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lunes, 7 de septiembre de 2020

DESMITIFICANDO EL BICENTENARIO: 1820 - 2020

 



Escribe: Milcíades Ruiz

Hace doscientos años, las colonias sudamericanas estaban convulsionadas por el empeño en independizarse del imperio español aprovechando la ruina económica y política de éste. Tanto los patriotas de Nueva Granada como los de Río de la Platas habían declarado su independencia, pero no podían culminar su propósito por la interferencia del virreinato del Perú, que enviaba tropas para combatirlos.

El general San Martín con el apoyo del Director Supremo del gobierno patriota rioplatense Juan M. Pueyrredón, que era de su misma logia, había logrado liberar la provincia de Chile, pero las tropas enviadas por el virrey de Perú, ponían en peligro este logro. Tanto el libertador chileno Bernardo O'Higgins, como San Martín, propusieron a Pueyrredón, organizar una expedición Liberatriz para atacar el virreinato del Perú. El costo era alto pero necesario.

Tras muchas gestiones se logró el acuerdo suscrito por ambos gobiernos en 1919, que asumían el alto financiamiento bajo la condición de recuperar los costos y cumplir las instrucciones, entre las que figuraba no actuar contra la propiedad de la nobleza ni de sus esclavos y dejar que autónomamente elijan su forma de gobierno. Todo esto está acreditado con documentos probatorios.

Es así como, el general José de San Martín llega a Pisco la tarde del 7 de setiembre, desembarcando al día siguiente en Paracas, acompañado del Almirante Cochrane, Jefe de la flota marina. Este último, ¿Era patriota? ¿Era revolucionario con ideario independentista? Nada que ver. Era un ex oficial de la marina inglesa, contratado por el gobierno chileno como mercenario, con una atractiva paga al igual que a su personal de marineros.

¿Eran patriotas los soldados argentinos y chilenos que venían a Perú, con el ideal de luchar hasta morir por la independencia de quienes ni conocían ni tenían el mismo interés? Tampoco. Entonces ¿por qué venían? Pues, por la paga. No fue fácil conseguir esta clase de gente, pero al fin se logró reunir 4,118 hombres, de los cuales, 2,118 eran argentinos. Se embarcaron en Valparaíso el 21 de agosto de 1820, a las 4 p.m., y en Coquimbo se sumaron 500 chilenos más, hasta completar 4,718 soldados.

La noticia llegó a Lima. Abascal había sido reemplazado por el virrey Joaquín De la Pezuela. El Dr. Hipólito Unanue era del círculo del virrey como lo había sido del anterior, pues era realista y enemigo de la independencia. Las fuerzas enviadas a expulsar a los invasores fracasaron. Entonces el virrey propuso un armisticio que fue aceptado por San Martín, nombrando ambas partes sus representantes para las tratativas.

En la primera conferencia, los Comisionados del Virrey: Hipólito Unanue, Conde Villar de Fuente y, Teniente de Navío D. Dionisio Capaz, propusieron por base de las negociaciones que, en Chile se adoptara la Constitución española, y que el ejército expedicionario, regrese a donde salió. Los Comisionados Patriotas rechazaron como inadmisibles las bases propuestas. Se acordó un armisticio de 8 días.

Va entonces la siguiente reflexión: De haber desistido San Martín de su misión, ¿Unanue se habría convertido en patriota? Sin embargo, lo encontramos más tarde formando parte de la Junta de Gobierno de la república y, decretando la reimplantación del tributo indígena, que antes había sido disuelta por el gobierno constitucional español, estando el rey retenido en Francia.

Otro “patriota”, fue Andrés de Santa Cruz (héroe de Bolivia) oficial realista que llevaba años combatiendo contra los patriotas argentinos y contra los patriotas del Alto Perú, como lo hizo contra Mateo Pumacahua. Al llegar San Martín, ordenó al general Arenales hacer un movimiento envolvente por la sierra central. El virrey envió el 18 de noviembre de 1920, al general O´Relly para batir el avance patriota, siendo el teniente coronel Santa Cruz uno de los jefes oficiales.

