Portada de la edición griega de los 7
Ensayos. Traductor: Rigas Kappatos. 2008
Antonio
Rengifo Balarezo
regifoantonio@gmail.com
Cuando tenemos en nuestras manos los 7 Ensayos de Interpretación de la realidad Peruana (1928) o cualquiera otra obra,
ignoramos, muchas veces, la intencionalidad de su autor, sus circunstancias
cuando gestaba la obra y el contexto de la época. La presente ponencia
intentará aportar una explicación.
1.- La misión del militante:
la revolución socialista
Poco antes de regresar al Perú, Mariátegui conformó una embrionaria
célula comunista con otros peruanos en Génova y acordaron la creación de un
partido socialista revolucionario en el Perú. Con esa misión llegó al puerto del Callao el
17 de marzo de 1923; en pleno endurecimiento de la dictadura
del presidente Leguía.
La revolución socialista es un objetivo estratégico que
requiere una larga preparación y la construcción de Partido que conduzca dicha
revolución. Pero, la construcción del
Partido también requiere una preparación.
2.-Un requisito: estudiar
la realidad peruana.
A poco de su llegada el presidente
Leguía le ofrece la dirección del diario La Prensa. Aunque tiene apremios económicos, rehúsa tal
ofrecimiento. Nada ni nadie lo desvía de
la misión asumida.
Para la
construcción del Partido se necesita estudiar del proceso histórico y los
problemas de la realidad que pretende cambiar; Así se logra la justificación de la revolución
y explicitar el teatro de operaciones en el cual el Partido va a actuar.
Es decir, elaborar un diagnóstico
orientado por la lucha de clases. 7 Ensayos no fue un requerimiento de
sociólogo ni de lograr prestigio académico.
3.- El capital aportado por Mariátegui para el estudio: su conocimiento
El único capital
con que contaba Mariátegui era su conocimiento.
No tuvo bienes
patrimoniales. Cuando regreso de Europa
ocupó con su mujer y su hijo Sandro un camarote de última categoría. Al descender del barco le solicitaron que
pagara el sobre peso por la cantidad de libros que había traído. Un amigo, Sebastián Lorente, tuvo que
oportunamente auxiliarlo con el pago
En mayo de 1924
le amputaron la pierna y quedó confinado a una silla de ruedas. Su mujer no tenía dinero para pagar la
operación y sacarlo de la clínica.
Entonces sus amigos del Círculo de Periodistas organizaron una función
teatral en su beneficio.
Su casa del Jr. Washington, donde pasó los años más fecundo
de su vida, era alquilada. Algunos meses
estuvo en la condición de inquilino moroso. La mesa de su hogar era atendida por su esposa
con frugalidad en donde los ñoquis de
papas eran infaltables.
A su
precaria salud, restringidos ingresos económicos se aunaba la presión y
represión de la dictadura de Leguía y la embajada norteamericana. No tenía tiempo para convalecer de sus crisis
de salud. Tenía que trabajar escribiendo
para que su hogar sobreviva. Además,
otros menesteres también demandaban su esfuerzo. Desechó muchos proyectos que visitaban su vigilia. Sólo realizó lo que un imperativo vital le ordenó. (Las cursivas son palabras de
Mariátegui)
4.- Equipo de estudios:
formación y fracaso
Elaborar el diagnóstico de la realidad peruana no es tarea
de un solo hombre, sino de un equipo de investigadores. Los intelectuales no podían provenir del
Partido socialista por su inexistencia. Mariátegui no se queda en la idea sino
intenta formar investigadores. Para tal
fin realizó tres actividades convergentes: publicación de la revista Amauta (6/6/1925), conformación
de un Ateneo de Estudios Económicos, sociales y educacionales y funda ciónde
la Editorial, Librería e Imprenta Minerva (31/10/1925) de su hermano Julio.
La publicación de la revista Amauta no fue solo con la
intención sembrar la simiente socialista; sino propiciar la organicidad de
intelectuales y artistas. Ahí escribió sus artículos con un enfoque netamente
socialista para dar orientación a los intelectuales y, luego, trascurrido un
tiempo, seleccionar a los colaboradores de la revista con los cuales tuviera afinidad
para conformar el equipo de estudios. Mariátegui ha dicho que lo más suyo estaba en Amauta; en tal sentido y
por economía de esfuerzo, sus artículos fueron insumidos en 7 Ensayos.
