Mostrando entradas con la etiqueta Referendum. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Referendum. Mostrar todas las entradas

jueves, 6 de diciembre de 2018

EL REFERÉNDUM DEL 9





06/12/2018

Hay diversas opiniones en torno al referéndum que, finalmente, se celebrará el domingo 9 del presente en todo el país. La falta de tiempo, y los candentes acontecimientos políticos que se operaran aquí desde los primeros días de octubre, signados por la detención de Keiko Fujimori; hasta el reciente frustrado “asilo” de Alan García; han cautivado tanto el interés ciudadano, que el tema de la próxima consulta quedó largamente relegado.

Pero, como todos los plazos de cumplen, y todas fechas se vencen; es claro que este domingo se habrá de definir el sentido de la consulta formulada por el Poder Ejecutivo, y aprobada a regañadientes –y con trampas- por el Congreso de la República. En torno a ella, sin embargo, subsiste un clima de confusión que ha desorientado incluso a segmentos de la sociedad ganados siempre por el debate político.

En los predios de la izquierda, ha ganado puntos también este clima de confusión. Ha habido quienes han dicho que el Referéndum es tan sólo una “maniobra distractiva”, una “cortina de humo”, o una “treta del Gobierno” para sorprender incauto Es bueno, entonces esbozar una explicación de asuntos que pueden ayudar a entender la esencia de los temas en cuestión. Veamos.

Lo primero que se debe precisar es la actitud que han asumido las fuerzas que hoy copan el escenario nacional. Por el lado de “la derecha”, Fuerza Popular y el cogollo alanista del APRA; se ha objetado categóricamente la consulta en marcha. No sólo lo voceros del Keiskismo se refirieron a ella como “un mamarracho”, sino que acusaron también al gobierno de usarla para “dar paso” a la instauración de una supuesta ”dictadura”.

Arguyendo esa tesis, se ha comparado las diligencias judiciales incoadas contra Keiko Fujimori y su equipo de gestión; con los “procesos de Moscú” en los años 30 del siglo pasado; se ha sustentado la idea de un “Golpe” en Marcha y se ha publicitado hasta la saciedad una presunta –e inexistente- persecución política contra algunas de las figuras del Perú de hoy.

Desde algunos predios de la izquierda se han usado otros argumentos pero curiosamente, se ha coincidido con los portavoces de la Mafia en materia concreta. En efecto, se ha llamado a “derrotar el referéndum” logrando que la ciudadanía vote en contra de todas las propuestas: No. No. No y No, se ha alzado como una suerte de “fórmula mágica” que habrá de servir para “derrotar a Vizcarra”. Ha sido esa la recomendación de Keiko, del APRA, y hasta de Flórez Araoz, por si necesiten nuevos aliados.

En esa línea se ha usado un planteo falso: Lo que el país requiere -se ha dicho- no es un Referéndum sino una nueva Constitución. En otras palabras, en nombre de la demanda grande, se ha descalificado los pasos chicos; sin reparar –claro- que la “demanda grande” es, por ahora, inviable. No hay quien la convoque, ni quien la ejecute. Por lo demás tampoco hay un proyecto, o un modelo, de lo que debiera ser la “nueva” Constitución. En otras palabras, objetivamente, el tema está aún en pañales.

Eso no significa que la exigencia no sea justa. Lo es, enteramente. Sólo que no ha de caer del cielo;, ni tampoco, ser producto de la voluntad personal de nadie. Será el resultado natural de una lucha concreta, en la que resulta indispensable “armar” el proyecto, ganar voluntad y conciencia ciudadana, y derrotar a los sectores reaccionarios descalificando definitivamente su opción. Ese proceso está en marcha, por cierto, pero aun no está definido. Es preciso, todavía, caminar un trecho con las masas enfrentando la corrupción venciendo a sus agentes más aviesos: el keikismo y el alanismo.

¿Es difícil entenderlo? En los predios de la Mafia está aún la Fiscalía de la Nación con todo el Poder que ella presupone. Buena parte de Jueces y Fiscales. También la mayoría parlamentaria. Y hasta la “Prensa Grande”, que si bien se ha mimetizado un poco, no abandona sus viejas prédicas y su campaña contra el pueblo.

