Estudio de CENDA desnuda la
verdadera madre del cordero
La
increíble estafa de las AFP
19-10-2013
· Dos de
cada tres pesos que recauda el sistema de AFP, quedan enredados entre los
administradores y los grupos económicos.
· Volver
al sistema de reparto permitiría duplicar el monto de las pensiones, y un
ahorro en el gasto fiscal equivalente al 3,6% del PIB.
Un equipo
de CENDA, liderado por el economista Manuel Riesco, acaba de publicar el
estudio Resultados para sus Afiliados de las AFP y Compañías de Seguros
Relacionadas con la Previsión: 1982-2012, en rigor el retrato más certero que
se le haya hecho al sistema de privado pensiones, como lo demuestra el espeso
silencio del sistema mediático, a pesar de la enorme relevancia de sus
conclusiones.
Demuestra,
para empezar, que de cada tres pesos que recauda el sistema, tanto por la vía
de la cotización de los afil(i)ados como de subsidios del Estado, dos se quedan
enredados entre los administradores y los grandes grupos financieros, que en la
práctica son los mismos, precisamente el principal de los motivos por los
cuales el sistema paga pensiones tan bajas.
Enseguida,
el estudio comprueba que en 2012, las cotizaciones más que duplicaron el monto
de las pensiones pagadas por las AFP y compañías de seguros, y el Estado aportó
adicionalmente, subsidios equivalentes a dos tercios de éstas. A pesar de ello,
o más bien por lo mismo, los montos de las pensiones son inciertos, pues
dependen de las veleidades de los mercados financieros, que en los últimos seis
años han generado más pérdidas que ganancias al fondo de pensiones. Además,
éste se reduce en razón inversamente proporcional al aumento de la expectativa
de vida de la población.
En tercer
lugar, el estudio traza una síntesis magistral de la naturaleza y la lógica
interna del sistema privado de pensiones: un sistema de ahorro forzoso
concebido para extraer recursos del factor trabajo, y transferirlos
directamente a los propietarios del capital.
Sin
embargo, tal vez la conclusión más importante del estudio consiste en la
demostración de que si se devuelve el sistema previsión a la administración del
Estado, no sólo se podría duplicar el monto de las pensiones, hasta igualar las
pensiones que actualmente paga el sistema público, sino que incluso en ese
caso, habría un considerable ahorro en el gasto fiscal.
Del
desarrollo de esas conclusiones del estudio versa la siguiente entrevista a su
autor, el economista Manuel Riesco.
- ¿Qué
metodología utilizó en el estudio?
“Lo que
hace el estudio es visualizar el sistema en su conjunto, incluyendo AFP’s y
compañías de seguros que lo conforman, y analizarlo como si fuera una gran
alcancía, que por otra parte, es lo que el sistema dice ser, a la cual los
afiliados entregan aportes todos los meses y el fisco entrega subsidios, ambos
en dinero efectivo; y por otro lado, de esta alcancía se sacan todos los meses,
pensiones y beneficios que el sistema paga a través de las AFP, o las compañías
de seguros, en forma de rentas vitalicias. Lo que hace el estudio es analizar
cuánto dinero entra, y cuánto sale, y por esa vía, llega a la asombrosa
conclusión que los aportes triplican las pensiones que se pagan. En otras
palabras, los aportes de los afiliados y los subsidios del fisco son tres veces
mayores a las pensiones que paga el sistema”.
-
¿Determina el estudio donde se van los dos tercios restantes?
“Bueno, a
alguna parte tendrá que ir, porque esta alcancía debería estar repleta de
dinero, en el símil de la bóveda de Tío Rico. Sin embargo, tú abres la alcancía
y encuentras que no hay un solo pesos de dinero en efectivo. Sin embargo,
entran todos los meses, miles de millones de pesos, y sale una tercera parte en
pensiones. Por tanto, la cantidad de dinero que debería haber adentro, es
gigantesca. En consecuencia, alguien lo está sacando, porque adentro no hay
plata”.
- Lo que
hay son títulos de deuda, imagino…
“Lo que tu
encuentras adentro, son papeles. Abres la caja que dice La Polar, y encuentras
una serie de papeles firmados por los ejecutivos de La Polar, que dicen que
ellos han recibido préstamos de las AFP, o sea pagarés, y que lo van a devolver
con gigantescos intereses. O son acciones de La Polar, que la AFP compró a buen
precio. Bueno, hoy los pagarés y las acciones de La Polar no valen nada, porque
como sabemos, La Polar era un gigantesco fraude”.
