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domingo, 23 de agosto de 2015

"EL SISTEMA QUIERE QUE SEA TSIPRAS QUIEN APLIQUE EL RESCATE EN GRECIA"




Aitor Riveiro
Domingo 23 de agosto de 2015

A la todavía dirigente de Syriza Katerina Sergidoy (Atenas, 1982) la dimisión de Alexis Tsipras y la convocatoria de elecciones anticipadas la pillaron en España. Concretamente, en la Universidad de Verano de Anticapitalistas que el movimiento, integrado en Podemos, celebró hasta este sábado en la sierra segoviana y donde ha coincidido con dirigentes como Teresa Rodríguez o Miguel Urbán, entre otros.

Sergidou atiende a eldiario.es por teléfono en un fluido castellano para explicar la situación actual en Grecia. Una palabra domina el relato: memorándum. La letra pequeña del tercer rescate a Grecia, el acuerdo que firmó Tsipras y que rechaza la Plataforma de Izquierdas, una de las patas de Syriza y cuyos representantes en el Parlamento han decidido montar un grupo parlamentario propio y denominarlo Unidad Popular.

Asegura que Syriza todavía no se ha partido y que no se ha producido ninguna escisión. Todavía, porque la ruptura se da por segura. "Esto puede cambiar en los próximos días. Hoy todavía soy la secretaria del comité coordinador de Syriza en Atenas", apunta.

¿Cuándo se decidirá el futuro de Syriza?
Esta semana habrá diversos procesos internos: asambleas, comité central, etcétera. Primero vamos a dar la batalla interna en Syriza y si en los próximos días Tsipras mantiene el control de la mayoría en los órganos, quizá nos expulsen. Pero todavía no sabemos qué va a hacer él ni el resto de dirigentes.

¿Qué cree que pasará en estas reuniones?
Si no podemos convencer a nuestros compañeros de Syriza de que la decisión de Tsipras [de aceptar el acuerdo] no es buena, si no podemos convencerles de que apoyen reorientar las políticas, se creará un nuevo partido.

¿Cuál será el objetivo de ese nuevo partido?
Unidad Popular (nombre que ha adoptado el sector crítico de Syriza) quiere recoger el ’oxi’ (no) valiente del pueblo griego y representar a toda la gente que ha rechazado el memorándum, que ha luchado durante los últimos cuatro años contra la ’troika’, la policía y los gobiernos. Vamos a pedir a todos los sindicatos, a toda la izquierda y a todo el pueblo que apoyen la nueva fuerza para que continúe la resistencia en Grecia y para que la izquierda europea tenga una referencia en nuestro país.

¿Qué ha llevado a Alexis Tsipras a dimitir y convocar elecciones anticipadas?
Las elecciones tienen dos objetivos: la ratificación del memorándum por parte del pueblo griego y eliminar a la oposición interna. El sistema quiere que sea él quien aplique el rescate. Alexis Tsipras ha sido el elegido por el sistema europeo para aplicar un memorándum muy duro, el peor que existe. El grupo parlamentario de Unidad Popular será el tercero en tamaño en el Parlamento y relegará a la cuarta plaza a Amanecer Dorado. Sin elecciones, Tsipras tendría una oposición muy grande en el Parlamento.

¿Por qué han optado por formar grupo propio?
Tsipras había anunciado la convocatoria de un congreso de Syriza para decidir democráticamente si aceptábamos o no el memorándum y si se convocaban elecciones. Él ha decidido caminar sin el partido, dirigirse directamente al pueblo y colaborar con los socios europeos.

¿Cree que Tsipras temía que no pudiera sacar adelante en los órganos de Syriza el memorándum y por eso adelanta las elecciones?
Hay muchos compañeros en Syriza que no forman parte de la Plataforma de Izquierdas pero que entienden que Syriza no puede convertirse tan rápidamente. Si ahora se celebrara un congreso, se rechazaría el memorándum. Igual que lo hizo la sociedad griega cuando votó ’no’ en el referéndum.

Después de que Tsipras aceptara el tercer rescate, uno de los líderes de la Plataforma de Izquierdas dijo que votarían en contra pero que se mantendría el apoyo al Gobierno de Syriza. ¿Qué ha pasado desde entonces?
Lo que [Panagiotis] Lafazanis quería expresar es que no se nos puede hacer responsables de la caída del Gobierno. El argumento de Tsipras era que si votábamos no al rescate, el Gobierno caería, pero el único responsable es Alexis, que no respetó las decisiones de los órganos de Syriza ni del pueblo. Aunque los medios usaron esta frase para señalar contradicciones internas, lo importante es que nuestros diputados votaron no en todas las ocasiones. Por eso Tsipras quiere limpiar el grupo parlamentario.