La propuesta del Ateneo
está contenida en su artículo: Hacia el estudio de los problemas peruanos. Luego confeccionó un programa Para el Ateneo
con el título: Un programa de estudios
sociales y económicos. Y más aún,
propuso un método: El hecho económico en la historia peruana
En Minerva, Mariátegui
se encargó de la parte editorial. Dicha
editorial tuvo como finalidad elevar el nivel cultural y político de los
intelectuales peruanos. Propició la publicación de autores que tocaban los
problemas nacionales: Hildebrando Castro
Pozo, Antonio Encinas, Ernesto Reyna, Luis E. Valcárcel y otros. También
propició la traducción de libros europeos.
Aunque reconoce que: En la historia peruana, no se encuentra
ningún eficaz ejemplo de cooperación intelectual; tiene esperanza en la
nueva generación. Sin embargo, perdió su
apuesta. Esperó un cierto tiempo y el resultado fue que no podía compartir tesis y un método. Y no solo eso, el trabajo en
equipo es muy difícil en nuestro país, como ocurre hasta ahora.
5.- El acopio de información: limitación e ingenio
No solo tuvo obstáculos para conformar un equipo de
estudios; sino también para acopias datos.
El mismo Mariátegui señala dos limitaciones: bibliotecas desabastecidas o insuficientes
fuentes bibliográficas y falta de estadísticas
¿En dónde está el ingenio de Mariátegui para superar los
obstáculos? Don Jorge Falcón
entrevistado por el autor del presente texto nos brinda una respuesta:
.
su estudio no está en la rebusca
bibliográfica, sino en la aplicación de su ideología a la conversación con las
gentes que viven esa realidad de explotación, discriminación, etc.
Para el acopio de datos fue crucial para Mariátegui la
inauguración del III Congreso nacional indígena el 29 de agosto de 1923 en Lima. Asistieron 50 delegados indígenas de todo el
país y un temario de 13 puntos. En el
debate destacó el indio puneño Ezequiel Urviola; quien, además, fue el
traductor del quechua al castellano de los delegados monolingües. El congreso
se realizó en el local de la Federación de Estudiantes, sin embargo, no asistieron
los estudiantes.
En ese congreso se produjo su acercamiento espiritual con
Pedro Zulen, catedrático de filosofía de la universidad de San Marcos y otrora
fundador y conductor de la fenecida Asociación Pro-indígena (1909-1916). Mariátegui y Zulen fueron los únicos
espectadores a quiénes había atraído dicho evento. Luego se reunirían en la casa de Mariátegui,
Pedro Zulen y Ezequiel Urviola
En nuestro país hay una tendencia de adquirir conocimientos
informalmente, vivencialmente, vitalmente;
así era mayormente en las comunidades andinas y en la mayor parte de la
población en la época de Mariátegui y él mismo era partícipe de la concepción
andina. Precursoramente, Mariátegui
utilizó las técnicas de investigación cualitativa: entrevistas en
profundidad a personajes clave, grupos focales, etc. Tan igual como Mao en China, ante la falta de
estadísticas.
Para el acarreo de material en la elaboración de 7 Ensayos, Mariátegui estuvo exento de
prejuicios; no descartó como informantes a un hacendado o un ganadero, por el
sólo hecho de serlo; sino más bien, aprovechó las oportunidades que el mismo
las propiciaba para obtener datos. Tal
como deja constancia en sus 7 Ensayos:
un rico propietario
inteligente y experimentado que conversaba conmigo últimamente, me decía que….
(…) Un ganadero me observaba últimamente, que mientras sobre una cosecha de algodón
el crédito…
6.- La óptica
marxista para acopiar material
Mariátegui regresa de Europa pertrechado con el método
marxista para aplicarlo creativamente a la realidad peruana. En una carta a
Samuel Glusberg y en un tono autobiógráfico dice: residí
dos años en Italia en donde desposé una mujer y algunas ideas. Y en la
Advertencia a sus 7 Ensayos: He
hecho en Europa mi mejor aprendizaje.
El 10 de junio de 1927
Mariátegui desde la prisión envía una carta al diario La Prensa en la que se declara públicamente Marxista convicto y confeso.
(¡Asombroso!)
Según la
interpretación de Mariátegui el marxismo:
es un
método fundamentalmente dialéctico. Esto es, un método que se apoya íntegramente
en la realidad, en los hechos…No es como algunos erróneamente suponen, un
cuerpo de principios y de consecuencias, iguales para todos los climas
históricos y todas las latitudes sociales.
