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lunes, 5 de octubre de 2020

«EL CAPITALISMO NOS CONDUJO A UN PUNTO DONDE O RETOMAMOS LA LUCHA POR EL COMUNISMO O ACEPTAMOS UN RETROCESO CIVILIZATORIO DESCOMUNAL»

 Entrevista a Aldo Casas, del Consejo de redacción de la revista 'Herramienta'


Fuentes: Rebelión [Imagen: primera edición de 'El Capital', corregida y anotada por Marx]

 

Por Mario Hernandez | 05/10/2020

 

Hace 153 años, el 14 de septiembre de 1867, se publicó el primer volumen de «El Capital» de Karl Marx, que sigue siendo uno de los libros más influyentes de la historia mundial.

M.H.: ¿Qué te motivó a escribir Carlos Marx nuestro compañero

A.C.: Dos cosas, la primera es mi convicción personal intelectual y política de que Marx sigue siendo una referencia imprescindible en la lucha contra los males del capitalismo porque la investigación y la crítica que hizo Marx hace 200 años, sigue siendo insuperada. Pero además de eso, lo que me llevó a escribir el libro fue que, desgraciadamente, tengo la impresión que las luchas y los movimientos sociales en las últimas décadas perdieron de vista esa referencia y Marx es en gran medida un desconocido para gran parte de los nuevos luchadores y los que lo conocen a veces tienden a imaginarlo como un intelectual encerrado en una biblioteca que escribió un libro muy largo y muy difícil de leer en varios tomos que se llama El Capital

Contra esa idea quise rescatar lo que me parece es una valoración más justa y más correcta de lo que significó Marx, que es reivindicarlo como un compañero, un militante revolucionario en una época histórica bastante distinta a la nuestra pero que tuvo la capacidad, en pleno Siglo XIX, de prevenir como ningún otro los males que hoy estamos viendo, por ejemplo, con esta pandemia, en la que cada vez es más evidente que el curso y el progreso y la modernidad en los términos en que el Capitalismo ha dado contenido a estos procesos conducen no solo a una mayor explotación y marginación de millones y millones de hombres y mujeres, sino también al riesgo cierto de un colapso civilizatorio. Ese es el sentido de rescatar a Marx como un compañero, un militante, seguramente con mucha más capacidad que nosotros. 

M.H.: Hay puntos débiles en Marx y hay contribuciones valiosas. En uno y otro aspecto ¿qué nos podrías comentar? 

A.C.: Es cierto, en algunos aspectos, para ser fiel a lo esencial y a la línea roja del pensamiento de Marx hay que atreverse a discrepar con él en algunas cosas. Por ejemplo, y yo lo señalo así en este libro, Marx a pesar de la agudeza de su crítica al capitalismo, en algún momento esa crítica se mezcla con una cierta ilusión que el mismo desarrollo de las fuerzas productivas y la economía iban a generar condiciones que prácticamente preparaban una victoria relativamente sencilla de la revolución. Hay frases de Marx que usó bastantes veces como cuando afirmaba que en las entrañas del capitalismo estaba formándose ya la nueva sociedad y que, en un momento de crisis, cuando madurasen las condiciones, el proletariado tendría la suficiente fuerza, capacidad organizativa y claridad política como para terminar con el capitalismo y utilizar la herencia del desarrollo capitalista en función de la construcción de una sociedad nueva.  

Esa perspectiva se rebeló equivocada y hoy creo que tiene que estar claro para todos que el capitalismo no prepara las condiciones para un pasaje relativamente sencillo a una sociedad sin clases, sino que preparara las condiciones y nos empuja hacia un abismo. De tal manera que la revolución es más que nunca una lucha y una construcción que exige creatividad, reflexión crítica y autocrítica. En ese sentido también Marx, y yo dedico a eso el último capítulo de mi libro, fue el primer crítico de Marx, él fue capaz de decir y varias veces, medio en broma, pero en serio, frente a sus discípulos que se reclamaban marxistas y como tal le pedían opinión sobre tal o cual cosa, él los frenaba y les decía que no era marxista.  

