domingo, 27 de febrero de 2022

LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES COMO ESTRATEGIA DE DESARROLLO

 


Dr. Hugo SALINAS 

hugosalinasgonzalez@gmai.com 

John Maynard Keynes en 1936 ya había puesto en relieve que los dos males más grandes de nuestras sociedades modernas son el desempleo y la pobreza.

Keynes lo precisó en estos términos: “los dos vicios horrendos del mundo económico en el que vivimos son: primero, el desempleo; segundo, la arbitrariedad y ausencia de equidad en la repartición de la fortuna y de las remuneraciones.i Ahora, luego de los trabajos de Thomas Pikettyiisabemos con mayor precisión estadística que, durante cientos de años, la desigualdad en fortuna ha sido, y sigue siendo, mucho mayor que la desigualdad en remuneraciones.

A pesar del tiempo transcurrido, la Teoría Económica no ha sido capaz de mostrarnos la senda por la cual podríamos eliminar el desempleo y la pobreza. Tanto más que en los pueblos originarios del mundo no han existido estos males de sociedad. A lo sumo con Milton Friedman se ha llegado a proponer la Tasa Natural de Desempleo (1968)iii. Y con las recomendaciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, nos consolamos con disminuciones porcentuales tanto del desempleo, de la pobreza como de la extrema pobreza.

Lagunas en la Teoría Económica

Es evidente que existen lagunas en la Teoría Económica, sobretodo en la forma de abordar la problemática de las desigualdades socio-económicas. Para verificarlo, tomemos tres temas de suma importancia y trascendencia: la variable trabajo y su entorno, el financiamiento de proyectos de inversión y los tipos de repartición de la riqueza creada.

Hasta el momento, la Teoría Económica utiliza en los modelos económicos solamente la variable trabajo (L), además, sin precisar que se trata solamente de trabajadores ocupados. Con ello deja de lado a partes importantes de la sociedad como la contribución y retribución de los recién nacidos, los niños, los jóvenes, los ancianos, los ocupados sin remuneración alguna como es el caso de las amas de casa, los inválidos e, incluso, los trabajadores no ocupados, y que cuentan por cientos de millones de personas.

De igual modo, cuando la Teoría Económica aborda el financiamiento de los proyectos de inversión no explicita las diversas fuentes de financiamiento. Y la razón estriba en el que la Teoría Económica solamente toma en consideración al capital acumulado en ciertas personas o instituciones financieras privadas. Y esto, a pesar de que los gobiernos, tanto del Norte como del Sur, utilizan la emisión monetaria respaldada por el país para resolver su falta de financiamiento o de crisis monetaria. Este fue el caso, por ejemplo, de la llamada crisis de subprime del 2008, en donde utilizaron la emisión monetaria respaldada por el país, a raudales, De ahí que, esta emisión monetaria se convirtió posteriormente en deuda soberana.

La Teoría Económica olvida, además, que la Humanidad ha practicado dos tipos de repartición de la totalidad de la riqueza creada. En todos los modelos micro y macro económicos, el único tipo de repartición que utiliza es la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica. Y lo peor, ya no se da el trabajo de explicitarlo 2 puesto que considera que existe un solo tipo de repartición, como lo veremos más adelante.

Esto hace que se requiera de una nueva visión de la actividad socio-económica para abordar la problemática del desempleo y la pobreza

Estas carencias en la Teoría Económica estarían explicadas por un enfoque que prioriza la producción y olvida una parte importante de la actividad socio-económica: las formas o tipos de repartición de la riqueza creada.

Es por ello que proponemos una nueva visióniv del conjunto de la actividad socio económica, en donde la desglosamos en dos partes. El primer sub-conjunto se ocuparía de resolver la pregunta, ¿cómo se crean los bienes económicos? Y, el segundo sub conjunto se ocuparía del tema, ¿cómo se reparte la riqueza creada?

Con la ayuda de esta nueva manera de abordar la actividad socio-económica en su conjunto, primero, podemos identificar con mayor claridad el nuevo proceso de trabajo que la Humanidad está construyendo, segundo, la posibilidad de eliminar tanto el desempleo como la pobreza y, tercero, la puesta en evidencia de un financiamiento gratuito e ilimitado para la creación y desarrollo de empresas-país. En definitiva, estaríamos creando una base socio-económica que posibilita construir una sociedad con igualdad de oportunidades para todos sus habitantes.

La Economía Inmaterial como la nueva forma de trabajar que la Humanidad está creando y desarrollando

En estos últimos decenios ya no solamente se trata de “producir”, ahora es cuestión de “elaborar” bienes económicos. Y esto porque se está instalando con gran velocidad una nueva manera de trabajar que nos está conduciendo de la economía material a la economía inmaterial.

Se trata de un nuevo proceso de trabajo cuyos elementos son esencialmente inmateriales. Es así cómo, su elemento fundamental está constituido por los conocimientos y habilidades del trabajador. El trabajador ya no es ni recolector ni campesino ni obrero. Se trata de un trabajador-conceptor (doctor en alguna especialidad de la actividad económica).

Este nuevo proceso de trabajo, para manifestarse, requiere de un elemento material, comúnmente llamado el hardware. De ahí que, esta nueva forma de trabajar está imponiendo un desarrollo industrial acorde a las necesidades del bien inmaterial. Con ello, la vieja industrialización formalizada en los siglos XVII y XVIII está siendo suplantada con la nueva industrialización al servicio de esta nueva manera de trabajar.

Es una forma de trabajar en donde cada nuevo “producto” es el resultado de una creación, invención, innovación o descubrimiento. Son bienes únicos. Con ello estamos construyendo un nuevo cuadro de vida, al mismo tiempo que estamos resolviendo problemas tanto del individuo como de la sociedad que eran imposibles de abordar con una economía material.

Los dos tipos de repartición de la riqueza creada

Como lo señaláramos en la introducción, esta nueva visión de la actividad socio económica presenta dos sub-conjuntos. El primero, como lo acabamos de ver, aborda los 3 diferentes procesos de trabajo que ha creado la Humanidad para alcanzar un máximo de recolección, producción o elaboración de bienes económicos. En breve, son diferentes y cada vez mejoradas formas de creación de riqueza.

