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lunes, 8 de febrero de 2021

CAMBIAR EL PENSAMIENTO PARA TRANSFORMAR LA REALIDAD

Ayrton A. Trelles Castro

Generalmente nos vemos impedidos de pensar otra forma de vida cuando problematizamos la realidad. Expresamos lo anterior porque nos hemos acostumbrado a razonar binariamente los asuntos políticos, es decir, nos inclinamos a la izquierda o a la derecha. Pero al hacerlo, muchas veces obviamos al paradigma civilizatorio –las ideas que guían nuestra forma de pensar, de ser, de vivir– sobre el que se erigen las dos concepciones políticas-filosóficas. A continuación, intentaremos acercarnos al problema planteado.

En apariencia pensar binariamente resulta inofensivo. Pero demuestra un tipo de subjetividad, que se traduce en aceptar como normales ideas que suenan muy bien, por ejemplo, éxito, progreso, desarrollo; que no estimulan a ver críticamente la vida. Asociamos aquellas palabras por sí mismas, o sea, con lo que denotan, mas no con lo que se relacionan.  

Resulta interesante detenerse en la siguiente idea normalizada, la cual sostiene que vivimos en competencia y quien gana es el mejor, o sea, el “exitoso”. Ganar o perder, he ahí el dilema. La idea acoplada, sin previa reflexión, se asume. Entonces, resulta que si un sistema político no perdura es porque estaba mal, lo cual puede ser cierto. El esclavismo no ha perdurado, lo mismo con otras formas de producción. No negaremos que es así. Lo que sí se cuestiona es la explicación brindada entorno a la extinción de estos sistemas.

Y tal explicación consiste en decir que ya no existen porque “la historia avanza” y nuestra costumbre es aceptar lo nuevo, porque tiende a ser mejor. Y cuando algo es bueno, entonces es insulso cuestionarlo. Tal propuesta es un error, pues el esclavismo fue superado debido a intensas luchas. De igual forma con el régimen colonial, etcétera. Es decir, los cambios se dan por las tensiones que existen en cada tiempo. No necesariamente porque no eran exitosos o el tiempo los relegó.

Ahora bien, en lo concerniente al socialismo, debemos reparar en ciertas cosas para entender su aparición. El sistema político fue la respuesta al capital. Conocemos las revoluciones inspiradas en este ideal, también sabemos lo que ocurrió después, su declive a partir del desmembramiento de la Unión Soviética. Pero todo lo mencionado, puede ser puesto en tela de juicio. Es más complejo de lo que aparenta. Sobre todo, si aquí se pretende superar el capitalismo y, aún más, si existe quien lo desee hacer.

Hay ideas que podrían llevarnos a cometer errores, pues aplicar algo que no ha sido pensado para la realidad en la que vivimos, sería como tratar de colocarse los zapatos que no nos calzan. En ese sentido, tanto el socialismo de inspiración moderna, como el capitalismo aplicado a nuestro país sin ser parte de la evolución de nuestra realidad, resultan nocivos. Intentaremos acercarnos a una explicación de lo que expresamos.

1. No es posible querer cambiar un sistema, cuando uno mismo encarna todo lo que ha normalizado el sistema. Por eso motivo, debemos comprender que sin modernidad no hay capitalismo. Centrar la crítica a este sistema a partir de los criterios de orientación brindados por la modernidad, enceguecen al “socialista”; porque vinculan la experiencia histórica con una etapa determinada de la vida de la humanidad: la moderna. Considerando la realidad de esta manera, solo puede concebirse la idea de socialismo a partir de la experiencia de este régimen en el siglo XX.  

2. Querer transformar la realidad es criticar los fundamentos que sostienen ese tipo de realidad que se pretende superar. Para lograrlo, hace falta pensar, pero pensar es crear, aunque nada se crea de la nada, humanamente hablando, entonces recurrir a la creación es echar mano de lo que está fuera del proyecto civilizatorio en el cual uno se encuentra. Eso quiere decir reconectarse con la tradición, pero no para regresar al pasado, sino para aprender del pasado y del humanismo de los pueblos no-modernos.

