Cuando el GEIN de Benedicto Jiménez
aprehendió a Abimael Guzmán, Patria Roja no aplaudió. Tampoco lo hizo
cuando la policía atrapó a la cúpula de Sendero, ni armó mayor alboroto
cuando esta desmanteló su estructura orgánica. Patria no festejó por
solidaridad con Sendero o porque simpatizara con la “lucha armada” sino
porque le fue indiferente la suerte de la banda asesina.
Pero los años pasan y luego de que sucesivos vencedores de Sendero
proclamaran su victoria, el Presidente Humala –experto en lucha antiterrorista,
qué duda cabe- nos sorprendió capturando a un Sendero redivivo, resucitado
entre las finanzas con el narcotráfico y más peligroso que el liderado por
Guzmán. Así lo anunció cuando atrapó a la archipublicitada, pública y hasta
aburrida dirigencia del MOVADEF, sumándose a la lista de los vencedores de
Sendero.
Antes de que esto sucediera, Patria Roja -vía César Farfán- pidió a gritos
que se reprima al MOVADEF. Y no fue el único en el partido de Breña
Pantoja, Marco Montañez –la cuota de Patria Roja en el co-Gobierno Regional
de Arequipa- señaló muchas veces que Sendero estaba infiltrado en el
magisterio local bajo el nombre de CONARE, cumpliendo una misión
terrorista. Posiblemente Montañez abrigaba la esperanza de que el brazo
atrapador del Walter Albán se extendiera por aquí.
Mientras Montañez, Farfán y Patria Roja cumplían su patriótico deber
antiterrorista, el Sub Comité de Administración del Fondo de Asistencia y
Estímulo de los Trabajadores del Sector Educación (Sub Cafae) sufragaba las
suculentas dietas de los funcionarios del sector educación y dirigentes del
magisterio arequipeño no infiltrado por el MOVADEF, incluyendo al fervoroso
defensor de la patria (y de Patria): Marco Montañez Gerente de Educación
del gobierno regional.
Sub Cafae había utilizado casi un millón de soles para pagar
"movilidad y refrigerio" a miembros del directorio, del Sutep y
la Gerencia de Educación. Patria quiso sacar de pobres tanto al
exsecretario regional del Sutep, Adolfo Quispe Arias, a quien adjudicó 80
mil soles, a Francisco Silva Gallegos, su sucesor, 85 mil, a Florencia
Concha 43 mil y a Pedro Flores Melgar 16 mil.
Antes ya sacó de la pobreza a Hammer
Villena, hoy secretario nacional del SUTEP, a quién otorgó 100 mil soles.
Otros favorecidos fueron la secretaria general de Fentase, Elizabeth Pérez
Zúñiga, conocida militante aprista, quien recibió 45 mil en dos años, Ana
Zapata Marón, del Sitdrea 37 mil en el mismo período y Juvenal Díaz Herrera
del Sidesp recibió 27 mil que seguramente compartió con su dilecto amigo y
camarada Gerónimo López.
Eso no es todo, a Marco Montañez le pareció poco recibir 365 soles de dieta
por sesión y a lo macho la reajustó a 500 soles. Auditoría no ha encontrado
documento alguno que sustente esta decisión ni acuerdo ni el número de
sesiones. Con este reajuste los Marco Montañez, Francisco Silva, Juvenal
Díaz, Elizabeth Pérez y compañía reciben hoy 2 mil soles mensuales seguros
y un "poquito mas" cuando se realiza una sesión extraordinaria en
alguna de las semanas del mes.
La posición dominante de Patria Roja en el sindicato magisterial le permite
esto y mucho más, a pesar de que su conducción ha sido cuestionada
severamente por la abrumadora mayoría del magisterio arequipeño. Y no por
culpa de Sendero, CONARE o MOVADEF, sino porque la naturaleza oportunista
de las huestes de Bladimiro Begazo han ocasionado su desgaste histórico.
Después de 25 años de mangoneo, la dirigencia del Sutep local, ha terminado
por traicionar al magisterio echando al olvido, entre otros, el pago del 30%
de haberes por preparación de clases o la congelación de los sueldos a los
cesantes. ¿A cambio de qué? ¿La Derrama?
Sucede que, hace dos años, la vieja dirigencia patriarrojista traicionó el
movimiento huelguístico del magisterio que luchaba contra la Ley de Reforma
Magisterial. Sucede que, cuando llamó a “huelga general”, meses después, la
suspendió hasta las calendas griegas. Finalmente, sucede que hoy el
magisterio no cree más en ellos.
La lógica que manejan Farfán, Montañez o la familia Begazo parte de la
premisa que, denunciando por senderistas a los docentes de CONARE, los
maestros regresarán a su redil cual borregas descarriadas. Esa es una
lógica, además de primitiva, propia de jumentos, no de maestros.
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