Más allá de lo que podía tener de ironía esa frase, hacia el fin en 1880, en sus últimos años, mientras trataba de completar El Capital, cosa que nunca terminó de hacer, acometió investigaciones teóricas y políticas de una dimensión descomunal que han permanecido desconocidas. Por ejemplo, para entender lo que pasaba en Rusia, donde había comenzado un movimiento de protesta contra la autocracia zarista muy grande, con corrientes revolucionarias que eran una mezcla de anarquismo y terrorismo, que eran los populistas, Marx se apasiona por estudiar esa realidad y aprende ruso para leer en su idioma los documentos y los libros que le permitieran entender esa realidad y formula un diagnóstico que contradice gran parte de lo que él había dicho antes y lo que sostenían la mayor parte de sus discípulos de ese momento. Concretamente que en Rusia se había abierto la posibilidad de una revolución que tuviese como base para avanzar hacia el socialismo, no a la clase obrera ni a la gran industria sino al campesinado que tenía la peculiaridad, que a diferencia de todo lo que había pasado en el resto de Europa, el campesinado ruso mantenía elementos de la comuna rural.  

Los populistas sostenían, romantizando un poco la realidad del campesinado, que la posibilidad de sacar a Rusia de la autocracia y el atraso estaba justamente en el campesinado y Marx dice que hay un elemento de verdad en eso que hay que rescatar agregándole: a condición de que impidamos que el capitalismo termine de destruir esos elementos que aún subsisten de propiedad colectiva de la tierra y también de que en auxilio de esta posible emancipación ocurran las revoluciones en otras partes del mundo, especialmente en Europa. 

Y Marx para llegar a esa conclusión que la hace figurar en el que tal vez sea el último texto que escribe, que es el último prólogo a una edición del Manifiesto comunista en ruso, introduce un párrafo en el que dice exactamente esto que acabo de decir, que era una herejía para lo que él había escrito. Y en cartas con otro pensador de la época, Marx dice que muchos le atribuyen tener una teoría del desarrollo histórico, pero que no es así, que él escribió un análisis crítico de cómo se desarrolló el capitalismo en Europa Occidental. Cómo va a ser la revolución en otras partes del mundo no lo sé porque no lo he estudiado suficiente, afirmó. Ese es el Marx que yo creo que si uno lo rescata siempre va a seguir aprendiendo de él, cuando acierta y cuando se equivoca. 

La pandemia como toda gran crisis es una posibilidad, pero es necesario advertir el tremendo peligro que tenemos por delante 

M.H.: Vamos a la actualidad, en abril conversé con Daniel Campione y lo trajimos a Gramsci a la actualidad y ahora lo quiero traer a Marx. Hay un tema central que es que el excedente del capitalismo surge de la explotación de la fuerza de trabajo, creo que es una afirmación fuerte de Marx y que en estos días lo estamos viendo. 

A.C.: Yo subrayaría que Marx denuncia que todo el desarrollo y lo que el capitalismo llama progreso está basado en la explotación del trabajo, y más aún que la explotación del trabajo puede parecer que es darle a la gente un poquito menos de lo que produce.  

Marx afirma que la explotación bajo el capitalismo es mucho más que eso, la explotación es la expropiación de los medios de vida, de los medios de trabajo, de los productos del trabajo del hombre y en definitiva la expropiación de la misma actividad productiva de los hombres. Esa es una afirmación muy fuerte y temprana de Marx y que hoy tiene una vigencia descomunal. 

Estas características hacen justamente que el mundo generado por el capitalismo sea un mundo loco, invertido, en el que los hombres y la capacidad productiva de la humanidad se transforma no en un elemento de progreso humano y desarrollo sino en un elemento que esclaviza a los hombres y los convierte en engranajes de un sistema que funciona como productor imparable, irrefrenable de valor y plusvalor, de ganancia para una minoría del mundo, acumulando en el otro polo, explotación, marginamiento, etc.  

