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domingo, 4 de febrero de 2018

ALGUNAS NECESARIAS PREVISIONES DEL AÑO 2018




(01 de enero de 2018) (*)
Por Miguel Aragón

Durante el año 2018, que recién estamos comenzando, y también durante el próximo año 2019, la población peruana continuará incrementándose en aproximadamente 1,1 % anual. A fines del año 2018 pasaremos de los actuales 32 millones de habitantes, a algo más de 32 millones; y en el año siguiente 2019, pasaremos a ser cerca de 33 millones de peruanos (cifras por confirmar, cuando se divulguen  los resultados oficiales del reciente Censo Nacional de Población).

Suponiendo que “la distribución de la renta entre todos los pobladores se mantenga en la misma proporción desigual actual”, este incremento de la población demandará que, en los próximos años, la Producción Social Global también se incremente en por lo menos, algo más de 1,1 % anual.

Al comenzar este nuevo año, para definir y precisar la táctica de lucha del momento,  lo primero que debemos preguntarnos  es lo siguiente:


En el Perú, en el transcurso de los años 2018 y 2019  ¿Se podrá  incrementar la producción social global por encima del 1,1 % anual?


Si la respuesta es negativa, o sea que “en los próximos dos años no se podrá incrementar la Producción Social Global por encima del 1,1 % anual”, entonces significará que el país ingresará a un periodo  de crisis económica, con sus respectivas consecuencias sociales y políticas. Por lo tanto,  la táctica de lucha de los trabajadores deberá  reajustarse y adaptarse a  esas nuevas condiciones. 

Por el contrario, si la respuesta es afirmativa, o sea que “en los próximos dos años si se podrá incrementar la Producción Social Global por encima del 1,1 % anual”, entonces significará que en el país continuará el actual periodo de crecimiento capitalista, con sus respectivas consecuencias sociales y políticas, y la táctica de lucha de los trabajadores deberá continuar ajustándose  a esta condición. 

Me parece que, en vez de estar perdiendo el tiempo vanamente, en agitar consignas superficiales, tales como “Abajo los corruptos”,  “NO al indulto del ex presidente”, “SI a la vacancia del actual presidente”, “Que se vayan todos”,  o “Nueva Constitución”,  deberíamos comenzar por analizar las perspectivas de la evolución de la realidad peruana en los próximos años,  y respondernos con un mínimo de precisión esta pregunta tan sencilla, para así poder precisar correctamente la táctica de lucha de los trabajadores. 

A continuación,  adelanto una parte de lo tratado en EL PRIMER CONVERSATORIO CONJUNTO, realizado con algunos  amigos el día martes 26 de diciembre.

1.- CONTINUIDAD DEL CUARTO CICLO LARGO DE CRECIMIENTO CAPITALISTA.-

Desde el año 1993 hasta el presente, durante los últimos 25 años, la economía peruana se encuentra atravesando un ciclo largo de crecimiento capitalista, el cuarto ciclo largo de crecimiento capitalista de toda la historia republicana. 

(Como referencia, debemos de tener presente que José Carlos Mariátegui vivió, y desarrolló todo su trabajo teórico, político y organizativo, en las condiciones del desarrollo del segundo ciclo largo de crecimiento capitalista, el cual se prolongó desde 1895 hasta 1929).

Si partimos del análisis serio de la evolución de la realidad objetiva, honestamente tenemos que reconocer  que en los últimos 25 años en el Perú no ha habido crisis económica (a diferencia de lo que sí ocurrió entre 1975 y 1992, que si fueron años de profunda crisis económica, años de hundimiento y bancarrota).

Dentro de este ciclo largo de crecimiento capitalista, que va desde 1993 hasta el presente, a su vez podemos destacar varios  sub periodos, que han tenido sus propias características  particulares. 

1.- En el periodo comprendido entre el año 2000 y el año 2013, en el Perú  la Producción Social Global creció a un ritmo promedio de aproximadamente 6,0 % anual, una de las mayores tasas de crecimiento económico en todo el continente americano, y muy por encima de la tasa de crecimiento de los países industrialmente desarrollados del hemisferio norte. 

(Desde el año 2007 los países industrialmente desarrollados, de la Unión Europea, América del Norte y Japón se vieron afectados por la crisis económica capitalista más larga y profunda de las últimas décadas. Actualmente hay síntomas que esta crisis cíclica ya   está llegando a su fase culminante. La tesis de que el mundo actualmente se encuentra en la “crisis terminal del capitalismo” me parece que   es una aberración teórica insostenible).

