Dirige estrategias
bélicas entre las sombras
El
gran titiritero Brzezinski
Information Clearing House
11-03-2014
Traducido para Rebelión por Germán
Leyens
|
“Desde el momento en que la Unión
Soviética colapsó en 1991, EE.UU. ha mantenido implacablemente una estrategia
de cerco de Rusia, tal como lo ha hecho con otros supuestos enemigos como China
e Irán. Ha incorporado a 12 países de Europa central, todos ellos antiguos
aliados de Moscú, a la alianza de la OTAN. El poder militar de EE.UU. se
encuentra ahora directamente en las fronteras de Rusia… Esta crisis es en parte
el resulto de un cálculo de cero suma que ha conformado la política de EE.UU.
hacia Moscú desde la Guerra Fría: Cualquier pérdida para Rusia es una victoria
estadounidense, y cualquier cosa positiva que suceda a, por, o en Rusia es mala
para EE.UU. Es un enfoque que intensifica la confrontación, en lugar de
reducirla.”
- Stephen Kinzer,
“EE.UU. un socio total en la debacle ucraniana”, Boston Globe”
“Hemos removido todas nuestras armas
pesadas de la parte europea de Rusia y las hemos colocado más allá de los
Urales” y “reducido nuestras Fuerzas Armadas en 300.000. Hemos tomado varios
otros pasos requeridos por el Tratado de las Fuerzas Armadas Convencionales en
Europa (FACE), ¿Qué hemos visto en respuesta? Europa Oriental recibe nuevas
armas, dos nuevas bases militares están siendo establecidas en Rumania y en
Bulgaria, y hay dos nuevas áreas de lanzamiento de misiles – un radar en la
República Checa y sistemas de misiles en Polonia. Y nos hacemos la pregunta:
¿Qué pasa? Rusia se está desarmando unilateralmente. Pero si nos desarmamos
unilateralmente quisiéramos ver que nuestros socios están dispuestos a hacer lo
mismo en Europa. Al contrario, Europa está siendo atiborrada de nuevos sistemas
de armas. Y por cierto no podemos dejar de estar preocupados.”
– Presidente ruso
Vladimir Putin, Conferencia de Múnich sobre Política de Seguridad, febrero de
2007.
La
justificación del gobierno de Obama para apoyar el golpe dirigido por fascistas
en Ucrania se derrumbó el miércoles cuando un llamado telefónico “hackeado”
entre la jefe de asuntos exteriores de la UE Catherina Ashton y el ministro de
exteriores de Estonia, Urmas Paet, reveló que los francotiradores que
dispararon contra manifestantes en la Plaza Maidán en Kiev no estaban alineados
con el presidente Viktor Yanukovych, sino con los propios dirigentes de las
manifestaciones. La importancia de este descubrimiento no puede ser
sobrestimada ya que el equipo de Obama ha utilizado la muerte de manifestantes
para justificar su apoyo al nuevo gobierno impostor. Ahora resulta que miembros
del nuevo gobierno podrían estar implicados en la matanza de civiles inocentes.
Esta nueva información podría obligar a Obama a retirar su apoyo a los
conspiradores del golpe en Kiev, lo que podría arruinar el plan del gobierno de
remover a Rusia de Crimea y expandir la OTAN hacia Ucrania. Reproducimos una
breve recapitulación de los detalles de un artículo en Russia Today:
“El
ministerio de Exteriores de Estonia ha confirmado la autenticidad de la
conversación con la jefe de política exterior de la UE. Urmas Paet dijo que
francotiradores que dispararon contra manifestantes y policías en Kiev fueron
contratados por dirigentes de Maidán.
Durante
la conversación, Paet subrayó que “existe ahora un acuerdo cada vez más fuerte
de que detrás de los francotiradores, no se encontraba Yanukovich, sino que se
trata de alguien de la nueva coalición”. …
El
Ministerio de Asuntos Exteriores de Estonia también emitió una declaración en
su sitio en la web, diciendo que la grabación de la conversación telefónica
filtrada entre Paet y Ashton es “auténtica”. (“Estonian Foreign Ministry
confirms authenticity of leaked call on Kiev snipers“, Russia Today)
Es
un gran mérito que el Guardian británico haya publicado un
artículo en el que informa sobre los hechos básicos, pero no existe cobertura
del New York Times, el Washington Post o alguna de
las redes principales de noticias en la televisión. Los medios elitistas de
EE.UU. están empeñados en un apagón noticioso coordinado para impedir que la
gente vea que el gobierno de Obama y sus colaboradores de la UE apoyan a un
grupo de extremistas derechistas que estuvieron directamente involucrados en la
matanza de civiles a fin de derrocar a un gobierno democráticamente elegido.
Citamos más detalles del mismo artículo:
“Paet
dice… que es la misma escritura, el mismo tipo de balas, y que es realmente
inquietante que ahora la nueva coalición no quiere investigar lo que sucedió
exactamente”. (“Ukraine crisis: bugged call reveals conspiracy theory about
Kiev snipers“, Guardian)
No
habrá una investigación porque una investigación revelaría la verdad, y la
verdad afectaría el plan de Obama de instalar un régimen títere en Kiev. El
nuevo gobierno ya ha mostrado que está más que dispuesto a seguir las órdenes
de Washington, es decir, imponer medidas de austeridad a los trabajadores de
Ucrania, compensar a opulentos dueños de bonos en Berlín y Bruselas a través de
préstamos más extorsionistas del FMI, extender la OTAN hasta la frontera de
Rusia en contravención a acuerdos hechos con Bush padre después de la caída del
Muro de Berlín, y dar seguimiento a sueños chiflados de hegemonía detallados en
“El Gran Tablero de Ajedrez” por el fantasista del Nuevo Orden Mundial Zbigniew
Brzezinski. Son los objetivos primordiales de la actual política que podrían
ser puestos boca abajo por las afirmaciones de juego sucio.
Las
revelaciones concretas sobre el llamado telefónico hackeado aparecieron solo
horas antes que funcionarios estadounidenses indicaran que estaban planeando
aumentar su presencia militar en Europa Oriental. Según World Socialist
Web Site:
“El
secretario de Defensa Chuck Hagel dijo que el Pentágono fomentará el
entrenamiento conjunto de fuerzas de la OTAN en Polonia y aumentará las
patrullas aéreas de la OTAN en el Báltico… Funcionarios militares de EE.UU.
dijeron que estaban desplegando seis cazas F-15 y aviones de transporte KC-135…
Una fragata de misiles teleguiados, el USS Taylor, continúa en un puerto del
Mar Negro en Turquía después de patrullar la región durante los Juegos
Olímpicos de Sochi.
Funcionarios
turcos confirmaron que habían dado permiso a un barco de guerra de la Armada de
EE.UU. para que pasara por el Estrecho del Bósforo hacia el Mar Negro, que
limita con Ucrania”. (“Amid Ukraine crisis, US launches military escalation in
Eastern Europe”, World Socialist Web Site)
Russia
Today también informa que: “el destructor de
misiles teleguiados, el USS Truxton se dirige hacia el Mar Negro, para lo que
los militares estadounidenses dijeron se trata de un despliegue “de rutina”… El
barco tiene una tripulación de unos 300 y forma parte de un grupo de ataques de
portaaviones que abandonó EE.UU. a mediados de febrero.”
(“US
navy confirms missile destroyer USS Truxton approaching the Black Sea”, RT)
“¿Despliegue
de rutina”? ¿De modo que provocar una guerra con Rusia es “rutina”? Y hablemos
de eufemismos.
La
escalada militar ocurre en una atmósfera de creciente tensión entre las dos
potencias con armas nucleares y ciertamente aumentará su desconfianza mutua. El
despliegue de Hagel es consistente con un plan de llevar la contra a Moscú que
fue propuesto solo días antes en el
Washington
Post por el padrino ideológico del gobierno
de Obama, Zbigniew Brzezinski.
