27-10-2014
En 1956 Mao Tse Tung dijo: “Este
es un deber. Ustedes son tanta gente, su tierra es tan inmensa y tan ricos sus
recursos naturales y, además se oye decir que ustedes están practicando el
socialismo, al que califican de superior; así pues, ¡que desastroso sería si al
cabo de 50 ó 60 años no hubieran podido sobrepasar a los Estados Unidos! (…)
Por consiguiente, no solo podemos, sino que con toda razón necesitamos y
debemos sobrepasar a los Estados Unidos. De no ser así, la nación china
quedaría en deuda con las demás naciones del mundo y reduciría a poca cosa
nuestra contribución a la humanidad”. Llegamos al 2014 con la meta
cumplida y Mao no necesitó ser un clarividente.
Cuando
en 1949 el Partido Comunista de China llegó al poder y fundó la República
Popular que hoy conocemos, la promesa a cumplir fue poner fin a la estructura
de clases tradicional. Las clases privilegiadas perdieron sus derechos, los
campesinos y los trabajadores fueron, por un tiempo, elevados en estatus y
oportunidades.
65
años después más de uno dirá que la estructura de clases fue puesta de cabeza,
que los campesinos y trabajadores están otra vez al final de la escala social
mientras que, junto a una clase media creciente, China tiene una de las tasas
de inequidad de crecimiento más rápido y hoy se convierte en la primera
economía del orbe; frente a ello nos preguntamos: ¿ello es producto de la
aplicación del marxismo?
¿Capitalismo
socialista o socialismo pragmático?
Aunque
los comunistas más ortodoxos atribuyan la sorprendente evolución de la sociedad
china a la adecuación al capitalismo, son los propios chinos quienes lo
entienden como una estrategia del PCCH basada en el marxismo, la vinculación de
la teoría marxista con la realidad concreta de China. Los chinos dicen haber
aprendido que ni el teoricismo ni el simple pragmatismo pueden llevar al éxito
la lucha revolucionaria. El propio Lenin lo señaló: "No toda la
teoría respecto a Marx la tomamos como definitiva e intachable. Por el
contrario, estamos firmemente convencidos de que solo puede servir como base
científica. Los socialistas tienen que desarrollar aún más esta teoría en todas
las direcciones si es que no quieren quedarse detrás de la realidad". (Lenin:
"Nuestro programa", volumen 4 de la edición alemana de las obras
completas de Lenin).
La
aplicación del marxismo depende de las circunstancias concretas en diferentes
países y naciones, sin que eso varíe la denominación de “marxismo”, tal como
otras teorías del desarrollo humano; sin embargo, el marxismo-leninismo del
siglo XXI es en su naturaleza profundamente internacionalista, aplicable a cada
nación específica, revolucionario y humanista. Aunque por más de una década el
marxismo fue desdeñado y hoy hasta recordado con nostalgia, en China aún es
vigente.
¿“El
que no cambia todo no cambia nada”?
Los
chinos parten de un señalamiento de Marx y Engels, respecto a que la burguesía
solo puede establecer su liderazgo político si las condiciones de producción
capitalistas han sido esencialmente desarrolladas; sin embargo, las condiciones
de producción socialistas no se pueden establecer antes de que las clases
trabajadoras y sus aliados hayan tomado el poder.
El
PCCH es consciente que un orden socialista no es lo mismo que una sociedad
socialista y tampoco es lo mismo que el socialismo completado. Comprender al
socialismo de la China del 2014 es comprender la política fijada por sus
autoridades en 1978. Aunque en la fase inicial es fundamental un cambio en la
estructura de la propiedad y que las principales actividades económicas estén
bajo el control del Estado, una socialización completa de los medios de
producción no es visto como saludable para el desarrollo de las fuerzas
productivas.
La
estrategia china se basó en una política de reforma y de apertura al exterior
que se centró en la modernización socialista y el desarrollo económico del
país. Aunque los chinos afirman que la política socialista de su país no
pretende ser universal, la comunidad internacional debe considerarla como una
guía posible de ser replicada.
En
la etapa inicial del socialismo chino el orden económico básico lo constituye
el predominio de la propiedad pública y el desarrollo simultáneo de otras
formas de propiedad. El carácter socialista se adhiere a los cuatro principios
fundamentales (adhesión al camino socialista, a la dictadura democrática, a la
dirección del Partido Comunista y al marxismo-leninismo y al Pensamiento Mao
Tse Tung) en la protección de la propiedad estatal en campos estratégicos, en
la protección de la propiedad pública de la tierra y en el control
macroeconómico del Estado. En esta fase temprana del socialismo, la existencia
de formas individuales y privadas de propiedad sobre la base del poder político
socialista y el predominio de la propiedad pública contribuye a desarrollar una
economía socialista. Si la relación de un ciudadano chino con el Estado o el
PCCH no significa ser un capitalista, no la objetividad, nos obligaría a
preguntarnos por qué más del 90% de las personas más ricas de China son
miembros del PCCH.
