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domingo, 27 de febrero de 2022

LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES COMO ESTRATEGIA DE DESARROLLO

 


Dr. Hugo SALINAS 

hugosalinasgonzalez@gmai.com 

John Maynard Keynes en 1936 ya había puesto en relieve que los dos males más grandes de nuestras sociedades modernas son el desempleo y la pobreza.

Keynes lo precisó en estos términos: “los dos vicios horrendos del mundo económico en el que vivimos son: primero, el desempleo; segundo, la arbitrariedad y ausencia de equidad en la repartición de la fortuna y de las remuneraciones.i Ahora, luego de los trabajos de Thomas Pikettyiisabemos con mayor precisión estadística que, durante cientos de años, la desigualdad en fortuna ha sido, y sigue siendo, mucho mayor que la desigualdad en remuneraciones.

A pesar del tiempo transcurrido, la Teoría Económica no ha sido capaz de mostrarnos la senda por la cual podríamos eliminar el desempleo y la pobreza. Tanto más que en los pueblos originarios del mundo no han existido estos males de sociedad. A lo sumo con Milton Friedman se ha llegado a proponer la Tasa Natural de Desempleo (1968)iii. Y con las recomendaciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, nos consolamos con disminuciones porcentuales tanto del desempleo, de la pobreza como de la extrema pobreza.

Lagunas en la Teoría Económica

Es evidente que existen lagunas en la Teoría Económica, sobretodo en la forma de abordar la problemática de las desigualdades socio-económicas. Para verificarlo, tomemos tres temas de suma importancia y trascendencia: la variable trabajo y su entorno, el financiamiento de proyectos de inversión y los tipos de repartición de la riqueza creada.

Hasta el momento, la Teoría Económica utiliza en los modelos económicos solamente la variable trabajo (L), además, sin precisar que se trata solamente de trabajadores ocupados. Con ello deja de lado a partes importantes de la sociedad como la contribución y retribución de los recién nacidos, los niños, los jóvenes, los ancianos, los ocupados sin remuneración alguna como es el caso de las amas de casa, los inválidos e, incluso, los trabajadores no ocupados, y que cuentan por cientos de millones de personas.

De igual modo, cuando la Teoría Económica aborda el financiamiento de los proyectos de inversión no explicita las diversas fuentes de financiamiento. Y la razón estriba en el que la Teoría Económica solamente toma en consideración al capital acumulado en ciertas personas o instituciones financieras privadas. Y esto, a pesar de que los gobiernos, tanto del Norte como del Sur, utilizan la emisión monetaria respaldada por el país para resolver su falta de financiamiento o de crisis monetaria. Este fue el caso, por ejemplo, de la llamada crisis de subprime del 2008, en donde utilizaron la emisión monetaria respaldada por el país, a raudales, De ahí que, esta emisión monetaria se convirtió posteriormente en deuda soberana.

La Teoría Económica olvida, además, que la Humanidad ha practicado dos tipos de repartición de la totalidad de la riqueza creada. En todos los modelos micro y macro económicos, el único tipo de repartición que utiliza es la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica. Y lo peor, ya no se da el trabajo de explicitarlo 2 puesto que considera que existe un solo tipo de repartición, como lo veremos más adelante.

Esto hace que se requiera de una nueva visión de la actividad socio-económica para abordar la problemática del desempleo y la pobreza

Estas carencias en la Teoría Económica estarían explicadas por un enfoque que prioriza la producción y olvida una parte importante de la actividad socio-económica: las formas o tipos de repartición de la riqueza creada.

Es por ello que proponemos una nueva visióniv del conjunto de la actividad socio económica, en donde la desglosamos en dos partes. El primer sub-conjunto se ocuparía de resolver la pregunta, ¿cómo se crean los bienes económicos? Y, el segundo sub conjunto se ocuparía del tema, ¿cómo se reparte la riqueza creada?

Con la ayuda de esta nueva manera de abordar la actividad socio-económica en su conjunto, primero, podemos identificar con mayor claridad el nuevo proceso de trabajo que la Humanidad está construyendo, segundo, la posibilidad de eliminar tanto el desempleo como la pobreza y, tercero, la puesta en evidencia de un financiamiento gratuito e ilimitado para la creación y desarrollo de empresas-país. En definitiva, estaríamos creando una base socio-económica que posibilita construir una sociedad con igualdad de oportunidades para todos sus habitantes.

La Economía Inmaterial como la nueva forma de trabajar que la Humanidad está creando y desarrollando

En estos últimos decenios ya no solamente se trata de “producir”, ahora es cuestión de “elaborar” bienes económicos. Y esto porque se está instalando con gran velocidad una nueva manera de trabajar que nos está conduciendo de la economía material a la economía inmaterial.

Se trata de un nuevo proceso de trabajo cuyos elementos son esencialmente inmateriales. Es así cómo, su elemento fundamental está constituido por los conocimientos y habilidades del trabajador. El trabajador ya no es ni recolector ni campesino ni obrero. Se trata de un trabajador-conceptor (doctor en alguna especialidad de la actividad económica).

Este nuevo proceso de trabajo, para manifestarse, requiere de un elemento material, comúnmente llamado el hardware. De ahí que, esta nueva forma de trabajar está imponiendo un desarrollo industrial acorde a las necesidades del bien inmaterial. Con ello, la vieja industrialización formalizada en los siglos XVII y XVIII está siendo suplantada con la nueva industrialización al servicio de esta nueva manera de trabajar.

Es una forma de trabajar en donde cada nuevo “producto” es el resultado de una creación, invención, innovación o descubrimiento. Son bienes únicos. Con ello estamos construyendo un nuevo cuadro de vida, al mismo tiempo que estamos resolviendo problemas tanto del individuo como de la sociedad que eran imposibles de abordar con una economía material.