Es así cómo llegamos a la conclusión de que es recomendable que todos los pueblos del mundo se lancen a la economía inmaterial (Proceso de Trabajo de Concepción) a fin de obtener un máximo de riqueza y en las mejores condiciones de producción y elaboración de bienes económicos.

Ahora abordaremos el segundo sub-conjunto que se orienta a resolver el cómo repartir la riqueza creada por todos los habitantes del país.

El cómo repartir es una decisión de sociedad. Una “decisión”. Y como tal, para manifestarse lo hace a través de los elementos del proceso de trabajo que son materiales. Es así cómo, su existencia se oculta, o se agrega, a las características materiales de los elementos del proceso de trabajo. Y es esta característica del segundo sub-conjunto de la actividad socio-económica que, probablemente, ha impedido al investigador visualizar su existencia.

De tal forma que los efectos, positivos o negativos, de la “decisión de sociedad” con relación a la repartición de la riqueza creada, han sido tomados en consideración como si fueran también las características de los elementos del proceso de trabajo. Son los casos, por ejemplo, de la noción de economía de mercado, del capital, del precio, del dinero, de la competencia, etc quienes siendo elementos de un proceso de trabajo, en algunos casos se les observa como elementos positivos para la sociedad y en otros, como elementos negativos.

Hecha la precisión, remarcaremos que las investigaciones muestran que la Humanidad ha practicado dos tipos completamente diferentes de decisión en cuanto a la repartición del resultado de la actividad económica. Una de ellas es la Repartición Individualista, mediante la cual, la totalidad del Resultado Neto de la actividad económica pertenece a quien maneja el acto económico. Ejemplos concretos de este tipo de repartición lo hemos tenido en las sociedades esclavista, feudal y ahora, capitalista.

Y es ella, la Repartición Individualista, la que no es posible observarla en forma directa, es la que ha desvirtuado el carácter positivo de los elementos del proceso de trabajo, ya sea en la economía agrícola o industrial.

El segundo tipo de repartición lo han practicado los pueblos originarios ya sea de la civilización occidental o de la civilización Tawantinsuyana. Se trata de la Repartición más o menos igualitaria de la totalidad del resultado de la actividad económica. En aquellos tiempos, la repartición se realizó en condiciones de economías de autoconsumo, motivo por el cual la Repartición más o menos igualitaria era visual y directa a los ojos y entendimiento de la comunidad.

Es esta característica de repartición más o menos igualitaria de la riqueza creada que condicionó vínculos de hermandad, actitudes de cooperación y, sobre todo, impedía la aparición de desempleo y pobreza. Estos dos grandes vicios de nuestra civilización occidental, como lo señalara Keynes, no existían en aquellos tiempos. ¿Qué hacer para que este tipo de repartición más o menos igualitaria se instale en nuestras sociedades modernas de economía de mercado?

El modelo socio-económico a instalar: una economía de mercado con dos tipos de repartición

Ya vimos que la respuesta a cómo producir o crear riqueza es sin equívoco, instalar una economía inmaterial. Y en cuanto a cómo repartir la riqueza creada, la sociedad debe adoptar la Repartición más o menos igualitaria del Resultado Neto de la actividad económica.

Por otro lado, nuestras investigaciones nos conducen a la evidencia, teórica y práctica, que dentro de una economía de mercado, siempre existirán micro y pequeñas empresas, y cuyo tipo de repartición natural es la Repartición Individualista. Además, la experiencia muestra que el seno de las micro y pequeñas empresas es el cuadro natural para los que se dedican a crear, innovar, descubrir e inventar.

Es a partir de estas constataciones que surge la propuesta de una economía de mercado con dos tipos de repartición del Resultado Neto de la actividad económica. ¿Qué significa esta proposición?

Tomemos como medida de la totalidad de la riqueza creada durante un ejercicio económico al Producto Bruto Interno (PBI) del país. En tiempos de los pueblos originarios, la Repartición más o menos igualitaria tomó la forma siguiente:

PBI / N ~ r

En donde N es la totalidad del grupo social y “r” es la parte más o menos igualitaria que recibe (consume) cada uno de los miembros de la comunidad.

Este mismo comportamiento, en una economía de mercado, tomaría la forma siguiente:

Englobemos dentro del Sector 1 a todas las empresas actualmente existentes que son empresas a Repartición Individualista. La riqueza creada por dicho sector será igual al Producto Bruto Interno del Sector 1 (PBI1). De igual manera, la riqueza creada por el Sector 2 será igual al PBI2. En este sector están clasificadas únicamente las empresas país.

De tal forma que:

PBI = PBI1 + PBI2

Sabiendo que el PB se descompone en una masa de salarios W y una masa de ganancias G, tendremos:

PBI = W1 + G1 +W2 + G2

En donde G2 es la masa total de ganancias de las empresas-país, la misma que será repartida, en partes iguales, entre todos los habitantes del país (N), con lo cual se da nacimiento a “r”, la Remuneración de Base Universal (r) que recibirá cada persona desde su nacimiento hasta el fin de sus días, por ser miembro de su sociedad. Es la Repartición Igualitaria de la totalidad de las ganancias de las empresas-país.

De esta manera, tendremos que la Repartición más o menos igualitaria del PBI, en una economía de mercado, sería:

PBI = W + G1 + rN

Aquí se puede observar que, la totalidad de la riqueza creada por el país se revierte en partes más o menos iguales entre todos los habitantes del país, sin que exista ninguna relación de dominación ni la participación de agentes políticos. Son estos nuevos mecanismos de la actividad socio-económica que nos conducirán a una sociedad de igualdad de oportunidades, como lo veremos luego.  

Pero, surge la pregunta: si la totalidad del PBI se reparte en partes más o menos iguales entre todos los habitantes del país, ¿de dónde sale, entonces, el financiamiento necesario para crear y desarrollar empresas-país, en número y capacidad suficiente para eliminar el desempleo?

La propiedad comunitaria y el financiamiento ilimitado y gratuito para crear y desarrollar empresas-país

Así como la Repartición Individualista perdura por más de diez mil años gracias a la institución jurídica, la propiedad privada; la Repartición Igualitaria perdurará en el tiempo gracias a la institución jurídica, la propiedad comunitaria. Una propiedad que pertenece a todos los habitantes del país pero a ninguno en particular. Es el caso de la empresa-país.

