Mostrando entradas con la etiqueta Pablo González Casanova. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pablo González Casanova. Mostrar todas las entradas

sábado, 9 de mayo de 2015

CRISIS TERMINAL DEL CAPITALISMO O CRISIS TERMINAL DE LA HUMANIDAD





Alai
09-05-2015



La enorme contribución de creencias y religiones a la emancipación de nuestra América es uno de los grandes legados que tenemos y al que se añadió –entre luchas contra las oligarquías y los imperios- la fuerza de un liberalismo radical, que más que una ideología es parte esencial de nuestra cultura, tan viva hoy en la lucha por la libertad como en la nueva y enredada lucha de clases y contra el imperialismo.

La creación de espacios laicos en plazas, escuelas y universidades dio a la lucha por la Independencia y la libertad armas notables que se renovaron por pensadores, políticos y revolucionarios del más alto nivel. Muchos de ellos desde siglo XIX han enriquecido nuestras revoluciones con los más variados combates y pensamientos. En todos estos sobresalen con valiosas aportaciones, los zapatistas y sus sucesores en México y La Lacandona, así como los descendientes de Túpac Amaru y otros movimientos indios de América del Sur, que desde hace más quinientos años no han dejado de combatir por sus tierras y sus ideas, y a los que el movimiento boliviano, con Evo Morales y Álvaro García Linera enriquecen con planteamientos de una democracia y un socialismo pluri-étnicos.

A esa variedad de luchas se añaden otras más que siguiendo la vía pacífica de la Unidad Popular y de Salvador Allende en Chile, dan hoy primordial importancia a que del ejército salgan quienes apoyen a su pueblo con férrea lealtad y profundo compromiso moral e ideológico. El general cristiano y revolucionario Hugo Chávez, diestro en la teoría, la política y las armas añadió a la memoria y la imaginación creadora de los movimientos anteriores la contribución insistente de que el socialismo será obra del pueblo o no será, y al mismo tiempo reformuló los planteamientos bolivarianos que enriquecen a la Revolución Latinoamericana y que contribuyen a unir en un proyecto común, contra las intervenciones extranjeras, a todos los dirigentes de América Latina, --tengan la ideología y la posición política que tengan-- para que se unan en la defensa de sus integrantes a fin de que, como un solo bloque, actúen en un mundo dominado por bloques. Al mismo tiempo que Chávez planteó ese proyecto continental y por un mundo en que impere la paz, en su país se propuso emprender una clara lucha por la democracia, la independencia y el socialismo. Chávez se sumó así a quienes en América Latina han hecho importantes contribuciones a la emancipación y la vida humana, desde Cuba, Chile, el Sureste Mexicano, Bolivia y Ecuador.

La originalidad de esas contribuciones, y el hecho de que, América Latina haya sido calificada como la región de avanzada mundial en los nuevos planteamientos por la emancipación, nos induce a pensar en términos locales y universales, sin esperar a que éstos nos vengan de Heidelberg o París como originales a copiar, y sin olvidar que cada movimiento emancipador actuará a su modo, desechando recetas que supuestamente se deben aplicar en todo tiempo y lugar, pero aprovechando conceptos derivados de las más variadas experiencias, y que se repiten aquí y ahora, y aun en esas más concretas hay que ver cómo se comportan en las circunstancias en que cada movimiento actúa.

Con este ánimo tenemos hoy que redefinir claramente el mundo que queremos para que se vea que no estamos hablando por hablar. Tenemos que redefinir y materializar palabras como libertad, justicia y democracia, de las que muchas veces se ha perdido la atención, la memoria y la práctica de su significado verbal y actual. Redefinirlas y materializarlas es parte de una tarea universal, pues en un momento de crisis mundial de las ideologías, como el que vivimos, nosotros mismos usamos esas palabras sin ver cómo las hemos redefinido y cómo las hemos materializado.

Estoy seguro que ningún mensaje es más urgente y necesario que plantear la preservación de la vida en la Tierra, la emancipación del ser humano, y la organización local, regional y global de colectividades y colectivos de jóvenes, de pueblos, de trabajadores, de campesinos, de profesionales, que honren su palabra, articulen su voluntad y materialicen su experiencia, dominen su información, y su forma de dialogar y acordar con serenidad y firmeza para defender efectivamente la libertad y la vida

No quiero extenderme mucho. Me limitaré a definiciones que tengan que ver con la lucha actual, real y material.

------------

Empezaré por la palabra democracia que es la más vinculada al qué hacer y cómo hacerlo, la más instrumental. Por democracia entendemos que las grandes decisiones las tome el pueblo, y que en última instancia sea comportamiento obligado que el pueblo diga qué hacer o qué medida tomar, y que en las decisiones de riesgo se diga antes de la decisión cuál medida se debe tomar y qué riesgos es preferible asumir.

