En su
programa de Radio Líder escuchamos a Elías Rojas, a las 4 de la tarde del
21 de abril, decir "es asqueroso" refiriéndose al hecho de que el
SUTEP oficial esté denunciando de terroristas a los compañeros del otro
SUTEP (Conare). Francamente, es peor. El partido Patria Roja que maneja la
parte oficiosa del gremio de maestros ya ni se cuida del lenguaje que usa,
abiertamente reaccionario.
Cuánta razón tenía Víctor F. Villanueva cuando en estas páginas escribió
sobre este asunto: Sucede que, hace dos años, la vieja dirigencia
patriarrojista traicionó el movimiento huelguístico del magisterio que
luchaba contra la Ley de Reforma Magisterial. Sucede que, cuando llamó a
“huelga general”, meses después, la suspendió hasta las calendas griegas.
Finalmente, sucede que hoy el magisterio no cree más en ellos.
La lógica que manejan el SUTE y Patria, parte de la premisa de que,
denunciando por senderistas a los docentes de CONARE, los maestros
regresarán a su redil cual borregas descarriadas. Esa es una lógica, además
de primitiva, propia de jumentos, no de maestros.
Para quienes no conozcan la historia, el SUTEP nació contraponiéndose a la
FENEP que agrupaba a los diversos sindicatos de maestros y era controlado
por el PC.
Durante el gobierno del General Velasco el PC apoyó su política
educacional, infinitamente más democrática que la actual, y Patria Roja que
acababa de ser fundado por Rolando Breña, Gotardo Rojas (Alberto Moreno) y
Horacio Zeballos, entre otros, aprovechó la coyuntura para promocionarse
como partido de izquierda (marxista-leninista-pensamiento Mao) oponiéndose
a la política educacional de Velasco y al Partido Comunista.
Utilizando el aumento de sueldos como caballito de batalla, Patria las
emprendió contra "la junta militar fascista" para encandilar tras
de si a la mayoría del magisterio ávido de alguna mejora en sus escasos
haberes. En alianza con el APRA (Salinas), Acción Popular (Pango) y algunas
personalidades (Elva Oviedo) desconoció a la FENEP y en 1973, en el Cusco,
fundó el SUTEP para enfrentarlo a "la dictadura militar fascista y al
revisionismo (el PC)".
Los dirigentes de Patria no vacilaron en sacar a los estudiantes
secundarios como escudo a las calles gritando las mismas consignas que
ellos. Igual hicieron con los universitarios del "FER pekinés"
quienes, alegremente, en las calles cantaban"veremos
a Consuelo colgada de un farol y al chino de Velasco con las tripas al
sol".
Y con
ellos el combativo Horacio Zeballos asido a un fusil de juguete gritando la
consigna principal del partido: "el
poder nace del fusil" y otras consignas tan
pedagógicas como "Viva Kampuchea
Democrática" aludiendo a la Camboya de Pol-Pot que
había sido invadida por Vietnam.
Estas bravatas trajeron algunas consecuencias luctuosas como la de Huanta
que inspirara "La flor de la retama" y la del "20 de
noviembre" en Arequipa.
Esta última asonada parafascista ha sido elevada a epopeya por Bladimiro
Begazo y José Figueroa. Ese día en 1973, las huestes de Begazo apedrearon
sin contemplaciones los locales de Sinamos en San Francisco y el del
Partido Comunista -su actual aliado- en Palacio Viejo.
Hoy tenemos un redomado SUTEP, igualmente controlado -sin interrupción
desde 1973- por Patria Roja, denunciando como terroristas a los de la
competencia y exigiendo, además, que repriman a sus contendientes, tan
maestros como ellos.
Así pues, como denuncia Nery Ochavano del Comité Ejecutivo Sute 14, Lima,
Hamer Villena Zúñiga, secretario general y el CEN del SUTEP, con el
pretexto del terrorismo exigieron al gobierno y lo consiguieron, ilegalizar
a las organizaciones magisteriales opuestas al manejo del SUTEP por Patria
Roja.
Este SUTEP ya no representa más los intereses del magisterio. Este
"sindicato", partidarizado, sólo ha servido para satisfacer
poderosos intereses económicos de pequeñas camarillas que lucran o
usufructúan de la Derrama Magisterial con la complicidad o el silencio
interesado de gobiernos como el actual.
Patria
Roja, la organización responsable de la sectarización del SUTEP, ha
demostrado su total desprecio hacia los maestros, encubriendo actos de
corrupción de varios gobiernos regionales (Arequipa entre ellos) donde
cogobierna a través de gerencias o direcciones regionales y ugeles,
dependencias en las que ponen a prueba su carácter funcional al servicio
del neoliberalismo, empeñado en privatizar la educación pública y en
atropellar los derechos económicos y laborales del magisterio peruano.
En la actualidad el SUTEP–Patria Roja está próximo a convertirse en un
sindicato fantasma, en una entelequia burocrática opuesta a la democracia
sindical, bajo el férreo control de una minúscula camarilla sindicalera,
amparada en un estatuto inconstitucional que recusa las elecciones
universales, sin más norte que el control financiero de la Derrama
Magisterial.
Patria
Roja, bajo el paraguas de partido comunista del Perú, es, esencialmente, un
minúsculo partido con suficiente poder económico para vivir cómodamente,
defendiendo "sin querer
queriendo" el
modelo de educación neoliberal que dice combatir, pero al que sirve de
mayordomo o como agente policiaco.
Siguiendo las rentables enseñanzas del fujimontesinismo, este SUTEP
oficial, ha optado por demonizar a CONARE y la FENDEP con el argumento de
que son organismos de fachada del senderismo, promoviendo una represión
contra el magisterio adverso a Patria Roja.
Bajo esta premisa, Villena Zúñiga, quien jamás ha encabezado una sola de
las luchas del magisterio, ha venido exigiendo al Estado -y finalmente lo
ha conseguido- ilegalizar a los gremios que su soplonería considera
vinculados al terrorismo, violando, flagrantemente, los tratados
internacionales en materia de libertad sindical y otros.
La tesis de Villena acerca de la existencia de un sindicato terrorista es
solo el pretexto que necesita el Estado para reprimir a los sindicatos
clasistas, ajenos a la dictadura de "Patria" en el SUTEP,
violando la Constitución y el Convenio 087 de la OIT.
Esto
convierte a Villena no solo en un vulgar soplón, sino en un eficiente
operador de los intereses del empresariado ligado a este sector, el mismo
que pretende privatizar todo el sistema educativo de la república para
beneficio propio.
El magisterio peruano, contrario a Patria Roja, nada tiene que ver con la
violencia terrorista, tanto del Estado como el que ejecutó el
fundamentalismo senderista. Su lucha está centrada en la defensa
de los intereses de los maestros, largamente atropellados por sucesivos
gobiernos. Si hay "terroristas", es posible que los haya, tantos
como soplones hay en "Patria".
Para
estos compañeros el poder ya no nace del fusil sino de las arcas de la
Derrama Magisterial, el resto es ilusión.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario