CX36 Radio Centenario
04-07-2013
Transcribimos a continuación la columna
de James Petras del lunes 1º de julio, que Usted puede escuchar/descargar aquí:
Diego Martínez:
Tenemos el placer de recibir en los micrófonos de Radio Centenario como todos
los lunes a esta hora al sociólogo norteamericano James Petras. Buenos días,
bienvenido.
James Petras:
Buenos días. Aquí con mucha lluvia pero no es malo, en el otro lado del país
hay una sequía tremenda, con un calor de 40 y pico grados.
DM:
Si y hubo un incendio bastante importante también en las últimas horas.
JP:
Sí, en Arizona, donde murieron 19 bomberos que no tenían suficiente protección,
porque el equipaje que tenían para protegerse falló. Y ya están todos con
lágrimas sin cuestionar las razones, las causas. Pero eso pasa en este país
siempre, hay muchas lágrimas pero poca autocrítica.
DM:
Le propongo comenzar con los temas de la semana.
JP:
Si, con Egipto podríamos empezar porque es uno de los acontecimientos que más
impacta hoy día en los grandes títulos de los diarios.
DM:
¿Cómo está la situación allí? Han puesto plazos al presidente Mohamed Morsi,
para renunciar.
JP:
Hay cuatro causas que creo han perjudicado al gobierno, principalmente.
El
primero es el socio económico, que a pesar de ser musulmanes, islámicos, el
gobierno ha tomado un camino neoliberal o trata de tomar un camino que acaba
con las subvenciones, sin grandes proyectos para generar empleo y contrastar la
pobreza que está creciendo.
Frente
a los desafíos, Morsi recurrió al Fondo Monetario Internacional y el FMI
exigían recortes económicos, sociales. El gobierno tenía temor de provocar a
las bases, incluso sus propias bases, a los pobres islámicos, entonces no tomó
ninguna posición, ni por el monetarismo del Fondo ni adoptando medidas que
podrían mejorar la Economía egipcia con inversiones estatales y con algunos
proyectos sociales para generar inversiones productivas. Entonces la situación
económica se ha deteriorado, el sector externo, el turismo y los otros factores
que influyen sobre la Economía están perjudicados.
El
segundo problema es que el gobierno trata de tomar posiciones sectarias,
poniendo énfasis sobre el Islam, sobre la regulación religiosa de la vida
secular, con un gabinete ministerial monopólico islamita, concentrando el
gobierno sólo en los creyentes de la política religiosa del gobierno. Eso ha
creado gran división entre musulmanes y no musulmanes, y entre los musulmanes
con orientación más secular y los más fanáticos. Eso también ha generado una
oposición importante.
Tercero,
entre la clase política, el verticalismo, el autoritarismo, el monopolio de
puestos en el gobierno y la manera ñeque el señor Morsi está imponiendo sus
directivas contra cualquier otra rama del gobierno ha provocado otra oposición.
Finalmente,
la posición en política exterior, la colaboración con Israel, el bloqueo a los
palestinos en Gaza, el apoyo a los extremistas contra el gobierno sirio y la
colaboración con el imperialismo en estas políticas, también ha creado otro
frente de oposición.
Si
multiplicamos estos cuatro sectores, podemos ver la acumulación de oposición
tanto socioeconómica, el crecimiento de la pobreza, la mano dura contra la
oposición, el fomento del Islam y la colaboración con Israel.
Son
todos factores que influyen para justificar que –según decían ayer- 14 millones
de personas salgan a la calle a manifestarse. No creo que Morsi pueda
sobrevivir a este gran levantamiento popular.
Ahora,
entre la oposición hay una mezcla, creo que la mayoría es gente progresista
criticando las políticas que se han tomado, pero hay sectores de la dictadura
de Hosni Mubarak que quieren revertir el proceso democrático, hay golpistas
entre los militares que buscan aprovecharse de los conflictos y movilizaciones
para intervenir e imponer otra vez la dictadura.
Por
tanto, es una situación donde el resultado aún es una incógnita. Si cae Morsi,
¿quién va a reemplazarlo? ¿Otra vez una asociación civil-militar? ¿Un gobierno
democrático secular? ¿Una mezcla de izquierda y derecha? Es difícil adivinarlo.
Lo
que está unificando a los grupos es la oposición común a Morsi, pero después
hay una dispersión en las perspectivas. Desde grupos sindicales socialistas a
grupos de centro y centro derecha, e incluso grupos derechistas.
