Traducido por Stacco Troncoso, editado por María Rodríguez
El fundador
de la Fundación P2P, Michel
Bauwens, ha grabado cuatro vídeos cortos en los que explica el pionero
proyecto de investigación “FLOK
Society“, desarrollado en Ecuador. FLOK significa “Free, Libre, Open
Knowledge” (Conocimiento Libre y Abierto) y FLOK Society es un proyecto
financiado por el gobierno de Ecuador para conceptualizar una transición
estratégica del país hacia una economía post-capitalista funcional basada en el
conocimiento. Como director de investigación del proyecto, Michel está
investigando junto a su equipo, los retos prácticos de convertir la producción
entre pares orientada al procomún en una realidad factible y generalizada en el
contexto de la política y la legislación nacional.
Los cuatro
vídeos –con una duración de entre cuatro y seis minutos cada uno– son un modelo
de concisión. A continuación, resumiré el contenido de cada uno lo que espero
os anime a verlos todos (podéis acceder a ellos a través de los enlaces
insertados en los títulos).
Primera parte: FLOK Society
Bauwens
destaca la importancia de que esta sea “la primera vez en la historia de la
humanidad en la que un estado-nación solicita una propuesta de transición hacia
una economía P2P”. Nos anima a ser conscientes de que “por cada actividad
humana, existe un procomún de conocimiento que puede ser accesible a cada
ciudadano, empresa, y funcionario público”. Este sistema de información abierta
y compartible tiene poco que ver con el paradigma del conocimiento privativo,
sólo accesible para quien se pueda permitir pagar el precio de la información
registrada y patentada. El nuevo sistema podría adaptarse a la educación, a la
ciencia, a la investigación médica y al entorno cívico, entre otros ámbitos.
El proyecto FLOK Society trabaja activamente en la búsqueda de lo que
denomina “mecanismos de alimentación” que facilitan y empoderan la producción
entre pares orientada al procomún. En lo que a educación abierta se refiere,
los libros de texto y los recursos educativos abiertos ayudarían a las personas
a introducirse en este sistema alternativo. Aun así, existen una serie de
condicionantes materiales e inmateriales a tener en cuenta.
El hardware
propietario es un ejemplo de condicionante material. Si los sistemas
propietarios existentes fueran reemplazados por sistemas abiertos, cada usuario
se gastaría una octava parte de lo que paga de media hoy en día. Dicho de otro
modo, la cantidad de estudiantes que hoy pueden participar en la creación y
divulgación de conocimiento, sería ocho veces mayor, explica Bauwens, algo que,
ya de por sí, aportaría tremendos beneficios. En cuanto a los “condicionantes
inmateriales” estaríamos hablando de la necesidad de innovaciones como la
“certificación abierta” para reconocer las habilidades de aquellos que se
forman en la periferia de las instituciones educativas tradicionales, como es
el caso de las comunidades de hackers.
Segunda parte: Conocimiento tradicional
La
protección de los beneficios que surgen de un conocimiento compartido suscita
una serie de retos específicos para las sociedades tradicionales. Estas
comunidades han compartido su conocimiento internamente durante generaciones
pero, en las últimas décadas, las corporaciones multinacionales se han
apropiado de este conocimiento, evadiendo cualquier tipo de compensación, para
producir semillas patentadas y otros productos propietarios. No es de extrañar
pues que las comunidades tradicionales e indígenas se muestren escépticas ante
la idea de una “economía colaborativa”. La llevan practicando desde tiempos
inmemoriales y su puesta en práctica presenta tremendas vulnerabilidades ante
los fraudes de los agentes del mercado (“bio -piratería”).
Como solución,
Bauwens propone que las comunidades adopten “licencias basadas en la
reciprocidad” para crear “entidades de mercado éticas” dedicadas al bienestar
de la propia comunidad y bajo sus propias condiciones. “La licencia de
producción entre pares”, dice Bauwens “es un tipo de licencia que sólo permite
a cooperativas, entidades sin ánimo de lucro, y agentes relacionados con el
procomún, el acceso y la utilización del material licenciado”. Estas licencias
prohibirían la capitalización del procomún por parte de entidades comerciales
sin una reciprocidad explícita.
Tercera parte: Sistemas de creación de valor
Bauwens
describe distintos tipos de “sistemas de creación de valor” para producir y
distribuir riqueza. El modelo dominante de nuestra época es el que Bauwens
llama el “capitalismo cognitivo”, en el que se obtienen plusvalías de una
propiedad intelectual controlada por grandes empresas que venden sus productos
con grandes márgenes de beneficio. Sólo una quinta parte de la capitalización
de las grandes empresas consiste en valores materiales identificables, el resto
son valores especulativos. Esto significa que hay una gran cantidad de “valor
ausente” o de dimensión intangible. Y gran parte de él, explica Bauwens,
procede claramente de la cooperación social que implica la creación de valor.