Hace dos días un asesor de Tsipras [Stavros Karagkounis] también utilizóla expresión "limpiar", en referencia a los miembros de la Plataforma de Izquierdas. ¿Se sienten víctimas de una purga?
Primero quiero aclarar que Alexis Tsipras no es un traidor, pero ha entrado en un camino sin retorno. Tenía buenas intenciones, pero cuando eliges el camino del memorándum y de Bruselas no puedes hacerlo en un partido democrático. El cambio de programa de Syriza necesita un partido distinto, que sea obediente y que no discuta. Ya en los últimos meses habíamos pedido más democracia interna, con más debates y un mayor papel de los órganos. Algunos en Syriza dicen que vamos contra el partido, pero en realidad son ellos los que van contra las decisiones del partido.

Las encuestas aseguran que la mayoría de los griegos está en contra de que el país abandone el euro. ¿Tenía alternativa Tsipras al tercer rescate? ¿Se podía rechazar el memorándum y a la vez permanecer en la moneda única?
El resultado del referéndum tiene más peso que todas las encuestas del mundo. Y el resultado fue no en una situación de terror, donde los patrones decían a los trabajadores que si votaban no, iban a despedirles, y con los medios y la derecha asegurando que votar no era votar contra el euro. Cuando la gente votó, tenía en mente que el no significaba la ruptura.

El Gobierno no es que no aplicara el ’plan B’, es que ni siquiera aplicó el ’plan A’, que implicaba no hacer ningún sacrificio por el euro. Esto no significaba la ruptura inmediata, pero suponía que si en un ’impasse’ de las negociaciones daban a elegir entre las necesidades de la gente y el euro, eligiese las necesidades de la gente pasase lo que pasase.

Entonces, ¿cree que Tsipras pensaba que iba a perder el referéndum y así poder aceptar el memorándum?
Tsipras tomó una buena decisión porque permitiría desbloquear la negociación, pero no pudo seguir hasta el final la vía alternativa. El problema es que Tsipras tenía un límite: romper con Europa. Yo no sé si Tsipras quería que saliera el , pero sí sé que no respetó el no.

¿Tsipras está en condiciones de revalidar su triunfo si finalmente Unidad Popular se presenta por separado?
El memorándum todavía no se está aplicando. La gente aún no entiende que el memorándum implica que la ’troika’ va a decidir sobre nuestras vidas. Ahora es el mejor momento para Tsipras para hacer las elecciones y por eso ha elegido este momento. Si tiene el apoyo de todo el sistema, de todos los medios y de toda Europa, es muy probable que gane.

¿Y qué expectativas tendrían ustedes?
Lo primero, entrar en el Parlamento. Y además construir una unidad popular que no deje en paz a la troika, que organice la desobediencia en las calles, en las instituciones y en todos los lugares para llevar el ’oxi’, el no, hasta el final.

¿No temen que una división de Syriza devuelva a Nueva Democracia al poder?
Lo más probable es que el sistema presione mucho a Tsipras para que busque una coalición de unidad nacional en el Parlamento, una posibilidad que ya se abrió cuando decidió aplicar el memorándum e ignorar el mandato del pueblo. Lo que me preocupa es que un Gobierno de ’izquierdas’, entre comillas, aplique el memorándum, porque habla mal de la izquierda. Esto es lo que me da miedo. Pero si en el Parlamento y en la sociedad hay una fuerza que dice no, no tenemos que tener miedo de nada ni nadie. La puerta a un Gobierno realmente de izquierdas está abierta en Grecia.

¿Y ve posible que Amanecer Dorado continúe aumentando sus apoyos?
Creo que por ahora no. El peligro existe pero, aunque han tratado de recoger la decepción de la gente, no es la hora de Amanecer Dorado. Creo que la gente prefiere una izquierda fuerte y por eso creo que nos van a apoyar en las próximas elecciones.

¿Qué programa llevarán a esas elecciones?
El programa de Syriza. Eso significa decir no a los memorándum y a hacer ningún sacrificio por el euro. Significa detener los pagos de la deuda, cambiar los dirigentes de los bancos, renunciar a las privatizaciones, etcétera.

