El destacado analista, Fernando Rospigliosi, ex ministro censurado de
Toledo, ex socialista y que ahora crítica tanto a la izquierda, como a los
últimos gobiernos, publicó un artículo este pasado sábado 1 de diciembre en el
diario “El Comercio” que lleva por título: “Perú es un país ingobernable”.
Ingobernable no condice con la respuesta que el gobierno de la República
Oriental del Uruguay ha dado al no conceder asilo al ex presidente Alan Garcia
señalando que: “en Perú funciona autónomamente y libremente los tres
poderes del Estado; y especialmente el Poder Judicial, que está llevando
adelante las investigaciones sobre eventuales delitos económicos del ex
presidente”; lo dicho por el mencionado gobierno es completado por el
canciller uruguayo, al decir que el ex presidente García tiene que someterse
a “las investigaciones judiciales” que no constituyen “una
persecución política por tratarse de imputaciones vinculadas mayoritariamente a
hechos económicos y administrativos desarrollados durante sus dos gestiones
como presidente”.
En una palabra, el ciudadano García Pérez no accede al asilo, dado que
Uruguay no da refugio a quienes tienen que responder ante los tribunales de
justicia por los presuntos delitos cometidos.
El Perú no pasa por un ejecutivo autocrático, de esos que ordenan a su
poder judicial perseguir a un ciudadano que es enemigo del gobierno y que
critica al presidente de la república por su forma de gobernar; es decir, nadie
es avasallado y por tanto en cualquier momento nadie puede ser apresado por
razón de sus ideas, ni cabe la opción de quitarle a los ciudadanos su libertad.
El Uruguay conocida por ser una república democrática sitúa al Perú en
los términos de ser un país que respeta los derechos humanos, el debido
proceso, en este caso que los tribunales de justicia abren a los ciudadanos que
caen en faltas y presuntamente en delitos. El actual presidente Martín Vizcarra
gobierna tal como lo hemos dicho y a la vez pondera y distingue el respeto que
merece la independencia de los tres poderes, aun cuando cada uno de ellos
todavía requieren de avances en dirección a perfeccionar sus decisiones, a fin
de convertirse en auténticos poderes del Estado al servicio de todos.
No resulta en estos momentos comentar o criticar que el Estado peruano
no puede administrar al país, y en consecuencia, resulta que nuestra república
es “ingobernable”. Este hecho se relaciona con la historia de los insuficientes
gobiernos que han sido su gran mayoría, como también hubo intentos de superar
dichas ineficiencias; toca ahora observar que el presidente Vizcarra, a pesar
de un congreso adverso y un poder judicial aún plagado de jueces que no sólo
son corruptos y no corruptos, sino que los mismos no están formados y
entrenados como para ejercer justicia igualitaria, sin privilegios personales y
de grupos.
Ante esta narrativa histórica y actual, el Presidente Vizcarra y la
gestión del ejecutivo postula reformas en el campo judicial y de la presencia
de un congreso bicameral, que serían los primeros pasos en recrear y completar
lo que le corresponde para ser una república verdadera, donde prime el Estado
de derecho, quedando atrás los autoritarismos que principalmente se presentan
en los poderes ejecutivo y legislativo, este último en este período ha sido y
es un obstáculo en la mejor vida de los peruanos, pues desde el 28 de julio del
2016 se declaró en rebeldía y por tanto su comportamiento es imparable al
enfrentarse al presidente de la república y sus ministros.
Esta mayoría fujimorista tan nutrida porque alcanzó 73 votos del total
de 130 congresistas, ha venido sufriendo un desbande en su número, precisamente
por la rígida y autoritaria manera de ejercer el gobierno del legislativo, a
consecuencia de que la jefa del movimiento y su clan directivo de FP trató de
liquidar al Ejecutivo, que dicho sea de paso, el entonces presidente Pedro
Pablo Pedro Pablo Kuczynski no tuvo el manejo político en establecer un orden
democrático como debía haber sido, tomando en cuenta que era el Jefe de Estado,
olvidó y con ello se debilitó anticipadamente, ahondando para que éste
terminara renunciando; sin embargo, hubo cordura, y el ingeniero Martín
Vizcarra asumió de acuerdo a la Constitución Política a la presidencia.
