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jueves, 16 de enero de 2025

DOCUMENTOS DE UN LARGO DEBATE: MARIATEGUI – HAYA (M-H)

  


(Versión revisada y ampliada de la Relación de títulos de Textos)

(08 de noviembre de 2013)

El presente Índice revisado, corregido y ampliado incluye los títulos de lo siguiente:

01.- 26 Textos ubicados en el folleto Mariátegui –Haya Materiales de un Debate. De los cuales se ha corregido el orden de ubicación de dos de ellos, y se ha corregido el título de uno de ellos.

02.- 12 Textos adicionales, anotados con letra negrita.  02 se encuentran ubicados en Peruanicemos el Perú (PP), 04 en Ideología y Política (IP), 01 en 7 ensayos (7E), 01 en la revista Amauta N°8, 01 en la revista Amauta N°9, 01 en el libro Tempestad en los Andes, 01 en Apuntes de Ricardo Martínez, y 01 en el libro El Antiimperialismo y el Apra de Haya.

En su conjunto, estos 38 textos, siguen siendo una “relación breve”, de un debate mucho más amplio. No obstante, me parece que en ellos encontramos lo sustancial. Con su lectura podemos alcanzar el objetivo de comprender el debate, a través de una lectura breve y rápida.

 

Quienes deseen tener una visión más amplia de todos los aspectos del debate, lo más recomendable es pertrecharse, leer, y estudiar por su propia cuenta, por lo menos los siguientes textos:

 

RELACION BASICA MÍNIMA, DE MATERIALES DE UN LARGO DEBATE

 

1924-1925

1924, 1 de mayo  JCM: El 1° de Mayo y el Frente Único, IP pag.107

1924, 9 de dic.     JCM: Lo Nacional y los Exótico, PP pag.35

1925, 17 de julio  JCM: Nacionalismo Realista. Un Programa de estudios sociales y Económicos, PP pag.75

 

1926-1927

1926, setiembre  JCM: Presentación de Amauta, IP pag.237

1926, dic.             Ravines - Haya: ¿Qué es el APRA?

1927, enero                   JCM: La Nueva Cruzada Pro Indígena, IP pag.165

1927,                   JCM: El Congreso Antiimperialista de Bruselas,  ¿¿¿¿???

1927, abril           Haya: Sentido de la lucha antiimperialista, Amauta N°8, pag.39

1927, mayo          Haya: Sobre el papel de las clases medias en la lucha por la independencia económica de América Latina, Amauta N°9, pag.6

 

1927, junio          REPRESION DE JUNIO: “promovió una revisión de métodos y conceptos”

1927, junio          JCM: Prólogo a libro Tempestad en los Andes, de Luis Valcárcel  

1927, 1 de julio    JCM: Principios de Política Agraria Nacional, (primer Programa)

1927, 2 de octubre       Carta de Haya (desde New York) a Carlos M. Cox y Esteban Pavletich (en México), MH pag.08

                           

1928

1928, enero         JCM: Advertencia en libro 7 ensayos, 7E

1928, 7 de enero JCM: El problema de las élites,

1928, 10 de enero         Carta de JCM  a Samuel Glusberg (en Argentina), MH pag.2 

1928, 22 de enero         Haya: Esquema del Plan de México, propone PNL

1928, ¿2 de abril?         (Propuesta de) Carta Colectiva del Grupo de Lima (para enviar a la célula de México), MH pag.24 (*)

1928, 4 de abril   Carta de Haya (desde México) a Eudocio Ravines (en Paris), MH

pag.12

1928, 16 de abril Carta de JCM al Grupo de México, MH pag.16

1928, 20 de mayo         Carta de Haya (desde México) a JCM, MH pag.21

1928, setiembre  Carta de “Alejandro Rojas Zevallos” (desde New York) a JCM, MH pag.31 (La carta la redactó Haya)

1928, setiembre  JCM: Aniversario y Balance, IP pag.246

1928, 29 de set.   Carta de JCM a Carlos Arbulú Miranda (en Chiclayo), MH pag.35

1928, 7 de octubre       Reunión de Barranco: Constitución del Comité Organizador del Partido Socialista del Perú

1928, 19 de octubre     Carta de JCM a Luis E. Valcárcel (En Cusco), MH pag.38

1928, nov-dic      Carta de Haya (desde Berlín) a Eudocio Ravines (en Paris), MH pag.46

1928, 31 de dic.   Carta de JCM a Eudocio Ravines (en París), MH pag.40

1929-1930

1929, ene-feb      Carta de Haya (desde Berlin) a Eudocio Ravines (en París), MH pag.49

1929, 18 de febrero      Carta de Haya (desde Berlín) a la Célula de Paris, MH pag.51

1929,19 de febrero       Carta de Haya (desde Berlín) a Eudocio Ravines (en París), MH pag.57

1929, 19 de marzo        Carta de Eudocio Ravines (desde Paris) a JCM, MH pag.60

1929, 22 de marzo        Carta de Haya (desde Berlín)  a Eudocio Ravines (en Paris), MH pag.65

1929, 30 de marzo       Carta de Haya (desde Berlín) a Eudocio Ravines (en Paris), MH pag.67

1929, 21 de mayo JCM: Punto de Vista Antiimperialista, MH pag.70

1929, 21 de mayo JCM: Antecedentes y Desarrollo de la Acción Clasista, MH pag.82

1929, 24 de junio Carta de Eudocio Ravines a JCM, MH pag.83

1929, jul-ago.                Carta de Armando Bazán (desde Paris):   Nuevo Curso, MH pag.88

1929, 30 de julio Carta de JCM a Moisés Arroyo Posadas (en Jauja), MH pag.91

1929 10 de set.    Carta de JCM a Nicanor de la Fuente (en Chiclayo), MH pag.96

1929, 25 de set.   Carta de JCM a Esteban Pavletich (en México), MH pag.98

1930, enero                  JCM: Sobre un Tópico Superado-1, MH pag.101

1930, feb-mar.    JCM: Sobre un Tópico Superado-2, MH pag.103

1930, 16 de abril Fallece José Carlos Mariátegui

1930, 20 de mayo   Reunión de Santa Eulalia, se constituye el Partido Comunista del Perú, Sección peruana de la Internacional Comunista, dirigido por Eudocio Ravines    

1930, agosto       Se constituye la Sección peruana de la APRA (Luis Enriquez)

COMENTARIOS.-

1.-CUESTION PREVIA SOBRE EL FOLLETO.-

Yo participé indirectamente en la preparación del folleto Mariátegui-Haya. Materiales de un Debate, folleto que estamos comentando.

