Sede del
ayuntamiento purépecha de Cherán, cuyos habitantes declararon su autonomía hace
cuatro años y actualmente impiden la entrada de candidatos o actos partidistas Foto
Arturo Campos Cedillo
En 2011 los pobladores de este municipio purépecha
decidieron regirse por sus formas tradicionales, hartos del saqueo forestal y
la violencia.
Periódico
La Jornada
Lunes 20 de abril de 2015, p. 29
Lunes 20 de abril de 2015, p. 29
Cherán, Mich.
Este municipio indígena que corona la meseta
purépecha, en el centro de Michoacán, celebró ayer sus primeros cuatro años de
autogobierno y sin partidos políticos, con el gusto de echar de su territorio
el viernes pasado a la candidata a diputada por el distrito 7, Rosa María
Molina Rojas, de la coalición entre los partidos Revolucionario Institucional
(PRI) y Verde Ecologista de México (PVEM).
Ese día la candidata intentó pasar por aquí y la
detuvimos; le dijimos que si no se retiraba la íbamos a meter a la cárcel
porque estaba violentando nuestra tranquilidad. Fue escoltada a los límites del
municipio, luego nos llamaron del Congreso del estado y les contestamos que
existe un acuerdo para respetar nuestros usos y costumbres, recordó Trinidad
Ramírez, integrante del consejo de mayores que forma parte del autogobierno.
El municipio, de unos 18 mil habitantes y 27 mil
hectáreas, es el más grande entre las comunidades purépechas y se encuentra en
la parte alta de una meseta llena de imponentes bosques de encino, que han sido
a lo largo de la historia su riqueza y su calamidad, hasta que en 2011 el
saqueo forestal y la violencia hicieron que sus pobladores decidieran regirse
por sus formas tradicionales.
Hoy no sólo se impide la presencia de candidatos y
partidos políticos, sino que los purépechas produjeron mediante autogestión en
el año reciente un millón 600 mil plantas para reforestar sus bosques talados.
En cuatro años rebasaron las 3 mil 500 hectáreas con nuevos árboles plantados.
En Cherán hay proyectos comunales para todo; además
del vivero, construyeron una ladrillera para explotar sus minas de arena; un
aserradero, una carpintería y una resinera, todo con ganancias administradas
por la comunidad. Además, tienen un enorme captador de aguas pluviales que
según Ramírez es de los más grandes del país.
La administración municipal se rige a través de
consejos formales que hacen enlaces con los gobiernos estatal y federal; además
cuentan con una policía o ronda comunitaria que impide el paso a los malos, y
garantiza una estancia sin problemas de seguridad a los visitantes en general.
No hay avances en justicia
Hemos logrado muchas cosas en estos cuatro años,
pero no hemos avanzado en que nos hagan justicia. Tenemos cinco desaparecidos y
18 muertos desde que comenzó el movimiento, pero no hay un solo detenido,
mientras los huérfanos y las viudas siguen esperando que termine la impunidad,
reprochó Ramírez.
El pueblo comenzó el 15 de abril de 2011 el proceso
autogestivo del que hoy se siente orgulloso, cuando, al repique de las campanas
del templo local y organizados principalmente por mujeres, grupos indígenas
reclamaron a talamontes la deforestación que causaban incluso en zonas de
importancia vital para el pueblo, como La Cofradía, donde está el manantial más
importante del municipio.
En 2007 había regresado al gobierno el PRI (el
alcalde era Roberto Chapina), que invirtió mucho dinero para terminar con 18
años de gobiernos del PRD. Y en cuanto llegaron comenzaron a pagar su campaña
con nuestros bosques; calculamos que fueron casi 10 mil hectáreas de saqueo total,
acotó Ramírez.
Quienes intentaron defender el bosque fueron
asesinados, incluido un anciano que vivía de la recolección de leña y hongos,
quien fue a reclamar a los talamontes el despojo que realizaban y fue agredido
en presencia de sus nietos.
Ante la violencia, amenazas y extorsiones, las
mujeres de Cherán impidieron el paso de camiones cargados con madera talada
ilegalmente. Posteriormente la comunidad incendió los vehículos y detuvo a
cinco taladores furtivos.
Entre las 8 y 9 de la mañana intentaron rescatar a
los talamontes; venían sicarios fuertemente armados, guiados por la policía
municipal de Cherán. La Divina Providencia nos ayudó, pues uno de nuestros
compañeros coheteros lanzó uno contra los sicarios y explotó, lo que los hizo
huir pensando que teníamos armas, aunque para entonces ya habían herido de un
disparo en la cabeza a un muchacho que todavía no ha podido sanar, dijo
Ramírez.
Ningún candidato nos apoyó
Esa noche, el pueblo se organizó por barrios, alzó
barricadas y fogatas en las bocacalles para impedir el posible regreso de los
grupos armados, y elaboró un pliego petitorio que ha sido la base hasta ahora:
seguridad, justicia y ronda comunitaria.
“Ese día dijimos ‘en Cherán ni un partido más’,
porque sabíamos del daño que nos habían hecho y porque ningún carajo partido
vino a preguntarnos qué carajos teníamos y queríamos”, agregó el consejero
comunal.
Los sicarios no regresaron, pero el gobierno sí
envió un funcionario estatal al día siguiente, quien regresó por el mismo
camino al no tener soluciones que ofrecer. Dos días después los comuneros
fueron a Morelia para reunirse con el gobernador Leonel Godoy, quien no los
recibió porque tenía programada la inauguración de una escuela.
No teníamos ni una semana de haber impedido el paso
a los talamontes cuando emboscaron a dos comuneros, lo que todavía enojó más a
la comunidad que refrendó que no se permitiría más el paso a quienes no
vinieran a apoyarnos. Mientras, nos costaron todas las comunicaciones, no se
podían hacer llamadas, recibir señal de televisión o Internet, agregó.
El pueblo se manifestó en Morelia e inició una
batalla legal hasta que el Tribunal Electoral federal les dio la razón sobre su
autonomía, luego que el Instituto Electoral de Michoacán insistió en que la elección
del 13 de noviembre de 2011 debía realizarse.
Según el resolutivo federal, Cherán elegiría a su
ayuntamiento sin intervención de partidos políticos, mediante el sistema de
usos y costumbres, lo cual fue confirmado el 18 de diciembre de 2011 en una
consulta popular en la que 4 mil 844 votaron a favor y sólo siete en contra.
Así, desde el 5 de febrero de 2012, con el
reconocimiento del Congreso michoacano, Cherán tuvo su concejo municipal electo
en asambleas comunitarias, éxito administrativo visible en las calles del
pueblo donde cuadrillas mantienen la limpieza de las calles, el buen
funcionamiento de la infraestructura municipal y los bienes comunitarios.
Hoy el pueblo parece cualquier otro, salvo por el
trabajo comunitario, por las 189 fogatas que cada noche funcionan para impedir
el paso de los malos, y como una especie de ágora donde comienza la
deliberación democrática que pronto desembocará en el nombramiento de las
nuevas autoridades a la usanza tradicional.
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