Pero también toda la estructura burocrática del Estado que facilite los planes de la Mafia para hacer de las suyas: poner a buen recaudo a César Hinostroza Pariachi, ayudar a Garcia, compadecer a Keiko, blindara Donayre, proteger a Maman; a mas de muchas otras acciones que suelen pasar inadvertidas pero que van corroyendo la conciencia de los peruanos para invitarlos a “bajar la guardia” en nombre de “la necesidad de olvidar rencores”, “perdonar generosamente a los demás”, “construir conciencia de paz”; y otras expresiones del mismo signo que se repiten cotidianamente en radio, televisión y prensa y que las sustentan todos los panegiristas invitados en su condición de “personalidades” o “analistas”.

Ellos buscan, en verdad, distraernos para que no nos demos cuenta que hay una peligrosa ofensiva en marcha: Ella, por ahora, solo necesita librar pequeñas escaramuzas, vencer en algunas batallas y, sobre todo, ganar tiempo para lograr que la gente se aburra, pierda la fe, piense que “nada habrá de suceder” y que, finalmente, esta lucha “es inútil”.

Por eso es que el tema del Referéndum rebasa los límites de una consulta formal. Si la ciudadanía finalmente rechazara los temas planteados –como buscan los que llaman a votar por el NO en todos los ítems-, la Mafia habría alcanzado un respiro tangible. No olvidemos que así sucedió en Colombia cuando, contra todos los pronósticos, pudo ganar el “referéndum por la paz”. Eso le permitió retomar la iniciativa, y luego ganar las elecciones y colocar a Iván Duque en la conducción del Estado. Mutatis Mutandi, así sucedió también en Brasil: desacreditando a Lula en una lucha “contra corrupción” abrieron paso a Bolsonaro, la expresión del fascismo en toda la línea.

Aquí, bien podría ocurrir algo parecido: descalificando a Vizcarra –que ofrece muchos flancos- bien podría ganar una opción -el domingo 9- que finalmente recuse las propuestas planteadas y más bien promueva un “cambio radical” que aliente a las fuerzas más reaccionarias.

Se ha dicho, y es verdad, que el Referéndum no habrá de resolver problemas de fondo. Pero si servirá para definir bien los campos y colocar a cada quien en su lugar.

Por eso, la recomendación más racional y sensata, no es votar de cualquier modo, ni intercalar un SI y un NO en la célula de sufragio. Hay que votar por el SI para buscar un nuevo modo de nombrar jueces, para impedir que las grandes empresas y mafias financien impunemente las campañas electorales de los Partidos y para impedir la reelección de congresistas. Y poner NO en la cuarta opción -la bicameralidad porque, independientemente de unas u otra, está planteado el juego de la Mafia, que aspira a convertir a sus principales voceros en Senadores a la vuelta de la esquina.

El Referéndum no es sólo una consulta. Es también una nueva oportunidad para que nuestro pueblo confirme la validez de su conciencia y acere su voluntad de lucha. 

Gustavo Espinoza M. Colectivo de dirección de Nuestra Bandera.



jueves, 11 de octubre de 2018

QUÉ SE ESCONDE TRAS LAS REFORMAS CONSTITUCIONALES EN PERÚ?



02:37 11.10.2018(actualizada a las 02:40 11.10.2018)

El presidente Martín Vizcarra convocó a referéndum el 9 de diciembre para ratificar las reformas constitucionales que impulsa su Ejecutivo y que aprobó con modificaciones el Congreso, con el objetivo de dar batalla a la corrupción. "La polémica recién arranca", resumió Hernán Chaparro, jefe de estudios de opinión del Instituto de Estudios Peruanos.

Las reformas tienen el objetivo de terminar con la corrupción que ha azotado al país andino. El Gobierno de Vizcarra las presentó luego de que a mitad de año saliera a luz una trama de intercambio de favores entre jueces, políticos y empresarios. En ese momento "se puso el dedo en la llaga", opinó Chucarro.

"El descontento político de toda la ciudadanía [es alto], el nivel de tolerancia llegó a su límite", aseguró.
Tanto el Congreso como el Poder Judicial tienen muy baja legitimidad ante los ciudadanos. Según Chaparro, la justicia tiene una aprobación de entre 10% y 12%, y el Congreso entre 7 y 8%.

"En Perú hay una clara conciencia de mucha injusticia […]. La gente tiene una ecuación en su cabeza: democracia y equidad, democracia y justicia", aseguró Chaparro.