La
mayoría busca justicia social y democracia, pero entre los supuestos cabecillas,
hay más posibilidades que el gobierno revierta a manos seculares y liberales.
DM:
¿Qué tanto hay de factores internos y qué tanto de posible participación de
elementos externos en este levantamiento popular de Egipto?
JP:
Es difícil averiguarlo. Por ejemplo Washington apoya a Morsi contra grupos de
izquierda y contra los que quieren revertir el trato con Israel. Por otro lado,
Washington es muy critico de Morsi por no haber aplicado una política
neoliberal. Mientras tanto, Morsi apoya los terroristas en Siria como promueve
Washington.
Pero
del mismo lado, Washington tiene amigos entre la oposición, sectores liberales,
políticos tradicionales, etc.
Creo
que están jugando tres cartas, una el golpe militar, otra a seguir apoyando a los musulmanes y tercera buscando pescar algún
apoyo en la oposición.
DM:
En ese escenario ¿qué papel cumplen los militares?
JP:
Los militares hasta ahora, no han defendido a Morsi pero tampoco prestaron
apoyo a los manifestantes. Creo que los militares, en la cúpula, buscan
debilitar cualquier gobierno civil para retener los privilegios y las empresas
que controlan; y tal vez buscar una forma de influir cualquier gobierno
próximo. Es decir un tipo de gobierno civil-militar.
Lo
que es obvio es que todavía no se prestan para una represión masiva contra la
oposición. Curiosamente no quieren perjudicarse en caso de que caiga Morsi, en
alguna masacre como cómplices de Morsi. La posibilidad de una masacre sólo va a
ocurrir si los militares intervienen y no pueden imponer el orden que buscan, y
ese orden es una alianza militar-civil. Creo que si viniera un gobierno con
tintes izquierdistas y antiimperialistas, es más posible que intervengan los
militares para frenar ese proceso.
No
hay que excluir varias posibilidades: una que caiga Morsi, surge un gobierno
civil moderado y los militares lo aceptan. El otro escenario, es que se
radicalice el proceso, caiga Morsi y los militares intervengan para bloquear
una solución progresista.
DM:
Si le parece pasamos al tema Snowden.
JP:
Si, es un tema muy importante porque (Edward) Snowden en muchos lados es un
héroe, no sólo entre las masas populares por las revelaciones y el desprestigio
en que ha caído (Barak) Obama en la actualidad; sino también por ayudar con sus
revelaciones al proceso para parar el crecimiento del Estado policial. Por lo
menos ahora sabemos más sobre el grado de avance de las fuerzas
antidemocráticas aquí y en todo el mundo. Los supuestos aliados en Europa
supieron ahora que están todos siendo controlados, sus teléfonos, faxes,
correos electrónicos, etc. Y ya ha habido quejas porque Estados Unidos
aprovecha esa información para mejorar su condición negociadora, manipular,
promover divisiones y también aprovechar información industrial para mejorar
sus ventajas comerciales, perjudicando en ese sentido, la gran industria
alemana, las posibilidades diplomáticas de Francia y poniendo en cuestión todo
el diálogo y las negociaciones sobre el libre comercio.
Más
allá de eso, el hecho de que Washington esté usando este espionaje para
confrontar con Rusia y China, también tiene un impacto pues Washington no tiene
ninguna autoridad moral para criticar el espionaje en Rusia, China o cualquier
otra parte. Hoy se sabe que Washington es el principal violador de esta
confidencialidad, están muy desprestigiados, no tienen moral para ser jueces de
la política de otro país.
Más
allá de todo eso, creo que espionajes, las revelaciones, ayudan aquí dentro de
Estado Unidos para atacar el Estado policial, poner en cuestión los métodos
antidemocráticos, la falta de cualquier debate y la complicidad de líderes
políticos en el Congreso. Ahora hay alguna minoría, un 25% del Senado, que pide
investigaciones.
La
última vez que tuvimos investigaciones serias fue en los años ’70, cuando la
CIA estuvo involucrada en el golpe de Estado contra Salvador Allende, el
Presidente democrático de Chile; y a partir de las audiencias y las
revelaciones, el Congreso aprobó varias leyes limitando la capacidad de la CIA
de matar e intervenir.
Pero
eso era en los ’70. Con el paso de los años vuelve con fuerza, con mucha más
fuerza, particularmente en los últimos diez años ha crecido como un monstruo
este Estado policial que tenemos ahora. Tal vez, estas revelaciones nos ayuden
a contrastar o por lo menos limitar esas violaciones.
