jueves, 13 de diciembre de 2018

ANALISTAS DESUBICADOS QUE ANUNCIAN EL APOCALIPSIS EN EL PERÚ



El destacado analista, Fernando Rospigliosi, ex ministro censurado de Toledo, ex socialista y que ahora crítica tanto a la izquierda, como a los últimos gobiernos, publicó un artículo este pasado sábado 1 de diciembre en el diario “El Comercio” que lleva por título: “Perú es un país ingobernable”.
Ingobernable no condice con la respuesta que el gobierno de la República Oriental del Uruguay ha dado al no conceder asilo al ex presidente Alan Garcia señalando que: “en Perú funciona autónomamente y libremente los tres poderes del Estado; y especialmente el Poder Judicial, que está llevando adelante las investigaciones sobre eventuales delitos económicos del ex presidente”; lo dicho por el mencionado gobierno es completado por el canciller uruguayo, al decir que el ex presidente García tiene que someterse a “las investigaciones judiciales” que no constituyen “una persecución política por tratarse de imputaciones vinculadas mayoritariamente a hechos económicos y administrativos desarrollados durante sus dos gestiones como presidente”.
En una palabra, el ciudadano García Pérez no accede al asilo, dado que Uruguay no da refugio a quienes tienen que responder ante los tribunales de justicia por los presuntos delitos cometidos.
El Perú no pasa por un ejecutivo autocrático, de esos que ordenan a su poder judicial perseguir a un ciudadano que es enemigo del gobierno y que critica al presidente de la república por su forma de gobernar; es decir, nadie es avasallado y por tanto en cualquier momento nadie puede ser apresado por razón de sus ideas, ni cabe la opción de quitarle a los ciudadanos su libertad.
El Uruguay conocida por ser una república democrática sitúa al Perú en los términos de ser un país que respeta los derechos humanos, el debido proceso, en este caso que los tribunales de justicia abren a los ciudadanos que caen en faltas y presuntamente en delitos. El actual presidente Martín Vizcarra gobierna tal como lo hemos dicho y a la vez pondera y distingue el respeto que merece  la independencia de los tres poderes, aun cuando cada uno de ellos todavía requieren de avances en dirección a perfeccionar sus decisiones, a fin de convertirse en auténticos poderes del Estado al servicio de todos.
No resulta en estos momentos comentar o criticar que el Estado peruano no puede administrar al país, y en consecuencia, resulta que nuestra república es “ingobernable”. Este hecho se relaciona con la historia de los insuficientes gobiernos que han sido su gran mayoría, como también hubo intentos de superar dichas ineficiencias; toca ahora observar que el presidente Vizcarra, a pesar de un congreso adverso y un poder judicial aún plagado de jueces que no sólo son corruptos y no corruptos, sino que los mismos no están formados y entrenados como para ejercer justicia igualitaria, sin privilegios personales y de grupos.
Ante esta narrativa histórica y actual, el Presidente Vizcarra y la gestión del ejecutivo postula reformas en el campo judicial y de la presencia de un congreso bicameral, que serían los primeros pasos en recrear y completar lo que le corresponde para ser una república verdadera, donde prime el Estado de derecho, quedando atrás los autoritarismos que principalmente se presentan en los poderes ejecutivo y legislativo, este último en este período ha sido y es un obstáculo en la mejor vida de los peruanos, pues desde el 28 de julio del 2016 se declaró en rebeldía y por tanto su comportamiento es imparable al enfrentarse al presidente de la república y sus ministros.
Esta mayoría fujimorista tan nutrida porque alcanzó 73 votos del total de 130 congresistas, ha venido sufriendo un desbande en su número, precisamente por la rígida y autoritaria manera de ejercer el gobierno del legislativo, a consecuencia de que la jefa del movimiento y su clan directivo de FP trató de liquidar al Ejecutivo, que dicho sea de paso, el entonces presidente Pedro Pablo Pedro Pablo Kuczynski no tuvo el manejo político en establecer un orden democrático como debía haber sido, tomando en cuenta que era el Jefe de Estado, olvidó y con ello se debilitó anticipadamente, ahondando para que éste terminara renunciando; sin embargo, hubo cordura, y el ingeniero Martín Vizcarra asumió de acuerdo a la Constitución Política a la presidencia.