3. Cuando se intenta superar un sistema a partir de lo que el sistema toma como ejemplo, lo único que se hace es darle la razón. El éxito y el progreso son criterios de verdad y de orientación de este sistema, a los cuales debe de ponerse en tela de juicio. Precisamente, la idea de progreso es abandonar todo por algo diferente, o sea, por algo nuevo. En tanto que el éxito, en este horizonte civilizatorio, es entendido como el aumento de las ganancias, a costa de la destrucción del ser humano y de la naturaleza.

4. La crítica de lo que se vive nunca será posible si se piensa criticar desde dentro, es necesario ver al sistema a superarse, desde aquello que es negado por él y este sistema niega la vida, porque no la considera como criterio para medir su éxito, el éxito suyo es el aumento de la tasa de ganancia. Entonces, regir las ideas con estos criterios siempre conducirán al pensamiento a sostener que algo vale porque da más dinero.

La izquierda más visible, en nuestro país, ha devenido acrítica, porque piensa con las ideas de otros, también se presta los sentimientos. Y dado su afán de modernizarse, olvida el pasado. No consideran que transcender el mundo en el que vivimos debe de ser a partir de lo que es negado y ninguneado por el conjunto de teorías que la modernidad considera “valiosas”. Como, por ejemplo, pensar que el éxito del socialismo solo depende de las experiencias del siglo XX, significa que la historia es desechada, considerando el legado cultural como un molde al que no se ajustan.

Con esto damos por sentado una idea que cada vez se ve postergada: el humanismo de nuestros pueblos. Ese humanismo en el Perú, andino-amazónico, en su mayoría, no es moderno. Lo que tienen como matriz, debido a ese factor, es vivir comunitariamente, y no socialmente, porque lo social atomiza al ser humano, lo vuelve individuo y hace que la relación con los otros sea egoísta. Cuando pensamos trascender un mundo individualista, en primer lugar, debería identificarse si hay las condiciones para poder pensar el mundo que se desea, y sí se puede, porque la forma de vida de nuestros pueblos demuestran ser las bases para constituir otra nueva subjetividad.

Volviendo a la cuestión del socialismo, digamos que no ha sido “exitoso”, pero ¿qué pasa con el socialismo que Augusto Salazar Bondy toma de ejemplo? Nuestro gran pensador sostenía que por tradición el Perú es socialista, a tal grado que algunos teóricos y utopistas, por ejemplo T. Moro, Campanela y Bacon, tomaban como fuente de sus elucubraciones las noticias que de nuestro hemisferio les llegaban, “porque miles de años atrás en este territorio había germinado la idea de la comunidad solidaria” (1973, p. 132). Lo que ellos denominaban no-lugar (u-topía), era aquí algo cierto.

Además, nuestro filósofo explica lo curioso que resulta la defensa al capitalismo de parte de las capas reaccionarias del país.  Este sistema no es parte de nuestra tradición, al contrario, es una ruptura con los criterios de vida propios. Resulta curiosa tal defensa, porque son los sectores que más se denominan peruanos, herederos de los criollos independentistas, quienes frente al criterio de desarrollo de las sociedades occidentales demuestran estar de acuerdo. Sin embargo, defienden algo que no se vincula con nuestra historia de forma genuina. Lo mismo podríamos decir a los emancipadores de hoy, a la izquierda que se queda callada cuando le increpan que el socialismo no fue “exitoso”. Solo vincula su lucha con otra forma de ver el mundo, dejando de lado el legado negado y despreciado de nuestros pueblos. Cuya praxis, por así decirlo, es comunitaria, en el día a día, en el trabajo, en el consumo.