El enfrentamiento tuvo lugar el 6 de diciembre en Cerro de Pasco, siendo vencedor Arenales. O´Relly fue apresado, mientras que Santa Cruz estaba huyendo cuando fue capturado. Luis Alayza Paz Soldán en su libro “MI País”, - pág. 12, dice: “Para salvarse, no se le ocurrió mejor idea que la de pasarse a las filas patriotas. De haber vencido las fuerzas relistas, ¿se habría vuelto patriota?”. Sin embargo, siendo de la nobleza y del ejército enemigo, lo encontramos más tarde como presidente de la república del Perú (1826/ 1827).

Casos como los señalados hay bastante, pero quizá sea suficiente para entender los orígenes de la república bicentenaria. En ese escenario, la aristocracia colonial del Perú contaba con 105 títulos nobiliarios, que incluían a un duque, 58 marqueses, 45 condes y un vizconde. Ninguno de ellos deseaba la independencia del virreinato, menos la de la población nativa ni de sus esclavos. Tener esclavos y vasallos indígenas era rango social.

Según los datos censales de años anteriores a la independencia del virreinato del Perú, más del 82% de la población estaba constituida por nativos y cholos, un 6% eran negros y 12% eran blancos, incluyendo los de la plebe. Por su parte, el partido (Provincia) de Lima, tenía en 1813 una población total de 63,809, consistente en 20,175 blancos (32 por ciento), 10,643 indios (16.5%), 4,879 mestizos (7.5%), 10,231 pardos o negros libertos (16%) y 17,881 esclavos (28%).

Sólo un 26.3 % de la elite limeña podía ser considerada como productores generadores de riqueza y el resto, solo consumidores parásitos. Los nobles que poseían títulos, tenían una renta asegurada para una posición social privilegiada. Un 41.7% de la población eran religiosos regulares o seculares, también con renta asegurada. El 18.2% eran servidores de la corona o eran residentes permanentes que gozaban del fuero militar, mientras que el 13.8% eran de oficios menores. Fuente: “La caída del gobierno español en el Perú”- IEP- Timothy e. Anna

Esta era la clase de gente con la que contaba San Martín para su revolución. La gran mayoría dependía de nombramientos eclesiásticos y de la corona. ¿Les convenía traicionar al rey, volviéndose patriota? Es cierto que había muchos resentidos que se quejaban del favoritismo a los españoles netos en el monopolio comercial y nombramientos, pero no por ello estaban dispuestos a luchar por la independencia yendo contra su rey.

Los resentidos se hacían eco de los ilustrados europeos que clamaban igualdad, solidaridad, libertad, pero adaptando las ideas a la conveniencia de sus propios intereses. No por consciencia ideológica. Igualdad frente a los españoles peninsulares sí, pero no con los nativos. Solidaridad entre criollos sí, pero no con los nativos ni esclavos, libertad de opinión sí, pero no para los oprimidos de la colonia.

Ese era el ideario del movimiento doctrinario de los liberales sudamericanos. Eran críticos del sistema virreinal y de los abusos contra la población nativa, pero solo de los excesos. No estaban por el cambio del sistema, pero sí, por las reformas. Pero los liberales criollos eran mirados como subversivos por la nobleza virreinal, con influencia en las autoridades locales y en la nobleza española.

San Martín dirigió el siguiente mensaje a la nobleza: "la revolución no está y no ha estado en contra de vuestros verdaderos privilegios". Bajo el régimen español, dijo, los nobles eran "una clase inerte y sin funciones", pero bajo un régimen independiente podían jugar un genuino papel en el gobierno. Bueno si es así, la cosa cambia, pudieron haber dicho algunos de ellos, que se avinieron a firmar el acta de independencia, aunque la mayoría eludió comprometerse.

El 14 de julio San Martín pidió al cabildo de la ciudad que llamase a un cabildo abierto al día siguiente para discutir el estatus futuro del Perú. Fue esta reunión la que declaró la independencia en los siguientes términos: "Todos los señores concurrentes por sí y satisfechos de la opinión de los habitantes de la Capital dijeron: Que la voluntad general está decidida por la independencia del Perú y de la dominación española y de cualquiera otra extranjera".

Después de que el acta fuera firmada en el cabildo se puso en exhibición para recolectar firmas que llegaron solo a 3,504 personas, aunque muchos se retractaron después. El virrey fue depuesto por los militares realistas que pusieron en su reemplazo al general La Serna. Firmaron esta acta: El Conde San Isidro, el Conde de la Vega del Ren, el Conde de Las lagunas, el Marqués de Villafuerte, el Marqués de Monte Alegre, el Conde de Torreblanca, el Conde de Vista Florida, el Conde de San Juan de Lurigancho, el Marqués de Corpa, el Marqués de Casa Dávila.

