Nota bene
No es necesario destruir el pasado, éste se
ha ido. Winston Churchill, hombre pragmático por excelencia, dijo en una
ocasión: “Si el presente trata de juzgar el pasado, perderá el futuro”.
tacnacomunitaria.blogspot.com
31
de julio de 2015
Estimado Ricardo:
El día de la presentación en la Feria, del libro de tu hija,
me resultó imposible asistir por motivos laborales. Mil disculpas.
En nuestro último conversatorio realizado con otros amigos hace
dos semanas, te entregué copia de “Cuatro Cartas Inéditas de Mariátegui a José
María Eguren”, precedidas de una apresurada presentación escrita por Tauro del
Pino. Esas cartas habían sido publicadas en la Revista Anuario
Mariateguiano N° 4, del año 1992. Por la rapidez con que tuve que retirarme, no
alcancé a comunicarte unos primeros comentarios sobre esas cartas, y su
influencia en la continuidad del trabajo de investigación y en un debate que vengo sosteniendo sobre algunos aspectos
de carácter histórico.
De las cuatro cartas mencionadas, dos están fechadas en el
año 1928, por lo tanto, el interés
práctico de la entrega de ese día era para que sean incluidas en la nueva
edición del libro de “Escritos de Mariátegui del año 1928”.
Por otro lado, esas cartas aportan elementos de juicio para
el debate acerca de la verdadera fecha de
publicación del libro “7 ensayos”, y acerca del estilo de trabajo organizativo de
Mariátegui.
Hasta las vísperas de junio de 1994, oportunidad en la cual
se conmemoró el Centenario del Nacimiento de Mariátegui, yo era uno más, de los tantos convencidos que creíamos que el
libro “7 Ensayos” se había publicado en las vísperas de la trascendental
Reunión de Barranco del 7 de octubre de 1928.
Pero a partir de esa fecha, junio de 1994, comencé a dudar de esa
certeza, e inicié una investigación de largo alcance para confirmar la
verdadera fecha de publicación del libro.
Ocurre
que con motivo de la conmemoración del Centenario de JCM, los familiares de
Mariátegui, entre otras acciones, organizaron una exposición de las obras de
JCM, que incluyó la exposición de
varios carteles de gran tamaño con las
copias en facsímile de algunas dedicatorias personales, de puño y letra,
anotadas por JCM en la primera edición del libro, y dedicadas a varios
estimables amigos del entorno más cercano de Mariátegui (Andrés Aramburú,
Eduardo Goicochea, Felipe Rotalde y Ángela Ramos).
Lo
que desde ese momento me llamó la atención fue que esas dedicatorias estaban
fechadas los días “6 y 7 de noviembre de 1928”. Ninguna de esas dedicatorias
estaba fechada en el mes de octubre, que
supuestamente yo todavía seguía creyendo que era la fecha de publicación del
libro.
Pero
el nuevo argumento, que me inducía a pensar que el libro recién se publicó el “6
de noviembre”, es decir un mes después de la Reunión de Barranco, entraba en
contradicción con dos cartas incluidas en el libro Correspondencia de
Mariátegui (que se había publicado en noviembre de 1984). Me refiero a las
breves notas de agradecimiento dirigidas a Mariátegui, por haber recibido el
libro “7 Ensayos”, notas que escribieron Mariano Iberico (fechada el 9 de
octubre) y Angélica Palma (el 10 de octubre).
Algunos
investigadores han tomado muy a ligera, e incluso otros no le han prestado la
más mínima atención, a esa contradicción. No se han preguntado qué motivos
especiales pudo tener Mariátegui para, por un lado, en el mes de octubre entregarles el libro, “en forma apresurada” (casi
desesperada) a M. Iberico y A. Palma; y recién, un mes
después, a partir del 6 de noviembre, entregarles el libro con sendas
dedicatorias a amigos de su entorno “más cercano”, como fueron el director de
la revista Mundial (Andrés Aramburú), a uno
de sus médicos de cabecera (el Dr. Goycochea), a una de sus amigas y
colaboradoras más próximas (Ángela Ramos), a uno de sus
colaboradores más comprometidos en la revista Amauta (el pintor José
Sabogal), al principal difusor de sus obras
en el extranjero (Samuel Glusberg) y a amigos tan próximos como José
María Eguren, entre otros más, que recién recibieron el libro en los meses de
noviembre o diciembre.
Para
encontrar una explicación y superar esta contradicción había que investigar y
“buscar la verdad en los hechos”. No había otro camino.