Los dos tipos de repartición de la riqueza creada

Como lo señaláramos en la introducción, esta nueva visión de la actividad socio económica presenta dos sub-conjuntos. El primero, como lo acabamos de ver, aborda los 3 diferentes procesos de trabajo que ha creado la Humanidad para alcanzar un máximo de recolección, producción o elaboración de bienes económicos. En breve, son diferentes y cada vez mejoradas formas de creación de riqueza.

Es así cómo llegamos a la conclusión de que es recomendable que todos los pueblos del mundo se lancen a la economía inmaterial (Proceso de Trabajo de Concepción) a fin de obtener un máximo de riqueza y en las mejores condiciones de producción y elaboración de bienes económicos.

Ahora abordaremos el segundo sub-conjunto que se orienta a resolver el cómo repartir la riqueza creada por todos los habitantes del país.

El cómo repartir es una decisión de sociedad. Una “decisión”. Y como tal, para manifestarse lo hace a través de los elementos del proceso de trabajo que son materiales. Es así cómo, su existencia se oculta, o se agrega, a las características materiales de los elementos del proceso de trabajo. Y es esta característica del segundo sub-conjunto de la actividad socio-económica que, probablemente, ha impedido al investigador visualizar su existencia.

De tal forma que los efectos, positivos o negativos, de la “decisión de sociedad” con relación a la repartición de la riqueza creada, han sido tomados en consideración como si fueran también las características de los elementos del proceso de trabajo. Son los casos, por ejemplo, de la noción de economía de mercado, del capital, del precio, del dinero, de la competencia, etc quienes siendo elementos de un proceso de trabajo, en algunos casos se les observa como elementos positivos para la sociedad y en otros, como elementos negativos.

Hecha la precisión, remarcaremos que las investigaciones muestran que la Humanidad ha practicado dos tipos completamente diferentes de decisión en cuanto a la repartición del resultado de la actividad económica. Una de ellas es la Repartición Individualista, mediante la cual, la totalidad del Resultado Neto de la actividad económica pertenece a quien maneja el acto económico. Ejemplos concretos de este tipo de repartición lo hemos tenido en las sociedades esclavista, feudal y ahora, capitalista.

Y es ella, la Repartición Individualista, la que no es posible observarla en forma directa, es la que ha desvirtuado el carácter positivo de los elementos del proceso de trabajo, ya sea en la economía agrícola o industrial.

El segundo tipo de repartición lo han practicado los pueblos originarios ya sea de la civilización occidental o de la civilización Tawantinsuyana. Se trata de la Repartición más o menos igualitaria de la totalidad del resultado de la actividad económica. En aquellos tiempos, la repartición se realizó en condiciones de economías de autoconsumo, motivo por el cual la Repartición más o menos igualitaria era visual y directa a los ojos y entendimiento de la comunidad.

Es esta característica de repartición más o menos igualitaria de la riqueza creada que condicionó vínculos de hermandad, actitudes de cooperación y, sobre todo, impedía la aparición de desempleo y pobreza. Estos dos grandes vicios de nuestra civilización occidental, como lo señalara Keynes, no existían en aquellos tiempos. ¿Qué hacer para que este tipo de repartición más o menos igualitaria se instale en nuestras sociedades modernas de economía de mercado?

El modelo socio-económico a instalar: una economía de mercado con dos tipos de repartición

Ya vimos que la respuesta a cómo producir o crear riqueza es sin equívoco, instalar una economía inmaterial. Y en cuanto a cómo repartir la riqueza creada, la sociedad debe adoptar la Repartición más o menos igualitaria del Resultado Neto de la actividad económica.

Por otro lado, nuestras investigaciones nos conducen a la evidencia, teórica y práctica, que dentro de una economía de mercado, siempre existirán micro y pequeñas empresas, y cuyo tipo de repartición natural es la Repartición Individualista. Además, la experiencia muestra que el seno de las micro y pequeñas empresas es el cuadro natural para los que se dedican a crear, innovar, descubrir e inventar.

Es a partir de estas constataciones que surge la propuesta de una economía de mercado con dos tipos de repartición del Resultado Neto de la actividad económica. ¿Qué significa esta proposición?

Tomemos como medida de la totalidad de la riqueza creada durante un ejercicio económico al Producto Bruto Interno (PBI) del país. En tiempos de los pueblos originarios, la Repartición más o menos igualitaria tomó la forma siguiente:

PBI / N ~ r

En donde N es la totalidad del grupo social y “r” es la parte más o menos igualitaria que recibe (consume) cada uno de los miembros de la comunidad.

Este mismo comportamiento, en una economía de mercado, tomaría la forma siguiente:

Englobemos dentro del Sector 1 a todas las empresas actualmente existentes que son empresas a Repartición Individualista. La riqueza creada por dicho sector será igual al Producto Bruto Interno del Sector 1 (PBI1). De igual manera, la riqueza creada por el Sector 2 será igual al PBI2. En este sector están clasificadas únicamente las empresas país.

De tal forma que:

PBI = PBI1 + PBI2

Sabiendo que el PB se descompone en una masa de salarios W y una masa de ganancias G, tendremos:

PBI = W1 + G1 +W2 + G2

En donde G2 es la masa total de ganancias de las empresas-país, la misma que será repartida, en partes iguales, entre todos los habitantes del país (N), con lo cual se da nacimiento a “r”, la Remuneración de Base Universal (r) que recibirá cada persona desde su nacimiento hasta el fin de sus días, por ser miembro de su sociedad. Es la Repartición Igualitaria de la totalidad de las ganancias de las empresas-país.

De esta manera, tendremos que la Repartición más o menos igualitaria del PBI, en una economía de mercado, sería:

PBI = W + G1 + rN

Aquí se puede observar que, la totalidad de la riqueza creada por el país se revierte en partes más o menos iguales entre todos los habitantes del país, sin que exista ninguna relación de dominación ni la participación de agentes políticos. Son estos nuevos mecanismos de la actividad socio-económica que nos conducirán a una sociedad de igualdad de oportunidades, como lo veremos luego.  