La lucha contra la corrupción es uno de los ejes del discurso de Vizcarra desde que asumió el mandato en marzo, tras la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynsky. Las reformas del sistema político y judicial implican la no reelección inmediata de congresistas, la fiscalización del financiamiento de los partidos políticos, la reforma del órgano que nombra jueces y fiscales en Perú, y el retorno a la bicameralidad del Poder Legislativo.
En ese escenario, la líder del partido peruano Fuerza Popular, Keiko Fujimori, fue detenida con prisión preventiva por 10 días. La hija del dictador Alberto Fujimori es investigada por financiación ilegal de la campaña del año 2011.

La detención de Fujimori se dio después de que el presidente pidiera un referéndum y manifestara que el Ejecutivo estaba de acuerdo e iba a apoyar todas las reformas aprobadas salvo la referida al retorno a la bicameralidad; considera que su esencia ha sido cambiada por el Congreso.

Los argumentos esgrimidos por el presidente son dos, resumió Chaparro. Vizcarra considera que "se rompe el equilibrio que en la Constitución peruana hay entre Parlamento, Congreso, y Ejecutivo, dándole más poder al Parlamento de lo que debería respecto al Ejecutivo".
A su vez, opinó que "si se vota por el no a la bicameralidad, lo que va a ocurrir es que los actuales congresistas se van a enfrentar al actual Congreso donde no habría bicaramilidad, y por lo tanto, no se elegirían", agregó Chaparro.
A su vez, en las modificaciones realizadas por el Congreso se terminó no incorporando la propuesta referida a las cuotas de género; cuestión que también repudia Vizcarra.

El analista peruano opinó que Vizcarra cuenta con "mucho capital político acumulado"; señaló que tiene más de 60% de aprobación, cifra que se ve reflejada en la calle: "cada vez que tiene una aparición pública la gente es muy expresiva y le da su apoyo", aseguró.


martes, 11 de septiembre de 2018

REFERÉNDUM, CONSTITUYENTE Y OPINIÓN CIUDADANA



11/09/2018

En el debate político nacional, dos conceptos aparecen hoy como excluyentes, cuando debieran, en esencia, ser complementarios.

Hay, en efecto, quienes dicen “no queremos referéndum, sino Constituyente”, como si la propuesta formulada el pasado 28 de julio por el Presidente Vizcarra, fuera apenas una maniobra distractiva para eludir una definición de fondo referida al modelo económico y la Constitución vigente, que debieran ser cuestionados sólo a través de una Constituyente. Es importante, en este contexto, formular algunas reflexiones.

Uno de los más altos vacíos en la vida nacional, es la ausencia de debate con relación a los grandes temas que agobian al país. Por lo general, la gente piensa en Paolo Guerrero y en Ricardo Gareca, más que en la carencia de puestos de trabajo; en la migración venezolana, más que en los problemas que afectan a la universidad peruana y a la educación pública; en los programas de “la t ele”, más que en la profundidad de la crisis y su vinculo con la descomposición del sistema de dominación vigente.

Y los jóvenes, en buena medida, se sienten más involucrados en los vaivenes de “Esto es Guerra” y “Combate”, que en la secuela que deja el “friaje” en las regiones alto andinas de nuestro país.

En ese contexto, es muy importante cualquier iniciativa que ayude a pensar en las tareas nacionales, y en la necesidad de introducir cambios urgentes en la vida de los peruanos. Y si la iniciativa para esos debates viene de las más altas esferas del Poder, ayuda más, ciertamente, que si parte de la propuesta de los ciudadanos de a pie. Porque, mal que bien, vivimos en el marco de una sociedad Presidencialista en la que las propuestas del Jefe del Estado “suenan” más que otras.

Un referéndum -incluso en los términos en los que ya fuera planteado- no resolverá, por cierto, los problemas del Perú. Sería iluso, y engañoso, plantear las cosas en esos términos. Los asuntos nacionales son más graves, y tienen una esencia mucho más compleja que una reelección parlamentaria. Y no se habrán de resolver con el funcionamiento de un Senado. Pero el sólo hecho que estos temas –y otros- sean motivo de debate público y de interés nacional, es sin duda un paso significativo con relación a una situación anterior; en la que la cabeza de la gente, estaba detenida en los programas de Magaly Medina, o los exabruptos de Laura Bozzo.

El que se plantee un referéndum, es decir una consulta nacional orientada a recabar la opinión ciudadana sobre algunos temas, abre la posibilidad de un debate nacional que no debe ser menospreciado. Sin hacerse ilusión alguna y sin creer que esa jornada habrá de resolver problemas de fondo, hay que abordarla porque –además- ayudará a que las distintas fuerzas que accionan en la vida peruana, expongan propuestas y muestren ideas que hasta hoy sutilmente, esconden.