Y también, otros personajes sin título honorífico como el sacerdote Xavier de Luna Pizarro, José de la Riva Agüero, Andrés Salazar, Manuel Agustín de la Torre, Tomás e Ignacio Ortiz de Cevallos, Antonio Boza, Hipólito Unanue, José y Miguel de la Puente, Manuel A. Colmenares, Luis A. Naranjo, Mateo de Pro, Lorenzo Zárate, Francisco Moreyra y Matute, Manuel y José Ferreyros, Francisco Xavier Mariátegui, José Antonio de Ugarte, Antonio de Bedoya, José Pezet, Pedro Olaechea, Manuel Tudela, José de la Torre, Agustín de Vivanco, Toribio de Alarco, Manuel Gallo, Carlos de Bedoya y otros cuyos apellidos aún hoy resuenan en nuestros oídos.

No fue pues, … “por la voluntad general de los pueblos” como nos repiten cada año, ya que ninguna autoridad ancestral del interior del país fue tomada en cuenta. Lo que sí es cierto, es el enorme esfuerzo de O’Higgins, que comprometió el endeudamiento de Chile en esta misión.

De lo dicho, podemos concluir que la independencia del virreinato del Perú, se la debemos en mucho, a Chile. Nos han inducido al odio a los chilenos por la guerra que la aristocracia gobernante perdió, actuando al margen del pueblo cuyos miembros, capturados y amarrados en fila, fueron obligados a enrolarse y combatir, contra su voluntad, ignorando los motivos. Pero, es tiempo de corregir nuestra historia y se conozca la verdad. Disculpen por ir contra la corriente.

Septiembre, 2020

Otra información en https://republicaequitativa.wordpress.com/

 

sábado, 29 de agosto de 2020

LA ERA REPUBLICANA: EL CRIOLLO Y SU CONTINUISMO DECADENTE COLONIAL

 


Las escaramuzas que dejó el coloniaje virreinal, en sus descendientes españoles, (los criollos) se expresaron en fuertes luchas intestinas por el poder, más que por el desarrollo del país; se suscitaron golpes y contragolpes de Estado, originados por caudillajes criollos militares y civiles, profundizando la crisis originada en España y desde España de entonces. Fue un continuismo decadente y torpe pero no por ello menos voraz, continuando con una concepción elitista y marcadamente étnica. Su cosmovisión, de estos criollos, no les alcanzaba más allá de un contubernio para continuarlo con la repartija de la riqueza del país y, en muchos casos, casi siempre, ligados a intereses foráneos. Tanto ayer como hoy, con pequeños intervalos, como el del gobierno del General Juan Velasco Alvarado, fueron las grandes transnacionales quienes impusieron sus reglas de juego en perjuicio del país.


Oficialmente el país se independizó en 1824, las élites de los criollos no pudieron amoldarse a las nuevas condiciones en los siguientes años, generando profunda inestabilidad. Entre 1820 y 1845 (en tan solo en 25 años), cambiaron, alrededor de 50 veces al presidente, es decir, cada medio año se cambió un presidente, en promedio; en tan solo un año (1834) hubo ocho cambios y cinco Constituciones; en ningún otro periodo de la historia del Perú hubo cambios de tal envergadura.


Las guerras civiles arreciaron la decadencia del país, sumados a los conflictos fronterizos con los países vecinos, la economía estaba sumida en un estado deplorable. El principal producto de exportación fueron los minerales. El sector agrícola se encontraba en una situación caótica. Las muertes de esclavos que lucharon durante la guerra trajeron como consecuencia el agravamiento de la falta de mano de obra, permaneciendo esta situación caótica por cerca de dos décadas.

Carlos Contreras, señala que Simón Bolívar le manifestó, con preocupación, a José de San Martín “ni nosotros ni las generaciones venideras verán el resplandor de la república que estamos fundando”  


Como una bendición llegó la era del guano, pero, también, como una maldición, se encargaron de despilfarrarlo envueltos en una tremenda corrupción.


