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29-03-2014
La
Revolución Bolivariana se ha caracterizado por ser pacífica, y se ha mantenido
fiel a esta premisa durante los 14 años en el gobierno. Sin embargo, toda
medida progresista que se tome para defender los intereses de la clase
trabajadora y el pueblo en general, debe ser arrebatada de los privilegios de la
clase burguesa, es por esto que la oligarquía en Venezuela, no puede quedarse
de brazos cruzados mientras esto pasa. Y durante todo este tiempo ha sido un
seguro enemigo del gobierno y del pueblo. Ejerciendo incluso la violencia
cuando se ve acorralada, o cuando el pueblo intenta defender sus derechos
(sicariato de campesinos, sindicalistas, golpes de estado). Algo está claro, la
burguesía nunca ha sido pacífica con la revolución y el pueblo. No lo fue
cuando tuvo gobiernos aliados, y no lo será bajo gobiernos progresistas.
Esto
es una Lucha de Clases
Las
clases sociales, se definen en relación al papel que juegan los grupos sociales
en torno a los medios de producción. Entre los que poseen la propiedad privada
sobre estos medios o clase dominante, y los que se ven obligados a trabajar
para estos últimos, al no poseer propiedad alguna. Y no como la
“intelectualidad” burguesa nos quiere enseñar, que se refiere a la división
social en base a los ingresos que un individuo o familia recibe como fruto del
trabajo propio.
En
la Venezuela colonial, al igual que en todo el continente americano, estaban
los esclavistas terrateniente como clase dominante, y los esclavos como
dominados, ya que el principal medio de producción era la tierra y la propiedad
de esta era de una pequeña oligarquía, que mantenía bajo su dominio a la
mayoría de la población por medio de la esclavitud.
En
la actualidad la tierra como medio de producción paso a segundo plano, y fue
reemplazada por las industrias, las fábricas, las empresas, etc. Y la nueva
clase dominante es la burguesía, que posee la propiedad privada de estas
compañías, mientras que los dominados somos la clase trabajadora, aquellos que
no tenemos propiedades y que nos vemos forzados a trabajar por un salario para
poder subsistir, mientras los burgueses emancipados de todo trabajo físico y
mental, simplemente son los encargados de tomar las decisiones que en
definitiva son ejecutadas por los trabajadores.
En
la historia de la sociedad humana dividida en clases, siempre ha existido un
conflicto perenne entre las clases, cuando la oligarquía colonial, por ejemplo,
azotaba a los esclavos, existía un conflicto, entre una clase que imponía sus
intereses (los terratenientes), sobre la otra (los esclavos). En nuestra época
existe también un conflicto de intereses entre patronos y trabajadores, por un
lado la primera quiere pagar menores salarios, vender más caro los productos
terminados, y que los trabajadores aumenten la producción, sin recibir mayor
paga; mientras que los trabajadores quieren ganar más, trabajar menos, y poder
comprar bienes y servicios a menores costos. Este conflicto perenne entre
clases antagónicas, donde no hay caminos intermedios y donde sólo una puede
salir beneficiada, se denomina Lucha de Clases.
Cuando
se beneficiaba a la oligarquía venezolana con las políticas neo-liberales
durante toda la IV República, también se aplastaba enormemente la calidad de
vida de los trabajadores, pero cuando aumentamos salarios y regulamos precios,
obviamente en beneficio de los trabajadores, estamos limitando, aunque por sólo
un poco, la tasa de ganancia de los empresarios. No hay forma de beneficiar a
ambas clases a la vez. O defendemos los intereses de los trabajadores, o los de
la burguesía.
Esto
quedó claramente demostrado, cuando el presidente Hugo Chávez, recién
comenzando su gobierno, incluso antes de declarar el rumbo de la revolución
hacia el socialismo – inicialmente el comandante Chávez pensaba posible una
tercera vía entre el Capitalismo y Socialismo, luego en la práctica se dio
cuenta que sólo el Socialismo puede darle la mayor felicidad social posible al
pueblo –, y luego de una reforma en la Ley de Hidrocarburos, y una tímida
Reforma Agraria, fue el suficiente detonante para que la burguesía del país
llevara a cabo un golpe de estado criminal.