De esta manera, el financiamiento gratuito e ilimitado, vía emisión monetaria, para crear y desarrollar empresas-país estará respaldado, primero, por el valor de todas las empresas país; segundo, por todos los activos del país y, tercero, por todos los recursos naturales del país, además de la calidad y número de su población económicamente activa.

El financiamiento será ilimitado en el límite de los recursos del país para crear y desarrollar empresas-país. Y será gratuito porque cualquier persona portadora de un proyecto de inversión podrá ponerlo en práctica gracias al financiamiento que le otorga el país en la forma de emisión monetaria.

La igualdad de oportunidades para todos los habitantes del país

Estos son los cimientos sólidos, reales, para fundamentar el ejercicio de una igualdad de oportunidades para todos los habitantes del país, desde su nacimiento hasta el final de sus días.

Las personas tendrán fundamentalmente dos fuentes de ingresos monetarios. Por un lado, mientras que trabajan durante su vida profesional gozarán del salario en función de sus aptitudes, conocimientos y tiempo de trabajo. Por otro lado, en tanto que personas miembros de una sociedad, recibirán una Remuneración de Base a lo largo de su existencia por el hecho de ser parte de una sociedad.

De igual manera, a lo largo de su existencia, cada persona podrá poner en práctica sus ideas y ambiciones porque contará con un financiamiento gratuito, además de que siempre tendrá un trabajo asegurado porque las empresas-país contarán con un financiamiento ilimitado para el desarrollo de proyectos de inversión.

Nuevas instituciones que correspondan a una nueva base socio-económica

Ya hemos anotado que para consolidar en el tiempo la Repartición Igualitaria de la totalidad de las ganancias de las empresas-país, se requiere contar con una nueva institución jurídica, la propiedad comunitaria, aquella que pertenece a todos y a ninguno en particular.

También hemos señalado que las empresas-país cuentan con un financiamiento ilimitado que les permitirá eliminar el desempleo. Y puesto que el objetivo de la empresa-país no es maximizar las ganancias, podrá establecer un Nuevo Contrato de Trabajo que garantizará un nivel de salarios acorde con el crecimiento del PBI y las necesidades de la población.

Además, puesto que la totalidad de la riqueza creada (PBI) se encuentra en los bolsillos de todas las personas, en partes más o menos iguales, el tipo de Gobierno que nacerá será 6 el de la Democracia Directa, con dos características fundamentales: instituciones a un solo nivel de decisión y cada una de ellas ajustadas a las necesidades directas de las personas. Nunca más el centralismo que degrada a la persona y a la sociedad.

Es esta la sociedad que podemos construir para que se encuentre acorde con nuestras necesidades y con nuestras ambiciones.

Lima, sjl, 15 de diciembre del 2021  

UNA GUERRA JUSTA, UNA GUERRA DEFENSIVA

 


(26 de febrero de 2022)

 

Por Miguel Ángel Aragón 

 

El gobierno de tendencia fascista instalado en Kiev (capital de Ucrania), desde el año 2014  viene  atacando y masacrando  a la población (9 millones de habitantes) que vive en la  región de Donbass, región ubicada en la parte oriental de Ucrania, limítrofe con Rusia.

En ocho años de agresión fascista, han sido asesinados por el ejército ucraniano más de 14 mil pobladores de la región de Donbass.  Actualmente hay varias decenas de miles de refugiados de esa región  que han tenido que huir hacia Rusia, donde han sido acogidos temporalmente.

La mayoría de los pobladores de Donetsk y Lugansk (ubicados en la región de Donbass), que rechazaron el golpe de estado fascista  de febrero de 2014, mediante consulta por referendo, hace ocho años aprobaron por mayoría  ejercer el derecho a la autodeterminación, y se  autoproclamaron  dos repúblicas democráticas, la República Democrática de Donetsk y la República Democrática de Lugansk.

Estas dos jóvenes repúblicas democráticas, recién el 21 de febrero de 2022, fueron reconocidas diplomáticamente por el gobierno de la Federación Rusa, que actualmente preside Vladimir Putin.

La actual guerra de las repúblicas democráticas contra el gobierno   de Ucrania, es una guerra justa, es UNA GUERRA  DEFENSIVA contra la agresión fascista del gobierno de Kiev. 

En esta guerra defensiva, cuentan con el apoyo temporal  del gobierno de la Federación Rusa, así como el gobierno de Kiev cuenta con el apoyo de la OTAN. Los pueblos del mundo entero, amantes de la paz y de la justicia,  debemos de movilizarnos y apoyar esta guerra justa, por el restablecimiento de la paz en Ucrania, y por el restablecimiento de la amistad de los pueblos de Ucrania y Rusia. 

El objetivo de la acción militar especial del gobierno de Rusia es colaborar con la desmilitarización y la desnazificación  de Ucrania, para poner fin a la agresión contra la región oriental de Ucrania.  La intervención del ejercito de Rusia no es ocupar, ni apropiarse, de Ucrania. El desarrollo de los sucesos que ocurran en los próximos días definirán el futuro destino de este conflicto.

MIRADA GEOPOLÍTICA: ESTO PODEMOS ESPERAR TRAS LA CONQUISTA DE UCRANIA POR PARTE DE PUTIN

 

(Washington Post illustration; photo by Getty Images)

Por Robert Kagan

February 22, 2022

Washington Post

Supongamos por un momento que Vladímir Putin logra obtener el control total de Ucrania, como demuestran todas sus intenciones. ¿Cuáles serían las consecuencias estratégicas y geopolíticas?

La primera sería un nuevo frente de conflicto en Europa Central. Hasta ahora, las fuerzas rusas podían desplegarse solo hasta la frontera este de Ucrania, a varios cientos de kilómetros de Polonia y otros países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) al oeste de Ucrania. Cuando los rusos completen su operación, podrán apostar fuerzas (terrestres, aéreas y de misiles) en bases al oeste de Ucrania así como en Bielorrusia, que ya se ha convertido en una satrapía rusa.

Por lo tanto, las fuerzas rusas se desplegarían a lo largo de toda la frontera este de Polonia de 1,040 kilómetros, así como a lo largo de las fronteras del este de Eslovaquia y Hungría, y la frontera norte de Rumania (es probable que Moldavia también quede bajo control ruso, cuando las tropas rusas puedan formar un puente terrestre desde Crimea hasta Transnistria, la región disidente de Moldavia). Rusia sin Ucrania es, como dijo alguna vez el exsecretario de Estado estadounidense Dean Acheson sobre la Unión Soviética, un “Alto Volta con misiles”. Rusia con Ucrania es un animal estratégico completamente distinto.

