Oscar Ugarteche
ALAI AMLATINA, 06/12/2018.- El
volumen de bienes afectados por aranceles de ambos lados del océano Pacifico ha
hecho que la concentración en la guerra comercial haya sido la que mandaba el
sentido común: los aranceles. Como dicen en México, “apareció el
peine”. El tema real de fondo es quién controla las nuevas
tecnologías de la información, más allá de la fabricación de los chips. La
detención de la Chief Financial Officer (CFO) de Huawei, Sabrina Meng Wanzhou,
es de la profesional más importante del sector privado mundial en actividad y
comparable, en importancia policial, a la detención de Strauss Kahn, Director
Ejecutivo del FMI, en Nueva York hace unos años. Su ámbito de trabajo son 170
países en una corporación que tiene 180,000 empleados, con ventas totales de
75.6 mil millones de dólares y un total de activos por 64.3 mil millones de
dólares al año 2018, según Huawei.
La señorita Meng es Chief
Financial Officer de la empresa que fundó su padre, lo que la hace además
heredera potencial de la misma y una de las mujeres más ricas del mundo. La
empresa es un proveedor global de soluciones de Tecnologías de la Información y
las Comunicaciones (TIC) que da servicio a más de un tercio de la población
mundial. Lo importante es que está en comunicaciones móviles y ha entrado en el
mercado de la tecnología 5G.
La tecnología 5G inalámbrica
de quinta generación, es la versión más nueva de tecnología celular, diseñada
para aumentar considerablemente la velocidad y la capacidad de respuesta de las
redes inalámbricas, dice el portal Techtarget. (1)
Con 5G, los datos transmitidos
a través de conexiones inalámbricas de banda ancha podrían viajar a velocidades
de hasta 20 Gbps, según algunas estimaciones, superando las velocidades de la
red de telefonía fija, así como ofrecer una latencia de 1 ms o menos para usos
que requieren retroalimentación en tiempo real. 5G también permitirá un fuerte
aumento en la cantidad de datos transmitidos a través de sistemas inalámbricos
debido al mayor ancho de banda disponible y la avanzada tecnología de antena.
Esto es importante para la
tecnología de las cosas. Dice el mismo portal que además de las mejoras en la
velocidad, la capacidad y la latencia, 5G ofrece funciones de administración de
red, entre ellas la división de la red, que permite a los operadores móviles
crear múltiples redes virtuales dentro de una sola red física 5G. Esto va a
servir para, por ejemplo, un auto auto-conductor que requerirá una porción de
red que ofrezca conexiones extremadamente rápidas y de baja latencia para que
pueda navegar en tiempo real.
Esta tecnología 5G fue lanzada
por Verizon el primero de octubre del 2018 con su servicio a domicilio en
Houston, Indianápolis, Los Ángeles y Sacramento, estableciendo derechos
equívocos y provocando un lanzamiento dominó de otros lanzamientos de redes 5G
que continuarán hasta la próxima primavera, según la revista PC Magazine
(2). Lo importante es que la misma revista dice que esa primera red
no es en realidad el estándar móvil global real para 5G. El primero de ellos
probablemente será la red de AT&T, que llegará a finales del 2018.
Cuando esto se escribió en
Estados Unidos, Huawei ya había lanzado el 5G en agosto, y lo comenzó a
promover en el mundo. La reacción instantánea de Estados Unidos fue que era un
peligro de seguridad nacional. Si lo es por dos razones: la primera porque han
perdido la carrera tecnológica. La segunda porque con la información que pasa
por la red 5G se puede hacer análisis de datos de casi todo lo que pasa en la
economía de un país, un poco más masivamente que los datos que maneja Facebook
y con mucho más detalle del tipo de consumo y de comunicación.
Mientras AT&T tenga la red
5G mundial, EEUU tendría acceso a toda la información del mundo. Con Huawei en
la delantera, ha perdido esta posibilidad. Para impedir este avance tecnológico
en manos ajenas a Estados Unidos, la mejor idea ha sido comenzar a cabildear a
sus socios anglosajones para que no contraten el 5G de Huawei. En Canadá, los
senadores de Estados Unidos, Marco Rubio y Mark Warner, le pidieron al primer
ministro canadiense en octubre pasado, que prohíba a Huawei participar en el
despliegue de las redes móviles 5G de la nación, debido al peligro potencial
para las redes estadounidenses, dice Reuters. (3)
En paralelo, en agosto del
2018, el organismo de control de defensa cibernética del Reino Unido, el Centro
Nacional de Seguridad Cibernética, también advirtió que el uso de equipos y
servicios de ZTE (de Huawei) podría representar un riesgo para la seguridad
nacional. Esto fue transmitido a los gobiernos de Australia y Nueva Zelandia
que bloquearon la compra de estos servicios a la empresa china. Actualmente, el
cabildeo americano contra Huawei es con los gobiernos de Alemania, Italia y
Japón.
El problema no es si se usa
para espiar sino quien lo usa. En términos empresariales y tecnológicos, que
Huawei haya introducido ya el 5G antes que AT&T a nivel global, significa
que EEUU perdió la carrera tecnológica. A falta de aranceles como con bienes,
esta guerra comercial es directa. Es sabotaje. En ese marco es que se debe de
entender la detención de una de las personas más poderosas en el mundo de los
negocios de China y del mundo. Huawei es el segundo fabricante de celulares del
mundo, después de Samsung y antes que Apple, según Gadgets Now
(4). El problema para Estados Unidos es que mientras Apple está
perdiendo participación en el mercado de celulares, Huawei lo está ganando y
Samsung se ha consolidado. Nokia, de Finlandia, quien introdujo los celulares,
desapareció del mapa de los grandes del ramo.
Además, hacer la tecnología 5G
y producir los artefactos que la usa va a confirmar el papel líder de Huawei y
China en el mundo. Es contra esto que está el gobierno americano argumentando
su seguridad nacional. Con 5G en manos de una empresa china, ellos podrán
vender la información para espiar a los americanos y no a la inversa, como
viene siendo el caso. Esta es la guerra comercial llevada un paso más adelante.
Lo demás no importa.
Notas
- Oscar Ugarteche, economista peruano, es
investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas UNAM (México),
SNI/CONACYT, Coordinador del proyecto Obela www.obela.org.
URL de este artículo: https://www.alainet.org/es/articulo/196990
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