Pero, surge la pregunta: si la totalidad del PBI se reparte en partes más o menos iguales entre todos los habitantes del país, ¿de dónde sale, entonces, el financiamiento necesario para crear y desarrollar empresas-país, en número y capacidad suficiente para eliminar el desempleo?

La propiedad comunitaria y el financiamiento ilimitado y gratuito para crear y desarrollar empresas-país

Así como la Repartición Individualista perdura por más de diez mil años gracias a la institución jurídica, la propiedad privada; la Repartición Igualitaria perdurará en el tiempo gracias a la institución jurídica, la propiedad comunitaria. Una propiedad que pertenece a todos los habitantes del país pero a ninguno en particular. Es el caso de la empresa-país.

De esta manera, el financiamiento gratuito e ilimitado, vía emisión monetaria, para crear y desarrollar empresas-país estará respaldado, primero, por el valor de todas las empresas país; segundo, por todos los activos del país y, tercero, por todos los recursos naturales del país, además de la calidad y número de su población económicamente activa.

El financiamiento será ilimitado en el límite de los recursos del país para crear y desarrollar empresas-país. Y será gratuito porque cualquier persona portadora de un proyecto de inversión podrá ponerlo en práctica gracias al financiamiento que le otorga el país en la forma de emisión monetaria.

La igualdad de oportunidades para todos los habitantes del país

Estos son los cimientos sólidos, reales, para fundamentar el ejercicio de una igualdad de oportunidades para todos los habitantes del país, desde su nacimiento hasta el final de sus días.

Las personas tendrán fundamentalmente dos fuentes de ingresos monetarios. Por un lado, mientras que trabajan durante su vida profesional gozarán del salario en función de sus aptitudes, conocimientos y tiempo de trabajo. Por otro lado, en tanto que personas miembros de una sociedad, recibirán una Remuneración de Base a lo largo de su existencia por el hecho de ser parte de una sociedad.

De igual manera, a lo largo de su existencia, cada persona podrá poner en práctica sus ideas y ambiciones porque contará con un financiamiento gratuito, además de que siempre tendrá un trabajo asegurado porque las empresas-país contarán con un financiamiento ilimitado para el desarrollo de proyectos de inversión.

Nuevas instituciones que correspondan a una nueva base socio-económica

Ya hemos anotado que para consolidar en el tiempo la Repartición Igualitaria de la totalidad de las ganancias de las empresas-país, se requiere contar con una nueva institución jurídica, la propiedad comunitaria, aquella que pertenece a todos y a ninguno en particular.

También hemos señalado que las empresas-país cuentan con un financiamiento ilimitado que les permitirá eliminar el desempleo. Y puesto que el objetivo de la empresa-país no es maximizar las ganancias, podrá establecer un Nuevo Contrato de Trabajo que garantizará un nivel de salarios acorde con el crecimiento del PBI y las necesidades de la población.

Además, puesto que la totalidad de la riqueza creada (PBI) se encuentra en los bolsillos de todas las personas, en partes más o menos iguales, el tipo de Gobierno que nacerá será 6 el de la Democracia Directa, con dos características fundamentales: instituciones a un solo nivel de decisión y cada una de ellas ajustadas a las necesidades directas de las personas. Nunca más el centralismo que degrada a la persona y a la sociedad.

Es esta la sociedad que podemos construir para que se encuentre acorde con nuestras necesidades y con nuestras ambiciones.

Lima, sjl, 15 de diciembre del 2021  

martes, 14 de abril de 2020

EL FUTURO SE ACELERA EN LLEGAR


Dr. Hugo SALINAS
salinas_hugo@yahoo.com

Como consecuencia de la pandemia COVID-19, el futuro de las personas y de la sociedad se acelera en llegar. Se sienten grandes cambios a nivel planetario. La producción y elaboración de bienes económicos está cambiando de eje. Los hábitos de consumo abren nuevos caminos hacia el bienestar general y, como consecuencia, las grandes desigualdades socio-económicas se cuestionan con mayor vigor y claridad. El equilibrio mundial de las grandes potencias se reacomodan. Un modelo socio-económico alternativo al capitalismo se dibuja con mayor claridad.

La economía industrial que tuvo como emblema a las fábricas, está dando paso aceleradamente a los centros de investigación y de aplicación que son el emblema de la economía inmaterial, llamada también economía de los conocimientos o economía digital. En suma, la “producción” está dejando su lugar de importancia a la “elaboración” de bienes económicos. Mientras la primera se caracteriza por una producción en serie, de millones de unidades del mismo producto, la segunda es la elaboración de un bien económico único. Cada bien económico no admite ni siquiera un duplicado. 

Son dos formas de trabajar diferentes, En el primer caso se trata del Proceso Artificial de Producción, producción de bienes materiales por excelencia, como los automóviles, aviones, casas, sillas, mesas… En el segundo caso se trata del Proceso de Trabajo de Concepción, elaboración de bienes económicos que son el resultado de un invento, una creación, una innovación o un descubrimiento. Es decir, la pandemia del coronavirus está acelerando la llegada de un nuevo mundo; una nueva manera de trabajar y de vivir.

El Proceso de Trabajo de Concepción tiene a los conocimientos y competencias del trabajador como su elemento fundamental. Y esto hará, como lo veremos luego, una gran diferencia no solamente en la evolución de los procesos de trabajo sino también, y sobre todo, en el cambio del tipo de repartición del resultado de la actividad económica. Dicho con mayor claridad, el elemento fundamental del Proceso de Trabajo de Concepción impide la creación y desarrollo de las grandes desigualdades socio-económicas. Este proceso de trabajo, como lo hicieron en su tiempo los procesos de trabajo a mano desnuda y con herramientas, impedirá la explotación del hombre sobre el hombre.