¿Poderes
del Estado o Poder Partidario?
Para
marcar la diferencia entre el capitalismo y el socialismo resultan claves los
temas de la propiedad, estructura política y poder político. El sistema
político burgués es parlamentario multipartidista y separado por tres poderes
(Legislativo, Ejecutivo y Judicial); aunque los partidos burgueses se alternan
en el poder o dominan continuamente el equilibrio de poder económico se
mantiene intacto, garantizando un círculo de poder capitalista, por lo que
cualquier cambio social resulta imposible.
La
estructura política del Estado Socialista de China se caracteriza por el
protagonismo del partido y por la cooperación de diferentes organizaciones
políticas bajo la dirección del PCCH. La Asamblea Nacional del Pueblo lleva y
representa al Estado, vigila el cumplimiento de la Constitución, aprueba las
leyes y coopera estrechamente con la Conferencia Consultiva Política del Pueblo
Chino. El Consejo de Estado cumple las funciones del Ejecutivo. Sin embargo, a
diferencia del modelo burgués aplicado en el Perú y en casi todas las naciones
del orbe, el Consejo de Estado no aborda temas económicos concretos, sino que
se concentra en cuestiones estratégicas de desarrollo.
Los
críticos del socialismo consideran que tener un solo partido dirigente es un
riesgo para la sociedad al traer consecuencias graves. Alegan -tomando como
ejemplo al Partido Comunista de la Unión Soviética- que ese partido caería en
la degeneración. Sin embargo, la solución dada fue la “Perestroika” y la
“Glásnost" implementada por Mijaíl Gorbachov en la URSS y otros ex países
socialistas, que generó la extinción del propio campo socialista.
Sin
calco ni copia
Si
bien los logros teóricos del PCCH están cimentados en el Pensamiento Mao Tse
Tung, durante el período de la revolución de Nueva Democracia, los aportes de
Deng Xiaoping fueron para la fase inicial del socialismo. Los chinos sostienen
que cada país tiene que elegir su propia forma de establecer el socialismo
según sus circunstancias específicas. En su 17 conferencia partidaria, el PCCH
afirmó que el socialismo chino es un socialismo científico llevado a cabo bajo
la estricta consideración de su política. El PCCh asimila todas las
experiencias valiosas, no solo de su propio país, sino también de la
civilización en general.
Le
valió la pena al PCCH enfrentarse a sus propios errores del pasado y aprender
de ellos; aseguran haber encontrado un camino para aplicar el
marxismo-leninismo bajo la existencia de diferentes sistemas sociales. La
política de cinco principios de coexistencia armoniosa: (respeto a la soberanía
e integridad territorial, no agresión, no intervención en asuntos internos de
otro, igualdad y beneficio mutuo y coexistencia pacífica) constituye para ellos
parte del avance del marxismo-leninismo y de su aplicación creativa. Los acontecimientos
internacionales de los últimos 20 años demostraron que la guerra no es un medio
para resolver conflictos internacionales o regionales ni los problemas internos
de un Estado, pues no garantiza el futuro de la humanidad.
China:
¿primera potencia mundial?
En
el aspecto económico, China acaba de superar a EE.UU. convirtiéndose en la
mayor economía del mundo en términos del PIB a paridad del poder adquisitivo,
según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En
términos de poder adquisitivo, la economía china era menos de la mitad que la
de EE.UU. en 2005. El FMI espera que la distancia entre los dos países crezca
en el futuro y que para 2019 la economía del gigante asiático sea un 20% mayor
que la estadounidense.
Si
en el 2013 el PBI chino alcanzaba los 16,15 billones de dólares y el de EEUU,
16,77 billones de dólares, este 2014 el escenario cambió; China suma 17,632
billones y EEUU 17,416 billones, en un nuevo orden mundial.
China
crecerá 6.8% en el 2016, en el 2017 llegará a 6.6%, en el 2018 a 6.4% y en el
2019 a 6.3%. Pese a todo ello, los ingresos por habitante chino representan
apenas la quinta parte de un estadounidense.
El
PCCH es el mayor partido comunista en el mundo. Tiene 93 años de historia, de
los cuales 28 fueron de lucha revolucionaria y casi 62 de construcción de una
nueva sociedad. La experiencia adquirida por el partido en este periodo ha sido
de vital importancia, no solo para el desarrollo de China, sino también para la
aplicación de la teoría del marxismo-leninismo en general. Ahora le toca al
lector reconocer o no si el auge chino es obra y gracia del albur, el
capitalismo o de un socialismo aplicado a la realidad concreta.
Rebelión
ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras
fuentes.
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