Por lo pronto, el simple debate acerca de necesidad, y prontitud, del referéndum; ha permitido desnudar más la actitud de la mafia apro-keikista, que se aferra a las formas que le permiten perpetuar sus esquemas de dominación. Y ha polarizado pronto a un país que es cada vez más consciente de la intolerable maquinación urdida por bandas delictivas que se han apoderado de la Administración de Justicia y del Ministerio Público.

El tema de la Constituyente, es otro, pero no es contradictorio. Solo que, para procesarlo, se requiere de modificaciones previas de significativa importancia. ¿Qué ocurriría si, de pronto, fuera posible, en efecto, convocar hoy mismo a una Asamblea Constituyente? Eso ¿modificaría en algo la realidad nacional? ¿En qué condiciones, y con la participación de quiénes se haría una elección para dicha Asamblea? ¿Acaso no es verdad que con las exigencias actualmente vigentes tendrían posibilidades reales de participación, y decisión, partidos como Fuerza Popular, el APRA, el PPC, los movimientos de Luna Gálvez o Acuña; poseedores de registro electoral y en posibilidad de cautivar -todos juntos- una cantidad de votos procedentes –muchos de ellos- de las mismas canteras del pueblo?.

¿Y no es real, acaso que otras fuerzas más bien avanzadas, progresistas o, en todo caso, más comprometidas con el país, simplemente carecen hoy de registro electoral y no podrán alcanzarlo con los requerimientos vigentes?

Antes de demandar una “Constituyente, ¡ya!”, hay que modificar sustantivamente las reglas de juego electoral y crear condiciones para que se procesen consultas más democráticas y se elijan autoridades más dignas de la representación ciudadana. Con las vigentes, Becerril o Rosa Bartra, continuarán en sus escaños sin perturbaciones significativas porque ni siquiera la reelección congresal estará vetada. Por lo demás, es indispensable acumular fuerzas ganando la adhesión de peruanos que hoy miran con desconfianza a la izquierda y no atinan a ubicarse como corresponde en el escenario patrio.

Lo importante, entonces, no es aferrarse, a una consigna o a una propuesta. Lo importante es asumirlas todas para debatir, y ganar la conciencia de millones. Sólo así será posible cambiar las reglas de juego, y abrir paso a un camino diferente en el que la expresión ciudadana, se nutra de altos valores nacionales.

Gustavo Espinoza M.
Director de “Resumen Latinoamericano y del Tercer Mundo”, Edición Peruana




miércoles, 5 de octubre de 2016

VENEZUELA: NO AL FRAUDE


Venezuela, Socialismo Siglo XXI

VENEZUELA:

NO AL FRAUDE

Por: Francisco Rangel Gómez

La oposición venezolana se encuentra en su peor momento político y la desorganización, carencia de consenso, desorientación y riñas internas por los individualismos de sus dirigentes, dejan en evidencia la triste situación de una fracción que se ha desplomado por la borrachera de poder que acumularon tras la circunstancial victoria del pasado 6 de diciembre.

El gigantesco fraude del Referéndum Revocatorio ha quedado demostrado: Más de 11 mil fallecidos, 10 mil firmas inventadas, 3 mil privados de libertad y un total de 600 mil firmas ilegítimas, convierten a la autodenominada “MUD”, en los estafadores electorales más grandes de la historia democrática nacional.

Desde un principio supieron la extemporaneidad del proceso revocatorio, solicitándolo en abril porque entre ellos mismos no se pusieron de acuerdo, tal vez por eso el 70% de sus diputados y jefes de partidos no firmaron. Desde enero de 2016 promovieron Golpe de Estado, Golpe Parlamentario, apostaron a la enmienda, a la Salida, todo sin llegar a un acuerdo definitivo, por eso los lapsos no dan.

Se requiere un número determinado de días para cumplir cabalmente con el reglamento de una elección revocatoria, según lo que ellos mismos aceptaron en 2007, cuando el CNE estableció un conjunto de normas para esta índole, tras más de 400 solicitudes para procesos revocatorios en todo el país desde 2004. La MUD tiene pleno conocimiento de esto, ellos aceptaron las reglas y ahora desacreditan a las autoridades para manipular a sus simpatizantes y provocar irresponsablemente, escenarios de conmoción nacional.