La
nacionalización de la industria petrolera, y de un pequeño porcentaje de las
tierras fértiles del país en manos de latifundistas parasitarios, significaría
luego la conquista de derechos fundamentales para la clase trabajadora y el
pueblo – ya que por ejemplo justamente desde la expropiación de PDVSA se logró
el surgimiento y financiamiento de todas las misiones sociales del país –, esto
sólo fue posible arrancándole privilegios a la burguesía petrolera y
latifundista del país. Estos es precisamente una manifestación de la Lucha de
Clases.
¿Qué
espera la burguesía de un gobierno de conciliación?
Todas
y cada una de las conquistas de la revolución para el beneficio del pueblo, han
sido gracias a la eliminación de privilegios y poderes de la clase dominante
del país – no sólo del poder político que mantenían gracias a los gobiernos
aliados durante toda la historia republicana de Venezuela, hasta la llegada de la
Revolución –. Las regulaciones de precios, aumentos de salarios, inamovilidad
laboral, etc. significan limitaciones a las tasas de ganancias de la burguesía
(aunque sea por un poco), lo cual afecta sus intereses.
Es
por esto que cualquier llamado a la burguesía del país a trabajar en beneficio
del pueblo, vendiendo a precios justos de forma voluntaria e invirtiendo sus
capitales para el desarrollo de las industrias y tierras del país, es
exactamente igual a llamar a los trabajadores a que trabajen más horas por
salarios más bajos, con el único objetivo de beneficiar a los empresarios.
No
tiene sentido pedir a la burguesía que deje de lado sus intereses de clase para
defender intereses populares, que les son antagónicos y adversos, y que
significan perdidas para ellos mismos. Por lo tanto, mientras se mantengan las
condiciones y conquistas que ha logrado la revolución, no hay forma de que la
burguesía cese en la guerra económica y en su empeño de derrocar al gobierno,
para instaurar uno subordinado a sus intereses.
Cualquier
gobierno que espere contar con el favor de la burguesía, debe en primer lugar
gobernar en beneficio de los intereses de esta, y esto significa dejar de lado
los intereses del pueblo, e incluso tomar medidas que sean abiertamente
anti-populares. Algo que ocurrió en el pasado de Venezuela, y especialmente en
toda la IV República. Es por esto que sólo las políticas más neo-liberales, que
destruyan por completo todas las conquistas de la revolución, pueden satisfacer
a la burguesía (nacional e imperialista).
Entre
algunas de las medidas que pide la burguesía para cesar la guerra económica
están principalmente: 1.- liberación del dólar (no para poder importar
libremente, puesto que es algo que ya hace, sino para guardar sus capitales en
el extranjero), 2.- flexibilización de las relaciones laborales (volver a la
antigua Ley Trabajo y la eliminación de la Ley de Seguridad Laboral, LOPCYMAT,
con lo que la burguesía puede explotar más y mejor a la clase trabajadora), 3.-
desregulación de los precios y el mercado en general (de tal manera que sea la
burguesía, en base a sus intereses de clase, que decida cuanto, como y a qué
precio se produce), 4.- Privatización de las industrias expropiadas, y no más
expropiaciones (y con esto acabar cualquier tipo de organización de los
trabajadores – Consejos de Trabajadores, Consejos de Fábricas e incluso
Consejos Campesinos).
Como
vemos, sólo la destrucción de las principales conquistas de la revolución en
los planos económicos, laborales e incluso sociales, pueden satisfacer los
intereses de la burguesía.
Como
solucionar los problemas económicos del país
Ahora
bien, incluso una burguesía satisfecha y en favor del gobierno, no significa
que esta se va a prestar para beneficiar los intereses de su clase antagónica.
Más aun tampoco significa que pueda jugar algún papel progresista, ya que antes
de desarrollar las fuerzas productivas del país, deben primero romper con las
ataduras que le someten al imperialismo.