Brzezinski
dijo lo siguiente en el artículo titulado “¿Qué hay que hacer? La agresión de
Putin en Ucrania requiere una respuesta”:
“…Occidente
debe reconocer rápidamente que el actual gobierno de Ucrania es legítimo. La
inseguridad sobre su estatus legal podría tentar a Putin a repetir su charada
en Crimea…
“…Occidente
debe comunicar… que el ejército ucraniano puede contar con ayuda occidental
inmediata y directa para reforzar sus capacidades defensivas. No debe quedar
duda alguna en la mente de Putin de que un ataque contra Ucrania precipitaría
un enfrentamiento largo y costoso, y los ucranianos no deben temer que se les
deje solos con sus problemas.
Mientras
tanto, hay que poner en alerta a fuerzas de la OTAN, consistentes con la
planificación de contingencia de la organización. La alta preparación para un
inmediato puente aéreo a Europa de unidades aerotransportadas de EE.UU. tendría
sentido político y militar. Si Occidente quiere evitar un conflicto, no debe
haber ambigüedad alguna en el Kremlin en cuanto a lo que podría provocar un
mayor uso aventurado de fuerza en medio de Europa.” (“What is to be done?
Putin’s aggression in Ukraine needs a response”, Washington Post)
¿”Aventurero”?
El doctor Insólito llama aventurero al Kremlin cuando sus recomendaciones
pondrían a la OTAN, EE.UU. y Moscú en un extremo estado de alerta aumentando
las probabilidades de un error de juicio que podría conducir a una guerra
termonuclear. ¿No se trata de que la sartén le dice al cazo: retírate que me
tiznas?
Prestad
atención al tono de la columna editorial de Brzezinski. En unos pocos breves
párrafos, el autor –a quien muchos respetan como un comedido y brillante
estratega global– se refiere a Putin como matón, gángster de la Mafia,
Mussolini, e Hitler. Me imagino que si tuviera otro párrafo a su disposición,
agregaría a Belcebú Satanás a la lista
Esto
no es política; es histeria. Son pavadas incendiarias, patrioteras, destinadas
a excitar al público y avivar las llamas del nacionalismo. Es el mismo tipo de
desvarío farisaico que precipitó la invasión de Iraq.
¿Y
qué dice Brzezinski?
¿Dice
que los eventos en Crimea constituyen una amenaza para la seguridad nacional de
EE.UU.? ¿Dice que ahora EE.UU. puede pretender aplicar la Doctrina Monroe a
cualquier sitio del planeta, metiendo su gran nariz en cualquier sitio que se
le ocurra al presidente?
El
problema en Crimea no tiene nada que ver con EE.UU. No tenemos nada que ver en
este lío. Tiene que ver con expansión militar hacia Eurasia, con corredores de
gasoductos y campos petrolíferos, tiene que ver con el desmantelamiento de la
Federación Rusa y la colocación de corporaciones multinacionales y bancos de
inversión de Wall Street en Asia para el nuevo siglo. Y, finalmente, se trata
de una cruzada impulsada por el ego de un anciano que quiere ver que su visión
demencial de hegemonía global de un Nuevo Orden Mundial es realizada antes de
que se lo lleven en una plancha de mármol. De eso se trata: el glorioso nuevo
desorden mundial, el sueño húmedo distópico de patricios de think-tank cuyo
único propósito en la vida es iniciar guerras que los hijos de otros tendrán
que librar.
Incluir
Ucrania en la alianza corporativa-occidental, es una parte crítica del plan
magistral de Brzezinski. La estrategia básica ha existido desde la caída del
Muro de Berlín cuando aventureros de EE.UU. ayudaron en el saqueo del antiguo
Estado soviético dejando a Rusia políticamente rota y económicamente indigente.
Desde entonces, la política de EE.UU. hacia Rusia ha sido abiertamente hostil,
esforzándose por cercar a la nación rica en petróleo mientras posiciona
instalaciones de misiles nucleares en su perímetro. Ahora Washington utiliza su
golpe respaldado por fascistas en Ucrania para obligar a Moscú a renunciar a su
influencia en una región que es vital para su seguridad nacional.