Ramón García estuvo de visita en Lima, durante varios meses del año 2002. Una de sus actividades fue preparar este folleto. Por intermedio de Héctor Félix me solicitó que le prestara el libro de Pedro Planas Los Orígenes del APRA. El joven Haya.

Por el mismo intermediario, yo le presté el libro solicitado, y además le presté la revista Socialismo y Participación N°20. Al hacerle entrega de los mencionados textos, a Héctor Félix le comunique verbalmente un adelanto de mis conclusiones sobre la posible ubicación de la Carta Colectiva (ver siguiente comentario). No estoy enterado si H. Félix le trasmitió mi sugerencia a R. García, y si este llegó a conocerla. Pero lo concreto es que “mi sugerencia no fue tomada en cuenta”.

 2.- ACERCA DE LA UBICACIÓN DE LAS CARTAS DE ABRIL DE 1928.-

 En el folleto Mariátegui-Haya, la Carta Colectiva aparece erróneamente fechada el “10 de julio de 1928”.

La primera versión que se conoce del texto de esa carta, fue reproducida, por RMT (en el segundo tomo de Apuntes para una Interpretación, publicado el año 1948), “sin fecha de redacción”. Es muy posible que Mariátegui redactara esa propuesta de “Carta Colectiva”, sin colocarle fecha precisa, considerando que ésta fecha debería adecuarse al momento de su aprobación.  

En la recopilación La Organización del Proletariado preparada y publicada por Ramón García en junio de 1967, a la propuesta de Carta Colectiva, errónea y arbitrariamente se le colocó la fecha de “10 de julio de 1929”. El anotar como año “1929” fue un error del editor, pero colocar “10 de julio” como día y mes de redacción, fue una arbitrariedad del recopilador, arbitrariedad sin ningún sustento.

Yo considero que ese texto de la “Carta Colectiva” fue escrita y presentada por José Carlos Mariátegui el domingo 02 de abril de 1928, como una “Propuesta” de Carta Colectiva, para ser debatida en el Comité de Lima en la reunión dominical de ese día. En la propuesta JCM anotó “consideramos necesario informar a ustedes sumariamente sobre nuestros puntos de vista respecto de principios y métodos de acción adoptados por el grupo de deportados peruanos que trabajan en México”.

Me parece que esa “Propuesta” de Carta Colectiva fue leída y debatida, pero no fue aprobada, por la indecisión de algunos de los otros miembros del Comité de Lima, temerosos ellos de las consecuencias de un deslinde y desenmascaramiento de Haya, y por lo cual optaron por seguir conciliando con la desviación hayista.

Dos semanas después, el domingo 16 de abril se volvió a reunir el Comité de Lima (tengamos presente que Mariátegui no recibía visitas en su casa los días domingo, y que “el Comité de Lima” se reunía lo días  domingo. En ese breve lapso, del 02 al 16 de abril, la desviación aprista nuevamente se desbordó en el grupo de deportados en México (Mariátegui anotó “llegan noticias de que ustedes están entregados a una actividad con la cual me encuentro en abierto desacuerdo”). Ante esa nueva situación, Mariátegui se sintió obligado a escribir una carta personal, en la cual escribió “quiero hacerles conocer sin tardanzas mis puntos de vista sobre este nuevo aspecto de nuestra discrepancia”.

Pocos días después del 16 de abril, Mariátegui nuevamente sintió agravar su estado de salud, fue hospitalizado y operado de la segunda pierna. Por la indecisión de algunos de los otros miembros del Comité de Lima, se postergó la aprobación de la Propuesta de Carta Colectiva (quedándose así, sin fecha definitiva), y ya no fue enviada a sus destinatarios. Hasta la fecha no existe ningún texto en que, alguno de los participantes en el debate haya acusado haberla recibido, ni tampoco hay ningún comentario escrito en los meses siguientes (*)

Cinco meses después, recién en el mes de setiembre, Mariátegui divulgó entre otros compañeros, copias de la “Propuesta de Carta Colectiva”, junto con la copia de su Carta Personal (revisar Cartas de JCM a Carlos Arbulú Miranda del 29 de setiembre de 1928, y a Luís Valcárcel del 19 de octubre de 1928, en las cuales JCM hace mención a ambas “Cartas de Abril”, y no menciona para nada una supuesta carta del mes de “julio”).

Las diferencias entre ambas cartas son sumamente notorias y explícitas. El análisis de esas diferencias me ha permitido llegar a la conclusión que la Propuesta de Carta Colectiva fue redactada antes que la Carta Personal, y además, podemos deducir que solo se quedó como “una propuesta”, y no llegó a ser enviada en su oportunidad.