El Revocatorio debe ser impugnado porque en Venezuela no puede haber un fraude de semejante magnitud. No permitiremos que engañen a nuestro Pueblo y vamos con todos nuestros argumentos a desmontar esta gran mentira opositora para defender la integridad de la democracia y la paz de nuestra Nación.

En 2016 nos hemos fortalecido y reunificado más que nunca para ir dejando atrás las adversidades. Derrotamos en la calle con nuestra vocación pacífica, las intentonas de guarimba a las que ellos han convocado. Logramos alianzas estratégicas con el sector privado y potenciamos el sector público para combatir la Guerra Económica y dar respuestas oportunas a los ciudadanos, consolidamos el Arco Minero y el Proyecto de la Faja Petrolífera del Orinoco, asumimos las presidencias del Consejo Permanente de Seguridad en las Naciones Unidas, el Mercosur y el Movimiento de los No Alineados; todo un conjunto de logros que nos remoralizan y nos impulsan a seguir adelante, por eso lucharemos siempre apegados a nuestra Constitución y haremos respetar a toda costa esta Patria.

Viviremos y venceremos

----- Original message -----
From: Coordinadora Solidaridad Venezuela <coordinadora@solidaridadvenezuela.org>
To: Solidaridad Venezuela <solidaridad-venezuela@lists.mayfirst.org>
Subject: [Solidaridad-venezuela] VENEZUELA: No al fraude
Date: Tue, 27 Sep 2016 09:53:16 -0500

Coordinadora mexicana de solidaridad con Venezuela
Solidaridad-venezuela mailing list

de: 'Guillermo C. Cohen-DeGovia' allelon@operamail.com [nuestramerica] <nuestramerica@yahoogrupos.com.mx>
para: Nuestra América <nuestramerica@yahoogrupos.com.mx>
fecha: 27 de septiembre de 2016, 10:06
asunto: [nuestramerica] VENEZUELA: No al fraude
lista de distribución: nuestramerica@yahoogrupos.com.mx
firmado por: yahoogrupos.com.mx
cifrado: Estándar (TLS) Más información
Mensaje importante debido a tu interacción con los mensajes de la conversación

  


COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
5 de octubre 2016

viernes, 11 de marzo de 2016

LAS LECCIONES DE LA DERROTA DEL REFERENDUM BOLIVIANO






ALVARO GARCIA LINERA, 

Cuando uno arroja una piedra a un vaso de cristal y éste se quiebra, a veces surge la pregunta ¿por qué se rompe el vaso? ¿Es por culpa de la piedra que lo impactó? ¿O porque el vaso es rompible y luego entonces la piedra lo fragmenta? Es una pregunta que solía plantearla el sociólogo Pierre Bourdieu para explicar que solo la segunda posibilidad era la correcta, porque te permitía ver, en la configuración interna del objeto, las condiciones de su devenir. En el caso del referéndum del 21 de febrero, no cabe duda que hubo una campaña política orquestada por asesores extranjeros. Las visitas clandestinas de la ONG NDI, dependiente del Departamento de Estado, sus cursos de preparación de activistas cibernéticos, los continuos viajes de los jefes de oposición a Nueva York —no precisamente a disfrutar del invierno—, hablan de una planificación externa que tuvo su influencia. Pero así como la piedra arrojada hacia el vaso, esta acción externa solo pudo tener efecto debido a las condiciones internas del proceso político boliviano, que es preciso analizar. 

CLASES. 1. 