La amenaza más inmediata será para los Estados bálticos. Rusia ya limita de forma directa con Estonia y Letonia, y toca a Lituania por medio de Bielorrusia y de su estación en Kaliningrado. Incluso antes de la invasión, algunos se cuestionaban si la OTAN podía defender en realidad a sus miembros bálticos de un ataque ruso. Una vez que Rusia haya completado su conquista de Ucrania, esa pregunta adquirirá una nueva urgencia.

Read in English: What we can expect after Putin’s conquest of Ukraine

Un probable punto de ignición será Kaliningrado. Esta ciudad (en la que se encuentra el cuartel general de la Flota del Báltico rusa) y el territorio que la rodea quedaron aislados del resto de Rusia cuando se disolvió la Unión Soviética. Desde entonces, los rusos solo han podido acceder a Kaliningrado a través de Polonia y Lituania. Así que es casi un hecho que habría una demanda rusa para generar un pasillo directo que pondría sectores de los países bajo control ruso. Pero incluso eso sería solo una parte de lo que seguramente será una nueva estrategia rusa para desvincular a los países bálticos de la OTAN, al demostrar que esa alianza ya no puede pretender proteger a esos países.

De hecho, si Polonia, Hungría y otros cinco miembros de la OTAN terminan compartiendo una frontera con una nueva y expandida Rusia, la capacidad de Estados Unidos y la OTAN para defender el flanco oriental de la alianza se verá seriamente disminuida.

La nueva situación podría obligar a un ajuste importante en el significado y propósito de la alianza. Putin ha sido claro acerca de sus objetivos: quiere restablecer la esfera de influencia tradicional de Rusia en Europa Central y del Este. Algunos están dispuestos a ceder, pero vale la pena recordar que cuando el imperio ruso estaba en su apogeo, Polonia no existía como país; los países bálticos eran propiedades imperiales; y el sureste de Europa era disputado con Austria y Alemania. Durante el período soviético, las naciones del Pacto de Varsovia, a pesar de las rebeliones ocasionales, fueron controladas en la práctica desde Moscú.

En la actualidad Putin busca, como mínimo, una OTAN de dos niveles, en la que no se desplieguen fuerzas aliadas en el antiguo territorio del Pacto de Varsovia. Las inevitables negociaciones sobre este tópico y otros elementos de una nueva “arquitectura” de seguridad europea se llevarían a cabo con las fuerzas rusas apostadas a lo largo de las fronteras orientales de la OTAN y, por lo tanto, en medio de una incertidumbre real sobre la capacidad de la OTAN de resistir las exigencias de Putin.

Además, esto ocurre en un momento en el que China amenaza con alterar el equilibrio estratégico en Asia del Este, quizás con algún tipo de ofensiva contra Taiwán. Desde un punto de vista estratégico, Taiwán puede ser un gran obstáculo para la hegemonía regional china —como lo es ahora— o puede ser el primer gran paso hacia el dominio militar chino en Asia del Este y el Pacífico Occidental, como lo sería tras una ocupación, pacífica o no. Si Pekín de alguna manera puede obligar a los taiwaneses a aceptar la soberanía china, el resto de Asia entraría en pánico y buscaría ayuda en Estados Unidos.

 


El presidente de Rusia, Vladimir Putin y el presidente chino, Xi Jinping, se reúnen en Beijing el 4 de febrero de 2022. Este 2022, se acusa al mandatario ruso de querer invadir Ucrania. (Alexei Druzhinin/AFP vía Getty Images)

Estos desafíos estratégicos simultáneos en dos escenarios distantes traen a la mente a la década de 1930, cuando Alemania y Japón buscaron alterar el orden existente en sus respectivas regiones. Nunca fueron verdaderos aliados, no confiaban el uno en el otro y no coordinaron directamente sus estrategias. Sin embargo, cada uno se benefició de las acciones del otro. Los avances de Alemania en Europa motivaron a los japoneses a asumir mayores riesgos en Asia del Este; los avances de Japón le dieron a Adolf Hitler la confianza de que un Estados Unidos distraído no se arriesgaría a una guerra de dos frentes.

En la actualidad, debería ser obvio para Xi Jinping que Estados Unidos tiene las manos ocupadas en Europa. Cualquiera que sea su cálculo antes de la invasión rusa a Ucrania, la única conclusión que puede tener es que sus posibilidades de intentar algo con éxito, ya sea en Taiwán o en el mar de la China Meridional, han aumentado. Si bien algunos alegan que las políticas estadounidenses unieron a Moscú y Pekín, en realidad lo que crea un interés común es el deseo compartido de alterar el orden internacional.

Hace mucho tiempo, la estrategia de defensa estadounidense se basaba en la posibilidad de una guerra de dos frentes de este tipo. Pero desde principios de la década de 1990, Estados Unidos ha desmantelado gradualmente esa fuerza. La doctrina de dos guerras comenzó a declinar y luego fue abandonada de manera oficial en la guía de política de defensa de 2012. Queda por ver si esa tendencia se revertirá para aumentar el gasto en defensa ahora que Estados Unidos enfrenta de forma genuina una crisis en dos escenarios. Pero sin duda es hora de comenzar a imaginar un mundo en el que Rusia controla gran parte de Europa del Este y China controla gran parte de Asia del Este y el Pacífico Occidental. Los estadounidenses y sus aliados democráticos en Europa y Asia tendrán que decidir, una vez más, si ese mundo es tolerable.

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Una última cosa sobre Ucrania: lo más probable es que deje de existir como una entidad independiente. Putin y otros rusos han insistido durante mucho tiempo en que no es una nación en absoluto: es parte de Rusia. Dejando a un lado la historia y el sentimiento, sería una mala estrategia para Putin permitir que Ucrania siga existiendo como nación después de todos los problemas y gastos de una invasión. Es una receta para un conflicto interminable. Luego de que Rusia instale un gobierno, lo más probable es que los nuevos líderes de Ucrania controlados por Moscú busquen al final la incorporación legal de Ucrania a Rusia, un proceso que ya está en marcha en Bielorrusia.

