viernes, 31 de julio de 2015

MIGUEL ARAGÓN: LOS ERRORES DE MARIÁTEGUI




Nota bene
No es necesario destruir el pasado, éste se ha ido. Winston Churchill, hombre pragmático por excelencia, dijo en una ocasión: “Si el presente trata de juzgar el pasado, perderá el futuro”.
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31 de julio de 2015

Estimado Ricardo:

         El día de la presentación en la Feria, del libro de tu hija, me resultó imposible asistir por motivos laborales. Mil disculpas. 

         En nuestro último conversatorio realizado con otros amigos hace dos semanas, te entregué copia de “Cuatro Cartas Inéditas de Mariátegui a José María Eguren”, precedidas de una apresurada presentación escrita por Tauro del Pino.  Esas cartas habían sido publicadas en la Revista Anuario Mariateguiano N° 4, del año 1992. Por la rapidez con que tuve que retirarme, no alcancé a comunicarte unos primeros comentarios sobre esas cartas, y su influencia en la continuidad del trabajo de investigación y en un  debate que vengo sosteniendo sobre algunos aspectos de carácter histórico.

         De las cuatro cartas mencionadas, dos están fechadas en el año 1928, por lo tanto,  el interés práctico de la entrega de ese día era para que sean incluidas en la nueva edición del libro de “Escritos de Mariátegui del año 1928”.

         Por otro lado, esas cartas aportan elementos de juicio para el debate acerca de la verdadera fecha  de publicación del libro “7 ensayos”, y acerca del estilo de trabajo organizativo de Mariátegui.

         Hasta las vísperas de junio de 1994, oportunidad en la cual se conmemoró el Centenario del Nacimiento de Mariátegui, yo era uno más,  de los tantos  convencidos que creíamos  que  el libro “7 Ensayos” se había publicado en las vísperas de la trascendental Reunión de Barranco del 7 de octubre de 1928.   Pero a partir de esa fecha, junio de 1994, comencé a dudar de esa certeza, e inicié una investigación de largo alcance para confirmar la verdadera fecha de publicación del libro.

Ocurre que con motivo de la conmemoración del Centenario de JCM, los familiares de Mariátegui, entre otras acciones, organizaron una exposición de las obras de JCM, que incluyó  la exposición de varios  carteles de gran tamaño con las copias en facsímile de algunas dedicatorias personales, de puño y letra, anotadas por JCM en la primera edición del libro, y dedicadas a varios estimables amigos del entorno más cercano de Mariátegui (Andrés Aramburú, Eduardo Goicochea, Felipe Rotalde y Ángela Ramos).

Lo que desde ese momento me llamó la atención fue que esas dedicatorias estaban fechadas los días “6 y 7 de noviembre de 1928”. Ninguna de esas dedicatorias estaba fechada  en el mes de octubre, que supuestamente yo todavía seguía creyendo que era la fecha de publicación del libro.

Pero el nuevo argumento, que me inducía a pensar que el libro recién se publicó el “6 de noviembre”, es decir un mes después de la Reunión de Barranco, entraba en contradicción con dos cartas incluidas en el libro Correspondencia de Mariátegui (que se había publicado en noviembre de 1984). Me refiero a las breves notas de agradecimiento dirigidas a Mariátegui, por haber recibido el libro “7 Ensayos”, notas que escribieron Mariano Iberico (fechada el 9 de octubre) y Angélica Palma (el 10 de octubre). 

Algunos investigadores han tomado muy a ligera, e incluso otros no le han prestado la más mínima atención, a esa contradicción. No se han preguntado qué motivos especiales pudo tener Mariátegui para, por un lado,  en el mes de octubre entregarles  el libro, “en forma apresurada” (casi desesperada)  a  M. Iberico y A. Palma; y recién, un mes después, a partir del 6 de noviembre, entregarles el libro con sendas dedicatorias a amigos de su entorno “más cercano”, como fueron el director de la revista Mundial (Andrés Aramburú), a uno  de sus médicos de cabecera (el Dr. Goycochea), a una de sus amigas y colaboradoras más próximas (Ángela Ramos), a uno de sus   colaboradores más comprometidos en la revista Amauta (el pintor José Sabogal), al principal difusor de sus obras  en el extranjero (Samuel Glusberg) y a amigos tan próximos como José María Eguren, entre otros más, que recién recibieron el libro en los meses de noviembre o diciembre.

Para encontrar una explicación y superar esta contradicción había que investigar y “buscar la verdad en los hechos”. No había otro camino.  