¿Estará recogida explícitamente la salida del euro en el programa?
Por ahora no tenemos un programa concreto. Pero para nosotros lo fundamental no es elegir moneda, sino la voluntad política de ayudar a la gente. La moneda es una herramienta. Pero la gente sí tiene que saber que estarán encima de la mesa todas las opciones. Y una opción es la salida del euro.

Lafazanis ha llamado a crear una gran coalición y ha hecho un llamamiento expreso al KKE para que se una. ¿Cree que el partido comunista lo aceptará?
Nos gustaría mucho tener una gran coalición de izquierdas y nos vamos a dirigir no solo a los líderes del KKE, sino a las bases, que votaron no en el referéndum. Durante los últimos años el KKE ha demostrado que no tiene interés en colaborar con otras fuerzas de izquierdas, pero esperamos que su gente presione y acepte el llamamiento.

En un hipotético escenario en el que el partido Unidad Popular fuera fundamental para que Tsipras forme gobierno. ¿Qué condiciones exigirían?
Este escenario no podemos preverlo. Sí puedo decir que no apoyaremos un Gobierno que aplique el memorándum. La prioridad no es buscar la manera de tener una voz en el Gobierno, pero si esa fuera la intención, seguiríamos con Syriza en el Parlamento. Lo que queremos es ser la voz del pueblo que dijo no.

Una de las figuras más relevantes del partido y pieza clave de la negociación con Europa, Yanis Varufakis, todavía no se ha pronunciado sobre su permanencia en Syriza. ¿Usted tiene alguna idea de qué hará?
No sé ahora mismo qué va a hacer. Lo que sí sé es que Varufakis es economista y él dice que el memorándum no se puede aplicar.

Las dos fuerzas de referencia de Syriza en España, Podemos e IU, han mostrado su apoyo a Tsipras. Usted ha estado estos días en España, ¿qué sensación tiene?
Para nosotros, el internacionalismo es fundamental. Nosotros nos dirigiremos al pueblo del Estado español, que durante estos meses tanto nos ha apoyado, sobre todo en la semana del referéndum. Queremos agradecer su apoyo y creemos que apoyarán un movimiento antimemorándum y radical como el que pondremos en marcha.

No he leído las declaraciones de los dirigentes de IU y Podemos, pero para mí lo importante es que hay muchas opiniones y visiones en ambos partidos. Estos días he estado en España para participar en la Universidad de Verano de Anticapitalistas. Allí se ha dicho la solidaridad con el pueblo griego no ha sido enorme. Espero que estos partidos, que son partidos radicales y de la gente y que han dicho, especialmente Podemos, que se dirigen al 99% de la sociedad, nos apoyen.

22/08/2015

lunes, 13 de julio de 2015

GRECIA, LA IZQUIERDA RADICAL Y LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO




domingo, 12 de julio de 2015

Antes de celebrarse el referéndum en Grecia estuve tentado de elaborar un artículo crítico contra Syriza. Pero me autocensuré. Pensé: dejemos primero que los hechos hablen por sí mismos y luego  formularé mis conjeturas. Creo que en el seno de la izquierda radical no existe la libertad de pensamiento o está muy mermada. Parece como si solo estuviera permitido criticar a la derecha. En su tiempo quien criticaba el socialismo soviético era tildado de pro imperialista. Hoy día nadie desde la izquierda radical se atreve a criticar la política y la economía puesta en práctica por el gobierno de Maduro. Si alguien lo hiciera, le tacharían de antidemocrático y de que está alineado con EEUU. Criticar al grandísimo Marx es considerado en el seno de la izquierda radical legítimo, pero criticar a Pablo Iglesias o a Tsipras está mal visto. Tradicionalmente en los partidos comunistas y por extensión en los partidos de la izquierda radical se esgrimía como bandera identitaria la autocrítica, pero en la práctica ha sido pura consigna. En la actualidad perdura esa circunstancia ideológica. Este es uno de los mayores defectos de la izquierda radical: no existe la libertad de pensamiento o está muy mermada. Parece que el posible éxito electoral de Podemos nos obliga a quienes militamos en la izquierda radical a estar callados y a secundar las consignas que nos vienen desde arriba. Me siento incómodo con el ambiente ideológicamente tan enajenado que existe en la actual izquierda radical. Se han instalado las consignas de la sociología vulgar y parece que todos estemos obligados a secundarlas. Uno de los participantes en la presentación de la agrupación electoral Ahora en Común decía que no se trata de la contradicción entre la izquierda y la derecha sino de la contradicción entre los de arriba y los de abajo. No soporto la sociología vulgar. Me parece veneno para la conciencia. ¿No es evidente que el pseudoconcepto de casta ha dejado ya de tener valor? Es evidente que sí. Pues lo mismo pasará con la totalidad de los pseudoconceptos de la sociología vulgar de la cual parece alimentarse en la actualidad gran parte de la izquierda radical. ¿Alguien cree que con este nivel ideológico tan bajo la izquierda radical puede llegar lejos? Yo creo que no. Y Syriza es el ejemplo.