- Y la
pérdida la hacen los afiliados…}
“Por
supuesto. El dinero contante y sonante fue a La Polar, y lo que queda son estos
papeles que no valen nada. Soquimich, por ejemplo, es una de las cajas más
grandes que hay adentro. Ha recibido cualquier cantidad de dinero de las AFP.
Con eso, Ponce Lerou tomó control de la empresa estatal. Hoy sabemos que el
valor de las acciones de Soquimich ha sido inflado. Enersis era la caja más
grande, porque a través de este dinero contante y sonante, Yurasczek tomó el
control de Endesa, de Chilectra y formó un imperio, que después vendió a Endesa
España, con un gigantesco beneficio para él. Lo que quiero decir, es que son
cajas con papeles. Hay alguna caja que dice Estado de Chile, que contiene bonos
de Estado, que dicen que Estado va a devolver esta plata que les prestaron las
AFP, con el correspondiente interés. Esa caja es alrededor de un quinto del
fondo. Hay otra caja más chiquitita, equivalente más o menos a un 2%, que son
bonos hipotecarios”.
- Con la
desvalorización de los títulos de deuda o las acciones, ¿podría hipotéticamente
el sistema entrar en default, o crisis de pagos?
“Difícilmente
va a entrar en crisis de pagos, si todos los meses está entrando el triple de
lo que sale. Lo que puede suceder, y de hecho sucede, es que lo que está
acumulado teóricamente ahí, no vale lo que dicen que vale. Así pasó, por
ejemplo, en 2008. La suma de todos estos papeles es el fondo de pensiones, que
tiene un valor. Pero ese valor es una idea abstracta, porque no es dinero. Es
lo que valen hoy esas acciones y esos bonos. Pero eso depende de muchas cosas.
En 2008, esos papeles perdieron un tercio de su valor…
- Quedó
pendiente la respuesta acerca de dónde se quedan los dos tercios de lo que
recauda el sistema, que no van a pensiones…
“Voy a
eso. pero primero quiero completar las cifras gruesas de lo que entra y lo que
sale, porque son muy significativas. El total de lo que entra, triplica lo que
sale. Pues bien, sólo lo que ha puesto el fisco, equivale a las tres cuartas
partes de las pensiones que se han pagado. Es decir, el fisco ha financiado con
subsidios, y con dinero contante y sonante, tres cuartas partes de las
pensiones que ha pagado el sistema AFP. Si hacemos la comparación de las
cotizaciones de los afiliados con las pensiones que se pagan, veremos que las
cotizaciones de los afiliados -sólo las obligatorias- duplican las pensiones
que se pagan. Ese es el cuadro. Tú preguntas dónde se va el dinero. Hay un
chorro grande que se va a los grupos financieros que emiten estos pagarés y
estas acciones. La alcancía está llena de estos papeles que emiten los grupos financieros,
que han recibido a cambio, dinero contante y sonante. Hay otra manguera que
sale de este chanchito, y va a los administradores del sistema, es decir, las
AFP y las compañías de seguros.
- Recuerdo
que en un estudio anterior, ustedes precisaban que uno de cada tres pesos
recaudados por el sistema, iban a las AFP y compañías de seguros…
“Exactamente…y
ahora lo confirmamos. Incluso más de uno de cada tres pesos que ponen los
afiliados se va para allá. Otra comparación interesante es que lo que han sacado
en primas y comisiones las AFP y compañías de seguros, equivale, o se acerca
mucho, a lo que han pagado en pensiones. En otras palabras, el chanchito tiene,
por una parte, lo que le ponen los afiliados y el fisco todos los meses, y por
otra, una tetita no muy grande que va a los pensionados, en pensiones muy
magras y miserables, como reconoció incluso uno de los panegiristas del
sistema. Resulta que las AFP y compañías de seguro, que son en el fondo cinco
empresas, se llevan tanto dinero como el millón de afiliados que hoy cobran
pensiones”.
- A la luz
de esas cifras, el sistema es un verdadero escándalo…
“Es un
sistema de ahorro forzoso, en que se saca dinero del bolsillo de los afiliados,
equivalente al 13% del sueldo, y se saca, por otro lado, una parte
significativa de los ingresos fiscales, es decir, del IVA y los excedentes de
Codelco, y se traspasa directamente a los bolsillos de las AFP y compañías de
seguros y a los grandes grupos financieros”.
- ¿Ese era
el sentido último de la reforma de 1981 que privatizó el sistema de pensiones;
es decir, crear un mecanismo para trasferir renta del trabajo al capital?
“Evidentemente.
Ese era el sentido: echarle el guante a las cotizaciones previsionales. Eso es
el sistema”.
- Después
de treinta años de experiencia ¿lo calificaría como un fracaso total?