A partir de junio de 1994 y durante más de diez años me dediqué, en primer lugar, a volver a revisar nuevamente todas y cada una de las páginas de la Correspondencia de JCM, en especial  de los años 1928 y 1929, incluidas las nuevas cartas que se comenzaron a divulgarse en la revista Anuario Mariateguiano y en algunos folletos de investigación histórica; en segundo lugar, a  revisar en la Sala de Investigaciones de la Biblioteca Nacional las versiones originales de la revista Amauta, que a diferencia de las conocidas copias en facsímile, también incluyen anotaciones en las contratapas y varias páginas de información tipo avisos clasificados, que han sido omitidos en las conocidas copias facsimilares;  en tercer lugar, a revisar nuevamente las biografías de Mariátegui escritas por autores serios como Rouillon; en cuarto lugar, me dediqué  a “rumiar” nuevamente todo ese material,  utilizando los conceptos básicos del  método dialéctico materialista, que no es  lo mismo que el llamado “materialismo dialéctico” (el acertado método Dia-mat  es una ciencia, mientras que el superficial Mat-dia  se  supone que es una  filosofía).  

        Esta contradicción aparentemente intrascendente para la mayoría, por el contrario pienso yo, tiene gran importancia para entender el estilo de trabajo organizativo de Mariátegui.

La conclusión a la cual he llegado a mediados de la década pasada, es que Mariano Iberico  y Angélica Palma, al igual que los otros destinatarios de esos primeros días,   también recibieron el libro en el mes de noviembre. Pero, por la emoción y el apresuramiento con el cual escribieron sus respectivas notas de agradecimiento, ambos  SE EQUIVOCARON AL ANOTAR LA FECHA.  

Tal fue la emoción, apresuramiento y descuido de Mariano Iberico, que en vez de anotar “9 de noviembre de 1928”, erróneamente escribió “9 de octubre de 1918”. Doble error, él se equivocó de mes, anotando “octubre” donde debería  ser “noviembre”, y también se equivocó de año,  anotando “1918” donde debería ser “1928”. Igualmente Angélica Palma se equivocó al anotar “octubre” donde debería ser “noviembre”.

¿Error comprensible? Claro que sí. Lo cual confirma que errar es humano, Mariano  Iberico y Ángelica Palma no han sido  una excepción, si hasta el mismo José Carlos Mariátegui varias veces cometió ese mismo error, al “anotar la fecha del mes o del año anterior”.  Este es el objetivo práctico de este comentario.

Hasta la fecha he encontrado hasta cuatro errores de Mariátegui, al anotar fechas adelantadas en un mes, o en un año, a las fechas verdaderas de redacción.

1.- Es conocido que de la revista “Nuestra Época” dirigida por Mariátegui y César Falcón, se publicaron dos números. La primera se publicó el 22 de junio de 1918, y la segunda al mes siguiente, en julio de 1918. Pero si revisamos la copia facsimilar del segundo número, éste está fechado “6 de junio de 1918”, o sea “días antes del primer número”. 

2.- Horacio Tarcus publicó hace varios años una colección de cartas inéditas intercambiadas entre  Mariátegui y al artista argentino Emilio  Petto Ruti.  Una de esas cartas fue escrita por Mariátegui desde Berlín el 11 de enero de 1923,  pero Mariátegui anotó equivocadamente “1922” en vez de “1923”, adelantándose un año en la fecha, lo cual no era posible, porque en enero de 1922 Mariátegui todavía seguía en Italia.  

3.- El error más conocido de Mariátegui es el cometido en la carta del 10 de enero de 1928 dirigida a Samuel Glusberg, pero en la cual Mariátegui escribió “10 de enero de 1927”, precisamente anotando la fecha del año anterior recientemente  concluido. La copia de esta carta con fecha equivocada fue incluida en las contratapas de numerosas versiones del libro 7 Ensayos publicado como parte de la Colección Obras Completas, y así con fecha equivocada circuló en varios cientos de miles de libros durante varios años, y varios autores  poco perspicaces radicados en varios países, cometieron el error de asumirla como fecha válida.

4.- El cuarto error de este tipo, que cometió Mariátegui, precisamente ocurrió en una de las cartas dirigidas a José María Eguren, cuyas copias te entregué últimamente. El error se detecta muy fácil, simplemente leyendo con atención el texto de la carta fechadas “6/8/928”, es decir “6 de agosto de 1928”. Pero si revisamos la correspondencia se aclara mucho mejor. La secuencia fue la siguiente:

El 25 de agosto de 1928, Mariátegui publicó en la revista Variedades el artículo “La influencia de Italia en la cultura hispanoamericana”, en el cual le dedica unos conceptos a José María Eguren y a su hermano.

El 31 de agosto de 1928, José María Eguren le escribe una  carta a Mariátegui, agradeciéndole  los conceptos expuestos en la revista Variedades. (revisar esta carta en el libro  Correspondencia, tomo II, pag. 428)

Esa carta del 31 de agosto  Eguren la envía a la casa de Mariátegui con un mensajero (a mediados de ese año, Eguren estuvo inmovilizado en su residencia en Barranco, durante   varios meses, como consecuencia de un accidente).