La nueva estructura de las clases sociales. Que en 10 años el 20% de la población boliviana haya pasado de la extrema pobreza a la clase media es un hecho de justicia y un récord de ascenso social, pero también de desclasamiento y reenclasamiento social, que modifica toda la arquitectura de las clases sociales en Bolivia. Si a ello sumamos que en la misma década de oro la diferencia entre los más ricos y los más pobres se redujo de 128 a 39 veces; que la blanquitud social ha dejado de ser un “plus”, un capital de ascenso social y que hoy más bien la indianitud se está consagrando como el nuevo capital étnico que habilita el acceso a la administración pública y al reconocimiento, nos referimos a que la composición boliviana de clases sociales se ha reconfigurado y, con ello, las sensibilidades colectivas, o lo que Antonio Gramsci llama el sentido común, el modo de organizar y recepcionar el mundo, es distinto al que prevalecía a inicios del siglo XXI. Las clases sociales populares de hoy no son las mismas que aquellas que llevaron adelante la insurrección de 2003. Los regantes controlan sus sistemas de agua; los mineros y fabriles han multiplicado su salario por cinco; los alteños, que pelearon por el gas, ahora tienen, en un 80%, gas a domicilio; las comunidades campesinas e indígenas tienen seis veces más cantidad de tierra que todo el sector empresarial; y los aymaras y quechas, marginados por su identidad indígena en el pasado, son los que ahora conducen la indianización del Estado boliviano. Hay, por tanto, un poder económico y político democratizado en la base popular, que modifica los métodos de lucha sociales para ser atendido por el Estado. Paralelamente, la urbanización se ha incrementado pero, ante todo, los servicios urbanos de educación, salud, comunicación y transporte se han expandido en las áreas rurales ampliando los procesos de individuación de las nuevas generaciones, diversificando las fuentes de información y de construcción de opinión pública regionalizada más allá del sindicato o la asamblea. Si a ello añadimos el hecho de que pasada la etapa del ascenso social insurreccional (2003-2009), inevitablemente viene un reflujo social, un repliegue corporativo que debilita a las organizaciones sociales y a su producción de un horizonte universal, entonces es normal un periodo de despolitización social, que disminuye la centralidad sindical como núcleo privilegiado de construcción de la opinión pública popular, para ampliarla a una pluralidad de fuentes como los medios de comunicación, la gestión estatal, las redes sociales, etc. La comunidad nacional en lucha contra las privatizaciones, la comunidad nacional despojada de sus recursos y que reclama su reconquista, o la comunidad dolorosa de las víctimas de la matanza de octubre de 2003, que fueron la base del ascenso revolucionario entre 2000 y 2006, han dado lugar a otro tipo de comunidades reivindicativas más dispersas regionalmente, más afincadas en la gestión de proyectos de desarrollo o de expectativas educativas de carácter individual. Se trata de comunidades de tipo virtual o mediáticas que no solo modifican los métodos de lucha sino también los contenidos mismos de lucha, las percepciones sobre lo deseado, lo necesario y lo común. En conjunto, la estructura de las clases sociales se ha modificado. La democratización en el acceso al capital económico, clave del modelo de desarrollo boliviano, ha permitido un rápido ascenso social de sectores pobres y una reducción de las distancias económicas con los sectores más ricos de la sociedad; la acelerada devaluación de la blanquitud como capital étnico de consagración social, sumada a la conversión de la filiación sindical en un tipo de capital social y capital político revalorizado por el Estado para acceder a derechos, puestos y reconocimientos públicos, han modificado la composición material de cada clase social y la relación entre las clases sociales. El normal y previsible reflujo social después del largo ciclo de rebeliones (2000-2009), ha acentuado estrategias individuales de reenclasamiento social, pero también una especie de “desencantamiento” temporal de la acción colectiva, creando nuevos marcos de percepción cultural y disponibilidad política atenuadas. Y si, además, tomamos en cuenta que una parte importante de los cuadros sindicales van pasando a la administración pública (alcaldías, ministerios, asambleas legislativas, etc.), tenemos un escenario de debilitamiento interno y temporal de los niveles de dirección de las organizaciones sociales, que anteriormente habían concentrado la función política de la sociedad. Estamos, por tanto, no solo ante una nueva estructura de clases, sino también ante nuevos marcos culturales de movilización y de percepción del mundo. Por todo ello, la convocatoria del sindicato o de la comunidad convertida en capital electoral en 2005 o en 2009, que irradió a sectores de la sociedad civil individuada, hoy no son suficientes para producir el mismo efecto electoral. Sin duda, el mundo sindical obrero, campesino-indígena y vecinal pobre continúa siendo el bastión más sólido y leal del proceso de cambio —y esto se ha verificado nuevamente en la última elección con gestos tan extraordinarios como la donación de una mita por parte del proletariado minero de Huanuni para la campaña—, pero ya no tiene el mismo efecto irradiador de antes. Han surgido otras colectividades sociales entre las clases populares y en las diversas clases medias de origen popular, más volátiles, por residencia, por estudio o por comunidad virtual, que se mueven por otros referentes e intereses, muchas veces de carácter individual. Como gobierno revolucionario habíamos ayudado a cambiar al mundo; sin embargo, en la acción electoral, en una parte de nuestras acciones, seguíamos aún actuando como si el mundo no hubiera cambiado. Acudimos a medios de movilización y de información insuficientes para la nueva estructura social de clases y, en algunas ocasiones, empleamos marcos interpretativos del mundo que ya no correspondían al actual momento social. 