Veamos dos de esas diferencias:

CARTA COLECTIVA

CARTA PERSONAL

“Nuestros puntos de vista”

“Mis puntos de vista”

“La definición del carácter y táctica del Apra nos parece…fundamental (…) el Apra debe ser, o es de hecho, una alianza, un frente único y no un partido”

La cuestión: el Apra: alianza o partido, que ustedes declaran sumariamente resuelta…pasa a segundo término, desde el instante en que aparece en escena el Partido Nacionalista Peruano”

 

No me parece lógico ni razonable, que el 16 de abril Mariátegui  hubiera escrito  “El Apra pasa a segundo término”, y que dos meses después, el “10 de julio”, en tono conciliador,  él proponga “El Apra debe ser, o es de hecho una alianza,  un frente único” (Y resulta menos lógico y razonable que Mariátegui hubiera escrito semejante propuesta, después de conocer la ofensiva respuesta que  Haya le envió el 20 de mayo). Esa es la conclusión errónea, a la cual se llega, si se leen las cartas en el orden en que están incluidas en el folleto Mariátegui-Haya, publicado en setiembre de 2002, en el cual primero aparece la Carta de Mariátegui del 16 de abril, en segundo lugar la respuesta de Haya del 20 de mayo, y en tercer lugar la “carta colectiva” con fecha “10 de julio”.

La lectura más coherente me parece que sería la siguiente:

El 02 de abril, en la propuesta de Carta Colectiva Mariátegui todavía en tono “conciliador”, propuso “El Apra debe ser un frente único”.

En las dos semanas siguientes, entre el 02 y el 16 de abril, se desbordó la desviación hayista, llegando a difundir “un segundo Manifiesto del Comité Central del Partido Nacionalista Peruano, residente en Abancay”.

El 16 de abril, ante las vacilaciones, y posiblemente indiferencia de los otros miembros del Comité de Lima reunidos ese día, Mariátegui  decidió escribir por su cuenta  una carta personal, en la cual anotó “quiero hacerles conocer sin tardanzas mis puntos de vista”,  “he leído un segundo manifiesto del Comité Central del Partido Nacionalista Peruano, residente en Abancay”, “por mi parte siento el deber urgente de declarar que no adheriré de ningún modo a este Partido Nacionalista Peruano”,   “les escribo con fiebre, con ansiedad, con desesperación”.

Esas expresiones de Mariátegui reflejan que no le pareció correcto esperar el acuerdo colectivo del Grupo de Lima, y con total convicción anotó “el Apra pasa a segundo término”.

Y para mayor abundamiento, cinco meses después, Mariátegui en dos cartas informó lo siguiente:

En carta a Carlos Arbulú Miranda, el 29 de setiembre de 1928, le informó “Yo he tenido con Haya primero y con el grupo de México después un largo debate”, “como antecedente de este debate (…) le acompaño dos cartas, una mía y otra que acordamos suscribir yo y varios compañeros, pero que en breve resultó insuficiente ante la prisa con que el grupo de México había avanzado en el sentido condenado abiertamente por nosotros”

Días después, el 19 de octubre le escribió a Luís E. Valcárcel “quiero (…) enterarlo de cierto debate con los grupos de compañeros deportados sociales del extranjero”, “el modo más leal de informarlo (…) me parece es el documentarlo”, “empiezo por acompañarle la copia de una carta colectiva, acordada en abril, y que pronto resultó inferior al desacuerdo provocado por la precipitación del grupo de México”, “irá enseguida la copia de una carta mía, oponiéndome resueltamente a esta campaña”.

De los anteriores párrafos, podemos concluir lo siguiente:

a.- La carta colectiva “fue acordada en Abril”

b.- La carta colectiva “resultó inferior al desacuerdo” o “en breve resultó insuficiente”, por lo tanto, ya no se justificaba enviarla con la comprometedora propuesta de “el Apra debe ser un frente único”, cuando ya constaba que para el 16 de abril, según JCM “el Apra había pasado a segundo plano”.    

 

BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA

1.-Correspondencia de Mariátegui, 1984, incluidos los nuevos textos ubicados posteriormente a su publicación.

2.-Colección Obras Completas de José Carlos Mariátegui, 1959, 1968

3.- Prólogo de Mariátegui al libro Tempestad en los Andes, 1927, que no está incluido en ninguno de los libros de la Colección Obras Completas, salvo unos pocos párrafos anotados a pie de página en el libro 7 Ensayos.

4.-Colección de la revista Claridad (1923-1924).

5.- Colección de la revista Amauta (1926-1930).

6.-Recopilación de algunos Textos poco conocidos, incluidos en los Apuntes de Ricardo Martínez de la Torre (1948)

7.- Recopilación de escritos de JCM incluidos en el folleto La Organización del Proletariado (1967)

8.- Recopilación de Cartas poco conocidas de Haya a Ravines (1926-1929), incluida en la revista Socialismo y Participación N°20, Dic.1982.

9.-Recopilación de Cartas poco conocidas de Haya a Ravines y Pavletich (1926-1929) incluida en el libro de Pedro Planas, Los Orígenes del APRA. El Joven Haya, 1986.

10.- Cartas poco conocidas de Haya a Ravines año 1928, incluidas en el libro de Ricardo Luna Vegas Contribución a la verdadera historia del Apra 1923-1988, marzo de 1990. 

11.- Folleto de Haya Por la Emancipación de América Latina, 1927

12.- Folleto de Haya, El antiimperialismo y el Apra, 1928-1936.