El nuevo presidente tiene que cubrir el tiempo que falta al período de gobierno. Vizcarra Cornejo con la experiencia de haber sido gobernante regional/departamental y ex ministro de transportes ha venido dando muestras de saber como enfrentar a los “lobos poderosos” de la mayoría fujimorista, y ha llegado a controlar el desborde que pudiera producirse en el país, y tratando de sentar las bases de democracia, y de un ejecutivo que no solo afirme el principio de autoridad, sino que exigió al congreso debatir y aprobar las cuatro reformas constitucionales, para que después se someta a referéndum donde la ciudadanía hará posible el inicio de los cambios, a fin de que el Perú logre ser una república democrática teniendo como referente principal la vigencia permanente del Estado de derecho.
Este escrito no queda en las razones expuestas de lo que el analista Fernando Rospigliosi augura de que el país es ingobernable, este caballero no solo critica; sino a él se suma una buena parte de la derecha conservadora caracterizada por carecer de renovación ideológica, sin actualizarse y adecuarse a los tiempos y cambios que se producen a nivel nacional y global.
Es así, que en el último CADE el presidente de CONFIEP, el empresario e ingeniero Roque Benavides en términos semejantes a lo manifestado por Alan García, se ha referido que, las empresas sufren persecución por la acción de un fuerte movimiento “neocomunista” liderados por IDL -asociación constituida por expertos y profesionales, incluido IDL-reporteros-.
El Perú no es nación todavía, sin embargo se camina para que cada vez la república esté asumiendo con seriedad que los tres poderes habrán de transitar, a fin de que exista entre ellos los pesos y contrapesos, base destina a su continuidad, que hará posible tanto la institucionalidad, como el buen gobierno al servicio de las mujeres y hombres que viven en el Perú.
Al cierre de este comentario, éste sábado pasado nuevamente el analista Fernando Rospigliosi detalla los problemas relacionados con el “chuponeo” que habría sufrido el ex presidente García Pérez, donde coloca al ministro del Interior, General (r) PNP Carlos Morán como responsable político de los hechos ocurridos en los alrededores de la casa de Alan García. Sin embargo el señor analista mencionado va más allá, al culpar al ministro Morán de “cancerbero” o “espía irreductible” porque él (Rospigliosi) fue víctima de los equivocados comportamientos de seguimientos por parte del SIN incluido el servicio de la PNP.
Finalmente, pareciera que un sector de analistas de la política peruana son demasiado apocalípticos, esperando y anunciando crisis y malos hechos por parte en especial del presidente Martín Vizcarra. Estos analistas como Rospigliosi que han renegado de su militancia de izquierda, se aúnan al concierto de los músicos de la derecha conservadora, ellos se dan el lujo de comentarios desubicados de la realidad que vivimos y que gracias a la democracia política, son capaces de alterar las intenciones de los personajes como del presidente Vizcarra.
Parece mentira que los analistas de hoy no fueron tan feroces con sus plumas para poner en claro a presidentes, ministros y demás parlamentarios, que en su mayoría han militado en desaciertos y corrupción. Debemos esperar que a estos analistas que parecieran de destacada inteligencia social, reflexionen y no formen el coro de los casos de los muchos articulistas del diario “Expreso”. No confirmemos el dicho de que “Dios los cría y ellos se juntan”.
Atentamente,
Fernando Arce Meza                              10 de Diciembre del 2018

La del estribo: que comentarios nos deparará el sábado 15 de diciembre del señor Rospigliosi, con relación al referéndum que legitima al cauto presidente Vizcarra y la merecida derrota del congreso fujimorista qué si fueran decentes deberían disolverse, con todo el resto de malos y aceptables congresistas, y que éstos últimos sí merecen la reelección bajo el voto ciudadano. La “renuncia” no sería inconstitucional, si es que de buena gana se retiran los miembros de este congreso, y los representantes que los reemplacen colaboren de manera invalorable, a favor de las reformas que merecen todos los peruanos.


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