Algunos analistas imaginan hoy el surgimiento de una insurgencia ucraniana contra la dominación rusa. Es posible. Pero no se puede esperar que el pueblo ucraniano combata una guerra a escala total con lo que sea que tengan en sus casas. Para tener alguna esperanza de victoria contra las fuerzas de ocupación rusas, esa hipotética insurgencia deberá estar abastecida y apoyada desde los países vecinos. ¿Jugará Polonia ese papel, con las fuerzas rusas directamente al otro lado de la frontera? ¿O los Estados bálticos? ¿O Hungría? Y de hacerlo, ¿no se sentirán justificados los rusos en atacar las rutas de suministro de los insurgentes, incluso aunque se encuentren en territorio de miembros vecinos de la OTAN? Es una ilusión pensar que este conflicto termina con Ucrania.

El mapa de Europa ha experimentado muchos cambios a lo largo de los siglos. Su forma actual refleja la expansión del poder estadounidense y el colapso del poder ruso desde la década de 1980 hasta la actualidad; el próximo probablemente refleje el renacimiento del poder militar ruso y la retracción de la influencia estadounidense. Si eso se combina con victorias chinas en Asia del Este y el Pacífico Occidental, será la proclama del fin del orden actual y el comienzo de una era de desorden y conflicto global, a medida que cada región del mundo se ajuste de forma inestable a una nueva configuración del poder.

https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2022/02/22/guerra-rusia-ucrania-invasion-vladimir-putin-atacara-conflicto/

 

sábado, 26 de febrero de 2022

¿VIVIMOS LA ANTESALA A LA TERCERA GUERRA MUNDIAL?

  


En 1912 los bolcheviques con Lenin a la cabeza denunciaron que se aproximaba una gran guerra imperialista. Frente a ella, afirmaban, la labor de los comunistas sería, primero, la de oponerse a dicha conflagración, pues sería el pueblo trabajador quien finalmente empeñaría su sangre por intereses completamente ajenos a él; segundo, en caso estallara, la guerra imperialista debía tornarse guerra revolucionaria, es decir, los pueblos debían voltear sus bayonetas contra sus propios gobiernos y luchar por el poder. Tan solo dos años después estalló la primera guerra mundial y en Rusia se logró convertir la guerra imperialista en verdadera guerra revolucionaria. Esto demuestra la enorme clarividencia de Lenin, lo acertado de su línea, la grandeza y poderío de su teoría revolucionaria.

En el Perú, ya cerca de 10 años que un sector maoísta viene sosteniendo que vivimos la “antesala” de la Tercera Guerra Mundial, sin embargo, una vez más estos pomposos diagnósticos terminan golpeándose contra la realidad, pues queda claro que ni siquiera con la intervención directa de Rusia en Ucrania esa tan mentada guerra mundial va a estallar. Esto es una muestra más de lo infructífero que es hoy el pensamiento gonzalo, carece desde hace muchos años de la coherencia suficiente para ser una potente arma de interpretación de la realidad, el que haya maoístas que se aferren a él no es más que dogmatismo, no a la letra del marxismo (¡Bueno fuera!), sino a la autoridad. El prestigio de la autoridad, cuando una línea es correcta, se debe al prestigio de las ideas, todo lo contrario sucede –advierte Lenin- cuando una dirección se desvía, en este caso se busca darle prestigio a las ideas apoyándose en el prestigio de la autoridad. El maoísmo debe engendrar una nueva lumbrera, pero esta, definitivamente, no llegará como continuación o “desarrollo” del pensamiento gonzalo. En fin, yendo al punto…

Lo cierto es que aún no vivimos ninguna “antesala” a la Tercera Guerra Mundial, y hay razones suficientes para considerarlo así. Si la guerra no estalla en estos momentos, no es porque EE.UU. no lo quiera, sino porque el bloque europeo sabe muy bien la catástrofe económica, social, política, etc. que eso significaría y optará siempre, frente a Rusia, por sanciones económicas. Una guerra con Rusia sería devastadora, al margen de una posible victoria euro-norteamericana, la cual, bien se sabe, para nada está garantizada. El bloque europeo solo apoya aquellas guerras donde, en apariencia, pueden vencer sin afectar sus intereses, donde tienen todo para ganar, por más que dicho balance pueda resultar erróneo (como lo demostró el caso de Afganistán), pero igual su desgaste o derrota no acarrea mayor problema, lo mismo no sucedería en una guerra contra la Federación Rusa.

La Tercera Guerra Mundial, una guerra europea en donde intervengan las principales potencias, quizá podría estallar en dos panoramas: 1) que el poderío de la OTAN llegara a ser abrumadoramente superior al poderío de las potencias contrarias, como el caso de Rusia y China, o viceversa, y 2) en caso la OTAN se desintegrara y cada potencia imperialista buscase un “rumbo propio”. El caso menos probable es el primero, donde las diferencias pueden marcarse, pero es muy difícil que un bloque se sienta lo suficientemente seguro de vencer como para mandarse con una empresa militar expansionista. En el segundo caso, la desintegración de la OTAN significaría que las contradicciones entre las potencias imperialistas han llegado a ser tan fuertes que se tornarían insalvables y que cada una ellas, con sus respectivas alianzas, estaría en condiciones de buscar su propio “espacio vital”, este es el caso que realmente generaría condiciones para una conflagración mundial. Es decir, la desintegración de la OTAN promovida por los mismos países imperialistas (obviamente, no por repúblicas socialistas) sería realmente la antesala de la Tercera Guerra Mundial, hasta que eso no suceda, no hay ninguna “antesala”.

 

Juan Pablo Ballhorn

 

 

¡NO A LA GUERRA EN UCRANIA! ¿ES UNA CONSIGNA VALIDA EN ESTE CASO? ES POSIBLE SER IMPARCIAL EN ESTA GUERRA.

 


Ahora todos son radicales, los "ni-ni", ni OTAN ni Rusia, y me sorprende lo fácil que resuelven las cosas apelando a las clásicas consignas como si estuviéramos ante una clásica situación. Así como en el Perú algunos creen que con decir "pugnas interburguesas" ya resolvieron la cuestión, ahora, en el plano internacional, piensan que con decir "pugna imperialista" o "inter-imperialista" ya es suficiente para dar por zanjado el tema. Sí, ya sabemos que es una pugna entre países imperialistas, pero hay otros factores a tomar en cuenta que, pienso, hacen de esta situación algo bastante particular, o, por lo menos, algo que no se resuelve tan fácilmente mediante una apelación a la paz, como si todos los protagonistas estuvieran luchando por el reparto. 

