SIGLO XXI - QUINTO LUSTRO - "Un nuevo orden emerge de la desintegración del capitalismo que irá reemplazando la célula económica (familia) por una nueva matriz reproductiva (comunas) que cumplirá funciones defensivas, judiciales, productivas y administrativas."
lunes, 31 de agosto de 2009
miércoles, 12 de agosto de 2009
Robinson Crusoe
Robinson Crusoe
Daniel Defoe inspirado en la voluntad de aislamiento de un marinero, Alexander Selkirk, escribe su obra cumbre: Robinson Crusoe. El éxito lo empujó a publicar una segunda parte, Las aventuras ulteriores de Robinson Crusoe, con lo que se diluye el hecho sustantivo de su obra maestra. Tuvo que ser Emilio de Rousseau quien volviera a fijar la atención en el mito robinsoniano. Defoe, construye en la soledad –de su héroe- una sociedad ideal totalmente al margen del mundo. Una “colectividad” de un solo miembro. Sabedor que sólo sobrevivirá estableciendo relaciones sociales, Robinson se obliga cada día a hablar consigo mismo representando varios personajes para no volverse loco. Robinson sabe que del monologo interior al monologo exterior, de la reflexión al disparate, del hombre sensato al loco de remate, sólo lo separa el delgado hilo de circunstancias que quiebran la sensatez del más sensato. Soliloquio forma parte de los síntomas de la locura. Como el hombre no viene al mundo provisto de un espejo. El hombre se ve reflejado sólo en otro hombre. Es a través del otro como percibe su corporeidad, la forma que reviste el género humano. De allí que la personalidad sea materia imposible en el hombre aislado. La personalidad es el resultado de una cultura específica estructurada a través de las relaciones sociales: los rasgos genéticos y las aptitudes individuales se desarrollan y vuelven significativas sólo a través de la experiencia en un medio social y cultural.
Tacna, 11 julio 2009
Edgar Bolaños Marín
Daniel Defoe inspirado en la voluntad de aislamiento de un marinero, Alexander Selkirk, escribe su obra cumbre: Robinson Crusoe. El éxito lo empujó a publicar una segunda parte, Las aventuras ulteriores de Robinson Crusoe, con lo que se diluye el hecho sustantivo de su obra maestra. Tuvo que ser Emilio de Rousseau quien volviera a fijar la atención en el mito robinsoniano. Defoe, construye en la soledad –de su héroe- una sociedad ideal totalmente al margen del mundo. Una “colectividad” de un solo miembro. Sabedor que sólo sobrevivirá estableciendo relaciones sociales, Robinson se obliga cada día a hablar consigo mismo representando varios personajes para no volverse loco. Robinson sabe que del monologo interior al monologo exterior, de la reflexión al disparate, del hombre sensato al loco de remate, sólo lo separa el delgado hilo de circunstancias que quiebran la sensatez del más sensato. Soliloquio forma parte de los síntomas de la locura. Como el hombre no viene al mundo provisto de un espejo. El hombre se ve reflejado sólo en otro hombre. Es a través del otro como percibe su corporeidad, la forma que reviste el género humano. De allí que la personalidad sea materia imposible en el hombre aislado. La personalidad es el resultado de una cultura específica estructurada a través de las relaciones sociales: los rasgos genéticos y las aptitudes individuales se desarrollan y vuelven significativas sólo a través de la experiencia en un medio social y cultural.