Aquí no intentamos dar razones que se basen en el chovinismo o el orgullo nacional. Cuando hablamos de tradición, inmediatamente asociamos lo nuestro con el sentido de orientación no-moderno-capitalista. Intentamos demostrar que esos criterios fueron y son motivo de estudio, así como ocurrió con Morgan, quien señalaba que “incluso en su día, todavía existían comunidades indígenas con este tipo de organización social igualitaria”, tomando de “ejemplo, la Confederación de los iroqueses, una alianza de naciones indígenas de América del Norte: el comunismo primitivo también estuvo presente en el siglo XIX.” (Michel Löwy, 2020, párr. 8). Y esa forma de vida aún continúa siendo parte de la subjetividad de nuestros pueblos. En caso alguien conciba el éxito de una forma de vida en tanto esta continúe vigente, la encontrará en el ejemplo brindado.

Lo que hemos expresado nos deja pensando, y sospechamos que el gran problema es tomarse en serio lo que no resulta nada serio, sobre todo, para quien considera “verdad irrefutable” la subjetividad normalizada, que supuestamente tiene cientificidad. En ese sentido, a) la teoría estándar no es un objeto acabado, tampoco la ciencia positiva, porque no hay manera de llegar a lo absoluto del saber, humanamente hablando; b) resultaría bueno comenzar a sospechar de todo lo que damos por cierto e incuestionable, por ejemplo, la idea de éxito y progreso (lineal); c) poner en cuestión nuestra realidad resulta más difícil de lo que se piensa, pero es imposible cuando no se piensa; d) es necesario desmontar las ideas normalizadas, que constituyen la subjetividad; por tal razón, e) con una subjetividad enajenada no se puede pensar otra realidad posible.  

Referencias bibliográficas

Löwy, M. (2020). “200 años: ¿Por qué estudiar a Engels?”, en Estación Finlandia. https://finlandiaestacion.com/2020/12/29/200-anos-por-que-estudiar-a-engels-por-michel-lowy/

Salazar, B. (1973). Entre Escila y Caribdis. Reflexiones sobre la vida peruana hacia el socialismo peruano. Testimonios. Lima: Instituto Nacional de Cultura.  

Fuente: https://barropensativocei.com/2021/02/08/cambiar-el-pensamiento-para-transformar-la-realidad/

 


lunes, 11 de marzo de 2019

¿EXISTE LA REALIDAD?: EL EXPERIMENTO QUE COMPRUEBA POR PRIMERA VEZ QUE A NIVEL CUÁNTICO NO HAY HECHOS OBJETIVOS



Carlos Serrano (@carliserrano) BBC Mundo

En la vida diaria hay hechos indiscutibles.

Por ejemplo, si dos personas observan una pelota de tenis, ambos aceptarán que es una esfera. O si lanzan una piedra, no podrán negar que volará por los aires y luego caerá al suelo.

Esos son "hechos" y conforman lo que llamamos "realidad". Son cosas que seguirán siendo ciertas, sin importar quién las observe, o incluso si nadie las observa.

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El asunto, sin embargo, se complica cuando nos trasladamos a escalas nanométricas en las que, según la física cuántica, la reglas que rigen nuestro mundo parecen no aplicarse de la misma manera.

A ese nivel, suceden cosas extrañas que hasta ahora solo se han formulado de manera teórica, pero un grupo de investigadores afirma que, por primera vez, lograron demostrar en un experimento que a nivel cuántico no existen los "hechos objetivos" y que la realidad depende de quien la mire.

Puntos de vista

La teoría cuántica sostiene que el observador de un hecho influye en la manera en que ese hecho es percibido.

Es como decir que una misma pelota de tenis, para alguien puede ser una esfera pero para otro un cubo. 


Para comprobarlo, físicos de la Universidad Heriot-Watt en Escocia, idearon un experimento que involucró cuatro observadores: Alice, Amy, Bob y Brian.