2.- A continuación, entre el año 2014 y el primer semestre  del 2017, la economía peruana ha continuado en crecimiento, pero temporalmente en condiciones de crecimiento desacelerado, a un ritmo de aproximadamente 3,0% anual, pero siempre sosteniéndose  entre las mayores tasas de crecimiento en nuestro continente. 

            Crecer a 3,0% anual es menor que hacerlo a 6,0% anual, eso es indiscutible. Pero el crecer económicamente a 3,0% anual, sigue siendo superior al 1,1% del crecimiento vegetativo de la población, lo cual también es demasiado evidente e indiscutible. 

3.- Por último, desde mediados del año 2017, y durante todo el año 2018, y posiblemente en parte del año 2019, podemos prever que la temporal desaceleración será parcialmente superada, y la economía posiblemente crecerá a un ritmo de 4,0% anual, o tal vez un poco más.

Como factores que favorecerán esta recuperación, se encuentra por un lado el aumento de los precios internacionales y el aumento de los volúmenes de demanda de los principales productos de exportación del Perú, aumento influido por la reanimación de la demanda en los países emergentes con China e  India adelante, y por la reanimación de la demanda en los países industrialmente desarrollados, principalmente EEUU y Alemania, entre otros. Y por otro lado, influirá positivamente en esta recuperación, el aumento de la demanda interna, que necesariamente acompañará al aumento de las inversiones privadas  y de las inversiones públicas.
  
En síntesis, podemos afirmar que, en los próximos dos  años continuará el ciclo largo de crecimiento capitalista, el cuarto ciclo largo que comenzó el año 1993. Lo que no podemos prever, y mucho menos afirmar, es cuándo concluirá este ciclo largo, y cuando  comenzará la próxima crisis económica.  

            Quienes todavía persisten, terca y testarudamente, hablando de “crisis general y generalizada”, simplemente no tienen la menor idea de lo que realmente está ocurriendo en el país, y están hablando “tonterías”. Tonterías  que, por un lado llevan a la confusión teórica, y por otro lado  dificultan, o llevan al error, en la precisión de la más acertada táctica de lucha de los trabajadores.

Desde el punto de vista político, la primera consecuencia de esta evolución de la economía peruana en las últimas décadas, se ha expresado en que en los últimos 25 años, así como no ha habido crisis económica, tampoco se ha creado una Situación Revolucionaria  en el país, y mucho menos una “Crisis Revolucionaria”. 

Para que se desarrollen los factores subjetivos que caracterizan  una Crisis Revolucionaria, primero tienen que desarrollarse los factores objetivos que caracterizan a una  Situación Revolucionaria, y tenemos que reconocer que esos factores, tanto objetivos como subjetivos,  no se han desarrollado en los últimos 25 años.  

La experiencia histórica nos enseña: para que se desarrolle la Situación Revolucionaria, primero tiene que desarrollarse la Crisis Económica, lo cual actualmente no es probable. 

En el futuro, recién podremos hablar de Crisis Económica cuando  el crecimiento anual de  la economía,  primero descienda de 3,0% o 4,0% a 1,1% anual, y después descienda por debajo de 1,1% anual, con lo cual el país ya no  estaría en capacidad de atender ni siquiera el crecimiento vegetativo de la población (que actualmente es de 1,1% anual).

Si revisamos la historia republicana del Perú, podremos comprobar que anteriormente, hasta en tres  oportunidades se han presentado ciclos largos de crisis económica, que se han alternado entre  los cuatro ciclos largos de crecimiento capitalista. 

 En los tres ciclos largos de crisis económica,  la Producción Social Global evolucionó por debajo del crecimiento de la población. La primera vez fue durante la década de 1880; la segunda vez ocurrió en la década de 1930; y la tercera vez se presentó  en la década de 1980. Esta última crisis económica, ocurrida durante los gobiernos de Morales Bermúdez (1975-1980), Fernando Belaunde (1980-1985) y Alan García (1985-1990),  ha sido la crisis económica más larga y más profunda de toda la historia republicana, llegándose a las situaciones extremas de hundimiento y bancarrota. 

En conclusión, durante los años 2018 y 2019, años que tenemos por delante, lo más probable, es que continuará el cuarto ciclo largo de crecimiento capitalista. Esta situación económica condicionará la evolución social y política, y lo más importante, la evolución de la situación económica condicionará la determinación de la táctica a emplear en  las luchas de masas (La historia real de las luchas de los trabajadores nos enseña que, no es lo mismo “luchar en condiciones de crisis económica”, que “luchar en condiciones de crecimiento capitalista”)

2.- CONTINUACIÓN E INTENSIFICACIÓN DE  LAS LUCHAS DE MASAS.-

Así como la economía capitalista evoluciona cíclicamente, de igual manera las luchas de las masas también evolucionan cíclicamente, alternándose etapas de flujos y reflujos de las movilizaciones de las masas.