Desarrollar
las industrias y el campo, en otras palabras, desarrollar el Capitalismo en un
país donde este está atrasado, significa que las industrias nacionales deben
abastecer los mercados que en la actualidad son propios de las burguesías
imperialistas, o sea las burguesías nacionales deben competir contra los
gigantes monopolios internacionales, y destronarles.
De
la misma forma que las burguesías de un país no se quedarán de brazos cruzados
mientras un gobierno progresista les quita privilegios para brindarles
conquistas sociales al pueblo, una burguesía imperialista tampoco puede
permitir que una burguesía de un país “inferior”, les quite los mercados que en
la actualidad ellos controlan y que les permiten colocar sus productos.
Adicionalmente, las poco desarrolladas burguesías de Venezuela también dependen
del capital de los bancos del imperialismo, no sólo porque es donde guardan sus
capitales propios, sino también porque es donde obtienen los préstamos que
utilizan para sus operaciones (no olvidemos que la burguesía parasitaria de los
países del capitalismo atrasado, no invierten su propio capital, sino el de préstamos
y terceros).
Esto
quedó de manifiesto durante la IV República, la burguesía, incluso con
gobiernos aliados y complacientes, no fueron capaces de desarrollar el país, ni
romper con el imperialismo. Por el contrario, se apostaron a los pies de este,
sometiéndose voluntariamente a sus intereses. Es por esto que no podemos
esperar que la burguesía juegue algún papel progresista, incluso de satisfacer
los pedidos de la burguesía, gobernando en base a los intereses de esta clase y
en contra del pueblo, con el fin de acabar con la guerra económica, el mayor
avance que podemos lograr es sólo eso, derrotar la guerra económica, cualquier
profundización en el desarrollo de la economía del país, significa una amenaza
en contra del imperialismo y sus burguesías quienes controlan los mercados mundiales.
Además las burguesías del país son en extremo débiles, para competir con los
monstruosos monopolios globalizados.
“Sólo
el pueblo salva al pueblo”, y sólo los intereses de la clase trabajadora son
los intereses del pueblo en general. Si la economía sigue siendo dirigida por
la burguesía, seguirá sometida a sus intereses. Por el contrario, sólo una
economía planificada democráticamente por la misma clase trabajadora puede
desarrollar el país en beneficio de las mayorías y no de unos pocos.
Para
esto es necesario nacionalizar bajo control obrero (y no bajo
la tutela de la burocracia; ya ha quedado comprobada su ineficiencia en las
industrias básicas nacionalizadas) todas las palancas de la economía actualmente
en manos de la oligarquía – los monopolios nacionales e internacionales, los
latifundios y toda la banca privada –. Si la nacionalización de PDVSA
representó ingresos de capital suficientes para llevar adelante todos los
proyectos progresistas de la revolución. Una economía totalmente planificada y en
beneficio del pueblo pudiera multiplicar todas estas conquistas, y traer muchas
conquistas nuevas.
Entre
tantas otras cosas, podemos nombrar: salarios por encima de la cesta básica;
empleo pleno bajo condiciones laborales óptimas que no impliquen desgaste de la
salud por enfermedades ocupacionales, eliminando a corto plazo la pobreza de
raíz, y a un mediano o largo plazo la inseguridad, la violencia en las calles,
etc.; alimentos y medicinas de calidad, a bajos precios y de total
disponibilidad (eliminando el acaparamiento y la escases); seguridad social
para todos los discapacitados y adultos mayores, hayan o no cotizado para el
IVSS; educación y sanidad pública de mayor calidad e incluso más accesible para
todos (al eliminar también la educación y salud privadas); viviendas de calidad
a bajos costos, pudiendo incluso trasladar los habitantes de barrios enteros a
zonas con pleno acceso a los servicios básicos y fuentes de empleo; desarrollos
tecnológicos y científicos en base a los intereses del pueblo y no bajo la
lógica del capital, lo cual puede acabar con enfermedades que las farmacéuticas
no se interesan en curar, ya que tiene una mayor rentabilidad con paliativos y
calmantes (por ejemplo el SIDA, la diabetes, etc.), y muchas otras más.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=182662
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