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jueves, 16 de julio de 2015

GRECIA SE RINDE A LA TROIKA PERO EUROPA COMIENZA A DESCONFIAR DE MERKEL Y SCHAUBLE






16 de julio de 2015

Marco Antonio Moreno

Mientras el FMI comienza lentamente a descubrir que Grecia está en una situación insostenible y que necesita recortes mucho mayores a los anunciados hace una semana, Alemania comienza a quedar solitaria con las exigencias desmedidas que quiere imponer al país heleno. Al anuncio del 14 de julio realizado por el presidente Francois Hollande sobre la necesidad de crear una Europa solidaria y no mezquina como promueven Merkel y Schauble, se sumaron las palabras del canciller austríaco Werner Faymann, que atacó fuertemente la política devastadora de Merkel y Schauble sobre Grecia. Como si esto fuera poco, hasta el presidente español Mariano Rajoy cuestionó la línea dura y dictatorial de Merkel dando un viraje en U a sus dichos sobre las negociaciones de la troika con Grecia. Italia, Francia, Austria y ahora España se suman a las voces que critican la rapacidad de Alemania frente a la crisis griega, y su incapacidad para encontrar un alivio real a la deuda helena.
Ahora son varios los países que comienzan a perder la confianza en Alemania y a darse cuenta que las políticas draconianas que imponen Merkel y Schauble están desintegrando a la zona euro. La destrucción no solo llega a las instituciones como el Banco Central Europeo, que aunque tiene su sede en Frankfurt, es dirigido desde Berlín. El BCE ha dejado de ser un actor independiente frente a la crisis y el hecho de que en Grecia los bancos estén cerrados -y pueden seguir así por tres meses- lo demuestra. Ningún verdadero Banco Central puede dejar que la banca de todo un país sea borrada del mapa. 

Alemania ha tomado malas decisiones

El canciller austríaco Werner Faymann dijo que "ningún país europeo puede beneficiarse de la caída de Grecia, por tanto es absolutamente inmoral propiciar su caída, como está haciendo Alemania, dado que eso sería el comienzo de la desintegración europea... Y nadie puede saber lo que vendría a continuación". Para Feymann, Alemania ha tomado una serie de malas decisiones que han perjudicado fuertemente a Europa, como la aplicación de las sanciones contra Rusia que ha afectado seriamente al economía austríaca. 

El desborde de la deuda griega, que según la propia prensa alemana es un chiste (recordemos la portada de Handelsblatt) no ha sido más que un pretexto para mostrar la fuerza y lo que son capaces de hacer Merkel y Schauble, hasta donde son capaces de humillar a un país entero, sin pensar que la historia puede revertirse. Merkel y Schauble podrían tener su propio Waterloo, a propósito de que hace justo 200 años cayó en desgracia el que era el ejército invencible. 

Hasta Estados Unidos debió intervenir para frenar el espíritu buitre de Alemania y su ceguera frente a la crisis griega. El secretario del Tesoro, Jack Lew se reunió ayer en Berlin con Wolfgang Schauble en una cumbre de urgencia para frenar la salida de Grecia del euro y pedir mejores condiciones para la reestructuración de su deuda. Estados Unidos dio así una muestra que confirma lo alarmada que está la Casa Blanca con la crisis griega y europea, y que se debe evitar a toda costa que la conflagración se extienda. La crisis griega ha alcanzado niveles insostenibles y el temor al contagio al resto de los países más fuertemente endeudados como Italia, España, Francia y Portugal genera mucho miedo.

Es tanto el miedo que han inducido Merkel y Schauble que una frase que repite constantemente Ángela Merkel es "Si el euro fracasa, Europa fracasa". Pero Merkel hace precisamente todo para que el miedo se contagie y el euro se vaya al despeñadero. Si les importara el éxito del euro no habrían permitido la gran bacanal de la banca europea que prestó dinero a raudales y no fue capaz de quitar el alcohol de la fiesta. Si les importara el éxito del euro propondrían políticas que alentaran la economía y no políticas que después de la fiesta y el derroche la han destruido.

Rendición a la troika

A cinco años de la peor crisis que golpeara a un país europeo en décadas, el parlamento griego y con votos de la oposición al gobierno de Syriza aprobó las nuevas exigencias de la troika que no harán más que seguir hundiendo al país. Cuarenta parlamentarios de Syriza se negaron a aprobar una propuesta que va en contra del programa de gobierno que llevó a Syriza a ganar las elecciones del 25 de enero. Además que el referéndum del 5 de julio también quedó en nada y el voto de rechazo a los recortes y los programas de austeridad, tuvo como respuesta de la troika más recortes y más austeridad.

