domingo, 8 de diciembre de 2013

¿JÓVENES DE EDAD O JÓVENES EN IDEAS?


Dr. Hugo SALINAS

¿Jóvenes de edad o jóvenes en ideas? No se trata de cambiar rostros viejos, por rostros jóvenes. Si queremos resolver nuestros problemas fundamentales como desempleo, pobreza y atraso en las formas de trabajar, lo que se requiere son jóvenes en ideas, honestos, transparentes y audaces. 

Y para eso, la edad cronológica no cuenta. ¿Para qué sirven aquellos jóvenes ya impregnados en ideas y comportamiento de la vieja “izquierda”, que no tienen el menor interés en reflexionar sobre el origen de nuestros males de sociedad, siempre dispuestos a compromisos que le permitan disfrutar de las bondades de la administración pública? Esos jóvenes de edad y viejos en ideas y comportamiento, solamente alimentan frustraciones y conformismo en la población.

Si admitimos que el origen de los grandes males de sociedad se encuentra en la Repartición Individualista; es decir, si admitimos que el problema radica en que el 100% del resultado de la actividad económica es apropiado por un número muy reducido de personas, toda nuestra práctica cotidiana de política debe cambiar. Y esto por las razones siguientes:

En términos teóricos, la Gran Transformación consiste en fomentar una actividad socio-económica en donde la decisión socio-económica sea del tipo de Repartición Igualitaria. En términos prácticos, esto nos conduce a desarrollar una economía de mercado a dos sectores, en donde, el nuevo sector a crear, desde cero, será a Repartición Igualitaria. Y, en términos concretos, esto significa comenzar a crear, desde ahora, empresas-país[i].

Vivimos una economía de mercado que se desarrolla a través de los intercambios en precios expresados en unidades monetarias. Y una nueva forma de trabajar, que nos está conduciendo a la economía inmaterial, también se desarrolla en economía de mercado. Y la economía de mercado tiene como unidad celular a la empresa. Por eso es que, la Gran Transformación debe pasar necesariamente por la creación y desarrollo de empresas que contengan los mecanismos de transformación. Esta es la empresa-país[ii].

Por consiguiente, el programa de la organización política que ambiciona la Gran Transformación debe apuntar a la creación y desarrollo de empresas-país como objetivo fundamental. Y sobre este elemento esencial de la Gran Transformación, no puede haber ni componendas ni compromisos. Además, si este es el objetivo fundamental para lograr la Gran Transformación, toda nuestra práctica política tiene que ajustarse a este objetivo fundamental.

Y las empresas-país podemos comenzar a crearlas desde ahora, sin necesidad de postular a cargos políticos tales como regidores, alcaldes…, e incluso, presidente de la República. Sin embargo, la creación de empresas-país no impide postular a estos cargos. No obstante, si postulamos a estos cargos debe ser con la clara intención, expresada públicamente, de apoyar el desarrollo de una economía de mercado en donde la empresa-país juega un rol esencial para eliminar la pobreza, el desempleo y el atraso en las formas de trabajar.

Y para crear empresas-país ya no es suficiente repetir a Marx o Mariátegui. Debemos ser empresarios, en donde las utilidades de las empresas-país deberán ser repartidas en partes iguales entre todos los habitantes del país. Pero al comienzo, cuando todavía no se cuenta con el gobierno central que permite un financiamiento gratuito e ilimitado de las empresas-país, se debe llevar a cabo una rigurosa acumulación de capital a partir de las utilidades creadas. 

Y ello significa comprobar en el terreno que somos honestos y transparentes con el dinero del país, dispuestos a sacrificarnos para que esas utilidades y formación de capital se incrementen aceleradamente. De lo que se trata es de crear, desde ahora, la base económica de la nueva sociedad que, al mismo tiempo, nos permitirá enfrentar, de igual a igual, con los poderes fácticos.

¿Y todo esto por qué? Simplemente porque, hasta ahora, solamente soñamos con vencer a los “poderes fácticos” sin contar con un solo centavo en el bolsillo, sin contar con la mínima experiencia empresarial de nuevo tipo y, sobre todo, sin saber todavía que es a partir de la creación y desarrollo de las empresas-país que se puede llevar a cabo la Gran Transformación.

Y nuestra Historia nos enseña que, cuando la naciente burguesía se enfrenta y vence al feudalismo es porque, ya habían logrado ser, económicamente, tan o más poderosos que el Rey. El desarrollo industrial pesaba más que la agricultura primitiva, cuando se toma la Bastilla.

Entonces, no se trata simplemente de “tomar el Poder” si no de tener la fuerza, intelectual y moral, para construir una nueva economía que fundamente una nueva sociedad. Y cuando se apoya a un candidato, a pesar de que no responde a nuestras exigencias de transformación, no se debe, en ningún momento, ser parte de su gestión de gobierno.

Lima, 7 de diciembre del 2013


[i] SALINAS Hugo, Las empresas-país y la gran transformación, in http://alainet.org/active/61431&lang=es

[ii] Un video de presentación muy corto sobre las empresas-país, in  http://www.youtube.com/watch?v=FoGP7VAlJ5k (Vista previa)

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