Para que no se quede en palabras reconocer que corresponde al pueblo eso que llaman soberanía, hoy podemos combinar las técnicas más antiguas de la democracia directa, en localidades o empresas donde todo mundo se conoce, con las nuevas técnicas de la comunicación, información, organización. Con unas y otras podemos enfrentar los problemas a resolver, pero ya sin contraponer como un todo abstracto las organizaciones horizontales y las verticales, sino viendo qué tipo de organizaciones pueden permitirnos el logro más eficiente de nuestros proyectos emancipadores.

En terrenos como los órganos de defensa, y muchos de gobierno y administración, en especial los de servicios especializados como la salud, la construcción urbana o de presas y caminos, y otros servicios de gobierno, de defensa y educación, podemos combinar las organizaciones de tareas jerárquicas con organizaciones de tareas coordinadas y, al mismo tiempo, podemos promover las organizaciones de comunidades y sistemas de comunidades, de cooperativas y sistemas de cooperativas, aisladas o relacionadas entre sí.

En la organización de la vida, y de la democracia, a los flujos de información se añadirán los de bienes y servicios. Y en toda esta organización de organizaciones, las vanguardias y los especialistas tomarán muy en cuenta las experiencias pedagógicas del aprender a aprender, las que nos vienen de Paulo Freire entre muchos otros, y en que para la defensa y el gobierno de regiones y naciones enteras por ellas mismas, ha destacado la revolución cubana, lo que le ha permitido resistir más de cincuenta años de bloqueo imperialista, y mantenerse como estrella solitaria, tras la dramática caída del campo socialista. Semejante poder de la pequeña Isla de Cuba sólo puede explicarse si está uno abierto a entender que en la gran lucha por “el mundo moral” y combativo, Cuba construyó y materializó una nueva categoría, la del Estado-Pueblo, o Pueblo-Estado.

A esas experiencias se añade en forma, no menos creadora, la que por la autonomía, la Libertad, la Justicia y la Democracia emprendieron el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y los descendientes de los pueblos mayas, que hoy nos convocan, y cuyas aportaciones al diálogo político, al “aprender a aprender” del discurso que combina narrativas, reflexiones, razón e imaginación, se añade una estrecha unión o fusión entre actos y palabras, entre “palabras--cosas--creaciones”, caminos todos que han sido y son objeto de admiración mundial, en especial por la juventud. Todos ellos también explican la capacidad de resistir asedios y embates más de veinte años.

-------

En cuanto al esbozo combativo de la Libertad, debo decir que en la libertad veo entre los muchos sentidos que tiene el que destaca moral y política, así como el de quienes no temen conocer la verdad sobre el mundo en que vivimos ni las mejores formas de enfrentar los problemas por poderosos y agresivos que sean los intereses que amenazan… “Para conocer… –nos dijo un miembro de la Junta de Buen Gobierno de una comunidad de la Selva- lo primero que tenemos es que perder el miedo”. Jamás había oído expresar de manera tan clara esa teoría del conocimiento ni exponer un problema que atañe a pueblos y letrados, sobre todo ahora en que la moral se ha ido a la guerra. Y aquí empiezo a hablar de la moral de la integridad, de la que cuida quien tiene una conducta intachable. Y más ahora que el enemigo, entre modelos y escenarios formalizados, virtuales y reales, usa la clásica “política de la zanahoria y el garrote”.

Un hombre íntegro, intachable está al amparo de los chantajes y presiones del enemigo a quien se vendió…

Al que se vende le recuerda quien lo compró: “Remember, you are my man”. (“Nomás acuérdate que ya te compré y de lo que puedo decir y hacer decir de ti…”)

El vendido vive bajo la amenaza de que den a conocer sus manchas y tachas quienes lo compraron, y hasta de ser condenado por los jueces, si no obedece en todo lo que le exige, auque sea más y más.

Si la Libertad se da en los orígenes del pensar, decir y hacer, la Libertad se enriquece con la batalla de quien ni se vendió ni se rindió.

-------

Acerca de la Justicia es importante recordar que estamos luchando tanto por la justicia personal como por la social. Nada menos que por una y otra, construidas desde abajo y por los de abajo, y con vanguardias que aprenden al enseñar y enseñan al aprender, y que hacen del discurso político un discurso pedagógico, y de su enseñar un enseñar con el ejemplo de su conducta.

El que la justicia sea con todos y para todos implica no quedarse en la defensa de los propios derechos e intereses. Ha de recordar lo que dijo Martí: “Patria es humanidad”. Ni yo, ni los míos, ni individualismo, ni clientelismo ni tribalismo antiguo o moderno.

La lucha por la justicia a personas y colectividades replantea los derechos humanos en serio, y no como mero bla-bla-bla. Quien lucha por la Justicia de todos y cada uno tiene que estar conciente de que en esta guerra que vivimos, a la campaña que nuestros enemigos hacen para que predomine el individualismo y el consumismo, --que tanto les sirve para su política de corrupción con represión, y de zanahoria con garrote-- la lucha por la justicia tiene que plantearse como una política que se propone dar término a la sociedad de consumo, a la producción de lujo y de basura y que, al mismo tiempo respeta, como política las grandes obras de arte de nuestros antepasados, sean arqueológicas o históricas, artísticas, científicas o folklóricas.