¿Qué sentido tienen las elecciones si lo que vota el pueblo es anulado por los poderes fácticos de la troika? Nada hay que celebrar de que el parlamento griego haya dado luz verde a este tercer plan de rescate. Porque al igual que los rescates anteriores, por 220 mil millones de euros, el 90 por ciento ha sido para la banca y apenas el 10 por ciento para que el Estado griego pueda funcionar, pagar las pensiones, cuidar la salud y educación, los servicios básicos, etc.

Hasta la democracia ha sido hipotecada por la troika. El 5 de julio Grecia votó contra los planes de austeridad de la troika, generando confianza y alegría en gran parte del mundo (se le llamó "el día de la independencia"), y diez días más tarde, el 15 de julio, el parlamento heleno capitula y se rinde una vez más a las exigencias de la troika: más austeridad y más recortes. El miedo es contagioso. Pero Tsipras no tenía a qué temer después del respaldo 61-39. Sin embargo, el problema es que Syriza nunca tuvo un Plan B para salir de euro y Alemania jamas le ofrecería un plan ordenado para el abandono de la moneda única... El euro es una prisión que no tiene vuelta atrás.

En El Blog Salmón

lunes, 13 de julio de 2015

¿EL ACUERDO DE LA TROIKA Y GRECIA ES UNA HUMILLACIÓN?



13 de julio de 2015

Alejandro Nieto González


Tras dos semanas muy tensas por fin hay acuerdo entre la troika y Grecia pero muchos medios han publicado que dicho acuerdo es una humillación para Grecia (de hecho nuestro compañero Marco Antonio así lo ha hecho hace un rato).

¿Es así? Y si lo es, ¿por qué lo ha aceptado Tsipras? ¿Se ha pasado de frenada Alemania a la hora de exigir condiciones a Grecia para un nuevo rescate o no había otra forma de hacerlo?

No todo es tan sencillo como parece

Sinceramente la situación es muy compleja. Estoy plenamente de acuerdo en que las condiciones pueden parecer humillantes para el pueblo griego. Por poner un ejemplo de esta humillación Grecia no podrá aprobar leyes sin que la Troika las de el visto bueno antes. Una locura, una pérdida total de soberanía, ¿no?

Sí y no. Por un lado las condiciones me parecen muy duras. Creo que después del referéndum muchos países, los que más peso tienen en el PIB de la Zona Euro, querían a Grecia fuera y la única forma de convencerlas de lo contrario era una situación como esta: reformas rápidas, duras, pérdida de soberanía y entonces y sólo entonces, dinero.

Pero por otro lado no hay nada que impida a Grecia hacer lo que quiera. Son un Estado soberano, nadie les ha invadido. Son soberanos de decir no. Pero no lo hacen porque necesitan el dinero. Ahí está la clave.

Todos los países de Europa son soberanos. Y sus pueblos no quieren seguir prestando dinero a Grecia si no hay garantías de recuperar el dinero. La senda de Grecia y últimamente del Gobierno griego iban por la vía de no recuperarlo nunca. De hecho los préstamos de los programas de rescate anteriores eran con décadas de carencia y seguramente nunca llegaran a pagarlos, era una forma de decir a su población "no perdemos dinero, es un préstamo" pero mintiendo.

Lucha de soberanías

En este gráfico (cortesía de Ricardo Galli) se puede ver que el 40% de la población de la zona Euro (que representa más del 50% del PIB) vive en Estados que han tenido una posición muy dura, que querían la salida de Grecia del Euro, el Grexit. Otro 40% de población en países que querían agresivamente un tercer rescate (representando sólo un 18% del PIB). Y el resto en una posición más intermedia (en ese grupo está España).


Hemos vivido una lucha de soberanías. Los griegos querían hacer una cosa, pero con el dinero de otros que no lo tenían tan claro. ¿Deben mandar las poblaciones, el PIB, mayorías mixtas, absolutas, unánimes? La formación de mayorías legítimas es muy compleja, por eso los sistemas electorales lo son tanto. Y una cosa estaba clara: ningún país, excepto Grecia quizá aunque no lo hayan exigido, quería dar más dinero a cambio de nada y con una quita.