De acuerdo a  Linda Twrdek Kerstin Manzel, en Romero (1949, p 447) resume esta drástica situación con “la era del guano oculta, como las tumbas de grandes faraones, bajo una máscara hecha de oro, una momia devorada por gusanos”, retrata acá el autor, que toda esta riqueza generada en el país, se despilfarró.


El Guano significó ingentes rentas dejadas de percibir por el Estado peruano, debido a la corrupción. Wikipedia determina que entre 1840 y 1880, Perú vendió alrededor de 20 millones de toneladas de guano, a razón de cientos de miles de toneladas por año, principalmente a Gran Bretaña, determina que correspondió a unos ingresos de 2 billones de dólares en ganancias; sin embargo, el país quedó fuertemente endeudado. Nos preguntamos, dónde está tantísima riqueza por su exportación a Inglaterra inicialmente y luego a EE.UU que surgen como un neocolonialismo en nuestra patria


El salitre, entonces pasó a desempeñar un rol fundamental, como un nuevo producto de exportación, pero pasó a manos de chilenos, en la Guerra del Pacífico con Chile, el Perú tuvo que entregar Tarapacá y por tanto este valioso recurso


Esta descomposición socio-política, se expresó en sus máximos componentes del poder legislativo y ejecutivo, “poniendo y sacando” presidentes con tan solo días de permanencia en el poder. Carentes, absolutamente, de un amor a la patria y extraños a un sentimiento nacionalista y de una conciencia nacional patriota y que se arrastra hasta el día de hoy.


Si se hubiese tenido algún grado de dignidad y amor a la patria, este era el momento propicio para iniciar un cambio profundo y “romper” con una estructura sociopolítica decadente y en retirada, ligadas a las ataduras coloniales. Era propicio y oportuno, este momento, buscar y encontrar un norte de un verdadero desarrollo e independencia de nuestra patria. Pero no fue así, veamos.


Es imperioso, en tal virtud, desentrañar, brevemente, los orígenes, vidas, grados, títulos, intenciones expresadas de, los por lo menos, algunos de éstos que tuvieron que ver con la máxima magistratura del país: presidente.


Primer Presidente de la República del Perú, José Domingo de La Mar y Cortázar (José de La Mar), nació en Cuenca, de la República del Ecuador (extranjero)


§  Primer periodo gubernamental de José de La Mar (1822-1823)


Fue un militar y político ecuatoriano que llegó a ser presidente del Perú en dos ocasiones, presidió, también, el Consejo de Gobierno, durante la dictadura de Bolívar (1826), es considerado por una gran mayoría de historiadores y tratadistas como el Primer Presidente Constitucional de la República del Perú. Permaneció, tan solo, 125 días en el poder y fue destituido por este mismo congreso que lo designó y lo declaró “reo de alta traición”, por su captura se ofreció el título de “Benemérito de la Patria”.


Fue hijo del español vizcaíno (provincia de España) Marcos de La Mar Migura, “Administrador de las Cajas Reales de Guayaquil y Cuenca” (Las Cajas Reales eran los sitios donde se depositaba y disponía del oro, piedras preciosas, plata, dinero y otros bienes que provenían de los tributos indígenas, decomisos, novenos, quintos y diezmos por la producción y acuñación de oro y plata, pago de derechos, depósitos y deudas pertenecientes a la Corona), y de la guayaquileña Josefa Paula Cortázar y Lavayen, hermana de José Ignacio Cortázar y Francisco Cortázar, quien fue obispo de Cuenca y gobernador de Jaén de Bracamoros, respectivamente (Wikipedia).


A los dos años de edad, José de La Mar, (nuestro primer presidente) fue enviado a España y estudió en el Colegio de Nobles de Madrid; durante toda su infancia y juventud permaneció en España. Por la influencia de su tío “ingresó al ejército español” como subteniente del Regimiento de Saboya.


En 1794 participó en la campaña del Rosellón contra la Primera República Francesa, bajo las órdenes del conde de la Unión (español), ascendiendo a capitán en 1795. Fue partícipe, en España, de muchas acciones militares contra Francia, dando lugar a su ascenso a teniente coronel y combatió, en defensa de España, cuando se produjo la guerra nacional contra la invasión francesa de Napoleón en 1808. Este militar, graduado en España, combatió férreamente en defensa de Zaragoza, España, haciéndose merecedor del título de “benemérito de la patria en grado heroico” ascendiendo a coronal, gracias a su heroicidad en defensa de España.


