1.- MARXISMO
E IZQUIERDA
Como
izquierda es término ligado a derecha, ambos se refieren a un eje, un centro,
una línea de referencia. No hay izquierda sin derecha, pero ¿izquierda, de qué?
Culturalmente,
como “el hombre es la medida de todas las cosas”, izquierda es lo que está al
lado del corazón. Así, por su aspecto volitivo “el corazón es izquierdista”
Pero el eje, la línea de referencia en el animal erguido es la columna
vertebral.
Políticamente,
el término izquierda se generalizó e impuso con la Revolución
Francesa (1789), que difundió el Estado liberal (república parlamentaria y
democracia representativa) Así, inicialmente izquierda era la
bancada parlamentaria que se ubicaba a la izquierda de la Mesa Directiva, del
Presidente del Parlamento. En política, entonces, el eje, la línea de
referencia para izquierda o derecha es el
Estado.
Respecto
al Estado, el liberalismo lo señala como órgano de conciliación de
clases. El marxismo lo señala como órgano de dominación de
clase. Toda clase dominante tiene una doble función: función de dominio, función
de servicio. La derecha representa y defiende la función
de dominio. La izquierda representa y defiende la función de
servicio.
Seis
décadas después, el Manifiesto Comunista (1848) hace el
deslinde con la izquierda del Estado liberal. Analiza el
trasfondo del socialismo reaccionario (feudal, pequeño-burgués, teórico
importado), del socialismo burgués, del socialismo utópico.
Para
el socialismo feudal, “nada más fácil que recubrir con un barniz socialista el
ascetismo cristiano”
En
la sociedad moderna se ha formado y se sigue formando “una nueva clase de
pequeños burgueses que oscila entre el proletariado y la burguesía”, que quiere
“encajar por la fuerza los medios modernos de producción y de cambio en el
marco estrecho de las antiguas relaciones de propiedad”
El
socialismo teórico importado “fue consecuente hasta el fin, manifestándose de
un modo directo contra la tendencia ‘brutalmente destructiva’ del comunismo y
declarando su imparcial elevación por encima de todas las luchas de clases’”
El
socialismo burgués “desea remediar los males sociales con el fin de consolidar
la sociedad burguesa” Este socialismo “intenta apartar a los obreros de todo
movimiento revolucionario” Procura “únicamente reformas administrativas
realizadas sobre la base de las mismas relaciones burguesas de producción”,
sirviendo “para reducirle a la burguesía los gastos que requiere su dominio y
para simplificarle la administración de su Estado”
El
socialismo utópico “preconizaba un ascetismo general y un burdo igualitarismo”
Para este socialismo “el proletariado no existe sino bajo el aspecto de la
clase que más padece” Sus seguidores “se proponen alcanzar sus objetivos por
medios pacíficos”
Estas
corrientes, que ya tenían presencia cuando el Manifiesto Comunista,
actualmente son conocidas como izquierda liberal, como izquierda democrática.
Representan y defienden la función de servicio del Estado
liberal, de la república parlamentaria, de la democracia representativa. Y es
que los seguidores de estas corrientes “no ven en la miseria más que la
miseria, sin advertir su aspecto revolucionario, destructor, que terminará por
derrocar a la vieja sociedad” (Miseria de la Filosofía) Sólo ven en el
proletariado la clase que más padece, no la clase que más lucha. Su oposición,
pues, es de un tipo muy diferente a la oposición del socialismo
marxista. Como señala el Manifiesto Comunista, estas corrientes
son “los diferentes partidos de oposición”, ante los cuales el socialismo
marxista tiene una definida actitud.
Después
de más de siglo y medio de este análisis, poco es lo que se puede agregar,
primero para comprender lo que es izquierda; segundo para
comprender las diferentes variedades de socialismo; tercero para comprender lo
que es socialismo marxista.