A
continuación, un breve pasaje de una entrevista con Stephen Cohen, profesor
emérito de estudios rusos e historia en la Universidad de Nueva York el lunes
en PBS Newshour. Cohen ayuda a aclarar lo que realmente ocurre en
la confrontación entre EE.UU. y Rusia:
“Lo
que estamos presenciando es el peor tipo de realización de la historia, el
descenso de una nueva división de Guerra Fría entre Occidente y Oriente en
Europa, esta vez no en el lejano Berlín, sino directamente en las fronteras de
Rusia a través de Ucrania. Habrá inestabilidad y la perspectiva de guerra
durante décadas para nuestros hijos y nuestros nietos. La versión oficial es
que la culpa es de Putin; él lo hizo. Pero simplemente no es verdad. Esto
comenzó hace 20 años cuando Clinton inició el movimiento de la OTAN hacia
Rusia, un movimiento que ha continuado.
…el
tema fundamental en este caso es que, hace tres o cuatro años, Putin dejó
absolutamente claro que tenía dos líneas rojas… Una era en la antigua república
soviética de Georgia. (Putin no permitiría a la OTAN en Georgia). La otra era
en Ucrania. Cruzamos ambas. Hubo una guerra en Georgia en 2008, y tenemos la
situación en Ucrania hoy en día porque nosotros, EE.UU. y Europa, cruzamos la
línea roja de Putin.” (PBS News Hour)
No
cabe duda de quién es el culpable por el presente conflicto desde el punto de
vista de Cohen. Es Washington.
Por
lo tanto, aquí estamos, atrapados entre la espada y la pared: Putin no puede
retroceder en un tema que es crucial para la seguridad nacional, y Washington
está más determinado que nunca a arrastrar a Ucrania dentro de –lo que Henry
Kissinger llama– “un sistema internacional cooperativo”. (Es decir el régimen
capitalista). Lo que significa que habrá una guerra.
El
jueves, los parlamentarios de Crimea votaron unánimemente que se realizará un
referendo sobre si la región debiera formar parte de Rusia o no. La votación
tendrá lugar dentro de 10 días aunque Obama ya ha dicho que no respetará los
resultados. Al parecer otros países tienen que obtener la luz verde de
Washington antes de poder realizar sus elecciones. Hasta ese punto es ridícula
la situación.
En
2008, Brzezinski reveló los verdaderos motivos detrás de la agresión de EE.UU.
en Asia Central en un artículo que apareció en el Huffington Post que
trató primordialmente de la pelea en Georgia. (Donde Putin desplegó tropas
rusas para defender a civiles rusófonos en Osetia del Sur.) Brzezinski dijo:
“La
cuestión que la comunidad internacional enfrenta ahora es cómo responder a una
Rusia que se involucra en el uso flagrante de la fuerza con mayores objetivos
imperiales: reintegrar el antiguo espacio soviético bajo control del Kremlin y
cortar el acceso occidental al Mar Caspio y a Asia Central obteniendo el
control sobre el oleoducto Bakú/Ceyhan que pasa por Georgia.
En
breve, las apuestas son muy significativas. Está en juego el acceso al petróleo
cuando ese recurso es cada vez más escaso y caro y cómo una potencia importante
se comporta en nuestro mundo ahora interdependiente, conducta que debiera
basarse en el acomodo y el consenso, no en la fuerza bruta.
Si
Georgia es subvertida, Occidente no será cortado solamente del Mar Caspio y de
Asia Central. Podemos esperar lógicamente que Putin, si no encuentra
resistencia, utilizará las mismas tácticas hacia Ucrania. Putin ya ha formulado
críticas públicas contra Ucrania.” (“Brzezinski: Russia’s invasion of Georgia
is Reminiscent of Stalin’s attack on Finland”; Huffington Post)
¡Uh!
Parecería que Brzezinski piensa que el petróleo debería ser suyo. O tal vez
piensa que pertenece a los gigantes petroleros occidentales; ¿será así?
Por
lo tanto no se trata en este caso de seguridad nacional, soberanía o esferas de
influencia. En realidad estamos hablando de “acceso al petróleo”. No solo eso,
pero Brzezinski se muestra bien claro en su afirmación de que “Occidente” –como
lo llama– tiene un derecho legítimo a los recursos en el país de otros. ¿De
dónde sacó esa idea?