La Mar, estuvo al mando de una columna de 4,000 granaderos veteranos (“columna de La Mar”), en 1812 en Valencia, cuyo frente estuvo al mando del general Joaquín Blake. Fue apresado por los franceses y conducido prisionero a Francia y encarcelado en el castillo de Semur (Borgoña); después de un tiempo logró fugar volviendo, nuevamente, a España.


Restituido en el poder Fernando VII en el trono español premió a La Mar por sus servicios, ascendiéndole a la clase de brigadier en 1815 y nombrándole “Caballero de la Órden de San Hemeregildo”.


Felipe VII ocupando como rey de España envía a Lima a La Mar como “Subinspector General del Virreinato del Perú” además de la “Gobernación de la Fortaleza del Real Felipe” del Callao.


Cinco años antes (1816) de la llegada de José de San Martín, La Mar toma posesión de su cargo concedido por la corona española. Ya por entonces los patriotas se sublevaron tratando de ganar el Alto Perú, pero fueron contenidos por las fuerzas del virrey José Fernández de Abascal, quien fue sustituido por Joaquín de la Pezuela, La Mar entabla sus buenas relaciones para la defensa militar del Virreinato.


En julio de 1818 (tres años antes del levantamiento de José de San Martín), La Mar toma conocimiento de una conspiración de los patriotas (fuerzas peruanas) cuyo fin era la liberación de sus detenidos y la captura de las fortalezas del Callao; La Mar vence y sale victorioso de dicho levantamiento y triunfa en contra de los patriotas peruanos.


Pero La Mar no tan solo sale triunfante venciendo a las tropas peruanas, sino que una escuadra procedente de Chile inició el bloqueo del Callao, La Mar nuevamente sale triunfante en defensa de la corona española y en 1819, por todos estos hechos, es promovido a “Mariscal de Campo”.


En la defensa a la corona española le fue concedido todos estos títulos y grados que fueron ganados por La Mar reprimiendo enérgicamente a las fuerzas peruanas que luchaban por su libertad e independencia.


Obligado La Mar a permanecer en la fortaleza del Callao, en 1820 (a menos de un año del levantamiento de San Martín), en junio de 1821 (el mismo año del levantamiento de San Martín) se produjo el avance de los patriotas hacia La Fortaleza del Callao y La Mar se batió ferozmente en contra de los ataques patriotas (peruanos), en defensa de la Fortaleza a la espera de refuerzos. Sitiado por mar y por tierra, La Mar rechazó todos los ataques patriotas hasta que le llegó los refuerzos militares requeridos; al cabo de un breve tiempo se le terminaron sus provisiones y se rindió. Al tomar esta actitud, según algunos cronistas, dos aspectos tuvieron en cuenta en La Mar: 1) sus sentimientos de criollo y 2) su vieja y profunda amistad con José de San Martín (a quien conocía desde los días de guerra de la independencia española). El 19 de setiembre de 1821 se rinde y firma la capitulación del Callao, cuyos fuertes pasaron a favor de los patriotas. El 26 de octubre de 1821, La Mar, renuncia al grado y las condecoraciones que la monarquía española le había concedido.


Es así que este personaje luego de haber luchado tenaz y fieramente en contra de las fuerzas patriotas, para sofocar su independencia, hoy se incorpora a éstas para lograr lo que antes lucho contra las fuerzas libertadoras y, más todavía, con el grado de General de División: El General de División a José de La Mar, del ejército peruano


Ahora sí, José de La Mar, habiendo traicionado a la causa de la independencia, viaja primero a Guayaquil a visitar a su familia y, estando allí, la Junta de Guayaquil lo nombró Comandante General de la provincia y el Supremo Delegado Torre Tagle lo reconoció como Gran Mariscal.


Un año después de haber capitulado y haberse rendido por la superioridad de sus adversarios, (las fuerzas patriotas) el 20 de setiembre de 1822, José de La Mar, juramenta como diputado electo por la provincia de Huaylas, y el Primer Congreso Constituyente del Perú lo nombra presidente de la Suprema Junta Gubernativa del Perú para suceder al gobierno protectoral de José de San Martín, siendo aclamado, entonces, como el primer presidente constitucional electo en el Perú, José de La Mar.