13.- Folleto M-H (Mariátegui-Haya. Materiales de un debate. 2002)

 

Miguel Ángel Aragón

08 de noviembre de 2013

 

(*) Años después de escribir esta recopilación de títulos de textos [lo escribí el año 2013], conocí una carta de Heysen escrita en Paris, en la cual él cita algunas palabras que aparecen en la carta colectiva. 

domingo, 14 de noviembre de 2021

EL PARTIDO DE MARIÁTEGUI VIII: TRES TENDENCIAS, TRES FACCIONES Y TRES LÍNEAS


El PRIMER CONGRESO DEL PARTIDO

 

I

La primera generación del Socialismo Peruano desarrolló su gestión en dos etapas importantes: la primera, de 1918 a 1930, bajo la dirección de JCM; la segunda, de 1930 -después de su fallecimiento- hasta 1945. Y realizó dos importantes certámenes: la Constitución del Partido (07.10.28) y su Primer Congreso (IX.42)

En la primera etapa, la tendencia de avance había deslindado los campos con el anarquismo, anarcosindicalismo, mutualismo, y con la desviación aprista. Ante su fracaso, la tendencia del mutualismo pretendió salir como partido laborista, del cual dijo JCM que “pertenece a la crónica, no a la historia, y desde el punto de vista folklórico está por debajo de cualquier tondero o resbalosa” (T.13-205) La tendencia aprista pretendió salir como partido nacionalista, ante lo cual señaló JCM que “reafirmamos nuestra absoluta independencia frente a la idea de un partido nacionalista, pequeño-burgués y demagógico” (T.13-246)

Por su inmensa labor de crítica y preparación, la facción de JCM había logrado la hegemonía ante las otras fuerzas que contendían en el frente unido, y se desarrollaba impetuosamente según plan. La facción anarcosindicalista no volvió a aparecer en la actividad política. En cambio, después de la muerte de JCM la facción aprista vería acrecentar sus fuerzas.

Los 18 meses, de la Constitución del Partido a la muerte de JCM, por su extrema importancia deben tener tratamiento aparte. En ese lapso, JCM publicó sus 7 Ensayos, dio a la imprenta dos de sus tres libros fundamentales (Defensa del Marxismo, Ideología y Política. De su cuarto libro fundamental, Invitación a la Vida Heroica, sólo se sabría después); elaboró sus tres Tesis Fundamentales, y se aprestaba a viajar a Buenos Aires, sede de la Sección Latinoamericana de la Komintern. Es una etapa de crucial importancia, de creciente lucha interna en torno a la forma nacional del socialismo en el Perú.

Es evidente que la desaparición de JCM constituyó una inmensa pérdida para el Socialismo Peruano. El Partido que construía JCM era sui generis, diferente a los partidos de la II Internacional y diferente también a los partidos de la III Internacional. Se debe indicar, en primer lugar, que el Perú, por su atraso económico y político y por no ser país de ciudades, tampoco era un país de partidos. No obstante, la preocupación del imperialismo inglés en el siglo pasado, la burguesía peruana bajo su influencia no consolidó partidos políticos. Por eso es que, en la mitad del presente siglo los dos únicos partidos orgánicos fueron el partido proletario y el partido aprista.

En segundo lugar, este partido proletario tiene una característica singular. Por lo general, todos los partidos proletarios han tenido una infancia difusa, y sólo después de muchos errores han podido consolidar una fisonomía propia, una forma nacional de su contenido internacional; en cambio, el partido proletario peruano logró su fisonomía propia precisamente en su infancia, para perderla temporalmente después. Y si en otros partidos la tarea de los continuadores ha sido el lograr esta fisonomía, en este partido la tarea ha sido encontrarla nuevamente, tarea compleja y específica. Esta difícil labor, por lo general es soslayada en el análisis del proceso del Socialismo Peruano.

Construir un partido diferente a los partidos de la II Internacional no era una idea nueva. Pero construir un partido diferente a los partidos de la III Internacional sí lo era, ciertamente. Y toda idea nueva experimenta dificultades y tropiezos en sus comienzos. Así, el concepto de dictadura de Marx, el concepto de alianza obrero-campesina de Lenin, el concepto de guerra campesina de Mao, no surgieron al azar ni se impusieron de la noche a la mañana. Esto por lo general es conocido; pero lo que se difunde poco es que su surgimiento y aceptación enfrentaron primero el silencio, indiferencia y oposición en sus propias filas de origen.

Igual ha ocurrido en el Perú. Los esfuerzos de JCM por desarrollar el estudio de los problemas peruanos y su programa de estudios sociales y económicos cayeron en el vacío, y recibieron por respuesta la indiferencia. Y aún más, fueron objeto de sarcástica oposición. Baste recordar el calificativo de “monólogo insípido” que le lanzó Luis Alberto Sánchez. Pero si esto era por fuera, lo más grave era por dentro del partido en construcción. Los detractores, apenas si aguardaron la muerte de JCM para pasar a la ofensiva. Ravines echó abajo Amauta; Martínez echó abajo los 7 Ensayos. Y ambos echaron abajo la inmensa obra de aglutinar, organizar y conducir el factor humano en torno a la idea socialista.

El marxismo señala que la contradicción es el motor del desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento. Y que las causas externas son condicionantes para el cambio; pero las que lo determinan son, en última instancia, las causas internas. El partido proletario iba en ascenso, y las demás fuerzas reconocían su dirección o se batían en retirada. El aprismo no tenía cabida en el frente unido de la revolución. Pero después se invirtieron los papeles, el partido aprista se consolidó como partido fascista, y el partido proletario se sumió en sus contradicciones. La revolución de nueva democracia sufrió su primera derrota.

¿Por qué ocurrieron estos cambios y esta derrota? No se puede conocer la historia del país si no se comprende la situación mundial; no se puede comprender la nueva democracia si no se comprende la vieja democracia; y no se puede comprender la labor de JCM si no se comprende la labor de sus detractores. Y sin análisis no hay valoración del pasado, comprensión del presente ni visión del futuro.