Al recibir esa carta, ese mismo día, 31 de agosto,  Mariátegui comenzó a redactar una respuesta rápida, con la intención de que  el mismo mensajero se la llevara a Eguren. Pero en un descuido, el mensajero se retiró de la casa de Mariátegui. Por lo cual Mariátegui dejó pendiente terminar la respuesta.

Seis días después, es decir el 6 de setiembre de 1928, Mariátegui reanuda la respuesta y se la envía a Eguren. Pero ocurre que, por  apresuramiento, Mariátegui anota como fecha “6 de agosto de 1928”, es decir anotó “agosto” donde debería decir “setiembre”.

Así que,  te solicito que al incluir esa carta  en el libro “1928”, corrijas la fecha, debe decir “6 de setiembre de 1928”. 

PRIMERA CONCLUSIÓN.-  Si Mariátegui se equivocó, hasta en cuatro veces, al anotar fechas en su correspondencia, consignando el mes o el año  recientemente concluido, me pregunto ¿porque motivo especial Mariano Iberico y Angélica Palma no pudieron cometer  el mismo error?  Por experiencia propia, yo reconozco que en varias oportunidades he cometido ese mismo error, error muy explicable cuando uno escribe apresurado, y no revisa y corrige varias veces lo recientemente escrito. Me imagino que los entendidos en temas referidos al desarrollo de la memoria o temas sicológicos, deben de tener una explicación lógica a este tipo de errores muy comunes.   

         Si revisas la presentación de Alberto Tauro, podrás observar que él la escribió muy apresuradamente, y comete varios errores. En primer lugar él también le cambia la fecha a la carta, pero agrava el problema al anotar como fecha el mes de “julio”. Además, al citar algunos párrafos de Mariátegui, introdujo varias palabras entre paréntesis, que no contribuyen a esclarecer los textos, sino que los deforman. No creo que Tauro lo haya hecho intencionalmente, sino que al redactar la presentación posiblemente lo hizo en forma apresurada.

SEGUNDA CONCLUSIÓN.- Si revisamos la otra carta inédita, escrita el 10 de octubre de 1928, podemos observar que Mariátegui al dirigirse a José María Eguren no le hace la más mínima mención de la supuesta publicación del libro  7 ensayos para esa fecha. 

         Si Mariátegui supuestamente les entregó el libro 7 Ensayos a Iberico y Palma, antes del 10 de octubre, yo me pregunto ¿qué motivo especial podía tener para no enviarle el libro también a Eguren?, o a alguno de los otros destinatarios a los cuales también les escribió cartas en el mes de octubre, entre ellos Valcárcel y Nicanor de la Fuente (revisar tomo II del libro Correspondencia).

         Los pocos investigadores que todavía persisten en asumir como correctas las fechas anotadas en los mensajes de agradecimiento de Iberico y Palma, es decir el mes de octubre, hasta la fecha no han fundamentado que razón pudo haber tenido Mariátegui para tener una deferencia especial con ellos dos, o que motivo de apresuramiento o tal vez de “desesperación” lo indujo a hacer esa entrega especial, postergando a otros amigos “mucho más próximos”.         

         Esta investigación sobre la fecha de publicación del libro “7 Ensayos”, aparentemente intrascendente,  forma parte de la investigación de mayor alcance sobre el carácter de los acuerdos de la trascendental Reunión de Barranco del 7 de octubre de 1928: Ese día, ¿se constituyó “el Grupo Organizador del Partido Socialista del Perú”, o por el contrario se constituyó “el Partido Socialista del Perú” propiamente dicho?

         De la lectura detenida de las Cartas de Mariátegui a Eguren escritas en el año 1928, podemos extraer otras conclusiones más, como por ejemplo acerca de los cambios introducidos en el plan de publicaciones de libros de ese año, o acerca del celoso cuidado que ponía  Mariátegui en la publicación de los libros, respetando fielmente los textos de los autores. Y así podríamos seguir anotando otras observaciones, pero por ahora lo dejo aquí.

         Te agradeceré que comentes y coordines con Manuel Pásara  sobre esta precisión en la fecha de una de las cartas de JCM a Eguren, tengo entendido que él es el encargado de la edición del libro “1928”. Le estoy enviando copia de este comentario a Manuel, y a otros de los amigos nuestros.  

         Igualmente te agradeceré que antes de partir de retorno,  no olvides dejar el volumen de la Bibliografía que te presté, para mi ese volumen es una herramienta de trabajo muy apreciada. En caso contrario, me veré obligado a recurrir a los  servicios policiales de Evo Morales, que han demostrado ser muy eficientes, si les encargan capturar al “Chapo” posiblemente lo hagan en un “dos por tres” (te paso el dato). 

Un abrazo
Miguel Ángel Aragón   

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