Asimismo, el COVID-19 no solamente está acelerando la instalación de un nuevo proceso de trabajo sino que también, al mismo tiempo, está poniendo de relieve un nuevo sector de la actividad económica. Mientras que el proceso de trabajo que anima la economía industrial puso delante de la escena al confort material, el proceso de trabajo que anima la economía inmaterial está incidiendo con prioridad, en su camino de evolución, en la salud del ser humano. Un campo de la actividad económica que había sido dejado de lado por el principio de rentabilidad y de las ansias de hacer dinero y más dinero, en agravio de la salud de las personas y, muy especialmente, de los trabajadores, de sus familias, de los desempleados y marginados.

Una recomposición en la importancia de los sectores de la actividad económica, la misma que redundará inevitablemente en una recomposición del equilibrio de poder a nivel mundial. La pululación de los uno mil centros de investigación y aplicación serán los agentes directos del cambio. El centralismo de los Estados Unidos en el ordenamiento planetario está siendo cuestionado con mayor vigor. Y un transitorio multipolarismo se hará presente con mayor claridad.

De igual modo, los hábitos de consumo de las personas están desplazando su prioridad hacia la salud de los seres humanos y de la sociedad. Porque el COVID-19 lo está mostrando con claridad que, no es suficiente tener un buen control sanitario a nivel de la persona si la sociedad no está implementada correctamente para proteger ese control sanitario personal. Los centros de salud, el personal que lo compone y las correctas disposiciones sanitarias están tomando una importancia vital para el buen vivir tanto de las personas como de la sociedad.

Estas dos cosas, la gran diseminación de centros de investigación y de aplicación, así como los nuevos bienes de consumo para preservar y sanar la salud de las personas, requieren de un cierto nivel de poder adquisitivo y de financiamiento, a nivel de cada persona y de la sociedad. Esto se hace tan evidente y se convierte en una exigencia diaria y vital de las personas de casi todos los estratos de la sociedad, así como de los recursos financieros con los que debe contar el Presupuesto Público del país. 

De ahí que, se hace evidente que los recursos financieros destinados a la salud en proporción al Producto Bruto Interno del país, deben ser más consecuentes. La persona y su bienestar deben volver a ser la primera prioridad en el objetivo de la actividad económica y en el reparto equilibrado del resultado de dicha actividad económica.

Al respecto, el COVID-19 nos está ilustrando que las personas no pueden tener como única fuente de ingresos ya sea los salarios o los dividendos. Si la empresa que les brinda ese tipo de ingresos quiebra, la mayoría de dichas personas se quedarán en la completa orfandad. Y en el caso de los trabajadores que pierden su centro de trabajo es mucho más grave. Sin ningún recurso para sobrevivir, menos aún para adquirir los medicamentos o tratamientos que exige su estado de salud. Los trabajadores ocupados que pierden su trabajo y, por tanto, su única fuente de ingresos, están destinados a morir. 

Los trabajadores que pierden su única fuente de ingresos pasarán a aumentar la masa de personas que se encuentran en la plena orfandad tales como los trabajadores desocupados, los otros miembros de la familia, las personas de la tercera edad, los inválidos, los niños y jóvenes abandonados o que pierden sus padres por accidentes de la vida, etc. Esta es la dura realidad de la sociedad capitalista.

Ante tal calamidad que nos brinda la sociedad capitalista, la Humanidad está encontrando una salida a este problema, en algunos casos por intereses egoístas como es lo que sucede con las empresas petroleras en Alaska. A principios de este milenio, y habida cuenta de que el suelo de Alaska contiene inmensos yacimientos de petróleo, las empresas crearon un apreciable fondo de compensación para ser repartido, en partes iguales, entre todos los habitantes del país. Una especie de Icome Basic (Remuneración de Base) para cada persona, que serviría a compensar los efectos nocivos de la explotación petrolera.

En Europa así como en América Latina se expande la idea de una Remuneración de Base, producto de una reflexión sobre el nivel inhumano en el que viven grandes franjas de la población. La Remuneración de Base se orientaría a paliar la falta de recursos monetarios para sufragar las necesidades básicas de la persona y de las familias. Esta remuneración no estará ligada a ninguna contraprestación. Ella se recibirá solamente por el hecho de ser parte de su sociedad.

A esta corriente de aplicación de la Remuneración de Base, en plena ebullición a progresión creciente, la podemos clasificar en dos según sus fuentes de financiamiento. Los unos piden que el fondo monetario que serviría a cubrir la aplicación de la Remuneración de Base debe provenir del Presupuesto Público del país. Los otros, sostienen que esta Remuneración de Base debe provenir de la totalidad de las utilidades de las empresas-país. Dos puntos de vista con su pro y su contra.

Mientras que el monto de la Remuneración de Base proveniente del Presupuesto Público del país estaría completamente supeditado a los caprichos de los políticos y de los gobernantes,  la Remuneración de Base proveniente de las utilidades de las empresas-país sería recibida automáticamente y sin ninguna supeditación a los caprichos de políticos y gobernantes, pero requiere de un Gran Cambio de la base socio-económica del país, así como del consentimiento de la totalidad de la población del país.

Son dos proposiciones sustentadas en dos modelos socio-económicos diferentes. La propuesta que recurre a utilizar los fondos del Presupuesto Público del país responde a la decisión de conservar el modelo socio-económico capitalista vigente. Su único objetivo es de “reformar” o “mejorar” el modelo pero, en esencia, opta porque quien maneja el acto económico se siga apropiando la totalidad del resultado de la actividad económica generado por un pueblo, presente y pasado. Es decir, a partir de esta opción se estaría optando porque continúen las grandes desigualdades socio-económicas al interior del país.

En cambio la opción de obtener la Remuneración de Base a partir de la totalidad de las utilidades de las empresas-país se orienta a realizar un cambio de la base socio-económica del país y, con ello, facilitar la instalación de nuevas instituciones que remplacen a aquellas de la Democracia Representativa que, a través de su centralismo, justifica y preserva las grandes desigualdades socio-económicas.

Es bueno saber que la Remuneración de Base a partir de la totalidad de las utilidades de la totalidad de las empresas-país significa, en otros términos, la Repartición Igualitaria de la totalidad de las utilidades de la totalidad de las empresas-país. 

