por Thierry
Meyssan
Este artículo es una alerta. Desde noviembre
de 2016, se ha montado un enorme aparato de agitación y
propaganda para acabar con la reputación y autoridad del hoy presidente Donald
Trump en cuanto entrara en la Casa Blanca. Es la primera vez que
se ve este tipo de campaña, científicamente organizada, contra un presidente
de los Estados Unidos y con el uso de los medios que están desplegándose.
Estamos entrando en la era de la post-verdad, pero los papeles de los
protagonistas no son los que parecen ser.
Red Voltaire | Damasco (Siria) | 28 de febrero de 2017
David
Brock está considerado como un maestro de la “agitprop” (agitación y
propaganda) del siglo 21. Totalmente carente de escrúpulos, este personaje
es tan capaz de defender una causa como de reducirla a polvo, según las
necesidades de quién solicite sus servicios… y se halla a la cabeza de un
verdadero imperio de la comunicación de masas.
Sigue su curso la campaña que actualmente dirigen
los padrinos de Barack Obama, de Hillary Clinton y de la destrucción del
Medio Oriente ampliado, contra el nuevo presidente de Estados Unidos.
Después de la “Marcha de las Mujeres” realizada el 22 de enero, ahora están
montando una “Marcha por la Ciencia” que tendría lugar el 22 de abril, pero
no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo occidental.
Su objetivo sería demostrar que Donald Trump, además de misógino, es
también un oscurantista.
Que haya sido organizador del concurso de Miss
Universo y que esté casado, después de dos divorcios, con una ex modelo
“demuestra” que desprecia a las mujeres. Que cuestione el papel de Barack
Obama en la creación de la Bolsa de Clima de Chicago [1]
(lo cual hizo mucho antes de ser presidente) y que rechace la tesis según
la cual las perturbaciones climáticas son resultado de las emisiones de carbono
“demuestra” que no entiende nada sobre la ciencia.
Para convencer a la opinión pública estadounidense
de que el presidente que dice querer hacer la paz con los enemigos de
Estados Unidos y colaborar con ellos en pro de la prosperidad
económica internacional tiene que estar loco, David Brock, uno de los
más grandes especialistas de la “agitprop” (agitación y propaganda),
ha montado un dispositivo imponente, incluso antes de la investidura de
ese presidente.
Cuando trabajaba para los republicanos, David Brock
inició contra el presidente Bill Clinton las maniobras que acabaron
convirtiéndose en el Troopergate, el caso Whitewater y el caso Lewinsky.
Posteriormente cambió de bando y hoy está al servicio de Hillary
Clinton, para quien ya organizó anteriormente tanto la destrucción de la
candidatura de Mitt Romney como la defensa de la señora secretaria de Estado
ante el escándalo provocado por el asesinato en Bengazi del embajador de
Estados Unidos en Libia. Durante las elecciones primarias del Partido
Demócrata, era David Brock quien dirigía los ataques contra Bernie Sanders. La
publicación estadounidense The National Review incluso ha
calificado a Brock de «asesino de derecha convertido en asesino de izquierda».
Es importante recordar que los 2 procedimientos
de destitución de un presidente estadounidense en pleno ejercicio de sus
funciones, posteriores ambos a la Segunda Guerra Mundial, no se iniciaron
para favorecer la democracia sino en beneficio del Estado profundo.
El Watergate fue piloteado de cabo a rabo por el misterioso
personaje que se identificaba como «Garganta Profunda», que
al cabo de 33 años resultó ser Mark Felt, el segundo
del director del FBI Edgar Hoover. En cuanto al
caso Lewinsky, sólo fue el medio utilizado para obligar a Bill Clinton
a aceptar la guerra contra Yugoslavia.
La actual campaña está siendo orquestada
subrepticiamente por 4 asociaciones:
Media
Matters (“Los medios [de difusión] son importantes”)
se encarga de rastrear los errores de Donald Trump. Su boletín
contiene lo que usted va a leer diariamente en los diarios:
no se puede confiar en el presidente porque se equivocó
en esto o aquello.