2.- IZQUIERDA Y OPOSICIÓN
En
países donde la dictadura de la burguesía es plena, la democracia de la
burguesía también es plena. Estados Unidos es el país que abrió el camino a la
modernidad. Con la Guerra de Secesión la clase industrial
derrotó a la clase terrateniente y así impuso su dictadura plena. Respecto a la
democracia, impuso su democracia plena con el bipartidismo partido
republicano-partido demócrata, dos facciones que se turnan en el gobierno; y
así EUA difunde en el mundo entero su esquema gobierno-oposición. Cuando el
partido republicano está en el gobierno ejerciendo la función de domino, el
partido demócrata está en la oposición ejerciendo la función de servicio; y
viceversa. Cuando el partido demócrata estuvo en el gobierno, Kennedy invadió
Cuba, pero fue repelido en Bahía Cochinos. Cuando el partido republicano estuvo
en el gobierno, Bush invadió Iraq, con resultados igualmente adversos. Es
decir, el partido en el gobierno, tiene que ejercer la función de dominio,
mientras el otro partido tiene que ejercer la función de servicio. Por
supuesto, hay más partidos en EUA, pero con presencia mínima en el electorado y
sin presencia alguna en los medios de comunicación. Este esquema lo siguen los
demás países de la “civilización occidental y cristiana” con dictadura plena de
la burguesía, como en Inglaterra, Francia, Alemania, para no mencionar más.
En
nuestros países “tercermundistas” eternamente “en desarrollo”, donde no se ha
establecido plenamente el bipartidismo, se ha difundido la “tercera posición”
que reúne a los partidos “de izquierda democrática” En ellos se visualiza más
claramente la función de la izquierda como oposición. Así:
-Ideológicamente, izquierda es
la que lucha por el cumplimiento efectivo del ideario liberal (libertad,
igualdad, fraternidad) Lucha por cambiar la Constitución del Estado
liberal convocando a una Asamblea Constituyente, o por reformarla mediante un
Acto Legislativo del Parlamento. Pero toda Constitución nueva o toda
Constitución reformada sigue siendo Constitución del Estado de la clase
dominante, del Estado liberal.
-Económicamente, izquierda es
la que lucha por la “justa distribución de la riqueza”, por “mejores
condiciones laborales”, que son condiciones de compra-venta en el mercado de
productos (mercancías) y en el mercado de productores (fuerza de trabajo)
Protesta contra la desregulación económica (ALCA) y flexibilización laboral
(Nueva Legislación Laboral) del sistema dominante, pero sin cuestionar al
Estado liberal que la programa sino al gobierno de turno que la ejecuta.
-Políticamente, izquierda es
la que hace oposición al gobierno de turno. Actúa como su censor, fiscal o juez
de lo que hace o deja de hacer. Es la típica oposición protestataria. El
bipartidismo, el sistema de tijeras gobierno-oposición es la llave maestra para
la perpetuación del sistema dominante, del Estado liberal. Pero el liberalismo
(su partido) en el gobierno es más conservador que el conservatismo (representa
la función de dominio), e igualmente el conservatismo (su partido) en la oposición
es más liberal que el liberalismo (representa la función de servicio) Y
es que toda “tercera posición” respecto al capitalismo y socialismo representa
generalmente a una segunda, y por lo general a la negativa. De ahí los fiascos
y desengaños que periódicamente ocurren en la política tradicional con los
opositores, con los protestatarios, con los promeseros de turno que llegan al
Gobierno.
-Socialmente, izquierda es
la que clama contra el desempleo, subempleo, descalificación laboral, pero sin
analizar la crisis estructural del sistema que ha conducido al país a la
desagrarización, desindustrialización, informalización. Sus candidatos, primero
prometían “tantos miles de empleos”; ahora sólo prometen “generar empleo”, pues
cada gobierno de turno está en la obligación de “achicar el Estado” desligando
a la clase dominante de su función de servicio y quedándose sólo con su función
de dominio.
En
este aspecto, la izquierda tiene características generales y
propias, que identifican siempre al partido de oposición mientras está
en la oposición. La izquierda o “tercera posición”, en
esencia actúa en pro del Estado liberal ideal, de la
democracia ideal, que no se dan en la realidad de clases.
3.- MARXISMO
Y OPOSICIÓN
No
obstante su limitación dentro del Estado liberal, la izquierda
democrática hace oposición al gobierno de turno. Esta oposición es
tanto en lo ideológico-teórico como en lo político-social. Encabeza la lucha
ideológica contra los que “irrespetan” el credo liberal, la sacrosanta trilogía
libertad-igualdad-fraternidad, sin analizar de quién, por qué y para qué es esa
trilogía. Su teoría económica no va más allá de la lucha por una “jornada laboral
justa y un salario justo”, sin analizar la relación económica básica del
sistema, el porqué de la aberrante ganancia ante la limosna salarial.
Políticamente, al perder las elecciones asume el rol de oposición con funciones
de “censor, fiscal y juez” del gobierno de turno, capitalizando así la protesta
popular. Socialmente, arrogándose la vocería del pueblo trabajador clama
“contra el desempleo, subempleo, descalificación laboral”, sin analizar la
relación productividad-desempleo, que así como ha logrado desarrollar el
sistema lo lleva a su caducidad, a su inevitable reemplazo por un nuevo sistema
social.