El
“capitalismo netárquico” es otro de los sistemas de creación de valor descritos
por Bauwens; se trata de la jerarquía de las redes abiertas utilizadas por
capitalistas. Facebook es el principal ejemplo. Su enorme valor en bolsa
proviene de una comunidad de usuarios cuya auto-organización y afán de
compartir crea un “capital de atención” que Facebook después vende al sector
publicitario. “Vemos un crecimiento exponencial del valor de uso generado por
los propios usuarios”, dice Bauwens, “pero su monetización es dominio exclusivo
de grandes plataformas privadas, como Facebook”.
Esto, a fin
de cuentas, supone otra vía de explotación del procomún. Tengamos en cuenta que
el crowdsourcing tiene un valor estimado de dos dólares por hora
trabajada, muy por debajo del salario mínimo de un empleo convencional. “La
gente tiene plena libertad para contribuir”, dice Bauwens, “pero los medios de
monetización no están democratizados”.
Deberíamos,
pues, empezar a construir una alternativa caracterizada por “una economía
cívica P2P en la que el valor retorna a los creadores del mismo”. Tenemos que
desarrollar nuevos tipos de entidades éticas de mercado capaces de producir una
“acumulación cooperativa” en lugar de una “acumulación de capital”.
Cuarta parte: Sistemas tecnológicos
Previsiblemente,
las redes P2P seguirán expandiéndose en el futuro. Aun así, surgen dudas en
torno a la cuestión de si podrán las redes del procomún disfrutar de los
beneficios de su propio trabajo, debido a que el propio diseño de la tecnología
puede afectar al beneficiario.
Bauwens
expone un
esquema con cuatro cuadrantes. El cuadrante del “capitalismo netárquico”
muestra un control centralizado sobre la arquitectura del sistema y la
privatización tanto de la información personal del usuario, como de todas las
ganancias derivadas. “Este sistema de creación de valor está inscrito en el
propio diseño de su tecnología”, apunta Bauwens.
Otro
cuadrante describe “un diseño anarco-capitalista” –capitalista pero
distribuido, no centralizado. Sin embargo, dado que aún existe una escasez
artificial a la hora de acceder a los recursos (como sería el caso de Bitcoin)
se siguen imponiendo límites artificiales sobre aquellos que pueden
beneficiarse. Si no tienes dinero, no puedes participar ni obtener un
beneficio.
“Local y
distribuido” es otro de los sistemas tecnológicos, en cuyo caso los beneficios
se comparten entre todos. Algunos ejemplos serían el compartir bicicletas,
coches, y conocimiento de manera abierta. Este es el valor del sistema
ejemplificado en los movimientos de resiliencia local y las comunidades en
transición o Transition Towns.
Este último
sistema indudablemente supone una mejora sobre las modalidades cognitivas y
netárquicas del capitalismo, pero se ve limitado por su carácter exclusivamente
local. No conecta con la dimensión global.
Para
Bauwens, el cuadrante que mejor describe un escenario futuro deseable es aquel
que combina la producción local con un procomún global para el beneficio de
todos. La idea consiste en que lo pesado (la producción física) debería ser
local, mientras que lo ligero (el diseño, el conocimiento) debería ser global.
FarmHack, Open Source Ecology y otros sistemas de diseño distribuido para
maquinaria agrícola o “hardware abierto” son buenos ejemplos.
Las
características intrínsecas a este sistema de creación de valor favorecerían
redes distribuidas de micro fábricas, en las que se podrían descargar diseños y
planos de productos para su fabricación por, aproximadamente, una octava parte
del coste de los productos patentados convencionales. Esta infraestructura
favorecería, por ejemplo, la producción local de productos tecnológicos
adecuados a granjas familiares o indígenas. Evidentemente, se trata de un
diseño de sistema tecnológico muy distinto al control centralizado y a la
inversión en patentes que corporaciones como Monsanto y Del Monte pretenden
imponer a comunidades en todo el mundo.
Conclusión
No cabe duda
de que hacer de esta visión una realidad demandará un gran esfuerzo a la hora
de elaborar estrategias realistas y establecer las estructuras políticas y
sociales para llevarlas a cabo. Pero, al desarrollar una visión coherente y
detallada que aglutina tendencias existentes con anhelos populares, FLOK
Society realiza una contribución inestimable a la visión del procomún y la
producción entre pares.
Fuente: http://www.guerrillatranslation.es/2014/05/28/flok-society-vision-de-una-economia-post-capitalista/
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