06/12/2018
Hay diversas opiniones en torno al
referéndum que, finalmente, se celebrará el domingo 9 del presente en todo el
país. La falta de tiempo, y los candentes acontecimientos políticos que se
operaran aquí desde los primeros días de octubre, signados por la detención de
Keiko Fujimori; hasta el reciente frustrado “asilo” de Alan García; han
cautivado tanto el interés ciudadano, que el tema de la próxima consulta quedó
largamente relegado.
Pero,
como todos los plazos de cumplen, y todas fechas se vencen; es claro que este
domingo se habrá de definir el sentido de la consulta formulada por el Poder
Ejecutivo, y aprobada a regañadientes –y con trampas- por el Congreso de la
República. En torno a ella, sin embargo, subsiste un clima de confusión que ha
desorientado incluso a segmentos de la sociedad ganados siempre por el debate
político.
En
los predios de la izquierda, ha ganado puntos también este clima de confusión.
Ha habido quienes han dicho que el Referéndum es tan sólo una “maniobra
distractiva”, una “cortina de humo”, o una “treta del Gobierno” para sorprender
incauto Es bueno, entonces esbozar una explicación de asuntos que pueden ayudar
a entender la esencia de los temas en cuestión. Veamos.
Lo
primero que se debe precisar es la actitud que han asumido las fuerzas que hoy
copan el escenario nacional. Por el lado de “la derecha”, Fuerza Popular y el
cogollo alanista del APRA; se ha objetado categóricamente la consulta en
marcha. No sólo lo voceros del Keiskismo se refirieron a ella como “un
mamarracho”, sino que acusaron también al gobierno de usarla para “dar paso” a
la instauración de una supuesta ”dictadura”.
Arguyendo
esa tesis, se ha comparado las diligencias judiciales incoadas contra Keiko
Fujimori y su equipo de gestión; con los “procesos de Moscú” en los años 30 del
siglo pasado; se ha sustentado la idea de un “Golpe” en Marcha y se ha
publicitado hasta la saciedad una presunta –e inexistente- persecución política
contra algunas de las figuras del Perú de hoy.
Desde
algunos predios de la izquierda se han usado otros argumentos pero
curiosamente, se ha coincidido con los portavoces de la Mafia en materia
concreta. En efecto, se ha llamado a “derrotar el referéndum” logrando que la
ciudadanía vote en contra de todas las propuestas: No. No. No y No, se ha alzado
como una suerte de “fórmula mágica” que habrá de servir para “derrotar a
Vizcarra”. Ha sido esa la recomendación de Keiko, del APRA, y hasta de Flórez
Araoz, por si necesiten nuevos aliados.
En
esa línea se ha usado un planteo falso: Lo que el país requiere -se ha dicho-
no es un Referéndum sino una nueva Constitución. En otras palabras, en nombre
de la demanda grande, se ha descalificado los pasos chicos; sin reparar –claro-
que la “demanda grande” es, por ahora, inviable. No hay quien la convoque, ni
quien la ejecute. Por lo demás tampoco hay un proyecto, o un modelo, de lo que
debiera ser la “nueva” Constitución. En otras palabras, objetivamente, el tema
está aún en pañales.
Eso
no significa que la exigencia no sea justa. Lo es, enteramente. Sólo que no ha
de caer del cielo;, ni tampoco, ser producto de la voluntad personal de nadie.
Será el resultado natural de una lucha concreta, en la que resulta
indispensable “armar” el proyecto, ganar voluntad y conciencia ciudadana, y
derrotar a los sectores reaccionarios descalificando definitivamente su opción.
Ese proceso está en marcha, por cierto, pero aun no está definido. Es preciso,
todavía, caminar un trecho con las masas enfrentando la corrupción venciendo a
sus agentes más aviesos: el keikismo y el alanismo.
¿Es
difícil entenderlo? En los predios de la Mafia está aún la Fiscalía de la
Nación con todo el Poder que ella presupone. Buena parte de Jueces y Fiscales.
También la mayoría parlamentaria. Y hasta la “Prensa Grande”, que si bien se ha
mimetizado un poco, no abandona sus viejas prédicas y su campaña contra el
pueblo.
Pero
también toda la estructura burocrática del Estado que facilite los planes de la
Mafia para hacer de las suyas: poner a buen recaudo a César Hinostroza
Pariachi, ayudar a Garcia, compadecer a Keiko, blindara Donayre, proteger a
Maman; a mas de muchas otras acciones que suelen pasar inadvertidas pero que
van corroyendo la conciencia de los peruanos para invitarlos a “bajar la
guardia” en nombre de “la necesidad de olvidar rencores”, “perdonar
generosamente a los demás”, “construir conciencia de paz”; y otras expresiones
del mismo signo que se repiten cotidianamente en radio, televisión y prensa y
que las sustentan todos los panegiristas invitados en su condición de
“personalidades” o “analistas”.
Ellos
buscan, en verdad, distraernos para que no nos demos cuenta que hay una
peligrosa ofensiva en marcha: Ella, por ahora, solo necesita librar pequeñas
escaramuzas, vencer en algunas batallas y, sobre todo, ganar tiempo para lograr
que la gente se aburra, pierda la fe, piense que “nada habrá de suceder” y que,
finalmente, esta lucha “es inútil”.
Por
eso es que el tema del Referéndum rebasa los límites de una consulta formal. Si
la ciudadanía finalmente rechazara los temas planteados –como buscan los que
llaman a votar por el NO en todos los ítems-, la Mafia habría alcanzado un
respiro tangible. No olvidemos que así sucedió en Colombia cuando, contra todos
los pronósticos, pudo ganar el “referéndum por la paz”. Eso le permitió retomar
la iniciativa, y luego ganar las elecciones y colocar a Iván Duque en la
conducción del Estado. Mutatis Mutandi, así sucedió también en Brasil:
desacreditando a Lula en una lucha “contra corrupción” abrieron paso a
Bolsonaro, la expresión del fascismo en toda la línea.
Aquí,
bien podría ocurrir algo parecido: descalificando a Vizcarra –que ofrece muchos
flancos- bien podría ganar una opción -el domingo 9- que finalmente recuse las
propuestas planteadas y más bien promueva un “cambio radical” que aliente a las
fuerzas más reaccionarias.
Se
ha dicho, y es verdad, que el Referéndum no habrá de resolver problemas de
fondo. Pero si servirá para definir bien los campos y colocar a cada quien en
su lugar.
Por
eso, la recomendación más racional y sensata, no es votar de cualquier modo, ni
intercalar un SI y un NO en la célula de sufragio. Hay que votar por el SI para
buscar un nuevo modo de nombrar jueces, para impedir que las grandes empresas y
mafias financien impunemente las campañas electorales de los Partidos y para impedir
la reelección de congresistas. Y poner NO en la cuarta opción -la bicameralidad
porque, independientemente de unas u otra, está planteado el juego de la Mafia,
que aspira a convertir a sus principales voceros en Senadores a la vuelta de la
esquina.
El
Referéndum no es sólo una consulta. Es también una nueva oportunidad para que
nuestro pueblo confirme la validez de su conciencia y acere su voluntad de
lucha.
Gustavo Espinoza M. Colectivo de
dirección de Nuestra Bandera.
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