Ante
esta oposición protestataria al gobierno de turno, el socialismo
marxista representa la oposición contestataria al sistema
dominante, al Estado liberal., a la democracia representativa. El Manifiesto
Comunista define las dos clases fundamentales en pugna. Señala que “Por
burguesía se comprende a la clase de los capitalistas modernos, propietarios de
los medios de producción social, que emplean el trabajo asalariado”, y que
“Pequeños industriales, pequeños comerciantes y rentistas, artesanos y
campesinos, toda la escala inferior de las clases medias de otro tiempo, caen
en las filas del proletariado; unos, porque sus pequeños capitales no les
alcanzan para acometer grandes empresas industriales y sucumben en la
competencia con los capitalistas más fuertes; otros, porque su habilidad
profesional se ve despreciada ante los nuevos métodos de producción. De tal
suerte, el proletariado se recluta entre todas las clases de la población.”
Proletariado no es, pues, sólo obrero industrial. Con la actual crisis mundial,
se recluta de más y más capas de la población.
Engels
recuerda que “Ya el Manifiesto Comunista había proclamado la
lucha por el sufragio universal, por la democracia, como una de las primeras y
más importantes tareas del proletariado militante”, (Prólogo, 1895 a La Lucha de
Clases en Francia, de Marx, 1850) Así, en el Manifiesto Comunista,
1848, se lee que “Como ya hemos visto más arriba, el primer paso de la
revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante, la
conquista de la democracia”, y que los comunistas “luchan por alcanzar los
objetivos e intereses inmediatos de la clase obrera; pero al mismo tiempo
defienden también, dentro del movimiento, el porvenir de ese movimiento”
Entonces,
luchar por alcanzar los objetivos e intereses inmediatos (derecho al trabajo
emancipado, derecho a la vida digna) y representar y defender el porvenir de
ese movimiento (derecho al cambio social) es la táctica fundamental del
marxismo. Los objetivos inmediatos del movimiento no pueden ser separados
del porvenir de ese movimiento. Separados, uno conduce al socialismo
domesticado, otro conduce a la bohemia subversiva.
Por
eso los comunistas 1º “apoyan por doquier todo movimiento revolucionario contra
el régimen social y político existente”, y 2º “ponen en primer término, como
cuestión fundamental del movimiento la cuestión de la propiedad”, la cuestión
de la propiedad privada dominante.
Ésta
es la táctica que diferencia el socialismo marxista de la izquierda
democrática, táctica que guió a la victoria a más de una revolución social.
Por
eso, comentando la actividad del Partido Comunista Francés, JCM
señala que “En el vocabulario comunista, el término parlamentario no tiene su
acepción clásica. Los parlamentarios comunistas no parlamentan. El parlamento
es para ellos únicamente una tribuna de agitación y de crítica” (09.05.25)
Entonces,
en el análisis de la realidad, el boicot electoral o contra el boicot deslinda
la utilización del sufragio universal por parte del socialismo marxista.
4.- OPOSICIÓN
Y ELECCIONES
En
los hechos, más que en cualquier otro tema la izquierda democrática y
el socialismo marxista se diferencian radicalmente en el tema
electoral. Y aquí es donde se dibuja nítidamente la posición ante la cuestión
del Poder, ante el Estado. Como se sabe, en la mayor parte de los Estados
históricos, los derechos concedidos a los ciudadanos se gradúan con arreglo a
su fortuna. Engels señala que con ello “se declara expresamente que el Estado
es un organismo para proteger a la clase que posee contra los desposeídos” (El
Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, 1884)
Así
sucedía en Grecia, en Roma, en el Estado feudal. Así se observa en el censo
electoral de los Estados de república parlamentaria y democracia representativa
actuales. En el Perú, el censo de fortuna se impone desde la adquisición de
Lista de Adherentes para la campaña electoral.