El
caso Snowden es clave, porque Washington busca de cualquier forma silenciarlo,
con un asesinato, una extradición donde van a fabricar un juicio controlado por
ellos para encarcelarlo por siempre o aplicarle la pena de muerte. De una
manera o de otra buscan silenciarlo.
DM:
¿Qué importancia tiene lo revelado para el relacionamiento de Estados Unidos
con la OTAN, con Europa?
JP:
Como mencionaba está perjudicando de alguna forma, porque molesta que tienes un
aliado que te está espiando y que hoy sabe qué personalidad tiene cuál
posición, qué país puede ser más débil y manipularlo; que armas puedes comprar
y vender y a qué precio; la forma de tratar la política de la OTAN en relación
con nuevas guerras; qué país puedes influir y utilizar contra otros para
dividir y conquistar; etc.
Entonces,
los aliados están molestos.
Ahora
bien, Alemania colabora mucho con Estados Unidos en el espionaje desde la
Guerra Fría, pero tiene sus grandes empresas industriales que también han sido
sometidas a este espionaje y pueden perjudicar sus mercados y su competencia.
Entonces, (la canciller alemana Angela) Merkel tiene su posición crítica pero
no de confrontación, denuncia y reclaman que terminen el espionaje.
En
cambio en Francia, (el presidente François) Hollande está bajo mucha más
presión, porque Estados Unidos ha filtrado sus oficinas, embajadas, todo
controlado y eso limita la posibilidad de comunicar y elaborar una política
independiente. Sirve para la dominación. Y Francia por lo menos dice que quiere
mantener su independencia y este tipo de espionaje es una forma de someterlos a
la política externa de Estados Unidos y eso no es aceptable.
DM:
Bien, nos venimos a Latinoamérica. ¿Cómo analiza la reacción de Ecuador
manejando la posibilidad de cesar un acuerdo comercial que tenía con Estados
Unidos, ante las amenazas de Washington?
JP:
Es otra política de Washington de matón. No saben dialogar, discutir, tomar en
cuenta la posición del otro, utilizan el garrote. Y siempre esta política tiene
en parte su efecto, en gobierno débiles que pueden someterse por miedo. Pero el
caso de (Rafael) Correa y la situación de Ecuador es diferente.
Ecuador
ha diversificado sus lazos económicos, si pierde las exoneraciones con Estados
Unidos, el costo es de 26 millones de dólares, lo que les es fácil compensar
incentivando el comercio con China, con Asia, con Unasur y otros países.
Creo
que Correa económicamente puede resistir esta amenaza de Washington. Ahora, más
allá de eso, existe la CIA, el golpismo norteamericano, que pueden usarlo
también y por eso Correa es más cauto, no quiere provocar que Estados Unidos
lance todos los aparatos clandestinos contra su gobierno, porque es un gobierno
democráticamente electo, pero hay muchos canales donde Estados Unidos puede
manipular para desestabilizar su gobierno.
En
todo caso, Correa muestra un gran coraje y resiste, poniendo sobre la mesa la
posibilidad de dar asilo a Snowden, por lo que hay que saludarlo, felicitarlo y
solidarizarse con su política.
DM:
Si bien este domingo concluyó la Copa Confederaciones contra la cual se
realizaron masivas manifestaciones ¿cuál es el estado de situación del gobierno
brasileño?
JP:
La situación es muy débil frente a las masas porque está comprometido en una
política de exportación primaria, donde no genera un dinamismo con el resto de
la Economía, con la soja, con el hierro, con el jugo de naranja, madera, vacas,
eso no genera mucho impacto en la Economía. Pero optaron por ese modelo,
canalizan dinero a la infraestructura y procesos, fomentando estas
exportaciones principalmente a China, que perjudica la industria. Hoy hay un
proceso de desindustrialización en Brasil y eso ha generado otros efectos,
porque se canalizan recursos para la construcción de autopistas y puertos para
sacar las exportaciones, perjudicando el transporte en las grandes ciudades.
Fomentando el agro donde no hay mucha población, perjudicando los pequeños y
medianos productores, tampoco es efectivo.
Lo
mismo pasa con todo el standard de vida, hospitales, escuelas, porque el sector
exportador no necesita mano de obra educada y sana; tiene un mínimo de
utilización, tiene una gran concentración de maquinaria. Entonces ¿para qué
gastar dinero en Salud y Educación? Cuando podrían subvencionar las
exportaciones de soja. Y ese modelo entonces no permite grandes
transformaciones como exige la población.