Estos personajes no son personas, en realidad son cuatro sofisticadas máquinas en un laboratorio.

La prueba consistió en que a Alice y Bob recibían un mensaje, que en este caso fue un fotón, que es una partícula cuántica de la cual está compuesta la luz.

Luego, Alice y Bob enviaban ese fotón a Amy y Brian, es decir le transmitieron el mensaje. 

Y aquí va lo sorprendente: a pesar de que Alice y Bob le enviaron la misma información a Amy y Brian, estos dos últimos tuvieron la posibilidad de interpretarlo de una manera diferente. 

Derechos de autor de la imagen Alessandro Fedrizzi Image caption El profesor Fedrizzi fue el líder de la investigación. 

El proceso es bastante complejo, pero es como si se formara un teléfono roto en el que un mismo mensaje se transforma a medida que pasa de una persona a otra.
Esto resultado está relacionado con un concepto de la mecánica cuántica, que dice que las partículas pueden entrelazarse y cambiar depende dependiendo "quién" las mire.
Para entender mejor las implicaciones de experimento, en BBC Mundo conversamos con el físico Alessandro Fedrizzi, líder de la investigación, quien trabaja como profesor en el Instituto de Fotónica y Ciencias Cuánticas de la Universidad Heriot-Watt.

 El profesor Fedrizzi fue el líder de la investigación.
 
¿Cuál el principal aporte de este experimento?

El mensaje es que en la teoría cuántica no hay hechos objetivos. Con esto nos referimos a que un mismo hecho no se ve de la misma manera para dos observadores.

Esto es algo que normalmente no esperamos en la ciencia, porque en ciencia es muy importante que los hechos seaniguales para todos los observadores.

Esta es la primera vez que alguien conduce un experimento que muestra que los hechos no son universales a nivel cuántico.

Cuando hablamos de hechos en la vida real, son cosas que se pueden verificar muy rápido. Lo que decimos es que en la teoría cuántica, a un nivel profundo, los hechos no son objetivos para los observadores.

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¿Eso quiere decir que los hechos no existen?

Los hechos existen, pero pueden que seansubjetivos. En la ciencia es muy importante que haya hechos en los que todos podamos estar de acuerdo, eso es lo que permite el desarrollo de la ciencia. Cualquier cosa que entendamos como un hecho científico, es algo en lo que todos podemos estar de acuerdo. 

Ahora, resulta que en la teoría cuántica puede que ese no sea el caso, es decir, distintos observadores pueden tener acceso a distintos hechos que puedencoexistir entre ellos.
En la vida diaria eso difícilmente nos afectará, pero significa que tendremos que reescribir o cambiar nuestra comprensión de lo que realmente significa la mecánica cuántica a nivel fundamental.

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¿Este experimento puede tomarse como una prueba de que existen los "hechos alternativos"?

He visto gente que toma este experimento como una forma de decir que en realidad sí hay "hechos alternativos". Esta gente siempre dirá lo que se ajuste a sus creencias, pero nada de lo que vimos en nuestra investigación respalda esas afirmaciones.


¿Existe la realidad a nivel cuántico?

Aún hay debate sobre si los sistemas cuánticos tienen un realidad, algunos dicen que sí, otros dicen que no. Este experimento no redefine lo que es la realidad, cuestiona más bien cómo percibimos esa realidad y plantea que la realidad que observa un individuo, puede que no sea la misma que observa otro. 

¿Hay una frontera en la que las leyes de la física que vemos en la vida diaria comienza a cambiar?

Los cálculos que se utilizan en la ciencia no marcan una línea entre lo cuántico y lo que llamamos clásico. Las fórmulas no nos dan una regla acerca de en qué punto las cosas dejan de ser clásicas. 

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En teoría, yo podría describir cualquier cosa, incluyendo el universo entero, como un sistema cuántico, sin embargo, a nivel experimental aún estamos tratando de encontrar si hay una frontera, pero hasta ahora los sistemas que hemos podido ver que se rigen por la mecánica cuántica son muy pequeños, son sistemas de nanogramos o microgramos.