Sin
embargo, este reconocimiento político de la diferencia de fortuna no es nada
esencial. Engels señala que en la república democrática la riqueza ejerce su
poder indirectamente, pero de un modo más seguro, 1º con la “corrupción directa
de los funcionarios”, 2º con la “alianza entre el Gobierno y la Bolsa”, alianza
que se realiza “con tanta mayor facilidad, cuanto más crecen las deudas del
Estado” Y 3º “la clase poseedora impera de un modo directo por medio del sufragio
universal”
En
1848 el Manifiesto Comunista señala que el primer paso de la
revolución obrera es “la conquista de la democracia” En 1880 Marx señala que
los obreros “han convertido el sufragio universal, de medio de engaño que había
sido hasta aquí en instrumento de emancipación” Y en 1884 Engels recapitula
esta experiencia señalando que “Mientras la clase oprimida -en nuestro caso el
proletariado- no está madura para emanciparse ella misma, su mayoría reconoce
el orden social existente de hoy como el único posible, y políticamente forma
la cola de la clase capitalista, su extrema izquierda. Pero a medida que va
madurando para emanciparse ella misma, se constituye como un partido
independiente, elige sus propios representantes y no de los capitalistas”
Y
concluye que “El sufragio universal es, de esta suerte, el índice de la madurez
de la clase obrera. No puede llegar ni llegará nunca a más en el Estado actual,
pero esto es suficiente. El día en que el termómetro del sufragio universal
marque para los trabajadores el punto de ebullición, ellos sabrán, lo mismo que
los capitalistas, qué deben hacer”
Esto
es lo que diferencia la izquierda liberal, la izquierda
democrática, que participa en elecciones para ser gobierno “democrático” o
para apoyar al “mal menor”, y el socialismo marxista que
participa en elecciones para que el termómetro del sufragio universal “marque
el punto de ebullición”
JCM tuvo posición definida ante el sufragio
universal. En Temas de Nuestra América siguió atentamente el
proceso electoral en EUA, la lucha eleccionaria en México, Nicaragua Uruguay,
Argentina, Chile, Colombia. Señaló que “El perfecto hombre de Estado (Hoover)
en un imperio de trust y monopolios es, sin duda, el perfecto hombre de
negocios” (10.11.28) En Nicaragua, “La elección de un conservador habría tenido
el aspecto de una imposición o un escamoteo electorales. Pero estas ventajas de
la solución liberal no se habrían mostrado tan claramente si Sandino no hubiese
mantenido impertérrito, su actitud rebelde. La presidencia de un liberal tiene
la función de reducir al mínimo los estímulos capaces de alimentar la hoguera
sandinista” (19.11.28) En Uruguay “En las últimas elecciones, ha tenido un
candidato comunista a la presidencia. Un hecho que señala el lugar del Uruguay
en la historia del sufragio” (01.01.27) En Argentina, “concurrirán además a las
elecciones, con candidatura propia, el Partido Socialista y el Partido
Comunista. Pero, la concurrencia de ambos, sólo tiene por objeto afirmar la
autonomía ante los dos bloques burgueses” Y que “El comunismo, conforme a su
práctica mundial, asistirá a las elecciones con meros fines de agitación y
propaganda clasistas” (11.02.28)
Así,
agitación y propaganda clasistas y termómetro del sufragio van de la mano.
5.-
SOCIALISMO PERUANO E IZQUIERDA
Cuando
surgió el Socialismo Peruano, primero fijó posición ante el aparato
burocrático-militar del Estado de la clase dominante, en la revista Nuestra
Época (1918)
En
el desarrollo de la teoría, JCM parte de que “el Estado demo-liberal es el
órgano de la clase capitalista” (II-27) Explica que “El gamonalismo no está
representado sólo por los gamonales propiamente dichos”, que “El factor central
del fenómeno es la hegemonía de la gran propiedad semifeudal en la política y
el mecanismo del Estado” y que “Por consiguiente, es sobre este factor sobre el
que se debe actuar si se quiere atacar de raíz un mal del cual algunos se
empeñan en no contemplar sino las expresiones episódicas o subsidiarias” (X-27)
Respecto
al nuevo Estado, señala que “El ‘ayllu’, célula del Estado incaico,
sobreviviente hasta ahora, a pesar de los ataques de la feudalidad y del
gamonalismo, acusa aún vitalidad bastante para convertirse, gradualmente, en la
célula de un Estado socialista moderno” (01.07.27)
Sobre
esta base teórica, JCM señala que “El pensamiento revolucionario, y aun el
reformista, no puede ser ya liberal sino socialista” y que “éste es un instante
de nuestra historia en que no es posible ser efectivamente nacionalista y
revolucionario sin ser socialista” (X-27)
Por
eso, en su Punto de Vista Anti-Imperialista, ante la posición
pequeño-burguesa de que “Somos de izquierda (o socialistas) porque somos anti-imperialistas”
contesta que “somos anti-imperialistas porque somos marxistas, porque somos
revolucionarios, porque oponemos al capitalismo el socialismo como sistema
antagónico llamado a sucederlo” (V-29) Es muy evidente, pues, el deslinde entre izquierda (democrática)
y socialismo (marxista) Y esto fue posible porque ya antes había
deslindado los campos entre oposición protestataria y oposición contestataria,
declarando que “La vida de las clásicas ‘oposiciones’ criollas era sólo una
serie de dramáticas protestas” y que “donde antes se ponía declamación, hay que
poner ahora pensamiento” (XII-27)
Siguiendo
la táctica del Manifiesto Comunista, JCM apoya la organización de
los empleados, pues “La defensa de la Ley (del Empleado), acechada por el
despierto interés capitalista, tiene, sobre todo, el valor de un impulso a la
acción” (21.10.27) Y defiende el futuro del movimiento
desenmascarando a un sedicente Partido Laborista: “El partido laborista
denuncia como perniciosas, disolventes y diabólicas las ideas revolucionarias.