Con profundo convencimiento de ser, hoy, un defensor patriota, organiza la Primera Expedición a puertos intermedios en el sur de Perú, fracasando en su intento, se le acusa de ser muy contemplativo y mostrar pasividad frente a los realistas (españoles). Traicionando, nuevamente, a la causa libertadora de la nación.


Esto dio origen al primer golpe militar de la historia republicana peruana. El ejército que se hallaba en el fundo Balconcillo solicitó al Congreso la disolución de la Junta Gubernativa comandada por José de La Mar, el 26 de febrero de 1823. El Congreso se negó y las tropas avanzaron hacia la capital. El Congreso ordenó el cese de la Junta Gubernativa el 27 de febrero de 1823 y destituye a José de La Mar. El 28 de febrero de 1823 elige presidente de la República a José de la Rivagüero, ordenando la prisión de La Mar.


Aún no termina, allí, la vida azarosa de este personaje (La Mar). Simón Bolívar lo convoca y lo nombra General en Jefe de la División Peruana del Ejército Unido Libertador del Perú el 12 de enero de 1824, cuyo fin fue reorganizar las fuerzas patriotas en Trujillo.


El 24 de febrero de 1825 se hace cargo del poder ejecutivo, durante la ausencia de Bolívar.  El 28 de febrero de 1827 se convocó a elecciones para el Congreso, La Mar, fue elegido diputado por Huaylas y estando él en Guayaquil, recibe la noticia de su nombramiento, por el Congreso de la República del Perú, como Presidente Constitucional de la República, del Perú.   


Econ. Juan Verástegui Vásquez 

 

miércoles, 13 de mayo de 2020

BICENTENARIO FRAUDULENTO




Escribe: Milcíades Ruiz

El próximo 18 de mayo, pasará desapercibido para el oficialismo y la consciencia cívica nacional. Pero no, para quienes llevamos como emblema la figura de José Gabriel Condorcanqui. “Túpac Amaru II”. Para él, no hubo bicentenario, pero sí, para sus opresores, cuyos descendientes y muchos despistados, se aprestan a celebrarlo. Pero aquel día de 1781, dicho líder nativo fue descuartizado por conducir la más grande rebelión anticolonial.

Sin embargo, desde niños recibimos la versión histórica de los hechos a conveniencia del régimen imperante. Queda descartada cualquier otra versión. Así, llegamos a la adultez convencidos de que José Gabriel Condorcanqui – “Túpac Amaru II”, fue un precursor de la independencia del Perú, proclamada en 1821. Pero eso es una gran estafa histórica, como hay muchas otras.

Dicha rebelión encarnaba la aspiración de la población nativa de liberarse de la opresión colonial que les arrebató el Tahuantinsuyo y por eso, tuvo la acogida de cientos de miles de nativos luchadores, de los ayllus y curacazgos. La lucha era contra los herederos de los conquistadores, que abusaban de la población nativa, amparados en el poderío militar virreinal, cometiendo toda clase de crueldades contra los aborígenes. No era por la independencia del virreinato, sino contra este.

Los abusadores eran los encomenderos que se apropiaron de las tierras y bienes de los nativos a los que trataban como animales o “naturales”, contra el sistema feudal que les hacía trabajar gratuitamente, contra la cuota nativa para morir en las minas y obrajes. Contra los repartimientos y tributos. Contra el despotismo de corregidores, coludidos con los sacerdotes. Muchos de estos abusadores pasaron a ser “patriotas” de la independencia.

El Marqués de Roca Fuerte, corregidor de Urubamba, el Conde Valle hermoso y otros corregidores que abrazaron la independencia del virreinato, fueron los que organizaron la resistencia militar contra Túpac Amaru, cuando este sitió el Cusco. Lo que más temían, los criollos, condes y marqueses del Cabildo de Lima que, aprobó el acta de la independencia, era que sucediera una revolución como la de Túpac Amaru. 

Entonces, ¿cómo es que los oprimidos resultan siendo precursores de la independencia de sus opresores? Los seudo patriotas abogaron y actuaron buscando sus propios intereses, los cuales eran contrarios a los intereses nativos. La independencia del Virreinato del Perú, fue pues un proceso burgués de distinta índole, y no la continuación de la rebelión nativa como hacen creer a los estudiantes, hablándoles de la emancipación del Perú, que no fue tal. Para mayor constancia, a las pruebas me remito. 