¿Cómo así?

Yo podría describir una pelota de tenis usando las reglas de la mecánica cuántica, pero lo que ocurre es que las propiedades cuánticas que ella tiene son imperceptibles en un objeto tan grande. Las cantidades que se obtienen del tratamiento cuántico de este objeto tan grande nos dicen que los efectos cuánticos a esta escala simplemente no pueden ser observados en el mundo real


Eso no significa que no sea cuántico, solo significa que los efectos no son visibles a esa escala. Pero actualmente, no estamos en capacidad de decir si la pelota de tenis es un sistema clásico o un sistema cuántico.

¿Cuál es el siguiente paso?

Quisiéramos aplicar este experimento con observadores más y más grandes, quizás algún día con observadores conscientes. Quizás fallará, en ese caso podremos concluir que en realidad sí hay una escala por encima de la cual la mecánica cuántica ya no se aplica. 

Pero si funciona, una conclusión podría ser que incluso para observadores humanos, las observaciones pueden ser subjetivas.

En ese punto, quizás necesitemos cuestionar incluso la realidad de los hechos objetivos que percibimos en nuestra vida cotidiana.


lunes, 7 de mayo de 2018

EL CONCEPTO Y SU REALIZACIÓN (2)




sábado, 5 de mayo de 2018


         (Colaboración de Ramón Galán)    

Estimado Francisco, quiero compartir contigo una reflexión surgida de la lectura y análisis tu artículo.
        
         Una de las cosas, entre otras, que me llamó la atención fue cómo definiste a los pensadores dogmáticos: “pensadores atados a ideas fijas”. En este sentido, y llevas razón, la atadura a la consigna rígida de que primero es la realidad y luego el concepto, atadura propia de los materialistas dogmáticos, nos llevaría a catalogar a Marx, por sus ideas formuladas en el proceso de trabajo, como pensador idealista. Es evidente que todos los valores de uso que sean resultado del proceso del trabajo, como por ejemplo, una mesa, ha existido primero como concepto en la cabeza del carpintero y después como realidad: el ser de la mesa la ha recibido del concepto mesa.

          Supongamos ahora que la mesa ya ha sido construida por el carpintero y esté siendo usada en cualquier hogar por un matrimonio con un hijo de un año de edad. La mesa existe como realidad en la casa pero no existe como concepto en la cabeza del niño. Con el transcurrir de los días y, de un lado, por medio de la relación práctica del niño con la mesa y, de otro lado, inicialmente por medio del lenguaje, tanto en su función indicativa como nominativa, que realizan los padres, el mundo empieza a duplicarse para el niño. La percepción y la relación prácticas del niño con otras mesas, diferentes en sus formas, estructuras y materiales con los que están construidas y con la intervención del lenguaje en su fase significativa, el concepto de mesa acaba existiendo en su pensamiento. Ahora el movimiento no va del concepto a la realidad sino de la realidad al concepto. Luego, la cuestión no es plantearse en términos abstracto sobre qué es primero: la realidad o el concepto, sino considerar en qué proceso nos encontramos: si nos encontramos en una etapa práctica del conocimiento, en un proceso de trabajo o, por el contrario, en una etapa teórica del conocimiento y considerar que ambas etapas son interdependientes, que objeto y sujeto siempre están íntimamente unidos mediante la unidad del concepto y la realidad.

         Por otra parte habría que considerar que a lo largo de la historia la configuración objetiva del concepto mesa ha ido cambiando. Luego, tendríamos también que plantearnos que los conceptos y sus realizaciones están en continua evolución y desarrollo, aunque esa es otra cuestión a analizar que nos llevaría tiempo y que no es momento de hacerlo aquí y ahora.

         Gracias Francisco por tu generosidad intelectual.
        
            Ramón Galán