El pueblo Griego puede sentirse humillado, a mi el acuerdo desde luego me lo parece. Europa ha sufrido una falta de visión a largo plazo, la solución a todo esto era una cesión global de soberanía, no sólo griega, a instituciones Europeas elegidas democráticamente, con presupuesto. Cosas como un sistema bancario único europeo, sistema de pensiones y desempleo europeo y un largo etcétera. Pero han aceptado porque soberanamente prefieren esto a salirse del euro y recibir ayuda humanitaria, que era la alternativa que ofreció el grupo que lideraba Alemania.



ALEMANIA HUMILLA A GRECIA Y LA DEJA AL BORDE DEL GREXIT

Marco Antonio Moreno

13 de julio de 2015 
 
La intransigencia dogmática y la brutalidad sin precedentes de Alemania contra el gobierno griego han marcado una ruptura histórica en el proyecto europeo. Para Wolfgang Schauble no fue suficiente que Tsipras se rindiera a las exigencias de la troika, o que el ministro Yanis Varoufakis se retirara de las negociaciones. Los nuevos planes de recortes y aumentos de impuestos no fueron suficientes. Ahora se exige a Grecia una garantía de 50 mil millones de euros en activos y el cumplimiento de 12 nuevas medidas que instalarían a los "hombre de negro" en Atenas. La arrogancia y el despotismo de Merkel y Schauble sacudieron ayer la poca confianza que va quedando en el proyecto europeo.

Porque más que una negociación, la de ayer en Bruselas fue una completa humillación a Grecia. The Guardian comparó el cara a cara entre Merkel y Schauble contra Tsipras, como las torturas que utiliza la CIA para los sospechosos de terrorismo. El alemán Der Spiegel calificó las palabras destempladas de Merkel como "un catálogo de atrocidades", mientras Financial Times escribió que Alemania exigía de Grecia su autodestrucción como Cartago. The Economist afirmó que Alemania quemó un enorme capital político que costará mucho restaurar. Bloomberg señaló que Alemania exigía la capitulación total de Grecia. Uno de los hashtag más abundantes de Twitter fue #thisisacoup ("este es un golpe de Estado"). La Alemania de Merkel enfrentó duras reacciones por su trato inmisericorde a Grecia.

La intransigencia obstinada de Alemania y su afán por sacar a Grecia fuera del euro se entiende ahora por todos. De nada sirvió la renuncia de Varoufakis o la rendición de Tsipras a los recortes. Ahora toda la opinión pública tiene en claro que Alemania quiere a Grecia fuera del euro. Con su condición de primera potencia económica europea, Alemania quiere fijar las reglas del juego e imponer su modelo de disciplina en la Eurozona. Esto pone en peligro todo el proyecto de integración europea, y así lo ha hecho ver Italia.

Las nuevas exigencias de Schauble tienen un claro coste social e implican el desmantelamiento de la democracia en Grecia. Se pretende entregar el gobierno a la troika, y que sea la troika la que gobierne, con una pérdida total de la soberanía helena. Con esta idea Alemania se erige así en una fuerza impulsora de la descomposición de los valores europeos como la democracia y la justicia social. 

En lugar de apuntar a generar crecimiento, el programa de la troika exacerba las medidas de austeridad, que "han fallado, porque hace falta más austeridad", dice Schauble. Los griegos tienen ahora la posibilidad de elegir entre una Grexit que de un castigo a Europa, o una política que obliga a su gobierno a ponerse de rodillas y a su población a mayor empobrecimiento y miseria. Las exigencias de Alemania son inaceptables. La ruptura final de la UE es solo cuestión de tiempo.