SENTENCIA EXPEDIDA CONTRA TÚPAC AMARU II
“En la causa criminal, que ante mi pende, y se ha seguido de oficio de la real justicia, contra José Gabriel Túpac Amaru, cacique del pueblo de Tungasuca, en la provincia de Tinta, por el horrendo crimen de rebelión o alzamiento general de los indios, mestizos y otras castas, pensado más ha de cinco años, y ejecutado en todos los territorios de este virreinato y el de Buenos Aires, con la idea (en que está convencido) de quererse coronar señor de ellos y libertador de las que llaman miserias de estas clases de gentes, que logró seducir, a la cual dio principio con ahorcar a su corregidor D. Antonio Arriaga”;
“FALLO, atento a su mérito, y a que el reo ha intentado la fuga del calabozo en que se halla preso, por dos ocasiones,  …….porque sus ideas que se han extendido entre casi toda la nación de los indios, …… creyéndolo del tronco principal de los Incas, como se ha titulado, y por eso dueño absoluto y natural de estos dominios y su vasallaje; poniéndose también a la vista, la naturaleza, condición, bajas costumbres y educación de estos mismos indios y de las otras castas de la plebe, las cuales han contribuido mucho a la mayor facilidad de la ejecución de las depravadas inclinaciones de dicho reo José Gabriel Túpac Amaru, teniéndolos alucinados, sumisos, prontos y obedientes a cualquier orden suya; que ha llegado los primeros hasta resistir el vigoroso fuego de nuestras armas, contra su natural pavor; y les ha hecho manifestar un odio implacable a todo europeo, o toda cara blanca, o Pucacuncas, como ellos se explican”…..
.... “quitaba los repartimientos o comercio permitido por tarifa a sus jueces; levantaba las obvenciones eclesiásticas; extinguía las aduanas reales y otros derechos que llamaba injustos; abría y quemaba los obrajes, aboliendo las gracias de mitas que conceden las leyes municipales a sus respectivos destinos; mandaba embargar los bienes de particulares habitantes de ellas; y no contento con esto, quería ejecutar lo mismo, tomando los caudales de las arcas reales”;
… “han hecho tal impresión en los indios que llevados de esto, le hablaban y escribían, en medio de su rudeza, con la mayor sumisión y respeto, tratándole a veces de Señoría, Excelencia, Alteza, y Majestad; viniendo de varias provincias a rendirle la propia obediencia y vasallaje; faltando en esto a las obligaciones tan estrechas de fidelidad y religión, que tiene el y todo vasallo con su Rey natural; prueba clara y evidente y dolorosa del extraviado espíritu con que se gobierna en esta infeliz clase; y también de cuan poco conoce la subordinación y acatamiento debido a la legítima potestad de nuestro adorable Soberano, dejándose persuadir maliciosamente de los ofrecimientos de este traidor, ingrato y mal vasallo suyo;”
… “Considerando, pues a todo esto, y las libertades con que convidó este vil insurgente a los indios y demás castas para que se le viniesen, hasta ofrecer a los esclavos la de su esclavitud; y reflexionando juntamente el infeliz y miserable estado en que quedan estas provincias, y dificultad de subsanar en muchos años los perjuicios causados en ellas por el referido José Gabriel Tupac Amaru, con las detestables máximas impartidas y adoptadas en los de su nación, y socios o confederados a tan horrendo fin; y mirando también a los remedios que exige de pronto la quietud de estos territorios, el castigo de los culpados. La justa subordinación a Dios, al Rey, y a sus Ministros, debo condenar y condeno, a José Gabriel Tupac Amaru, a que sea sacado a la plaza principal y pública de esta ciudad, arrastrado hasta el lugar del suplicio, donde presencie la ejecución de las sentencias que se dieren a su mujer Micaela bastidas, sus dos hijos Hipólito y Fernando Tupac-Amaru, a su cuñado Antonio Bastidas, y algunos de los otros principales capitanes y auxiliadores de su inicua y perversa intensión o proyectos; los cuales han de morir en el propio día, y concluidas estas sentencias, se le cortará por el verdugo la lengua, y después amarrado o atado por cada uno de sus brazos y pies, con cuerdas fuertes y de modo que cada una de estas se pueda atar o prender con facilidad a otras que pendan de las cinchas de cuatro caballos, para que puesto de este modo, o de suerte que cada uno de estos tire de su lado, mirando a otras cuatro esquinas o puntas de la plaza. Marchen, partan o arranquen a una voz los caballos, de forma que quede dividido su cuerpo en otras tantas partes”…
… “que se confisquen todos sus bienes, a cuyo fin se da la correspondiente comisión a los jueces provinciales; que todos los individuos de su familia, que hasta ahora no han venido, ni vinieren a poder de nuestras armas y de la justicia que suspira por ellos, para castigarlos con iguales rigurosas y afrentosas penas, queden infames e inhábiles, para adquirir, poseer u obtener de cualquier modo, herencia alguna o sucesión, si en algún tiempo quisiesen o hubiesen quienes pretendan derecho a ella;”…
… “al propio fin se prohíbe, que usen los indios los trajes de su gentilidad, y especialmente los de la nobleza de ella, que solo sirven de representarles los que usaban sus antiguos Incas, recordándoles memorias, que nada otra cosa influyen, que el conciliar odio y más odio a la Nación dominante; fuera de ser su aspecto ridículo y poco conforme a la pureza de nuestra Religión; pues colocan en varias partes de él al Sol, que fue su primera deidad;” …
… “lo que se publicará por bando en cada provincia, para que deshagan o entreguen a sus corregidores cuantas vestiduras hubiere en ella de esta clase, como igualmente todas las pinturas o retratos de sus Incas, en que abundan con extremos las casas de los indios que se tienen por nobles para sostener o jactarse de su descendencia; las cuales se borrarán indefectiblemente, como que no merecen la dignidad de estar pintadas en tales sitios y a tales fines; borrándose igualmente, o de modo que no quede señal, si hubiese algunos retratos de éstos en las paredes u otras partes”…
… “el propio modo se prohíben y quitan las trompetas o clarines que usan los indios en sus funciones a las que llaman PUTUTOS, y son unos caracoles marinos de un sonido extraño y lúgubre, con que anuncian el duelo y lamentable memoria que hacen de su antigüedad; y también el que usen o traigan vestidos negros , en señal de luto que arrastran en algunas provincias, como recuerdo de sus difuntos monarcas, y del día o tiempo de la conquista, que ellos tienen por fatal y nosotros por feliz, pues se unieron al gremio de la Iglesia católica, y a la amabilísima y dulcísima dominación de nuestros reyes. … y para que estos indios se despeguen del odio que han conservado contra los españoles, y sigan los trajes que les señalan las leyes, se vistan de nuestras costumbres españolas y hablen la lengua castellana” ….
“Así lo proveí, mandé y firmé por esta mi sentencia definitivamente juzgando. -José Antonio Areche. Visitador General de los Tribunales de Justicia y Real Hacienda”.