Incluso Marx anticipándose a una época en que no existían la ecología ni la crisis ambiental con la magnitud que tienen hoy, tiene una frase que dice “el capitalismo solo puede desarrollarse agotando las dos únicas fuentes de riqueza reales que existen que son la naturaleza y el trabajo humano”. Ese es el mundo que tenemos hoy, esa destrucción del trabajo humano y la naturaleza se expresa en la crisis medioambiental, en el hecho de que existen millones y millones de hombres y mujeres que no tienen ni siquiera acceso a la posibilidad de ser explotados, porque no pueden trabajar, hay una masa excedentaria que el capitalismo utiliza también para presionar sobre el trabajo vivo para imponer condiciones cada vez más enajenadas e insoportables de trabajo. Es decir, el proletariado del mundo se convierte cada vez más en lo que algunos sociólogos de Latinoamérica llaman con mucha agudeza el “pobretariado” del mundo contemporáneo ultra fragmentado sin ningún tipo de derechos.  

Y la pandemia que hoy estamos viviendo, que nadie sabe cómo va a terminar nos enfrenta con un futuro preñado de peligros, como toda gran crisis es una posibilidad, pero hoy es más fácil y necesario advertir el tremendo peligro que tenemos por delante.  

Hoy estaba leyendo un pronóstico de uno de los institutos económicos más serios de Inglaterra que acaba de hacer un informe estableciendo que Inglaterra este mismo año ingresa en lo que va a ser la crisis más seria de los últimos 300 años de la vida de Gran Bretaña y pronostican una caída del PBI superior al 14/15% en lo inmediato. Así que a ese futuro nos enfrentamos y frente a ese futuro solo cabe oponer respuestas colectivas que están por construirse. Eso también hace a la actualidad de Marx.  

Marx polemizaba con otros luchadores sociales que proponían disminuir o eliminar tal o cual aspecto negativo del capitalismo diciéndoles “el capitalismo no admite formas, por eso es necesaria una revolución total”. No se trata de buscar en la sociedad capitalista el lado bueno y el malo y desechar el malo, porque esa es una utopía, hay que advertir las contradicciones y resolverlas de la única manera que se pueden resolver que es con una revolución, que debe ser total.  

Esas palabras de Marx tienen una actualidad total. Y algunos investigadores y críticos sociales agudos de nuestros tiempos están diciendo por nuestros días las mismas cosas, me refiero por ejemplo a Harvey o Benjamin Foster que dicen que el capitalismo nos condujo a una situación donde no hay más alternativa que o retomamos la lucha por el comunismo o condenarnos a aceptar un retroceso civilizatorio descomunal. Yo creo que efectivamente en esa situación estamos.  

Fuente: https://rebelion.org/el-capitalismo-nos-condujo-a-una-situacion-donde-retomamos-la-lucha-por-el-comunismo-o-aceptamos-un-retroceso-civilizatorio-descomunal/

 

sábado, 29 de agosto de 2020

LAS TESIS DE PULACAYO Y SU CONTINUIDAD HISTÓRICA



Dr. Hugo SALINAS

salinas_hugo@yahoo.com

Dentro de la luchas sindicales, a nivel mundial, muy pocas han tenido la importancia histórica como aquella realizada por los obreros mineros de Bolivia en 1946.

Su legado principal es el de no haberse restringido a una lucha de reivindicación. Los obreros mineros fueron conscientes de que ellos podían, y debían, construir una nueva economía y una nueva sociedad. Es la gran enseñanza de las Tesis de Pulacayo[i] y de sus mentores, la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia en 1946.