Pero entre nuestras prioridades morales y materiales está dar trabajo y con qué trabajar a los despojados, a los excluidos, a los marginados, a los des-regulados, a los inmigrantes y trabajadores informales, sin papeles, a los sin techo, sin pan o tortilla, y en este continente, a los pueblos originarios que todavía sufren las lastras del colonialismo material y mental, así como a los descendientes de los esclavos africanos, que con las injusticias sufren la discriminación de ser africanos.

-------

Para lograr esas metas forzosamente tenemos que plantear la organización de la vida en torno a los valores de la libertad, la justicia y la democracia materializadas, frente a la falsa y mutilada cantinela de los “derechos humanos” pisoteados por los que hoy dominan de arriba abajo con sus corporaciones y complejos, sus estados, gobiernos y mercados, todos al servicio de la acumulación de su poder, utilidades y riquezas.

La solución de tamaños problemas no se dará por un camino corto ni acostumbrado, más bien obedecerá a una guerra que ya se declaró, como puede comprobarse en todas partes, y en que se combinan como armas principales la corrupción, la represión, y, cuando es el caso, la negociación. Digo que ya se declaró una guerra mundial no convencional que realmente es guerra, que es mundial, y que se está librando en nuestro país y en todos los países del mundo, sin decir que ya se declaró y que ya lleva tiempo de llevarse a cabo.

Si no la vemos, si no nos percatamos de que existe es porque se trata de una guerra hecha de muchas guerras, y unas se dice que son contra el terrorismo y entre terroristas, otras que de sus atrocidades sólo son culpables los musulmanes –que hoy representan lo que para Hitler fueron los judíos—, otras que son de sectas de musulmanes en que combaten Sunitas contra Chiítas, otras entre unas bandas de narcotraficantes por el extenso dominio de los mercados y así sucesivamente, todas con motivos variados según el tipo de luchas que pueden distraer la atención de la verdadera lucha de la guerra de recolonización del mundo que de paso encubre los magníficos negocios que con ellas hacen complejos y corporaciones con la venta billonaria de aviones, barcos de guerra, armas de largo y corto alcance, municiones y aprovisionamientos de toda especie incluso ”humanitarios”, así como con inmensos préstamos impagables que ya ni siquiera para el desarrollo desequilibrado sirven, a cuyas colosales ganancias se añaden los despojos de los deudores que se quedan sin ciudad, sin casa, sin tierras, agua, servicios elementales, hospitales, escuelas, médicos y medicinas, vida, con millones de ellos debilitados por hambrunas, pandemias, virus genéticamente modificados como el ébola, entre otros.

Los países metropolitanos, sede de corporaciones y complejos,--, “civilizados y cristianos”--, desde sus comandos de guerra y mira, juegan con sus computadoras en el diseño de esta guerra de crueldades y confusiones que creen poder ganar, con muy pocas bajas de sus fuerzas –y ninguna en las más altas y cercanas.

A los muchos recursos económicos que la guerra les reporta ponen toda su atención y ninguna a los sufrimientos que provocan. Son presidentes, gerentes, gobiernos y comandos eficaces y eficientes que maximizan su poder y utilidades, ya sea en esas formas indirectas y confusas, ya con guerras y medidas abiertas que ponen al orden del día lo que Harvey ha llamado “economía por desposesión” y que en realidad es “economía por despojo”, abierto y encubierto, formal e informal, directo y subrogado, con ejércitos de línea y con bandas criminales y sádicas debidamente entrenadas, todas al servicio consciente o inconsciente de complejos y corporaciones que sacan billones y billones de los pobres de la tierra y de los recursos de la Tierra...

-------

¿A qué seguir? A palabras necias oídos sordos. O como decía aquel presidente norteamericano: “They say. ¿what do they say? ¡Let them say!” (“Dicen, ¿Qué dicen? ¡Que digan!”). Es cierto; más que agotar nuestra atención con críticas a “los señores del poder y del dinero”, tenemos que preguntarnos cuáles son las salidas posibles de este infierno, y cómo podemos hacer posible lo que ahora parece imposible a nivel mundial y en la mayoría de las naciones: construir y crear la libertad, la justicia y la democracia.

La guerra mundial actual no sólo es la que llaman los expertos una guerra de espectro completo es decir, no sólo se lleva a cabo en el terreno militar sino en el económico, el político, el ideológico, el informático, el social y cultural --en todos se da la guerra- pero como si no bastara, la guerra también combina el mundo espectacular y el mundo real, las fuerzas mercenarias de viejo y nuevo tipo con los ejércitos de línea, los escenarios de “guerra de distracción” con los de guerra realmente existente de los opresores contra los oprimidos, de los explotadores contra los explotados.

Para el renovado engaño se usan las computadoras con escenarios de “guerra virtual” y de “guerra real”, de guerras de dominación y acumulación y de “guerras a modo”…

Es cierto, en medio de tanta pericia que hasta asusta, los neoliberales de la globalización no pueden impedir un enorme fracaso: nada menos que no pueden, como querían, ser una gran potencia unipolar, y en los hechos, el Gran Fracaso se manifiesta cuando quieren usar “la política de la zanahoria y el garrote” contra el antiguo imperio ruso, durante un tiempo integrado en la Unión Soviética, y en el que esa política no funciona. En la crisis de Ucrania con su presidente nazi, apoyado por el Bloque Occidental, Rusia no abandona sino abiertamente apoya, en lo político y en lo militar, a la gran población rusa que allí vive, y que ha sido golpeada por el nazi y sus aliados.

