CARTA DE DAVID AGUINAGA A
MIGUEL ARAGÓN
Acerca de los resultados
de las elecciones municipales del 5 de octubre
Amigo Miguel Aragón, lamento mucho haber
tenido un conjunto de dificultades que me impidieron revisar mi correo
electrónico por varios días, por lo cual no he podido enterarme sino hasta este
momento de tu amable invitación (al Encuentro Vecinal realizado en Barranco el 13 de
diciembre). Recibe tú también mis saludos y las disculpas del caso.
Conozco del esfuerzo de balance de las
elecciones municipales y regionales de octubre próximo pasado que estás
desarrollando con un conjunto de compañeros participantes de determinados foros
virtuales, buscando sustentarlo en el contexto de desarrollo capitalista del
país y la consiguiente evolución de sus clases sociales y la lucha entre éstas,
de la manera más concreta posible. Más allá de mi sugerencia, ya antes
alcanzada, de que estas importantes opiniones no se limiten ni se encierren en
ámbito de los foros señalados, debiendo salir a un más "amplio mundo",
valoro tal esfuerzo, porque solo ubicando aquel evento político en su real
contexto económico social clasista y en su respectivo proceso histórico, podrá
ser comprendido científica y revolucionariamente.
En lo que a Voz Socialista respecta,
ciertamente, hemos participado de manera muy activa en la confluencia
encabezada por Susana Villarán (habiendo contado con una regidora de nuestro
movimiento en el Concejo de la MML, hasta antes de la revocatoria, y dos
candidatos a regidores en las últimas elecciones para la MML) impulsando
unitaria y lealmente la más amplia coalición posible de fuerzas sociales y
políticas democráticas en defensa y desarrollo del gobierno municipal
progresista de SV, para la lucha por las reformas que Lima necesita, en combate
a las fuerzas más reaccionarias y conservadoras; siendo ésta una importante
forma concreta de acumulación de fuerzas en Lima, que varias organizaciones de
izquierda no comprendieron y desdeñaron. Pero, al mismo tiempo, siempre
planteamos al interior de dicha Confluencia nuestras opiniones y discrepancias
sobre el enfoque y la práctica de la conducción municipal, así como respecto a
la política específica de alianzas, la confección de la lista de candidatos y
en general sobre la dirección de la campaña (unidad y lucha). Estas opiniones
-extraídas de las vivencias cotidianas desde dentro y fuera de la coalición que
encabezó SV- están esbozadas en los comunicados que publicamos antes del
05-10-14, desarrollándolas en el folleto que hemos editado luego de estos
comicios ("La derrota del 5 de octubre en Lima y sus enseñanzas",
cuyo contenido adjunto) donde ahondamos la comprensión de las causas de este
evidente revés político electoral, contrario al pueblo, la izquierda y todas
las mujeres y hombres de progreso, no solo en Lima sino en casi todo el país.
La segunda vuelta de las elecciones regionales se ha encargado de corroborar y
aclarar aún más este hecho político, realidad en la cual, los resultados de
Cajamarca aparecen como una excepción frente a la corrida hacia la derecha de
la mayoría de electores peruanos (llamémosle así por ahora).
Por cierto que los factores de esa derrota
son varios, pero hay uno que por ahora necesita ser resaltado, subrayado, acentuado:
la existencia y desarrollo de una nueva capa de la clase de la burguesía en el
Perú, que la mayoría de dirigentes, líderes e intelectuales de la izquierda no
quieren o no pueden ver, a pesar de la evidencia de su ya no muy reciente
presencia, e incluso, a pesar que durante muchos años han venido ponderado las virtudes
de los medianos, pequeños y micro empresarios. Me refiero a la nueva
burguesía emergente, que a diferencia de la gran burguesía tradicional,
de origen social terrateniente aristocrático y étnicamente criolla, de
ascendencia racial y cultural europea, es más bien mayoritariamente de origen
campesino, en lo clasista, e indo-mestiza, en lo étnico y racial. Esta
burguesía está muy extendida por todo el país, tanto en las ciudades y
como en el campo y también, por supuesto, en Lima, con muchos vínculos
históricos, culturales y “de color” con el pueblo (paisanos, familiares,
vecinos, discípulos, condiscípulos) otorgándole con ello un mayor sustento
social al capitalismo en el Perú; a pesar que agudiza también las
contradicciones en el seno de la burguesía peruana entre estas dos burguesías
de tan distinto origen étnico histórico (“de arriba” y “de abajo”).
Pero, además, esta burguesía emergente, de su
avance en el plano económico hace varios lustros que viene también transitando
al plano político, habiendo ya conquistado el comando político no solo del
gobierno de universidades, municipalidades distritales y provinciales y de las
propias regiones sino incluso del Congreso y el propio Ejecutivo nacional, como
lo fue durante el gobierno de Fujimori, Toledo y hoy de Ollanta Humala;
constatando, además, la evolución de esta burguesía emergente, que de
mayoritaria fuerza política en cierto sentido progresista dentro del
sistema, muchos de sus contingentes cada vez dan mayores muestras de
conservadurismo y reaccionarismo, no queriendo saber nada con las izquierdas y
menos con el socialismo, tratando al proletariado y el pueblo como una fuerza a
exprimir al máximo y sin ningún derecho social, para enriquecerse a su costa.
Utilizan muy bien para ello las super explotadoras medidas laborales del
neoliberalismo, lo que se torna peor aún dentro de la denominada informalidad
(que la ley laboral de explotación juvenil no ha hecho sino formalizar y
consagrar); habiendo llegado algunos de los contingentes burgueses emergentes
hasta a fascistizarse, como sucedió durante el fujimorato, en las condiciones
de la guerra interna.
No son, pues, los partidos nacionales
tradicionales de la gran burguesía criolla los que han triunfado en las
elecciones municipales ni regionales de este año. Ni siquiera los partidos
nacionales emergentes, como el toledismo, el nacionalismo ni el propio
fujimorismo (que peligrosamente si ha avanzado algo al respecto) Los verdaderos
ganadores han sido los movimientos políticos regionales de la burguesía
emergente, ex campesina. Pero su avance no solo ha sido en provincias sino en
la propia Lima capital, ya que, si bien Solidaridad de Castañeda ha recibido un
fuerte apoyo económico y mediático de la gran burguesía y de sus partidos
tradicionales, la fuerza social decisiva para su triunfo en Lima se basó en la
burguesía emergente del transporte, de “La Parada” y el comercio en general y
de tantos otros rubros; quienes, en las condiciones políticas creadas,
incluyendo los errores de la gestión de SV, supieron ganarse a amplios sectores
del pueblo a su causa.
Por todo ello, considero que resulta
subjetivista e ilusorio decir que es el pueblo quien ganó en las provincias y
que solo en Lima habría triunfado la gran burguesía. Con mayor objetividad y
valentía debemos saber reconocer esta adversidad política del presente para
poder tomar y aplicar, con serenidad y constancia, las correspondientes medidas
programáticas, estratégicas y tácticas.
Expresándote mis deseos de un mejor año para
ti, tu familia y todo el pueblo peruano me despido con un fuerte abrazo.
21-12-14
David Aguinaga Carrión.
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