Tacna, 11 julio 2009
Edgar Bolaños Marín
viernes, 7 de agosto de 2009
La cosificación de los intelectuales
La cosificación de los intelectuales
La inteligencia es víctima, en mayor o menor grado, del mercantilismo capitalista. No puede sobrevivir al margen de las apetencias materiales, del influjo del valor de cambio, de lo cuantitativo. El homo economicus, en cierta categoría de intelectuales, se expresa en un cálculo mezquino y astuto, pero sin profundidad ni horizonte, incapaz de trascender el más estrecho interés individual. Sucumbe ante el poder sugestivo y avasallador de la propiedad privada. La obsesiva preocupación por los “derechos de autor” no es otra cosa que una manifestación inconsciente del sometimiento al universo capitalista. Es que el éxito intelectual es medido por el beneficio económico. Cuando el criterio económico se impone y sustituye al criterio docente, literario o artístico el intelectual deviene en un mercader de obras. Esto es, se convierte en un vendedor potencial de sus facultades espirituales cosificadas: la subjetividad misma, el saber, el temperamento, la facultad de expresión, se convierten en una mercancía, que se pone en movimiento según leyes propias, independientes de la personalidad del individuo. El caso del periodista revela del modo más grotesco “la falta de conciencia y de ideas” que lo conducen a prostituir sus vivencias y convicciones. Honoré de Balzac en su novela “Ilusiones perdidas” realiza un análisis lúcido e implacable de la cosificación del periodista en el siguiente dialogo: “¿Depende usted de lo que escribe? – dice Vernou con un aire burlón. Pues somos comerciantes en frases, y vivimos de nuestro comercio.” El poder del dinero, “vil ramera de los hombres” (según Shakespeare), corrompe y prostituye al más avisado de los mortales. Así, la satisfacción de sus necesidades individuales, constituye el único norte de su acción que no le permite ver en los demás sino rivales en la lucha por los escasos bienes; al tiempo que sus facultades espirituales, se tornan instrumentos potencialmente eficacísimos de los que por todos los medios intenta valerse. Para este tipo de intelectual su realización individual es un fin. No se trata de que el intelectual sea un vehículo para la realización del género humano. Todo lo contrario. El género queda subordinado al individuo, la esencia a la existencia y la sociedad se disuelve en una pluralidad de átomos aislados.
Tacna, 11 julio 2009
Edgar Bolaños Marín
La inteligencia es víctima, en mayor o menor grado, del mercantilismo capitalista. No puede sobrevivir al margen de las apetencias materiales, del influjo del valor de cambio, de lo cuantitativo. El homo economicus, en cierta categoría de intelectuales, se expresa en un cálculo mezquino y astuto, pero sin profundidad ni horizonte, incapaz de trascender el más estrecho interés individual. Sucumbe ante el poder sugestivo y avasallador de la propiedad privada. La obsesiva preocupación por los “derechos de autor” no es otra cosa que una manifestación inconsciente del sometimiento al universo capitalista. Es que el éxito intelectual es medido por el beneficio económico. Cuando el criterio económico se impone y sustituye al criterio docente, literario o artístico el intelectual deviene en un mercader de obras. Esto es, se convierte en un vendedor potencial de sus facultades espirituales cosificadas: la subjetividad misma, el saber, el temperamento, la facultad de expresión, se convierten en una mercancía, que se pone en movimiento según leyes propias, independientes de la personalidad del individuo. El caso del periodista revela del modo más grotesco “la falta de conciencia y de ideas” que lo conducen a prostituir sus vivencias y convicciones. Honoré de Balzac en su novela “Ilusiones perdidas” realiza un análisis lúcido e implacable de la cosificación del periodista en el siguiente dialogo: “¿Depende usted de lo que escribe? – dice Vernou con un aire burlón. Pues somos comerciantes en frases, y vivimos de nuestro comercio.” El poder del dinero, “vil ramera de los hombres” (según Shakespeare), corrompe y prostituye al más avisado de los mortales. Así, la satisfacción de sus necesidades individuales, constituye el único norte de su acción que no le permite ver en los demás sino rivales en la lucha por los escasos bienes; al tiempo que sus facultades espirituales, se tornan instrumentos potencialmente eficacísimos de los que por todos los medios intenta valerse. Para este tipo de intelectual su realización individual es un fin. No se trata de que el intelectual sea un vehículo para la realización del género humano. Todo lo contrario. El género queda subordinado al individuo, la esencia a la existencia y la sociedad se disuelve en una pluralidad de átomos aislados.