Impulsado por el cuarto ciclo largo de crecimiento capitalista, y recuperándose del reflujo ocurrido en la década de 1990,  a partir del año 2002 se inició un  ciclo largo de movilizaciones y luchas del pueblo, las cuales principalmente han sido luchas reivindicativas, cuyo contenido fundamental ha sido la lucha  por la distribución de la Renta Nacional, renta  acrecentada enormemente en los últimos años. 

El pueblo, sus representantes sociales y políticos, así como sus intelectuales renovadores, todavía tenemos pendiente ordenar, sistematizar y extraer lecciones de todas las  luchas de masas  desarrolladas en los últimos 15 años. Esta gran historia todavía no está escrita, pero se mantiene en la memoria de amplios sectores del pueblo.
          
  Así como podemos prever con seguridad que en los años 2018 y 2019 no se desarrollará la esperada situación revolucionaria; de igual manera, podemos prever que durante estos dos años continuarán las Luchas Reivindicativas de amplios y diversos sectores del pueblo trabajador.

            Como intelectuales renovadores, nosotros  estamos obligados a sistematizar el estudio de la evolución económica del Perú actual (como material de referencia se recomienda revisar el primero de los 7 Ensayos de José Carlos Mariátegui), y sistematizar la evolución de las últimas luchas del pueblo trabajador (también como material de referencia, se recomienda  revisar la Tesis Antecedentes y Desarrollo de la Acción Clasista de Mariátegui).

3.-CONTINUAR FORTALECIENDO LA MÁQUINA DE ORGANIZACIÓN.-

Mientras no exista situación revolucionaria, el pueblo continuará, como ahora, necesitando principalmente una máquina de organización (revisar libro La Escena Contemporánea de JCM). 

Asimismo, cuando en un futuro no lejano, comience ya a desarrollarse la próxima Situación Revolucionaria, que será tan inevitable como  necesaria, el sector más consciente y organizado del pueblo trabajador necesitará una máquina de combate (idem).

            Los años del presente bienio 2018-2019, serán dos años de intensas luchas reivindicativas del pueblo trabajador, de luchas económicas que estarán acompañadas de la lucha político electoral municipal (que está programada  para octubre de este año). 

            Como intelectuales renovadores debemos comprometernos a participar en estas dos formas de luchas del pueblo, luchas que nacen y forman parte de la realidad profunda, y también  deberemos de acompañarlas con la necesaria lucha teórica.

            Para participar de manera efectiva, en estas luchas teóricas, políticas y económicas, que forman parte de  la realidad profunda, debemos desechar las intrascendentes polémicas, peleas,  insultos, y “chismografía”, que actualmente predominan en los niveles de la  realidad superficial de la política criolla. 

            Para afirmar bien los pies y las ideas en la materia,  deberemos evaluar el desarrollo real de  estas tres previsiones por lo menos cada tres meses, y reajustarlas periódicamente cuantas veces sea necesario. 

¡FELIZ AÑO 2018!

(*) Esta es la versión revisada, y ligeramente ampliada, del saludo que el día 1 de enero de 2018 divulgué entre algunos amigos (reenviado el 03 de febrero de 2018).

viernes, 7 de abril de 2017

EL NIÑO, LA EMERGENCIA Y LA RESPUESTA




07/04/2017

Nos dicen que no era previsible, como sí lo fue el del 98, aunque el año pasado se confundieron anunciando un Niño que no llegó nunca, pero al que se le dedicaron recursos para prevenir, que no sabemos a dónde fueron y ahora estamos pagando parte de las consecuencias.

Pero tendríamos que distinguir: el Niño en sí, el normal, el que se da en el Norte cada 15 o 20 años , no tiene por qué ser malo, ni destructivo, al revés puede traer muchas cosas buenas. Lo que lo hace desastroso es lo mal preparados que estamos, lo vulnerables que somos. Cuando una persona de zona tropical viaja por primera vez en invierno a EEUU o a Europa, suele decir: "he pasado mucho frío" y se le puede contestar: “Los de allá no pasan frío, lo que pasa es que usted iba mal preparado". No es el frío el que le hace daño sino el no llevar la ropa adecuada para ese frío. Lo mismo pasa con el Niño, no es malo en sí, lo que lo hace desastroso es lo mal preparados que estamos nosotros. Pero hay que reconocer que este Niño Costero que no se presenta sino cada 90 años, y llega hasta el Sur de Lima, sí hace daño, pero podría haber hecho la mitad de daño.