En el caso de la guerra presente, no solo tenemos de protagonistas a la OTAN y Rusia, en medio del conflicto tenemos a dos repúblicas populares que han venido resistiendo y desangrándose por la agresión constante de un gobierno títere de los yankees, se trata de regiones que, salvo por un breve periodo entre 2014 y 2015, han tenido que estar principalmente replegadas, sufriendo las constantes arremetidas del gobierno ucraniano que incrementaban en intensidad conforme se recibía armamento europeo y norteamericano. Bajo esas circunstancias, el Donbass no estaba más que aletargando su caída, es evidente que el poderío del gobierno central era mucho mayor que el de las milicias. En esas condiciones, ¿qué es lo que proponen nuestros amigos ni-ni? ¿Qué Donetsk y Lugansk se sigan desangrando hasta ser aplastados?

Lo que debería estar claro para todo marxista, es que no nos negamos a acuerdos, alianzas o a frentes con algún imperialismo por principio, negarse a ello "por principio" es lo que Lenin llamaba "infantilismo de izquierda". Ejemplos históricos tenemos muchos: el pacto Brest-Litovsk, el cual fue un acuerdo entre el poder soviético y el imperialismo alemán, por otra parte, la SGM nos ofrece una experiencia interesante sobre luchar haciendo frente con países imperialistas. En este caso, el apoyo a estas repúblicas para revertir su situación, es evidente, no podría haber llegado de otro lado que no fuera de Rusia, imperialismo que, bajo sus propios intereses, busca hacer frente al actual régimen ucraniano. A Putin no le importa en realidad la situación del Donbass, ello tan solo ha sido el pretexto para lanzarse a recuperar su zona de influencia y los recursos que de ella extrae, pero hay ahí una convergencia que las repúblicas populares han querido aprovechar para pedir explícitamente su ayuda (y, realmente, era eso o la muerte lenta).

En otra arista, la situación interna en el Donbass tampoco es tan simple, la correlación de fuerzas ahí ha cambiado producto del desgaste que significó la guerra civil. En un inicio, encabezó la resistencia armada un sector declaradamente socialista, reivindicaban las figuras de Lenin y Stalin, y cuando se les preguntaban si eran ucranianos o rusos, ellos respondían "soviéticos" (ellos le acuñaron el nombre de ‘República Popular’ a sus regiones). Muchos de estos líderes murieron en enfrentamientos y atentados para gusto, no solo del gobierno ucraniano, sino también de Putin, pues esto fue aprovechado para que una dirigencia pro-rusa tomara el poder y se consolidara en él hasta el día de hoy. ¿Por qué es importante señalar esto? Porque cuando los comunistas han establecido acuerdos, alianzas o frentes con los imperialistas, siempre fue para salvaguardar los intereses de la revolución, aprovechando las contradicciones inter-imperialistas. Pero, ¿defender Donetsk y Lugansk es defender los intereses de la revolución? Ciertamente, en la actualidad, como mencioné, la dirección socialista ha caído, sin embargo, siguen siendo regiones oprimidas y bajo la agresión yankee, además, siendo justos, la población y las milicias aún se identifican con el pasado socialista de la zona. Esto escapa a experiencias anteriores, por lo cual, afirmo nuevamente, estamos ante algo bastante particular.

En primer lugar, una pregunta importante que debemos hacernos los marxistas para sentar una posición es la siguiente: ¿lo de hoy es una guerra justa o guerra injusta? Lo que vivía Ucrania estos últimos años era, por parte del gobierno, una guerra injusta, pues estaba orientada a oprimir al pueblo del Donbass, mientras que del lado de Donetsk y Lugansk, se ejercía una guerra justa, pues se tomaron las armas para independizarse de un gobierno al servicio del imperialismo gringo. Sin embargo, hoy entra a escena el imperialismo ruso, con sus propios intereses, pero junto al cuál las milicias y el ejército del Donbass han decidido hacer frente para revertir su situación. En la medida que Rusia busca sujetar a la Ucrania occidental a sus propios planes, la guerra que libran puede considerarse una guerra injusta. Es aquí donde la cuestión se hace más compleja y demuestra que se requiere considerar más aspectos; en este caso, parece que una guerra injusta converge con la guerra justa, entonces, demanda ampliar el punto de vista, ya no es algo que se resuelva simplemente en esa dicotomía. Los marxistas, como señala Mao, apoyamos y participamos activamente en todas las guerras justas, en esa medida, apoyamos la lucha armada de Donetsk y Lugansk, el problema es que esta resistencia hoy se encuentra entre dos guerras injustas, ¿cómo resolver? Más preguntas.

¿Puede el Donbass combatir las dos guerras injustas? La respuesta definitiva es NO, no lo puede hacer. Por tanto, en medio de un conflicto bélico, debe buscar la forma de preservar mejor sus fuerzas y buscar las condiciones menos desfavorables, es eso o la derrota total. Entonces, esto nos lleva a otra pregunta. ¿Para las repúblicas populares, cuál es el enemigo principal? Tanto para Donetsk y Lugansk, como lo es para todos los pueblos del mundo hoy, el imperialismo norteamericano es el principal agresor, el enemigo principal y, ciertamente, el enemigo más poderoso. Ha sido el gobierno ucraniano, apoyado y financiado por EEUU, el que ha librado una guerra de agresión permanente contra las regiones separatistas. Bajo esas circunstancias, ¿cuál es el escenario que permitiría una mayor preservación de las fuerzas y los logros políticos alcanzados? Lenin tuvo que ceder ante el imperialismo alemán para evitar un mayor perjuicio a la revolución, pues, como bien lo señala en ‘La enfermedad infantil’, los revolucionarios muchas veces deben saber elegir el mal menor. (Ojo, Lenin lo dice en el marco de una revolución victoriosa apoyado en el pueblo armado, no se refiere en absoluto a la política del mal menor de nuestra izquierda oportunista que cada cierto tiempo llama a las masas a ponerse a la cola de un sector de la gran burguesía, ¡hay una enorme diferencia!) En el caso del Donbass, la única forma de evitar la destrucción total de sus fuerzas fue haciendo un frente con los rusos en contra del gobierno ucraniano pro-yankee. Esto nos dirige a otra pregunta.