viernes, 3 de julio de 2015

LA CRISIS EN GRECIA, EL FRACASO DEL EURO Y EL MITO DE LA UNIDAD EUROPEA




Marco Antonio Moreno

        03 de julio de 2015 

Si algo ha dejado en claro la crisis griega es el absoluto fracaso de la moneda única europea y de los planes para diluir este fracaso por parte de la troika. En este sentido Angela Merkel y Christine Lagarde son la crónica falaz de una Europa que no ha logrado afianzar los principios solidarios y camina directo al despeñadero. Tras cinco años de dimes y diretes en los que Grecia se ha humillado obedeciendo los dictados de Merkel y Lagardé, la situación griega es mucho peor que al principio y sin ninguna vía de salida. El 30 por ciento de la población griega vive en la miseria mientras el 20 por ciento de la población padece de hambre. La compra de alimentos ha caído en un 28,5 por ciento, y así y todo la troika quiere subir el iva a los alimentos. El desempleo se ubica en el 25 por ciento y llega al 60 por ciento entre los más jóvenes. Más de un millón de personas han perdido su trabajo en estos cinco años de sumisión a la dictadura de la troika. La tasa de suicidios ha aumentado un 45 por ciento, y la situación griega empeora minuto a minuto.
Los problemas de Grecia son de larga data y a lo largo de la crisis ni la troika ni Alemania han hecho algo para aliviarlos. Al contrario, las políticas implantadas desde 2010 solo buscaron aliviar la presión de la banca, agudizando los problemas sociales. Como hemos afirmado desde el estallido de la crisis,Grecia tiene una deuda que es matemáticamente impagable. De ahí que los planes para que Grecia pague su deuda no dejan de ser ingenuos, arrogantes e irrisorios. Merkel y Lagardé no solo han dado muestras de nulo humanismo e insano salvajismo, sino también de un avanzado desconocimiento en temas económicos. Ahora están dando muestras de que la democracia tampoco les interesa. Merkel cierra el puño y promete un golpe de estado contra el gobierno griego. Hoy no se requieren ejércitos para derrocar gobiernos. Basta con cerrar la Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA) del Banco Central Europeo.
El crimen se cometió en 2010
Desde el año 2010 el FMI y Alemania saben que Grecia nunca podrá pagar su deuda. Lo reconoció Phillipe Legrain, ex asesor del ex presidente de la UE, José Manuel Durao Barroso. Para Legrain, el crimen original fue cometido hace cinco años, cuando se hizo evidente que el país era insolvente; que a su deuda había que aplicarle amplios recortes, que el saldo final de la deuda debía reestructurarse totalmente, y que estas acciones no solo eran necesarias sino también justas porque los prestamistas habían incurrido en la imprudencia de riesgos excesivos. Sin embargo, Dominique Strauus-Kahn, a la sazón director del FMI, no quiso complicaciones y generó el mayor préstamo de la historia al país Heleno. Todos estaban subsumidos en la idea de que la crisis era temporal y tenía fácil solución. Strauss-Kahn no quiso complicaciones porque ansiaba convertirse en presidente de Francia, para lo que en 2010 tenía el camino despejado. Las palabras de Legrain han sido rescatadas porJames Galbraith y Vicenç Navarro, y dan cuenta de tópicos hasta hoy desconocidos de la crisis del euro.
Esto indica que a cinco años de haberse esclarecido el crimen original de la economía Helena, que tuvo toda la complicidad de la banca europea, la troika no ha hecho nada para salir del pantano en que está sumergida. Solo ha sabido exigir austeridad, recortes y más austeridad, asfixiando al pueblo griego y sumergiéndolo en una recesión de largo alcance, con pérdidas que han debilitado todo el entorno europeo. Y todo, por rescatar a los bancos alemanes y franceses que fueron los que más especularon con los préstamos. La troika ha sometido a Grecia a la esclavitud de la deuda mediante el chantaje y la extorsión. Lejos de buscar el alivio, Merkel y Lagardé quieren exprimir al pueblo griego y ante este abuso se ha levantado Alexis Tsipras en su llamado a referéndum.
La Troika presiona al choque de fuerzas
La crisis en Grecia, después de años de austeridad y miseria, ha llegado a su punto de no retorno que pondrá en juego la peligrosa fuerza del poder económico de la troika, con la fuerza del pueblo griego que ya ha tenido suficiente castigo. La troika buscará destruir al gobierno de Syriza para dar una lección a todos los gobiernos que vayan en contra de sus dictados. El pueblo griego ha luchado heroicamente pero necesita un liderazgo claro y audaz sin las vacilaciones que hasta el momento ha tenido el gobierno de Tsipras. Pare Grecia, puede ser el mejor momento de abandonar su relación con la moneda única. Como indica Wolfgang Munchau en Financial Times (traducción aquí), a corto plazo los costos para Grecia sería enormes, mientras para el resto de Europa serían despreciables. Pero al largo plazo, la salida de Grecia de la moneda única permitiría al país superar la crisis demostrando y confirmando que "hay vida después del euro". Esto alentaría a otros países como Italia, España y Portugal, a salir de la moneda única desmembrando a una Europa que ha carecido de unidad, solidaridad y justicia social. Prueba de esto es el vergonzoso aumento de la desigualdad en los países europeos y el alto desempleo que ha llevado a la miseria a más de 30 millones de personas.