Tacna, 11 julio 2009
Edgar Bolaños Marín
Cosificación del universo humano
Cosificación del universo humano
El proceso de individualización de la humanidad tiene su punto de partida en la emancipación del hombre respecto a sus condiciones naturales y primitivas de producción. Los antiguos organismos sociales de producción se fundaban en la inmadurez del hombre individual, aún no liberado del cordón umbilical que lo ataba a otros seres de la misma especie. Los hombres entran en la historia tal como primitivamente salen del reino animal en sentido estricto: aún semi animales. La economía de subsistencia sostiene su colectivismo, su carácter gregario, la dependencia de unos en los otros. Pero, el intercambio de mercancías comienza allí donde termina la comunidad y la existencia del mercancías tiene como precondición el desarrollo de la división social del trabajo. A la economía de subsistencia le sigue una economía de abundancia, una época de abundancia creciente pero miserable. La civilización nos trae progreso. Superabundancia para unos y de miseria para las mayorías. Marx tenía toda la razón al señalar que a medida que se incrementa la productividad la desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas. El trabajador se convierte en una mercancía tanto más barata cuantas más mercancías produce. A ésta época le corresponde la escisión del producto laboral en cosa útil y cosa de valor. Es decir, cuando un objeto útil rebasa las necesidades inmediatas del poseedor potencialmente se desdobla o convierte en valor de cambio. Este desdoblamiento sólo se materializa en el intercambio donde se realiza como mercancía. Con el aumento de la productividad del trabajo se propaga la propiedad privada y el cambio, la diferencia de fortuna, la posibilidad de emplear fuerza de trabajo ajena y, con ello, la base de los antagonismos de clase. La propiedad privada sobre la tierra, los rebaños y los objetos de lujo, lleva al intercambio (del trueque a la compra-venta), a la transformación de los productos en mercancías. Son usos de guerra que las conquistas incluyen a la apropiación de tierras sus componentes, esto es, los hombres que las fructifican y sus bienes. Inventado el comercio aparecen las mercancías y el hombre cosa.
Tacna, 11 julio 2009
Edgar Bolaños Marín
El proceso de individualización de la humanidad tiene su punto de partida en la emancipación del hombre respecto a sus condiciones naturales y primitivas de producción. Los antiguos organismos sociales de producción se fundaban en la inmadurez del hombre individual, aún no liberado del cordón umbilical que lo ataba a otros seres de la misma especie. Los hombres entran en la historia tal como primitivamente salen del reino animal en sentido estricto: aún semi animales. La economía de subsistencia sostiene su colectivismo, su carácter gregario, la dependencia de unos en los otros. Pero, el intercambio de mercancías comienza allí donde termina la comunidad y la existencia del mercancías tiene como precondición el desarrollo de la división social del trabajo. A la economía de subsistencia le sigue una economía de abundancia, una época de abundancia creciente pero miserable. La civilización nos trae progreso. Superabundancia para unos y de miseria para las mayorías. Marx tenía toda la razón al señalar que a medida que se incrementa la productividad la desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas. El trabajador se convierte en una mercancía tanto más barata cuantas más mercancías produce. A ésta época le corresponde la escisión del producto laboral en cosa útil y cosa de valor. Es decir, cuando un objeto útil rebasa las necesidades inmediatas del poseedor potencialmente se desdobla o convierte en valor de cambio. Este desdoblamiento sólo se materializa en el intercambio donde se realiza como mercancía. Con el aumento de la productividad del trabajo se propaga la propiedad privada y el cambio, la diferencia de fortuna, la posibilidad de emplear fuerza de trabajo ajena y, con ello, la base de los antagonismos de clase. La propiedad privada sobre la tierra, los rebaños y los objetos de lujo, lleva al intercambio (del trueque a la compra-venta), a la transformación de los productos en mercancías. Son usos de guerra que las conquistas incluyen a la apropiación de tierras sus componentes, esto es, los hombres que las fructifican y sus bienes. Inventado el comercio aparecen las mercancías y el hombre cosa.
Tacna, 11 julio 2009
Edgar Bolaños Marín
LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN TACNA: 2008
LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN TACNA: 2008
En los últimos meses, Tacna viene siendo escenario de diversos conflictos, el mas significativo fue quizás lo sucedido, a fines del año pasado cuando miles de pobladores, gremios y algunas autoridades se sumaron a las protestas, estas habían sido provocadas por la nueva ley que modificaba la repartición del canon minero.