Tras todos los castigos de Occidente, Rusia les recuerda, por si lo olvidaron, que es una colosal potencia nuclear, absolutamente temible, y cuyas clases dirigentes muestran la decisión de mantener con sus posesiones, el poder que les da, el inmenso bloque a que cada vez se suman otras naciones, que a más de disponer de armas nucleares y sistemas de lanzamiento altamente temibles y eficaces, cuentan con el poder de sus propias corporaciones y complejos en que a la cultura del manejo empresarial añaden la del manejo estatal. (Y aquí hablo en términos puramente coyunturales y tácticos).

En todo caso, semejante descalabro del proyecto unipolar –que Immanuel Wallernstein anunció- no le quita al Bloque Occidental su inmensa prepotencia ni su gran ceguera. Hasta hoy parece incapaz de ver la lucha que no puede ganar. Está como ofuscado frente a una crisis que ninguno de los dos bloques puede superar… Y esta tesis, lejos de corresponder a falta de conocimientos o “meros deseos” está plenamente comprobada en una “sociedad del desconocimiento” como la del bloque Occidental que dispone de conocimientos notables de que tan orgullosa está, y con fundada razón, mientras al mismo tiempo no quiere ver, ni deja ver los que sin la menor duda implican su condición terminal.

-----

Voy a enunciar el problema científico más importante en toda la historia pasada y actual, y a terminar con unas observaciones y una pregunta.

Mis observaciones:

1ª. Si esta guerra se está llevando a cabo entre confrontaciones y negociaciones, el objeto de unas y otras es cambiar la correlación de fuerzas en relación con el estado inicial de las fuerzas de dominación y las fuerzas rebeldes, para nosotros emancipadoras. Por todo eso, en el terreno de las negociaciones, la guerra se perderá si la colusión, cooptación y corrupción ganan en ellas.

2ª. La guerra se está librando entre el bloque Occidental y el Bloque Oriental. La guerra se perderá si los del Bloque Occidental logran derrocar a Putin y en su lugar –como un nuevo acuerdo de clase global-- dejan que las fuerzas dominantes de Rusia coloquen a un representante de las corporaciones rusas.

3ª. Si la guerra entre bloques se detiene por un acuerdo globalizador, a muy poco tiempo y aunque se repartan el mundo como se lo repartan, tarde o temprano tendrá que renacer y aumentar la competencia mundial entre uno y otro bloques en necesaria lucha por los mercados y los recursos naturales, lucha que por lo demás ya está ocurriendo.

4ª. Con la alianza de los bloques de complejos y corporaciones seguirá desenfrenadamente la destrucción de la tierra y de sus recursos subterráneos y de la superficie terrestre: marinos, forestales, agrícolas, acuáticos, y de la capa atmosférica que envuelve a la Tierra. Indefectiblemente se probará que la maximización de utilidades y riquezas destruirá la biosfera, es decir, todo lo que hay de vida en la Tierra. Afirmación que nada tiene de catastrofista y que está científicamente comprobada por cientos de científicos del más alto nivel.

5a. Dado el clima creciente de tensiones y ambiciones dominantes, patológicas y venales, con fomento organizado, subsidiado y entrenado de odios colectivos y de innumerables crueldades, la “Destrucción Mutua asegurada “ que hace años fue doctrina militar oficial es más vigente que nunca. Corresponde a una tesis plenamente válida con el tipo de armamento actual y con los numerosos países que disponen del mismo, que no sólo son muchos sino están inmersos en la cultura del odio…

6a. Necesario y perfectamente posible, es comprobar que las ciencias de los sistemas autorregulados y complejos que se manejan para entender y activar al sistema capitalista tienen una gran fiabilidad y exactitud en el estudio e impulso de numerosos problemas, pero que son totalmente incapaces de entender los problemas científicos prohibidos por quienes los contratan y mandan, y si los entienden, los grandes estadistas y exitosos banqueros y gerentes de los “complejos militares-empresariales”, los “decision Makers”, es decir quienes toman las decisiones dominantes y soberanas, son totalmente incapaces de aplicarlos.

7ª. Como no solamente vemos que existen claros indicios de la crisis del capitalismo y también de la crisis de la vida humana, y que muchos de ellos o están prohibidos, o son perseguidos, o son desatendidos, o no pueden ser atendidos, consideramos necesario que para enfrentar con la mayor seriedad y libertad científica la defensa de la vida humana y de la vida en la Tierra deben analizar el perfil de una guerra como la actual que se da en varios campos, al mismo tiempo o sucesivamente.