El nuevo presidente tiene que cubrir el tiempo que falta al período de
gobierno. Vizcarra Cornejo con la experiencia de haber sido gobernante
regional/departamental y ex ministro de transportes ha venido dando muestras de
saber como enfrentar a los “lobos poderosos” de la mayoría fujimorista, y ha
llegado a controlar el desborde que pudiera producirse en el país, y tratando
de sentar las bases de democracia, y de un ejecutivo que no solo afirme el
principio de autoridad, sino que exigió al congreso debatir y aprobar las
cuatro reformas constitucionales, para que después se someta a referéndum donde
la ciudadanía hará posible el inicio de los cambios, a fin de que el Perú logre
ser una república democrática teniendo como referente principal la vigencia
permanente del Estado de derecho.
Este escrito no queda en las razones expuestas de lo que el analista
Fernando Rospigliosi augura de que el país es ingobernable, este caballero no
solo critica; sino a él se suma una buena parte de la derecha conservadora
caracterizada por carecer de renovación ideológica, sin actualizarse y
adecuarse a los tiempos y cambios que se producen a nivel nacional y global.
Es así, que en el último CADE el presidente de CONFIEP, el empresario e
ingeniero Roque Benavides en términos semejantes a lo manifestado por Alan
García, se ha referido que, las empresas sufren persecución por la acción de un
fuerte movimiento “neocomunista” liderados por IDL -asociación constituida por
expertos y profesionales, incluido IDL-reporteros-.
El Perú no es nación todavía, sin embargo se camina para que cada vez la
república esté asumiendo con seriedad que los tres poderes habrán de transitar,
a fin de que exista entre ellos los pesos y contrapesos, base destina a su
continuidad, que hará posible tanto la institucionalidad, como el buen gobierno
al servicio de las mujeres y hombres que viven en el Perú.
Al cierre de este comentario, éste sábado pasado nuevamente el analista
Fernando Rospigliosi detalla los problemas relacionados con el “chuponeo” que
habría sufrido el ex presidente García Pérez, donde coloca al ministro del
Interior, General (r) PNP Carlos Morán como responsable político de los hechos
ocurridos en los alrededores de la casa de Alan García. Sin embargo el señor
analista mencionado va más allá, al culpar al ministro Morán de “cancerbero” o
“espía irreductible” porque él (Rospigliosi) fue víctima de los equivocados
comportamientos de seguimientos por parte del SIN incluido el servicio de la
PNP.
Finalmente, pareciera que un sector de analistas de la política peruana
son demasiado apocalípticos, esperando y anunciando crisis y malos hechos por
parte en especial del presidente Martín Vizcarra. Estos analistas como
Rospigliosi que han renegado de su militancia de izquierda, se aúnan al
concierto de los músicos de la derecha conservadora, ellos se dan el lujo de
comentarios desubicados de la realidad que vivimos y que gracias a la
democracia política, son capaces de alterar las intenciones de los personajes
como del presidente Vizcarra.
Parece mentira que los analistas de hoy no fueron tan feroces con sus
plumas para poner en claro a presidentes, ministros y demás parlamentarios, que
en su mayoría han militado en desaciertos y corrupción. Debemos esperar que a
estos analistas que parecieran de destacada inteligencia social, reflexionen y
no formen el coro de los casos de los muchos articulistas del diario “Expreso”.
No confirmemos el dicho de que “Dios los cría y ellos se juntan”.
Atentamente,
Fernando Arce
Meza
10 de Diciembre del 2018
La del estribo: que comentarios nos deparará el sábado 15 de diciembre del señor
Rospigliosi, con relación al referéndum que legitima al cauto presidente
Vizcarra y la merecida derrota del congreso fujimorista qué si fueran decentes
deberían disolverse, con todo el resto de malos y aceptables congresistas, y
que éstos últimos sí merecen la reelección bajo el voto ciudadano. La
“renuncia” no sería inconstitucional, si es que de buena gana se retiran los
miembros de este congreso, y los representantes que los reemplacen colaboren de
manera invalorable, a favor de las reformas que merecen todos los peruanos.
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