(07 de octubre de 2014)
Por Miguel Aragón
Con
cierta tardanza, en un numeroso sector del amplio, variado y
contradictorio pueblo limeño y del pueblo peruano, nos decidimos a
intercambiar opiniones teóricas, y también propuestas políticas de acción,
relacionadas con la última jornada de la lucha político electoral municipal del
5 de octubre de 2014.
Los
resultados de la contienda político electoral ya son conocidos, y así como
entre nosotros hemos tenido muchas discrepancias en la etapa previa que acaba
de culminar, igualmente estamos seguros que se presentarán discrepancias en la
nueva etapa que recién está comenzando. La contrastación de nuestras propias
discrepancias será la fuerza que impulse nuestro movimiento.
Entre las
numerosas discrepancias que se han presentado entre nosotros debemos de
preguntarnos ¿cómo distinguir quienes han acertado, y quienes nos hemos
equivocado?
Me parece
que el único criterio de verdad es la práctica social. La
propia acción de las masas nos demostrará quienes acertaron en sus análisis y
en sus propuestas, y quienes nos equivocamos. La historia
será el mejor juez de la validez de nuestras ideas.
Considero que
entre nosotros, tanto entre los que participamos directamente exponiendo
nuestras ideas, como entre los muchos que guardaron un prudente silencio pero
siguieron con atención nuestro intercambio epistolar, se impone un necesario Balance.
Las
propuestas políticas concretas, así como las ideas en general, no son innatas a
nuestros cerebros ni surgen en nuestras mentes del azar, sino que, ellas surgen
y toman formas definidas como expresión de la necesidad
de expresar o reflejar determinadas necesidades e intereses de las clases
sociales que conforman nuestra sociedad.
Por eso,
considero que el Primer punto del Balance de la última jornada de lucha
política debe comenzar por la actualización del análisis de las clases
sociales en nuestra ciudad (10 millones de pobladores) y en el país
(30 millones de habitantes).
El análisis
de las clases sociales debemos de entenderlo no como un divertimento
teorético (para ver “quien sabe más”), sino como una necesidad urgente para
saber distinguir, con cierta precisión, quienes somos nosotros (el
pueblo peruano) y quienes son nuestros enemigos (la clase
dominante).
Así
podremos entender, con mayor precisión, la evolución de la
contradicción principal y la evolución de las contradicciones secundarias en el
último periodo de la lucha social y política en nuestra ciudad y en
nuestro país.
El
Segundo Punto de este necesario Balance debe ser el análisis de las
relaciones entre táctica y estrategia en la lucha social y política. Si nos
quedamos en el análisis teórico de las clases sociales y de las contradicciones
de clases, solamente habremos avanzado la mitad del camino, y nos quedaremos
únicamente en la “interpretación”, pero de lo que se trata es de interpretar
para participar activamente en la lucha por el cambio social.
En esta
segunda parte del Balance debemos repasar, en primer lugar, nuestras propias
propuestas tácticas, y en segundo lugar, las propuestas tácticas de los
principales actores que han participado en la última lucha político electoral.
En el
pasado algunos destacados luchadores resumieron la relación entre táctica y
estrategia de la siguiente manera, clara y sencilla:
La estrategia nos
enseña que debemos enfrentar uno a diez. Como estamos seguros
de la causa de nuestra lucha, debemos despreciar al enemigo por muy fuerte
que todavía sea. Frases como “el imperialismo es un coloso con pies
de barro”, o “el imperialismo es un tigre de papel”, son ejemplos claros de
propuestas estratégicas. La primera fue expuesta hace más de cien
años, y la segunda hace más de cincuenta años. No obstante el tiempo
transcurrido, hasta ahora el imperialismo no ha desaparecido en el mundo,
pero si estamos seguros que su destino será la derrota final, que cada día está
más cercana.
Por el
contrario, la táctica nos enseña que debemos enfrentar
diez contra uno. Si bien desde el punto de vista estratégico debemos
“despreciar al enemigo de clase”, desde el punto de vista táctico debemos de
tener muy en cuenta su actual fortaleza y ferocidad. Frases como
“unir a todas las fuerzas susceptibles de ser unidas para luchar contra
el enemigo común” es un ejemplo claro de propuesta táctica.
La
experiencia de las revoluciones políticas victoriosas dirigidas por la
burguesía en Europa y América, entre fines del siglo XVIII y comienzos del
siglo XIX, nos demuestran que ellos aplicaron esa táctica para
vencer a las clases reaccionarias.
Con mayor
razón, podemos comprobarlo en las revoluciones sociales victoriosas dirigidas
por el proletariado, en el transcurso del siglo XX. Los más destacados dirigentes
de las revoluciones en Rusia (1917), en China (1949), en Cuba (1959) y en
Vietnam (1975) entre muchas otras más, nos enseñan que ellos, por un
lado se preocuparon por “aislar al máximo al enemigo principal”, y
por otro lado se preocuparon por “unir a todas las fuerzas susceptibles de ser
unidas” para combatir juntas contra el enemigo común.
Por
ahora, esas son mis dos primeras sugerencias para el Balance, espero que otros
amigos presenten otras sugerencias. No considero necesario ni oportuno adelantar
otras opiniones sobre los resultados de la última jornada de lucha política
electoral, porque eso será parte de las conclusiones. Conclusiones que serán
consecuencia del debate necesario que tenemos por delante, balance que debe
desembocar en una propuesta de Plan de Acción Conjunta 2014-2018.
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