En
otra entrevista en Kavkacenter.com, en 2008, Brzezinski hizo sonar la misma
alarma con un rasgo ligeramente diferente. A continuación cito un pasaje del
artículo titulado “Rusia tiende a desestabilizar Georgia”:
“Brzezinski
dijo que EE.UU. presencia “casos de posibles amenazas de Rusia… motivadas no
por algunas disputas territoriales… sino causadas por la intención de
apoderarse del control del oleoducto Bakú-Ceyhan”.
“Si
el gobierno de Georgia es desestabilizado, el acceso occidental a Bakú, el Mar
Caspio y más allá será limitado”, dijo Brzezinski … declaró que Rusia tratará
de consolidar su monopolio en esos mercados y utilizará todos los medios de
presión política y económica, incluyendo “cese por motivos políticos de
suministros de energía” en Estados de Europa y el Báltico.
“Rusia
tiende activamente a aislar la región centroasiática del acceso directo a la
economía mundial, especialmente a suministros de energía”, considera el
politólogo.” (“Zbigniew Brzezinski: ”Russia tends to destabilize Georgia”
kavkacenter.com)
Putin
no está aislando a nadie y ciertamente no se apoderará del oleoducto de nadie.
Es presidente de Rusia. Vende petróleo y gana dinero, así funciona el sistema.
Se llama capitalismo. Pero el petróleo es suyo. El gas natural es suyo. Los
ductos son suyos. No nuestros. ¡Entendéis!
No
os engañéis, todo tiene que ver con petróleo. Petróleo y poder. Las ambiciones
imperiales de EE.UU. están intrínsecamente marinadas en petróleo, acceso al
petróleo, y control del petróleo. Sin petróleo, no hay imperio, no hay
hegemonía del dólar, no hay fuerzas armadas súper-hinchadas, matonescas, que
ponen a países más débiles contra la pared y exigen tributos. El petróleo es la
moneda de la nación, el camino a la dominación global.
Putin
tiene la audacia de pensar que el petróleo bajo suelo ruso pertenece a Rusia.
Washington quiere cambiar su modo de pensar. Y por eso la situación en Ucrania
es tan peligrosa, porque la voraz sed de petróleo nos impulsa a todos hacia
otra guerra mundial.
Mike
Whitney vive en el Estado de Washington. Contribuyó aHopeless: Barack
Obama and the Politics of Illusion (AK Press). Hopeless también existe
en una edición Kindle. Contacto:fergiewhitney@msn.com
Ucrania
y las opciones de Obama y Putin
Público.es
11-03-2014
Con el paso de los días, quienes en
EEUU pensaban que tomar Ucrania iba a ser tan fácil como Afganistán, Sudan o
Libia se van dando cuenta del berenjenal en el que se han metido. Sorprende que
no hubieran contado con la contundente reacción de Moscú, ni siquiera con la
negativa de sus socios europeos en apoyar su plan de enfrentarse con Rusia.
La
traición de la Administración Clinton al pacto suscrito entre George Bush padre
con un ingenuo Mijaíl Gorbachov en el que EEUU prometía no integrar los
antiguos estados del Pacto de Varsovia en la OTAN, continúa hoy con los
intentos del Pentágono de desestabilizar Ucrania, otro trampolín para desmembrar
Rusia. (Ver: EEUU y la OTAN planean desmantelar la Federación Rusa)
La
reciente revelación de la BBC de que los líderes europeos sabían que los
francotiradores que disparaban contra los manifestantes en el Maidan eran de la
oposición y no de las fuerzas gubernamentales, no se debe a un ataque de
sinceridad. Está siguiendo la vieja estrategia que occidente aplicó a
Afganistán: primero envió a las fuerzas seudo fascistas Muyahidines y
talibanes, llamándoles “luchadores por la libertad” para arrasar el país, y
mostrar que son fuerzas locales los que luchan por la “libertad”, que no una
potencia odiosa extranjera. Luego, empezaron a demonizarles como “terroristas
misóginos y el peligro mas grande para la paz mundial”, cometiendo los actos
más atroces contra la población, para así presentarse a sí mismos como
salvadores civilizados y justificar la “misión humanitaria” con el objetivo
real de ocupar militarmente el corazón de Asia Central (Ver: Afganistán: ¿Por qué nos mienten?).
