Dr. Hugo SALINAS
El 22 de mayo 2015, en los locales del Senado de la República de Francia,
se llevará a cabo un Coloquio sobre “¡Conga no va! Derechos ambientales y
humanos en Perú, qué perspectivas, qué solidaridades.”
Con este motivo nos preguntamos: para el estado en que vive la población
del Perú, ¿es suficiente una lucha ambientalista, que ya tiene un pasivo de decenas
de muertos y centenas de heridos; o es sólo un desvío a la lucha por la
solución de los principales problemas de la población, tales como pobreza,
desempleo, salarios de miseria y formas de trabajar atrasadas de miles de años?
Pero, ¿se puede ignorar los pasivos ambientales de la explotación minera,
gasífera y petrolera? O, ¿seríamos capaces de ignorar la depredación de los
recursos naturales? Habría que ser un individualista extremo que piensa sólo en
su bienestar personal, o un empresario que solamente piensa en la rentabilidad
de su capital, para ignorar tal situación.
La lucha ambientalista es incuestionable. Pero quien creyera, planteado
solamente así, es el árbol que esconde el bosque. Es una manera elegante de
desviar la atención sobre los principales problemas como el de la pobreza,
desempleo, marginación y atraso milenario en las formas de trabajar. Por un
instante supongamos que todos los problemas ambientales han sido resueltos.
¿Habremos resuelto también los salarios de miseria, el desempleo, la
corrupción, que son el aliciente para que estos destructores del medio ambiente
se instalen en nuestros predios?
Y lo más importante es que, cuando uno se da el trabajo de analizar la
causa de la pobreza, del desempleo y del atraso, es la misma que ocasiona los
estragos en el medio ambiente, en la depredación de la naturaleza y en la
aniquilación de la agricultura. Veamos.
La dicotomía pobreza/riqueza nace hace unos diez mil años, cuando la
propiedad individualista se impone sobre la propiedad colectiva. El resultado
inmediato es que la totalidad del resultado de la actividad económica es
apropiada por el nuevo dueño de la tierra cultivable. Esto da nacimiento a la
Repartición Individualista del resultado de la actividad económica. Un tipo de
repartición que sustituye a la Repartición más o menos Igualitaria entre todos
los habitantes de la comunidad, hasta ese momento existente.
Algo más, ha sido necesario una evolución en las formas de trabajar para
que aparezca el desempleo, como un nuevo fenómeno social nunca antes existente.
La agricultura primitiva es remplazada por la industria, la que alcanza su
punto culminante en la revolución industrial del siglo XVIII. Pero, como lo
veremos luego, el desempleo no es el resultado de la instalación de una nueva
forma de trabajar, sino que esta nueva forma de trabajar facilita que la
Repartición Individualista genere desempleo.
El desempleo no es malo en sí. Lo perverso es que un desempleado, en una
economía a Repartición Individualista, ya no dispondrá de los recursos
financieros para sufragar los gastos que le permita supervivir. Dicho de otra
manera, el desempleado en una economía a Repartición Individualista está destinado
a morir de hambre.
Esta nueva forma de trabajar, la industria, tiene como elemento esencial
ya no a la tierra cultivable sino a las máquinas, Cada una de ellas es la pieza
central de una fábrica que se constituye en una empresa, autónoma, independiente
de las otras empresas y del resto de la sociedad. Es así cómo, la eficiencia
empresarial exige solamente contratar el número exacto de trabajadores
necesarios para su nivel de producción en función de la demanda del mercado. Es
la condición formal para la aparición del desempleo.
Y el desempleo sin recursos financieros se convierte en una realidad como
consecuencia de los efectos perversos de la Repartición Individualista. Este
tipo de repartición permite que la totalidad del resultado de la actividad económica
sea apropiada por el dueño del capital. Una vez pagado el salario de los
trabajadores de su fábrica, le corresponde al dueño del capital, y sólo a él,
decidir qué hacer con las utilidades generadas en la actividad económica.
Esta situación se agrava con un nuevo mecanismo de extorsión que aparece
en una economía industrial a Repartición Individualista. Se trata de la
Configuración Mundial, un mecanismo que permite absorber la casi totalidad del
valor agregado por todos los pueblos del mundo. Todo ello se concentra en unas
pocas empresas multinacionales, pero cada una de ellas de talla
gigantesca.
Son estas grandes multinacionales, a comportamiento individualista, que
se dedican a la extracción de recursos naturales en los pueblos cuyos salarios
son bajos, los políticos y los gobernantes corruptos, y enfrentan a una
población fácil de manipular. Son estas empresas multinacionales que no tienen
ningún reparo en destruir el medio ambiente y depredar los recursos naturales,
si ello les permite aumentar el volumen de sus utilidades.
Entonces, realizar solamente una defensa del medio ambiente, sin tomar
en consideración la totalidad del problema, es simplemente hacer el juego a los
intereses de quienes, de una u otra forma, se apropian la casi totalidad del valor
agregado por todos los pueblos, depredan los recursos naturales y destruyen el
medio ambiente.
De ahí que, la lucha ambientalista no es suficiente. Es necesario
abordar el problema en su integralidad. Y ello pasa por instalar un nuevo
modelo socio-económico que substituya la propiedad colectiva a la propiedad
individualista, y la Repartición Igualitaria a la Repartición Individualista,
como los elementos hegemónicos de una nueva actividad socio-económica.
Este nuevo modelo que se desarrollará dentro de una economía de mercado,
deberá tener como unidad fundamental a la empresa-país: una empresa a propiedad
colectiva y Repartición Igualitaria del total de sus utilidades, entre todos
los habitantes del país. Una empresa financiada por el país a través de la
emisión monetaria, independiente del gobierno central, y que podemos ponerla en
práctica desde ahora.
Es hora de pasar de la lucha defensiva, ambientalista, reivindicativa, y
de aumentos de salarios, hacia una otra de transformación. Dejemos atrás
nuestra mentalidad y comportamiento de esclavo-siervo-pongo. Es hora de
ponernos a crear, desde ahora, el mundo que queremos.
Lima, sjl, 11 de mayo del 2015
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