Por
esas razones, las grandes manifestaciones van a seguir. Las promesas de (la
presidente brasileña Dilma) Rousseff no tienen mucha credibilidad en este
momento.
Después
de once años (de los gobiernos de Luis Inazio Da Silva) Lula y de Rousseff, la
demagogia populista ya no tiene el mismo efecto; tampoco el deporte. Se dijo siempre
que los brasileños son locos por el fútbol, pero demostraron que los problemas
económicos y sociales concretos, impactan mucho más que la diversión y el
deporte.
Y
eso es importante, porque muchas veces pensábamos que el deporte era la gran
distracción, que narcotizaba a la gente, pero eso es falso. La gente sufrió en
silencio pero ahora muestra que bajo la fachada de conformidad, hay una gran
resistencia.
Eso
hay que tomarlo en cuenta, porque la gente por muchos años las encuestas decían
que “Lula tiene 80% de aprobación”. Pero en realidad la gente estaba a la
espera.
También
mejoraron su consumo, a partir de un crédito barato y fácil, también con la
esperanza de que algo se puede mejorar a partir del gobierno, pero ya la
paciencia se agotó.
Podríamos
decir además, que considerar simplemente los aumentos monetarios como aumento
de standard de vida es falso. El standard de vida tiene mucho más que ver con
el tratamiento médico, la Educación, la capacitación, la posibilidad de avanzar
más allá de la sobrevivencia. Y en este caso hay una deterioración del standard
de vida, la gente tiene frijoles y arroz pero no es suficiente, tiene mejores
aspiraciones en su vida. Considerar aumentos salariales como la única medida de
standard de vida es falso. Se está deteriorando el transporte por ejemplo, uno
demora cuatro horas para ir y venir del trabajo. Si uno va al hospital, tiene
que esperar seis horas en la Emergencia para que le den un calmante.
Eso
también perjudica la calidad de vida, la vida en su conjunto. Y va más allá de
la situación de cobrar un salario mínimo mejor que antes.
Debemos
anotar que el porcentaje del salario como componente del Producto Bruto Interno
ha caído, es decir, las ganancias han superado todos los récords pasados. Wall
Street ha cobrado intereses récords en los últimos diez años.
Los capitales
extranjeros se han multiplicado geométricamente en la Economía. ¿Qué
progresismo está en Brasil? Es una Economía colonial exportadora de materias
primas, penetrado por el gran capital y con el deterioro de la vida cotidiana.
Eso no es progresismo, eso es un gobierno de derecha.
DM:
Por último, Obama está en África.
JP:
No han hecho nada, no ha recibido aplausos de ninguna parte. Fue a África del
Sur, habla con la familia de Nelson Mandela, visita la cárcel donde estuvo
Mandela, pero la recepción ha sido muy fría. Más allá de las cúpulas políticas
ha habido manifestaciones, protestas, desenmascarando a Obama.
Incluso
en África, la gente ya no está engañada con el pretexto que él es de origen
africano. La gente mira las guerras, las intervenciones, el apoyo al sionismo,
los prejuicios que ha mostrado contra los árabes.
Son
las políticas de relaciones públicas que han fracasado.
DM:
¿Nos quedó algún tema del que quiera hablar?
JP:
Sólo quiero mencionar el hecho de que el proceso de cambio aquí en Estados
Unidos es muy lento. Políticamente el pueblo norteamericano está totalmente
desorientado. Rechazan a Obama pero tiene miedo de la derecha. No hay una
alternativa directa que pueda intervenir entre la gran brecha del pueblo
democrático buscando justicia social y la paz, y la clase política en su
integridad, que no ha mostrado ninguna iniciativa. Quedamos en un abismo entre
el gobierno fracasado y desprestigiado y una oposición totalmente inaceptable.
Ese
el drama que vivimos aquí en Estados Unidos.
DM:
Muy bien Petras, le agradecemos mucho todo esta comunicación y el análisis que
ha hecho de los principales temas de actualidad. Un abrazo.
JP:
Un abrazo. Hasta el viernes.
(*)
Escuche en vivo los lunes a las 11:30 horas (hora local) la audición de James
Petras por CX36, Radio Centenario desde Montevideo (Uruguay) para todo el mundo
a través de www.radio36.com.uy
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