En setiembre de 1928
Mariátegui hace un deslinde ideológico con la Alianza Popular Revolucionaria de
Haya de la Torre cuando define a Amauta
como una revista socialista. Y con agudo sentido pedagógico y sembrador de
ideas, explica –en el mismo número de Amauta-
su concepción del socialismo:
No queremos,
ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia
realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano.
Para Mariátegui el método de reglas fijas y rígidas no es
método. En buena parte una investigación
es una aventura del pensamiento.
La manera de interpretar y/o cuestionar a una sociedad es
mediante el enfoque holístico y la historicidad de los procesos sociales,
otorgándole prelación al hecho económico.
No con estudios sectoriales. ahistóricos y aislados o ensimismos. El profesional, intelectual o militante tiene que sobrepasar
los límites de su especialización y desde una posición socialista
contribuir a un cambio social. El enfoque holístico o el concepto de totalidad
proviene de dos vertientes que en Mariátegui ocasiona un efecto sinérgico. La vertiente marxista y la vertiente de la
concepción andina.
Para Mariátegui: no existe la separación entre el sujeto que
conoce y el objeto por conocer. Esta
manera de proceder, es influida por la cosmovisión andina. Mariátegui asume una
posición ideológica y la explicita. La
llamada “neutralidad ética” del científico la desecha. Se compromete con el objeto de investigación. Ya en su celebérrima Advertencia a su 7 Ensayos, manifestó: no soy
un crítico imparcial y objetivo. Mis
juicios se nutren de mis ideales, de mis sentimientos, de mis pasiones.
Como producto de la digestión mariateguiana del materialismo
marxista en clave metodológica tenemos:
No vale
la idea perfecta, absoluta, abstracta, indiferente a los hechos, a la realidad
cambiante y móvil; vale la idea germinal, concreta, dialéctica, operante rica
en potencia y capaz de movimiento.
Para Mariátegui: el dato no es sino el dato. Yo no me fío demasiado del dato. Lo empleo como material. Me esfuerzo por llegar a la interpretación. El dato tiene sentido en relación con
otro datos, con el proceso en que se insertan y con el contexto social.
Además, guiados por la teoría de la lucha de clases.
7.- Redacción
La
secuencia de los ensayos de Mariátegui indica su marxisticidad. Los tres primeros ensayos son los fundamentos
o la base sobre la cual se erige la superestructura, los siguientes cuatro
ensayos. Las citas de Marx, Engels y
Lenin están casi ausentes; puesto que no era un “marxista gramatical”, como
diría el poeta César Vallejo, otro de nuestros peruanos universales.
En los escritos de Mariátegui no se hallan ningún atisbo de
egolatría. El es un escritor
declarativo, testimonial y transparente. Escribía con galanura y poseía un
pluma ágil y diestra.. Dominaba nuestro
idioma hasta tal punto que con solo 22 años de edad, le enmendó la plana a don José de la Riva Agüero
y Osma, Marqués de Monte Alegre, de Aleustia y de Casa Dávila. Reconocido intelectual erudito y futuro
presidente de la Academia Peruana de la Lengua.
Riva Agüero se asumía como la quintaescencia del lenguaje castizo y proclamaba
la inexorabilidad de las reglas gramaticales. (Recuérdese, para asombro
nuestro, que Mariátegui fue autodidacta y únicamente cursó primero de educación
primaria).
Para Mariátegui eran inadmisibles las palabras solemnes
y la retórica. Así lo ha manifestado con ocasión de la publicación de la
revista Amauta:
La verbosidad, enfermedad endémica en nuestro país,
fue criticada despiadadamente, aunque con ironía, por Mariátegui, desde su
época juvenil cuando ejercía de periodista parlamentario.
Su estilo es a la vez periodístico, párrafos cortos; y
literario; tiene formulaciones rotundas y elegantes que han sido extraídas para
usarse como epígrafes, títulos o principios doctrinarios.
Además, posee una prodigiosa capacidad de síntesis.
Mariátegui, nos trasmite sencillamente su manera de escribir:
Tengo tendencia al
método. Me preocupa mucho el orden en la
exposición. Me preocupa más todavía la
expresión de las ideas y las cosas en fórmulas concisas y precisas. Detesto la ampulosidad. (…) Procuro tener, antes de ponerme a escribir,
un itinerario mental de mi trabajo.