Esta Repartición Igualitaria será una decisión de sociedad. Es decir, la totalidad de la población del país decidirá la instalación de este mecanismo que creará, en términos bien concretos, los lazos de hermandad entre todos los miembros de la sociedad. Pero para que esta “decisión de sociedad” persista en el tiempo será indispensable poner de pie la institución que lo valide en el tiempo. Y esta es precisamente la Propiedad Comunitaria o Propiedad Colectiva de las empresas-país, en el sentido de que la propiedad es de todos y de ninguno en particular. Con ello estamos diciendo que las empresas-país serán de propiedad del pueblo, en el sentido de propiedad comunitaria, como la nueva y principal institución jurídica del país. 

Algo más, en base a la propiedad comunitaria de todas las empresas-país se podrá sustentar un nuevo sistema financiero que facilitará un Financiamiento Ilimitado para la creación y desarrollo de empresas-país. Empresas que pertenecerán a todos los habitantes del país, que formarán el sector económico más importante del país, y sobre cuyos activos, físicos y financieros, se podrá emitir dinero en la forma de financiamiento de nuevas empresas-país o del desarrollo de las mismas.

El financiamiento ilimitado de empresas-país será la condición suficiente para que se elimine de una vez por todas, la explotación del hombre sobre el hombre. 

Recordemos que la condición necesaria para impedir la explotación de un hombre sobre otro hombre está dado por el elemento fundamental del Proceso de Trabajo de Concepción que son los conocimientos y habilidades del trabajador. Este elemento de dicho proceso de trabajo se encuentra esencialmente localizado en el cerebro del trabajador, con lo cual se hace imposible que una tercera persona pueda apropiársela en forma permanente, como sucedió con los centros de alimentación o las herramientas, elementos fundamentales del Proceso de Trabajo a Mano Desnuda y el Proceso de Trabajo con Herramientas.

Ahora, con el financiamiento ilimitado para la creación y desarrollo de empresas-país se pondrá en acción la condición suficiente para impedir la explotación de un hombre sobre otro hombre, basado en la hegemonía de la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica, que permite, como sucede desde hace unos diez mil años, que un reducido número de personas se apropie del 100% del resultado de la actividad económica.

De otra manera, estamos llegando al fin del impero de la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica, y de su forma externa de presentación, la economía y sociedad capitalista.

