viernes, 10 de julio de 2015

EVO OBSEQUIA AL PAPA FRANCISCO RÉPLICA DE CRUCIFIJO TALLADO POR JESUITA LUIS ESPINAL




Crucifijo con la hoz y el martillo entregado al Papa

- Estatuilla con la hoz y el martillo, símbolo del movimiento internacional de los trabajadores y el comunismo, es una réplica de la imagen tallada por el jesuita Luis Espinal, luchador social asesinado por paramilitares en Bolivia en 1980.

Servindi, 9 de julio, 2015.- El presidente boliviano Evo Morales le entregó al Papa Francisco un singular presente: una réplica de la imagen tallada por el jesuita Luis Espinal, recordado por luchar por los pobres y la justicia, y que representa un crucifijo tallado sobre una hoz y un martillo.

Como es conocido la hoz y el martillo son símbolos del movimiento internacional de los trabajadores y del Comunismo.

Ante tan insólito regalo el Papa habría mostrado su extrañeza e incomodidad, pero sin dejar de sonreír.

Luis Espinal fue asesinado por grupos paramilitares en marzo de 1980. Esta vez el Papa rezó por el descanso del jesuita cerca del lugar donde hallaron su cuerpo.

Luego de aterrizar ayer en el Aeropuerto El Alto, en la ciudad de La Paz, el Papa recorrió las principales calles de la ciudad, vitoreado por una multitud que lo aguardaba.

Acto seguido se reunió en Palacio de Gobierno con el presidente Evo Morales y con representantes de la Iglesia Católica y la sociedad civil, en una ceremonia que sirvió para que el mandatario le entregase el Cristo crucificado y otros simbólicos presentes.

Junto a la estatuilla, Morales le obsequió además un ejemplar del “Libro del Mar”, resumen histórico de la demanda marítima contra Chile, y el Cóndor de los Andes, la condecoración máxima del país altiplánico.

Antes, durante las palabras de bienvenida al Papa en el aeropuerto, Morales también le obsequió una “chuspa”, una pequeña bolsa de tejido andino. Tras cuatro horas en La Paz, el Sumo Pontífice se trasladó en avión a Santa Cruz.

El jesuita que tallaba madera en sus tiempos libres




En su tiempo libre, el sacerdote jesuita Luis Espinal convertía pedazos de madera vieja en obras de arte utilizando muebles destartalados  y restos inservibles, que de alguna manera reflejaban su forma de pensar, sus ideales y sus propias vivencias.

Además, Espinal se dedicó también al periodismo y a la producción cinematográfica, utilizando ambos medios para difundir sus ideales y mensajes de lucha en favor del pueblo boliviano.

De origen español pero nacionalizado boliviano desde 1970, llegó a este país el 6 de agosto de 1968, en donde inmediatamente descubrió las serias contradicciones entre la abundante riqueza natural y la pobreza de las mayorías.

Desde 1968 hasta el año 1980 en que lo asesinaron, periodo de terribles dictaduras en Bolivia, Espinal se dedicó a luchar por la justicia social y la democracia en medio de violaciones de derechos humanos, cárceles, exilios, desapariciones y fusilamientos.


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