Mirando la historia reciente de las guerras que por todo el mundo y en todos los terrenos y niveles se dan advertimos no sólo cómo han sido sino como serán las luchas y guerras futuras, formales e informales, con fuerzas armadas de línea y muchas otras subrogadas.

Todas o casi todas las guerras han ocurrido y van a ocurrir entre represiones, corrupciones y negociaciones, y como lo más probable es que así sigan ocurriendo es muy importante tener conciencia de que tras las dos realidades confrontadas se encuentran dos teorías. Realidades y teorías tienen un carácter histórico y variaciones en la geografía y en la organización de las partes considerables, pero entre variaciones hay fenómenos que muestran repetirse una y otra vez.

Las dos teorías en guerra son entre: UNA: La que corresponde a la teoría crítica y al marxismo clásico que destacan la lucha de clases, es decir la lucha entre los explotadores y los explotados, entre los opresores y los oprimidos…que es la lucha por la libertad, por la justicia, por la democracia, por la autonomía y por la vida. FRENTE A ELLA SE ENCUENTRA: La lucha global neo-liberal y neo-conservadora cuyo “atractor” principal es la maximización de utilidades, poder y riquezas y que para lograr sus metas emplea múltiples recursos entre los que destacan los que rompen el interés general y de la clase que busca liberarse. Fomentando en sus miembros el individualismo con el “yo” frente al “nosotros”, con “el nosotros” frente a “los muchos”, excluyendo a los que sufren la explotación y la opresión como trabajadores informales, como pueblos y países despojados de sus tierras cultivables, de sus energéticos, de la producción de sus alimentos, del agua de sus manantiales, sus ríos y sus lagos…

Tal es la guerra que se ha dado y que se va a dar entre represiones, entre corrupciones y entre negociaciones. Y en las tres formas de guerra, de igual importancia será mantener y fortalecer la moral personal y la moral colectiva, la moral de lucha y la moral de cooperación y de compartición, la moral de servicio público en la defensa, y en la producción, y la moral en el respeto a las personas y sus diferencias…

¡Libertad, Justicia, Democracia!

Oventic, 2015, 6/ mayo /2015

- Pablo González Casanova es Ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ponencia en el Seminario sobre "El pensamiento crítico frente a la Hidra Capitalista" organizado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.


URL de este artículo: http://www.alainet.org/es/articulo/169439


martes, 15 de enero de 2013

PREPARAR LA ORGANIZACIÓN PARA LA LUCHA FINAL (1): “ORGANIZAR UNA INMENSA RED DE COLECTIVOS EN DEFENSA DEL TERRITORIO”


Seminario “Planeta Tierra: Movimientos Antisistémicos”


desInformémonos
08-01-2013
Palabras de Pablo González Casanova enunciadas en el seminario “Planeta Tierra: Movimientos Antisistémicos” en el Cideci, Chiapas, México, el 1 de enero de 2013.


“La posibilidad de crear esta organización mundial en defensa del territorio constituiría la posibilidad de enfrentar una política que tiende a irse a la extrema derecha del capital corporativo y de los complejos empresariales, militares, mediáticos y políticos”.

En primer lugar, propongo que enviemos un mensaje de solidaridad al extraordinario documento que es el comunicado que publicó el 30 de diciembre el Comité Clandestino Revolucionario Indígena y la Comandancia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Es un comunicado de una enorme importancia.

Estaba pensando en cómo se vincula a los cambios que ha habido en este tipo de encuentros en varios sentidos: particularmente, en el énfasis que se está poniendo en la categoría del capitalismo corporativo, que nos permite un análisis mucho más profundo y preciso que la categoría del poder, desvinculada del poder del gran capital y su articulación con ese complejo empresarial, militar, político y mediático, que maneja un proceso mundial llamado globalización.

En segundo lugar, quiero decir que he aprendido mucho oyendo las reflexiones de los compañeros, producto de la memoria de sus luchas, de la práctica de sus teorías y del encuentro con las que vienen de los movimientos de liberación y emancipación de otros mundos, en particular del mundo occidental, pero también de África y Asia, particularmente de las que vienen de los años sesenta y setenta. Es muy interesante ver cómo se ha enriquecido y se ha precisado el discurso de lo uno y lo diverso.

Tuve la oportunidad de preguntar a un compañero tzotzil: “¿Cómo leyeron ustedes el comunicado?” Porque cada uno de nosotros lo leyó e interpretó de una manera determinada. Lo que me contestó es muy significativo para darse cuenta que uno lee de una manera especial y otros leen tal vez con más riqueza de la que uno halló.

Me dijo el hermano tzotzil: “No lo leímos como si nos dijera ‘¿quién eres?’, sino ‘¿cómo te vas a ver en este mundo de diferencias y que no es en todo diferente?’. Tenemos que encontrarnos y que actuar juntos”.” Eso se relacionó con algo que yo vi en el documento, que es el vínculo más estrecho con la organización nacional de los pueblos indígenas, así como el intento de aumentar los vínculos con los adherentes del movimiento zapatista y con otros movimientos sociales de México y del mundo. Esto me permitió replantear el problema del que les quiero hablar.