American
Bridge 21st Century (“El Puente Americano del Siglo 21”) ya
ha pasado en revista más de 2 000 horas de videos en los
que aparece Donald Trump desde hace años y más de otras 18 000 horas
de videos de miembros de su gabinete. Dispone de sofisticados medios
tecnológicos concebidos por el Departamento de Defensa –que por demás son
en principio imposibles de encontrar en el mercado– que le permiten
buscar contradicciones entre las posiciones anteriores de todas esas personas y
sus posiciones de hoy. Está previsto extender todo ese trabajo a los
1 200 colaboradores del nuevo presidente.
Citizens
for Responsibility and Ethics in Washington – CREW (“Ciudadanos por la
Ética y la Responsabilidad en Washington”) es un gabinete de juristas de
alto nivel encargado de rastrear todo lo que pueda convertirse en
escándalo en contra de la administración Trump. La mayoría de los
abogados de esta asociación trabajan gratuitamente “para la causa”.
Son ellos quienes prepararon la denuncia del fiscal general del
Estado de Washington, Bob Ferguson, contra el decreto sobre la inmigración.
Shareblue
es un arma electrónica que ya alcanza a 162 millones de internautas en
Estados Unidos. Se encarga de la divulgación de temas
preestablecidos, como:
• Trump es autoritario y ladrón.
• Trump se halla bajo la influencia de Vladimir Putin.
• Trump tiene una personalidad débil y es propenso a la cólera, es un maníaco-depresivo.
• Trump no fue electo por la mayoría de los electores y es por consiguiente un presidente ilegítimo.
• Su vicepresidente, Mike Pence, es un fascista.
• Trump es un multimillonario que va a tener constantes conflictos de intereses entre sus negocios personales y las cuestiones de Estado.
• Trump es un títere de los hermanos Koch, los célebres financieros de extrema derecha.
• Trump es un supremacista blanco que amenaza a las minorías.
• La oposición anti-Trump está en constante aumento fuera de Washington.
• Para salvar la democracia hay que apoyar a los congresistas demócratas que atacan a Trump y acabar con los que cooperen con él.
• Hay que hacer lo mismo con los periodistas.
• Derrocar a Trump llevará tiempo pero hay que mantener la lucha.
Esta asociación va a producir boletines que serán enviados por correo electrónico y videos de 30 segundos con el apoyo de otros 2 grupos: una firma realizadora de videos documentales, The American Independent (“El Americano Independiente”), y una unidad estadística Benchmark Politics (“Política Comparativa”).
Todo ese dispositivo –creado durante el periodo de
transición, o sea entre el momento de la elección de Donald Trump y
su llegada a la Casa Blanca– ya emplea en este momento más de
300 especialistas, respaldados por un gran número de colaboradores
voluntarios (que trabajan gratuitamente). Su presupuesto anual, que
inicialmente ascendía a 35 millones de dólares, ha sido incrementado
y hoy se eleva a unos 100 millones de dólares.
Este enorme esfuerzo por destruir la imagen –y
por consiguiente la autoridad– del presidente de Estados Unidos
antes de que haya tenido tiempo de hacer algo puede traer gravísimas
consecuencias. Al eliminar a Saddam Hussein y a Muammar el-Kadhafi,
la CIA hundió sus países respectivos en un largo caos, y
lo mismo podría suceder en el «país de la Libertad».
Nunca antes se había recurrido a este tipo de técnica de manipulación
de las masas contra un dirigente de un país occidental.
Por el momento, el plan está funcionando:
ningún líder político del mundo se ha atrevido a felicitar a
Donald Trump por su eleccion… con excepción de Vladimir Putin y de
Mahmud Ahmadineyad.
Fuente
Al-Watan (Siria)
Al-Watan (Siria)