 

Las tareas democrática-burguesas y el socialismo en las Tesis de Pulacayo

En el punto 4 de la Introducción de las Tesis de Pulacayo se señala que “La particularidad boliviana consiste en que no se ha presentado en el escenario político una burguesía capaz de liquidar el latifundio y las otras formas económicas precapitalistas, de realizar la unificación nacional y la liberación del yugo imperialista.”

Esta frase deja claramente expresado el sentimiento de que, ante todo, debemos realizar las tareas democrática-burguesas consistentes en eliminar “otras formas económicas precapitalistas”. De ello se infiere que, si en el país la burguesía no es capaz de realizar esa tarea histórica, en la evolución de los procesos de trabajo, corresponde a la vanguardia del proletariado realizarlo, previa a la instalación del socialismo.

Este pensamiento queda explicitado en el mismo punto 4, de esta manera. “Tales tareas burguesas no cumplidas son los objetivos democráticos-burgueses que inaplazablemente deben realizarse.” Por consiguiente, corresponde a los obreros mineros de realizarla. Esto es lo que se acuerda en el 3er Congreso de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), realizado en Pulacayo, y que será conocido como las Tesis de Pulacayo.

Entonces, los trabajadores mineros se comprometen a jugar el rol que corresponde a los burgueses, y para beneficio de los burgueses, presentes y futuros que nacerán en dicha tarea. Un error de comprensión teórico, como lo veremos más adelante, y que ya perdura durante un siglo.

Aun cuando las Tesis de Pulacayo señalan que “El proletariado de los países atrasados está obligado a combinar la lucha por las tareas demo-burguesas con la lucha por las reivindicaciones socialistas”, dejan abierta la ventana para recalcar que primero se deben realizar las tareas democrática-burguesas, para beneficio y fortalecimiento de los burgueses, dado que no existen todavía las condiciones para instaurar el socialismo.

En este sentido, no puede ser más claro el punto 1 de la sección “El tipo de revolución que debe realizarse", de las Tesis de Pulacayo:  “Señalamos que la revolución democrático-burguesa, si no se la quiere estrangular, debe convertirse sólo en una fase de la revolución proletaria. Mienten aquellos que nos señalan como propugnadores de una inmediata revolución socialista en Bolivia, bien sabemos que para ello no existen condiciones objetivas.” (Las negritas son nuestras).

 

La expropiación de la Plusvalía a los expropiadores y los desarrollos teóricos recientes

Los conceptores de las Tesis de Pulacayo estuvieron a un paso en la comprensión teórica de la página más triste de la historia de la humanidad y que hubiera cambiado el contenido y el futuro de las revoluciones a venir.

En el punto 1 de la sección “Lucha contra el colaboracionismo clasista” de las Tesis de Pulacayo se anota que, “La lucha de clases es, en último término la lucha por la apropiación de la plusvalía” que es expropiada por los capitalistas a los asalariados. “Nuestro objetivo, afirman los mineros, es la expropiación de los expropiadores.”

Es decir que la apropiación de la plusvalía que es retenida sin razón alguna por los capitalistas,  es el objetivo supremo de la revolución proletaria.

Una conclusión que, bien meditada en su desarrollo, hubiera dado un giro realmente asombroso a los trabajos teóricos del marxismo y otros. Lastimosamente, a partir de dicha frase teorizada por Karl Marx, se opta por seguir el hilo del pensamiento del autor enfrascado en sustentar una Teoría de la Explotación del asalariado en base a la plusvalía, lo que impide formular, a partir de la misma frase y del mismo concepto de plusvalía, una Teoría del Cambio de la economía y de la sociedad en su conjunto. Veamos.

Una de las formas de medir el resultado de una actividad económica de un país, durante un período determinado, es el Producto Bruto Interno (PBI). Se sabe igualmente que, en términos generales, el PBI es igual a la suma de la masa de salarios (W) de los trabajadores del país, y de la masa de ganancias (G) realizadas por las empresas.