Ésta es la oportunidad para pensar y organizar una inmensa red de colectivos en defensa del territorio, de la Tierra (con t minúscula y con T mayúscula). Es una tarea fundamental si pensamos en la otra política desde abajo y desde la izquierda, y si pensamos en la dialéctica de las necesidades inmediatas, que muchas veces de oponen a las grandes luchas de largo plazo -pero que la organización de los pueblos más oprimidos, que aún conservan su territorio y que ven cómo se los quitan de una u otra manera, constituye una aportación a la vieja alternativa de reforma o revolución-.

Es una creación histórica nueva difícil de entender, no sólo por el pensamiento conservador, sino por aquellos que están acostumbrados a hacer política institucional, política al estilo del siglo XX.

La posibilidad de crear esta organización mundial en defensa del territorio constituiría la posibilidad de enfrentar una política que tiende a irse a la extrema derecha del capital corporativo y de los complejos empresariales, militares, mediáticos y políticos. Es una política de recolonización del mundo que usa dos elementos del poder, que son la propiedad y la fuerza; el dominio y la soberanía.

Son dos formas en las que se ha metido en los países y en el mundo, y en que ha transformado muchos intentos de reforma al capitalismo o de revolución frente al capitalismo. Los ha reestructurado de una manera tal que los ha destrozado y, al destrozarlos, comete uno de los actos que debíamos ver como críticos del sistema de dominación y acumulación capitalista: está destruyendo las mediaciones que hizo en la postguerra, para no irme más lejos.

Estas mediaciones constituyeron distintos proyectos, muchos de ellos originalmente deseosos de lograr el socialismo y la democracia a través de reformas, con genuinos luchadores que pensaban que por ese camino podían llegar; otros, que planteaban la revolución al estilo del 48 en el siglo XIX, o como la plantea Lenin, vinculando la lucha de los trabajadores con la lucha contra el imperialismo y la toma del poder de los zares.

Estos últimos, dentro de los países hegemónicos del mundo capitalista, constituyen partidos comunistas que luchan en los parlamentos pero que, en esta gran crisis de las mediaciones, no se distinguen ya de los reformistas, como ocurre también con esos que vinieron del nacionalismo revolucionario y adoptaron relaciones crecientes de dependencia en la propiedad y en el poder con el capital corporativo.

Tenemos que darnos cuenta de que tres grandes corrientes del pensamiento revolucionario, que querían lograr la democracia y el socialismo mediante la revolución, han sido prácticamente anuladas. Los vemos con una incapacidad ya no de hacer una crítica o de organizarse para luchar contra el capitalismo corporativo, sino que incluso sus programas, sus discursos y sus discusiones ya no son siquiera contra el neoliberalismo. Algunas políticas elementales que se les pide que firmen y sostengan, no las sostienen.

Ante esta gravísima crisis, surge un nuevo movimiento que cambia la geometría política, y ésta ya no sólo tiene centro, derecha e izquierda, sino abajo y arriba. Esto no es cualquier cosa. La nueva geometría nos indica que hay una serie de antiguos compañeros y hermanos que siguen luchando dentro de las normas, bajo el tipo de ideas y discursos y luchas que fueron válidas y significativas en un momento dado, y que han perdido su capacidad de reflexión y de acción.

Ha llegado un momento en que lo que llama el vocero del gran capital no negociable, que es la dictadura, se está aplicando en todos los terrenos de una manera tal que está provocando una crisis a la que podemos dar el nombre de crisis de espectro amplio, como a las guerras de espectro amplio del Pentágono.

Esta crisis de espectro amplio incluye mucho más que las crisis financieras y las económicas. No es una crisis coyuntural que se vaya a resolver en uno o dos años, como dicen muchos gobernantes -y constantemente se están equivocando porque siempre no se resolvió-. Es una crisis que no es cíclica, de corta duración, ni es una de larga duración; es una crisis del modo de dominación y acumulación llamado capitalista, movido no por el mercado, sino por la maximización de utilidades y la minimización de riesgos.

Éste es un problema de gran importancia para las ciencias hegemónicas y para las tecnociencias y, desde luego, para la llamada econometría, que son disciplinas dedicadas a maximizar utilidades y a minimizar los riesgos del Capital y de las hazañas que éste realiza en sus nuevas formas de depredación, de ocupación de territorios y de violación del derecho internacional que había establecido a raíz de la segunda guerra mundial.

Se está dando un fenómeno de crisis que tampoco alcanzamos entender muy bien porque es casi como la crisis de una era. Por una parte, en nuestra práctica de la teoría, no teníamos los elementos para pensar -y el error fue gravísimo para muchos de nosotros- que esfuerzos como los que realizaban Lenin y Mao iban a acabar en el desastre en que han acabado, que el heroico pueblo de Vietnam iba a terminar donde terminó.

Si nosotros vemos esta evolución con sorpresa, nos damos cuenta de dos cosas: por un lado, que hay una nueva forma de plantear los problemas y las alternativas, y que esta nueva forma tiene como origen una región del mundo que está en el sureste mexicano y que ocupan los antiguos pueblos mayas.