LIDERAZGO. 2. 

Hegemonía no es lo mismo que continuidad de liderazgo. La fortaleza de un proceso revolucionario radica en instaurar una matriz explicativa del mundo en medio de la cual las personas, las clases dominantes y las clases dominadas, organizan su vida cotidiana y su futuro. Durkheim llamaba a esto las estructuras del conformismo moral y conformismo lógico de la vida en común. Y el bloque social dirigente capaz de conducir activamente estas estructuras se constituye en un bloque social hegemónico. El proceso de cambio creó una matriz explicativa y organizadora del mundo: Estado plurinacional, igualdad de naciones y pueblos indígenas, economía plural con liderazgo estatal, autonomías. Hoy, izquierdas y derechas se mueven en torno a esos parámetros interpretativos que regulan el campo de lo posible y lo deseado socialmente aceptado. Hoy, la gente de a pie construye sus proyectos personales y expectativas en torno a estos componentes potenciados hacia el futuro a través de la Agenda Patriótica 2025, y no tiene al frente ningún otro proyecto de Estado y de economía que le haga sombra. En ese sentido, hablamos de un campo político unipolar. El que el presidente Evo tenga una popularidad y apoyo a la gestión de gobierno que bordea el 80%, según las encuestas hechas en plena campaña por el referéndum, constata este hecho hegemónico. Sin embargo, cuando a los entrevistados se les consulta si están de acuerdo con una nueva postulación, solo la mitad de los que apoyan la gestión responde positivamente. El apego al proyecto de Estado, economía y sociedad no es similar al apoyo a la repostulación o, si se quiere, hegemonía no es directamente sinónimo de continuidad de liderazgo. Es posible que haya pesado la desconfianza normal hacia una gestión muy larga; también es posible que algunas personas pensaran que en el referéndum volvían a reelegir a Evo, creyéndolo innecesario después de ya haberlo elegido en 2014. En todo caso, sobre ese espacio de votantes que daban su apoyo a la gestión de Evo, pero no a su repostulación, se centró toda la artillería de la campaña, tanto de la oposición como del partido gobernante. La oposición se montó rápidamente en una matriz de opinión larvaria, pero trabajada desde hace años con el apoyo de agencias internacionales, referida a que los gobiernos de izquierda revolucionarios son “autoritarios”, “abusivos”, quieren “eternizarse”, etc. Y, entonces, la repostulación fue rápidamente ensamblada a la lógica de una manifestación que confirmaba el “abuso”, el “autoritarismo” etc. Algunos izquierdistas de “cafetín” se sumaron a este estribillo y, por consiguiente, la irradiación fue más extensa. En tanto que el partido de gobierno tuvo que hacer una doble labor explicativa. Primero, enfatizar que quienes no querían la repostulación eran los de la vieja derecha privatizadora y, luego, que la repostulación garantizaba la continuidad del proceso de cambio. En esta dualidad explicativa es donde se perdió la fuerza de la simpleza de una consigna electoral, frente a la matriz discursiva imperialmente labrada que repercutía más fuerte justamente por su simpleza. 

REDES. 3. 