Utilizó como género expositivo el ensayo donde la
subjetividad está presente
8.- Valoración de los 7 Ensayos: Aportes, el problema del indio
En valoración de los 7
Ensayos y de su autor no me referiré a la calificación que ha merecido por
escritores, artistas, intelectuales y dirigentes políticos del Perú y de
numerosos lugares del extranjero.
Los 7 Ensayos
tienen varios aportes. En primer lugar
tipificó la economía peruana como una economía colonial. Sin embargo, le dio prioridad a la
liquidación de la feudalidad. De ahí
aporte a la dilucidación del llamado
Problema del Indio. Eso se también se debió
a sus fuentes de información y al utilizar un método de manera flexible, el
marxismo. Hombres ilustrados que habían
viajado por la Sierra no vieron al indio vivo y actuante.
Julio César Tello, nativo de Huarochirí, serranía del
departamento de Lima vivió su primera infancia en su pueblo natal. Llegó a ser el padre de la arqueología
peruana. Viajero incansable por nuestro
territorio, descubrió las valiosas e inigualables culturas preincaicas; sin
embargo, no vio la raíz de la situación
indígena, el trasfondo económico. He
aquí la apreciación de José María Arguedas referida a Tello:
Pierde de
vista al indio vivo. Admira el folklore; pero forma un conjunto de bailarines
de su pueblo nativo Huarochirí, y los viste con trajes “esterelizados” creados
por él; inspirándose en motivos arqueológicos, con menosprecio de los vestidos
típicos del pueblo de Huarochirí.
(…) Tello se proclama indio con
orgullo, aparentemente sincero.
Tal era el
aspecto de indígena de Tello que cuando en una de sus expediciones solicitaban
hospitalidad en alguna Casa/hacienda. El
hacendado hacía ingresar a sus ayudantes; pero no a Tello por su fisonomía de
nativo, dormía en el pórtico de la casa/hacienda.
José de la Riva Agüero y Osma, perteneciente a la antigua
aristocracia criolla emprendió un viaje desde Lima a la Sierra sur y llegó
hasta Bolivia. Usó todo tipo de
transporte. El resultado fue una amena y erudita crónica de viaje: Paisajes
peruanos. Ni siquiera como
descripción aparecía la situación de la masa indígena. Sin embargo, Mariátegui
con serias limitaciones, en silla de ruedas y desde Lima hizo un aporte para dilucidar el llamado
Problema del Indio y hallar su solución.
Aprecien a Mariátegui
cuando devela el problema del Indio desde Lima y en silla de ruedas:
La crítica socialista
lo descubre y esclarece, porque busca sus causas en la economía del país y no
en sus mecanismos administrativos, jurídico o eclesiástico, ni en la dualidad o
pluralidad de razas, ni en sus condiciones culturales y morales. La cuestión
indígena arranca de nuestra economía.
Tiene sus raíces en el régimen de la propiedad de la tierra. Cualquier intento de resolverla con medidas
de administración o policía, con métodos de enseñanza o con obras de viabilidad
constituye un trabajo superficial o adjetivo, mientras subsista la feudalidad
de los “gamonales”.
(…) No nos
contentemos con reivindicar el derecho del indio a la educación, a la cultura,
al progreso, al amor y al cielo.
Comenzamos por reivindicar, categóricamente, su derecho a la tierra. (30)
Epílogo
El alumbramiento de 7
Ensayos ocurrió en Lima, en octubre de 1928; Desde esa fecha, 7 Ensayos navega de bolina en las aguas procelosas de los
conflictos sociales. Según el flujo y
reflujo del movimiento popular; esta obra ha sido consultada, requisada o
incinerada.
Personas de lugares muy distantes y
diversos del planeta se interesan por la obra de Mariátegui; no únicamente por
su genialidad, sino por la existencia de explotados y explotadores. Ha sido
traducida a los principales idiomas del mundo, entre ellos al chino (1988),
japonés (1988); al griego (2008) por
Rigas Kappatos..
Esta obra de temática peruana ha consagrado a Mariátegui
como uno de los peruanos universales. Es
una obra clásica, no envejece, como
lo afirmó el renombrado historiador de la República Jorge Basadre.