Ahí nació un proyecto universal que, desde un principio, fue un proyecto que en la diversidad encontró la unidad, que encontró que en la variedad inmensa del mundo hay ciertos elementos que tenemos todos. Se planteó no como un proyecto para una nueva política indianista o indigenista, sino como un proyecto de emancipación humana y como un proyecto de transición pacífica en la medida de lo posible, a partir de una política de la resistencia para vivir, para defender la tierra, el agua, el bosque, la vida.

Según el último comunicado, este hecho lo han logrado  los compañeros y hermanos zapatistas, que nos dicen cómo en su territorio los niños tienen escuela, los enfermos tienen hospital y medicina, y todos tienen alimento. Allí no hubo el narcotráfico, la inseguridad ni las matanzas que existen con la corrupción espantosa en el resto del país y en el mundo. Hablamos de un nuevo proyecto con todas las experiencias anteriores, que son muchas y en las cuales no sólo están movimientos como el de Lenin o el de Mao, sino también otros, como las guerrillas de los años sesenta y setenta.

Una segunda reflexión es que, al caer todos estos proyectos y al deshacerse todos estos países -que llegaron a ocupar una posición muy importante en la Tierra-, hay una pequeña isla que tenía 7 millones de habitantes, y que está allí. Podemos pensar que es un milagro o, si nos limitamos a un análisis político, tenemos que preguntarnos qué hubo ahí que una pequeña isla sigue resistiendo a la potencia imperialista más poderosa y agresiva del mundo.

Debe haber algo. Por más que le han hecho la campaña más espantosa que hay, este “algo” es una mezcla de la enorme cultura de la lucha por la independencia y de la lucha de clases, pero de otra lucha de clases. La lucha contra la esclavitud de Toussant L’Ouverture, en Haití, demostró, en medio de la tragedia, que el esclavo que se libera en un país colonial no se libera porque siempre vienen los ejércitos de los napoleones a acabar con el proyecto del esclavo.

Esto nos plantea a otro nivel, ya no de las comunidades de origen indígena de la primera conquista, sino de las comunidades nacionales: el problema de combinar nuestras luchas por la autonomía con nuestras luchas por la independencia. Todas ellas están vinculadas.

En el caso de Cuba, la conjunción muy seria y profunda de Marx y de Martí. Así como los zapatistas toman la palabra y el concepto de dignidad como forma de enfrentarse a la dictadura del poder, así los cubanos le dan a la moral un sentido político de resistencia y lucha, de articulación, cooperación, solidaridad, de fraternidad o de hermandad práctica que no se queda en las palabras, no se queda en la moralina de la que hablaba Benedetti, sino que es una realidad.

La gente que no tiene esta práctica de la moral cree que todo esto son tonterías y que nada más estamos hablando, pero ahí está una realidad que no podemos ignorar. Al abrirse hacia la diversidad del mundo, como lo acaba de hacer el movimiento zapatista, tenemos que plantear el problema de las resistencias frente a la nueva ofensiva del gran Capital o del Capital corporativo y de los complejos militares, empresariales, mediáticos y políticos.

En este momento vamos a confirmar que, aparte de las características de recolonización del mundo que tiene el capitalismo, su crisis es de la moneda, del salario, del crédito, del modo de acumulación. Pero no queda allí; no quiero decir que haya otro modo de acumulación, o que se repite lo que ocurrió en crisis anteriores.

En crisis anteriores también había una combinación de los modos de acumulación depredadora con los modos de acumulación salarial. La depredación o la explotación de las colonias, la ocupación de territorios, etcétera, se hizo desde antes. Ahora es mucho más serio porque la contradicción entre el modo de dominación y acumulación capitalista por la vía salarial y por las utilidades, por el crédito, por las finanzas, etcétera, está en plena crisis y no puede salir.

Aparte de esto, también está en crisis el proyecto del imperialismo único o dominante que durante un tiempo tuvo Estados Unidos, particularmente en los años ochenta. Estados Unidos invirtió durante todo este tiempo mucho más que todos los países juntos en armas y municiones. Este proyecto falló -lo ha analizado muchas veces Wallerstein- y está en crisis.

Se están formando dos bloques, informes todavía, pero manejados por aquello que Roosevelt temía mucho. Él dijo: “Le temo más a los negocios organizados que al crimen organizado”, pero se quedó corto, porque ahora se juntó el negocio organizado con el crimen organizado.

Todo esto revela una crisis muy fuerte que no sólo se da en Estados Unidos o Europa, sino en Rusia y en China, cuya capacidad de producción es inmensa y la capacidad de destrucción es fatal. En la teoría del Pentágono se habla desde hace mucho tiempo de la destrucción mutua asegurada. Se ha dejado de hablar de eso no porque sea ahora más lejano el peligro, sino porque ahora es mucho peor.

Las bombas nucleares y todos los aparatos que sirven para este tipo de guerra son un negocio gigantesco, y son el motor principal de la economía de estos países. Hace 50 años ya había suficientes para acabar con el mundo pero han seguido produciéndolas y mejorando los sistemas de lanzamiento. La capacidad destructiva es extraordinaria.