Pero,
sorpresa: la Rusia de hoy no es la del 2001, y si entonces no pudo reaccionar
ante el asalto de los militares a su zona de influencia asiática, hoy responde
a un atrevimiento de Washington (que equivale como si Rusia interviniese en
Texas), y participa en la crisis político-militar más grave de las
últimas décadas.
El
gobierno golpista de Arseniy Yatsenyuk que ha integrado a seis miembros del
Partido fascista Svoboda en el gabinete y ha ilegalizado al Partido Comunista y
el Partido de las Regiones, el uso de la lengua rusa en las escuelas y los
medios de comunicación, así como la tenencia de doble nacionalidad
ruso/ucraniana, recibirá un “rescate” del FMI y EEUU (cuyo Congreso se negó a
aprobar una ley para atender a sus propios soldados heridos de sus malditas
guerras, o ampliar las prestaciones a los parados, o rescatar a la ciudad
afroamericana de Detroit, hundida por la estafa bancaria) y será encargado de
aplicar nuevos y duros recortes, agravando aun más la profunda crisis económica
que sufre el país, mientras el pánico se extiende a muchas ciudades provocando
la huida de miles de familias acosadas por las bandas armadas.
La
cortina de humo de la resistencia patriótica a la “invasión
rusa” y una guerra (¿de baja intensidad?) servirán a los nuevos mandatarios
para ignorar y/o aplastar las reivindicaciones sociales de los trabajadores.
Las guerras siempre han sido un buen canal para exportar la crisis interna.
De
momento, la delación de Crimea de querer separarse de Ucrania está desmontando
el plan de EEUU y Alemania para hacerse con el control del país más importante
para la seguridad nacional rusa.
Las
cartas de Obama
EEUU
padece el síndrome del “imperialismo ilimitado” como lo padecieron los monarcas
del imperio Persa, Alejandro Magno, Napoleón o Hitler: no saben cuándo
detenerse para al menos salvar lo conquistado. Obama, que estaba reconociendo
los límites del poder estadounidense en el mundo —negándose a un ataque militar
en Siria, replegando sus tropas en Irak y Afganistán—, se enfrenta ahora con
la tremenda presión de los republicanos, que le acusan de falta de liderazgo en
la política exterior, —en los casos de Irán y Siria, y ahora en Ucrania—
y le piden establecer una “línea roja” para volver a atrapar y desprestigiarle,
a sabiendas de que carece de alternativa eficaz. Aun siendo “neocons” son
conscientes de que aquí no se puede utilizar fuerza militar, sin embargo le
piden, literalmente, que “aseste un par de bofetadas a Putin”. ¿Cómo?
.
No asistir a la próxima cumbre del G8 en Soshi. No es más que un gesto
diplomático. Putin tampoco asistió a la reunión celebrada en 2012 en Washington
.
Expulsarle del G8: Pero China no es miembro de este grupo y no es ningún
perjuicio para su economía.
.
Boicot a su economía: Ningún cliente de Rusia está dispuesta a seguirlo, desde
Japón, pasando por Brasil, China, India y Sudáfrica, socios de Rusia en BRICS,
hasta los aliados europeos que son consumidores del gas ruso. Se trata de un
país que es uno de los pilares de la economía global. Incluso una compañía estadounidense
como PepsiCo., que compró en 2010 la empresa Wimm-Bill-Dann, líder del sector
alimenticio ruso, recibiría un impacto negativo.
.
Ceder en Siria a cambio de concesiones en Ucrania. ¿Qué pasa con la opinión de
Arabia Saudi e Irán, dos actores principales en aquel escenario con su propia
agenda, desligada de la de Moscú?
.
Expulsarle de la Organización Mundial del Comercio, y la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económicos. El problema es que los demás miembros de
dichos grupos no apoyan esta medida.
.