¿El hecho de que Podemos pudiera ganar las elecciones aseguraría un buen futuro para el socialismo en España o para los intereses de la clase trabajadora? Yo afirmo con rotundidad que no. No basta con el “sí se puede”. En términos éticos no me fío de Pablo Iglesias. El modo en que se dirige a IU es inadmisible. La consigna  “Yes we can” –en español “si se puede”– viene de EE.UU.  Justamente una nación que no es ejemplo de democracia ni de socialismo. También es una nación muy afectada por la religión y la filosofía idealista.  Lo cierto es que aunque se grite “sí se puede”, en la realidad muchas cosas no se pueden. Ha sucedido con las promesas de Obama –que a fin de cuentas bajo el punto de vista de las conquistas sociales de la UE no es gran cosa–, y ha sucedido con las promesas de Syriza.  Tanto Syriza como Podemos deberían distinguir el querer del poder. Deberían detallar qué es lo que quieren y cuánto de lo que quiere se puede. El problema de Podemos es que ni tan siquiera quiere definir lo que quiere. Por el fin, la conquista del poder político, son capaces de sacrificar los más mínimos principios ideológicos como la diferencia entre izquierda y derecha. Pablo Iglesias afirma que bajo el predominio de esa contradicción es imposible que Podemos o cualquier otra formación política popular pueda ganar las elecciones. Quieren ignorar que la diferencia entre izquierda y derecha es la expresión política de la diferencia económica entre socialismo y capitalismo, entre trabajo y capital. Y la diferencia entre socialismo y capitalismo es una diferencia que atraviesa toda la historia desde el siglo XIX hasta nuestros días. Por el deseo ciego de conquistar el poder político,  Pablo Iglesias y Monedero son capaces de oponerse a las ciencias sociales e históricas. Y quieren encima que los intelectuales que hemos militado desde siempre en la izquierda radical les secundemos. Quieren ponernos de ejemplo, no al partido bolchevique de los tiempos de Lenin, sino al Partido Socialista Unido de los tiempos de Chávez y Maduro, quieren que abracemos no el marxismo sino el populismo.

Grecia está peor que hace cinco meses: recesión frente a crecimiento, déficit frente a superávit primario y corralito frente a estabilidad financiera. La actitud de Varufakis como la del propio Tsipras al frente de Syriza debe ser catalogada de aventurerismo político. Han perjudicado al pueblo griego. Ninguna de las pretensiones programáticas de Syriza han podido ser cumplidas. Las condiciones propuestas por Tsipras después del referéndum a la troika son un 63% más duras que las que habían antes del referéndum. No ha podido evitar subir el IVA, privatizar empresas del Estado y recortar las pensiones. Es duro, muy duro. Pero si hubiera firmado hace cinco meses, las condiciones económicas de Grecia hubiesen sido mejores. Syriza confundió el querer con el poder.  Lo que anunciaba que podía hacerse era en verdad lo que quería hacer. El problema que tenía que resolver Syriza no era un problema de soberanía del pueblo griego, sino en todo caso un problema de la soberanía de todos los pueblos que constituyen la Unión Europea. Algunos dicen que Tsipras obtuvo una victoria pírrica, yo afirmo que lo que obtuvo fue una victoria simbólica. A la izquierda radical le encanta los símbolos y se envuelve tanto en ellos que pierde la cordura y el sentido de la realidad. Me duele que el aventurerismo político de Syriza lo pague el pueblo trabajador griego.