 

II

La estabilización capitalista terminaba y el mundo se sumía en la gran depresión, que conduciría después a la II GM. El terror blanco batía al proletariado europeo, a los revolucionarios chinos, y en nuestra América se imponía la bota militar. Aislada, acosada, agredida, la Unión Soviética construía el socialismo en un solo y atrasado país. Si el inicio de la crisis propiciaba el desarrollo del izquierdismo, la necesidad de hacer frente a la guerra mundial que todos veían venir, propiciaba el desarrollo del derechismo.

La crisis también golpeaba el país; y también la bota militar se imponía, para luego dar paso al mejor representante de la oligarquía financiera que ha tenido la reaccionaria clase dominante del país, Manuel Prado.

En estas circunstancias, la nueva democracia fue derrotada no tanto por la situación internacional, por la vieja democracia o por la interferencia aprista, sino fundamentalmente porque no supo orientarse en la situación, porque perdió la brújula.

En 1930, el Partido de JCM había logrado la hegemonía en el frente unido de la nueva democracia. Pero la obra de JCM no había logrado la hegemonía al interior del Partido. Al hacerse clara la desviación aprista, JCM deslindó resueltamente los campos con ella; por ejemplo, con su célebre Polémica Finita. Sin embargo, trató siempre de aglutinar a todas las fuerzas unibles; por ejemplo, al año de su polémica con Sánchez, comentó positivamente su trabajo sobre literatura peruana.

Esta línea política no podía sino fortalecer las propias filas y desintegrar las fuerzas del enemigo. Así, el propio Sánchez, que había llamado a la obra de JCM como “monólogo insípido”, a tres meses de su fallecimiento publicó Datos para una semblanza de José Carlos Mariátegui, hasta ahora insuperada semblanza política del gran luchador. (La Polémica del Indigenismo, Mosca Azul Editores, 1978, pp. 151-172)

La investigación aprista acerca de la realidad nacional no deja de tener sus méritos. La calidad de Haya era reconocida por el propio JCM; sus observaciones acerca del imperialismo tienen aspectos que no se pueden desechar; pero una conclusión teórica correcta puede derivar en una conclusión política incorrecta, porque una cosa es la limitación del conocimiento y otra cosa es la limitación de clase. P.e., el análisis de Hilferding acerca del imperialismo, y el análisis de Plejanov acerca del papel del individuo, tienen validez hasta el presente; pero políticamente ambos no pasaron de mediocres reformistas; y Haya no pasó de “justicialista” corporativo.

La primera generación dio un gran maestro por ejemplo positivo, pero también dio dos grandes maestros por ejemplo negativo. Ravines lideró la línea de izquierda, Martínez lideró la línea de derecha. Pero dos grandes maestros por el ejemplo negativo no son suficientes para acabar con un gran maestro proletario. Y mil que fueran. Pero han hecho mucho daño; y jamás debemos olvidar esta lección; forma parte del tesoro del Socialismo Peruano; ignorarla, sería seguir siendo “un mendigo sentado en banco de oro”

El contenido de cada línea se puede apreciar en el siguiente esquema:

 

TEMAS

LÍNEA DE JCM

LÍNEA DE ERP

LÍNEA DE RMT

1.-Revolución proletaria

Lucha de Clases

Clase contra Clase

Conciliación de Clases

2.-Dictadura del Proletariado

Dictadura y Democracia

Dictadura

Democracia

3.-Cuestión Nacional

Perú Integral

Nación Quechua

Nación

Criolla.

4.-Carácter de la Sociedad

Semifeudal-Semicolonial

Colonial

Independiente

5.- Frente Unido

Unidad y Lucha

Lucha sin Unión

Unión sin Lucha

6.-Formas de Lucha

Económica-Política-Teórica

Putchista

Parlamentaria

7.- Factor Humano

Obreros y Campesinos

Campesinos

sin Obreros

Obreros sin Campesinos

8.- Organización

Clandestina y Abierta

Ilegalismo

Legalismo

 

III

Analizando el esquema se tiene:    

 

1.- JCM siempre enseñó al proletariado a tener “al mismo tiempo que un sentido realista de la historia, una voluntad heroica de creación y realización” Ni determinismo ni volitismo por separados, sino unidad e integración entre ambas coordenadas del marxismo. Por eso no partió jamás de que el socialismo no podía actuarse sin que se desarrollara previamente el capitalismo, ni menos que la victoria de la revolución estuviera a la vuelta de la esquina. Siguió estrictamente la estrategia de la revolución prolongada. Por eso actuó siempre con el criterio de crítica y preparación, crítica de ideas y preparación de la organización.

Pero Ravines actuó con el arrebato de “quien mucho corre pronto para”, y por luchar contra todo terminó luchando contra nada. Es un claro ejemplo de los que creen “que la empresa de crear un nuevo orden social, superior al orden capitalista, incumba a una amorfa masa de parias y de oprimidos, guiada por evangélicos predicadores del bien” Suplantó la audacia con el arrebato, y al final mostró no tener lo uno ni lo otro.

Y Martínez es un claro ejemplo del “snobismo universitario con que los estudiantes de su generación se entregaron a una lectura rabiosa de Marx; el aflojamiento súbito de su impulso al choque con el escandalizado ambiente doméstico y con los primeros bastonazos de la policía; la decepción, el escepticismo, más o menos disfrazado de retorno a la sageese (prudencia)” Suplantó la perseverancia con la paciencia, y al final demostró que para él “el movimiento lo es todo, el objetivo no es nada”

2.- JCM hizo una clara distinción entre dictadura burguesa y dictadura proletaria, entre democracia burguesa y democracia proletaria. Por eso pudo señalar que “el Poder se conquista a través de la violencia” y que “se conserva el Poder sólo través de la dictadura” (T.8-81) Pero esta dictadura no niega la democracia en general sino la democracia burguesa; por eso señaló también que la conquista de la democracia había pasado a ser tarea del proletariado. Tuvo un concepto claro de la nueva democracia; y de la necesidad de enfrentar democracia con democracia y dictadura con dictadura.