Las políticas de austeridad no han terminado con la crisis sino que la han profundizado. La experiencia de Grecia demuestra la lógica del sistema donde las grandes crisis terminan siendo transferencias de los trabajadores y las clases medias a los más ricos. La troika, en Grecia, no ha cesado de pedir recortes hasta asfixiar al país e inmovilizar al gobierno. Prueba de ello es que los pensionistas, que son la principal fuente de ingresos para casi la mitad de las familias griegas, han visto una caída del 61% en sus pagos de pensiones. Antes del estallido de la crisis en 2008 las pensiones griegas eran muy generosas. En algunos sectores, las pensiones podían ser el 100% del sueldo final, con algunos trabajadores que se jubilaban a los 50 años. Esto siempre lo supo la Unión Europea y el FMI. Asi como también se sabía que más del 20 por ciento de los griegos son mayores de 65 años, el promedio de edad más alto de Europa. Esto era así cuando Grecia entró al euro, y nadie puso reparos. Tras el estallido de la crisis la “generosidad” de las pensiones se ha revertido en forma brutal y las pensiones son hoy un tercio de lo que eran hace ocho años. Así y todo, una de la imposiciones de la troika a Grecia la semana pasada era por aplicar nuevas reducciones a las pensiones.
Destrucción de la salud y el sector público
Si el tema de las pensiones es relevante es porque casi la mitad de los pensionistas viven por debajo de la línea de la pobreza, con menos de 665 euros al mes. La pobreza alimentaria está empeorando la salud de las personas y la tasa de muerte fetal ha llegado al 21% mientras la mortalidad infantil ha aumentado en un 45 por ciento. Las tasas de tuberculosis se han duplicado mientras la malaria ha resurgido después de casi medio siglo de haber sido erradicada del país. Como la atención de salud es financiada por el seguro de trabajo, cuando las personas pierden su trabajo también pierden su atención médica. Los recortes presupuestarios en la financiación estatal han obligado al cierre de hospitales y esto ha destruido la asistencia sanitaria y la economía de los servicios de salud. Miles de médicos han abandonado el país y los que siguen reciben un sueldo de unos 12.000 euros al año. Muchas de las clínicas y hospitales ahora dependen de voluntarios y médicos que trabajan a cambio de nada. Pero necesitan insumos y equipamiento de los que Grecia carece.
Esta forma de destrucción del sector público fue implantada en Grecia por el Fondo Monetario Internacional y seguida a pie juntillas por los gobiernos de Papandreu, Papademos y Samaras. Estos gobiernos, que contaban con el beneplácito de la troika (Papademos fue impuesto por Ángela Merkel), mantuvieron la senda de la corrupción en los altos niveles con el clientelismo político y los sobornos para ocultar el descontento social. Ni en Papandreu ni en Papademos ni en Samaras hubo signos veraces de modernización y justicia social, solo devastación y barbarie… avalados por la troika y Jean Claude Juncker que este lunes tuvo el cinismo de decir que “La UE jamás ha pedido a Grecia reducir sus pensiones”. Pero la realidad, aunque pese a Juncker y su mala memoria, es que ahora Grecia vive de los comedores sociales y de las clínicas de caridad.
Los cambios que el mundo necesita
Por eso llegó Syriza al poder en enero de 2015, un gobierno enfocado en realizar los cambios que Grecia necesita, no para satisfacer los deseos de la UE, sino las necesidades de su propio pueblo. Alexis Tsipras, el primer ministro griego, desde un principio dijo que “No está en nuestros planes abandonar el euro”, dado que éste es un tema que, al menos en el corto plazo, provocaría un pánico innecesario en Europa que podría revivir la escalada de colapsos financieros desatada tras la quiebra de Lehman Brothers. Este punto, sin embargo, no lo toma en cuenta la Troika, que apuesta sin más por presionar a Grecia y mostrar a todo el mundo su barbarie política y económica.
Sin embargo, desde la llegada de Syriza Grecia sufre una asfixia económica sin precedentes por parte del Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, con el objetivo de doblegar el interés del Gobierno de poner fin a la austeridad y restaurar la prosperidad y la justicia social en el país. La troika exigió a Grecia el respeto de los acuerdos que tomaron los gobiernos anteriores, cuyas políticas económicamente ineficaces y socialmente desastrosas fueron rechazadas mayoritariamente por el pueblo griego, que decidió votar por Syriza en enero de este año. De ganar el "NO" (OXi, en griego), en el referendo de este domingo, Grecia dará un golpe frontal a las devastadoras y brutales políticas implantadas por Ángela Merkel y Christine Lagardé.
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