PBI = W + G 

Sabemos igualmente que, la masa de ganancias corresponde a la masa de la Plusvalía retenida por los patrones de las empresas capitalistas.

A partir de la apropiación de las ganancias de las empresas capitalistas; dicho de otro modo, a partir de “la apropiación de la plusvalía” a los expropiadores, propuesta en las Tesis de Pulacayo, existen dos formas de interpretación.

La primera forma de interpretación consistiría a pensar que la totalidad del resultado de la actividad económica de un país (PBI) debería volver únicamente sobre los trabajadores (T). Una parte en forma de salarios por el trabajo realizado (W) y, otra parte, en forma de repartición igualitaria de la totalidad de las ganancias (G) entre todos los trabajadores (T), a partir de la expropiación de la plusvalía a los expropiadores. Es decir:

PBI = W + (G / T)          (1)

Si

(G / T) = r

Entonces,

G = rT                         (2)

Remplazando 2 en 1 se tiene que:

PBI = W + rT

Con esta primera forma de interpretación, los trabajadores, al recibir la totalidad del PBI del país, a través de sus salarios y de la repartición igualitaria de las ganancias, se convertirían en los amos del resto de la sociedad; es decir, se convertirían en los amos de todas las personas en edad de trabajar pero que no tienen trabajo, de los niños, jóvenes, adultos, amas de casa, inválidos, etc). Una alternativa de solución no viable con el pensamiento socialista.

Otra forma de interpretación, y la más viable con el espíritu del socialismo, es que la totalidad de las ganancias (la totalidad de la plusvalía, en términos marxistas) sea repartida, en partes iguales, entre todos los habitantes del país (N). Es decir:

PBI = W + (G / N)         (4)

Si,

G / N = r

Se tendría:

G = rN                           (5)

Remplazando 5 en 4 se tendría:

PBI = W + rN              (6)

De esta forma, la totalidad del PBI se repartiría entre la totalidad de la población del país (N) de la manera siguiente: los trabajadores recibirían su salario en función del trabajo desarrollado (W) y, todos los miembros de la sociedad (N), incluido los trabajadores, recibirían una fracción alícuota de la totalidad de las ganancias (G) de las empresas.

Con ello se hubiera llegado fácilmente a la noción de Repartición Igualitaria del resultado neto de la actividad económica. Es decir, reacomodando la ecuación 6 se tendría:

(PBI – W) / N = r

Una solución teórica que hubiera iluminado con otro día a las revoluciones a venir.

Esta es una alternativa de solución no solamente viable con el pensamiento socialista sino también con una práctica realizada por los pueblos originarios del Tawantinsuyo y los grupos sociales en los albores de la humanidad.

Pero hay algo más. A partir de esta solución teórica, al estado puro, se pudo muy bien llegar a la proposición de una aplicación práctica, si tomamos en consideración las Tesis de Pulacayo en donde se afirma que los pequeños y micro empresarios son los aliados de los mineros y campesinos.

 

Una aplicación concreta de la Repartición Igualitaria

Así tenemos que en el punto 1 del parágrafo “Lucha contra el colaboracionismo clasista” de las Tesis de Pulacayo se anota lo siguiente: “La revolución proletaria en Bolivia no quiere decir excluir a las otras capas explotadas de la nación, sino la alianza revolucionaria del proletariado con los campesinos, los artesanos y otros sectores de la pequeña-burguesía ciudadana”. Una frase que es copiada una mil veces por los activistas del marxismo en todas partes del mundo, y que contiene una realidad generalmente no tomada en cuenta en las reflexiones teóricas.

Es el hecho de que el sector económico de las pequeñas y micro empresas, y que por lo general son millones de empresas en cada país, seguirán existiendo incluso en una economía socialista. Estas empresas seguirán existiendo con un tipo de repartición de las ganancias en la forma de repartición individualista; es decir que, la totalidad de las ganancias (de la Plusvalía) pertenecerá al propietario de la empresa.