Yo he tenido la experiencia de pasar los Niños del 83 y 98 en Piura. El 83 nos cogió desprevenidos totalmente y, lo pasamos mal. Además duró seis meses. En el campo se pasó verdadera hambre, nos quedamos incomunicados por tierra, mar y aire. ¿El 98 fue menos desastroso? ¿O nosotros estábamos mejor preparados? Duró tres meses, pero dicen que cayó la misma cantidad de agua y por eso se cayeron los dos puentes en Piura, pero ya teníamos dos más el Cuarto Puente y el puente Grau, en la legua, y se subieron las defensas.

La carretera a Paita no se cortó porque se hizo un trazo por una zona más alta, porque donde iba antiguamente se forma una laguna de más de dos Kms. La carretera con Sullana tampoco se cortó porque se puso el puente en la Quebrada de las Monjas, la de Samán tampoco. ¿Qué hubiera pasado si el 50% de los pueblos del Bajo Piura no hubieran salido a la pista Piura- Chiclayo? Hubiera habido el 50% más de damnificados. ¿Pero qué pasó este año con la salida del río? Yo tengo en mí poder fotos de los máximos caudales que trajo el río Piura por el Cuarto Puente. El día 12 de marzo cargó 4.434 Metros cúbicos por segundo y dio el agua en el techo del puente pero no lo rebalsó, tampoco las defensas aunque estaban al límite, ese día se cayó el Puente Viejo a las 6.30 a.m. El Puente Bolognesi se cayó el 16 de marzo y el caudal no era mayor a 3.500 metros cúbicos. ¿Qué pasó este año que con menos caudal o igual pasó por encima y superó las defensas?

Las mediciones estaban bien porque no van a estar mal todas: las de Salitral, Morropón, y las de Piura. Pasó lo que en los 9 años el río se ha acolmatado medio metro, que es muy posible, o que este año no se han podido abrir las defensas fusibles por debajo de Catacaos. Me parece más creíble la primera hipótesis, y entonces qué se hizo con los recursos que se dieron el 2016 para la prevención, porque limpiaron el cauce pero no lo descolmataron.

¿Y las respuestas? Han sido variadas. Frente a la generosidad y solidaridad de muchas personas y de la PNP y E.P. con actos verdaderamente heroicos; con un Ejecutivo que hemos visto cercano a las necesidades de los pueblos, nos encontramos con otras personas que se han querido aprovechar de las necesidades de las personas más necesitadas, como han sido los que suben los precios de los alimentos y otros productos y los acaparan, los que suben los pasajes de buses y vuelos, y los que han aprovechado estas tristes circunstancias para hacer propaganda política como la Sra. Keiko Fujimori que ha entregado frazadas con una K bien grande y su nombre, y que en una ocasión dijo: "Si hubiéramos ganado nosotros habría habido más ayuda" ¡Qué vergüenza que sea nuestra segunda o primera fuerza política¡

No tendríamos que bajar la guardia, `porque el 1 y 2 de Abril del 98 pasaron por Piura 3.800 metros cúbicos, y el 4 del mismo mes 3.500 metros cúbicos, y con el deterioro en que se encuentra la ciudad, el campo y las defensas de los ríos la emergencia podría agravarse.

¿El siguiente Niño nos va a coger igual de preparados que este? o ¿cómo buenos alumnos habremos aprendido para que el Niño no nos haga tanto daño?

Jaén, 6 de abril del 2017

Paco Muguiro Ibarra s.j.



lunes, 27 de marzo de 2017

PREVENCIÓN Y RECONSTRUCCIÓN




(26 de marzo de 2017)
Por Miguel Aragón

Por lo general, los trabajos de PREVENCIÓN son más sencillos y económicos  que los trabajos de RECONSTRUCCIÓN, y por eso mismo no dejan mayor margen, ni tiempo,  para la ya tradicional "coima". 

Por el contrario, los trabajos de Reconstrucción son más complicados, mucho más costosos, y más prolongados,  que los trabajos de Prevención, y por eso se prestan muy fácilmente para las "coimas", utilizando la situación de "emergencia" ya creada premeditadamente, aprovechando  la desgracia y la desesperación de las mayorías empobrecidas, que adoloridas reclaman “ayuda”.  

Los trabajos de Reconstrucción por lo general cuestan MÁS DE CINCO VECES el costo de los trabajos de Prevención, sin contar las pérdidas humanas, pérdidas que  no tienen precio, pero que pudieron evitarse con un mínimo trabajo  serio de prevención. 