Prohibir la entrada de Putin (el nuevo Bin Laden) y otros rusos destacados en
la UE y EEUU, como gesto para dañar su reputación. Medida desesperada e inútil.
.
Renunciar a la integración de Ucrania en la OTAN y acordar con Putin a cambio
su ingreso en la UE (a pesar de la desgana de Bruselas). Pues, pensándolo bien,
necesita de su cooperación para contener el programa nuclear de Irán o
completar la retirada del arsenal de armas químicas de Siria.
.
Fomentar una guerra civil, armando y entrenando a los extremistas en la
aplicación de la táctica de “dirigir desde atrás” (“leading from behind” ),
dando el protagonismo a los aliados europeos, ( como a Francia en Libia y Mali;
a Turquía en Siria, y a Polonia y Alemania en Ucrania). Bajo el ropaje de
“asesores militares”, los infames oficiales de Blackwater (ahora, Academi)
patrullan por las calles de ciudades prorusas como Odessa, Kharkov o Donbas con
el objetivo de acabar con la resistencia al golpe de Estado, difundir el terror
y sostener al nuevo gobierno.
.
Respuesta militar como último paso. Dado que las medidas no militares no
asustan a los rusos ha reforzado los efectivos instalados en Lituania, Letonia,
Estonia y Polonia, así como más buques de guerra en el Mar Negro, y aviones de
combate en el Báltico. Quizás se le ha olvidado al presidente que Rusia es una
potencia nuclear, y no un Afganistán sin un helicóptero cuando le invadió en
2001.
Las
bazas de Putin
.
Declarar Ucrania zona libre de la OTAN, como su línea Roja.
.
Hacer la vida imposible al nuevo gobierno de Kief, reclamándole los 2 mil
millones de dólares que este país debe, y aumentarle el precio del gas.
.
Realizar una “misión humanitaria” enviando el ejército para proteger a los
ciudadanos rusos en peligro. Al contrario de Obama, que carece de apoyo popular
para una iniciativa militar, Putin ya tiene la autorización del parlamento y
del pueblo para el uso de la fuerza militar en Ucrania.
.
Cortar la Ruta Norte (la Sur es desde Pakistán) que permite a la OTAN usar su
territorio y los aliados de Asia Central para llevar equipamiento militar a
Afganistán. Sin esta ruta, también sería imposible la retirada de las tropas
previstas para diciembre.
.
Inundar los mercados con los pagarés de Tesoro americano.
.
Hacer visible el apoyo de China. Pekín sabe que forma parte de la nueva
estrategia de la OTAN —trazada en Lisboa en 2010— reducir el espacio europeo de
Rusia, obligándole a expandirse desde sus fronteras orientales, provocando un
choque con China, que ya se siente molesta por la rivalidad de los rusos en
Asia Central. (Ver: Objetivos: Rusia
e Irán. La cumbre de la OTAN en Lisboa)
.
Fortalecer su flota en Crimea que está allí por la misma razón que la V flota
de EEUU en Bahréin
.
Abrir sus bases navales en Ucrania en respuesta a la expansión hacia el este de
la OTAN.
.
Utilizar Crimea para desestabilizar Ucrania, tanto si le aplica el modelo
Kosovo con una independencia formal, como si usa el de Taiwán.
.
Descongelar el envío de misiles S-300 a Irán, y mandar más ayuda a Siria.
La
contundente e inesperada respuesta del Kremlin en Crimea a lo sucedido en
Ucrania, muestra que Putin correrá cualquier riesgo para mantener Ucrania en su
órbita. Sabe que después de la plaza de Maydan, John McCain y compañía pueden
desembarcar en la Plaza Roja de Moscú.
La
gravedad de la situación reside en que las armas están en manos de unos locos
que pueden desencadenar una gran guerra, aunque por mera imprudencia o por
accidente. Está en juego nada menos que el control de Eurasia, lo que el
estratega británico Sir Mackinder llamó The Hertland “El corazón del mundo”,
imprescindible para dominar el mundo.
Se
debe exigir una reunión urgente de la Asamblea General de la desaparecida ONU,
y también un encuentro entre Obama y Putin para poner fin a las hostilidades.
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