miércoles, 16 de abril de 2014

EL PANTAGRUÉLICO FESTÍN DE PATRIA ROJA EN SUB CAFAE


Víctor F. Villanueva
Cuando el GEIN de Benedicto Jiménez aprehendió a Abimael Guzmán, Patria Roja no aplaudió. Tampoco lo hizo cuando la policía atrapó a la cúpula de Sendero, ni armó mayor alboroto cuando esta desmanteló su estructura orgánica. Patria no festejó por solidaridad con Sendero o porque simpatizara con la “lucha armada” sino porque le fue indiferente la suerte de la banda asesina.

Pero los años pasan y luego de que sucesivos vencedores de Sendero proclamaran su victoria, el Presidente Humala –experto en lucha antiterrorista, qué duda cabe- nos sorprendió capturando a un Sendero redivivo, resucitado entre las finanzas con el narcotráfico y más peligroso que el liderado por Guzmán. Así lo anunció cuando atrapó a la archipublicitada, pública y hasta aburrida dirigencia del MOVADEF, sumándose a la lista de los vencedores de Sendero.

Antes de que esto sucediera, Patria Roja -vía César Farfán- pidió a gritos que se reprima al MOVADEF. Y no fue el único en el partido de Breña Pantoja, Marco Montañez –la cuota de Patria Roja en el co-Gobierno Regional de Arequipa- señaló muchas veces que Sendero estaba infiltrado en el magisterio local bajo el nombre de CONARE, cumpliendo una misión terrorista. Posiblemente Montañez abrigaba la esperanza de que el brazo atrapador del Walter Albán se extendiera por aquí.

Mientras Montañez, Farfán y Patria Roja cumplían su patriótico deber antiterrorista, el Sub Comité de Administración del Fondo de Asistencia y Estímulo de los Trabajadores del Sector Educación (Sub Cafae) sufragaba las suculentas dietas de los funcionarios del sector educación y dirigentes del magisterio arequipeño no infiltrado por el MOVADEF, incluyendo al fervoroso defensor de la patria (y de Patria): Marco Montañez Gerente de Educación del gobierno regional.

Sub Cafae había utilizado casi un millón de soles para pagar "movilidad y refrigerio" a miembros del directorio, del Sutep y la Gerencia de Educación. Patria quiso sacar de pobres tanto al exsecretario regional del Sutep, Adolfo Quispe Arias, a quien adjudicó 80 mil soles, a Francisco Silva Gallegos, su sucesor, 85 mil, a Florencia Concha 43 mil y a Pedro Flores Melgar 16 mil.

Antes ya sacó de la pobreza a Hammer Villena, hoy secretario nacional del SUTEP, a quién otorgó 100 mil soles. Otros favorecidos fueron la secretaria general de Fentase, Elizabeth Pérez Zúñiga, conocida militante aprista, quien recibió 45 mil en dos años, Ana Zapata Marón, del Sitdrea 37 mil en el mismo período y Juvenal Díaz Herrera del Sidesp recibió 27 mil que seguramente compartió con su dilecto amigo y camarada Gerónimo López.

Eso no es todo, a Marco Montañez le pareció poco recibir 365 soles de dieta por sesión y a lo macho la reajustó a 500 soles. Auditoría no ha encontrado documento alguno que sustente esta decisión ni acuerdo ni el número de sesiones. Con este reajuste los Marco Montañez, Francisco Silva, Juvenal Díaz, Elizabeth Pérez y compañía reciben hoy 2 mil soles mensuales seguros y un "poquito mas" cuando se realiza una sesión extraordinaria en alguna de las semanas del mes.

La posición dominante de Patria Roja en el sindicato magisterial le permite esto y mucho más, a pesar de que su conducción ha sido cuestionada severamente por la abrumadora mayoría del magisterio arequipeño. Y no por culpa de Sendero, CONARE o MOVADEF, sino porque la naturaleza oportunista de las huestes de Bladimiro Begazo han ocasionado su desgaste histórico.

Después de 25 años de mangoneo, la dirigencia del Sutep local, ha terminado por traicionar al magisterio echando al olvido, entre otros, el pago del 30% de haberes por preparación de clases o la congelación de los sueldos a los cesantes. ¿A cambio de qué? ¿La Derrama?

Sucede que, hace dos años, la vieja dirigencia patriarrojista traicionó el movimiento huelguístico del magisterio que luchaba contra la Ley de Reforma Magisterial. Sucede que, cuando llamó a “huelga general”, meses después, la suspendió hasta las calendas griegas. Finalmente, sucede que hoy el magisterio no cree más en ellos.

La lógica que manejan Farfán, Montañez o la familia Begazo parte de la premisa que, denunciando por senderistas a los docentes de CONARE, los maestros regresarán a su redil cual borregas descarriadas. Esa es una lógica, además de primitiva, propia de jumentos, no de maestros.
  




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