Lima, 13 de abril del 2020


viernes, 3 de abril de 2020

EL COVID-19 DESTAPA LOS HORRORES DE NUESTRA SOCIEDAD CAPITALISTA


Dr. Hugo SALINAS
Los tiempos de crisis son los mejores momentos para visualizar con toda claridad, y en toda su extensión y profundidad, los horrores de nuestra economía y sociedad “capitalista”. En esta oportunidad, es el COVID-19 que nos ofrece la oportunidad de ver en directo cómo la sociedad capitalista desprecia al ser humano en su condición de desocupado, trabajador humilde y “viejo”.
Realicemos este análisis haciendo uso de dos modelos socio-económicos totalmente diferentes. Tomemos por referencia al actual modelo generalmente llamado “capitalista”, “neoliberal”, y comparémoslo con un modelo alternativo, como el que propongo.
Lo primero que debemos saber es que todo modelo socio-económico tiene dos elementos. Un elemento es el Proceso de Trabajo, mediante el cual se ejecuta la producción, circulación y consumo de bienes económicos. El otro elemento es la Decisión Socio-económica, mediante la cual la sociedad decide la forma de repartir la totalidad de la riqueza económica generada durante un ejercicio económico, generalmente un año.
Los procesos de trabajo evolucionan en el tiempo, siendo el último, el más eficaz y eficiente en la producción, circulación y consumo de bienes económicos. Así tenemos que, a presente, es el Proceso Artificial de Producción, generalmente llamado “economía industrial”. Es lo mejor que ha creado el ser humano, aun cuando existe otro que lo está remplazando con gran velocidad, y que se llama Proceso de Trabajo de Concepción, generalmente conocido como “economía inmaterial”. Con esta nueva forma de trabajar ya no se “produce” sino que se “elaboran” bienes económicos.
En la economía industrial es la máquina el elemento fundamental del proceso de trabajo. Pero, a partir de cierto momento de desarrollo de esta forma de trabajar, otro elemento toma más importancia que la máquina misma. Se trata del dinero-capital, mediante el cual se pueden poner en acción inmediata, y en cualquier lugar del planeta, proyectos de inversión de una alta rentabilidad.
Es así cómo el Capital, en esta fase de la evolución de los procesos de trabajo, se convierte en el Dios supremo de la actividad económica. De ahí precisamente viene la denominación de “sociedad capitalista” a este estadio del desarrollo de la actividad económica.
Pero,  no es el Capital el malo de la película. Él hace solamente de intermediario, como lo puede ser la máquina, el dinero, el pecio, el mercado, que son, simple y llanamente, elementos del proceso de trabajo. El malo de la película, como lo veremos luego, viene de algo que no lo podemos ver porque se trata de una “decisión” de sociedad. Y esta decisión para manifestarse requiere de algo concreto. Es por ello que, en una primera aproximación, el malo de la película es el capital, el precio, la máquina…
El otro elemento del modelo socio-económico es la Decisión Socio-económica, y tiene una dinámica diferente. A lo largo de la historia de la Humanidad, ella se ha presentado en dos formas. Su primera forma de manifestación en el tiempo fue la Repartición más o menos Igualitaria del resultado de la actividad económica. Para que este tipo de repartición se mantenga en el tiempo, la sociedad ha creado una institución jurídica llamada la “propiedad comunitaria” o “propiedad colectiva”.
La segunda forma de manifestación de la Decisión Socio-económica, y que es reciente en la historia de la Humanidad, es la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica. Y para que este tipo de decisión se mantenga en el tiempo, la sociedad ha creado una institución jurídica llamada la “propiedad privada”.
Entonces, el modelo socio-económico actual llamado “capitalista” tiene como proceso de trabajo a la economía industrial, la cual viene siendo remplazada con gran velocidad por la economía inmaterial. La Decisión Socio-económica del modelo “capitalista” toma la forma de Repartición Individualista. Ello significa que la totalidad del resultado de la actividad económica pertenece a quien maneja el acto económico.
Y este tipo de Decisión socio-económica, la Repartición Individualista, ha conducido a una increíble aberración humana. Así tenemos que, solamente 8 personas tienen una riqueza, acumulada y concentrada, igual a la riqueza que posee la mitad de la población mundial. Es decir, en términos de riqueza, 8 personas pesan tanto como 3 mil 700 millones de personas.
Es este elemento, la Repartición Individualista, una decisión de sociedad, la responsable de toda la maldad del modelo capitalista. Pero esta Repartición Individualista no se manifiesta en forma directa. Ella lo hace a través de los elementos del proceso de trabajo, tanto de la economía industrial como de la economía inmaterial, tales como la máquina, el dinero-capital, el precio, las innovaciones, etc.
De tal forma que, en el modelo y sociedad “capitalista”, quien no trabaja no tiene ingresos monetarios. En corto, quien no trabaja está destinado a morirse de hambre. Así de brutal es el ordenamiento del sistema capitalista. Con el tiempo, esta situación ha sido paliada por la intervención del Gobierno a través del Presupuesto Público. Los gobernantes deciden, si lo desean, y dentro de los límites de la masa presupuestal, de venir en sostén de las familias sin recursos monetarios. Una puerta abierta a la corrupción y al clientelismo en política.
En cambio, el modelo socio-económico alternativo al modelo capitalista, el que propongo, tiene la misma morfología en cuanto a los procesos de trabajo para producir y elaborar bienes económicos. Y esto porque es la Humanidad que los va construyendo día a día, minuto a minuto. Pero en cuanto a su tipo de repartición del resultado de la actividad económica, es completamente diferente.
El modelo que propongo pretende recuperar el mecanismo de la Repartición más o menos Igualitaria del resultado de la actividad económica en tanto que Decisión Socio-económica. Es concreto, una alta porción del resultado de la actividad económica, generalmente medida con el Producto Bruto Interno (PBI), sería repartido, en partes estrictamente iguales, entre todos los habitantes del país.
Con ello se garantizaría que toda persona, desde que nace hasta el último minuto de su vida, tenga un monto de ingreso monetario consecuente. A este monto se le llamará Remuneración de Base. Tanto más grande será el monto del PBI, tanto mayor será el monto de la Remuneración de Base. Y ella, que será recibida por las personas en forma automática, no tiene ninguna relación con el trabajo. Quienes trabajan recibirán el monto de salario en función de sus competencias y duración de la jornada de trabajo. La Remuneración de Base se la recibirá porque uno es parte de una sociedad. Este será el mejor nexo de solidaridad existente entre los miembros de una sociedad.
De tal modo que, en casos como el COVID-19, cuyo tratamiento exige un “aislamiento voluntario”, la sociedad no tendría ninguna dificultad de llevarlo a cabo, y sin ninguna necesidad de que las fuerzas armadas y policiales hagan valer la fuerza.
La fuerte proporción del PBI que se convertirá en la Remuneración de Base de todos y cada uno de los habitantes del país. será el fruto de adicionar la totalidad de las utilidades de las empresas-país y de dividirlo entre el número total de habitantes del país. Este monto llegará en forma directa a la cuenta bancaria de cada uno de los habitantes del país, sin que medie ninguna decisión de político alguno, ni de hacer colas en forma ignominiosa.
La Remuneración de Base será el resultado de un mecanismo del sistema socio-económico, y no de miserables “bonos” que para cobrarlos se tienen que hacer larguísimas colas como borregos en búsqueda de un poco de pasto: Los “bonos” no son nada más que prebendas, donaciones y “regalos”, que no hacen que embrutecer y depravar a la población con escasos recursos monetarios.
Bastaría este solo ejemplo para mostrar el horror del sistema capitalista. Pero hay otro ejemplo que es aún más horroroso que el primero. Se trata de la inmensa diferencia de sueldos y salarios entre los trabajadores. Y todo ello justificado por la “meritocracia”.
Según esta práctica, está bien justificado que un CEO (gerente de una empresa multinacional) perciba un sueldo y bonus que supera varios millones de dólares, mientras que un humilde trabajador no llega ni siquiera a los mil dólares por mes. Toda esta política discriminatoria se fundamenta en la famosa “meritocracia”, en los altos concomimientos científicos, literarios o espirituales.
Hoy, como consecuencia de la pandemia COVID-19, la comunidad está tomando consciencia que el trabajo humilde del barredor de calles, de los que ayudan a las personas de la tercera edad, de los enfermeros y enfermeras en contacto directo con el coronavirus… son más útiles para la sociedad salvando la vida de muchas personas, que cualquier CEO que solamente se dedica a facilitar la acumulación de riquezas de sus patrones.
Esta horrenda discriminación en los salarios será resuelta con el modelo socio-económico alternativo al capitalismo que propongo. Porque la dinámica de sus elementos internos facilitará que la Remuneración de Base se convierta en el elemento fundamental en la repartición de la totalidad de la riqueza creada por un país. Ya no será la masa de salarios y, sobre todo, los altos salarios y bonificaciones los elementos fundamentales del modelo socio-económico.
Un tercer ejemplo, y no sería el último en la sociedad “capitalista”, lo tenemos en el comportamiento del Capital y del capitalista con relación a las personas de tercera edad. El COVID-19 lo ha mostrado en toda su crudeza.
El sistema capitalista solamente requiere de trabajadores ocupados, en pleno ejercicio de sus facultades físicas y mentales. El sistema capitalista piensa, por tanto, que las personas a conservar son los jóvenes. Y, por consiguiente, todas personas en edad avanzada deben ser descartadas y abarrotadas, como de objetos inservibles, en la antesala de la muerte. Ellos, las personas de edad avanzada ya no requieren de ningún esfuerzo ni gasto público. El tratamiento del COVID-19 lo está mostrando con toda crudeza a nivel mundial. ¡Cómo el sistema capitalista ha degenerado a la sociedad! Seamos conscientes, debemos salir con urgencia de este sistema capitalista.
El modelo socio-económico alternativo al capitalismo nos devolverá el uso de la razón y, sobretodo, devolverá a la actividad socio-económica su verdadero objetivo. El objetivo inicial de la actividad económica no es el de acumular dinero y más dinero, sino el de satisfacer las necesidades vitales de la comunidad, generar el bienestar general, otorgar a todas las personas el máximo desarrollo de su individualidad para beneficio de la sociedad y de él mismo.
Lima, 3 de abril del 2020