A
partir de junio de 1994 y durante más de diez años me dediqué, en primer lugar,
a volver a revisar nuevamente todas y cada una de las páginas de la
Correspondencia de JCM, en especial de
los años 1928 y 1929, incluidas las nuevas cartas que se comenzaron a
divulgarse en la revista Anuario Mariateguiano y en algunos folletos de
investigación histórica; en segundo lugar, a
revisar en la Sala de Investigaciones de la Biblioteca Nacional las
versiones originales de la revista Amauta, que a diferencia de las conocidas
copias en facsímile, también incluyen anotaciones en las contratapas y varias
páginas de información tipo avisos clasificados, que han sido omitidos en las
conocidas copias facsimilares; en tercer
lugar, a revisar nuevamente las biografías de Mariátegui escritas por autores
serios como Rouillon; en cuarto lugar, me dediqué a “rumiar” nuevamente todo ese material, utilizando los conceptos básicos del método dialéctico materialista, que no
es lo mismo que el llamado “materialismo
dialéctico” (el acertado método Dia-mat es una ciencia, mientras que el superficial Mat-dia se
supone que es una filosofía).
Esta contradicción aparentemente
intrascendente para la mayoría, por el contrario pienso yo, tiene gran
importancia para entender el estilo de trabajo organizativo de Mariátegui.
La
conclusión a la cual he llegado a mediados de la década pasada, es que Mariano
Iberico y Angélica Palma, al igual que
los otros destinatarios de esos primeros días, también recibieron el libro en el mes de
noviembre. Pero, por la emoción y el apresuramiento con el cual escribieron sus
respectivas notas de agradecimiento, ambos
SE EQUIVOCARON AL ANOTAR LA FECHA.
Tal
fue la emoción, apresuramiento y descuido de Mariano Iberico, que en vez de
anotar “9 de noviembre de 1928”, erróneamente escribió “9 de octubre de 1918”.
Doble error, él se equivocó de mes, anotando “octubre” donde debería ser “noviembre”, y también se equivocó de
año, anotando “1918” donde debería ser
“1928”. Igualmente Angélica Palma se equivocó al anotar “octubre” donde debería
ser “noviembre”.
¿Error
comprensible? Claro que sí. Lo cual confirma que errar es humano, Mariano Iberico y Ángelica Palma no han sido una excepción, si hasta el mismo José Carlos
Mariátegui varias veces cometió ese mismo error, al “anotar la fecha del mes o del
año anterior”. Este es el objetivo
práctico de este comentario.
Hasta
la fecha he encontrado hasta cuatro errores de Mariátegui, al anotar fechas
adelantadas en un mes, o en un año, a las fechas verdaderas de redacción.
1.- Es conocido que de
la revista “Nuestra Época” dirigida por Mariátegui y César Falcón, se
publicaron dos números. La primera se publicó el 22 de junio de 1918, y la
segunda al mes siguiente, en julio de 1918. Pero si revisamos la copia
facsimilar del segundo número, éste está fechado “6 de junio de 1918”, o sea “días
antes del primer número”.
2.- Horacio Tarcus
publicó hace varios años una colección de cartas inéditas intercambiadas entre Mariátegui y al artista argentino Emilio Petto Ruti.
Una de esas cartas fue escrita por Mariátegui desde Berlín el 11 de
enero de 1923, pero Mariátegui anotó
equivocadamente “1922” en vez de “1923”, adelantándose un año en la fecha, lo
cual no era posible, porque en enero de 1922 Mariátegui todavía seguía en Italia.
3.- El error más
conocido de Mariátegui es el cometido en la carta del 10 de enero de 1928
dirigida a Samuel Glusberg, pero en la cual Mariátegui escribió “10 de enero de
1927”, precisamente anotando la fecha del año anterior recientemente concluido. La copia de esta carta con fecha
equivocada fue incluida en las contratapas de numerosas versiones del libro 7
Ensayos publicado como parte de la Colección Obras Completas, y así con fecha
equivocada circuló en varios cientos de miles de libros durante varios años, y
varios autores poco perspicaces
radicados en varios países, cometieron el error de asumirla como fecha válida.
4.- El cuarto error de
este tipo, que cometió Mariátegui, precisamente ocurrió en una de las cartas
dirigidas a José María Eguren, cuyas copias te entregué últimamente. El error
se detecta muy fácil, simplemente leyendo con atención el texto de la carta
fechadas “6/8/928”, es decir “6 de agosto de 1928”. Pero si revisamos la
correspondencia se aclara mucho mejor. La secuencia fue la siguiente:
El 25 de agosto de
1928, Mariátegui publicó en la revista Variedades el artículo “La influencia de
Italia en la cultura hispanoamericana”, en el cual le dedica unos conceptos a
José María Eguren y a su hermano.
El 31 de agosto de
1928, José María Eguren le escribe una
carta a Mariátegui, agradeciéndole
los conceptos expuestos en la revista Variedades. (revisar esta carta en
el libro Correspondencia, tomo II, pag.
428)
Esa carta del 31 de
agosto Eguren la envía a la casa de
Mariátegui con un mensajero (a mediados de ese año, Eguren estuvo inmovilizado
en su residencia en Barranco, durante
varios meses, como consecuencia de un accidente).
