martes, 14 de julio de 2015

EL PLAN DE MERKEL Y SCHAUBLE PARA CONDENAR A GRECIA Y EXPULSARLA DEL EURO





14 de julio de 2015 | 08:06 CET 

El acuerdo de la UE con Grecia es una trampa diabólica que no alivia en nada los problemas de Grecia. Los euro-rescatadores dieron a Grecia un ultimátum macabro: deben aprobar este miércoles las reformas propuestas por la troika y solo entonces se abrirá el camino a las negociaciones. Sólo una vez aprobadas las reformas por los griegos, el Parlamento alemán iniciará las conversaciones. Nada ocurrirá antes que en Grecia se confirme la capitulación del gobierno y así y todo será el parlamento alemán el que tendrá la última palabra… Es decir que todo lo que han publicado los medios afirmando que se había alcanzado una solución al drama griego, es falso. Sólo cuando el gobierno griego de inicio a las privatizaciones y deje a Grecia en manos de las empresas alemanas, es posible que se comience a negociar en el parlamento alemán el tema del dinero a Grecia.

Pero si el parlamento alemán entra en objeciones, si encuentra alguna ilegalidad o detecta alguna cláusula de incumplimiento de contrato, la negociación se paralizará. El proceso puede tomar mucho tiempo. Exigir nuevas medidas y nuevas garantías al gobierno griego y así hasta la asfixia. Durante todo este proceso, Grecia no recibirá ni un solo euro. Merkel y Schauble quieren aplastar a Grecia mucho más de lo que lo hicieron las tropas de Hitler hace 75 años. Solo que ahora no se requiere de tanques para aplastar a un país entero. Basta con cortar el suministro de dinero. Los bancos griegos no volverá a abrir sus puertas. 

Como la historia se repite, aplastar a los griegos es la consigna estratégica que hoy maneja Wolfgang Schauble. El hombre duro y fuerte de la UE no quiere países que sean un lastre y a los que haya que socorrer cada tres años. Con la salida de Grecia, ya planeada y dictaminada por Merkel y Schauble, se quiere dar una advertencia a los países que quieren abandonar la manada; como España en su giro a la izquierda con Podemos y Francia en su giro a la ultraderecha con Marie Le Pen. Salirse de la manada no está permitido. Para Schauble, el futuro de la UE no es más que la obediencia ciega al sistema financiero y al dios mercado. La pragmática de la realpolitik exige una férrea disciplina financiera y respeto a ese templo sagrado del sistema financiero, que es finalmente el que gobierna. 

Schaulble se ve a sí mismo como el arquitecto del Nuevo Orden Mundial donde los débiles no tienen cabida. El cálculo frío se impone a los principios solidarios. Todo tiene precio y el que no paga está muerto. La humillación es el código que indica la puerta de salida y que debes abandonar la habitación. Nótese el desparpajo con que se expulsó a Yanis Varoufakis, uno de los economistas más lúcidos de la corriente heterodoxa y apreciado desde Steve Keen a Paul Krugman, de James Galbraith a Michael Hudson. Una vergüenza inaceptable que deja a los jerarcas de la troika al nivel de la mafia o los jerarcas de la cosa nostra. Y todo por una deuda que a nivel global es pequeña. Las bolsas asiáticas han perdido en tres semanas más que toda la deuda de Grecia. Nótese además que la deuda helena es apenas el 2,5 por ciento de la deuda de toda la UE, como muestra esta portada de Handelsblatt. El resto de Europa debe el 97,5 por ciento! 

España no debería festinar la humillación de Grecia en todos los medios y en toneladas de artículos, más aún cuando puede ser el siguiente país en la lista de los candidatos a la “expulsión del euro” por su deuda y sus malos datos macroeconómicos. En la nueva carta de navegación de Schauble, todos los países periféricos están fuera. El rechazo a la designación de De Guindos como presidente del Eurogrupo, que habían dado por seguro algunos medios, es una señal de que una parte de Europa da la espalda a España. Los lazos que unieron al núcleo con la periferia mientras el dinero fluía a raudales se desvanecieron con el estallido de la crisis. Ahora que las arcas están vacías, el complejo entramado de deudas gestado por la banca ha allanado la desintegración de Europa.

Una salida largamente planeada

Si Merkel y Schauble hubieran tenido alguna intención de mantener a Grecia dentro del euro no habrían tenido a los griegos cinco meses en la cuerda floja y con falsas promesas. La salida de Grecia del euro pudo ser limpia y ordenada pero eligieron el peor camino y el peor momento. El Grexit fue planeado desde el mismo día que ganó Syriza. Pasaron cinco meses agotadores de negociaciones que no llegaron a ningún acuerdo porque quien manda en la UE son Merkel y Schauble y hay que hacer lo que ellos dictaminan. Ni el presidente francés Francois Hollande tiene voto de decisión en las cumbres de la UE. Basta que Merkel o Schauble golpeen la mesa para que la discusión se termine y se apruebe lo que ya tienen decidido. 

Como cuenta Yanis Varoufakis, Schauble desde el primer minuto dijo que la solución para Grecia ya había sido negociada y que “ningún nuevo gobierno va a cambiar las reglas de lo que ya se negoció”. Tenemos 19 países en la UE, dijo Schauble “¿Se imagina si tenemos que cambiar las reglas del juego cada vez que hay elecciones?”. Varoufakis sintió el peso de esos oscuros poderes que solo defienden los intereses financieros. Esto, cuenta Varoufakis, le confirmó que la situación es mucho peor a todo lo imaginable. Como apuntábamos ayer, la desintegración de la UE está en pleno proceso y cada cual defenderá su pellejo. La realpolitik de Wolfgang Schauble no hace más que aplicar fríos cálculos para defender los intereses financieros.

Lo insólito, es que mientras se le niega la sal y el agua a Grecia, fluye un continuo y contundente flujo de dinero a la Ucrania de Porochenko y Yatseniuk, un régimen afín a Merkel y Schauble, que aplasta a su propio pueblo. Esto indica que el problema no es el dinero, sino para qué lo quieres... Con la expulsión de Grecia del euro en su peor momento económico, Schauble y Merkel quieren crear un caos político que rompa la unidad que había logrado Syriza. De hecho, la capitulación de Tsipras está provocando la renuncia de parlamentarios de Syriza y esto puede obligar a nuevas elecciones. Grecía batiría así el récord de gobiernos, impuestos o elegidos, de los últimos cinco años.

Con la humillación a Grecia se envía también un mensaje claro a los otros países de la periferia: todos serán humillados como Grecia, si no hacen lo que dictaminan Merkel y Schauble. Es decir, o aceptan voluntariamente las reglas del juego o éstas se les impondrán a la fuerza. Hasta cierto punto, Schauble lleva todas las de ganar dado que la situación de Europa es mucho peor de lo que hemos escrito. Italia se ha mantenido a flote gracias a la inundación de dinero que les proporciona Mario Draghi. Portugal vive de rodillas acusado de vivir sobre sus posibilidades. Francia también está en la mira de Schauble de un retiro del euro por su conflictivo ambiente interno y las malas cifras económicas. En España, los datos macroeconómicos son mucho peores a los anunciados por el gobierno. Y está también la amenaza de Podemos. Schauble no negociará con esos partidos. No negociará con Iglesias ni con Marine Le Pen. Como a Grecia, les mostrará la puerta de salida. El cruel y terrible final ha comenzado. 

En El Blog Salmón

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