¿Cuál sería el resultado que garantizaría las condiciones menos desfavorables para que estas repúblicas populares puedan bregar por su proyecto independentista y, quizás en algún momento, socialista? En cualquiera de los escenarios, la situación es sumamente difícil, sin embargo, hay diferencias que, en un contexto político y bélico como en el que se encuentra el Donbass, se deben considerar. La agresión vino siempre por parte del gobierno ucraniano, por eso, ahí lo que exigía el pueblo de Novorossia era detener la guerra y que se respetara su independencia. En esa coyuntura el “¡No a la guerra!” era completamente acertado. Hoy, las milicias del Donbass han descartado esa consigna y se afirman en la guerra, peleando del lado de la ofensiva rusa contra el gobierno títere de EEUU, con las armas en las manos han decidido hacer frente y luchar por lo que consideran su derecho. Con el gobierno ucraniano se agotaron las vías del diálogo, por el contrario, Rusia presenta condiciones algo distintas, solo para mencionar algunas, el anticomunismo no puede arraigar en el pueblo como lo fue en Ucrania. Para Donetsk y Lugansk la intervención de Rusia es motivo, por un lado, de jolgorio, por otro, en el mejor de los casos (para los comunistas), se trata de optar por el mal menor. Cualquier comunista sensato consideraría una idiotez el querer enfrentarse a Ucrania y a Rusia solo para mantenerse 'revolucionarios'. Entonces, ¿qué es lo que va a definir el porvenir de las repúblicas populares del Donbass? Una victoria rusa solo pinta las condiciones, pero el futuro de este proyecto dependerá siempre de lo interno, de si se transforman en tan solo un apéndice del imperialismo ruso (lo que quiere Putin), o si se reafirman en su independencia y las fuerzas pro-soviéticas vuelven a tener protagonismo. Rusia no puede tomarse muchas libertades frente a estas repúblicas, porque su independencia y lucha hasta el día de hoy se respalda en la fuerza armada, y siempre que mantengan empuñados los fusiles estarán siempre más cerca de la independencia que del sometimiento. Estas repúblicas seguirán en lucha, pero bajo nuevas condiciones y nuestro apoyo será siempre hacia ellas y contra cualquier imperialismo que busque someterlas.

Finalmente, ¿cuál debería de ser nuestra actitud desde el marxismo? Denunciar al imperialismo norteamericano y a la OTAN, apoyar al frente anti-yankee (ojo, la ofensiva no es solo rusa, la ofensiva es del frente integrado por las fuerzas armadas de la Federación Rusa, el ejército y milicias del Donbass y las fuerzas antifascistas que se encuentran en toda Ucrania) y agitar por la independencia de la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, advirtiendo siempre sobre los intereses del imperialismo ruso. El “¡No a la guerra!” en estas condiciones es una consigna que solo significa un mayor desangramiento del Donbass, y en su efecto práctico, es darle más tiempo a los EEUU de armar a Ucrania para una inminente ofensiva sobre Donetsk y Lugansk. ¿Por qué creen que ahora en coro todas las potencias pro-yankees, medios de comunicación, empresas, etc., levantan precisamente esa consigna? Qué ingenuidad tan grande. Hace falta una buena lectura de Mao

 

[Del Muro de facebook de Juan Pablo Ballhorn]

 

viernes, 25 de febrero de 2022

UCRANIA, ¿TERCERA GUERRA MUNDIAL?

 


Alonso Castillo Flores

Hace meses, aves de mal agüero anunciaban una invasión rusa a Ucrania. Hoy suenan tambores de guerra que presagian el inicio de un conflicto de escala global: La Tercera Guerra Mundial. Después de todo, la 2da GM comenzó cuando una potencia ocupó un país eslavo con dirección a Rusia, la invasión nazi de Polonia. Sea como sea, el escenario es lamentable, antenoche la Federación Rusa atacó instalaciones militares en varias ciudades ucranianas, incluida Kiev, su capital.

La historia de la “Gran Rusia” es ya conocida. Resulta ser el país más grande del mundo, y una de las mayores potencias militares, estuvo a punto de alcanzar a los Estados Unidos en la Guerra Fría y cayó en desgracia en los 90, con la disolución de la URSS. Rusia ha sido por mucho tiempo un gran imperio, hasta que llegaron los bolcheviques y promovieron la descolonización en todo el mundo. Por mucho que sorprenda, luego asciende al poder absoluto Stalin, hombre de una de las repúblicas soviéticas más pequeñas: Georgia, una gota en la periferia, inexistente para el mundo. Uno de sus textos más conocidos es El marxismo y la cuestión nacional, en sus medidas Stalin promueve el ascenso de dirigentes no rusos y el uso del idioma nativo en cada región. Bajo una dictadura la unión se democratiza en nombre del internacionalismo. Pero ya desde el fin de la 2da GM la propia URSS se constituye como un imperio de nuevo tipo. El ruso se impuso como idioma oficial de la Unión Soviética, se volvió la lingua franca de Este.  

Ucrania formaba parte de otras naciones, siempre a la sombra de los imperios de la época, hasta que en la tormenta de la Revolución Bolchevique de 1917 logra proclamar su independencia como “República Popular de Ucrania”, bajo un régimen no bolchevique. Finalmente, es anexada a la URSS y es ahí, vencidos los nazis, donde obtiene sus límites y su identidad actuales. Muerto Stalin, le sucede Nikita Jrushchov y le “obsequia” Crimea a Ucrania, que hasta entonces era parte de Rusia.

Los ucranianos han generado un resentimiento milenario a Rusia, porque en los años de la Unión los mayores desastres de la URSS tuvieron lugar en su suelo: el holodomor, la hambruna que arrasó con millones de personas; la invasión nazi, que también costó varios millones de vidas; y Chernóbil, el desastre nuclear más grande de la historia.

La propaganda occidental, por supuesto, incluye hasta videos falsos, toda una “guerra cognitiva”. Si Rusia invade un país es demonizada por la CNN, la BBC, la DW, y toda la artillería mediática internacional. Pero cuando EE.UU. y sus aliados de la OTAN bombardearon Serbia y mutilaron toda Yugoslavia, y cuando declararon unilateralmente la independencia de Kosovo, nadie parecía reclamar

Muchos no recuerdan los años de industrialización y crecimiento tras la guerra. Tampoco cuentan con que uno de los máximos representantes del realismo socialista fue ucraniano, Anatoli Lunacharski, ministro de educación y diplomático soviético. Tampoco recuerdan que fue ucraniano Leonid Brézhnev, líder supremo de la URSS por casi dos décadas, las de máximo apogeo soviético. La muerte de Brézhnev y el accidente de Chernóbil marcaron el inicio de la decadencia de la URSS. Afganistán, la última conquista soviética, le es arrebatada a Rusia con la ayuda de EE.UU.