Pero Ravines, al propagandizar dogmáticamente la dictadura, lo que hacía era implantar su autoritarismo, su sectarismo, su mandonismo. Así, negó a la dictadura democrática y terminó desprestigiando a la clase, al partido y a la revolución.

Y Martínez hizo otro tanto, ignorando la dictadura y propagandizando la democracia “en general”, que así no es otra cosa que la vieja democracia, la democracia burguesa, que en nuestra realidad no es sino un democracia bastarda, minusválida y vergonzante.

3.- El aporte original de JCM, el aporte teórico como verdad particular se expresa en su interpretación de la realidad peruana, en su esclarecimiento de la cuestión nacional. Con ello estableció la forma nacional del Socialismo Peruano, y deslindó los campos con el pasadismo de la burguesía intermediaria y el indigenismo de la pequeña burguesía, señalando la necesidad de un Perú Integral.

Pero Ravines desechó la verdad particular, y blandió dogmáticamente la verdad universal en el problema nacional, imponiendo como camisa de fuerza la “autodeterminación de las naciones quechua y aymara” Con ello, tergiversó la verdad universal, despreció y rechazó la verdad particular en aras de los planteamientos de la pequeña burguesía.

Y Martínez desechó pronto una y otra verdad en aras de la “nación criolla”, nueva versión del pasadismo de la burguesía intermediaria. Con ello tiró por la borda el marxismo como doctrina y como método.

4.- En su interpretación de la realidad peruana, al esclarecer la cuestión nacional JCM esclareció también, como corolario, el carácter de la sociedad peruana. Al reivindicar como tercera tradición el aporte de la República señaló el carácter capitalista del Perú, en su esencia semifeudal y semicolonial (políticamente independiente y económicamente colonial) Precisamente de ello pudo derivar que el objetivo de la revolución de la nueva democracia es la solución del problema de la tierra, base de toda otra solución. Por ello la revolución peruana es en primer lugar democrática (antifeudal) y en segundo lugar nacional (antimperialista) Así, señaló las bases para el establecimiento de la política concreta a seguir.

Pero Ravines ni Martínez podían tener planteamiento alguno en torno a esta importante cuestión. Ravines, si no analizaba el modo de producción del país, menos podía interesarse por el modo de producción de sus futuras “naciones quechua y aymara”. Igualmente, Martínez tampoco podía interesarse del modo de producción de su “nación criolla”. Divagaron entre el carácter “colonial” o “independiente” de sus “naciones”

La experiencia enseña que el problema de la verdad particular, el problema de la teoría propia, el problema de “aplicar el método marxista al conocimiento y definición de los problemas del Perú” es el problema clave, el problema dirimente con el que se ha de juzgar la orientación de cada línea política. Una línea que no tiene una posición definida ante la verdad particular, no tendrá tampoco una posición definida ante la verdad universal. Y sólo seguirá el bastón de mando en turno. Y, lo que es más grave, al no interpretar la realidad menos podrá intentar siquiera transformarla, y mucho menos podrá seguir una política consecuente.

5.- JCM tuvo desde el principio una posición definida ante el problema del frente unido. Llevó una lucha medida por medida buscando siempre, por un lado, unir a los afines y por otro lado unir a todas las fuerzas unibles ante un enemigo común.

Pero Ravines aplicó la torpe política de “luchas implacables y golpes despiadados” Para él, quien no era un reaccionario declarado era un contra-revolucionario en potencia. Por ello, en poco tiempo la revolución perdió el 100% del trabajo en el campo y el 90% del trabajo en la ciudad.

Y del 10 % restante se encargó Martínez de dar cuenta; so pretexto de corregir la desviación de izquierda, de lucha sin unión, se empeñó en una unión total y sin lucha alguna con el representante de su nación criolla. Así, el proletariado perdió temporalmente la hegemonía política en la revolución de nueva democracia.

6.- JCM señaló siempre dos aspectos en cualquier forma de lucha. Al señalar que el Poder se conquista a través de la violencia, señalaba una posición cardinal al respecto. Sin embargo, señaló también que “trabajan por el advenimiento de una sociedad nueva los que todo el año, disciplinada, obstinadamente, combaten por el socialismo; no los que en esta u otra fecha sienten un momentáneo impulso de motín o asonada” (T.13-118) Por eso tuvo una actitud definida ante la lucha legal y ante la lucha legítima. Al enseñar que “los parlamentarios comunistas no parlamentan. El parlamento es para ellos únicamente una tribuna de agitación y de crítica” (T.1-136), señalaba que había que utilizar el sufragio, las elecciones, el parlamento, pero para llevar la lucha hasta las mismas instituciones de las clases dominantes. Al señalar que la revolución necesita armas, programa, doctrina, estaba señalando la segunda estrategia de la revolución de nueva democracia.

Pero Ravines, al desechar la lucha legal desechaba también la lucha legítima, por mucho que alardeara de ella al comienzo. Y Martínez, al desechar la lucha legítima desechaba también la lucha legal, por mucho que también alardeara de ella al comienzo. Y ambos destruyeron una y otra lucha porque, sencillamente, habían destruido la lucha ideológica. Tomaron el marxismo como dogma, o no lo tomaron siquiera como tal. Ni lucha armada, ni lucha política, ni lucha ideológica.

7.- JCM, en su trabajo por unir a los afines y a todas las fuerzas unibles siempre privilegió el factor humano. Por eso planteó “la organización de obreros y campesinos con carácter netamente clasista” No planteó el origen obrero como exclusivo ni excluyente. Rompió resueltamente con los estereotipos de entonces, sencillamente porque partió de la realidad de un país atrasado y fundamentalmente campesino. Por eso llamó a obreros, campesinos, intelectuales y demás trabajadores que no explotan trabajo ajeno, a unirse primero por la ideología.

