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jueves, 15 de noviembre de 2012

EL DEDO DEL PERÚ RESUCITA TOMANDO PARTIDO EN CONTROVERSIA CON LOS CABALLEROS DE LA SANTA CRUZADA

No estaba muerto, estaba de parranda

En el siglo pasado fueron cuatro los gatos de la democracia cristiana. El vacio que dejaron en la política peruana no ha podido ser cubierto con la brillantez de los Cornejo, Ramírez del Villar, Polar, De Belaúnde, Chirinos Soto, etc. Sin  embargo, en este siglo los cuatro hámster de don Eduardito (RICHT) – en proceso de descubrir que no están en la habitación que ellos se imaginan –, pretenden llenar el vacío dejado por los chicos de Cornejo Chávez. ¡Mucha pretensión para la opacidad de los chicos de la santa cruzada!

Esta minúscula capilla ha convertido, una supuesta defensa del marxismo – leninismo, en su caballito de batalla, atribuyendo a sus adversarios toda suerte de falacias sin sustento alguno. Así, por ejemplo, se dice que dicen que Mariátegui no fue marxista - leninista. Pese a los esfuerzos de Miguel Aragón, por persuadirlos del error, demostrando con pelos y señales en cuantas oportunidades y en qué sentido hizo uso Mariátegui de aquello del Marxismo-Leninismo[1]. Pero, los caballeros de la insustancial cruzada siguen con la cantinela, FIRMES COMO QUESOS, dando volteretas y haciendo piruetas, sobre si es o no es Eusebio Leyva, para evadir el debate.

Nuevamente vemos a los expertos en gritar al ladrón al ladrón que vuelven con la copla antigarcía. Es su manera de escabullir el debate sobre la sustancia del caldo. Ahora, como típicos representantes del yo-yo lo dije primero, al unísono gritan: ”desde un principio supimos que el nombre de Eusebio Leyva es un seudónimo, Eusebio Leyva es Ramón García”.  Allá ellos con la nueva estupidez en que se han embarcado. ¡Urgente, urgente! Necesitan un oculista. O, tal vez, un especialista en plumas que les enseñe a distinguir el vuelo del loro, ruiseñor o águila.

No les vaya a ocurrir lo que le ocurrió a un fanfarrón intolerante que se desgañitaba en una batahola de Insultos Envenenados: “Un hombre insultaba  e insultaba a su enemigo, quien no le hacia caso y no le hacia caso. Un día el insultador se quedó sin voz y el insultado, sin enemigo”. Cuentos Liliputienses, Livio Gómez.

El lector avispado, que sigue la controversia con el doctrinarismo, habrá reparado que los caballeros de la santa cruzada, al desmoronarse sus febles argumentos no tienen más recurso que descargar sus frustraciones en su piñata favorita, cuál saco de boxeo. Y tal parece que aman tanto a García que no pueden vivir sin su “estropeada” figura. Como Eusebio Leyva no tiene biografía le atribuyen la de Ramón García. Este es otro hecho que no se puede desmentir, dice Eduardo Ibarra.

¡Don Eduardito, usted nunca tuvo dotes de vidente! Déjese de cantinfladas y vaya al punto en debate: doctrinarismo o marxismo. Opine, apruebe o desapruebe pero no se calle en todos los idiomas. Y si desea que le arrimen una ayuda memoria, ¡avise!

Tacna, 15 de noviembre 2012
El Director del Dedo del Perú