Al recibir esa carta,
ese mismo día, 31 de agosto, Mariátegui
comenzó a redactar una respuesta rápida, con la intención de que el mismo mensajero se la llevara a Eguren.
Pero en un descuido, el mensajero se retiró de la casa de Mariátegui. Por lo
cual Mariátegui dejó pendiente terminar la respuesta.
Seis días después, es
decir el 6 de setiembre de 1928, Mariátegui reanuda la respuesta y se la envía
a Eguren. Pero ocurre que, por
apresuramiento, Mariátegui anota como fecha “6 de agosto de 1928”, es
decir anotó “agosto” donde debería decir “setiembre”.
Así que, te solicito que al incluir esa carta en el libro “1928”, corrijas la fecha, debe
decir “6 de setiembre de 1928”.
PRIMERA
CONCLUSIÓN.- Si Mariátegui se equivocó,
hasta en cuatro veces, al anotar fechas en su correspondencia, consignando el mes
o el año recientemente concluido, me
pregunto ¿porque motivo especial Mariano Iberico y Angélica Palma no pudieron
cometer el mismo error? Por experiencia propia, yo reconozco que en
varias oportunidades he cometido ese mismo error, error muy explicable cuando
uno escribe apresurado, y no revisa y corrige varias veces lo recientemente
escrito. Me imagino que los entendidos en temas referidos al desarrollo de la
memoria o temas sicológicos, deben de tener una explicación lógica a este tipo
de errores muy comunes.
Si revisas la presentación de Alberto Tauro, podrás observar
que él la escribió muy apresuradamente, y comete varios errores. En primer
lugar él también le cambia la fecha a la carta, pero agrava el problema al
anotar como fecha el mes de “julio”. Además, al citar algunos párrafos de
Mariátegui, introdujo varias palabras entre paréntesis, que no contribuyen a
esclarecer los textos, sino que los deforman. No creo que Tauro lo haya hecho
intencionalmente, sino que al redactar la presentación posiblemente lo hizo en
forma apresurada.
SEGUNDA CONCLUSIÓN.- Si
revisamos la otra carta inédita, escrita el 10 de octubre de 1928, podemos
observar que Mariátegui al dirigirse a José María Eguren no le hace la más
mínima mención de la supuesta publicación del libro 7 ensayos para esa fecha.
Si Mariátegui supuestamente les entregó el libro 7 Ensayos a
Iberico y Palma, antes del 10 de octubre, yo me pregunto ¿qué motivo especial
podía tener para no enviarle el libro también a Eguren?, o a alguno de los
otros destinatarios a los cuales también les escribió cartas en el mes de
octubre, entre ellos Valcárcel y Nicanor de la Fuente (revisar tomo II del
libro Correspondencia).
Los pocos investigadores que todavía persisten en asumir
como correctas las fechas anotadas en los mensajes de agradecimiento de Iberico
y Palma, es decir el mes de octubre, hasta la fecha no han fundamentado que
razón pudo haber tenido Mariátegui para tener una deferencia especial con ellos
dos, o que motivo de apresuramiento o tal vez de “desesperación” lo indujo a
hacer esa entrega especial, postergando a otros amigos “mucho más próximos”.
Esta
investigación sobre la fecha de publicación del libro “7 Ensayos”,
aparentemente intrascendente, forma
parte de la investigación de mayor alcance sobre el carácter de los acuerdos de
la trascendental Reunión de Barranco del 7 de octubre de 1928: Ese día, ¿se
constituyó “el Grupo Organizador del Partido Socialista del Perú”, o por el
contrario se constituyó “el Partido Socialista del Perú” propiamente dicho?
De la lectura detenida de las Cartas de Mariátegui a Eguren
escritas en el año 1928, podemos extraer otras conclusiones más, como por
ejemplo acerca de los cambios introducidos en el plan de publicaciones de
libros de ese año, o acerca del celoso cuidado que ponía Mariátegui en la publicación de los libros,
respetando fielmente los textos de los autores. Y así podríamos seguir anotando
otras observaciones, pero por ahora lo dejo aquí.
Te agradeceré que comentes y coordines con Manuel
Pásara sobre esta precisión en la fecha
de una de las cartas de JCM a Eguren, tengo entendido que él es el encargado de
la edición del libro “1928”. Le estoy enviando copia de este comentario a
Manuel, y a otros de los amigos nuestros.
Igualmente te agradeceré que antes de partir de
retorno, no olvides dejar el volumen de
la Bibliografía que te presté, para mi ese volumen es una herramienta de
trabajo muy apreciada. En caso contrario, me veré obligado a recurrir a
los servicios policiales de Evo Morales,
que han demostrado ser muy eficientes, si les encargan capturar al “Chapo”
posiblemente lo hagan en un “dos por tres” (te paso el dato).
Un abrazo
Miguel Ángel
Aragón
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