Pero Ravines identificó torpemente origen de clase con carácter de clase, extracción de clase con posición de clase, raíz obrera con esencia proletaria; y así acabó con el trabajo intelectual primero, con el trabajo campesino después, y finalmente con el propio trabajo obrero sindical. Y Martínez no se quedó atrás, y terminó entregando el trabajo obrero sindical a la reacción, convirtiéndose él mismo en jefe de la oficina obrera de la casa política de Prado, el oligarca.

8.- Así como tenía un claro concepto de la dictadura, JCM también tuvo un claro concepto del centralismo democrático. Ni centralismo sin democracia ni democracia sin centralismo. Por eso señaló las “relaciones estrictamente disciplinadas”; por eso planteó siempre la necesidad del debate, la “contrastación permanente”

Pero Ravines, al echar de lado la democracia interna, no promovió el centralismo sino el caciquismo, y no la clandestinidad sino el ocultismo e ilegalismo. Y Martínez, al unirse a la democracia formal, no promovió la democracia sino el liberalismo y el legalismo.

 

IV

 El corolario de este esquema y su desarrollo demuestra que “la revolución no puede ser actuada sino por un partido de clase” Sólo un partido de acuerdo a la línea de Mariátegui puede sobreponerse a la situación adversa, a las acometidas de los enemigos y puede llevar al triunfo la revolución de nueva democracia. Para ello, primero tiene que fortalecer sus filas depurándose de sus detractores. Ésta es la gran lección de la primera etapa del socialismo peruano.

De las tres líneas señaladas han quedado huellas imborrables, tanto en el recuerdo como en el papel. De JCM están publicadas ya sus obras completas, que sólo requieren ahora ordenamiento sistemático, estudio exhaustivo y aplicación consecuente. Sus tres artículos, tres libros, tres documentos y tres tesis señalan la quinta esencia de su contribución al Socialismo Peruano. Y todos ellos giran en torno a la cuestión del Poder, la cuestión principal del comunismo científico.

Ravines también ha dejado huellas imborrables. Se pueden señalar dos: su Editorial para el primer número de Hoz y Martillo, y su libro La Gran Estafa. Además, se puede señalar su leit motiv: la negación del Camino de Mariátegui. Es menester trascribir este editorial, porque ahora es ya poco conocido. Fundamentalmente señala: “Hoz y Martillo... es la voz de nuestra vanguardia combatiente, es la palabra oficial del Partido del proletariado: recibidla y encumbradla como tal. Aquí se alza no la voz de un hombre ni la labor de un grupo periodístico. Es la voz y la orientación de un partido de clase... Hoz y Martillo es el órgano oficial del Partido Comunista del Perú, órgano revolucionario, voz de millares de combatientes, de los mejores hijos de la clase obrera, que os llaman a estrechar filas y os incitan a ingresar en nuestro partido, el Partido Comunista... Hoz y Martillo es la herencia superada, depurada y proletarizada de Amauta y de Labor. Es el periódico con que soñó JCM y que no pudo ver impreso” (27.07.31)

Hay que reconocer que Ravines es el único que ha podido sintetizar en tan pocos párrafos toda una línea. Es un retrato de cuerpo entero de su felonía. Al señalar que su periódico es “la voz de los mejores hijos de la clase obrera”, ¿dónde quedan los campesinos?, ¿dónde queda el problema primario del Perú?, ¿dónde queda el mayor problema histórico? ¡Qué aberración!

Al señalar que en su periódico “no se alza la voz de un hombre ni la labor de un grupo periodístico”, ¿no está señalando que el trabajo de JCM no pasa de ser “la labor de un hombre”, y el partido de Mariátegui no pasa de ser “un grupo periodístico? ¡Qué ignominia!

Al señalar que su periódico “es la esencia superada, depurada, proletarizada de Amauta y de Labor”, ¿no está señalando que no había que asimilar la herencia de JCM sino “superarla” y “depurarla” ?, ¿no está señalando que no había que desarrollar Amauta y Labor sino “proletarizarlas”? ¡Qué desvergüenza!

Al señalar que su periódico es “el periódico con que soñó JCM y que no pudo ver impreso”, ¿no está señalando entonces que JCM no soñó con Amauta y con Labor ni los convirtió en perdurable realidad, sino que soñó con un periódico “clandestino”? ¡Qué mediocridad!

De su libro La Gran Estafa, sólo en necesario indicar que es la demostración de que así se porta siempre el izquierdismo, que de tanto irse a la izquierda termina siempre apareciendo por la derecha.

Y su leit motiv se puede apreciar temprano, en los tres números de Amauta después de la muerte de JCM. Entre otras estupideces, allí señala la necesidad de “reconocer el derecho de los indios no sólo a la reconquista de sus tierras sino también a disponer de sí mismos organizando sus propias repúblicas aymaras y keshuas” (N° 32, p. 10) ¡Así superaba, depuraba y proletarizaba la verdad de JCM!

Martínez también ha dejado huellas imborrables. Se pueden señalar dos: su artículo Cómo Organizamos el Partido, y su mamotreto Apuntes para una interpretación marxista de historia social del Perú. Y un leit motiv: la negación del Camino de Mariátegui.