“Hay que
calificarlo como lo que es: un sistema de ahorro forzoso, porque esto va a
continuar así para siempre, salvo, naturalmente, que lo cambiemos. Está
diseñado para esto. No es que en algún momento el chanchito empiece a
desinflarse, y estos papeles se vayan a transformar en dinero en efectivo, que
se pague en pensiones, que por otro lado, sería lo lógico, ¿cierto? No. El
chanchito va a seguir engordando de papeles, porque siempre los aportes de los
afiliados y el fisco van a ser mucho mayores que las pensiones que paga el
sistema. Por tanto, siempre el dinero cotizado por los afiliados y contribuido
por el fisco se va a ir a los grandes grupos financieros, y una parte
equivalente a las pensiones se va a ir a los administradores del sistema, o
sea, AFP y compañías de seguros”.
-Por la
vía de la reforma, pero sin alterar su lógica y su esencia de acumulación
individual ¿se pueden mejorar las pensiones?
“No,
porque lo que está ocurriendo es que constantemente se está yendo el dinero
para otro lado. El dinero de las pensiones, el dinero que se contribuye para
pagar pensiones, en realidad no se usa para pagar pensiones, sino en una
pequeña parte. Dos tercios de la recaudación se usan para otros fines:
traspasar recursos de los trabajadores a los grupos financieros, y remunerar a
los administradores, vale decir, AFP y compañías de seguros”.
- Siempre
dentro del sistema, y por la vía de la regulación ¿se podrían cambiar las
proporciones?
“Dentro de
la lógica de ahorro forzoso del actual sistema, no. Lo que hay que hacer es
taponar el sistema, de forma que el dinero que se contribuye para financiar
pensiones, se ocupe para pagar pensiones. Así de simple. En otras palabras, hay
que ponerle un tapón a lo que se está yendo hacia los grupos financieros, y
otro tapón para lo que se están llevando los administradores, porque todo esto
lo puede administrar el INP o el IPS, sin mayor costo. Y eso lo transforma en
un sistema de reparto”.
- Una de
las partes que me llamó la atención del estudio, remite a los cálculos acerca
del cambio de sistema, a la modalidad de reparto. Según el estudio, al Estado
le sale mucho más barato hacerse cargo de la administración del sistema, y de
pagar las pensiones, en esencia, un sistema de reparto, lo cual permitiría,
además de mejorar las pensiones, un enorme ahorro fiscal. Quisiera que
desarrollara este punto…
“Es fácil.
Si se termina el sistema, se ponen estos dos tapones, y se transforma en un
sistema de reparto, en que el dinero que entre se use para pagar pensiones,
cuál sería el balance. Anualmente están entrando 5,8 billones de pesos
(millones de millones, n. de la r.), entre aportes de los afiliados y el fisco,
que son como 4,4 billones, y subsidios fiscales, que suman 1,4 billones más.
Total, 5,8 billones. Esos recursos ya no a irían a parar a los grupos
financieros o a los administradores del sistema, sino quedarían en la alcancía,
en el chanchito, y serían administrados por el fisco. El fisco recuperaría
estos 5,8 billones de pesos, y por supuesto tendría que hacerse cargo de pagar
las pensiones que pagan las AFP, y seguiría pagando los subsidios que reciben
esas personas. Pero tendría que pagar sólo las pensiones que pagan las AFP,
puesto que las rentas vitalicias que pagan las compañías de seguros, tienen que
seguir pagándolas las compañías de seguros, porque se quedaron con todos los
fondos de los afiliados. Si no, tendrían que devolverlos. El Estado tendría que
hacerse cargo de las pensiones que pagan las AFP, y los subsidios que reciben
unas y otras, o sea, los que pagan las AFP y las compañías de seguros. Eso sumó
1,1 billones de pesos, el año pasado. Por lo tanto, el balance neto sería un
excedente de 4,7 billones de pesos anuales, que equivalen al 3,6% del Producto
Interno Bruto de 2012. Eso permitiría duplicar todas las pensiones que paga el
sistema de AFP, para igualarlas con las que paga el sistema público. El
resultado es que el Estado recibiría un 3,6% del PIB, lo que equivale a
aumentar en 10% los ingresos fiscales generales. Con esto, el Estado podría
duplicar las pensiones, que es hoy una demanda masiva del millón de personas
que hoy reciben pensiones del sistema de AFP. Tú no puedes tener un país sin
pensiones. Esto es insostenible”.