Ucrania fue uno de los primeros países en declarar la disolución de la URSS, y uno de los fundadores en 1991 la Comunidad de Estados Independientes (CEI), junto a Rusia y Bielorrusia, los tres Estados que descienden de la antigua Rus de Kiev. Luego se incorporaron la mayoría de las ex repúblicas soviéticas. Varias zonas de la antigua URSS se vuelven polvorines, túrquicos, caucásicos, eslavos. Abandonado el mito del proletariado internacional, se avivan las rencillas étnicas y nacionalistas. Ya en 1990 Transnistria se declara independiente de Moldova —ex república soviética, vecina de Ucrania—, usa el ruso como idioma oficial y extiende la estética comunista, ningún país miembro de la ONU la reconoce al día de hoy.

El 2008 Rusia entra en guerra con Georgia y declara la independencia de las repúblicas separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, el país quería formar parte de la OTAN, organización militar que dirige EE.UU. El 2014, el golpe de Estado del Euromaidán en Ucrania busca el mismo objetivo antirruso, Rusia toma Crimea bajo referéndum, la mayoría de ciudadanos son rusoparlantes. Este lunes Putin declara la “independencia” del Dombás, en Ucrania, la República Popular de Luhansk y la República Popular de Donetsk. La historia se repite dos veces, la primera como drama, la segunda como tragedia. Georgia abandona la CEI el 2009 y Ucrania el 2018.

La guerra ha empezado, nunca antes estábamos tan cerca de un conflicto entre las potencias desde la crisis de los misiles en Cuba en los 60’s. Rusia ha demostrado su poder en su zona de influencia con la intervención en Kazajistán a comienzos de año (Revolution, 2002), y también mostró su habilidad diplomática, Israel no puede vender su sistema antimisiles a Ucrania por acuerdos con Rusia (Mukhtar, 2002). 

En realidad, la guerra ha empezado hace mucho, los ultranacionalistas de Ucrania –que por supuesto, no representan a la mayoría de la población– reivindican a Stepán Bandera, quien colaboró con las nazis durante la 2GM. Siendo asesinado por un agente de la KGB en 1959, es tenido por mártir en los círculos fascistas. Hoy por hoy, tanto la Unión Europea como Rusia, el gobierno ucraniano y las organizaciones judías condenan cualquier conmemoración a Bandera. Desde el 2014 los grupos nacionalistas han atacado a los prorrusos del Dombás, han muerto 13 000 personas, de las cuales 3 300 eran civiles.

Desde la disolución de la URSS, los EE.UU. prometieron no expandir la OTAN cerca de las fronteras de Rusia, ya que esta organización tenía como objetivo contener el avance de la URSS durante la Guerra Fría. Sin embargo, cada vez más países de la ex órbita soviética se han integrado a la Unión Europea y la OTAN. Los Estados Unidos, a través de su poder económico y la OTAN ha logrado lo inimaginable: meterse al bolsillo a los otrora grandes imperios occidentales, Inglaterra, España, Portugal, Alemania, Italia, Austria. Pero no ha logrado lo mismo contra Rusia y China, por motivos cultures, la lejanía geográfica, y la huella del comunismo.  Eso sí, a Vladimir Putin se le puede acusar de imperialista, de nostálgico soviético, pero en absoluto de socialista: “Quien no añore a la Unión Soviética no tiene corazón, quien quiera regresar a ella no tiene cerebro”, dijo hace años.

La propaganda occidental, por supuesto, incluye hasta videos falsos, toda una “guerra cognitiva”. Si Rusia invade un país es demonizada por la CNN, la BBC, la DW, y toda la artillería mediática internacional. Pero cuando EE.UU. y sus aliados de la OTAN bombardearon Serbia y mutilaron toda Yugoslavia, y cuando declararon unilateralmente la independencia de Kosovo, nadie parecía reclamar.   

La movida de Putin ha sido temeraria, pero quizás los líderes rusos han calculado sus acciones al mínimo detalle. Lo más probable es que la OTAN se unifique más, en contra de Rusia, y quizás atraiga a nuevos miembros, vecinos del gigante: Suecia y Finlandia. La Federación recibirá más sanciones económicas y Alemania puede cancelar el proyecto North Stream II con Rusia. De extenderse la guerra, no solo se perderán vidas rusas y ucranianas, sino de miles de europeos. Mientras tanto, el mandamás de la OTAN, EE.UU., la pasará bien, vendiendo armas a sus aliados, y vendiendo los productos energéticos que Rusia ya no podrá exportar.

En los años de la 1ra GM, Lenin y Rosa Luxemburg llamaron a no apoyar a ninguna de las potencias, las dos guerras mundiales fueron causadas por las metrópolis capitalistas. Condenamos la guerra y apoyamos la libre determinación de los pueblos a su autonomía. Rusia puede abanderarse en la guerra contra los neonazis, pero a todas luces estamos ante una guerra entre potencias capitalistas, nadie que tenga convicción anticolonial y sensibilidad social puede apoyar a ninguno de los dos bandos. El imperio yanqui es aún el gendarme mundial, el enemigo principal de los pueblos que buscan su independencia, pero no todos enemigos de nuestros enemigos son nuestros amigos.         

Referencias

Mukhtar, Ibrahim (2022) Israel rechaza la solicitud de Ucrania para comprar el sistema de defensa Iron Dome, Agencia Anadolu. https://www.aa.com.tr/es/mundo/israel-rechaza-la-solicitud-de-ucrania-para-comprar-el-sistema-de-defensa-iron-dome/2503366

Revolution (2022). Ukraine and Kazakhstan: Crises, volatility and the danger of war on the Russian border, https://revcom.us/en/ukraine-and-kazakhstan-crises-volatility-and-danger-war-russia-border

Fuente: https://barropensativocei.com/2022/02/25/ucrania-tercera-guerra-mundial/