Escribe: Milciades Ruiz
En
la fisiología universal cada realidad tiene siempre dos lados
contrarios. Positivo y negativo, bien y mal, vida y muerte, son pares de
una misma unidad indisoluble. Pero por lo general nos orientamos
considerando solo un lado y nuestro juicio es incompleto o parcial,
razón por la cual podemos cometer errores de apreciación o falacias. El
reciente caso de espionaje chileno nos puede servir de ejemplo.
Se
nos ha alimentado siempre el odio hacia Chile a partir de la invasión y
sometimiento del Perú mediante una guerra en la que perdimos dignidad,
territorio y más. El revanchismo perdura porque lo fomentamos y mientras
esto no desaparezca la desconfianza del otro lado tampoco lo hará
porque, ambos sentimientos forman una sola unidad. Esto no sucede a
nivel de los pueblos del llano, donde peruanos y chilenos suelen darse
la mano sin malicias. Ambos fueron ajenos a la Guerra del Pacífico pero
expían culpas ajenas.
Yendo contra
la corriente en esta fomentada rivalidad podríamos preguntarnos: ¿A
quién conviene la tensión peruano chilena? ¿Quiénes lucran, quienes se
benefician de esta odiosidad? ¿Qué nos ha traído la explotación política
de esta rivalidad?
Si muchos
peruanos han migrado a Chile, ¿la culpa es de este país o del nuestro?
Si Chile está copando nuestro territorio comercial haciendo que nuestro
dinero fluya hacia allá, ¿la culpa es de ellos o de nosotros? Si los
capitales chilenos compran territorio agrícola que les ofrecemos en los
proyectos de irrigación financiados con dinero de todos los peruanos,
¿De quién es la culpa? Si los chilenos nos ganan en futbol ¿es por culpa
de ellos? Si por el deterioro moral del país resulta fácil comprar
peruanos débiles, ¿a quienes debemos culpar?
Si
no miramos el otro lado, siempre nos harán pasar gato por liebre. Igual
que nos han inculcado falsamente que la independencia del virreinato
fue la independencia del Perú, así también culpan a Chile de nuestra
derrota para ocultar la culpabilidad de la aristocracia gobernante de
aquella época.
Hasta los
campesinos saben que una planta débil es presa fácil de sus enemigos y
con mayor razón podemos decir de un Estado débil. La aristocracia
virreinal que siguió gobernando en la república no tenía ningún interés
en hacer del Perú un Estado fuerte, pues no era el país de sus ancestros
y más que patriotismo era el lucro su mayor preocupación. Los peruanos
ancestrales alejados de las decisiones gubernamentales solo fueron
utilizados como carne de cañón, llevados a la fuerza a combatir sin
saber las razones del conflicto.
Esa
aristocracia virreinal nunca había luchado por la independencia del
virreinato. Solo se sentó a la mesa ya servida y se hizo republicana.
Fue la expedición libertadora financiada por los patriotas chilenos a
costa de sacrificios financieros la que hizo el trabajo que fue
culminado por otros extranjeros venidos del norte de Sudamérica.
Posteriormente,
esta misma aristocracia gobernante fue la que pidió ayuda a Chile para
sacudirse de la Confederación Peru-boliviana. Las tropas chilenas
tuvieron que venir a combatir hasta derrotar a las fuerzas de Santa Cruz
en la batalla de Yungay en coalición con tropas peruanas. El Perú fue
restaurado gracias a la ayuda de Chile. A pesar de ello, la aristocracia
gobernante siguió en la desidia.
Decir
todo esto puede provocar iras adversas y muchos preferirán no saber la
verdad pero a veces las peleas entre hermanos suceden por intereses de
terceros. Los chilenos sabían todas las debilidades de los gobernantes
peruanos y sabían combatir en territorio peruano. También lo sabían
intereses ingleses que apetecían las riquezas naturales en los
territorios que perdimos y fueron los financiadores de la guerra. Esto es lo que también hay que mirar. (En la guerra por las Malvinas Chile fue utilizado por Inglaterra contra Argentina).
No
fue el pueblo peruano el que perdió la guerra con Chile sino la
aristocracia gobernante que finalmente se lavó las manos dejándonos con
una herida que no cierra porque pagamos culpas ajenas. Es a ella a la
que debemos señalar como la culpable de la derrota ante Chile. Ella nos
sembró el odio hacia Chile para ocultar su cobardía.
Por
eso, ver desde el lado oscuro puede ser desagradable pero quizá nos
ayude a tener una visión más equilibrada. En las condiciones de
inmoralidad en que se debate nuestro país, el riesgo de traición es
mayor. La corrupción está por todos lados. Todo está podrido y no hay
que buscar la culpabilidad afuera. Está entre nosotros.
No
esperemos que al Perú le pase lo mismo que a Sodoma. La "clase
política" no será la que ponga el pecho para salvar a la patria. Si ella
sigue gobernando nuestra desgracia continuará. Hay que cambiar el
régimen electoral que la protege y establecer normas equitativas para
una nueva democracia. Es hora de decir basta y curar la patria
eliminando los parásitos que la agobian. Hay que limpiar todo antes que
la basura acabe con nosotros.
Febrero 2015
Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
Qué valiente comentario!
ResponderEliminarUna mirada interesante de la historia de ese país.
La historia la hacen los intereses y la gente vive al vaivén de las consecuencias que de ello derive.
Hoy, intereses politicos quieren hacer historia.
Ven en el conflicto un medio para lograr objetivos de poder sabiendo que con ello generan el odio entre los pueblos, que sólo quieren vivir en paz e integrados.
Perú, una tierra maravillosa, de gente amable. Y de una cultura histórica digna de admiración.
Atte. Hernán
Qué valiente comentario!
ResponderEliminarUna mirada interesante de la historia de ese país.
La historia la hacen los intereses y la gente vive al vaivén de las consecuencias que de ello derive.
Hoy, intereses politicos quieren hacer historia.
Ven en el conflicto un medio para lograr objetivos de poder sabiendo que con ello generan el odio entre los pueblos, que sólo quieren vivir en paz e integrados.
Perú, una tierra maravillosa, de gente amable. Y de una cultura histórica digna de admiración.
Atte. Hernán