Pero se imagina suprimir los conflictos entre el capital y el trabajo con
patriarcales y razonables, aunque asmáticos, consejos a obreros y patrones.
Algunos manifiestos redactados en estilo de recurso o petición a alguno de los
poderes públicos, bastan para resolver alegremente la cuestión social”
(08.12.28) Por eso declara tajantemente que “Condenamos como oportunista toda
política que plantee la renuncia momentánea del proletariado a su independencia
de programa y acción, la que en todo momento debe mantener íntegramente”
(III-30)
Después
de que JCM nació a la inmortalidad (16.04.30), una disidencia del Socialismo
Peruano llamó a formar soviets y enarboló “el derecho de las naciones
quechua y aymara a la autodeterminación” Otra disidencia pasó a servir en la
“Oficina Obrera de la Casa Política” del candidato de la oligarquía, llamando
incluso a constituir un nuevo partido para servirle mejor. La Obra de JCM salió
de circulación, y por lustros poco o nada se supo de ella, por obra y gracia de
la reacción externa y de los detractores internos.
La
IIG-SP tuvo que enfrentar a su turno la desviación del FLN al electorerismo, y
el brote insurgente juvenil del ELN. Y la IIIG-SP también tuvo que enfrentar a
su turno el electorerismo de IU y el “terror excitante” de Sendero Luminoso. En
uno u otro caso, la táctica del Manifiesto Comunista, la táctica
del Socialismo Peruano fue echada por la borda. Es una amarga
experiencia de no olvidar jamás. Experiencia “pagada con sangre”
Por
eso, saber diferenciar lo que es izquierda democrática de lo
que es socialismo marxista y restablecer la táctica del Manifiesto
Comunista, es la tarea más apremiante ahora, tanto a nivel nacional como
internacional.
-.o0o.-
Nota.- Hace cinco
años, socialismoperanoamauta.blogspot.com tuvo
la gentileza de difundir cinco artículos (2, 9, 15, 23, 30 de marzo 2009), que
ahora se presentan reunidos y con el título general de Socialismo
Humanista Peruano.
En
este lapso han ocurrido elecciones primarias (municipales) y presidenciales. En
éstas un candidato presentó su programa Gran Transformación, pero
al ser elegido lo cambió de inmediato por la Hoja de Ruta del
sistema dominante. En las recientes elecciones salió elegido en la capital, y
por incuestionable mayoría, un candidato que “roba pero hace obras” Así está la
deleznable realidad del proceso electoral peruano a todo nivel, que muestra a
las claras cómo, por qué y para qué es un medio de engaño. Este engaño ha
llegado a su tope, porque igualmente han llegado a su tope tanto la izquierda
protestataria como el nacionalismo étnico, ambos simples marionetas del sistema
dominante. El despreciable proceso electoral reciente lo señala claramente.
Esta
realidad presenta un vacío que debe ser llenado. Es decir, se le abren las
puertas de par en par al Socialismo Peruano y sus Nuevas
Oleadas de Activistas para actuar con dignidad y firmeza en el
panorama político nacional, convirtiendo el proceso electoral en instrumento
de emancipación. Para ello debe tener organización propia.
La
izquierda, el nacionalismo, el socialismo tienen variados nombres. Pero el
socialismo marxista es socialismo humanista por excelencia, la
quinta esencia de la Humanidad toda. Por eso, para distinguirlo de los demás,
su nombre preciso debe ser Socialismo Humanista.
Y
el nuestro debe ser Socialismo Humanista Peruano.
Por
eso, en esta nueva lucha final, ¡Agrupémonos todos!
Ragarro
04.11.14
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