Como anécdota podríamos anotar la exclamación de Vladimir I. Lenin, en los inicios de la Revolución Rusa,  al no poder eliminar a “los pequeños productores de mercaderías”. Aquí sus palabras: “Suprimir las clases no es solamente botar a los terratenientes y a los capitalistas, lo que nos ha sido relativamente fácil, es también suprimir los pequeños productores de mercaderías […]. Es mil veces más fácil de vencer a la gran burguesía centralizada, que de vencer a los millones y millones de pequeños patronos.”[ii]

Y lo cierto es que dentro del rubro de esta actividad económica están, en una gran parte, los creadores, innovadores, descubridores e inventores, actividades imposibles de eliminar. Más aún, cuando el nuevo proceso de trabajo en curso de instalación, el Proceso de Trabajo de Concepción, generalmente llamado economía inmaterial o economía cognitiva, tiene como trabajador al conceptor, elemento fundamental de la nueva economía.

Entonces, el hecho de prever la existencia de dicha franja de actores de la actividad económica, incluso en una economía socialista, nos conduce a aceptar que el modelo socio-económico alternativo al Capitalismo, y de aplicación práctica, deberá realizarse en una economía de mercado con dos sectores.

En un sector, que podemos llamar “sector 1”, estarían todas las pequeñas y micro empresas que se caracterizan por una apropiación directa del resultado neto de sus actividades económicas (apropiación directa de la Plusvalía) y, en un “sector 2” estarían todas las empresas a repartición igualitaria de sus ganancias. Aquellas que las llamo empresas-país.

De donde, el sector 2 de la economía de mercado tendría la siguiente estructura de repartición del resultado de su actividad económica (PBI2):

PBI2 = W2 + G2            (4)

G2 / N = r

G2 = rN                     (5)

Remplazando 5 en 4 se tendría:

PBI2 = W2 + rN

Con ello, la estructura de la actividad económica habría permitido, en forma natural, eliminar el binomio pobreza-riqueza, puesto que la totalidad del resultado de la actividad económica (del PBI) volvería, en partes más o menos iguales, a todos los habitantes del país. Es decir:

PBI = PBI1 + PBI2

Remplazando por los componentes del PBI tanto del sector 1 como del sector 2, tendremos:

PBI = W1 + G1 + W2 + rN

PBI = G1 + W + rN

O sea que el PBI del país será repartido en partes más o menos iguales entre la masa de las ganancias de los empresarios del sector 1, la masa de salarios de los trabajadores tanto del sector 1 como del sector 2, y la Remuneración de Base (r) que recibirá cada uno de los habitantes del país (N).

Es cierto que en este modelo socio-económico de aplicación práctica existen diferencias de ingresos monetarios entre los habitantes del país, que son resultado de las diferentes habilidades de cada uno de los trabajadores así como de la duración en sus puestos de trabajo, pero en ningún caso será el resultado de una relación de dominación de un ser humano contra otro ser humano.

Por otro lado, las empresas que conformarían el sector 2 de una economía de mercado, estarían conformadas por empresas bajo la modalidad de propiedad comunitaria puesto que todas ellas pertenecerían al país, única forma jurídica para mantener en el tiempo la decisión de la repartición igualitaria tomada por la comunidad.

La “expropiación de los expropiadores” hubiera tenido un resultado diferente al que nos enseña la historia de Bolivia a partir de 1952.

Saint-Nazaire, Francia, 29 de agosto del 2020



[i] La Tesis Central de la FSTMB, o más conocida como Las Tesis de Pulacayo, es un documento aprobado en el 3er Congreso de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, que se desarrolló en noviembre de 1946 en la ciudad de Pulacayo, Bolivia.

[ii] LENINE V., [1920] La maladie infantile du communisme ("Le Gauchisme"), Editions en langues étrangères, Pékin, 1976, p. 30-31