- En 2016
jubila la primera cohorte de los trabajadores que se cambiaron al sistema de
AFP, en 1981. Cuando sean no un millón, sino tres o cuatro millones de trabajadores
que comprueben en carne propia lo que aquí estamos hablando ¿Cree que el peso
de la crisis política que eso implica obligará a cambiar el sistema?
“Sin la
menor duda. Hay que arreglar esto, y no se puede arreglar sin terminar con este
escándalo. El sistema ya tiene un millón de jubilados, es decir, empezó a
jubilar gente desde los años ochenta, con gravísimo perjuicio para todos ellos.
Lo que sucederá a partir de algunos años más es que se sumarán a ellos los que
no tienen bono de reconocimiento, porque sólo han cotizado en este sistema.
Pero la crisis ya existe y desde hace tiempo. Lo que hará es agravarse”.
- Para
decirlo sin ambages ¿cree que la única solución es volver al sistema de
reparto?
“Pero,
obvio. Sin la menor duda. Si no, cómo vamos a aumentar al doble las pensiones.
Porque si realmente queremos resolver el problema, tenemos que duplicar el
monto de las pensiones, como mínimo, para igualar las pensiones del sistema
público. Y la única fuente de dinero para eso, es lo que los administradores y
los grupos económicos se están embolsando todos los meses. Cómo va a ser
presentable que la gente no tenga pensiones, mientras doce grupos económicos,
entre ellos cinco que son dueños de las AFP, se embolsan anualmente, en dinero
contante y sonante, puesto por los afiliados y el fisco, el 3,6% del PIB. Es un
escándalo. Y más encima, quieren más aportes. Quieren que los afiliados y el
fisco pongan más dinero, y que se aumente la edad de jubilación”.
-¿Usted
los ve preocupados?
“Ellos
piensan que tienen el sartén por el mango, pero evidentemente no las tienen
todas consigo. Ellos saben que si cambia la situación política, y hay una nueva
Constitución, esto, junto con el cobre, son las primeras cosas que se van a
terminar, porque son tan escandalosas, que se tienen que terminar, como ya las
terminaron en Polonia, Hungría, Argentina y Bolivia”.
- Sin
embargo, para que ello ocurra en Chile, se requiere mayor presión social, y con
esto quiere decir que el problema, en último término, es político…
“Bueno, la
resistencia en esto es muy grande, porque la cantidad de dinero que se están
llevando, es descomunal”.
- Tan
descomunal como la falta de información. De hecho, no he visto ninguna
referencia a este estudio en los medios…¿Qué se debe hacer, a su juicio, para
instalar el problema en el ámbito político?
“Desde
luego, hacerlo parte de todo programa político. En el programa de la CUT, por
ejemplo, este es uno de los puntos. Esto no entró en el programa del próximo
Gobierno, y esa es una de las razones por las cuales la CUT no adhirió
formalmente a la candidatura de Bachelet, porque este problema, y los derechos
laborales, no están incluidos en el programa. Pero la CUT va a seguir
presionando. Y como el problema es mucho, y la paciencia es poca, lo que puede
ocurrir aquí es que o se le da curso a esto mediante una discusión
constitucional que abra la llave para que estas cosas se resuelvan, o el
problema asumirá contornos impredecibles”.
- El
sistema se implantó por medio del Decreto Ley 3.500. ¿La solución no es tan
simple como cambiar un decreto ley?.
“No porque
tiene rango de ley orgánica constitucional, y por tanto, exige quorum
calificado, lo mismo que para cambiar la propia Constitución”.
- Esto me
hace pensar que resolver esto, como la renacionalización del cobre y la reforma
a la educación, implica cambiar el paradigma o modelo de desarrollo…
“Resolver
esto es lo más fácil que hay, porque la cantidad de dinero es tan enorme, que
bastaría que si siquiera se le ponga el tapón completo a lo que se están
llevando ellos, sino que se cerrara un poco el espiche. Bastaría que se
terminara con las AFP, y el Estado, a través de una AFP estatal, se hiciera
cargo de la administración de todo esto, y ya se cerraría el espiche que
equivale al monto del fondo de pensiones; o sea, con cerrar las AFP, ya se
podría duplicar el monto de las pensiones, dejando todavía un chorro que yaya a
los mercados financieros, cosa que también debería taponarse”.
- ¿Y qué
sensación tiene respecto a la viabilidad del cambio de sistema?
“Creo que
no sólo es inevitable, sino que tiene que resolverse luego. Un país no puede
tener a sus profesores a sus jueces o a sus trabajadores calificados sin
pensiones. No puede discriminar a las mujeres y darles menores pensiones que a
los hombres. Las mujeres son el único grupo que se le discrimina por sus
expectativas de vida distinta. Si fuera por eso, las pensiones de los sectores
de altos ingresos deberían ser menores, porque su expectativa de vida es mucho
mayor que la que tienen las mujeres en relación a los hombres, o respecto al
promedio de la población”.