Las redes: nuevos escenarios de lucha. Recientemente estuve en San Pedro de Curahuara, un municipio alejado, cercano a la frontera con Chile. Los mallkus y mama t´allas nos recibieron con cariño y bien organizados; habían decidido en su asamblea los temas a tratar y los oradores. Pero también vinieron a recibirme los jóvenes del colegio. Todos los estudiantes de la promoción tenían un smartphone similar al mío, y si bien no habían participado de la asamblea comunal, se habían enterado por teléfono o WhatsApp que estábamos llegando al municipio. Aquello que vi en Curahuara se repite en toda Bolivia. El internet y las redes han abierto un nuevo soporte material de comunicación, tan importante como lo fueron otros soportes materiales de comunicación en el pasado: la imprenta en el siglo XVIII, la radio a principios del siglo XX, la televisión a mediados del siglo XX. Se trata de medios de comunicación cada vez más universales, que han llegado para quedarse y que no solo modifican la construcción cultural y educativa de las sociedades, sino la forma de hacer política y de luchar por el sentido común. La masificación y novedad de este nuevo soporte material de comunicación ha generado una sobreexcitación comunicacional que ha sido bien aprovechada por las fuerzas políticas de derecha, que dispusieron recursos y especialistas cibernéticos al servicio de una guerra sucia como nunca antes había sucedido en nuestra democracia y que ha vertido toda la lacra social en el espacio de la opinión pública. Está claro que las redes no son culpables de la guerra sucia; es la derecha, que no tuvo escrúpulo alguno para esa guerra sucia unilateral, la que apabulló el medio. Y que, además, logró crear una articulación en tiempo real entre medios de comunicación tradicionales (periódico, televisión y radio), con redes sociales, de tal manera que una información o denuncia —por ejemplo, vertida en la radio— instantáneamente contaba con un pequeño ejército de activistas profesionales para replicarla, ampliarla y convertirla en memes, llegando así a miles de seguidores que, antes del noticiero de la noche o el periódico de la mañana, ya se habían enterado de ella y estaban buscando mayor información. Del mismo modo, una falsedad creada a partir de las redes podía encontrar de manera planificada su correlato escrito al día siguiente, alargando así la vida social de una “noticia” que, de otra forma, se hubiera diluido en la existencia efímera propia de las redes sociales. Nosotros atinamos a una defensa artesanal en un escenario de gran industria comunicacional. Al final, esto también contribuyó a la derrota. A futuro, está claro que los movimientos sociales y el partido de gobierno deben incorporar en sus repertorios de movilización a las redes sociales como un escenario privilegiado de la disputa por la conducción del sentido común. Hay que democratizar más aún el acceso popular a este soporte material de comunicación, lo que permitirá quitar el monopolio actual de la conducción del debate de las redes a la clase media tradicional que, a lo largo de esta década revolucionaria, siempre ha tenido una actitud conservadora y, ahora, aparece como la constructora de la opinión pública en las redes sociales. 

OPOSICIÓN. 4. 

Oposición unida A lo largo de los últimos 15 años, las batallas electorales han contado con un bloque conservador de derecha fragmentado. Desde las elecciones de 2002 hasta las de 2014, la derecha política ha presentado varias candidaturas que han dispersado el voto de esas derechas. En oposición a ello, la izquierda política ha contado con una única candidatura y, encima, respaldada por un único bloque de izquierda social (sindicatos, comunidades, juntas de vecinos). El 2016 este panorama se ha modificado. Aun con sus divergencias, toda la derecha pudo articularse en torno a una sola posición, la del No; e incluso tuvo la capacidad de arrastrar a los fragmentos del “izquierdismo deslactosado”, que antes había acompañado a Gonzalo Sánchez de Lozada en su gestión de gobierno. La antigua fragmentación de la derecha claramente mejoraba la posición electoral del MAS, que se presentaba como la única fuerza con voluntad real de gobierno. Sin embargo, al unificarse aquélla para el referéndum, se anularon temporalmente las fisuras y guerras internas que debilitaban a unas frente a otras y a todas ellas frente al MAS. Así, el “todos contra el MAS” permitió que entraran, en una misma bolsa, desde los fascistas recalcitrantes y los derechistas moderados, hasta los trotskistas avergonzados. Y, en un memorable grotesco político, la noche del 21 de febrero se abrazaron quienes, pocos años atrás, estaban agarrando bates de béisbol para romper las cabezas de campesinas cocaleras, y algunos ex izquierdistas que, alguna vez, pontificaron desde su escritorio los derechos indígenas. Al final, la derrota del Sí ha removido la estructura general de las organizaciones sociales indígenas, campesinas, vecinales, juveniles, obreras y populares que sostienen el proceso de cambio. Y lo ha hecho para bien y en un momento oportuno. Momento oportuno porque quedan cuatro años por delante para corregir errores, ya que es una derrota táctica en medio de una ofensiva y victoria estratégica del proceso de cambio. Y, para bien, porque las repetidas victorias de los últimos diez años han generado una peligrosa confianza y pesadez para un escenario de lucha de clases siempre cambiante, que requiere lo máximo de las fuerzas, lo máximo de la inteligencia y lo máximo de la audacia del movimiento popular. Y es que las revoluciones avanzan porque aprenden de sus derrotas o, en palabras de Carlos Marx, las revoluciones sociales “se critican constantemente a sí mismas, se interrumpen continuamente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado para comenzar de nuevo desde el principio, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos, parece que solo derriban a su adversario para que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a ellas, retroceden constantemente aterradas ante la vaga enormidad de sus propios fines, hasta que se crea una situación que no permite volverse atrás y las circunstancias mismas gritan: ¡Aquí está Rodas, salta aquí!"."


__._,_.___

Enviado por: Hugo O'Connor