Cuando pienso que Krugman aconsejaba al pueblo griego que votara que  “no” para propiciar la salida de Grecia del euro, comprendo hasta qué punto el intelectualismo reformista venido de fuera, de EEUU, puede ser nocivo. Creo que aunque Krugman quiera defender a los pobres, debe saber que él no es pobre. Lleva una vida muy acomodada. Tiene altos ingresos. Creo igualmente que el error de muchos voceros de Podemos que hablan siempre en defensa de los pobres, es el mismo que el de Krugman: ellos no son pobres. Es más: toda la clase obrera no es pobre. La demagogia actual tiene mucho que ver con el empeño de algunos políticos populistas de hablar en nombre de los pobres y olvidarse del pueblo trabajador que no es pobre. Los indignados del 15 M gritaban, refiriéndose a los partidos de aquel entonces, “ustedes no nos representan”. Pues yo digo que Podemos y Syriza a mí no me representan. IU sí.


jueves, 5 de febrero de 2015

GUILLERMO ALMEYRA: LAS ELECCIONES SON UN TERMÓMETRO DEL DESCONTENTO SOCIAL: LA ABSTENCIÓN ES UNA POLÍTICA PASIVA QUE MANTIENE EN EL GOBIERNO A QUIEN YA ESTÁ EN ÉL Y LO CONFIRMA; EL BOICOT A LAS ELECCIONES, EN CAMBIO, ES UNA POLÍTICA ACTIVA…





05-02-2015

M.H.: Uno de los temas que abordamos en nuestra última comunicación fueron las elecciones en Grecia, ya tenemos los resultados y dentro de lo que analizábamos, el triunfo de Syriza y la necesidad de una alianza con otra fuerza política para poder formar gobierno, aunque a mi juicio sorprendente el acuerdo con el Partido Conservador Anel. ¿Cuáles fueron los motivos que llevaron a Syriza a esta alianza con un partido nacionalista conservador, y qué evaluación hace de su triunfo? 

G.A.: En primer lugar hay que pensar que hubo un 35% de abstenciones, o sea que Syriza en vez de tener el 36% de los sufragios totales, tiene el 36% de los que votaron, o sea el 22%. Entonces tiene una fuerza real, pero esa fuerza es un quinto de los griegos y tiene que hacer frente a la ofensiva de la Troika y todo el capital financiero internacional. No puede evitar una fuerte dosis de realismo, una alianza lógica hubiera sido con el Partido Comunista de Grecia, que tiene 15 diputados, pero era imposible porque se rechazaban, además en muchas cosas para ellos su principal enemigo es Syriza, sobre todo porque temían su desarrollo en el movimiento sindical. 

Entonces, es un mal muy menor el tener que apoyarse en este partido conservador, con el cual lo único que hay en común es el rechazo de la política de la Troika, pero que no van a hacer mucho problema sobre el programa inmediato de Syriza porque es un programa elemental, absolutamente necesario y popular, entonces no lo van a tocar ni van a protestar contra eso. 

Aparece como una política pragmática, no principista, a los puristas eso les molesta, pero es la única forma de sobrevivir en estos momentos, afirmarse como gobierno y empezar a tomar algunas medidas y de tener un respaldo frente a la Unión Europea. El problema es que incluso el programa limitado de Syriza, esencial, elemental, correcto en temas laborales, en evitar la expropiación de la vivienda a quienes no pueden pagar, ese programa solamente lo va a poder cumplir si hay una fuerte presión del movimiento social griego, Syriza no puede gobernar sin esto. 

Ha resuelto el problema del gobierno pero su única fuerza sería una movilización popular porque tiene el apoyo del 22% de los griegos, tiene que convencer a otros, conquistar, neutralizar y tener fuerza social para llevar adelante las cosas. No se puede pretender que logre grandes cambios en Grecia rápidamente porque es imposible. Grecia está destruida, tiene un 50% de desocupación juvenil, un 30% de desocupación total, no puede importar una serie de alimentos, entonces va a tener que hacer una política por fuerza limitada. 

Es importante que Syriza triunfe porque aunque representa a un país que representa solamente el 2% de la economía de la Unión Europea, si esto se extiende a España y Podemos, con una política también muy limitada, gana en la cuarta potencia de la Unión Europea, ahí empiezan a cambiar las cosas y eso arrastra también a Portugal. 

Entonces hay que apoyar a Syriza por la importancia del proceso, pero no hay que ilusionarse ni sobre Tsipras ni sobre Syriza, porque todo depende de la movilización del pueblo griego. 

M.H.: Llama la atención que esta formación política gana las elecciones en el momento de menor movilización social en Grecia. 

G.A.: Exactamente, porque la gente ya no espera tanto, porque de las diez huelgas generales que hizo, no consiguió nada. Entonces empezó a esperar a ganar las cosas a través de las urnas, ahora las ganó, pero las cosas se resuelven en la calle, las urnas son simplemente un termómetro del descontento social nada más. Lo importante es que ese descontento social se organice y movilice con objetivos. 