- ¿En qué
fuentes se fundamentó el estudio?
“En las
cifras oficiales. Lo único bueno que tiene este sistema son las estadísticas,
que son maravillosas, porque es un sistema que permite hacer un censo mensual
de la fuerza de trabajo real. El estudio tiene la siguiente metodología: son
planillas de cálculo que están en la red, y están enlazadas directamente a la
fuente, de manera que cualquier dato, por ejemplo que los subsidios público son
tres cuartas partes las pensiones pagadas, es posible rastrearlo hasta llegar a
las fuentes directas y públicas, principalmente la Superintendencia de
Pensiones, que tiene muy buenas estadísticas, magníficas. Tanto es así que esas
´lanillas se actualizan en forma automática, porque tenemos el vínculo directo.
Es decir, google va a mirar la página de la superintendencia, saca el dato, lo
elabora con las fórmulas que le pusimos a esas planillas de cálculo y
finalmente entrega el dato, como el que acabo de mencionar”.
- ¿Y no le
llama la atención que nadie debata ni refute los datos del estudio?
“No, para
nada. El silencio representa la línea de menor costo y el mejor expediente para
no difundir más estos resultados. Ellos se mueven en esto de una manera
completamente inmoral. Por ejemplo, contratan “expertos” que hacen estudios que
demuestran teóricamente que las pensiones chilenas serías las que tiene las
tasa de reemplazo más altas del mundo, respecto del sueldo último, mejores que
las pensiones alemanas”. }
- Pero eso
es ridículo…
“Ridículo.
Las cifras reales muestran que una jueza que gana tres millones de pesos, a
pesar de haber cotizado toda su vida por el tope, sin fallar un solo mes, saca
una pensión de 330 mil pesos, menos de la décima parte de lo que ganaba como
activa. Esa es la realidad. Ellos concluyen que la tasa de reemplazo es de un
80%. Y cómo lo hacen: sacan un promedio de lo que saca la gente y lo comparan
con lo que ha aportado en los últimos diez años. Como es tan precario el
empleo, y los dos tercios de los chilenos cotiza un mes de cada dos, el
promedio es inevitablemente bajo, y eso lo comparan con la pensión que sacan. Y
en la pensión que sacan, incluyen los subsidios públicos. Y resulta que los
subsidios públicos para la mitad de las pensiones, representan el 73% de las
pensiones que reciben los afiliados. Esa es la seriedad con que se maneja esta
gente. Comparan subsidios públicos con contribuciones que on un mes sí y el
otro no”.
- Me
resulta difícil encontrar una lógica detrás de este sistema, y más difícil aún
explicarme como se sostiene…
“La lógica
es la de un sistema de ahorro forzoso, que le saca dinero a los afiliados y al
Estado, y lo inyecta a los mercados financieros, los que se hinchan de plata, y
algo de eso chorrean. Algo de eso le llega a las empresas, y las empresas con
eso invierten”.
- O sea,
un autorretrato del modelo…
“Pero,
claro. Esta es una de las principales fuentes de la desigualdad del ingreso. En
rigor, son tres las principales fuentes de desigualdad. La primera, es el
cobre, por supuesto. Lo que se llevan las transnacionales en renta equivale,
más o menos, al 9% del PIB. Esas son las utilidades antes de impuestos. Esas
son rentas, es decir, dinero que nos pertenece a todos, porque proviene de un
mineral que de acuerdo a la Constitución, nos pertenece a nosotros. Después,
vienen los intereses de las tarjetas de crédito, los intereses de los créditos
de consumo y los intereses de las tarjetas de las casas comerciales, que en
conjunto, representa el 4,5% del PIB. Y la tercera fuente de desigualdad del
ingreso es esta, porque se lleva el 3,6% del PIB. Si sumas esos tres conceptos,
tienes el 18% del Producto Interno Bruto, que se está sacando a los
trabajadores, y pasando a los empresarios. Si ese 18% lo recuperas, la porción
de la torta que hoy reciben los trabajadores, que es 35%, según el Banco
Central, subiría automáticamente a 53%, con lo cual la distribución del ingreso
se normaliza, porque en los países desarrollados esa proporción es del 60%”.
- Eso me
parece promisorio, desde el punto de vista de un nuevo modelo de desarrollo…
“Por
supuesto. Basta resolver estas tres cosas, y estás listo.
- O sea,
en qué topamos…
“Exactamente”.
Rebelión
ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras
fuentes.
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