Hay otra crisis, que es gravísima, la de la sociedad del conocimiento. Hay una crisis del conocimiento tremenda en losrulers, en los gobernantes, ya sean jefes de gobierno que se convierten en gerentes que buscan que venga el capital a salvarnos porque “van a crear empleo”, y haciendo todo lo posible, incluso cuando se dicen socialistas: “Por favor, vengan a invertir acá, les damos todas las facilidades”.

No es sólo en este terreno, sino en el uso de la corrupción y la represión como armas para dominar a nuestros pueblos. Es ahí donde nosotros le ponemos un alto muy grande a la dictadura del capital monopólico. Cuando nos acordamos de que nos van a atacar, buscando cooptarnos, corrompernos o matarnos, les decimos: ¡no! No hablamos de moralina, hablamos de una moral de defensa de nuestro proyecto de emancipación humana en el terreno del conocimiento, de la producción, de la diversión, de la educación, de la vida.

Es necesario darnos cuenta de que no podemos, en algunos casos, generalizar la función política que tenemos en un lugar del planeta a todo el planeta. Como se puede advertir en la lectura que se hizo de este comunicado, hay elementos particulares en un país que no se dan en otro.

Dentro de la gama de la resistencia, vemos como la más avanzada a Cuba que, más que ser la última revolución marxista, es la primera del nuevo tipo, en el que si se inicia el proceso desde arriba y a la izquierda, se inicia con la lógica de que el Estado tiene un papel muy significativo en el desarrollo.

De todos modos, constantemente y desde el primer día, el proceso cubano establece vínculos con toda la población y practica algo que es muy importante, la pedagogía política. Ésta consiste no sólo en enseñar, sino en aprender todo el tiempo. Nunca la debemos olvidar, porque si en 1959 había unos cientos de seres humanos que sabían de todos estos problemas, ahora son varios millones, y esto no es cualquier cosa.

A partir de esto podemos ver a otros países, como en el nuestro. El EZLN primero se levantó en armas y tomó varias ciudades; después aceptó dialogar. Antes de los diálogos de San Andrés se tomó una medida extraordinaria -que en gran parte se debe a Don Samuel Ruiz- que hizo que se suspendiera el fuego en una guerra que estaba por empezar.

Es lo más raro en la historia de la humanidad que dos ejércitos que están a punto de pelearse firmen un pacto de no agresión y  de “vamos a hablar”. Vinieron los diálogos de Catedral primero, después los diálogos en el ejido San Miguel, después los diálogos de San Andrés. Hubo un momento en que se aceptó la lucha en este terreno. Pero ¿qué pasó con esta lucha? La traicionaron todos los partidos y después la traicionó el gobierno.

Fue entonces cuando dijo “ahora nos encerramos”, pero nunca su proyecto fue de nada más luchar abajo y a la izquierda. No, si podemos luchar arriba, también vamos a luchar arriba; el problema es mantener estos principios fundamentales y una gran disciplina en torno a ellos. Esto lo mostraron el otro día porque, a diferencia de los jóvenes estudiantes en cuyas filas se pueden meter los provocadores cuando se les da la gana, en estas filas no se podían meter ni uno.

Este tipo de cambios no provienen de posiciones teóricas o emocionales, son hechos. Tenemos la posibilidad en este momento de definir las luchas como proyecto de democracia, de autonomía, de libertad, con hechos.

En el proceso se encuentran otros países que están en la resistencia frente a ese proyecto colonizador. Entre ellos, a la cabeza está Venezuela -puedo equivocarme-; también se encuentra Bolivia; con más contradicciones y dificultades, Ecuador. Pero hay otros que están resistiendo, como el Uruguay, con mucha fuerza de una democracia muy vinculada a la cultura socialista y marxista. Se encuentran quienes de pronto se enfrentan a la toma de las islas Malvinas por el imperio británico, se enfrentan a la deuda externa y cancelan la deuda externa. Esas son resistencias nuevas en las que no estamos pero que tenemos que respetar.

Tenemos que aprender a acercarnos a un mundo que es diverso, que es distinto, pero que tiene problemas parecidos y que puede luchar de maneras distintas. También que no estamos luchando contra el poder en abstracto. Si el poder es nuestro, lo vamos a hacer muy distinto de lo que ellos tienen. Por eso es que el Subcomandante habla, con la capacidad de expresión que tiene, de una otra democracia muy otra. Vamos a hacer un muy otro poder. Muy otro no tiene nada que ver con esta porquería, con esta vinculación entre el poder de las corporaciones y el poder del crimen organizado, o con los paramilitares y la subrogación de trabajadores que están ya en situación casi de esclavitud.

No podría detenerme sin decirles lo agradecido que estoy con los compañeros de esta universidad magnífica, y sin pedirles que estudiemos mucho más a fondo el pensamiento de los zapatistas como un pensamiento que viene de la experiencia universal del ser humano y de la experiencia que han tenido en su lucha por la democracia, por la justicia y por la libertad los descendientes de los pueblos mayas.

Transcripción: Brisa Araujo/Desinformémonos