El boicot a las elecciones en México es generar movilización y discutir alternativas 

M.H.: Hablando de elecciones, he visto que los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en México, llaman a un boicot electoral en las elecciones de junio en ese país. ¿Qué consideración le merece esta posición? 

G.A.: A diferencia de lo que planteaba el zapatismo en las últimas dos elecciones, que proponía la abstención, favoreciendo al gobierno, tanto es así que Calderón salió presidente con 100.000 votos de diferencia, porque la abstención es una política pasiva que mantiene en el gobierno a quien ya está en él y lo confirma, el boicot a las elecciones es una política activa, porque significa salir a las calles, significa impedir la apertura de las urnas, hacer grandes movilizaciones, oponer otro tipo de elecciones, en las municipalidades, en las comunidades, porque no es que se oponen a las elecciones, se oponen a estas elecciones de los partidos que han sido cómplices del desastre. Me parece positivo y creo que hay que apoyarlo, principalmente en Guerrero porque hay una posibilidad de ofrecer una alternativa superior. La abstención no modifica nada, ni el clima ni la situación, el boicot en cambio es generar movilización y discutir alternativas. 

M.H.: Al cumplirse cuatro meses de la desaparición de los estudiantes asistimos a una gran marcha en México y en más de 50 ciudades del mundo. Paralelamente, he leído que el Procurador General, Murillo Karam, declaró que los estudiantes habían sido asesinados e incinerados en un basurero de Cocula. ¿En qué se basa esta afirmación? 

G.A.: En nada, es imposible, científicos de la UNAM han comprobado que para hacer desaparecer los huesos se necesita un horno a 3600 grados, ni poniendo una montaña de llantas y maderas conseguirían llegar a esa temperatura, tendrían que haber quedado los huesos. Es una mentira, simplemente insostenible desde el punto de vista científico y apuntada a desmoralizar tanto a los parientes como al pueblo de Guerrero, parar con las movilizaciones y ocultar el caso, como se hizo en otros casos de asesinatos masivos en México, el caso de Tlatelolco, también la masacre de 1976 con cientos de asesinados. Quieren hacer pasar esto como una cosa ya resuelta, esa es una nueva infamia de un gobierno asesino y responsable de esta crisis. 

M.H.: Respecto del tema de los hornos, los familiares han remarcado la posible participación del Ejército, de que hubieran sido incinerados en hornos del Ejército y por eso intentaron ingresar a varios cuarteles y fueron rechazados. 

G.A.: Sí, el Ejército tiene hornos. Primero negó tenerlos, pero hacía publicidad para crematorios particulares, entonces, tiene hornos crematorios, se descubrió eso por boca del propio Ejército. Están ocultando la verdad, también están ocultando que intervinieron en los secuestros y asesinatos, hay testigos, la declaración de Murillo que pone al Ejército fuera de la cuestión, trata de limpiarle la cara a un Ejército que tiene sobre sí miles de muertos y ha participado en diversas campañas de asesinatos, por empezar la de 1976, pero también en Tlatelolco en 1970. Es una costumbre de los gobiernos mexicanos resolver las cosas a los tiros, total los que mueren son campesinos o trabajadores, gente que para ellos no tienen el menor costo. 

M.H.: Esa parecería ser también la política del gobernador interino, Rogelio Ortega Martínez, que creo es un ex rector de la Universidad de Guerrero. 

G.A.: Ese es un traidor, fue alumno mío y era de izquierda. Fue dirigente estudiantil de izquierda, estuvo preso durante un período por ser de izquierda y ahora es un chupamedias del presidente en las cosas más sucias contra el pueblo de Guerrero.

M.H.: En la última comunicación que tuvimos también nos centramos en la muerte del fiscal Nisman. Al respecto se ha conocido la propuesta de la Presidenta de la Nación de disolver la Secretaría de Inteligencia. ¿Qué opinión le merece? 

G.A.: La iniciativa me parece tardía pero correcta, se debería haber tomado desde hace muchísimos años, porque los servicios desde las sucesivas dictaduras, incluso antes del retorno de Perón en 1974 eran omnipotentes, hacían y decidían todo, y los partidos se apoyaban en todas sus campañas de desinformación. 

Probablemente le pongan trabas en el Congreso, pero lo que habría que hacer es profundizar y desarrollar esta iniciativa para llegar al control total de los servicios y a la eliminación de ese problema tremendo que consiste en que fuerzas no nombradas por nadie determinen cuál es la política del país y envenenen su vida política. Me parece positiva la medida de la Presidenta.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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