martes, 1 de enero de 2019

LA ECONOMÍA INMATERIAL Y EL FIN DEL CAPITALISMO



Dr. Hugo SALINAS

Visto de lejos, podríamos decir que la Historia se está repitiendo. Porque, así como ayer el Capitalismo dio fin al Feudalismo; ahora, la Economía Inmaterial está dando fin al Capitalismo.

Pero, visto de cerca, lo que sucedió ayer fue que el Proceso Artificial de Producción (economía industrial) se convirtió en la forma de trabajar hegemónica en remplazo de los Dos Procesos Naturales de Producción (economía agrícola y ganadera primaria). Una evolución de los procesos de trabajo que se desenvuelve con el mismo tipo de repartición del resultado de la actividad económica: la Repartición Individualista; motivo por el cual la pobreza del trabajador campesino-siervo-esclavo se convierte en la pobreza del trabajador obrero-asalariado.

En cambio, ahora, la transformación de la actividad socio-económica se produce en sus dos elementos. Por un lado, el Proceso de Trabajo de Concepción (economía inmaterial) está substituyendo al Proceso Artificial de Producción (economía industrial). Por otro lado, la Repartición Igualitaria del resultado de la actividad económica remplazará a la Repartición Individualista. Y con ello, pronto el desempleo y la pobreza serán recuerdos del pasado. La Igualdad de Oportunidades será una norma de vida.

El señor burgués se encargó de enterrar al señor feudal

La economía de mercado industrial se impuso a la economía de autoconsumo agrícola y ganadera. Y con ello, las instituciones del viejo orden dieron paso a las instituciones de la República y de la Democracia Representativa. El señor burgués se impuso al Rey y su séquito. El obrero-asalariado produce lo esencial de la actividad económica, desplazando al campesino-siervo-esclavo encargado de labrar la tierra con técnicas de producción que son superadas por la maquinaria agrícola.

Lo que sucedió fue que, en la evolución de los procesos de trabajo, la economía ganadera y de agricultura primaria fue superada largamente por la economía industrial. La base socio-económica sufrió una mutación en la evolución de los procesos de trabajo y, por consiguiente, nuevas instituciones aparecieron, y las que no estuvieron en contradicción con la nueva base socio-económica, ellas tuvieron que adaptarse al nuevo orden.

Sin embargo, y esto es importante precisar, esta transformación de un proceso de trabajo por otro, deja indemne la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica. Y es por ello que, en lugar del señor feudal, que se apropiaba el 100% del resultado del trabajo del campesino-siervo-esclavo, nace el señor burgués quien, en adelante, será el que se apropie del 100% del resultado de la actividad económica generada por el obrero-asalariado.

En estas condiciones de superioridad económica del señor burgués con relación a la realeza, la toma de La Bastilla en Paris fue solamente un acto simbólico. La suerte del Rey y del Feudalismo ya estaba echada. Comenzaba la era del Capitalismo. Pero, insisto, los horrores del Capitalismo no se deben al proceso de trabajo ni a su evolución, sino a los efectos perversos de la Repartición Individualista en una economía de mercado que, en adelante, genera un solo espacio económico a nivel mundial. Y la extorsión de la plusvalía se realiza a nivel mundial.

Pero, ¿cómo es que el señor burgués se impone ante un señor feudal, todo poderoso, que cuenta con cientos de miles de siervos dispuestos a entregar su vida por su señor y que, además, tiene una armada invencible? Y es a partir de este hecho, aparentemente insólito, que debemos aprender la lección de la Historia que, con toda certitud, se está volviendo a repetir.

Vayamos por partes. El Rey, representante supremo del Feudalismo, logra tomar el control, directo e indirecto, de inmensas extensiones de terrenos agrícolas, elemento fundamental de la actividad económica en ese momento. Su poder económico, social y político es absoluto, ante una masa inmensa de siervos que trabaja sin descanso, el día entero, todos los días de la semana y todas las semanas del año.

Sobre esta base de extorsión y sumisión, todos los príncipes y, sobre todo el Rey, construyen castillos, al cual mejor; para él, para su esposa, la amante y queridas, en los lugares que más preferían. Y este acto de ostentación, de acumulación y concentración de riqueza, es que los llevará a la ruina y a convertirse en parte del pasado. ¿Cómo así?
Los castillos no son construidos por sus siervos que, a lo sumo, saben labrar la tierra. El boato de su vestimenta así como de la arquitectura y diseño interior y exterior de sus castillos no es elaborado ni fabricado por sus siervos. Las carrozas y aperos de su cuadrilla no son confeccionados por sus siervos que no saben ni leer ni escribir… ¿Quiénes se encargan de suministrar ese confort material sin par, nunca antes existente? Y sin contar que los príncipes y sus reyes estaban en plena competencia entre ellos, para dejar sentado quién ostenta mejor.

Sucede que una nueva forma de trabajar nace al interior de la ganadería y agricultura primaria. Se trata del Proceso Artificial de Producción que es capaz de generar “n” bienes económicos nunca antes existentes, solamente con el límite de los recursos naturales para su producción en serie y masiva. Y a partir de un nuevo bien nace una fábrica, la misma que puede ser replicada “m” veces.