Ahí está “el negocio”, y ahí está una de las  causas de  porque a muchas autoridades, sean congresistas, ministros, gobernadores departamentales, alcaldes provinciales, y otros funcionarios públicos, no les interesa desarrollar una política seria de Prevención, aparte de su desinterés y desprecio por las necesidades de las mayorías, y su rechazo casi instintivo a cualquier trabajo planificado en la política gubernamental. La actual clase dominante y sus defensores son tan ignorantes, que para ellos “planificación es sinónimo de comunismo”. (Aceptan y promueven la planificación estratégica “dentro de las empresas”, pero se oponen a la planificación en el conjunto de la sociedad).  

En estos momentos hay muchos funcionarios públicos, incluidos altos mandos de las fuerzas armadas y de la iglesia, así como muchos grandes  empresarios de la construcción aprovechadores de la desgracia ajena, algunos comerciantes proveedores de materiales y de servicios, y unos cuantos prestamistas (dueños de las empresas bancarias que van a “financiar” las obras de reconstrucción),  que se están "frotando las manos" llenos de alegría, preparándose para la "repartija" del abultado presupuesto que se va a destinar a la superficial Reconstrucción  de algunas partes del maltrecho país. 

Esa es la experiencia negativa, que quedó registrada tras las grandes inundaciones que asolaron varios departamentos  del país en los años 1983 y 1998. Después de los “superficiales trabajos de reconstrucción” de esos años, “los ricos se hicieron más ricos, y los pobres se hicieron más pobres”. Preguntémonos ¿cuáles fueron los resultados reales y efectivos  de los “trabajos de reconstrucción” de los años 1983 y 1998, durante el gobierno democrático de Fernando Belaunde, y el gobierno autoritario de Alberto Fujimori, respectivamente?    

Últimamente, y en menos de tres semanas, desde el desborde máximo de las inundaciones a comienzos de marzo, la mayoría de peruanos estamos  siendo espectadores y testigos, a través de los noticieros televisivos, del atraso, pobreza y miseria extrema,  en que vive la mayoría de la población en el país. Situación agravada y desnudada por los desbordes de las inundaciones. 

¿Cómo no sentir indignación, ante tanto atraso, pobreza y miseria? Acaso las reducidas cúpulas  que disfrutan del poder económico en el país, hasta hace muy poco, en tono muy arrogante,  no nos estaban diciendo que “el Perú muy pronto debería ingresar al club exclusivo de los veinte países más desarrollados del mundo, a la OECD, al  lado de EEUU, los países de la Unión Europea y Japón”.

Todos los peruanos, a través de los noticieros televisivos, estamos recibiendo una lección, “en vivo y en directo”, de sociología del Perú actual. El contraste  entre las formas de vida, por un lado,  de las reducidas cúpulas  de los que tienen el poder económico  en Lima, y otras pocas ciudades,   que viven en el derroche y la ostentación superficial;  y por otro lado, las miserables formas de vida de las mayorías repartidas en el resto del país; ahora es tan, pero tan evidente, que  nadie en su sano juicio podrá poner en duda la real EXISTENCIA DE DIFERENTES CLASES SOCIALES en el Perú.

¿Existen clase sociales en el Perú? ¿Qué son las clases sociales?  

Para responder estas preguntas tan sencillas, no necesitamos ser eruditos en sociología, ni saber un ápice del odioso y despreciado “marxismo”. Solo se necesita observar con un poco de atención, y comparar las condiciones de vida de los personajes anónimos afectados por las inundaciones, que todos los días están saliendo en los programas informativos que se están difundiendo en las pantallas de televisión. 

   Comparemos esas miserables condiciones de vida de las mayorías empobrecidas, de las provincias de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Ancash, Lima, Ica, etc.,  con las condiciones de vida de la reducida cúpula propietaria de los bancos, de las grandes empresas comerciales y de la gran minería, para entender de la manera más didáctica y sencilla, lo que realmente son las clases sociales. 

Y si revisamos, con un mínimo de objetividad,  la historia de la civilización, que escasamente tiene menos  de 5 mil años, encontraremos que, donde hay diferencias de clases sociales, necesaria e inevitablemente  existe lucha de clases.

Para intentar aplacar, superficial e hipócritamente, esta diferencia social demasiado evidente, los gobernantes de turno están llamando a la “unidad nacional”. “Todos somos iguales”, “todos somos peruanos”, nos repiten asustados y desesperados. Todos somos “una sola fuerza”, es el último cliché que han acuñado, para pretender ocultar la realidad profunda del país. ¿Esta vez aprenderemos la lección? ¿O esperamos que se repita?