El artículo sobre la constitución del Partido es una tergiversación grosera de la inmensa obra de JCM al respecto, y una crítica desvergonzada del aporte más importante de este trabajo: “la organización de los obreros y campesinos con carácter netamente clasista” Martínez sólo años después se atrevió a formular su “crítica”, después de haber callado cuando JCM lo enunció, señalando que con campesinos “íbamos de error en error” Ésa es la actitud de quien, como secretario personal fungió siempre de “íntimo compañero” de JCM. Y, en verdad, lo que hizo Martínez con la memoria de JCM demuestra que jamás le perdonó haberlo desenmascarado tan pronto como “criollamente oportunista y equívoco” (T.13-182)

Los cuatro gruesos tomos de sus Apuntes, pesados por fuera y por dentro, hasta por el título resultan una burda parodia de los 7 Ensayos (Apuntes = 7 Ensayos; para una interpretación marxista = de Interpretación; de historia social del Perú = de la Realidad Peruana) El secretario no se preocupó jamás de publicar las obras de JCM (ni siquiera de republicar 7 Ensayos), ni menos de conservar los originales, sino de publicar cuatro gruesos volúmenes, que se salvan sólo por tener algunos escritos de JCM.

Y su leit motiv, la negación del Camino de JCM, lo llevó al extremo de seguir el camino de Eróstrato, perpetrando latrocinio contra uno de los tres libros fundamentales de JCM. Es necesario correr el “misterio” que rodea la desaparición de Ideología y Política; pero esta tarea requiere todo un artículo aparte.

Y este leit motiv también se puede apreciar temprano, en los tres últimos números de Amauta. Ya en el N° 30 comienza a publicar su La Reforma Universitaria en Argentina, que contradice punto por punto a El Proceso de la Instrucción Pública, cuarto de los 7 Ensayos. Así actuaba Martínez, sin dejar siquiera que se secara la tinta de lo que había escrito: “Mariátegui pertenece al proletariado. Todo aquel que quiera comprenderlo y seguirlo tiene que situarse en un terreno de lucha de clases proletaria” (N° 30, p. 96)

 

V

 Estas tres tendencias, tres facciones y tres líneas se vienen repitiendo en cada etapa del proceso del Socialismo Peruano. Y cada generación tiene sus mílites en cada una de ellas. La actual tercera generación, en sus dos lustros y pico de gestión, ¿acaso no los tiene? Basta analizar el panorama político actual.

Pero la línea de Mariátegui se impone siempre, y marca la orientación fundamental en cada etapa. Al cerrarse el ciclo de la primera generación, Ravines quedó desenmascarado como un estafador político, y Martínez como un capitulero de pacotilla. Y cualesquier otros estafadores y capituleros, no hacen sino pisarles los talones.

No debemos olvidar jamás a JCM, maestro conductor y guía de la revolución peruana. Pero tampoco debemos olvidar jamás a los Ravines y Martínez, maestros sin igual por el ejemplo negativo. Porque en todo proceso siempre hay tres tendencias, tres facciones y tres líneas. Una de avance, y otras dos de izquierda o de derecha. El más grave error que cometer se puede es empeñar la lucha unilateralmente en la lucha en dos frentes y la lucha entre dos líneas.

Y, si hay tres líneas pero sólo una es la correcta, ¿tienen algo de común las otras dos? Sí, y no poco de común. En sus orígenes de clase son iguales, y en sus planteamientos terminan siéndolo también, y más pronto que tarde. Ravines y Martínez procedían de la intelectualidad burguesa, pequeña y mediana. La pequeña burguesía (p.b.), por su “angustia existencial” en que se desarrolla, tiende al izquierdismo; y la mediana burguesía (m.b.) tiende al compromiso y a la moderación. Pero, en uno y otro caso, esos intelectuales transitan “por el campo socialista con un pasaje de ida y vuelta” (T.16-131) No han logrado en definitiva la ruptura con su origen de clase, y así no pueden asimilar el “carácter netamente clasista” de la organización del proletariado. Por eso la izquierda, al terminar su periplo “asciende” de pequeña burguesía a mediana burguesía identificándose con la derecha. Y como el marxismo no es de izquierda ni de derecha sino de avance, lo que hacen la izquierda y la derecha es demostrar que nunca fueron más que la izquierda radicalizada de la burguesía (Y por eso se acostumbra poner el término izquierda entre comillas, para diferenciarlo del marxismo como izquierda, aunque ambos usos son incorrectos)

Y tanto la pequeña burguesía como la mediana burguesía, cuando adhieren orgánicamente al proletariado, mentalmente arrastran con su socialismo burgués su sociología burguesa. Por eso, la primera tarea del militante, en general, es deslindar los campos entre socialismo burgués y socialismo proletario, entre sociología burguesa y sociología marxista (materialismo histórico) Porque, en cuanto teoría, este socialismo y esta sociología burgueses han logrado importantes avances y tienen respetables representantes; pero en cuanto ideología de clase jamás traspasan el marco burgués. Y sus representantes son ilustres, pero ilustres burgueses y nada más.

En fin, la primera generación terminó su ciclo desenmascarando la línea de Ravines primero, y la línea de Martínez después. Pero esta lucha agotó sus posibilidades, lo que dice mucho de la intensidad con que se efectuó. El Primer Congreso cerró su gestión, cuando la situación internacional se orientaba hacia la restauración de la democracia burguesa bajo hegemonía norteamericana y el establecimiento del sistema socialista bajo hegemonía soviética.

El m.c.i. entraba en un nuevo período con la disolución de la III Internacional (1943) y la necesidad de cada partido de formular su propia línea política, lo que llevó al cuestionamiento del partido único y el nacimiento del m.c.n. en cada país.

En el Perú, se pone a la orden del día la necesidad de retomar el Camino de Mariategui, en una situación inicial de vieja democracia consolidada. Así inicia su tarea la segunda generación del Socialismo Peruano.

 

Ragarro

25.07.82

 

         Nota.- Difundido internamente en 1982, y luego por Internet el 20.09.06. El proyecto era completar los análisis del artículo y llegar hasta la V Conferencia. Pero se logró conmemorar el Aniversario 80 de la Creación Heroica 1928-2008 (7E - PSP)

Ragarro

26.02.15