Mariátegui falleció
antes de cumplir los 36 años de edad, el 16 de abril de 1930. El cortejo fúnebre fue
una manifestación multitudinaria de fervor popular hacia un hombre íntegro y
valiente. Era uno de los suyos, era del
pueblo.
Desde el altiplano kollavino, conmovido
por el prematuro fallecimiento de Mariátegui el poeta y escritor autodidacta,
Gamaliel Churata, profetizó:
Sobre el sepulcro del compañero
no cae el silencio de la muerte,
sino florece el porvenir.
Ω Ω Ω
NOTA.- El presente texto es un resumen de la
ponencia enviada al Congreso Internacional de Sociología: Pensadores
sudamericanos. Al Perú le asignaron el
tema: Mariátegui y los 7 Ensayos de la Realidad
Peruana.
Comunidad
Andina de Estudiantes de Sociología.
Machala,
Ecuador, del 02/05 de junio del 2015.-
Las citas
figuran en la ponencia original.
Grimaldo
Antonio Rengifo Balarezo
Sociólogo
egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Lima-
Perú.
30 de
mayo del 2015.-
GALERIA DE FOTOS
Mariátegui con su prole: Sandro, José Carlos, Sigfrido y Javier.
Casa del Jr. Washington
Mariátegui rodeado
por los delegados del sindicato minero de Morococha
Ricardo Martínez de la Torre, Jorge del Prado. A la izquierda, rodeando a Mariátegui, la
delegación del sindicato de Morococha:
Gamaniel Blanco, Santiago Loli, Ramón Azcurra y Adrián Sovero. La
delegación de mineros de Morocoha impulsó la organización y fundación de la
Federación de Trabajadores Mineros del Perú. Todos los que aparecen en la foto
fueron militantes del partido socialista fundado por Mariátegui.
(Entrada a la pérgola del Parque de la Reserva. Lima)
Casa palaciega de José de la Riva Agüero y
Osma en Lima.
Augusto Bernardino Leguía Salcedo, presidente
del Perú
Durante el
oncenio del presidente Leguía
(1919/1930), el Perú cambió su situación de dependencia: del
imperialismo inglés paso al norteamericano. Dio seguridad a las inversiones
yanquis; desterró o encarceló a sus opositores, reprimió el sindicalismo obrero
promovido por Mariátegui; así como también, los levantamientos campesinos. La capital de la república tenía 228,740
habitantes en 1920, tal como lo registra Mariátegui en su sexto ensayo. Lima fue remozada con la inauguración de
obras públicas. Leguía promulgó una cuestionable Ley de conscripción vial que
afectaba exclusivamente a los indios. Al retornar Mariátegui a Lima criticó
dicha ley y otras medidas del gobierno.
Fue víctima de la represión gubernamental, a lo que él llamó “accidentes
de trabajo”.
Foto: Martín Chambi
Indios en el juzgado. Cuzco Perú 1929
Judicializar
a los indígenas fue una manera de arrebatarles sus tierras y expandir los
latifundios. De esta manera los indios
eran compelidos a perder su libertad y convertirse en siervos de los gamonales para sobrevivir.
En el juzgado, los indios están en un medio completamente extraño, en
inferioridad de condiciones. La
injusticia y el abuso de autoridad ocasionaron los levantamientos campesinos;
levantamiento que fueron reprimidos sangrientamente por el ejército de un
Estado que no los representaba.
Mariátegui con sus 7 Ensayos
fue a la raíz del llamado problema del indio.
Fuente: www.mariategui.org
La marcha del cortejo fúnebre
Foto 24 Aspecto del Cortejo en el jirón Washington ingresando
al Paseo Colón en hombros de los obreros que formaron cuadrillas para turnarse
hasta el cementerio general de Lima. Se aprecian los estandartes y banderolas
de los sindicatos de Lima.
El cortejo pasando
por la esquina de la Plaza de Armas y la calle Pescadería
Obsérvese
el balcón del antiguo Palacio de Gobierno y el ataúd cubierto con la bandera
roja del partido socialista. En este
tramo los obreros entonaron con más vigor las canciones revolucionarias: La Internacional, Vamos unidos, himno compuesto por Martínez de la Torre, Hijos del pueblo, Venid todos compañeros,
etc.
Anna Chiappe
Vda. de Mariátegui ante el nicho de su esposo.
Cementerio
Presbítero Maestro, Lima.
Mariátegui únicamente me dejó amigos.
(Conversación de
Anita con el autor del presente texto)
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