cuando los modernos medios de comunicación facilitan las decisiones de
los pueblos en forma directa.
Ferreñafe,
el pueblos de las dos Fe, 5 de junio del 2013
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