“En el Cusco a 15 de mayo de 1781. (La sentencia se ejecutó el 18 de mayo de 1781)”

Como se podrá deducir de la sentencia, nada tiene que ver con las banderas que enarbolaron los hacendados liberales y los opresores colonialistas en busca de la independencia política del virreinato, tales como: Libertad de comercio y navegación, libre acceso a los cargos públicos que eran exclusivos para españoles, autonomía en las decisiones de nombramiento de autoridades judiciales, etc. 

Aunque había influencia de los ilustrados de la Revolución Francesa entre los quejosos “criollos” o españoles sudamericanos, estos, ante la llegada de San Martín ni siquiera se movilizaron en su apoyo. La élite liberal solo era crítica del sistema, pero no cuestionaba la legitimidad del rey ni planteaba una independencia separatista. Eso llegó después, cuando los liberales se subieron oportunistamente a los carros de San Martín y de Bolívar, para luego traicionarlos.

Los historiadores, por ser descendientes de los opresores y no de los oprimidos, han dejado pasar falsedades. Pero llegará día en que se sabrá toda la verdad histórica, sincerando nuestro pasado. Mientras tanto, no dejemos que el engaño prospere. Levantemos la mirada, sin humillarnos ante los dominadores actuales de raigambre colonialista. Con cuarentena o sin ella, levantemos las banderas la reivindicación histórica. No por revancha, sino por dignidad. Ustedes, qué dicen. O será que estoy equivocado.

Mayo 11, 2020