Moquegua ya venia hace tiempo reclamando por la desigual distribución del canon, lo que dio como consecuencia que el gobierno central retroceda y elabore una modificación a la ley.
Pero lamentablemente estos movimientos de lucha social no pudieron sobrepasar la espontaneidad de las masas ya que hasta en un principio se escuchaba “Moquegua es enemiga de Tacna, nos quieren quitar lo que por derecho nos corresponde “, las luchas eran dirigidas contra el pueblo moqueguano, cuando el verdadero causante de este problema era la Southern Corporation aliada al ejecutivo.
Como es típico del aprismo, este reaccionó reprimiendo a la población. El saldo fue: 3 muertos de procedencia humilde, incluido un bebe de pocos meses asfixiado por gas lacrimógeno.>
Finalmente el gobierno ordenó el estado de emergencia por 60 días, saliendo el ejercito a resguardar la “paz“.
Pero esto no pudo acallar al pueblo que con “cacerolazos” seguían mostrando su oposición y repudio al gobierno por haber provocado conjuntamente con la Southern estos conflictos. Las luchas que antes exigían canon ahora exigían el respeto hacia los recursos hídricos y el medio ambiente.
Finalmente, el desenvolvimiento de la población en los últimos meses da cuenta la falta de una dirección para llegar bien al objetivo. Las organizaciones sindicales aun siguen desorganizas por 10 años del fujimorato.
Es una necesidad histórica reconstruir estos órganos de dirección y conducción de los movimientos sociales, para que ningún caudillo que demagógicamente ofrece justicia social, se pueda aprovechar y burlarse una vez sentado en el palacio de gobierno. Cuando llegue ese momento y las fuerzas populares estén reconstruidas, ningún gobierno podrá proceder como lo hizo Alan García.
15 julio 2009
Jesús Gavilán
En los últimos meses, Tacna viene siendo escenario de diversos conflictos, el mas significativo fue quizás lo sucedido, a fines del año pasado cuando miles de pobladores, gremios y algunas autoridades se sumaron a las protestas, estas habían sido provocadas por la nueva ley que modificaba la repartición del canon minero.
Moquegua ya venia hace tiempo reclamando por la desigual distribución del canon, lo que dio como consecuencia que el gobierno central retroceda y elabore una modificación a la ley.
Pero lamentablemente estos movimientos de lucha social no pudieron sobrepasar la espontaneidad de las masas ya que hasta en un principio se escuchaba “Moquegua es enemiga de Tacna, nos quieren quitar lo que por derecho nos corresponde “, las luchas eran dirigidas contra el pueblo moqueguano, cuando el verdadero causante de este problema era la Southern Corporation aliada al ejecutivo.
Como es típico del aprismo, este reaccionó reprimiendo a la población. El saldo fue: 3 muertos de procedencia humilde, incluido un bebe de pocos meses asfixiado por gas lacrimógeno.>
Finalmente el gobierno ordenó el estado de emergencia por 60 días, saliendo el ejercito a resguardar la “paz“.
Pero esto no pudo acallar al pueblo que con “cacerolazos” seguían mostrando su oposición y repudio al gobierno por haber provocado conjuntamente con la Southern estos conflictos. Las luchas que antes exigían canon ahora exigían el respeto hacia los recursos hídricos y el medio ambiente.
Finalmente, el desenvolvimiento de la población en los últimos meses da cuenta la falta de una dirección para llegar bien al objetivo. Las organizaciones sindicales aun siguen desorganizas por 10 años del fujimorato.
Es una necesidad histórica reconstruir estos órganos de dirección y conducción de los movimientos sociales, para que ningún caudillo que demagógicamente ofrece justicia social, se pueda aprovechar y burlarse una vez sentado en el palacio de gobierno. Cuando llegue ese momento y las fuerzas populares estén reconstruidas, ningún gobierno podrá proceder como lo hizo Alan García.
15 julio 2009
Jesús Gavilán
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