De esta forma, aparecen nuevos bienes económicos encargados de dar confort material al Rey, los príncipes y la población en general. Y son los mismos príncipes y reyes que, en primer lugar, lo demandan. Es así como aparecen los industriales de la construcción, del textil, del transporte, de las finanzas…; y con ellos, una cantidad cada vez más creciente de trabajadores obreros-asalariados en cada una de estas nuevas ramas de la actividad económica.

Es una nueva economía que florece en base a transacciones, realizadas en precios y expresados en unidades monetarias. Y, por lo tanto, aparece de una manera natural los que financian el confort y los excesos de los príncipes y reyes. Las finanzas y los bancos de ahorro y crédito se difunden, teniendo como principales clientes a los príncipes y reyes. Toda la plusvalía que los reyes extraen a los siervos-esclavos va a engrosar las cajas de dinero-capital de la nueva sociedad burguesa.

De esta forma, el Feudalismo, y su representante, el Rey, facilitaron la expansión y consolidación de quien será su sepulturero, el señor burgués, con todo su séquito de trabajadores obreros-asalariados.

Es la manifestación concreta de una evolución de  procesos de trabajo en Repartición Individualista. Y la Historia nos informa del paso de la sociedad feudal a la sociedad capitalista.

La economía inmaterial sienta las bases materiales para el fin del Capitalismo

La gran Revolución que se avecina será el resultado de dos fenómenos que se autoalimentan.

El Proceso de Trabajo de Concepción (la economía inmaterial) está ocupando una posición hegemónica en la actividad económica, en remplazo del Proceso Artificial de Producción (economía industrial). Y la economía inmaterial tiene una característica que facilitará la substitución de la Repartición Individualista por la Repartición Igualitaria del resultado de la actividad económica. Un fenómeno económico-social hasta hace poco, imposible de prever. Y con ello, el Capitalismo, sinónimo de Repartición Individualista, está llegando a su fin.

La instalación, progresiva y constante, de la economía inmaterial es ya evidente. Todos lo confirman. Sus productos faros son utilizados por miles de millones de personas, a nivel mundial, tal como Windows, Excel, YouTube, Google, Facebook, iPhone… Tan notoria es su instalación que sus productos han constituido su propia Bolsa de Valores, el famoso Nasdaq.

Y los capitalistas, en sus ansias de hacer dinero y más dinero, incentivados por ese motor de angurria llamado Repartición Individualista del resultado de la actividad económica, apuestan por estos nuevos productos faros. Y su dinámica por poseer más y más dinero, los lleva a financiar sin medida centros de investigación y desarrollo de los bienes inmateriales.

Y quién creyera. Con este comportamiento egoísta están actuando tal como actuaron el Rey y los príncipes, al financiar el desarrollo de la economía industrial; cuyos patrones, los señores burgueses, serían, a la larga, sus sepultureros. Ahora, los capitalistas, animados por la Repartición Individualista, son quienes financian el desarrollo de la economía inmaterial que, a mediano plazo, será quien siente las bases económicas de quien será su sepulturero. Veamos esto.

Las habilidades y competencia del conceptor, en el origen de la muerte del Capitalismo

Casi todos los elementos del Proceso de Trabajo de Concepción, son inmateriales, a excepción de su soporte que es material, pero que representa un mínimo porcentaje del costo total del bien económico.

Así tenemos que, las habilidades y competencia del trabajador-conceptor, que son el elemento fundamental de este proceso de trabajo, y sus medios y herramientas de trabajo, son totalmente inmateriales. Es decir, el trabajador-conceptor, con sus habilidades y competencia, se apoya en los conocimientos de la Humanidad para crear, inventar, innovar o descubrir nuevos bienes económicos que son todos inmateriales.

Pero detengamos un segundo en las características de las habilidades y competencia del conceptor. Este elemento fundamental del Proceso de Trabajo de Concepción, así como la mano desnuda del primer proceso de trabajo de la Humanidad, se encuentra al interior del propio trabajador. Y es esta condición del elemento esencial del proceso de trabajo que impide todo intento de establecer una relación de dominación o sojuzgamiento entre el trabajador y cualquier persona.

Para que alguien pueda apropiarse de los descubrimientos, inventos, innovaciones o creaciones del trabajador-conceptor, sería necesario, por un lado, vigilarlo las 24  horas del día y los 7 días de la semana y, por otro lado, extraer de su cerebro cada nueva invención, descubrimiento, innovación o creación. Lo cual es imposible, tal como sucedió con el trabajador a mano desnuda

Dicho trabajador, en aquella época de la historia de la Humanidad, realizaba el acto económico de recolección, caza y pesca, utilizando únicamente sus manos. Y para poder apropiarse del resultado de su trabajo era necesario, por un lado, tenerlo sujetado por los pies y, por otro, vigilarlo las 24 horas del día; lo cual era imposible. Lo mismo sucedió cuando el trabajador comenzó a utilizar herramientas para incrementar su productividad. En este caso, la herramienta, como la flecha, fue simplemente un extensor del brazo del trabajador. Bastaba un descuido, y dicho trabajador se perdía en una naturaleza pródiga en recursos alimenticios.

Si aceptamos que esta particularidad de las habilidades y competencia del trabajador-conceptor, elemento fundamental del Proceso de Trabajo de Concepción, impide toda relación de dominación, estaríamos aceptando que dicha forma de trabajar facilita la instalación de la Repartición Igualitaria del resultado de la actividad económica. Y con ello, estaríamos ad-portas de una nueva economía y una nueva sociedad, que se fundaría en la Igualdad de Oportunidades y en la cooperación y solidaridad humana.

Además, esta particularidad del elemento fundamental del Proceso de Trabajo de Concepción está configurando algo inusitado: la naturaleza moderna de la propiedad colectiva (comunitaria). Tema que lo desarrollaremos en otro artículo.

Paris, 30 de diciembre del 2018